Capítulo 2 un nuevo viaje parte 2.
Ya por la tarde noche Katsushiro fue a una posada para descansar y no se sorprendió de ver a Gorobei, y Kikuchiyo que le presumía que mató a muchos Ayakashis por lo que se a vuelto mucho más fuerte.
Katsushiro se alegró de que sus amigos no han cambiado aun con todo lo que paso en la guerra de Kanna por lo que decidió no dejar que esto lo afecte y seguir adelante.
Un rato después entró Heihachi con un sacó de arroz que dejó en el piso y Gorobei curioso preguntó.
—¿Y de dónde sacaste eso?
Heihachi sacó un poco del arroz para cocinarlo y con una gran sonrisa respondió.
—Es un botín de guerra que saque del almacén de la capital que apesar de todas las explosiónes que hubo estaba intacto y pensé que nos sería útil.
Heihachi estaba muy emocionado cocinando el arroz y Katsushiro le dijo.
—Que bueno, que Kikuchiyo te dijo del almacén de la capital porque a mi se me olvido decirte.
Heihachi miró un poco confuso a su compañero y con una sonrisa risueña dijo.
—Entonces los dos son unos olvidadizos porque fue Kyuzo, quien me dijo del almacén de la capital la noche antes de que fuéramos contra Ukyo.
Los tres se sorprendieron y al poco rato entró Kyuzo que se acercó a Katsushiro para decirle.
—Gracias por lo de esta tarde.
Todos se quedaron estupefactos y Kyuzo se dirigió a la ventana, y se sentó junto a esta para ver el paisaje.
Al poco rato Heihachi curioso se acercó a Katsushiro para preguntarle.
—¿Y qué fue lo que hiciste para alegrar a Kyuzo?
Katsushiro lo pensó por un largo momento y respondió.
—La verdad no lo sé.
Kikuchiyo miró a Kyuzo y molesto dijo.
—¡Oye Kyuzo! ¿Por qué rayos no hablas claramente?
Kyuzo lo miró un instante y lo ignoro por completo y Kikuchiyo más molesto dijo.
—¡Como me saca del quicio este tipo que le cuesta hablar un poco más!
Gorobei se rió de la escena y con una sonrisa dijo.
—Ya dejalo en paz. Él no va a compartir lo que sea que Katsushiro hizo para ponerlo tan feliz.
Kikuchiyo se molestó aun más y Katsushiro estaba muy confundido con lo que Kyuzo le dijo.
Más tarde todos estaban comiendo el arroz que Heihachi hizo y Gorobei con una sonrisa dijo.
—Qué rico arroz ¿Me preguntó de dónde viene?
Heihachi se sirvió más arroz y con una gran sonrisa respondió.
—Ese arroz es de la aldea Hikaru que esta relativamente cerca de la ciudad costera de Umirakyo.
Kikuchiyo se termino su arroz y confuso dijo.
—Para mi todo el arroz sabe igual, no entiendo como es que sabes tanto del arroz y aveces pienso que lo inventas todo.
Heihachi se rió y dijo con una sonrisa amable.
—Sabes Kikuchiyo dono hace mucho que no escucho eso de que todo el arroz sabe igual y eso me hizo recordar a Yasunori mi hermano mayor...
Todos se sorprendieron porque no sabia que Heihachi tuviera un hermano mayor y vieron como la sonrisa de su amigo se fue desvaneciendo cuando dijo.
—Que me regalo esta gorra de piloto unos días antes de... Morir durante la gran guerra y nunca encontraron su cuerpo.
Todos guardaron silencio por un momento y Heihachi aparentando estar bien dijo con una sonrisa un tanto forzada.
—Pero eso ya está en el pasado y Kikuchiyo conozco mucho del arroz porque mi familia solía comerciar con arroz, y muchos de los proveedores querían vender arroz de mala calidad como si fuera de primera, y yo era el catador.
Katsushiro y compañía se quedaron pensativos mientras el ambiente se estaba haciendo pesado hasta Kyuzo dijo con voz sería.
