No pondré la advertencia de para mayores de 18 porque todo el fic es para mayores de 18
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POV LENA
Azoto la puerta detrás de mí, el sonido hace eco en la habitación. Kara salta ante el ruido, luego mira alrededor, observando la sencilla cabaña. Una pequeña cocina con una pared donde he colocado todas las recetas de sus platos favoritos. Espero con ansias cocinar uno de ellos para ella, luego la sentaré en mi regazo mientras nos alimentamos la una a la otra. Tal vez mi polla se encuentre enterrada profundamente en su interior mientras comemos.
La habitación es bastante sencilla; solo un escritorio, una mesa con un par de sillas, y por supuesto una cama. Me asegure de que la cama fuera pequeña, pero tiene postes así puedo atarla. Kara deberá dormir encima mío, o bien juntas. Su redondo culo apretando mi polla donde puedo frotarla entre sus nalgas. Puedo rodar encima de ella en medio de la noche directo dentro de su cuerpo y no puede detenerme de hacerlo. Cada vez que mi polla se endurezca, podre separar sus piernas y tomar lo que es mío. Porque Kara es mía. Ahora solo es cuestión de que ella se dé cuenta de cuan cierto es.
—¿Durante cuánto tiempo me tendrás aquí? — Su respiración es entrecortada mientras dice las palabras. Su mirada brilla, intensos ojos azules sosteniendo fuertemente los míos ahora, y no en la habitación.
—¿Cuánto? — Pregunto. Porque no podemos quedarnos en la cabaña para siempre. Esto solo es para obtener su sumisión. Enterrarme bajo su piel como ella lo ha hecho en la mía. Pronto la podré llevar de regreso a casa conmigo.
—¿Cuándo me dejarás ir? — Pregunta.
—¿Crees que alguna vez te dejaré ir? —
Su respiración se acelera ante mis palabras. Hablé un poco más duro de lo que tenía intención. La idea de dejarla ir no hace nada para enfriar a la furiosa bestia dentro de mí.
—La única manera de que te deje ir es persiguiéndote por el bosque. Luego, cuando te atrape, te arrancaré el vestido, y golpearé mi pene dentro de ti. Estoy empezando a pensar que te gusta ser follada en el sucio suelo. ¿Es eso lo que te gusta, Kara? Porque si lo pides te lo daré—
Veo sus pezones endurecerse a través de la tela mientras hablo, probándome una vez más, cuanto le gusta esto. Se muerde el labio inferior y sacude la cabeza negando. Su negación está bien, por ahora. Eso es porqué estamos aquí, después de todo, pero no me tomará mucho hacer que me suplique.
Luce malditamente desarmada. Barro esparcido por todo su vestido rosa, su cabello salvaje con esa apariencia de recién follada, y líneas de mugre en sus mejillas. Saber que yo le hice eso hace endurecer mi polla justo como cuando estuve dentro de su húmedo coño. Quiero lavarla y arruinarla una y otra vez.
La abordo como una vikinga a punto de reclamar sus nuevas tierras.
—Quítate el vestido, quiero verte— Grazno, queriendo verla a ella. No hace ni un movimiento para cumplir —No me hagas hacerlo yo misma, Kara. Solo estás haciendo las cosas más difíciles de lo que deben ser. No quiero lastimarte, y si haces que lo haga, solo me enfadaré—
Con manos temblorosas, toma el dobladillo del vestido y lo levanta lentamente, mostrando más trazos de tierra en sus muslos.
—Más arriba— Digo, necesitando ver su coño. Cuando sus bragas de algodón aparecen a la vista, caigo sobre mis rodillas frente a ella para obtener una mejor vista.
—Por favor, no lo hagas— Suplica, y eso solo me endurece.
Mi semen está por todas partes. Marcándola como mía. Chorrea sobre sus muslos y hay una mancha de humedad en su ropa interior por ello. Sé que todo eso no puede ser solo mío. Es suyo también. No puedo detenerme de inclinarme y enterar mi rostro allí. Aspiro profundamente, oliendo a mi Kara y a mi juntas.
