Aertencia: Este fic contiene escenas de violencia, contenido explicito, etc. Muertes de Personajes principales. Y también viaje en el tiempo.

Summary: Jon lucho tantas batallas y al final sintió que lo perdió todo. Cuando los Dioses le dan una nueva oportunidad intenta hacer nuevamente lo que es correcto, solo que ya no es la persona que fue cuando abandono Invernalia, lleno de ilusiones sobre el honor y el deber. Podrá seguir siendo el hombre que una vez fue cuando vea que puede reclamar todo el mundo para sí mismo y esta sed de venganza y revancha lo dominaran, sin mencionar lo posesivo que comienza a volverse con quienes lo rodean.


La batalla de los ríos de sangre Part 3

Su cuerpo le estaba cobrando en ese momento los esfuerzos realizados en los últimos días, sin saberlo había hecho un gran esfuerzo de su parte para intentar salvarse, salvar a su hijo, e intentar que todo no se desmoronara, pero sentía que sus esfuerzos habían sido en vano. En el tercer día de aquella gran batalla, las fuerzas sobrevivientes del norte, de la tierra de los ríos y en pequeña parte del valle se había resguardado a las puertas de los Gemelos, las tierras de los Frey estaban totalmente repleta por soldados malheridos, cansados, hambrientos y simplemente muchos sin ánimos, deseos de seguir combatiendo.

Es difícil para un soldado tener la moral alta cuando el hombre que los lideraba estaba mal herido según los rumores, cuando aliados te traicionan y sin mencionar con la falta de noticias de su hogar, familia, la moral estaba por los suelos, las victorias iniciales del ejercito del norte y los ríos parecía haber quedado totalmente en el pasado, el antes poderoso ejército que hizo retroceder a Tywin Lannister ahora estaba en una desbandada que solo se mantenía unidad por la lealtad de los señores feudales a los Stark.

Los mismos señores que ahora se estaban quejando frente a ella, que habían venido a buscar un consenso, sobre que deberían hacer ahora que el joven lobo estaba en un sueño profundo del que no parecía que fuera a despertar. Catelyn Tully, ahora Stark, se encontraba demasiado cansada, sus lágrimas se habían secado hace mucho, deseaba tanto poder regresar a Invernalia, estar con sus hijos, sus dos pequeños Bran y Rickon, ¿cuánto habrán crecido? ¿aún se acordarán de ella? ¿Sus gustos habrán cambiado? ¿Aun desearan que los arrope en las frías noches? Ella solo quería rendirse, dar media vuelta volver al norte, solo esperar que la enseñanza de Ned influyera lo suficiente para que sus hijas fueran felices, sabía que Jon y con mucho dolor lo admitía jamás lastimaría a sus hijas, aunque eso no auguraba un matrimonio feliz, había peores opciones.

"Lady Catelyn, los Frey están planeando algo" Anuncio con voz baja un joven Gustav de la casa Flint de dedo de pedernal, varios susurros parecían estar de acuerdo. Catelyn se le quedo mirando, pensar que en el pasado este joven apenas llego a tener espacio en la mesa del joven lobo, pero las ultimas batallas consiguieron menguar el liderato de las casas del norte y de su ejército, por consiguiente.

"Cálmate muchacho, estas asustado y nos estas avergonzando" Galbart Glover, uno de los más veteranos en esta larga guerra, tal vez de los que más inviernos ha visto, también uno de los que más ha deseado regresar al norte, ha propuesto replegar el ejercito hacia Foso Cailin, pero sus sugerencias han generado malestar en los soldados y señores de la tierra de los ríos, ella entiende claramente sus preocupaciones, con las fuerzas tan diezmadas les será imposible defender sus castillos y aldeas, estarán a merced de las fuerzas de invasión ya sean Targaryen o de estos mercenarios traicioneros que trajo su hermana desde Essos, ¿cómo pudo confiar en estos hombres? ¿Quién los contrato? Si no fue Lysa, entonces ¿Quién? Y ahora las tierras de su infancia estaban repletas de hombres que no recibieran sus pagos o que venían desde el inicio con la intención de saquear y traicionar a sus contratistas. Todo esto la tenía tan cansada, solo quería volver a casa.

"¿Tienes alguna prueba?" Comento un Manderly, si no le fallaba su memoria era un primo de Wyman Manderly, apenas recordaba su nombre, pero este realizaba una buena pregunta.

El joven Flint, se movió un poco incomodo, tal vez alcanzo a escuchar un leve susurro, sobre que eran sus instintos, pero Catelyn prefirió no prestarle atención, solo cuando pareció pensarlo con determinación el joven Gustav Flint hablo.

"No, nos han dado pan y sal, además de ello, sus hombres andan fuertemente armados, han construido torres de vigilancia alrededor del campamento, sé que algo traman mis señores"

Los presentes se miraron con algo de incomodidad.

