No sé ni porqué sigo aquí.

O mejor dicho, porque Astoria sigue aquí.

Ni si quiera se ha atrevido a confesar. Solo ha llorado intentando agarrarse a mi desesperadamente balbuceando incoherencias sobre que no podía dejarme escapar porque me ama.

Pero ella no me ama. Cuando amas a alguien no lo usas como ella me ha usado a mí.

Así que aquí sigo sentando en una mesa donde abunda la comida. Sentado frente a los padres de Astoria y con mi madre a un lado y Astoria al otro.

Como si fuésemos una puta familia feliz celebrando la noche buena.

Ni si quiera Theo se ha presentado y eso me hace estar de peor humor.

Madre se ha dado cuenta de que pasa algo por mi frialdad hacia Astoria y los ojos llorosos de ella.

Pero la Señora Greengrass no para de parlotear sobre la boda y los arreglos que aún hay que hacer. Insistiendo en que pongamos la nueva fecha.

Una fecha que no va a fijarse.

Y Astoria lo sabe.

Solo necesito salir de aquí.

Sé que mi historia con Granger terminó…es más, si no hubiese terminado Astoria no me hubiese pillado con las defesas bajas... aún así eso no quita que quiera estar con Astoria.

No lo quise hace un mes cuando volví, no lo quise hace tres meses cuando empecé a asfixarme y no lo quiero ahora que he visto la clase de persona qué es.

—Draco querido—dice mi madre sacándome de mis cavilaciones—deberías acompañar a Astoria a dar un paseo, parece que no se siente bien.

Fulmino con la mirada a mi madre que levanta una ceja confusa. Miro a Astoria y aunque intento sentir lástima por ella no puedo…ha hecho que viejos sentimientos de odio y rencor surjan en mí.

Gruño y me levanto de la mesa sin ofrecerle mi mano. Dándole la espalda a todos mientras ella me imita y me sigue.

Llegamos al jardín y la encaro directamente porque no puedo aguantar más y necesito saber si está embarazada.

—¿Vas a contestarme a la pregunta que te hice antes?

Ella me mira como un cordero degollado y comienza a llorar de nuevo.

—No tengo tiempo para tus lamentos. Sé que me has hechizado de alguna forma porque sino no habría forma que yo volviese a tocarte.—digo con desprecio y veo como le hieren mis palabras.

—Draco…tú y yo íbamos a casarnos.

—Tú lo has dicho. Íbamos…en pasado.—digo mirándola fijamente esperando que de una vez por todas me diga qué me ha hecho.

—No podía permitir perderte por un desliz…lo que pasase en New York no significa nada…tú y yo teníamos un compromiso. Podemos retomarlo…puedes tener a la sangre sucia como amante si quieres, puedo permitirlo…pero no me dejes—me dice nerviosa y yo la miro sorprendido de que ella proponga algo tan indigno. Pero en cuánto recaigo en como la ha nombrado la furia comienza a reflejarse en mis ojos.

—¿Qué has dicho? ¿Qué coño me has hecho y cómo sabes quién es ella?

Astoria mira al suelo nerviosa y juro por Salazar que si no me contesta voy a usar legeremancia con ella.

—Contéstame, no me obligues a entrar en tu mente porque sabes de lo que soy capaz—digo apuntando con mi varita mientras el odio vuelve a entrar en mi cuerpo.

—Te hice un amarre.—confiesa— tenía que buscar en tu mente si había algún obstáculo para implantártelo y…la encontré a ella. Estaba en todas partes así que Ciss…

—¿Quién? —pregunto apretando los dientes porque sé que sabe que ha metido la pata.

—Tu madre.

Cierro los ojos para controlarme. Tengo ganas de romper algo, tengo ganas de gritar tan fuerte hasta quedarme sin voz.

Así que opto por reírme. No tiene ni puta gracia pero es tan obvio que esto ha sido orquestado por mi madre que me hace reír.

—¿De que te ríes?

—Me río porque eres una estúpida. Te has dejado llevar por mi madre…aunque no me sorprende saber que ha sido ella…no tienes la inteligencia ni las agallas para entrar en mi mente y mucho menos hacerme un amarre tú sola. Además eres tan estúpida que crees que voy a denigrar a Granger convirtiéndola en mi amante…yo quiero convertirla en mi esposa, en la Señora Malfoy.—digo sabiendo que eso es mentira…pues ya está casada( y junto a él) pero sé que esas palabras la van a herir y quiero que sufra— Tú no eres digna de llevar mi apellido.

Astoria se lanza sobre mí y comienza a golpearme. Con un movimiento rápido la aparto y cae al suelo con el rostro rojo de la rabia contenida.

—Así que hazte el favor y sal de mi casa. No quiero volver a verte.

La dejo tirada en el suelo y entro en el salón hecho una furia. Los Greengrass me miran sorprendidos pero mi madre está acostumbrada a mi malhumor, sabe que algo está mal.

—Fuera.

—Draco querido…—dice la Señora Greengrass asustada.

—No voy a permitir que se nos trate así en la casa de mi hija—dice el Señor Greengrass acabando con mi paciencia.

—¿La casa de su hija? —digo mientras río— Esta es mi casa. Al morir mi padre pasó a mí como su heredero y aún no hay ningún otro Malfoy para heredarla. Así que su hija aquí no tiene nada.¡FUERA!

Cuando los Greengrass salen apresuradamente me dirijo hacia mi madre.

—Tú también. Fuera.

—No entiendo que te ha hecho ponerte así pero te recuerdo que aunque seas el heredero yo soy tu madre.

—Una madre no hace lo que tú has intentando hacer conmigo. Fuera. —digo pasando mis dedos por el puente de mi nariz, agotado mentalmente y deseando que se vayan todos para poder destrozar todo lo que se me ponga por delante.

Madre no contesta y sale silenciosamente. Una vez que se han ido todos cojo la botella de wiskey de fuego de la vitrina del mueble bar y me la bebo sin respirar.

La estrello contra la pared, comienzo a patear las sillas y vuelco la gran mesa del comedor, volcando toda la vajilla y las fuentes con comida tan mimosamente preparadas para una cena familiar.

Me quedo mirando la chimenea fijamente y solo pienso en la única persona que nunca me ha fallado: Theo.

Así que me levanto, cojo otra botella de Wiskey y me la bajo de un tirón mientras me adentro en las llamas verdes.

—Mansión Nott.