Britania se mete tras ella yendo a su cuarto.

Galia se va al baño a limpiarse la cara y luego con los demás.

Britania se va a su cuarto a meter unas cuantas cosas de ropa a una bolsa con las manos temblorosas, limpiándose los mocos a cada rato.

Mientras Galia reparte regalos a los que no estaban antes fingiendo que nada de esto ha pasado.

En algún punto termina lanzando la bolsa contra la puerta y alguno de sus libros y haciéndose bolita en el suelo, súper frustrada.

No sé si la van a ir a buscar cuando esté la cena...

Es que no sabe ni lo que quiere, este es terreno desconocido. Vale, vale. Se cuelga la bolsa para irse.

Igual se topa a Roma en el pasillo que iba a avisarla

Britania es EXACTAMENTE el polo opuesto a lo controlada, organizada, limpia y perfecta que se ve Galia

—¿Estás bien? —pregunta él, parpadeando.

Está llena de mocos y lágrimas y despeinada, parece que le haya pasado por encima un tren, desorganizada, hasta la ropa parece combinarle menos que de costumbre.

—No.

—¿Qué ha pasado? La cena esta lista...

—No voy a volver a cenar nunca, voy a irme de aquí y no voy a volver jamás.

—Q-Quid? Por qué?

Britania se pasa las manos por el pelo y da vueltas de un lado a otro del pasillo.

—V-Voy a... irme a casa y... —es que solloza porque esto es un cataclismo de proporciones épicas.

—Pero... ¿por qué? —se acerca a ella.

—¡Pregúntale a ella!

—¿A ella?

—¡A Galia!

—Shhh... sh, no grites, vamos. Vamos a tu cuarto.

—No quiero irme a mi cuarto quiero... morirme.

—Bueno, vamos a que te mueras ahí, no quiero sangre en el pasillo.

—¡Es muy serio esto no te burles! —igual va para su cuarto.

—Vale, vale. Solo era para relajar un poquito —le sonríe.

Britania lanza su bolsa a la cama y se pasa otra vez las manos por el pelo.

Roma cierra la puerta tras él.

Britania se sienta en la cama un segundo y se levanta otra vez, dando vueltas.

—¿Entonces... que ha pasado?

—Que ella no... No. Ella dice que no... ¡ni siquiera sabe realmente!

Roma levanta las cejas.

—Pero ya ha dicho que yo no... ¡No! Y si dice ella que no, ya es no. Y ahora me suspira y me empuja y se quita y todo, TODO se ha ido a la mierda.

—Shhh... sh... calma.

—Es que yo sé que yo no... No. Antes. Pero ¡no veo porque no! Me... me... ¡me pone nerviosa! Y yo no suelo... pero es que yo entiendo que ella no... pero ¡soy YO! El idiota de Germania le ha metido la lengua hasta la garganta ¡y le ha dejado!

—¿Y a ti... no?

—Pues es que me ha pedido un beso y ha sido como un bloody examen. Y a la primera cosa que hice mal que no sé qué bloody ha sido me ha dicho que no quiere esto, que quiere un amiga y no una pareja y se ha bloody largado

—Oh...

—Y luego ha vuelto aquí y... ha hablado del bloody sex y I... bloody understand que no hemos... que ella y yo... pero es que ya tiene en la cabeza que a mi esto no me gusta —aprieta los ojos.

—Mmm...

—What? ¿Ahora vas tú a decir que tampoco me gusta? Es que además... haga lo que haga, diga lo que diga, si ya ella ha dicho que no me gusta, parece que me estoy FORZANDO a que lo haga.

—¿Quieres que hable con ella?

—Es que no quiere saber nada de mí, me ha dicho que se iba a ir otra vez ella de casa, así que le he dicho que me iré yo. E-Esto no es lo que imaginaba.

—Pero... ¿por qué no quiere?

—Pues porque cree que todo lo estoy haciendo porque me siento bloody culpable

Y no me estoy... no... bloody hell. Es muy necia —protesta—. Yo entiendo que quizás no quiera esto o no sea el bloody momento, pero...

—¿Entonces?

—Pero si es el bloody momento si esto va bien. Y ella lo que quiere es... No quiere eso de mí, pues nada.

—Es que parece todo un malentendido, Britania.

—Es que nunca me había planteado esto con ella. Soy imbécil, ya lo sé. Pero por una vez me lo planteé. Y empecé a...

