Pétalos de arena
Por
Kuraudea
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Capítulo 6
Reclamo de derechos.
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«El primer derecho del ser humano es EL AMOR. Y éste no reclama posesiones, sino que da libertad»— Rabindranath Tagore.
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Los amigos de toda la vida llevaban buen rato trabajando frente al computador; el punto de reunión había sido el despacho particular del Brief. En ese momento, justo al guardar los últimos cambios necesarios al presionar de la tecla «ENTER»; terminaron la edición de la famosa «acta matrimonial». Ambos estaban acompañados de algunas bebidas, entre ellas, botes de soda de naranja, cerveza, así como de diversas frituras dentro de un refractario ovalado. Entretanto, analizaban & revisaban el documento antes de mandarlo a impresión.
—¿Qué te parece, Trunks?
—Veamos...—el muchacho se colocó sus anteojos & revisó desde el monitor cada detalle. Observó entonces la fecha, los nombres, algunos sellos & demás particularidades que lo hicieran ver un documento fiable como oficial—Creo que así está bien—asintió en aprobación.
—Bien, de acuerdo, lo mandaré a imprimir.
Al salir el documento, Trunks lo tomó & dijo:—Un pendiente menos.
—Lo sé, solo falta afinar ciertos detalles.
Pero el empresario al perderse por un momento en el papel, expresó al volver en sí— Es injusto, ¿no lo crees?
—¿A qué te refieres?
—Me refiero a que ha de ser horrible que nadie te tenga un poco de consideración, sobretodo en algo con fines matrimoniales; no es cualquier cosa. Al menos el saber sí estás de acuerdo o no, haría una gran diferencia.
—De entrada no hay mucho qué se pudiera hacer, Trunks. No te olvides de aquel contrato que firman las chicas antes de entrar al Hanabi; el elegir para ellas no es una opción.
—Sin lugar a dudas el Hanabi es un lugar extraño; bueno, en realidad ahora todo lo es & más desde la entrada de la falla dimensional. Por lo que entiendo que le tengan cierta fidelidad a la Princesa Serpiente; la gran mayoría de las chicas fueron rescatadas de situación de calle, así que el ofrecerles un techo & comida le genera cierta devoción; se puede tomar como algo afortunado como bondadoso de su parte. Sin embargo, es «eso mismo» que hace que la Princesa disponga de sus vidas a su antojo: la gratitud que le tienen, por supuesto. Es como decir: "Me sacó de la calle debo ser agradecida" sin importar nada más.
—Sí, es complicado. Pero dime, ¿tu cómo te sientes al respecto?
—No lo sé...quizá para ambos fuera más sencillo sin la existencia de ese «espejo mágico» que mencionó Violet. E incluso, habría más privacidad. O por el hecho de no sentir esa presión, sobrellevarlo sería más sencillo; hasta podríamos dormir en distintas habitaciones. Sin embargo, esa bruja nos observará a todo momento, por lo que siendo "marido & mujer" debemos de mostrar cierto afecto, al menos de vez en cuando; más no sé si Mai estaría dispuesta a cooperar; lo veo muy dudoso.
—Quizá sí ponga un poco de su parte, Trunks; no hay que ser pesimistas, ya que de ello depende salvarse del Señor Zuhnama. Sin embargo, con la desventaja del espejo que mencionas, y con el fin de no ser descubiertos, no queda más opción que actuar lo más natural posible.
—Lo sé...—el azúl esbozó con sentimiento al dimensionar en el problema en el que estaba envuelto—Pero mira, si lo del beso NO HUBIERA PASADO, habría tenido algunas citas previas con Mai, como se tenía planeado. Por lo que de esa manera, si se atravesara esta situación con el señor Zuhnama...lo haría mucho más sencillo. Lo que trato de decir es, que quizá a estas alturas del partido, ya nos estaríamos mostrando cierto afecto, no sé, como besarnos, por ejemplo; no que ahora solo me tiene rencor porque cree que estaba jugando con ella...cuando nunca fue así.
—Creo que eso del matrimonio será la parte más difícil, ¿no?.
—Y si de por sí un matrimonio es difícil, imagínate; no sé qué tanto nos aguarda—suspiró resignado—Sin tan solo existieran las esferas del dragón... te juro que todo este caos habría terminado.
