En las cercanías del cinturón de Kuiper, una nave espacial volaba sin un rumbo aparente. La nave apenas estaba completa y conforme se adentraba más en cúmulo de cuerpos transneptunianos, más partes de ella de desprendían dejando atrás una estela de destrucción.

Piloteando la nave, se encontraba un moribundo ser de traje verde y negro que trataba de mantenerse con vida y lograr su objetivo.

En la vasta oscuridad del cinturón de Kuiper, la nave dañada se deslizaba silenciosamente entre los cuerpos helados. A bordo, el ser de traje verde y negro, un veterano Lantern, luchaba contra las heridas y el agotamiento. Su misión: encontrar un sucesor digno para su anillo de poder, una tarea que había llevado a cabo con urgencia desde que sintió que su fin estaba cerca.

El Lantern, conocido como Varix de sector 2814, había servido al Corps con honor durante siglos. Pero ahora, su luz se debilitaba, y con ella, la esperanza de mantener la paz en su sector. Con cada respiración dificultosa, Varix se aferraba a la vida, guiando la nave con su voluntad hacia el planeta donde el anillo encontró su sucesor.

No dudaba del anillo, pero aún así quería conocer al quién cuidaría su querido sector 2814.

Mientras la nave se acercaba a su destino, Varix recordaba los rostros de aquellos a quienes había jurado proteger, las batallas libradas y los sacrificios hechos.

La nave, impulsada por la última voluntad de Varix, se adentró en la atmósfera terrestre, dejando tras de sí un rastro de fuego y humo. Varix, con su visión borrosa y su fuerza menguante, enfocó su mente en el anillo, instándolo a encontrar a llevarlo con quien seguiría su labor con Green Lantern. El anillo, respondiendo al llamado, se desprendió de su dedo y salió disparado hacia el desconocido.

Mientras tanto, Izuku Midoriya caminaba sin rumbo fijo por las calles de Musutafu.

¿Se había equivocado? Pensó mientras recordaba lo que había pasado no hace mucho.

Se habia encontrado con All Migth, su ídolo, y en un acto impulsivo se había aferrado a él en un intento de detenerlo y hacerle una pregunta muy importante. ¿Se podía convertir en un héroe a pesar de no tener un quirk?

Pero ni siquiera había tenido la oportunidad de preguntarle. All Might le había gritado y regañado por su imprudencia y por haber hecho que perdiera al villano de slime qué minutos antes casi lo mata, y que el héroe número 1 había capturado en una botella de agua.

Después de eso, el mismo villano había capturado a Bakugo, y ningún de los héroes podía hacer nada. Nuevamente actuó por impulso, y salvo a su viejo amigo, ahora Bully personal. Pero envés de recibir a lagos o minimamnte un "lo hiciste bien" fue regañado por todos los héroes presentes incluido All Might qué ahora lo veía con tanta decepción que le dolía.

Fue detenido por la policía un par de horas donde recibió más regaños.

¿Se avía equivocado? Pensó mientras veía su libreta de anotaciones donde Ms. Joke le había dado su autografo. La heroína, la única que en todo el día le había tratado con algo de amabilidad le había dado su autografo después de que salido de la estación de policía.

Ojeo las hojas, recordando cuando hizo cada anotación y su tristeza desapareció, siendo remplazada por determinación. Sería un héroe sin quirk, el seria la gran excepción. Talvez no detendrá los grandes peligros como All Might, o demás héroes, pero los villanos no eran el único mal que aqueja el mundo.

Izuku Midoriya, con su determinación intacta, seguía caminando por las calles de Musutafu. A pesar de los regaños y la desilusión de All Might, no se rendiría. Su libreta de anotaciones, llena de ideas y estrategias, era su compañera constante. Si no podía ser un héroe con un quirk, sería un héroe de otra manera.

Podría detener carteristas, simples ladrones. Talvez tendría que esforzarse más, pero todo valdría la pena.

Fue sacado de sus pensamientos cuando paso aún lado de la playa de Dagobah y una fuerza extraña lo obligó a meterse en una vieja nevera.

--¡Lo que me faltaba¡-- Dijo en un tono molesto mientras forcejeo con la nevera para abrirla, aunque su molesta paso a asombro cuando vio que de alguna manera estaba sobre volando el océano. --¿Qué mier...?-- Izuku dijo al ver el aura verde que rodeo la nevera.

La nevera se sacudió un poco obligando a Izuku a sujetarse con fuerza y haciéndolo notar el anillo que ahora estaba en su mano y que también brillaba con una aura verde.

Su mente trabajando a mil por hora no tuvo más tiempo para pensar cuando la nevera se detuvo en seco en una zona árida. ¿Estaba en Australia? Pensó mientras veía un canguro saltar asustado de su repentina aparición.