—¿Por qué no vienes a cenar y hablamos de esto otra vez con ella? —la mira.

—Me estaba suspirando, está harta del tema. Me ha dicho, cuando dijo que se iba a ir, que respetara su espacio... —Britania traga saliva y se mira las manos

—¿O sea que una se va a ir sí o sí? —aprieta los ojos.

—Pues si no quiere esto y no quiere hablar de ello... seguramente sí.

—Ugh, detesto que os peléis, vamos...

—¡No sé qué hice mal! Yo sí quiero cosas. ¡Ugh! Es que tú sabes que no es que yo... tú vienes y... ¡haces! Bloody hell, por ella lo haría bien. E-Enséñame.

—¿Que te enseñe? —Roma se detiene y la mira.

—E-Enséñame a hacerlo bien... y-y si no... ¿y si tiene razón? ¿Y si no puedo?

—Es que no entiendo por qué piensa esto.

—Dice que no puedo e-excitarme yo con ella, pero es que si se pone así...

—¿Y puedes?

—Pues nunca hemos hecho esto. Ella y yo solas así y si ha pasado algo en esa línea yo no estaba pensando en... ella y en mí —aprieta los ojos —. Rome, es que... ¿alguna vez has tenido algo frente a ti toda la vida y no has sabido que está ahí?

—Alguna... vez —admite en un suspiro.

—Vale, tú no eres estúpido y yo sí. Y sí, sí es verdad que no suelen gustarme las chicas en general, pero este es un caso bloody distinto. Ella dice que tenemos todo menos eso y yo digo que sí quiero eso y ella... bloody hell!

—¿Ella?

—Dice directamente que no, ¡que yo no quiero ni besarla! ¡Y no es verdad!

—Mira... espera. ¿Vale? Espera aquí, voy por ella y aclaramos esto.

—No sé si quiera venir — Britania le mira desconsolada.

—Pues la arrastraré a la fuerza —el bestia.

Britania le mira con cara de... are you kidding me? Pero igual no dice nada y ahí se va él.

La Británica espera... impacientemente, dando vueltas de un lado a otro.

Y ahí vienen los dos al cabo de un rato.

Britania les oye y se sienta en la cama, abrazándose las piernas.

—Ugh, Rome, non —protesta Galia.

—Venga... —Roma tira de ella.

Britania traga saliva mirándoles entrar y Galia entra apretando los ojos.

Britania la mira entrar y se suelta las piernas, bajándolas de la cama y frunciendo un poco el ceño.

—Galia, por favor.

Ella se queda ahí de pie, toda tensa, ojos apretados y Britania suspira después de mirarla unos segundos.

—Es que no quieres ni verme...

—¿No te ibas a ir? —pregunta la rubia, toda tensa.

—No sé what the hell te hice tan horrible...

—Rome... —suspira con fuerza girándose a él.

Britania mira a Roma desconsolada.

—Galia, por favor —él levanta las mano pidiéndole a Britania calma.

—Es que por qué estás tan b... t-tan contenta de que todo el mundo sea amoroso y romántico contigo... ¿menos yo? —susurra Britania.

—Porque eres igual que Cymru —protesta Galia y Britania la mira con eso, sin haberlo esperado.

Galia traga saliva.

—E-Eso no puedo arreglarlo... —susurra Britania mirándose las manos.

—Ya lo sé. Por eso no... No estoy preparada para esto.

—Ugh... B-bueno, puedo irme y así estarás con todos y no tendrás que verme a mi que te recuerdo a él.

—Claro, así ya me ocuparé yo de explicarles a todos y hablar con todos —protesta.

—No es que quiera que te ocupes tú de explicar. No tienes que explicar nada, nadie más sabía que yo quería hacer esto. Solo intento quitarme de tu camino si no soy lo que quieres o necesitas ahora.

—Es que Brit... Es que no crees que me siento ya lo bastante ridícula, patética, inútil... mal en general por hacer que Cymru, que es el hombre más devoto y dulce que conozco haya decidido que yo no soy... UGH.

—Hay veces que las cosas no funcionan. Y no es culpa de nadie. No eres ridícula, ni patética, ni inútil. Más ridículo y patético e inútil es... él por no hacer tampoco las cosas bien.

Galia la fulmina.