—Lo sé, pero, sin ellas, nos corresponde a nosotros actuar & buscar soluciones. Así que,—se levantó de su asiento & palmeó el hombro de su amigo—Es tiempo de continuar, hay que terminar con el decorado del balcón. Y ah, déjate de martirios, haces lo que está en tus manos; tómalo como un simple «favor»; anda, vamos.
—Sí, de acuerdo; terminemos de una vez.
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Sabía que su unión era algo inevitable, aunque tenía un objetivo primordial toda esta farsa: salvarla. Pero aún así, quería tener el gesto de preguntarle, o como mínimo, saber si estaba de acuerdo con el montaje. Sin embargo, no sabría ni qué hacer si la mujer le contestara «¡No, no quiero!»; en definitiva, había un mundo de probabilidades que podían salir a relucir a último momento. Sin embargo, la observó con atención en silencio mientras analizaba todo el preámbulo. La bella novia, entretanto, estaba con el rostro cabizbajo, con la mirada centrada en aquel ramo de flores que sostenía rígida debido al miedo, a los nervios, sin voz ni voto: un cero a la izquierda; la tristeza se reflejó en su faz sin piedad, e incluso, sin dejar rastro de la mujer poderosa de los escenarios. Fue entonces, que pensó, que un mes era un lapso de tiempo no tan largo, aunque sabía que iba a ser difícil, tenían un cometido en común, y ese era, SU LIBERTAD. Fue así, que del cajón sacó los papeles pertinentes, un bolígrafo, y tras juguetear un rato con el mismo, le preguntó:
—¿Estás segura?
—¿Có-Cómo...?—elevó la mirada la de blanco, observó al de traje; la ironía más grande de su vida era estar frente al hombre que la pretendía, aquel que quería conquistarla, y que por sus actos, al besar otros labios, no quiso saber más de su existir. Sin embargo, quién diría que ahora dependería de él.
—No sé exactamente qué decirte pero ...lo haré si tú quieres que lo haga.
—Si usted no me salva de esto ...yo estaré perdida, lo sabe.
—Entonces, Señorita Mai...tome esto como muestra de mi generosidad hacia usted—y firmó los documentos; como acto seguido se los pasó a la mujer.
Exactamente ella no sabía ni qué decir, no era como que tuviera ganas de decirle «Gracias...»; así que tras firmar, le aclaró a su supuesto esposo un dato de importancia:—Que esto no sea motivo para que usted se aproveche de la situación.
—No lo haré. De entrada sé que le caigo mal por lo que pasó. Pero si de algo sirve, eso del beso ni siquiera me importó, porque yo iba al Hanabi por usted. Ahora, por su bien, tendrá que poner de su parte, Señorita Mai, o quise decir "Cariño"—el último adjetivo lo dijo en modo irónico.
—Como sí tuviera más remedio.
—Oh, claro que lo hay; puedo romper este papel, e inmediatamente usted, tendría pase automático al Planeta Calvo con asiento VIP & todos los servicios incluidos—le dijo refiriéndose al Señor Zuhnama.
»¡Pero qué hombre tan atrevido...!—pensó al fruncir el entrecejo mientras apretaba con fuerza el ramo.
—Así que vayamos rompiendo esta impenetrable barrera; solo dígame "Trunks".
En eso, la armoniosa plática de los recién casados se interrumpió por sus únicos dos invitados—¿Ya podemos pasar...?—preguntó Goten.
—Adelante.
De esa manera procedieron los testigos a firmar. Y fue gracias a la cámara fotográfica del joven Son que algunos momentos útiles comenzaron a capturarse.
—Es necesario que se tomen fotos juntos antes de pasar a la cena & al pastel—les sugirió a los novios, por lo que haber escogido una pared lisa, fue el fondo ideal para la sesión—Aquí está perfecto, colocaré el tripié y el temporizador.
Entonces, Violet, quien sostenía una copa de Champagne y que estaba a un lado del Son, sugirió:—¿Qué les parece si se entregan los anillos? Pueden decir los típicos votos, ya saben, esas cosas que pasan en las películas—les lanzó un guiño—Hay que darle un poco de realismo a esto, ¿no lo creen?; después de eso se pueden dar un beso.
—¡Violet!—se quejó Mai a distancia, estaba sonrojada.
Así que, sin más remedios, la pareja estaban frente a frente; el azúl tomó la mano izquierda de la azabache, suspiró hondo, y al deslizar el anillo sobre su dedo anular, comenzó con los tradicionales votos:—Yo,Trunks Brief, te entrego este anillo...—sin embargo, frenó de repente, se dirigió a su amigo & con un semblante de fastidio, preguntó:—¿En verdad es necesario esto?
