Se encontraban a pocas horas de iniciar el ataque contra el ejército de los turbantes amarillos, antes de siquiera empezar, iban a tener una reunión de estrategia para planear los movimientos, para ello Kai fue en dirección al campamento de Sousou, junto a él iban Shuri y Hinari como sus estrategas, Aisha como su general principal, así como Kousonsan y Shion de aliadas, el grupo llegó a la tienda de la gobernante rubia, junto a ella estaban Juniku, Kakouton y Kakouen.

- Ya estamos todos aquí. – Expresó la pequeña rubia, teniendo un mapa de la zona sobre la mesa. – Demos inicio a la reunión, nuestra misión importante es la de acabar con el ejército de los turbantes amarillos; según la información que reunieron mis exploradores, el ejército se encuentra dividido en tres secciones, cada una comandada por las tres hermanas Chou, han demostrado ser muy hábiles y peligrosas si lograron reunir a tantos bandidos para formar un ejército capaz de destrozar el país; hay que planear un asalto capaz de romper sus filas para acabar con ellos.

- ¿Esta es la formación que poseen? – Preguntó Shuri al ver el mapa, las piezas en este se encontraban formadas de una forma en la cual tres conglomeraciones estaban a distancia, unas de las otras.

- Fue lo que nos informaron que vieron. – Respondió Juniku. – Es una formación simple pero efectiva, no se encuentran tan alejados de los otros y en caso de ataque, pueden suplirse fuerzas para reformar los números que pierdan.

- Eso es algo bien pensado. – Kousonsan se llevó la mano al mentón. - ¿hay números estimados del total?

- Según el conteo, poseen al menos unos veinte mil soldados entre las tres secciones, mientras que nosotros, combinando todas nuestras fuerzas, apenas y llegamos a unos once mil. – Fue el informe de la estratega de Gi, Aisha apretó su puño.

- Seguimos teniendo una clara desventaja en fuerza…

- Pero eso se puede compensar con una estrategia bien pensada. – Comentó Kai. – Para eso tenemos esta reunión, para aprovechar los números que tenemos en un ataque capaz de romper sus filas, el plan debería ser alejar las secciones de tal modo que no puedan auxiliarse en caso de ataque. – En ese momento Sousou sonrió.

- Sabía que lo entenderías Sawamura Kai, atacar de frente con nuestros números sería un acto suicida y nos llevaría a la derrota, en vez de apostar por la fuerza bruta, es mejor alejarlos lo mejor posible usando grupos pequeños para luego emboscarlos en una posición capaz de acabar con varios de ellos.

- Los arqueros serán clave para eso. – Hinari vio el mapa, entonces señaló con el dedo a una sección rocosa. – Este sitio es ideal para llevarlos, debido a la altura de las formaciones, nuestros arqueros podrían disparar sin peligro de ser atacados.

- Eso fue lo que le propuse a Karin-sama. – Juniku sonrió de forma altanera. – Por más números que tengan, pueden caer varios al ver una lluvia de flechas, eso eliminaría un número considerable de sus tropas.

- El resto podría atacar por tierra, siendo con las fuerzas de caballería y lanceros. – Complementó Shion.

- Esa es una buena estrategia, nos permitiría acabar con los números mayores para luego acabar con lo que sobre, seguro ya tienes las divisiones hechas. – Señaló Kai a Sousou.

- Así es, ya que la sección intermedia es la más complicada al no poseer un terreno cercano para una emboscada, había pensado que mi grupo y yo deberíamos atacar a este, Shunran y Shuuran son lo suficientemente fuertes para acabar con varios de sus soldados, por lo que te tocaría ir por la sección de la derecha, son menos soldados que los nuestros así que la elevación rocosa les beneficiaría y Kousonsan puede encargarse de la izquierda.

- Eso nos permitiría bajar sus fuerzas aunque tengamos un menor número de soldados… jeje, me parece bien. – Kai sonrió por debajo. – Considéralo hecho, nos encargaremos de la sección de la derecha, de igual modo nuestras generales son igual de fuertes, podrán bajar esos números hasta cero si queremos.

- Te ves seguro de ello… no me decepciones entonces. – Sousou ya sabía de lo que era capaz el peliazul por lo que estaba segura que este cumpliría con su palabra. – Daremos por levantada esta reunión, hay que terminar las preparaciones.