—Estoy enfadada con él, lo siento —Britania suspira.

—No me estas ayudando. Ninguno.

—¿Que necesitas? —Britania se le acerca un poco y le toma de una mano.

—Más tiempo.

Well... fine then —Britania aprieta los ojos.

—No puedo... No puedo siquiera soportar la idea de que decidas que no.

—Pero Galia, soy yo. No voy a decidir que no —Britania la abraza. La rubia tiembla un poco, porque es que... Gales tampoco iba a hacerlo, técnicamente—. Ehh... eh. Mira, vamos a esperar a que te sientas mejor, si hemos esperado la vida entera para esto...

Galia se sorbe la nariz

—Todo va a estar bien... ¡No voy a dejarte nunca! No quiero que tú me dejes a mi tampoco otra vez —agrega Britania—. Tampoco sé si pueda soportarlo.

—¿Cuándo te he dejado yo a ti? —la abraza con fuerza.

—Cuando te moriste...

—Bueno, ¡no vas a darme la culpa de eso!

—Y con Cymru. Creo que estoy celosa de él desde hace tiempo.

—¿Cómo vas a estar celosa?

Britania aprieta los ojos porque cuando lo dice Galia suena peor.

—N-No es lo mismo con Rome y Germania... pero Cymru.

—Pero él es tu hijo.

—No quiero que le quieras más de lo que me quieres a mí, es estúpido —se le esconde en el cuello.

Gales dice que está descubriendo ahora porqué su madre no le quiere...

Galia traga saliva.

—S-Soy una mala madre, ya... Ugh. Nunca debió pasar lo de Cymru, TODO es por mi culpa.

—C-Calma, vamos.

—Es que... mira el desastre que hago siempre —se separa un poco y se limpia la cara—. Además vas a tener que bloody consolarme.

Galia la suelta un poco más. Britania vacila un segundo, se pone de puntas y le da un beso en los labios.

Ella la mira sin haberse esperado eso.

Britania la mira con intensidad, subiendo una mano y poniéndosela en la mejilla.

I-I... I love you

—Aww... —susurra Roma sin poder evitarlo

Ugh!

Galia aprieta a Britania contra sí, desviando la mirada hacia Roma.

Britania aprieta los ojos... si fuera una bruja con varita como de Harry Potter ya te habría arrancado la cabeza.

Roma pide disculpas cubriéndose la boca con las manos.

Britania le busca otro beso a Galia un poco tímidamente y ella se lo da, un poco temerosa aun.

Britania le acaricia la mejilla con suavidad y sonríe un poco en el beso porque... esto dista MUCHO de ser un beso que no le gusta.

Galia profundiza un poco más y Britania responde no tan suavecito, cerrando los ojos.

Vale, tal vez Galia no se vaya.

Aún puede irse en buenos términos si quiere... o llevarse a Britania. Uy.

Nah.

Aún así... sigue pareciéndose a Gales.

Sí, sí, se va a ir igual. Se separa abruptamente porque sí que se parece a Gales, maldita sea.

Britania casi se cae de cara, sin esperarse eso. Galia aprieta los ojos y me aprieta las manos. Una, la otra la tenía en su cara.

Britania se sonroja de golpe echándose ella misma atrás, soltándola.

—Ehm... Creo que me voy a ir unos días más de todos modos.

—Quid? Non! Por qué? —protesta Roma. Britania traga saliva y gira la cara.

—Ehm... es un poco abrumador todo esto.

Si se pueden salir de su cuarto por favor para que se haga bolita en la cama, gracias

—Pero lo va a ser ahora y lo será igual cuando vuelvas.

—Rome... —suplica Galia.

—Deja que se vaya —La pelirroja no mira a Galia.

—P-Pero... —Roma el infinito.

Britania se acerca a la cama y toma el bolso que ha armado un rato atrás impulsivamente, yendo a la puerta.

—Brit! —Roma se vuelve a ella.

Se va a ir corriendo y ahí se le va Roma detrás mientras Galia es la que se deja caer en la cama de Britania de modo un poco dramático decadente.

Y alguien se pregunta de donde salieron Francia e Inglaterra...

Britania no se detiene con los gritos de Roma, he de decirlo.

Es que la va a seguir lo que pueda pero... Maldita sea.

Pues es pequeñita, tampoco se mueve tan rápido y en lo que busca las llaves y todo...