—Dios, olemos perfectas juntas. Justo como supe que lo haríamos. Te amo tanto, mi Kara— Digo antes de enterrar una vez más mi rostro contra ella. Alzando una mano, tomo sus bragas y las bajo por sus piernas —Da un paso, nena— Digo, y hace como digo, esta vez sin luchar. Está aprendiendo.
—Por favor— Dice con voz temblorosa, pero la ignoro.
Me levanto y voy hasta la puerta. Junto a ella hay un clavo que sobresale de la pared y cuelgo sus bragas allí. Me las quedaré y serán un recordatorio de esa noche. Espero que el olor jamás se les quite, pero siempre puedo hacérselas usar de nuevo, y hacerlo todo una vez más. Cuando me doy la vuelta hacia ella, la encuentro mirando hacia la puerta. No tengo intenciones de trabarla. Puede correr si quiere; aprenderá rápidamente que no puede escapar de mí.
Pero si desea huir, primero quiero limpiarla así puedo derrumbarla de nuevo.
—Hora de asearte— Le informo antes de tomarla por la muñeca, arrastrándola dentro de pequeño baño.
Comienza a dar tirones para alejarse cuando ve hacia donde nos dirigimos.
—Basta, por favor no lo hagas. Por favor déjame ir. No se lo diré a nadie—
Le sonrío y me acerco un poco más.
—Harás lo que digo, o será doloroso— Conectando la mirada con la suya, puedo ver que le aterra la idea del dolor. Luego de otro momento de vacilación, toco su rostro —No quiero herirte, mi Kara. Simplemente haz lo que digo y será sencillo—
Deja caer la cabeza en derrota y asiente.
—Buena chica— Digo y la empujo nuevamente hacia el baño.
Enciendo la ducha y doy un paso hacia afuera para dejar que el agua se caliente. Le quito el vestido por encima de la cabeza dejándola completamente denuda para mí. Rápidamente me quito mis propias ropas y la llevo hacia la ducha conmigo.
—Solo quédate aquí, amor. Me encargaré de ti. Siempre te daré lo que necesites— Besándola en la nariz, tomo el jabón y comienzo a enjabonarla, masajeando al mismo tiempo. Cubro cada parte de su cuerpo y nada queda sin tocar. Luego me encargo de su cabello colocándole el champú y enjuagándolo. Siento que el agua comienza a enfriarse y sin querer que ella tome frío, maniobro de manera tal que el agua solo me golpea a mí. Me baño rápidamente antes de sacar a Kara y envolverla en una toalla, luego secándome yo misma.
Ella está en completo silencio. Sé que siente miedo y vergüenza porque se corrió tan rápido para mí. Su mente dice una cosa y su cuerpo otra. No estaba mintiendo cuando le dije que siempre le daría lo que necesite, y lo que ella necesita soy yo. Porque no importa lo que diga, le gustó ser follada en la cuneta como una pequeña prostituta. Mi pequeña prostituta.
—Siéntate en la cama— Le digo con una voz que no es para desobedecer. Tomando un cepillo, me muevo hacia ella, peinando su sedoso cabello rubio hasta que todos los nudos han desaparecido. Cierra los ojos, inclina la cabeza hacia atrás y disfruta de las cepilladas, justo como hizo cuando la bañé.
Luego de algunos momentos, cuando está completamente relajada, la tomó por sorpresa y le arranco la toalla de su cuerpo. La arrojo en el suelo detrás de mí, la acción la hace temblar.
—Iba a exponerte una serie de reglas, pero sé que pelearas conmigo por ellas, así que solo te mostraré por qué no luchar contra mí. Manos y rodillas en el centro de la cama— Digo y señalo el colchón.
—Por favor, no lo hagas— Su voz suena a pánico, pero sus pezones están duros —No sé qué hice, pero por favor, lo siento. No—
Arrastro mis ojos hasta su coño desnudo y una sonrisa tira de mis labios.
—¿Estás hablándome a mí, Kara? Porque tu coño claramente se encuentra rogando por mi atención—
—Es por la ducha— Dice sin hacer contacto visual, pero su tono no es muy convincente. La humedad en sus labios desafía sus palabras.