—Por supuesto que sí—le animó a continuar—Anda, lo estás haciendo muy bien; sigue así.
Al regresar a la escena & después de haber murmurado «En qué maldito lío me he metido»; prosiguió—Y te entrego este anillo como muestra de mi amor & fidelidad;—por lo que ahora era turno de la Pétalo de Arena.
La mujer se sentía tan avergonzada que no les salían las palabras—Yo-Yo-Yo Mai...—tartamudeaba. Aunque de esa manera logró colocarle el anillo al muchacho. Así que como si se tratara de un trabalenguas, dijo los votos a la velocidad de la luz—¡TeEntregoEsteAnilloComoMuestraDeMiAmor&Fidelidad!—esbozando después un:—¡Uff~!—pues se sintió aliviada por haber cumplido con el reto. Entretanto, el resto de los presentes quedaron con cara de signo de interrogación, e incluso, hasta el propio novio, el cual se intrigó de momento y preguntó:
—¿Te encuentras bien...?—ella solo asintió repetidas veces como respuesta inmediata.
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La sesión continuó. Y algunas poses fueron necesarias para darle credibilidad a la boda, pues los novios tuvieron que tomarse fotografías abrazados & mirándose a los ojos, aunque les costaba trabajo hacerlo —«Vamos, chicos, muéstrense un poco más de cariño»—les sugirió el hijo de Gokú. Así que finalmente lograron el cometido del festejo, pues sintiéndose un poco más relajados, cenaron tranquilamente en la terraza. Copas de champagne, música de fondo y un exquisito platillo de chuletas en salsa agridulce con puré & verduras hervidas, degustaron por el motivo de la supuesta unión. Por supuesto no pudo faltar la foto al partir el pastel —«Eso es, lucen perfectos»—. Por lo que la haber cumplido con todo, al regresar al plan estipulado, era el momento que los pétalos volvieran al Hanabi, pues mañana empezaría el reto más difícil: presentarse con la Princesa Serpiente.
—¿Ya están listas, chicas?—preguntó Goten en la puerta principal del departamento, pues él sería el encargado de regresar a las mujeres.
—Sí.—contestó Violet al salir en compañía de Mai; ambas estaban con sus atuendos ordinarios, pues ya habían encapsulado todas sus pertenencias.
—Bien, es hora de irnos.
Trunks los alcanzó; él aún conservaba el traje de novio. Fue así, que al dirigirse a Mai, le dijo:—Mañana te veré.
—Lo estaré esperando...—asintió, pues fuera de las bromas pesadas & los pequeños malos ratos de inicio, necesitaba de él.
—Regresen con cuidado; te encargo—le dijo a su amigo.
—Descuida. Todo estará bien.
La puerta se cerró, y con ella, la angustia que acompañaría a la Pétalo de regreso al Hanabi, fue el mismo sentimiento que reinaría en el departamento del Brief durante el resto de la madrugada.
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El no haber conciliado el sueño había sido una reacción natural debido a la continuación del plan; justo esa parte complicada tenía nombre & punto de reunión: «El Hanabi & La Princesa Serpiente». Así que como cada mañana tomó una ducha de agua caliente; bebió una taza de café en compañía de pan tostado con ligeras capas de mantequilla; al terminar de desayunar, se fue a alistar. Esta vez quería olvidarse del saco, por lo que solo fue necesario portar pantalones y una camisa blanca manga larga; misma, que dobló a la mitad del brazo para mayor comodidad. Al haberse cepillado los dientes, para después rociarse un poco de loción en la parte del cuello & mentón, fue cuando tomó las llaves de su convertible para dirigirse a reclamar los supuestos derechos que tenía sobre su mujer.
—Es momento de partir—se dijo a sí mismo mientras observaba su reflejo en el espejo del baño.
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Mientras conducía camino a su destino se mentalizaba en ganar, pues era bueno en el cierre de negocios, e incluso, se daba ánimos a sí mismo—Lo lograrás...—ya que era un Brief & sabía de sus capacidades intelectuales. Así que convenciéndose de que saldría victorioso & con Mai de la mano, asintió a la par justo cuando metió el siguiente cambio de velocidad que le exigía el vehículo.
—¡Bien, aquí vamos!.
