En medio de la lluvia, del bosque y de la noche, un Oshawott llevaba un pequeño paraguas abierto, mirando una flor que estaba botada en el pasto mojado. Él estaba muy triste, pareciera que lo habían rechazado una propuesta de noviazgo de un Pokémon que él amaba. El ambiente era muy melancólico.

Aparece delante de él un Snivy con una hoja grande que servía para cubrirse de la lluvia. Se acercó a él y miró la flor botada en el pasto, y por supuesto, la cara de tristeza del Pokémon nutria.

Ella después recogió la flor y se la dio a Oshawott. Pareciera que quería consolarlo, entregando la flor que él quería darle al Pokémon que lo rechazó anteriormente. Oshawott se veía contento, pareciera que eso le hizo sentir bien. Se podía decir que ellos dos eran amigos muy cercanos. La nutria, de forma inesperada, le entregó la flor a Snivy. Ella se sorprendió por su acción. Él la estaba proponiendo noviazgo, uno nuevo y mejor que el que tuvo antes. La serpiente hierba, de forma increíble, aceptó la propuesta del tipo agua. Ellos acercaron sus cabezas y se dieron un tierno beso. Un nuevo romance había empezado.

Después, la noche se aclaró de repente y se puso de día en un instante. Oshawott, con una pequeña pala en sus manos, cavó un hoyo en el pasto, para luego dejar la flor que le dio a Snivy en el agujero. Enseguida él tapó el hoyo y dejó la flor enterrada. En eso, del hoyo salió un tremendo árbol lleno de vida, en el cual los dos Pokémon iban a vivir juntos en él.