—Kara, mi amor. No me hagas decírtelo de nuevo— Digo con cierto filo en mi voz.
Me mira durante dos latidos, echándole un vistazo a mi polla dura antes de subirse obedientemente a la cama.
—Solo por favor no me lastimes— Gimotea y se acomoda.
—Quiero tus tetas presionadas contra el colchón. Ese culo al aire, ofreciéndome todos tus agujeros— Le indico, colocándome detrás de ella en la cama.
Usando las rodillas, le separo las piernas. Tomando los cachetes de su culo con mis manos, las separo, imaginando tomándola por su entrada trasera. Me comería su culo hasta que me suplique para que la folle por allí. Llegaremos a eso, pero por ahora solo follare su coño, y haré que me ruegue por ello.
Inclinándome sobre ella, hago su cabello hacia un costado así puedo ver su rostro que esta medio presionado contra el colchón. Llevo mis dedos hasta sus labios.
—Chupa— Sus ojos se abren ante mi orden, pero chupa los dos dedos dentro de su boca, haciendo que mi polla se frote contra su culo. Maldición, no puedo esperar para tener su boca en mí.
Una vez que están bien húmedos, quito los dedos de su boca y los llevo hasta su clítoris. Comienzo a trazar lentos y perezosos círculos y ella cierra nuevamente sus ojos, fuerte. Puedo ver como lucha contra su cuerpo, pero continúo acariciándola. Con mi otra mano alineo mi polla contra su coño, solo metiéndole un par de centímetros, y no hago ningún movimiento por clavarme en ella.
—Por favor, usa un condón— Susurra, asustada de pedirme algo.
—¿Qué les sucedió a tus píldoras? — Pregunto, sabiendo la respuesta a mi pregunta —Oh, sí, Kara. Se todo lo que hay que saber sobre ti— Las tomé de su baño cuando robé su diario —¿Desaparecieron? Humm, ¿Qué extraño como sucedió? —
Gira un poco la cabeza y sus ojos se traban con los míos, mi polla encaja en el lugar.
—Oh Dios— Llora, sabiendo que fui yo quien se las robó. Cierra los ojos y vuelve a abrirlos, dándome una mirada suplicante.
—Puedo quedar embarazada—
—¿Intentas hacer que me corra? — Digo, haciendo que sus ojos se agranden, pero antes de que pueda decir alguna cosa, presiono mis dedos contra su clítoris. Dándole más de la presión que necesita, su cuerpo se sacude suavemente.
Puedo sentir su vagina humedecerse por mí y la necesidad de enterrarme en ella me golpea como un maremoto.
—Por favor— Suplica, pero no se aleja de mí.
Su coño se contrae, comenzando a ser llenado. Su respiración se acelera y sé que está a punto de correrse. Quito mi dedo sin darle lo que necesita, haciéndole soltar un grito ahogado.
—Por favor— Suplica nuevamente, pero no es suficiente para mí. Ella tendrá que tomarlo.
—Mi Kara, esta polla es tuya para que la tomes. Todo lo que debes hacer es presionar hacia atrás, y follarte a ti misma—
—No— Gruñe y eso me hace sonreír.
Puede decir que no lo quiere, pero su cuerpo empuja un poco hacia atrás, por lo que me hundo otro par de centímetros dentro de ella. Ver mi pene desaparecer dentro de ella es casi más de lo que puedo soportar. Tengo que luchar contra mí misma para no acabar.
Sigo rasgueando su clítoris, volviéndola tan necesitada que no tiene más remedio que tratar de encontrar alivio. Su cuerpo está traicionando sus palabras, y sus caderas comienzan a temblar un poco y mi polla se hunde aún más.
—Eso es todo, Kara. Continúa adelante y toma mi polla como una pequeña zorra. Enfunda mi polla en tu dulce y jugoso coño— Su vagina se aprieta alrededor de mí ante mis palabras otra vez. Me toma todo lo que no tengo no embestir para hacer chocar su gran culo contra mí.