—Entiendo como te sientes yo tengo un hermano menor llamado Shido y estoy seguro de que estará muy triste cuando sepa de mi muerte.
Kyuzo miró a Katsushiro que respingo pensando que Kyuzo esta enojado con él, pero entendió que no era eso y dijo con cierta nostalgia en su voz.
—Yo tuve un hermano mayor que murió antes de que yo naciera y una hermana menor llamada Megumi a la que no he visto en un tiempo, y pensándolo bien debe de estar preocupada por mi.
Gorobei sonrió feliz de ver como la confianza entre ellos se fortaleze ya que durante la guerra de Kanna su relación fue muy superficial entre ellos y dijo.
—Yo no tuve hermanos, pero estuve casado con una hermosa mujer llamada Nanami que murió hace dos años y tuve tres hijos con ella, y no creo que ellos se pongan tristes cuando sepan que su viejo murió.
Kikuchiyo no sabia que decirle a los demás por lo que se quedó anormalmente callado y Gorobei se preguntaba por qué Kyuzo nunca les a dicho su apellido ya que le gustaría saber cual es su clan.
Después de comer todos fueron a dormir, pero Kyuzo se quedó despierto ya que estaba perdido en sus pensamientos y sus instrumentos divinos una zorra blanca llamada Sunako, y un conejo café llamado Tsukiko lo miraban con preocupación, y Gorobei se acercó para decirle.
—¿Pasa algo Kyuzo dono? Te ves muy preocupado.
Kyuzo con voz sería respondió.
—No es nada.
Gorobei se sentó junto a Kyuzo que lo miró un tanto confuso y Gorobei con una sonrisa divertida dijo.
—No me lo parece porque tus instrumentos divinos se ven preocupados y aunque sea difícil deberías de confiar más en nosotros para que podamos ayudarte.
Gorobei se quedó junto a Kyuzo como esperando una respuesta, pero nunca llegó por lo que se levantó y se fue dejando sólo a Kyuzo que suspiró profundamente, y acarició a Sunako, y Tsukiko mientras pensaba en como decirle a sus compañeros de su secreto.
A la mañana siguiente Katsushiro despertó con mucha energía se estiró y miró a Heihachi que estaba preparando más arroz para el desayuno, y Yukiri la gata negra e instrumento divino de Heihachi estaba jugando con el Teru Teru bozu de del joven.
Katsushiro se sorprendió de ver a Sunako que se le acercó y se frotó mimosamente con el joven que se alegró mucho de ver que los instrumentos divinos de sus amigos son amigables, y comieron el arroz que hizo Heihachi, y después Gorobei con una sonrisa dijo.
—Hay unos Ayakashis en la ciudad y será mejor que nos encargamos de ellos antes de ocurra algo malo.
Kyuzo se levantó y Sunako fue con él que estaba listo para pelear, pero Gorobei con media sonrisa dijo.
—No tienes que venir Kyuzo dono. Con nosotros tres es más que suficiente.
Kyuzo se sorprendió y Gorobei junto a Heihachi, y Kikuchiyo se teletransportaron a otra parte dejando solos a Katsushiro, y Kyuzo que se volvió a sentar.
Mientras tanto...
Kikuri estaba cepillando su hermoso cabello rubio y mientras hacia eso pensaba en Katsushiro esperando volver a verlo pronto.
Kikuri no entendía porque pensar en Katsushiro le hace sentir mariposas en el estómago y pensó en hablar de esto con su madre cuando regrese con su padre, y de repente recordó que uno de los compañeros en la pequeña guerra en la que su padre esta involucrado también se llama Katsushiro, y rápido se levantó para salir de su cuarto he ir a los aposentos de sus padres.
Una vez ahí Kikuri buscó las cartas que les mando su padre y cuando las encontró, las leyó rápido, y vió que si hay un Katsushiro con él, pero no esta segura de que sea el mismo, y pensó en hacerle unas preguntas al joven cuándo lo vuelva a ver.