Sin decir más, se retiraron a sus respectivos campamentos, Kai ya tenía un trabajo que hacer por lo que estarían listos para dividirse, ya que Kousonsan necesitaría el apoyo posible, por lo que Sei, Shion y Hinari irían con ella, mientras que por su lado tendría a Aisha, Rinrin, Shuri y Sui como generales.

- Mi señor, pronto deberíamos partir. – Aisha se acercó al peliazul, este miraba al frente, teniendo a Gae Bolg sobre sus hombros, este volteó a verla.

- Claro, avisa a los demás.

- Entendido. – Ella se retiró en ese momento, Kai tomó un respiro hondo, sabía que estaba por meterse en una guerra, no era como aquellas peleas callejeras en las que siempre estaba involucrado, aquí acabaría muriendo mucha gente y ese era un hecho.

- Kai-kun. – Touka se paró al lado de él. – ¿No puedo hacer nada para ayudarte? No quiero dejarte solo en esto, no luego de todo lo que me has confiado. – La pelirrosa se sentía un poco inútil, mientras Kai cargaba con todo el peso, ella simplemente podía observar el desarrollo de las cosas, le gustaría estar a su alcance para ayudarlo.

- Lo siento Touka, ahora mismo no estás calificada para entrar al campo de batalla, además… a mi preferencia, es mejor que sea así. – Touka lo vio con algo de asombro.

- ¿Por qué? Dijiste que podría volverme la próxima gobernante en caso de que no estés, yo igual debo aprender de los horrores de la guerra. – Kai sonrió por debajo.

- Es cierto que un territorio no puede estar siempre en paz, como gobernante, necesitarás tomar decisiones duras y batallar es inevitable, pero eres realmente una muy buena persona, creo que, a futuro, este país estará en paz y cuando llegue ese momento, me gustaría ver un gobierno amable e igualitario, alguien como tú que es bondadosa por naturaleza, podría mantener un país así.

- Kai-kun… - La pelirrosa bajó la mirada, en parte entendía las razones del chico, sí la unificación se hace una realidad a manos de él, todo el país entraría en un periodo de prosperidad y necesitarían un gobernante que pueda entender a la gente, no hay nadie mejor que ella para hacerlo.

- Por eso déjame a mí todas las batallas, en cierto modo estaré preparando el terreno para cuando seas la gobernante de Shoku y no tengas que pelear una guerra, solo por si acaso se da, déjale todo a Aisha, ella sabrá qué hacer.

- … Entendido. – Touka hizo una pequeña reverencia, levantando su rostro con una sonrisa amable. – Seré una gobernante justa y amable que entenderá a la gente, no quiero defraudarte Kai-kun, por lo que me aseguraré de mantener la paz durante muchos años. – Kai no podía esperar nada mejor de esa declaración, podía estar tranquilo sabiendo que Touka cumpliría su palabra.

- Muy bien… - Exhaló humo en ese momento, su mirada se tornó peligrosa. – Para alcanzar ese futuro, primero hay que pelear el presente y construir el camino que nos llevará a ese destino, haré mi papel en esta guerra por la unificación de los tres reinos, sí por alguna razón me encuentro aquí, es para hacerlo realidad… es hora.

Kai se dio la vuelta, teniendo una fuerte mentalización, iría al campo de batalla al lado de sus compañeras, todo con tal de mostrar logros que lo hagan validar como gobernante y entonces seguir propagando su influencia. Al frente ya estaban todas las demás chicas que lo estaban siguiendo y detrás de ellas, cada soldado que se formó bajo su ala, completamente listos para pelear en nombre de su señor.

- Cuando usted diga, mi señor. – Exclamó Aisha con disciplina, en ese momento Kai maniobró a Gae Bolg con solo una mano y apuntó al frente, una sonrisa de emoción por la batalla se cruzó por su rostro.

- El día de hoy vamos a definir nuestro futuro, esto ya no es un entrenamiento o un simulacro, todos y cada uno de ustedes va a demostrar porque están aquí, dispuestos a luchar por su tierra, nuestro hogar, marquen este día como el que dio inicio a que Shoku será una potencia de la cual otros reinos deberá cuidarse, es nuestro objetivo así que vayan a pelear, no a morir, protejan a los demás y no se detengan, sigan adelante, por el futuro.