"El derecho de Huésped, se entrega en el hogar, en su castillo, le recuerdo joven Gustav Flint que estamos afuera de este" Todas las voces se silenciaron, todos voltearon su mirada, algunos con agrado, otros demostraron más una breve hostilidad, molestia, pero nadie demostró indiferencia, mucho menos Catelyn al ver llegar al señor de Fuerte Terror, Roose Bolton acaba de llegar.

"¡Pero estamos en sus tierras!" Argumento rápidamente el joven Flint, pero Galvart solo puso una mano sobre el hombro del muchacho, era mejor que se callara ahora, no era bueno poner a prueba la paciencia de una persona conocida como Lord Sanguijuela.

"Lady Catelyn, os pido disculpas por ingresar a esta reunión de forma tan imprevista, pero acaba de llegar con mis hombres, algunos aliados también, cuando supe de vuestra presencia sentí que debía reunirme con usted de inmediato"

Ella asintió rápidamente, le ofreció un asiento en la reunión al que de seguro era el abanderado más poderoso del norte en estos momentos, con el rey incapacitado, tal vez era el hombre más poderoso del norte en ese momento, aquel pensamiento asustaba mucho a Catelyn.

"No tiene por qué disculparse lord Bolton, me alegro saber que se encuentra a salvo, vuestra sabiduría será bien escuchada en estos momentos difíciles" Fue lo más diplomática que pudo ser, aunque al decir aquellas palabras su lengua le pesara y su mente divagara de lo ciertas y falsas que pudieran ser.

La reunión prosiguió, a pesar de los intentos del joven Flint fueron desestimadas sus sospechas sobre los Frey, aunque sentía que no era el único, pocos le respaldaban, parecía ser que la presencia de Roose, ocasiono que la imprudencia de muchos llegara a su fin, ha calmado las lenguas de los más jóvenes y vueltos cautelosos a los más veteranos, más que la llegada de un aliado, era la presencia de una persona que incomoda y en la que casi nadie parecía confiar.

El tema a zanjar ahora era el de los suministros parecía ser que el ejército no tenía bastante comida para alimentar a sus hombres para la siguiente semana, era demasiado malo, algunos propusieron replegarse nuevamente al norte, pero eso tomaría demasiado tiempo, y aunque llegaran a Foso Cailin en menos de una semana, dudaba que la fortaleza tuviera los suministros para alimentar a su mal herido ejército, también estaba la falta de vendas, hierbas básicas para calmar el dolor de los heridos, el vino se agotaba, ni que decir de la cerveza, la cebada se estaba volviendo la única comida en ese momento para muchos, y lo único que obtenían parecido a la carne eran los pescados que conseguían pescar del tridente, para estos momentos, el caballero Manderly, cuyo nombre acaba de recordar que era Baar. Catelyn intentaba no comparar su nombre con el bramido de una oveja, pero era realmente difícil.

Baar Manderly les estaba informando que más de la mitad de los hombres disponibles estaba pescando. Sería algo bueno, si no fuera porque la mayoría de ellos nunca antes lo había hecho, eran malos pescadores y estaban generando otro problema es que dejaban desatendidos sus labores, la vigilancia, el patrullaje estaba terminando en manos de los Frey.

Ah los Frey, tarde o temprano volvieron al tema. Roose Bolton volvió a calmar todo, diciendo que no había señales de traición, ni de amenaza, por ahora todo parecía calmarse.

Además, las noticias parecían malas, unas tras otras.

"Mi Lady, Mi Lady" Entro corriendo uno de los soldados de la casa Tully, su pelorojiso, su armadura con escamas intercaladas, y la trucha marcada en el cuero curtido

"Ten toma algo de agua" Le ofreció rápidamente Catelyn al joven soldado, este acepto con gusto, por lo agotado y desgastado de su apariencia se atrevió a decir que llevaba ya un buen rato viajando, tal vez toda la noche, el hombre bebió de la copa con agua sin dudar, calmo su sed, e intento controlar su agitada respiración, Calteny le dio su momento, malas noticias podían esperar y este joven parecía traer muchas.

"¡Habla!" Anuncio con tranquilidad, pero todas las miradas pasaron rápidamente de la matriarca Stark, al joven soldado. Y mientras esto sucedía, en ese breve momento, Catelyn apretó con fuerza sus manos, ignorando el dolor de las uñas clavadas a su piel, rezo a los siete dioses, al padre, a la madre, a todos incluso al extraño que tuviera compasión, que no trajera duras noticias sobre su tío, sobre su hermano, incluso sobre Lysa con la que había estado molesta el ultimo par de días.

"¡Terribles noticias mi Lady!" Anuncio el soldado que entro en pánico, parecía ser que el breve descanso había desconectado su mente, y ahora recordaba la urgencia del mensaje.