La joven guardó las cartas y fue a la cocina para preparar el desayuno para ella, y Kirina.
Una vez en la cocina Kikuri tomó varias verduras que pelo y cortó para ponerlas en una olla la cual puso en la estufa encendida, y agrego un poco de agua, y especias.
Kirina entró a la cocina saludo a su hermana y le preguntó con una sonrisa pícara.
—¿Por qué tan feliz hermana? ¿Acaso estas pensando en Katsushiro? Jijijijiji.
Kikuri respingo y con un poco de rubor en su cara respondió.
—No es nada Kirina.
La niña con una amplia sonrisa se rió un poco ya que era evidente que su hermana solo piensa en Katsushiro, pero antes de que le pudiera decir algo más un halcón entró por la ventana y se posó en un perchero hecho para él.
Las dos jóvenes se alegraron y rápido Kirina se acercó al animal para ver si traía una carta, pero no había nada, y la pequeña algo desepcionada dijo.
—Parece que Kyo solo vino a comer.
Kikuri suspiró profundamente porque ni su padre, ni su madre les han mandado una carta en un tiempo y dijo.
—Será mejor que le des su comida.
Kirina asintió y fue por la comida del halcón para alimentarlo, y un rato después Kikuri sirvió el desayuno, y le dijo a su hermanita.
—Después de desayunar iremos al lugar de siempre para entrenar un poco.
Kirina asintió y las dos comieron su comida, y la gata calico Nana se acercó para asegurarse de que todo esta bien, y Kikuri acarició a la gata.
Mientras tanto...
Katsushiro miraba a Kyuzo, quien meditaba tranquilamente apesar de que sus instrumentos divinos estaban jugando a las carreras por todo el cuarto, y Katsushiro se levantó para acercarse a su compañero al que le dijo.
—Se que es algo tarde, pero lamento mucho haberte disparado.
Kyuzo abrió sus ojos y miró al joven con severidad haciendo que él respingara, y Sunako junto a Tsukiko dejaron de jugar un poco espantados de ver a Kyuzo tan serio que dijo.
—Quiero que mates a Shimada Kambei en mi nombre.
Katsushiro se sorprendió mucho, pero sus ojos se llenaron con determinación y dijo con voz sería.
—Lo haré.
Una sonrisa se formó en el rostro de Kyuzo que dijo.
—Pero todavía no estas listo para el combate...
Katsushiro se desánimo al oír eso y Kyuzo continúo diciendo con voz sería.
—Por eso yo te entrenare como se debe.
Katsushiro se sorprendió de lo que dijo Kyuzo y su nuevo maestro se levantó, y salió de la posada acompañado por sus instrumentos divinos.
Katsushiro no podía creer lo que estaba pasando y rápido siguió a Kyuzo ya que de seguro lo va a entrenar en otro lugar.
Veinte minutos después los cuatro llegaron a un campo baldío y Kyuzo transformó a sus instrumentos divinos en sus espadas, y sin más atacó a Katsushiro que apenas se pudo defender de los ferozes cortes de Kyuzo.
Las espadas de los dos chocaron múltiples veces y Katsushiro apenas podía mantener el paso de su maestro que lo atacaba como si quisiera matarlo, y cuando el joven detuvo un corte de Kyuzo el con voz sería le dijo.
—Relaja tu respiración para que te puedas concentrar mejor en tus ataques.
Los dos se separaron para que Katsushiro pudiera relajar su agitada respiración.
Un rato después los dos continuaron con el entrenamiento y un momento más tarde llegaron Gorobei, y los demás que se alegraron de ver a Katsushiro, y Kyuzo teniendo un combate de práctica.
Gorobei sonrió feliz de ver que Kyuzo se está abriendo un poco más y dijo.
—Que bueno, verlos entrenar con tanto esmeró.
Kyuzo y Katsushiro se alejaron, y en fundaron sus katanas para tomar un pequeño descanso, y Heihachi se acercó a ellos para darles unas bolas de arroz, y Kikuchiyo le preguntó a Kyuzo.