Al acabar su discurso, cada soldado soltó un fuerte rugido, sus ánimos estaban elevados hasta las nubes gracias a las palabras del enviado del cielo.

- Ese fue un gran discurso. – Exclamó Aisha al lado de este.

- Onii-chan, eres asombroso. – Rinrin no podía con la emoción que tenía.

- Juju~ debo decir que no tienes nada que envidiar a otros gobernantes, sí que tomé una buena decisión en volverme tu general. – Sei puso una sonrisa coqueta.

- ¡Wow! Sí que los encendió, yo igual estoy emocionada, ya deseo pelear. – Sui estaba igual de contagiada que el resto.

- Kai, es el momento de separarnos, hagamos nuestro trabajo. – Comentó Shion, el peliazul asintió.

- Claro, Hinari, apoya al grupo por tu lado, confío en ti.

- Awawa, claro que sí Kai-san. – Expresó la pequeña peliazul.

- Muy bien, Shuri, planea la estrategia antes de que lleguemos, necesitamos estar listos para cuando se acerquen las tropas enemigas.

- Sí. – Ella estaba seria, igual que los demás. – Puede dejármelo a mí.

- Ok, es hora de que empiece el show. – Y se pusieron en movimiento, Touka vio por detrás a Kai, su espalda que se fue alejando junto a las demás, esta juntó sus manos para orar.

- Por favor dioses… que puedan volver a salvo.


Los equipos se formaron y tomaron distintos rumbos, actualmente se veía al grupo de Kousonsan dirigirse a su sitio asignado para llevar a cabo el plan, la pelirroja tenía mucho en mente.

- (Sawamura-san confía en mí para hacer funcionar esto, no puedo defraudarlo, como señora feudal que soy, demostraré mi valía) – El fuego se encendió en sus ojos.

- Estamos cerca. – Informó Sei, al poco tiempo llegaron al destino que les correspondía, se posicionaron en una zona alta para observar a la llegada de la sección del ejército enemigo.

- Este parece ser un buen lugar. – Expresó Shion. – Entonces Hinari-chan ¿qué tienes en mente?

- C-Claro… - La pequeña peliazul tomó un respiro hondo para calmarse, entonces empezó su explicación. – Según lo hablado con Sousou-san, el plan es dividir al ejército en tres secciones, de modo que nuestros respectivos grupos puedan encargarse de ellos, el ejército de Gi daría el impulso inicial en separarlos, así que desde nuestra posición deberíamos verlos.

- Entonces nuestra mejor opción es atacarlo con nuestros arqueros, entiendo~ - La pelilila había preparado su arco por si acaso.

- Se acercan. – Avisó un soldado, en ese momento vieron a la lejanía una gran agrupación de soldados, todos ellos eran turbantes amarillos, Kousonsan sonrió.

- Parece que el plan tuvo éxito en su primera etapa, entonces hay que preparar los arcos para bajar sus números ¡Listos! – A su orden, los arcos fueron tensados, esperó a que se acercaran un poco más dentro del rango de tiro. – Y… ¡Fuego!

Las flechas salieron disparadas con dirección hacia la sección del ejército de los turbantes amarillos, momento en el cual estos se dieron cuenta del ataque que estaba ocurriendo, poco pudieron hacer para protegerse al recibir las flechas, cayendo varios.

- ¡Aaaah, nos atacan! – Una chica de cabello azulado claro atado a una coleta estaba ahí, presa del pánico debido a la lluvia de flechas. Una vez pasó, desde arriba se dieron cuenta que empezaron a dispersarse.

- Sus filas se han roto, es nuestra oportunidad. – Exclamó Hinari.

- Entonces es nuestro momento ahora. – Sei sonrió, ansiosa de finalmente saltar a la batalla. - ¿Alguna orden que deba de seguir?

- Esto… según lo que sabemos, una de sus generales debe estar ahí abajo, así que a ella hay que capturarla con vida. – Informó la pequeña estratega, Sei asintió.

- Lo tengo, entonces es el momento de ir al ataque, todos, síganme. – Ella empezó a descender en conjunto con su escuadrón, listos para acabar con el resto de soldados que restaran.