—Por favor— Se queja y cierra los ojos apretadamente —Vas a dejarme embarazada— Dice, pero mis dedos no se detienen.
—Siente lo dura que estoy, Kara. Siente como mi gran polla se extiende mientras violo tu coño, y sin embargo todavía chorreas por ella. Jesús, sabía que lo quieras, pero mírate tratando de follarme—
—Oh Dios— Gime, se hunde un poco más, hasta que su culo está completamente presionado contra mí —Detente, por favor—
—Amor, tú eres la que me está follando, ordeñando mi polla, pidiendo que me corra dentro de ti. No me he movido. Tu eres la que necesita tanto correrse, tu coño caliente gotea por mí—
Comienza a alejarse ante mis palabras, pero trabo mi brazo a su alrededor, manteniéndola quieta. Está completamente aferrada a mi polla, y utilizo mi otra mano para tomarla por su cabello aun húmedo y la hago sentar en mi regazo. Deja salir un lloriqueo, pero no lucha contra mí. Su espalda contra mi pecho, mi polla enterrada profundamente dentro de ella. Desearía poder ver como lucimos desde ese ángulo, pero solo tendré que esperar y verlo en una de las cámaras con las que estoy filmando en este mismo momento.
Empujando su cabello, acerco su cuello a mi boca, lamiendo el camino hasta su oreja.
—Liberare tu cadera y será mejor que no te muevas. Asiente si me entendiste—
Me da un leve asentimiento y libero su cadera, pero mantengo el firme agarre en su cabello. Paso los dedos de mi mano libre por su pezón, luego el otro, dándoles un suave tirón.
—Pídeme que te haga acabar— Susurro en su oído.
—No— Dice, pero ambas sabemos que no lo dice en serio.
—Pídemelo—
Cuando no responde, muerdo duro en su cuello con la intención de dejarle una marca. Cada vez que la vea, recordará lo que sucede cuando no hace lo que le digo.
Libero mis dientes de su cuello y lo digo una última vez —Pídemelo—
Siento su derrota, incluso el pequeño dolor, y toma una profunda respiración, decidiendo su destino.
—Hazme acabar— Dice finalmente.
—Tan buena putita. ¿Quieres correrte alrededor de mi polla? ¿Para complacerme? —
Se queda en silencio un momento, así que aprieto con fuerza su pezón —¡Sí! — Exclama. Sus palabras salen y una vez más su coño se aprieta; incluso se vuelve ligeramente duro, su cuerpo queriendo que me mueva.
—Dime que me amas—
—No puedo— Ruega.
—Oh, si puedes y lo harás— Digo y paso al otro pezón, pellizcando más fuerte que al anterior. Ella grita de placer/dolor y respira.
—Te… te amo— Es tan suave que apenas puedo oírlo, pero no me importa porque las dos sabemos que lo dijo.
Deslizando mi mano por su estómago alcanzo su clítoris.
—Te acariciaré hasta que te corras. Este coño se va a agarrar a mi polla, y cuando lo hagas, ordeñarás hasta la última gota de mis pelotas, llenando tu desprotegido útero. Así que si no quieres que esto suceda es mejor que no acabes. Pero si acabas, sabré que lo querías, tu codicioso coño chupándome, tomándolo todo—
Con mis palabras su coño empieza a latir, y ella hace precisamente eso. Se corre sólo con mis palabras sucias, y su coño se enciende para mí, mi propio clímax desencadenándose. Es tan intenso que es casi doloroso, ella tomando hasta la última gota de mí.
Libero su cabello y su cuerpo cae hacia adelante sobre el colchón, mi pene se desliza fuera de ella. Solo puedo mirar mientras observo mi semen derramarse de su coño rosa.
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Estamos a la mitad.
Como siempre errores por favor háganmelo saber. Aún no hecho la revisión así que por favor marquen los errores que encuentren.
Gracias por leer, aladir a favoritos y comentar.
Esperemos que nadie reporte la historia y que no nos la bajen.
Besos y Cuídense mucho.