—Haber ¿Dime que bicho te pico para qué estés entrenando con Katsunoji?
Kyuzo miró con in deferencia a Kikuchiyo que se molestó mucho y los demás se ríeron un poco porque Kyuzo siempre está haciendo enojar a su compañero, y Katsushiro dijo.
—Gracias Heihachi y bueno, estoy entrenando para poder derrotar a Kambei.
Gorobei asintió y con una sonrisa dijo.
—Ya veo Kyuzo dono no quiere quedarse con la espina del duelo pendiente, pero necesitarás de mucho entrenamiento si de verdad quieres derrotarlo.
Kyuzo terminó su bola de arroz sintió algo y se teletransportó a otra parte, y Kikuchiyo confuso preguntó.
—¿A dónde se fue ya derrotamos a todos los Ayakashis problemáticos?
Heihachi se encogió de hombros y Gorobei con una sonrisa dijo.
—No te preocupes tanto ya regresará más tarde.
Katsushiro terminó su bola de arroz y se puso a practicar katas, y un rato después llegaron Kikuri junto a Kirina lo que sorprendió al joven que preguntó.
—¿Que hacen aquí?
Kikuri muy feliz de ver a Katsushiro respondió con una dulce sonrisa.
—Aquí es donde mi hermana y yo solemos entrenar.
Gorobei notó algo peculiar en las jóvenes y Kirina con una sonrisa dijo.
—Bueno, ya que estas aquí ¿Por qué no entrenas con nosotras?
Katsushiro se puso un poco nervioso y sus compañeros lo alentaron, y al final aceptó lo que alegró mucho a Kikuri.
Los tres jóvenes entrenaban con gran esmeró y Gorobei dijo para sí.
—Ahora entiendo porque trajiste a Katsushiro aquí.
Kikuchiyo y Heihachi miraban como su compañero se está esforzando para superar sus límites, y el leñador dijo.
—Me da gusto ver que Katsushiro se está haciendo más fuerte.
Kikuchiyo asintió y Katsushiro se sentía feliz de tener a dos compañeras de entrenamiento bastante hábiles, y esperaba tener estas practicas todos los días.
Dos horas y media después los tres descansaban un poco del arduo combate de práctica, y Kikuri con un poco de rubor en su cara dijo con voz tímida.
—Te gustaría venir a cenar... Como agradecimiento por lo de ayer.
Katsushiro se sorprendió, pero asintió lo que alegró mucho a Kikuri y Kikuchiyo se acercó al joven, y con tono divertido dijo.
—Te estas volviendo todo un conquistardor Katsunoji juju, juju.
Katsushiro suspiró porque él no quiere empezar una relación con la joven cuándo todavía siente algo por Kirara y sin más todos fueron a la casa de Kikuri.
Mientras tanto...
Michiko llegó a Kogakyo sintiéndose triste porque no sabe que paso con su amado Kyuzo y dijo para sí.
—En verdad espero que estés por Kyuzo.
Michiko suspiró con profunda tristeza y se dirigió a casa seguida muy de cerca por Kyuzo al que no podía ver.
Mientras tanto...
Katsushiro y compañía caminaban a casa de Kikuri, y Heihachi revisando un papel, y Kikuchiyo se acercó a él para preguntarle.
—¿Qué estás viendo Heihachi?
El ingeniero se espanto un poco y rápido guardó el papel, y dijo.
—Sólo era la carta de un viejo amigo mío que hace un tiempo no veo.
Kikuchiyo con picardía dijo.
—Un amigo ya veo, pero la letra de esa carta era muy bonita como la letra de una mujer.
Heihachi respingo y Kikuchiyo se puso a molestar al leñador que se puso muy nervioso, y Gorobei con una sonrisa dijo.
—Anda dinos quién es esa mujer que tanto te gusta.
Katsushiro se sorprendió porque no sabia que el ingeniero tuviera a alguien especial y Heihachi suspiró profundamente y dijo.
—No es lo que ustedes creen Michiko solo es una amiga... Además ella está casada con un hábil Samurai.