- ¡O-Oye, no te adelantes, vamos igual! – Kousonsan también realizó el mismo movimiento en conjunto con sus hombres.

- Juju~ parece que están animadas, igual se entiende por las ganancias que se puedan obtener de ganar esta batalla. – Expresó la pelilila. – Hinari-chan, cuando veas pertinente, vuelve a dar la orden para disparar, voy a acercarme a una distancia prudente.

- C-Claro Shion-san. – Dicho eso, igual ella se acercó a combatir, sujetando su arco para seguir bajando los números del ejército rival. Pasando ahora al centro, el ejército de Sousou se encontraba batallando de frente contra los soldados de los turbantes amarillos, Kakouton atravesaba grandes filas como si nada, derribando a decenas de soldados.

- No son nada, más que solo un peldaño más al ascenso de Karin-sama. – Con su arma realizó un corte vertical que derribó a unos cinco soldados enemigos.

- Nee-sama está muy animada el día de hoy, seguro que la frustración de haber perdido contra el enviado del cielo la tiene iracunda, eso significa que no puedo quedarme atrás. – Kakouen realizó lo mismo, acabando con cada soldado que se atravesara en su camino.

- Karin-sama, según el conteo, hemos acabado con casi una cuarta parte de las fuerzas del enemigo, pero aún no hemos encontrado a su general. – Informó Juniku, la rubia de coletas se llevó una mano al mentón.

- No puede esconderse por mucho tiempo, mientras más bajas tenga su ejército, menos sitios tendrá para huir, así que nuestra mejor opción es seguir presionando hasta obligarla a salir.

- Entendido Karin-sama. – Siguieron observando el campo de batalla, entre las dos generales que tenía, era más que suficiente para que Sousou sonriera, ella definitivamente ganaría esa guerra, con tal de cumplir su ambición.

Terminando con el tercer grupo, con la señal de Shuri, dispararon a la sección del ejército el cual tuvo varias bajas, con sus números debilitados, fue el momento para que descendieran a terminar el trabajo.

- Llegó nuestro turno, hay que reducir sus números lo más que se pueda. – Exclamó Kai, los soldados ya estaban listos para partir.

- Escuadrón, a la carga. – Con la orden de Aisha, todo el grupo empezó a avanzar con dirección al confundido grupo de turbantes amarillos.

- Ah, que hago. -Una chica de cabello rosado se encontraba ahí, sin idea de cómo actuar, eso hasta que escuchó pisadas. - ¿Qué?

- ¡Nos atacan! – Uno de los bandidos avisó al ver llegar el ejército en dirección hacia ellos, la chica pelirrosa se puso pálida.

- Esto es malo… nunca quise que todo terminará de esta manera… no fue lo que nosotras teníamos en mente al empezar todo esto… se supone que solo queríamos mostrar nuestro talento…

- Hay que huir, lleven lejos a nuestra general. – Un grupo de turbantes tomó a la chica y se la llevaron a pesar de sus quejas, para estos, ella era alguien quien no debería ser capturada, así que se usarían como carnada mientras ella escapa.

- Rinrin acabará con todos estos chicos malos. – La pequeña no perdió el tiempo en empezar su ataque, derribando a varios enemigos en su camino.

- Debemos de defender, arqueros. – Los enemigos prepararon sus arcos, listos para disparar contra el ejército de Kai, para ese momento una multitud de flechas volaron hacia ellos, más en específico hacia el sitio donde estaba Kai.

- ¡Mi señor, cuidado! – Aisha se alertó debido a la posibilidad de que el peliazul acabe muerto; sin embargo, no contaba con el hecho de que tenía algo escondido, se vio en su sonrisa.

- (Finalmente puedo poner en práctica eso que me enseñó Cu) – Las flechas se fueron acercando cada vez más, Aisha solo pudo mantener el pánico en su rostro al creer que vería morir a su señor, eso hasta que ocurrió lo siguiente.

Kai agitó su lanza en aquel momento, generando una onda de viento con la suficiente fuerza para desviar todas las flechas que iban a caer sobre él, causando que todas se desviaran de sus direcciones y de esa forma salió ileso.

- ¿Q-Qué pasó? – Aisha no podía creer lo que había visto en ese momento, Kai puso una gran sonrisa.

- Esta es una de las habilidades que he aprendido recientemente, protección contra las flechas.