Cómo si tuviera conciencia propia, el anillo lo jalo en una dirección e Izuku no tuvo de otra que caminar por donde lo guió el extraño objeto y su mente no pudo evitar hacer muchas preguntas. ¿Qué era este anillo? ¿Era una especie de arma? ¿Si queira era todo esto real? ¿Como carajos llego tan rápido a Australia?

Su divagacion termino cuando notó el tarro de destrucción por donde el anillo lo llevaba. --Estoy seguro que eso no es humano.-- dijo en un tono bajo mientras veía la nave casi desecha donde el anillo lo llevó.

--Apenas eres un niño.-- Varix dijo en un perfecto japonés llamando la atención de Izuku.

El Naktosiano, dijo con un ligero toque de diversión antes de gemir de dolor cuando intento acomodarse. --El anillo nunca se equivoca.-- tocio sangre azul asustando al ya confundió Izuku.

--Hablas mi idioma.-- Izuku fue lo único que dijo, lo único que su mente pudo pensar.

No estaba sorprendido del extaño aspecto del hombre, su piel, rasgos diferentes y sangre auzl era algo que se podría deber a un quirk de mutación. Pero esa extraña nave casi desecha era algo que juraría nunca había visto. Aunque realmente no sabía nada de aeronaves o trasvordadores.

--Es el anillo.-- Dijo Varix con voz más tranquila. --Nos permite entender y hablar cualquier idioma.--

El anillo en el dedo de Izuku brillaba con una intensidad que parecía responder a su asombro. Varix, el Naktosiano, se esforzó por sentarse, su piel azul palideciendo aún más. La nave dañada crujía a su alrededor, y el aire estaba cargado de electricidad.

--Se que será algo confuso pero el anillo te eligió.-- dijo Varix, su voz resonando con alegría que contrarresto con su estado moribundo. --Tu voluntad es grande, eso puedo verlo. Protege este sector como Green Lantern. -- declaró solemnemente.

Izuku Midoriya, con su mente girando en círculos, observó a Varix, el Naktosiano, con asombro y confusión. El anillo en su dedo brillaba intensamente, y la nave dañada crujía a su alrededor. ¿Cómo había llegado a esta situación? ¿Qué significaba todo esto?

--¿Green Lantern?... ¿Qué...?-- balbuceó Izuku, tratando de comprender.

Varix sonrió, aunque su piel azul palidecía aún más. --El anillo te eligió-- explicó con alegría, a pesar de su estado moribundo. --Tu voluntad es grande, eso puedo verlo. Protege este sector como Green Lantern-- declaró solemnemente.

Izuku parpadeó, sintiéndose abrumado. ¿Cómo podría enfrentar tal responsabilidad? Pero la determinación ardía en su pecho. No importaba si no tenía un quirk; él sería un héroe.

--Alguien más vendrá a aclarar tus dudas-- dijo Varix, interrumpiendo los pensamientos de Izuku. --Lamento poner tal carga en ti-- añadió.

El anillo brilló con intensidad cuando Varix tomó la mano de Izuku, y el joven también comenzó a emitir un resplandor esmeralda. Su ropa cambió, transformándose en un uniforme similar al de Varix: un leotardo negro y verde con guantes blancos.

--Te queda bien-- comentó Varix con genuina alegría antes de toser sangre. --Esta será mi última petición. De un linterna a otro... Llévame a mi casa. Quiero que me entierren en mi mundo natal-- solicitó.

--¿Yo?-- murmuró Izuku, aún sin entender completamente lo que estaba sucediendo.

--Solo quería conocer a mi sucesor-- dijo Varix, tosiendo más sangre mientras apretaba la mano de Izuku. --Mi mundo está a solo cuatro días de aquí... Por favor, concédeme este capricho de un viejo terco-- suplicó.

Izuku Midoriya asintió, sintiendo la gravedad de la situación. El anillo en su dedo parecía vibrar en respuesta a la petición de Varix. Aunque no entendía completamente lo que estaba sucediendo, sabía que no podía negarse.

--Lo haré-- dijo Izuku con determinación. --Te llevaré a tu mundo natal-- prometió.

Varix sonrió, su expresión llena de gratitud. --Eres un buen hombre, Izuku Midoriya. La voluntad es tu mayor arma. No la subestimes-- advirtió.

--¿Como lo hago?-- Izuku pregunto dudoso mientras examino su alrededor.

--Solo céntrate en tu misión. El anillo ara el resto.-- Varix dijo aun aferransose a su vida.

Izuku solo tomo a Varix en sus manos, sorprendido por la facilidad con la que cargo a un ser que casi triplicó su peso y estatura. Una aura esmeralda cubrió a los dos antes de que fueran elevados a una gran velocidad del suelo.

Miles de pensamientos pasaron por la mente de Izuku qué solo vio con incredulidad como en cuestión de segundos ahora estaba en la orbita de la luna, y seguía alejandose a gran velocidad, aunque le risa de Varix lo regreso a su misión.