"Anoche, mientras intentábamos reagruparnos, nuestro señor Lord Edmure Tully se encontró con Lord Patrek" Anuncio, Catelyn respiro brevemente su hermano estaba vivo, pero que era tan urgente que el heredero de la casa Mallister había desviado a su hermano de su regreso hacia ella, su familia.

"¿Mi hermano se encuentra en Varamar?" Pregunto Catelyn, la casa ancestral de los Mallister, una hermosa ciudad portuaria y bien fortificada, eso le daba algo de alivio"

"Mi señora, temo que Varamar ya no existe tal como la conocemos" Anuncio el soldado en pánico, los hombres presentes se levantaron de sus asientos en gritos exigiendo una rápida explicación.

"¿Que ha pasado? explícate bien muchacho" La voz de Roose Bolton nuevamente, Catelyn comenzaba a irritarse cada vez que el hombre hablaba parecía que todos guardaban silencio, lo trataban como si fuera ya el amo y señor de todos ¿tanto miedo le tenían? ¿tan poco me respetaban?.

"Patrek Mallister dijo que trescientos barcoluengos de los Greyjoy estaban asaltando Varamar, Lord Edmure tomo sus pocos hombres y fue ayudarle, me envió a mí y otro compañero a dar aviso, pero en el trayecto" Cerro los ojos con fuerza "Un grupo de asaltantes nos atacaron, lo asesinaron, apenas conseguí escapar, en el trayecto, vi varias aldeas en llamas, pense que era obra de los mercenarios que el valle trajo, esos bastardos que nos traicionaron, pero tenian las banderas Greyjoy, y de las demás casas de las islas del Hierro, las alzaban con orgullo en los septos mientras arrastraban a los aldeanos encadenados, temo que en estos momentos temo que gran parte de las tierras entre Varamar de los Mallister y nuestra actual posición está en manos de los hijos de hierro"

Catelyn no pudo soportarlo más y se desmayó en ese momento.


"¿Pensé que estabas en el norte?" Fueron las primeras palabras dichas, la joven mujer miro de reojo a su prisionero más valioso, pensó en ignorarlo, estaba disfrutando de un gran banquete, ostras, salmón, vino algo agrio, pero se podía ignorar con el resto de la comida, también pan, pescado salado, uvas. Todo un manjar que ella incluso ofreció a Edmure Tully pero este en su orgullo apartaba la mirada. Pero Asha Greyjoy no se sentía ofendida, no, para nada, solo estaba juguetona con su prisionero, nunca pensó que los rumores que Edmure era más honorable que inteligente eran ciertos, en serio cabalgo en medio de la noche con sus hombres y el heredero de la casa Mallister, gritaban con voz heroica mientras se dirigían hacia Varamar.

Cayeron directo en una trampa de sus hombres, fueron tomados por prisioneros y apenas Edmure consiguió desenvainar su espada antes de ser capturado, era lindo pensó Asha pero era un idiota y hombres así no sirven al final del día pensó.

Asha no era participante del ataque a Varamar, simplemente se coló en el ataque junto con sus barcos y hombres leales, la fuerza más grande de la historia reciente de los hijos de hierro seria destruida en un par de horas o tal vez antes. Su padre no la escucho, su hermano fue un idiota que ahora se congelaba en el muro, sus tíos uno ebrio místico religioso y el otro un tuerto que le daba miedo, demasiado miedo.

En todo esto llego a una horrible, o tal vez importante conclusión, su familia eran unos idiotas, condenarían a su pueblo, a su casa a la destrucción, sus palabras caían en oídos sordos, pero sus mensajes, ah estos llegaron a la corte del rey.

Acá en lo alto de una de las pequeñas colinas, que sinceramente apenas era un montículo de tierra, pero se podía divisar toda la bahía, toda la ciudad de Varamar pero ante todo el final de una era.

Asha la navegante, Asha la exploradora, encontraría otras maneras de que su nombre quedara en la historia, pero todos sabrían que ella seria Asha Greyjoy la señora de las islas de hierro.

Pero también sabia como la llamarían, Asha la traidora, la cambia capas, la perra del dragón, aunque esto último seria inmerecido, no había compartido cama alguna con aquel hombre, aun pensó con diversión, mientras tomaba la semilla de sus uvas para lanzarlas contra Edmure.

"Me aburrí del norte" Respondió por fin a la pregunta de Edmure pero no sin dejar de burlarse de su persona "Veras demasiada nieve, poco botín en el pillaje, pero sobre todo me canse, desee negociar, hacer un cambio de rumbo cuando vi ese maldito dragón en el cielo, y ¿sabes que paso?" Ambos hijos de grandes casas se miraron, al final una pequeña lucha de miradas, Edmure se rindió, diciendo algo sobre mujeres salvajes y poco decorosas.