- ¡Wow, onii-chan es tan genial! – Exclamó Rinrin con emoción.

- Kai-san es asombroso… - Sui se sentía de la misma forma, aunque se mostraba un poco más avergonzada al respecto con demostrar sus sentimientos.

- Sus flechas nunca me alcanzarán a mí y a mis hombres, así que intenten atacar todo lo que puedan, no pasará. – Exclamó, aquella demostración elevó más la moral de sus soldados que fueron al ataque.

- Mi señor… - En ese momento el peliazul sintió una sensación peligrosa a sus espaldas, cosa que lo puso tenso.

- Aisha…

- La próxima vez no se esconda algo así, que casi me muero del susto, no quiero verlo morir. – Exclamó la pelinegra, estaba enojada pero igual entendía su preocupación, Kai soltó un suspiro.

- Lo entiendo… y lamento no haberlo dicho antes, es que apenas lo pude poner en práctica.

- Solo no sea tan imprudente, es importante para la ciudad y para todos… incluso para mí es muy importante… - Eso último lo dijo bajo para que el peliazul no la escuchara. – No se exponga al peligro de esa forma nuevamente ¿sí?

- Claro Aisha. – Asintió el peliazul, ya con eso ella volvió a sonreír. – Por ahora tenemos un ejército que acabar.

- Claro mi señor, hay que asegurar la victoria para nuestro ejército.

- Así será. – Miró a ver atrás. – Shuri, ordena a los arqueros atacar.

- Sí Kai-san. – La pequeña rubia levantó la mano. – Arqueros, preparen. – Así los soldados prepararon sus arcos y apuntaron al cielo, Shuri apuntó con su abanico al frente. - ¡Fuego!

La lluvia de flechas proveniente del ejército de Kai voló con dirección a las fuerzas separadas de los turbantes amarillos; debido a la reciente confusión de ver como sus disparos fracasaron, no pudieron prepararse lo suficiente para el ataque ahora recibirían.

- ¡Cuidado! – La advertencia llegó tarde, la lluvia de flechas empezó a impactar a varios soldados enemigos, algunos cayeron muertos, otros recibieron heridas grandes y se limitaban a huir, la formación que llevaban se había roto.

- ¡No van a huir! – Rinrin llegó al momento justo, golpeando a unos tres soldados enemigos con su arma. – Rinrin los detendrá como sea.

- ¡No hay caso, ataquen! – Los turbantes amarillos no vieron posibilidad de escapar por lo que tomaron el curso de atacar en ese momento, un error que les costaría caro.

- Cayeron en la trampa, tal como Shuri predijo. – Kai sonrió en ese momento, observando a unos cuantos enemigos ir hacia él. – Entonces solo debemos de terminar el trabajo. – El peliazul no tardó en golpear a uno de estos con el costado de su lanza en el abdomen, de forma seguida lo usó para impulsarse con una patada hacia el segundo y con el tercero aterrizar pisando su cabeza.

- Es momento de demostrar cuanto voy a ayudar a Kai-san. – Sui se lanzó con fuerza hacia el enemigo, llegando a acabar con dos enemigos de paso y demostrando un buen dominio de su arma.

- Se ve que tiene habilidad. – Comentó Aisha, una vez ella terminó de acabar con un pequeño grupo.

- ¡Sui es asombrosa, Rinrin quiere pelear contra ella! – La pequeña estaba igual de emocionada, Kai observaba el desempeño de la castaña, quedando satisfecho.

- (Ella aún puede mejorar, pero está demostrando bastante bien sus habilidades.)

- Kai-san, el enemigo ha empezado a emprender la retirada. – Avisó Shuri, este miró al frente.

- Es nuestro momento, no hay que dejar que escapen, y de antemano, capturar a su general. – Ordenó, el grupo comenzó a avanzar con tal de cumplir la siguiente fase del plan.

- ¡Wuaah, que hago! – La chica de cabello rosado que estaba con el ejército de los turbantes amarillos se encontraba huyendo lo más rápido que podía, teniendo lagrimones en sus ojos. – Nunca quisimos que esto terminara de esta manera, por qué tuvo que ocurrir.

- Por aquí, rápido. – Uno de los bandidos señaló a ella que entrara a una casa abandonada para esconderse, ella no se lo pensó para entrar, teniendo que meterse hasta el fondo de una habitación, ella se agachó, cubriendo su cabeza.