En lo que el empresario estaba en trayecto, los Pétalos de Arena tenían que actuar como cualquier día ordinario. Pues actividades básicas como tender las camas, darle orden a su habitación e irse después hacia el centro del Hanabi para continuar con otras labores, era lo que había hecho Mai en compañía de su fiel amiga, hasta que de pronto la incertidumbre llegó a situarse en el pecho de una de ellas —¿Me pregunto a qué hora llegará Trunks?—expresó la de cabellos cortos recibiendo solo silencio por parte de su acompañante. Sí de por sí todo el plan era bastante complicado, y claro que la convivencia con el Brief lo sería también; sin embargo, existía temor por librar esa próxima escena con la Princesa Serpiente, pues de resultar exitoso, tendrían un pie ya del otro lado.
El joven llegó a su destino. Entró por las puertas principales del Hanabi dirigiéndose hacia el despacho personal de la patrona del lugar; un folder con papeles para demostrar la supuesta autenticidad de su unión lo sujetaba con la mano izquierda, misma, que lucía en el dedo anular la argolla dorada hecha de simple acero inoxidable.
Una de las asistentes personales de la doncella le salió al paso justo antes de llegar a la oficina, le preguntó inmediatamente—¿Necesita algo, apuesto caballero?
—Buenos días. Sí, necesito hablar con la Señorita Serpiente.
—¿Cuenta con alguna cita o algo así, Señor?
—Perdón, la verdad no agende ninguna cita.
—¿Y usted quién es...? ¿Puede darme su nombre, por favor?
—Soy el empresario Trunks Brief, heredero de la Corporación Cápsula.
—Oh...—ese dato le impactó; no se trataba de cualquier persona—E-Entonces de ser así, daré aviso a nuestra jefa que está aquí. Un momento, por favor.—se fue la chica & Trunks centró su mirada en cierta parte del Hanabi; a lo lejos pudo observar a Mai & Violet a la expectativa de sus acciones mientras aseaban un par de mesas.
—Ahí está, Trunks—murmuró la violeta. En cambio la azabache agachó la mirada al sentir los sables penetrante del Brief, por lo cual sus pómulos se ruborizaron.
—¿Señor Brief...?—el mencionado regresó con la asistente—Dice la Princesa Serpiente que ya puede pasar.
—Gracias.—antes de dar el primer paso al despacho, observó de nueva cuenta a ambas mujeres, por lo que como muestra de su complicidad asintió afirmando que haría todo lo posible; ambas contestaron el gesto de la misma manera en señal de suerte.
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—Adelante, Señor Brief—le dió la bienvenida la mujer desde su ostentoso asiento—; puede sentarse en la silla que guste.
—Gracias—el joven hizo lo propio y colocó el folder con los papeles sobre el escritorio.
—¿Gusta de alguna bebida?—de ahí sugirió—¿champagne?, ¿coñac?, ¿tequila?; solo hágamelo saber, por favor.
—No se moleste; agradezco sus atenciones.
—Usted siempre tan radiante & educado—lo elogió y agregó— Ahora que recuerdo ya tenía algunas noches que no lo miraba en el Hanabi, pero bueno, ¿en qué puedo ayudarlo?
—No le quitaré mucho tiempo—se miró determinante—Así que seré breve.
—Entonces, dígame de qué se trata.
—Lo que pasó fue que ...—le miró a los ojos a la mística fémina, y le dijo sin titubear—...contraje nupcias con una de sus chicas hace ya un mes.
—¡¿Eh?! ¡¿Cómo ha dicho?!—se impresionó la de cabellos naranjas, hasta se mostró atónita por la noticia.
Ante la sorpresa de la mujer, el Brief aprovechó para abrir el folder y mostrarle los documentos apropiados para la credibilidad del suceso—Así como lo escucha; mire, aquí está nuestra acta de unión.
—¡¿Pe-Pero con quién?!—practicamente le arrebató el papel & al revisar el nombre de los contrayentes, fue aún más su impresión—¡¿QUÉ?!¡¿CON MAI?!—no digería la noticia aún, pues qué sería de todas las riquezas que le había prometido el Señor Zuhnama; ella deseaba tener su propio planeta & mucho más— Imposible...
—¿Por qué?—abordó el muchacho de forma inteligente;—No es nada raro enamorarse & casarse.
—¡Pues porque ya tenía planeado con quien casarla y...!—expresó un poco histérica aunque se retractó inmediatamente de decir la verdad.—O-Olvídelo...—tomó postura—lo que trato de decir es que las chicas firman un acuerdo de exclusividad conmigo.
