Pareja: Sirius y Severus

Tropo: matrimonio que lleva mucho tiempo juntos

Aviso: universo del día 25


Remus miró a su amigo, sentado al otro lado de la mesa. Sirius estaba inusualmente callado y pensativo y miraba el fondo de su vaso como si allí estuviera la solución a todas sus dudas.

— ¿Va todo bien?

— Emmm, sí sí.

— Pads… —usó su tono de advertencia, el que usaba en la escuela cuando Sirius trataba de hacer ver que estaba bien después de tener problemas con sus padres.

— ¿Qué hacéis Lucius y tú en vuestro tiempo libre? —preguntó de repente, aún con la atención puesta en el vaso.

— Emmm, no sé. ¿Te refieres a ahora que Draco ya no está en casa?

— Sí. Severus está en Hogwarts y yo en casa y el fin de semana parece que lo único que hacemos desde que Harry no está es tener sexo.

— ¿Y el problema dónde está? —cuestionó Remus con una sonrisa pícara.

Sirius levantó la mirada por fin, con una sonrisa parecida y un brillo divertido en los ojos.

— ¿Esa pregunta no debería ser mía?

— Por eso lo entiendo aún menos. De hecho está bien saber que después de tantos años aún podéis pasaros un fin de semana en la cama.

— ¿No lo hace todo el mundo?

— Nosotros solemos pasar el fin de semana vestidos, la verdad.

— Oh. —Se encogió de hombros Sirius— No sé, supongo que tenemos mucho sexo atrasado.

— ¿Dónde está entonces el problema?

— Durante mucho tiempo ha habido algo ajeno alrededor: la escuela, la guerra, Harry. Ahora estamos los dos solos, sin tensión… y es raro.

— Necesitáis un hobbie.

— ¿Me vas a recomendar que hagamos puzzles juntos? No somos dos ancianitas.

— Estoy seguro de que podéis encontrar algo que hacer juntos en vuestro tiempo libre. Fuera de la cama.

Sirius volvió a sonreír pícaro y señaló con la cabeza el mueble en el que Remus se sentaba justo antes de llevarse el vaso a los labios.

— El sábado pasado tuvimos sexo en ese sofá.

— Uggg, exceso de información, Pads.


El fin de semana siguiente, Sirius se acostó el viernes con el firme propósito de hablar con Severus por la mañana. Pero también era firme el ritmo de la cabeza que hacía moverse las mantas a la altura de sus caderas al despertarse. Eso le distrajo lo suficiente como para no volver a pensar en el tema de los hobbies hasta la hora del desayuno.

— ¿Qué quieres hacer hoy? —preguntó, mirando desde la mesa como Severus terminaba de recoger las tazas ya lavadas.

— Hay que ir a la compra. Necesitamos varias cosas.

— Ya. ¿Y después?

Severus se giró hacia él, con el paño de secar aún en la mano.

— ¿Ocurre algo? Suenas ansioso.

Sirius se pasó las manos por el pelo, alborotándolo aún más.

— ¿No tienes la sensación de que no hacemos cosas juntos? Ahora que tenemos tiempo libre.

— Pasar juntos treinta y seis horas a la semana no es tener tiempo libre, Sirius. Y no es que no eche de menos a Harry en casa, pero agradezco poder disfrutar de tiempo a solas contigo.

— ¡Pero solo tenemos sexo!

— ¿Te estás quejando? —cuestionó alzando una ceja.

— ¡No! solo que no sé, ¿así va a ser? ¿ni hablar ni salir ni tener aficiones comunes? en algún momento te cansarás de esto y yo…

— Oye, espera. —Avanzó un par de pasos hacia él— ¿Quién se va a cansar de qué?

— De que no hagamos otra cosa, que no compartamos. No tengo tu inteligencia, no puedo hablar de pociones durante horas o comentar tus lecturas. No sé, Severus, llevamos mucho tiempo juntos pero realmente nunca hemos hecho cosas en pareja. Claro que me gusta el sexo, me encanta, pero y el día que no tengamos ganas de sexo, ¿qué haremos juntos?

Su compañero se sentó junto a él y le cogió la mano.

— Te amo, Sirius. Dudo mucho que me canse de ti nunca, pero tienes razón, quizá debemos explorar un poco fuera de casa.

— Yo también te amo. —Puso la otra mano sobre las dos unidas— ¿Mercado entonces?

— Sí. ¿Podemos salir a cenar? por empezar por algún sitio.

— Oh. Me han dicho que hay un club muggle que hace música en vivo y se cena bien. ¿Quieres probar?

— Claro que sí —Se estiró y le besó con delicadeza— ¿Ducha?

— Me gusta la ducha —Sirius se puso de pie y tiró de él sin dejar de besarlo— ¿Me frotas la espalda?

— Una gran idea.

Y siguieron besándose por el camino mientras se quitaban el pijama.