Asha fingió los inultos, en su vida escucho muchos peores. Pero lo que le molestaba es que no le respondiera a su pregunta, ni siquiera parecia intentarlo "Sabes realmente odio a los hombres como tú, como mi padre, como mis tíos, especialmente como mi hermano, siempre menospreciándome" Se levanto, ignorando la miradas sorprendidas no solo de Edmure, los hombres de los ríos prisioneros si no de algunos de sus hombres, acaba hablar mal del actual señor de las islas de hierro, pero que importaba, pronto, tal vez al finalizar el día la mayoría de ellos estarían muertos, la última de los Greyjoy seria.

"No fue difícil convencerlos, cuando les dije del botín, de lo débil que estarían todos por las constantes luchas, todas las tierras de los ríos a nuestras manos le dije a mi padre, quien olvido los minutos anteriores cuando le suplique que enviáramos hombres a rescatar a Theon" Asha soltó una pequeña carcajada que estaba conteniendo, e incluso algunas lágrimas amenazaban con escaparse "Pero el sonrío, mi padre, cuando le hable del botín, de todo, convención a pelo mojado Aeron y a mi tio Victarion, y luego todos, no fue tan difícil, aún sigue siendo fácil si lo pienso, yo pude estar en otro lugar pero quería estar acá, ver con mis ojos el precio de mi dominio" Como los traicioné, los vendí a todos ellos.

Una gran sombra cubrió los cielos, todo comenzó a oscurecerse. El rugido del dragón negro, el terror hizo que todas las sonrisas murieran, todos los asaltantes comenzaron a gritar de pánico cuando vieron a la gran bestia en los cielos.


Balerion surgió entre las nubes, su gran tamaño podía opacar el sol en todo Varamar, toda la flota de la isla de hierro que estaba amontonada y poco preparada para defenderse, arrogancia era la mayor debilidad de los hijos del hierro, eran unos cabrones arrogantes que no se daban cuenta de lo débiles que eran realmente.

Jon observo, con dificultades para creerlo, tal vez cortarle la cabeza a Varys podría esperar, para bien o para el mal, los siete reinos realmente podían necesitar de alguien como él, eso le desagradaba, pero esta era una oportunidad única, poner fin a una rebelión que podría ser una piedra en el zapato durante varios años.

Balerion soltó un gran rugido, solicitando la atención de su jinete, Jon entendía lo que estaba pidiendo, el viejo dragón estaba cansado de esperar, estaba comenzando perder la paciencia, quería combatir, no más dialogo. Nunca entendió la conexión que poseían jinete y dragón hasta este momento, tal vez por esto muchos Targaryen llegaron a considerarse dioses, y a enloquecer, entender a una bestia tan milenaria como los dragones también era señal de locura en su opinión.

"Balerion" Llamo a la gran vestía y esta parecía estar expectante, esperando la tan ansiada orden "dracarys"

Fue en ese momento que la gran bestia descendió a gran velocidad, bajo con sin consultarlo, sin tener en cuenta la opinión de Jon, incluso si se cayera su jinete eso parecía que no lo fuera a detener, una gran llamarada de fuego salió de sus fauces, comenzando a quemar los barcos más alejados, con sus largas garras en sus patas tomo algunos hombres de sus embarcaciones, tomaba vuelo alto para luego soltarlos, a veces tomaba el mástil, para que estos chocasen contra otro barco.

Sus fauces continuaban lanzando llamaradas de fuego sobre todos sus enemigos, un fuego tan rojo, tan intenso, y en algunos momentos llegaba a ser totalmente negro, ya fuera por el gran humo que estaba saliendo, o simplemente parecían provenir del viejo dragón.

Los defensores, los saqueadores Greyjoy intentaban disparar sus arcos en su contra, incluso parecía ser que organizaron una catapulta en un intento por derribarle, pero nada de ello parecía funcionar, las flechas eran repelidas por la gruesa piel escamosa de Balerion, todo el lugar era consumido por sus llamas.

"¡Balerion!" Grito Jon, pero la bestia parecía estar ya suelta, en muchos años, tal vez siglos en su mente no se habían liberado de esta forma, mas, más fuego, lo comenzó a quemar todo, no solo la flota, si no Varamar misma, todo el mundo recordaría este día, cuando al tercer día de la batalla de los ríos sangrientos, el rey Daemon Targaryen quemo la flota de hierro, la ciudad de Varamar y daba inicio a una nueva etapa de la dinastía Targaryen.

Toda la flota anclada, acumulada, amontonada entre sí, los hijos de hierro en su barco o en la ciudad saqueándola, todos ellos parecieron junto con muchos defensores y personas inocentes de la ciudad. El Fuego de Balerion no hacia distinción en ninguno, y una gran nube negra se alzó por todas las tierras de los ríos por los siguientes días.