—Eso no anula nuestro matrimonio; lo siento, es legal. Como tampoco minimiza los derechos & libertades de mi esposa. Sé de entrada que hay muchas variantes en la legislación actual desde la grieta dimensional, por lo que muchas cosas se han omitido, otras se han agregado y muchas se han mezclado & reemplazado. Pero, sin importar lo mencionado, eso no quita el hecho de que ahora Mai sea mi esposa. Además, ya es momento de que regrese a casa a mi lado.
—¿Y entonces por qué viene a reclamar derechos justo ahora y no cuando se casaron? ¡EXPLÍQUEME!
—Mi amada Mai adora con toda su alma trabajar en el Hanabi; eso lo sé. Como también sé que le tiene cierto respeto por todas sus atenciones & cuidados. Así que me pidió un lapso de un mes para trabajar su última temporada; fue como una muestra de gratitud hacia usted. ¿Ahora ya se explica por qué me miraba visitar su centro?; era porque venía a ver a mi esposa. Es hermosa, lo sé, y quiera o no, ahora me preocupa que todo mundo la admire. Usted me entiende, ¿no es así?.
—¿Pe-Pero...?
—Como muestra de mi generosidad por haber cuidado de mi esposa—le entregó un cheque con una gran cantidad de Zenys a feriar, así como las llaves de un auto convertible con garantía de la Capsule Corp—Esto es para usted; mi secretaria se encargará de hacerle llegar las aportaciones mensuales de mi parte.
La oferta del Brief no estaba para nada mal. Sin embargo, ella ya había alucinado con el "Planeta Snake" como ser la soberana de otros reinos & expandir el Hanabi hacia otros horizontes lejanos; por esa misma razón, exigió más pruebas—¡Fotos! ...¡Necesito ver fotografías de su unión!
Del mismo folder el joven le mostró algunas de las capturas del momento. Fue así, que la patrona de los pétalos ordenó con una simple señal a una de sus asistentes personales que fueran por Mai. Al paso de escasos segundos, la mujer en custodia llegó; era su momento de contribuir al plan.
—Princesa Serpiente...—asintió brevemente como muestra de un saludo;—¿Me ha llamado a hablar...?—en ese momento Trunks se había puesto de pie.
—Vamos Mai, acércate—le observó determinante con brazos cruzados, se apreciaba cierto disgusto en su faz.
—Este hombre ha venido a reclamarte como su esposa, ¿es eso cierto?
En ese momento sintió que el corazón se le iba a salir; los nervios llegaron a la azabache. Por lo que Trunks lo notó & trató de ayudarla. Fue así, que le extendió su mano, y le dijo—Adelante cariño, díselo.
Mai comprendió esa mirada cómplice de su supuesta pareja, así que un poco temblorosa le tomó la mano, y al apretarla, expresó:—Así es, él es mi esposo. Discúlpeme por no haberlo dicho antes, no encontraba las palabras adecuadas para informárselo—agachó ligeramente el rostro mostrándose apenada por el secreto.
—¡Bien, bien! Ni hablar.—dijo resignada con aires malhumorados—Adelante, váyanse de aquí—expresó al sacudir sus manos con desprecio; pues qué más daba para la doncella, por lo pronto se conformaría con el premio de consolación que le había dado el Brief. Ya después buscaría la forma de cómo explicárselo al Señor Zuhnama.
Al estar muy cerca de Mai, Trunks le murmuró a discreción:—No me sueltes...—& salieron del Hanabi tomados de las manos, con emoción & temor de haber conseguido lo que querían: la anhelada libertad. Entretanto, Violet, quien se mantenía aún limpiando las mesas, los observó a distancia y expresó a voz baja—Eso es...
Y fue entonces, que tras salir del excéntrico lugar, tras abordar el vehículo del azúl, había llegado el fin & el principio de algo nuevo en su historia de vida.
—Regresemos a casa...
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Esa noche sería la primera vez que le tocaría dormir sin su fiel compañera. Era algo a lo que tendría que acostumbrarse de ahora en adelante, pues ella no dejaba de ser un Pétalo de Arena, y como tal, tenía que estar al servicio del Hanabi.