—¿Qué haces? —Roma la rodea de la cintura

—Me largo.

—¿A dónde?

—Yo que bloody hell sé —se sorbe los mocos.

—No te puedes ir ahí.

—¡¿A dónde no me bloody puedo ir?! ¡Sí que puedo! ¡Suéltame!

—A un sitio que no sabes cuál es.

—¡Voy a ir a casa! ¡Ya la has visto!

—¿A casa dónde?

—¡No sé! —a tirar huevos a la casa de Gales.

—Dime a casa de cual de tus hijos vas y te dejo ir.

Britania aprieta los ojos, sonrojándose un poco

—¡No lo sé! ¡Déjame! —lloriquea.

—Vale, vale... —la suelta un poco—. Solo quiero que te calmes.

Ella le mira toda llorosa y despeinada

—Brit... —suspira y le acaricia la cara.

—E-Es que Galia... —Es que la magnitud de la tragedia.

—Ya lo he oído, pero te ha besado.

—Y se ha quitado y ha dicho que se iba. B-Bloody hell

—Pero te ha besado.

—Ya, bueno... Y te ha besado a ti y le ha dicho a Germania que pasaría la noche con él. No es... no quiere esto.

—Por favor, no te vayas.

Britania le mira y da un pasito hacia él, que le hace un cariñito.

—¿Por qué no me quiere? —pregunta toda dramática

—Sí que te quiere, todos te queremos.

—Soy una tonta.

—Venga...

—¡Es que lo soy! No sé... no sé qué esperaba.

—No eres una tonta, ella... es complicada.

—Debí darme cuenta de esto antes de lo de Cymru —se limpia los ojos otra vez, cansada.

—Venga, vamos a comer algo y si ella se va con Germaniae, yo te llevaré por ahí.

—V-Voy a lavarme la cara —quítale la bolsa que si no quizás se escapa.

—Vale... trae, que la dejaré en tu habitación.

Britania hace una mueca y suspira

—Vale... —se la da.

—Gracias —la toma, sonriendo.

—No le digas nada a Galia

—Vale —levanta las manos.

Ahí se va Britania al baño a hacerse bolita un poquito y llorar otro poquito. Bien, Roma... conseguiste que una no se te fuera.

Britania sale después de unos minutos. Probablemente se ponga un plato y suba a su cuarto porque es que... no quiere ir a ver a la estúpida de Egipto al comedor.

Galia sigue en su cama, ahí la va a encontrar

Britania se queda congelada en la puerta porque para variar hoy no lo esperaba. Galia está ahí tumbada ojos cerrados.

—Oh... Ugh. Estas aquí.

Allò —la mira.

—Hey... —Britania traga saliva.

—¿Estás bien? —Se incorpora.

Pone el plato en el escritorio que tiene ahí, se le humedecen los ojos. Niega con la cabeza.

—Ven... —estira las manos hacia ella, que se acerca a la cama, cabizbaja—. ¿A dónde ibas?

—No sé. A casa. A tirarle huevos a la casa de Cymru.

Galia le mira un poco desconsolada.

—No me mires así...

—No quiero que vayas a tirar huevos a Cymru.

—Ya imagino. Pero es que lo echó a perder todo —se limpia los ojos.

—Y-Yo le dejé a él...

—Eso no es lo que has dicho hace rato... —se acuesta en la cama, haciéndose bolita contra ella.

—Es cierto —se va a acomodar con ella y Britania suspira

—¿Por qué le dejaste?

—No estaba funcionando. Más allá de vosotros. Entre nosotros no nos entendíamos —no la mira.

—Lo siento por ambos, aunque ahora suene eso un poco... —Britania la mira a los ojos.

—Ha sido... —la mira de reojo—. Soy... soy...

—¿Eres...? —Britania la escucha

—¿Mala?

—No. El mismo Cymru no piensa que lo seas, no le he oído decir una sola cosa fea de ti en todo este tiempo —la abraza del todo—. Él dice lo mismo. Que no funcionaba.

—Pero...

—A veces uno lastima a las personas que quiere... sin querer. A veces no sale todo bien.

—¿Te he hecho daño a ti?

—M-Me... —vacila—. Tú nunca me haces daño.

—¿Seguro? Parecías querer irte de verdad.

—Nunca has sido conmigo como... hoy.

—Eso es que sí.