- Nosotras nunca quisimos armar un ejército para conquistar China… solo deseábamos que la gente escuchara nuestras canciones. – Ella se lamentaba como terminó de esa forma, cuando solo poseía un sueño muy inocente junto a sus hermanas, cuando pensaba que las personas empezaron a amarlas en el momento que obtuvieron aquellos micrófonos que les dieron, todo se tergiversó hasta ser tachadas ahora como las creadoras de los turbantes amarillos. – Por favor… que esto se detenga…

Empezó a sentir temblores cerca, lo cual la alertó, ella se cubrió la boca para no hacer demasiado ruido, a pesar de todo el miedo la estaba invadiendo, temía que fuera encontrara y posteriormente la mataran por ser la general de ese ejército, ella cerró los ojos con fuerza, orando que no se acercaran a ella.

El leve sonido de una puerta abriéndose se hizo presente, ella sabía que estaban ahí, era cuestión de tiempo antes de que la encontraran.

- Mi señor, no hay otro sitio donde el general pueda esconderse, hay que buscar en todos lados. – La pelirrosa empezó a temblar, por su mente pasaron todo tipo de imágenes donde ella era totalmente asesinada y su cabeza sería colgada, sintió sus lágrimas comenzar a recorrer sus mejillas.

- (¡Me van a matar!)

- Solamente falta esta habitación. – Y entonces abrieron la puerta, ella no tenía muchas opciones a la mano, era pelear o morir… y escogió la primera opción.

- ¡Yaaaaaah! – Ella saltó tomando una silla para atacar con los ojos cerrados, esperaba poder derribar a su enemigo, pero solo sintió como la silla fue destrozada. - ¿Eh?

- Oye, eso es peligroso. – Ella levantó la mirada, encontrando a un joven de cabello azul y ojos rojizos, poseía una lanza en su mano, un arma… capaz de matarla.

- ¡Por favor, no me mates, yo nunca quise hacer esto, te lo juro, perdóname la vida! – Empezó a rogar mientras lloraba, aunque conociendo al enemigo, no serían tan amables. – (Lo siento mucho Chihou, Renhou… su hermana mayor irá primero al cielo.)

- ¿De qué hablas? – La pelirrosa levantó la mirada en confusión, viendo al chico.

- ¿No vas a matarme?

- … No realmente. – Este soltó un suspiro. – El plan es capturarte con vida, nadie te hará daño, eso puedo asegurarlo.

- … Entonces… ¿todo se acabó?

- Claro. – Respondió este, la pelirrosa no aguantó más, cayendo de sentón mientras empezó a llorar del alivio, Kai no sabía qué hacer al respecto, simplemente desviando la mirada.

- (No sé cómo tratar a las chicas en estas situaciones…)


Los tres bandos pudieron capturar a las generales enemigas y con ello la organización de los turbantes amarillos se desmoronó, acabando con el ejército para siempre, de ese modo, el esfuerzo conjunto de Kai y Sousou logró evitar una gran tragedia para China y seguramente serían recompensados. Actualmente estaban reunidos en su campamento por una razón en específico.

- Ugh… esto no puede salir nada bien. – Tres chicas estaban atadas de manos y sentadas frente a Sousou, se encontraba ahí la chica de cabello rosado, de igual modo se encontraba una de cabello verde atado a una coleta lateral y la otra chica poseía un cabello purpura corto y llevaba lentes.

- Así que estas son las hermanas Chou. – La rubia apoyó su cabeza contra su mano, viendo a las tres chicas que se pusieron tensas. – No pensé que individuos normales pudieran reunir a tantos bandidos para causar una rebelión.

- N-No fue nuestra intención, lo juramos. – Exclamó la pelirrosa entre lágrimas. – Nunca quisimos hacer esto, solo deseábamos que la gente escuchara nuestra canción. – Las otras dos asintieron, Sousou no cambió su expresión por nada.

- Karin-sama, estas tres son criminales que osaron desafiar el reino, no les espera nada más que la ejecución por intentarlo. – Al escuchar esa palabra, las tres palidecieron.

- ¡Nee-chan, vamos a morir! – Empezó a llorar la de cabello verde, en ese momento Kai intervino.