—Pero qué día...—esbozó con fastidio la violeta. Ésta era portadora de una bata amarilla vaporosa, muy similar a la de su colega. Así que sin más remedio, apagó las luces de su habitación & se fue directo a la cama sin tener un gramo de sueño. Mientras cubría sus hombros con la sábana pensó que el plan definitivamente iba a resultar exitoso. O al menos la parte de la Princesa Serpiente había resultado ser así; eso le causó cierto gusto por su amiga por lo que una ligera sonrisa se le dibujó en los labios. Fue entonces, que fácil resultó cerrar los ojos para concentrarse en descansar, sin embargo, de repente escuchó un pequeño golpe en el vidrio de la ventana, tal parecía que era ocasionado por una pequeña piedra—¿Pero qué fue eso...?—se preguntó al abrir los ojos. Así que con un poco de temor se puso de pie & se colocó sus zapatos sin tacón para después asomarse. Entonces, su sorpresa había sido grata al descubrir que se trataba del joven Goten quien estaba llamándola.
—¿Pe-Pero cómo es posible...?—el muchacho con una seña de su brazo le indicó que bajara. Pero justo en ese momento ya tenían deshecha aquella cadena de sábanas con la que había bajado aquel día. Así que valerosa recordó algunas de sus tácticas militarizadas, pues al haber abierto la ventana, retrocedió unos cuantos pasos hacia atrás, luego asintió & saludó como soldado al llevar su mano a la frente. Por lo que a pasos veloces tomó impulso y saltó por la ventana con los brazos & piernas extendidas entregándose al aire; ella confío, pues de esa manera volvió a caer en sus brazos.
—¡Te tengo!.
Al divisar al muchacho, la mujer le preguntó con sorpresa—¿Pero qué haces aquí...?
—Pensé en lo sola que te sentirías sin la compañía de Mai. Así que decidí venir por ti para llevarte a mi departamento a pasar un rato; prometo que yo me encargaré de regresarte a buena hora—pues bien sabía que Violet tenía que estar antes del amanecer en el Hanabi—¿Aceptas mi invitación?.
—Bueno, pues...
—Anda, sé cocinar muy bien.—acompañó tal habilidad con un guiño.
La mujer violeta soltó una risa que rápido cubrió con una de sus manos, luego aceptó—De acuerdo, es un buen gesto de tu parte, Goten.
—¡Excelente!.
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El departamento de Goten se ubicaba justo en el centro de la Capital del Oeste. Era una zona de clase media con varios conjuntos de departamentos a su alrededor. Cuando el muchacho le ofreció entrar a la violeta, ésta pudo observar un espacio cómodo e incluso sencillo, pues solo consistía de una habitación, un sillón en la sala frente a un amplio televisor, un comedor de dos sillas y enseguida una minúscula cocina. Del otro lado del mueble había un acceso a un balcón, y en él, había varias macetas con plantas, algunas de hecho eran comestibles por ser de especias para condimentar los alimentos como el romero, albahaca , etc.
—Adelante, toma asiento.
—Gracias.
—¿Te gustan los fideos?
—Cl-Claro—asintió sin perder detalle de todo lo que el joven hacía.
Fue así, que desde el sillón observaba al muchacho maniobrar en la estufa; un mandil blanco se sostenía de su cintura & fue necesario para no salpicarse de aceite. Los fideos entonces se revoloteaban con algunas hojas de hierbas, tomates babys & aceites ricos en olores. Así que después de un par de minutos, el guiso ya había quedado al dente—Ya está listo.
Se auxiliaron de una mesa para poder comer en el área de la diminuta sala. Violet permaneció sentada en el sillón y Goten prefirió sentarse del otro lado en el suelo alfombrado. Entonces, con la típica frase de «¡Buen provecho!» degustaron de la pasta en compañía de dos copas de vino blanco efervescente.
—¡Uyyyy~~ realmente está delicioso!.
—Ja,ja,ja, me alegra mucho que me digas eso.
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Con buen sabor de boca & con un poco de bebida en las copas, ambos adultos charlaban.
—¿Sabes algo, Goten?—preguntó la mujer con copa en mano y pierna cruzada.
—Dime...
—Siempre he sido una mujer bastante interesada; ya ves que dicen que el dinero mueve montañas.
—¿D-De verdad? Es que yo percibo otra cosa de tí. Digo, sí tienes carácter, de eso no me queda la menor duda. Pero no creo que seas una mala persona.
—Claro, uno va cambiando, o quizá las mismas circunstancias te obligan a hacerlo—luego cambió un poco de tema—; yo crecí en un pequeño pueblo.
—Qué curioso, también crecí en el campo; cerca de los Montes de Paoz.