—Me he asustado —susurra.

—Lo siento.

—Puedo con ello —la mira—. Seguramente yo te he lastimado a ti también.

—Tal vez sí deba irme unos días más.

—¿Por qué te recuerdo a Cymru?

—No lo sé. Se te parece mucho.

—Bueno. Tenía que intentarlo, ¿no? —Britania suspira otra vez—. Tratare de no... Ugh, no quiero ser como Germania.

—Creo que por eso me enamoré de él.

—W-What? —Britania se humedece los labios.

—Porque se parece a ti. Lo que al principio jugaba en mi favor...

Britania la mira, ojos bastante abiertos y Galia suspira.

—Lo siento. Creo que sí me iré a casa de mi hijo.

—¿Por qué jugaba a tu favor?

—Pues porque se parecía a ti, eso lo hacía facil quererle.

—¿Dejó de jugar a tu favor en algún momento? —Britania se sonroja.

—Ahora mismo.

—¿C-Crees que esto sea para siempre? ¿D-Debo olvidarme de la idea? No quiero de verdad ser Germania que se pasa la vida así.

—Pues espero yo que no.

—¿Vas a irte con France otra vez? —Britania suspira.

—Tal vez saber que él está bien y que no le he destruido la vida y las ilusiones me ayude —igual niega.

Britania se muerde el labio.

—France me quiere mucho pero necesita a Angleterre. Y él nunca está tranquilo del todo conmigo alrededor.

—Yo creo que Cymru está bien, Galia. Creo que le ayuda esto que tiene con el muchacho... Luxembourg.

—Me alegra eso. Aunque ojalá si se hubiera tardado un poquito más.

—¿Ves por qué merece huevos? —Britania le acaricia la mejilla.

—Non...

—Ugh... eres muy buena. Y le quieres. No que yo no lo haga.

—Quiérele tú también.

—Es difícil últimamente...

—Tú les viste, ¿verdad? ¿Qué te pareció?

—N-No sé si quieres saberlo —Britania traga saliva.

—¿Tan mal? —pregunta desconsolada y Britania le acaricia la cara.

—E-Es que parecen una pareja. Se miran y hablan y... Ugh —se revuelve, nerviosa—. No pienses más en él.

—Oh... —traga saliva con un pequeño nudo en el estómago—. ¿P-Pero está contento?

—Galiaaaa...

—¡No puedo no pensar en él tan fácil! —lloriquea y Britania suspira.

—Yo creo que está intentando estar contento y distraerse. Este chico le ayuda a conseguirlo con cierta facilidad porque le gusta y le hace caso. También me parece que a la que se habla de ti se le ensombrece la mirada. É-Él no se parece a ti como yo a Cymru así que en ese sentido lo tiene más fácil.

Galia toma aire profundamente y solloza. Britania aprieta los ojos.

—Oh, Galia, es que... Ugh —la abraza otra vez.

Galia le lloriquea sobre el pecho y Britania le acaricia la espalda.

Lleva toda la semana haciéndole eso a Francia cada diez minutos. Sí. Es momento de ir con Austria por una dosis de frialdad sajona. "Basta de autocompadecimiento" Látigo. "No te está pasando nada, basta de llorar" látigo, látigo.

—Necesito hacerte una pregunta...

Galia sigue lloriqueando pero te escucha.

Britania se separa un poco de ella porque quiere mirarla a los ojos y Galia la mira.

—Ellos llevan una semana de conocerse, Galia. Y... sé que no quieres escuchar esto pero pareciera que encajan MUY bien.

—S-Sí lo quiero... e-escuchar.

—Cymru está preocupado por ti, sabe que es muy pronto. Lux, parece... En realidad, parece un buen muchacho, quería odiarle.

—¿Qué te dijo?

—Creo que Cymru está en un momento complicado. Se ha metido de cabeza en este lío con él sin terminar de sentirse bien y tranquilo contigo. En vez de hacer como tú, está involucrándose mucho con un chico nuevo que tiene miedo también incluso de que Cymru vuelva a por ti —toda esta conclusión llevo un buen rato de análisis con Roma, ¿verdad, Britania?

—Oh... hay que ayudarles.

—Se han enfadado conmigo por traer tus cosas, Lux ha salido a defender a Cymru como... buff. Galia, es que no me odies, pero tendrías que verles...

—¿Y si vamos?