- Estás exagerando Sousou, tienes algo más en mente con ellas seguro. – En ese momento la rubia sonrió.

- Parece que pudiste ver a través de mi máscara… entonces, ustedes tres. – Las hermanas detuvieron su llanto en ese momento. - ¿Pueden explicarme como es que reunieron un ejército tan grande?

- Eso… - La pelirrosa empezó a hablar puesto que era la más calmada en ese momento. – Nuestro sueño siempre fue actuar frente a un público, ser cantantes que pudieran capturar los corazones de la gente y recibir apoyo… solo queríamos hacer felices a los demás, por esa razón es que estudiamos tácticas para atraer fanáticos… pero lo que obtuvimos fue tener a todos estos bandidos que buscaron acabar con el reino.

- ¿No podrían haberlo dejado? O siquiera decirles que no buscaban invadir. – Preguntó Kai.

- Lo intentamos, pero todo se salió de nuestro control, además de que… estábamos felices con tener un público, aunque no como lo esperábamos…

- Al final fue una situación que se salió de control… - El peliazul se llevó la mano al mentón. - ¿Qué piensas? – Dirigió su mirada a Sousou, ella se encontraba pensativa.

- Dicen que lograron reunir a todos esos bandidos con tácticas ¿estudiaron eso de libros?

- Sí, encontramos unos libros de guerra y de ahí pudimos aprender a reunir gente con nuestro conocimiento, pero acabó como fue… - La pelirrosa bajó la mirada, tal parecía que captó algo de interés en la rubia.

- ¿Cuáles son sus nombres?

- Esto… yo me llamo Choukaku. – Se presentó la pelirrosa.

- … Chouryou… me encanta leer y aprender muchas cosas. – Fue el turno de la de cabello purpura, ahora solo quedaba la peliverde.

- …Chouhou… ¿van a matarnos?

- … Sería lo más común, entregarlos a la capital y que dicten su sentencia ahí, más seguramente la muerte. – Las tres hermanas ya temían lo peor. – Pero tengo otros planes. – Ella se levantó en aquel momento y entonces las apuntó con su dedo. – Sí aceptan ser mis subordinadas, puedo perdonarles la vida y asegurar que nunca las tocarán el estado, siempre y cuando cumplan con mis órdenes.

- ¿Karin-sama? – Juniku vio a su señora con asombro. - ¿Qué está diciendo? No puede aceptar a estas peligrosas criminales como si nada.

- Keifa, el hecho de que pudieran reunir a tantos soldados es una hazaña digna de reconocimiento, podríamos poner eso a prueba en nuestro ejército al igual que elevar su moral, no hay forma de que pueda desperdiciar ese talento cuando lo tengo enfrente.

- Pero… - De cierto modo la estratega castaña sabía que no hay forma de hacer cambiar de opinión a Sousou por lo que le siguió la corriente. – Bien… es su decisión.

- Entonces… ¿Qué dicen? ¿Aceptan volverse mis subordinadas? – Les preguntó, las tres chicas no sabían que pensar, era demasiado bueno para ser verdad.

- Nee-san, creo que esto podría ser una trampa, nos estará engañando. – Expresó Chouryou.

- Tiene razón, no deberíamos aceptar. – Chouhou estaba de acuerdo, pero Choukaku vio algo, de cierto modo, la rubia no tenía segundas intenciones detrás de sus palabras… ella genuinamente las quería para trabajar con ella.

- Chicas… creo que es mejor que aceptemos. – Esa respuesta sorprendió a ambas.

- ¿Estás de acuerdo con su propuesta? – Preguntó la peliverde, Choukaku asintió.

- Sí bien ella fue nuestra enemiga, no creo que sea alguien que mienta, estoy segura de que nos dará cierta libertad para poder realizar nuestros conciertos… que estando a su subordinación podremos cumplir nuestro sueño, así que Chouhou-chan, Chouryou-chan… digo que vayamos con ella. – Las dos escucharon las razones de su hermana mayor y no tenía nada por lo cual refutar, sus argumentos eran válidos.

- … Está bien, sí tú dices que es de confianza, entonces no tengo objeción. – Respondió Chouhou, la pelipurpura asintió.

- Confiamos en tu instinto nee-san. – Ver que ambas la apoyaban alegró a la pelirrosa, ya esta miró a Sousou.