—Ahora comprendo el gusto que tienes por las plantas—volteó hacia el balcón.
—Es como tener un poco de mi hogar aquí en la ciudad; el aire se percibe mágico, entra con olor a hierba.
Fue así, que la violeta se sinceró al contar parte de su vida—Mi niñez fue algo difícil; nunca conocí a mi madre, y la persona que me cuidaba me obligaba a trabajar para poder tener algo para comer. Así que desde pequeña buscaba la manera de hacer dinero; hacía quehaceres en los graneros, mandados a los vecinos, limpiaba autos; no mentiré que hasta robaba para no llegar con las manos vacías a casa. Al final de cuentas ese infeliz se lo venía gastando todo en alcohol. Fuera de eso siempre recordaré con cariño cuando corría sin ataduras por los largos senderos, el cómo trepaba los árboles & sentía en la planta de mis pies la tierra junto con aquella bocanada de olor natural que apretaba mi pecho . Sin embargo, un buen día, harta de ese supuesto hogar, decidí enlistarme al ejército de la Reb Ribbon. ¿Y sabes...? fui un soldado bastante habilidoso por muchos años, pero con la llegada de la grieta dimensional & por otras cuestiones el cuartel se vino abajo. Entonces quedé en la calle & fue ahí que conocí a la Princesa Serpiente; sin más opciones acepté su oferta de entrar al Hanabi.
—Vaya, ahora comprendo...—Goten estaba un poco perplejo ante la historia, pues nada se comparaba la niñez de Violet con la vida feliz que tuvo al lado de su padre.
—¿Puedo...?—pidió permiso para recostarse en el sillón puesto que había una almohada & una sábana a su costado.
—Adelante.
La mujer se cubrió con la sábana, y al enfocar su mirada en la salida del balcón, observó el cielo estrellado y le dijo al muchacho:—Uno de mis grandes sueños es volver a sentir esa sensación de libertad & naturaleza. Y como toda niña...siempre desearé tocar las estrellas.
—¿Tocar las estrellas...?
—Ajá...
—Tal vez no sea cosa difícil de conceder.
—¿Có-Cómo dices...?—se dirigió hacia el joven, pues era obvio que era imposible hacer tal cosa, ni manejando la mejor nave se podría lograr.
—Brindemos por eso...—el Son, de algún modo, quiso empatizar con la fémina. Así que como muestra de apoyo extendió frente a ella su copa con el último trago de vino blanco que le quedaba.
Violet observó el gesto con cierta ternura. Fue entonces, que sin pensarlo, alcanzó de la mesa su bebida, y justo antes de estrecharse los cristales, el joven le dijo:—Por la libertad, por el olor a hierba ...y por algún día tocar las estrellas.
Ella asintió en aprobación, & ambos terminaron brindando por ese objetivo en común—¡Salud!.
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Era de noche en el despacho de la reina del Hanabi. Y sin todavía haber digerido lo que había pasado en la mañana con Mai, decidió beber un poco de coñac para soltar su frustración. A su costado había un plato de metal con algunos frutos dorados muy parecidos a las manzanas; éstas eran el fruto que brotaban en las tierras bajas del Inframundo. Sin embargo, la mujer aún se mantenía inquieta debido al suceso—Es que no puede ser posible...—Hasta que de repente le ordenó a sus asistentes:— ¡Nina, Lily, Keely y Mimo, traigan EL ESPEJO!
Mimo, la de ojos negros sin rastro de iris, acató la petición de inmediato—¡A LA ORDEN!.
Pero Nina, la chica de cabellos rojizos & su más fiel súbdita, se tomó la libertad de preguntarle—Discúlpeme, Su Alteza, ¿pero exactamente qué es lo que desea ver?
—¿Que qué deseo ver? ¿Qué no es obvio, Nina? Quiero asegurarme que no me estén tomando el pelo, es todo.
—¿Se refiere al casamiento de la Señorita Mai con el empresario Brief?
—ASÍ ES.—contestó cortante; al cruzarse de brazos mencionó—Hay algo que no me convence aún.
—Pero Su Alteza, recuerde que solo son fracción de segundos lo que podrá observar.
—¡No importa! Seguro algo podré descubrir con esos segundos.
—Aquí está el espejo, Princesa Serpiente—intervino la muchacha e hizo entrega del objeto.
—Bien, gracias.—lo tomó en sus brazos.