--La primera vez siempre es grandiosa, salir de tu planeta sin ayuda de tecnología...-- tocio más sangre Varix. --Creeme, te acostumbras.--

Izuku estuvo apunto de preguntar algo pero el estado moribundo de Varix lo hizo enfocarse nuevamente en su misión. El ya lo había dicho, alguien vendría a explicarle todo. El solo tenía que enfocarse en cumplir la última voluntad de Varix, después se preocuparía por todo.

El camino al planeta natal de Varix fue tranquilo, y simplemente irreal. Había cambiado de sistema solar en cuestión de un día, algo que ni siquiera debía de ser posible.

Habia pasado por infinidad de planetas y estrellas, que no puedo evitar que todo era un gran sueño del cual no queira despertar.

Ahora, con la percepción del tiempo dañada Izuku entro a un planeta rocoso que era tres veces más grande que la tierra, dos lunas tierraformadas. El planeta con una atmósfera rosa, era un gran espectáculo visual qué Izuku admiro por un momento antes de ver a Varix en búsqueda de la confirmación de que era su mundo, pero se quedo en silencio al ver a Varix inerte en sus brazos.

Izuku se quedo un momento en silencio prosesando la muerte del individuo. Real o no, aún así le dolió un poco. Entro al planeta llamando al atención de algunos Naktosianos de la pequeña ciudad donde entró guiado por el anillo.

Se detuvo ante una casa de extraña arquitectura. No necesito una explicación de donde estaba, el anillo sabía lo que hacía.

Con algo de duda, llamó a la puerta donde rápidamente una mujer Naktosiana salió acompañada de dos niños.

La mujer Naktosiana, con su piel de tono azul claro y ojos brillantes, se derrumbó al ver el cuerpo inerte de Varix en brazos de Izuku. El joven Green Lantern no supo qué decir mientras la mujer lloraba, y los dos niños que la acompañaban miraban con curiosidad y tristeza.

--¿Papá está dormido?-- preguntó uno de los niños, intentando acercarse a Izuku. Pero su madre lo detuvo con ternura.

--No, cariño. Papá no está dormido-- respondió la mujer con voz suave y triste mientras abrazo a su hijo con fuerza.

El ligero escándalo atrajo la atención de los demás vecinos de la pequeña ciudad Naktosiana. Rápidamente, comprendieron la situación. Varix era conocido por todos, y la noticia de su regreso y su trágica muerte se extendió como un susurro entre las casas de extraña arquitectura.

Los Naktosianos se organizaron para darle un funeral digno al veterano Green Lantern. La atmósfera rosa del planeta parecía cargada de emoción mientras la comunidad se reunía en torno a Izuku y al cuerpo de Varix. Las luces de las dos lunas tierraformadas iluminaban el lugar, creando un ambiente solemne y hermoso.

Izuku se sintió abrumado ver el cuerpo inerte de Varix le hizo entender que todo lo que había pasado fue verdad y no un extraño sueño.

Se elevó en el cielo guiado por el anillo pero se detuvo al ver acercarse a la esposa de Varix.

--Por lo menos quédese a la ceremonia.-- Dijo ella con voz tranquila y mostrando total respeto al Lantern qué le dio la oportunidad de despedirse de su amado esposo.

Izuku lo pensó por un momento antes de recordar. "Mi mundo solo esta a cuatro días de aquí." cuatro días, cuatro días en los que su madre no sabía nada de él. Cuatro días que pasarían a ocho solo por el viaje de regreso.

--Me gustaría hacerlo, pero...-- Izuku vio al cielo aun confundido por todo lo que había pasado.

--Entiendo.-- Dijo la mujer con voz tranquila. --Tienes tus responsabilidades como Green Lantern.-- Dijo ella dando una mirada a Izuku. --Gracias... Cuando me case de él, me había hecho a la idea que un día no regresaría... Que trajeras su cuerpo significa mucho para mi.--

Ella saco algo de su bolsillo e Izuku bajo del cielo al ver que le iba a dar algo. --Tal vez no signifique nada para usted. Pero es un gesto de agradecimiento.--

La mujer le dio una piedra un extraño material que Izuku vio con detenimiento. --No le quitare más su tiempo. Nuevamente gracias por traer su cuerpo.--

La mujer Naktosiana solo se alejo de Izuku el cual volvió a retomar su vuelo saliendo de la atmósfera del planeta en cuestión de segundos.

Fin del capitulo.

Aclaraciones.

No se que estoy haciendo en este fic. Lo escribí porque no lo pude sacar de mi cabeza.

Además quiero escribir un fic de bnha qué sobrepase las 100 visitas. No entiendo porque no les gusta.

En fin, den ideas para continuar con este y otros fics.