- Lo hemos hablado y tomamos una decisión… con gusto seremos sus subordinadas, si podemos poner nuestros conocimientos para usted, que así sea. – Sousou sonrió al escuchar la respuesta.

- Excelente… ahora ustedes tres serán mis nuevas subordinadas, pronto partiremos de regreso a Gi, por lo que deben de prepararse. – Miró a ver a Kai. - ¿Eso te parece bien?

- Realmente no perdiste el tiempo en hacer crecer tus fuerzas. – El peliazul soltó una risa por debajo. – No tengo ninguna objeción, sí puedes mantenerlas seguras, es más que suficiente.

- Yo aprecio a cada subordinado que tengo, por lo que puedo asegurar que no les pasará nada. – Miraron a las tres chicas que lloraban del alivio, sabiendo que van a vivir, Kai asintió satisfecho.

- Entonces no tengo nada más que decir.

Al poco tiempo regresaron a sus respectivos campamentos, necesitaban recoger las cosas para ya volver a sus respectivas ciudades.

- ¡Kai-kun! – Touka fue corriendo hacia el peliazul en aquel momento. - ¡Estás bien!

- Claro, prometí que volvería así. – Respondió este. – Todo se ha terminado, esas tres chicas solo tuvieron mala suerte de involucrarse en esto pero Sousou decidió acogerlas para que no sean ejecutadas.

- Menos mal. – La pelirrosa suspiró del alivio. – Ya regresaremos a nuestro hogar.

- Así es.

- Mi señor. – Aisha llegó en ese momento junto a las demás. – La reunión debió de acabar, seguro todo salió bien.

- Onii-chan mostró quien es el que manda, acabando con los bandidos y hasta desviando flechas. – Rinrin no dejaba de exclamar las hazañas que realizó el peliazul.

- Juju~ parece que hizo algo interesante mientras no estaba, deberá mostrármelo en un entrenamiento. – Expresó Sei.

- Habiendo presenciado la fuerza de Kai-san de cerca, puedo decir que me alegra ser parte de su ejército. – Comentó Sui.

- Al regresar tendremos trabajo, así que primero hay que encargarse de los asuntos pendientes. – Recordó Shuri, Hinari asintió.

- Así es, nada de holgazanear. – Kai soltó un suspiro.

- Eso lo sé… pero ahora las cosas deberán ser distintas, por este logro deberán de darnos algo a cambio.

- Solo espero mi paga, aunque conociendo al emperador… - Kousonsan desvió la mirada, a lo que Shion soltó una pequeña risa.

- Acabamos con un ejército capaz de acabar con el país, seguro nos darán una buena recompensa.

- Ya no tenemos nada más que hacer aquí, es momento de irnos. -Expresó Kai, se dieron la vuelta, observando por última vez el campo de batalla. – Logramos nuestro objetivo y no tuvimos tantas perdidas, ahora nos enfocaremos en hacer crecer más nuestra ciudad y que nos reconozcan.

- Con lo conseguido, es algo seguro. – Señaló Aisha con una sonrisa. – Esto no va a pasar desapercibido, así que no tendrán de otra que reconocer su puesto y sea un gobernante oficial.

-Así es… nuestro reino, Shoku va a crecer y prosperar, trabajaremos por ello. – Ya entonces empezó a alejarse, con las demás detrás de él. – Regresemos y tengamos una pequeña celebración, por el triunfo.

- ¡Sí, fiesta! – Rinrin se emocionó igual que las demás. Con la amenaza de los turbantes amarillos desaparecida, ya pueden volver a la ciudad y descansar, volver a los días tranquilos mientras hacen crecer su pequeño reino en vías de ser reconocido, eso no sería más que el comienzo para que las hazañas e imagen de Kai comiencen a reconocerse por toda China.


Y con esto se acaba el arco de los turbantes amarillos, se resolvió el problema y entonces pueden volver, ya los siguientes caps serán tranquilos con un mayor enfoque en las relaciones con las chicas pero igual quiero sacar ya al resto de personajes de la facción de Shoku, así que estaremos viendo nuevas apariciones en siguientes caps mientras el cast se va relacionando cada vez mejor, con eso no tengo nada más que decir, nos vemos en el próximo cap. Saludos.