La jefa de las chicas seguía en su asiento & las muchachas se colocaron a sus espaldas a la expectativa de también poder observar. Entonces, le imploró al espejo su petición:—Oh~ espejo mágico, espejo de los sueños, muéstrame lo que está pasando en la casa de Trunks Brief.
Sin embargo, la más rubia de todas, Keely, intervino:—Pero Princesa, ¿qué acaso no sabe lo que hacen los recién casados por las noches?
—¿Eh...?—un silencio se propició de repente junto con los constantes parpadeos del resto de las chicas. Fue así, que en una sola voz, y tras haber analizado la interrogante que flotaba en el aire, contestaron las cinco féminas al mismo tiempo: «¡TIENEN INTIMIDAD!» «¡AAHHHH!»—perdieron piso de solo imaginar la escena.
—¡¿DE VERDAD DESEA VER ESO, PRINCESA?!—preguntaron en alteración.
—¡Pues qué otra alternativa me dejan!
En eso, la imagen del espejo fue tomando cierta claridad «¿Hug..?»; pues se fue filtrando un rostro que pronto llamó la atención del grupo de chicas.
—¡No pierdan detalle, pongan atención!.—les ordenó.
—¡SÍ!
Fue así, que poco a poco se fue mostrando un pecho fornido, una espalda fuerte con largas huellas de agua deslizándose sobre la misma piel. Así que, en total desnudez, se mostró el Brief tomando una ducha justo antes de ir a dormir. La imagen las IMPACTÓ TANTO que todas sonrojadas se cubrieron al mismo tiempo los ojos con ambas manos; aunque la Princesa dejó cierta separación entre sus dedos para seguir observando al muchacho. Entretanto, fue la cuenta regresiva de fracción de segundos que venció en un santiamén; así que bastó de un tris para que la imagen del empresario desapareciera por completo.
—¿Acaso ya fue todo...?—dijo la mujer deseosa de haber visto un poco más, pues sin duda el Brief estaba de buen ver; aunque ese no era su objetivo principal.
—¡¿Pero por qué nosotras tenemos que ver esto?!—comenzaron los reclamos.
—Basta, basta...no es para tanto—aunque luego sentenció—Mañana & todos los días haremos lo mismo, ¿entendido?
—¡¿QUÉ?!¡¿OTRA VEZ?!
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El día había sido tan pesado que la única forma para poder relajarse, era tomar una ducha de agua caliente antes de ir a dormir al lado de su supuesta esposa. Al tomar la toalla & secar parte de su cuerpo, se mostró impaciente por el hecho de tener que compartir cama con la mujer del Hanabi; pues en definitiva, esto no era nada parecido a lo que con su experiencia le había tocado vivir. Aunque bien sabían de la existencia del espejo mágico de la Princesa Serpiente, pero no había de otra alternativa más que fingir lo mejor posible. Fue así, que se valió simplemente de unos pantalones flojos, & mientras caminaba por el pasillo que conducía a su recámara, llevaba sobre sus hombros aquella toalla que atrapaba las gotas que destilaban sus lacios. Entonces, antes de tocar la puerta de su habitación cerró los ojos, suspiró, apretó los labios & después tomó postura para advertir su llegada.
Al avisar con tres toques a la puerta, se filtró a la habitación. Y lo primero que vieron sus ojos fue aquella mujer de bata rosa vaporosa en su espera; el escote de dicha prenda hacía lucir lo pronunciado de sus pechos causándole al azúl cierto nerviosismo. Ella por su parte observó al muchacho con el pecho desnudo, por lo que inmediatamente un ligero rubor apareció en sus mejillas, pues sin lugar a dudas, ahí era el inicio donde se consagraría el supuesto matrimonio feliz.
Así que torpemente... el Brief solo le pudo decir a su mujer—H-Hola...
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CONTINUARÁ...
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Hola, espero que todos estén muy bien n.n
Verán...debido a que mañana es mi cumpleaños, creo que en vez de querer recibir algo, seré yo quien tenga el gesto de haber adelantado la actualización de capítulo de PE como un obsequio para todos ustedes. Y así, de algún modo, celebrar el día juntos. ¡MUCHAS GRACIAS POR ESTAR AQUÍ!. GRACIAS por sus lecturas, por sus rws, por compartir las actualizaciones, por todo! Espero hayan disfrutado del capítulo de hoy. Abrazos & Bendiciones.
¡NOS LEEMOS PRONTO!
CARIÑOS:
Kuraudea.