Heihachi camino más rápido para acercarse a Katsushiro al que le dijo.
—Ahora entiendo como te sentiste cuando me conteste que Kikuchiyo te estuvo molestando por lo de la señorita Kirara.
Katsushiro sonrió al recordar eso y dijo.
—No te preocupes tanto Kikuchiyo te dejara en paz cuando encuentre algo que llamé su atención.
Heihachi sonrió alegre porque su amigo tiene razón y se sorprendió mucho porque Kikuri, y su hermana los llevaron a la casa de Michiko, y él sintió una extraña mezcla de emociones.
Todos entraron a la casa y Kirina con una sonrisa dijo.
—Ya llegamos.
Heihachi se emociono al pensar que volverá a ver, a Michiko después de tanto tiempo, pero solo dos gatos vinieron a recibirlos y kikuri se acercó a los michis, y dijo con voz dulce.
—¿Se portaron bien mientras no estábamos.
Los gatos maullaron y las dos jóvenes fueron a la cocina para preparar la comida, pero Kirina se quedó atrás y dijo con una sonrisa.
—Ellos dos son Nana e Ichi los trajo papá hace siete años y ten cuidado Ichi muerde cuando esta muy feliz.
Kirina fue a la cocina y Katsushiro dejó de acariciar al gato rayado que ya lo iba a morder y Gorobei notó que Heihachi tenia la cara larga, y se acercó a él para decirle.
—No que eran solo amigos.
Heihachi respingo y con un poco de rubor en su cara dijo.
—No es lo que ustedes creen Michiko y yo solo somos amigos.
Heihachi molesto fue al jardín y Gorobei con una sonrisa dijo.
—Esa Michiko debe de ser muy encantadora para tener a Heihachi tan enamorado.
Kikuchiyo asintió y Katsushiro fue a sentarse en el sillón esperando que este malentendido se resuelva.
Heihachi pateó una piedra suspiró profundamente porque no entendía lo que le pasa y como aquel sentimiento sigue tan fuerte apesar de tantos años de no ver a Michiko.
Heihachi miró al cielo y vió a un halcón que reconoció porque lo había visto la noche antes de la pelea contra la capital, y bajo la mirada al entender lo que pasa con uno de sus compañeros, y Yukiri que estaba en su hombro empezó a ronronear para reconfortarlo.
Katsushiro acariciaba a Nana y se percató de un rico aroma por toda la casa que le abrió el apetito, y Kikuchiyo le dijo.
—Si que eres afortunado Katsunoji sobreviste la guerra de Kanna y tienes a dos chicas locas por tí.
Katsushiro se dio cuenta de que Kikuchiyo no sabe que él terminó con Kirara y ya le iba a decir todo cuando alguien en la entrada dijo con una preciosa voz melodiosa.
—Ya llegue.
Katsushiro y compañía fueron a ver quién era, y se sorprendieron de ver a la hermosa mujer de cabello dorado lacio suavemente esponjado que estaba recogido en una cola de caballo con un flequillo, con mechones un poco más largos en medio de su bello rostro y a los lados de sus preciosos ojos afilados color lila dos mechones largos a los lados, y rasgos finos que viste con un top negro sin mangas una falda roja mallas negras, y botas negras que miró a Katsushiro con sorpresa, y él dijo un tanto nervioso.
—Soy Okamoto Katsushiro un invitado de Kikuri.
Michiko con una dulce sonrisa dijo.
—Ya veo...
Antes de que Michiko pudiera decir algo más Kikuri y Kirina salieron de la cocina, y abrazaron a su madre con mucho amor, y dijeron al mismo tiempo.
—Por fin regresaste mamá te extrañamos mucho y ¿Dónde está papá?
Michiko no sabia que decirle a sus queridas hijas y Katsushiro se sorprendió de ver a Kyuzo entrar a la casa y lo miró sin sorprenderse de verlo ahí...
Nota de autor un agradecimiento para todos los que han leído este fic que espero sea de su agrado y hasta la próxima.