—Cymru estaba con Alba preparando la estúpida boda, pero Lux quiere hablar contigo.

—Pues vamos a ver a Lux, a su casa. Creo que quiero hablar con él antes de hablar con ambos, pero tienes que venir conmigo.

—R-Really? —Britania traga saliva.

—¿No quieres?

—Sí, acompañarte sí que quiero. Solo me impresiona que quieras ir.

—¿Por qué no?

—Pues porque es el nuevo novio de tu... aún marido. Ugh. En realidad creo que verles es la manera más convincente que va a tener de ver que lo suyo se ha terminado. ¿Estás segura de estar lista? Si es así, claro que te acompaño.

—No lo sé. Le pediré a France que me lleve a Bern... y vamos a verle un día de esta semana.

—No sé si estoy lista para que te vayas otra vez —se le acurruca un poco, pero asiente.

—Es que creo que necesito a alguien que me riña.

—Austria... uff, luego es muy duro contigo.

—Él es muy duro con todos. No se lo digas a los muchachos pero es mucho más duro que ellos.

Britania se ríe un poco y Galia sonríe con eso.

—Creo que definitivamente no les vamos a decir eso.

Asiente.

—¿Cuántos días te irás?

—No lo sé.

—Uuuugh...

—Pero puedes venir.

—¿Puedo irte a visitar? Allá también voy a parecerme a Cymru —La mira.

—Ya lo sé...

—Siendo tu amiga nada más, las cosas deben volver a la normalidad. Es que es mal momento.

—Un poco...—Aprieta los ojos.

—P-Pues olvidémoslo en este momento y cuando estés bien, vemos.

—¿Estarás bien tú?

—Yes... —Britania se sonroja, sin mirarla.

—¿Seguro? —suspira.

La pelirroja la mira, porque sí que le hacía ilusión todo esto y siente que si lo dejan pasar no necesariamente va a volver a este estado. Pero parece ser la única opción. Asiente.

—No dejes de quererme —La abraza.

—Quererte voy a quererte siempre, no seas tonta —Y además, ugh... Es que le ha dicho a "todo el mundo". Le ha dicho a Roma y hasta a Luxemburgo y seguro eso hace que sepa todo puto mundo ya. Britania la abraza otra vez igualmente.

—¿Seguro que no cambiarás de idea? Tal vez podría... aguantarme —insiste porque le da miedo perder la oportunidad igual.

—¿Cambiar de idea de... querer salir contigo?

Asiente y Britania se sonroja.

—Quizás y-yo debería dejar de hacerme ilusiones.

—NON! —el pánico—. Non. Me aguantaré.

—No, no quiero que te aguantes nada. Solo... Ugh, estaré tonta como Germania

—Non, no es verdad, no pasa nada, me acostumbraré. Igualmente tengo que hacerlo.

—¡No voy a darte besos que no te gusten! Venga, Galia...

—Es que solo es un problema de...

—Tiempo. Y de ser paciente. Si tú has tenido que esperar a que yo deje de ser idiota toda la vida... Galia, ¿tú habías pensado en esto con seriedad antes?

Se humedece los labios y... niega. Britania vacila un poco.

—¿Y estás segura de que te gusta la idea? P-Porque yo me sentía un poco idiota por no haberlo notado antes como una opción, pero tú no eres tonta

Aprieta los ojos porque era mentira. Luego asiente.

—Vamos a... vamos a calmarnos un poco y ya verás que las piezas encajan pronto.

—Oui.

—¿Quieres comer algo?—Britania le sonríe.

Asiente de nuevo

—¿Quieres bajar?

—Bueno.

—Vamos...

Galia le da la mano.

—Pero no te burles de Germania.

—¿Burlarme? ¿Por?

—Porque no, es feo. Y cruel.

—¿Pero por qué voy a burlarme de Germania? —inclina la cabeza sin seguirla.

—No para de decir que no quieres quedarte esperando como una tonta como él.

—Pues es que él siempre está babeándote encima... ugh —Britania se sonroja.

—Él me quiere mucho y yo le quiero mucho a él.

—Ya, ya. Pero él está en la friendzone. Yo no quiero estar en la friendzone.

—Ya, pero no es como para que te burles de él.

—No me estoy burlandoooo

—Aun —suspira.

—Vaaaale, vale —acede y Galia sonríe.