4/6
/
POV KARA
—Aún no he terminado contigo— Dice detrás de mí, y me tenso. No puede ser cierto. Acabo de darle lo que quería, pero no se detendrá.
Me doy la vuelta y me subo en la pequeña cama, tratando de obtener la mayor distancia entre nosotras como sea posible.
—Por favor, no, Lena— Utilizo su nombre para tratar de tocar su lado sano. Si es que hay uno —Por favor, sólo déjame ir. Ya tienes lo que querías, y te lo di sin luchar. Por favor, déjame ir ahora—
Ella me da esa sonrisa maligna de nuevo y se extiende, agarrando mi tobillo. Ya he tenido suficiente y trato de darle una patada. Tengo que tratar de luchar. Tan aterrada estoy por el dolor, tengo que tratar de liberarme. No puedo seguir permitiendo que ella simplemente me lleve y no hacer nada para detenerla.
Cuando su firme y suave mano agarra mi pie, lo intento y doy una patada con el libre. Hago contacto con su hombro, pero ella se ríe de mis intentos y agarra ese también.
—Parece que deberé usar las restricciones, después de todo— Dice y empuja mi cuerpo contra la cama.
Me retuerzo y muevo intentando liberarme, pero todo lo que hago es agotarme. Comienzo a gritar, pensando que tal vez alguien se encuentra ceca de la cabaña. No vi a nadie de camino hacia aquí, pero tal vez haya algún cazador cerca.
—¡Ayuda! ¡Que alguien me ayude! — Grito.
Siento que asegura mis tobillos al final de la cama, pero luego sube por mi cuerpo y hace lo mismo con mis muñecas. Toma mi barbilla y me hace mirarla.
—Si no dejas de gritar, te meteré algo para que pares—
Dejo de gritar y cierro firmemente los labios, sin querer darle más ideas.
—Oh, Kara, tal vez eso sea lo que quieres, ¿No? — Pregunta y baja para lamerme el costado de la cara.
Un escalofrío baja por mi cuerpo y cierro los ojos. Es como si leyera cada pensamiento de miedo en mi mente y los hace realidad.
La siento escalar por mi cuerpo y ponerse a horcajadas en mi pecho. Abro los ojos y la veo inclinarse y escupir entre mis tetas.
Oh, Dios.
—Por favor, lo siento, me detendré. No gritaré más, no tienes que hacer esto—
—Pero quieres que lo haga. ¿Cierto? — Dice y estruja mis tetas alrededor de su polla. Las empuja duramente y comienza a follarlas. Mi cuerpo aún se sacude por el orgasmo anterior y sentir su peso encima de mí mientras se frota entre mis pechos, es humillante. Está tomando su placer de mi cuerpo y no puedo hacer nada para detenerla con mis brazos y pies atados.
—Por favor— Suplico, pero sé que es inútil. Me arqueo contra ella, pero no tengo la condición física en comparación con la suya.
—Te dije que te quedaras callada. Ahora abre esa boca de putita que tienes y déjame mostrarte para qué sirve—
—Te morderé— Digo con más fuerza de la que siento.
Me da una mirada dura, y sacude su cabeza negando —No, no lo harás. Abrirás y tomarás mi polla en tu boca y serás una buena niña. Porque si no, habrá consecuencias—
Aprieto los labios y sacudo la cabeza de un lado a otro, sin darle una oportunidad.
Suelta mis tetas y se inclina hacia atrás, hacia mi coño desnudo. De repente siento una cachetada a lo largo de mi clítoris y grito de dolor/placer.
—¡Mierda! — Grito e intento respirar.
Ella se da la vuelta y me da una mirada dura.
—Abre tu puta boca y chupa mi maldita polla. Chúpala como si me amaras, Kara. Dame la mejor mamada de tu vida o golpearé ese puto coño toda la jodida noche—
Sus oscuras palabras no deberían hacer que mi coño se apriete, pero lo hace. La vergüenza es una cosa poderosa que cuelga delante de mí, y parece que no puedo quitármela de encima.
—Hazlo Kara— Dice y se inclina hacia adelante, presionando la cabeza de su polla contra mis labios. Cierro los ojos fuertemente y abro la boca.
—Oh, eso es, mi amor. Tómame profundamente; todo el camino. Ahora chupa la cabeza. Jesucristo, eso es tan bueno—
Siento su pene ir y venir y hago lo que me dice. Chupo y lamo intentando hacerla acabar, sabiendo que, si se corre de esa manera, entonces yo no acabaré.
Comienza a temblar y sé que está cerca. Su cuerpo está al borde y chupo más fuerte mientras entra y sale de mi boca. De repente la siento salirse de mí y bajar un poco hasta quedar sentada debajo de mi pecho. Toma su polla con la mano derecha y comienza a masturbarse, mientras pone la izquierda detrás de ella y comienza a jugar con mi clítoris.
¡No! — Grito sin querer correrme de esta manera. No puedo mover manos ni piernas, así que estoy completamente abierta a lo que ella quiera.
—Oh si Kara. Quiero que te corras así mientras me ves masturbarme— Dice y aprieta mi clítoris.
Me arqueo alejándome de la cama y dejo salir un llanto de impotencia.
—Solo déjate ir, mi amor. Tu cuerpo está preparado y listo para dejarse ir de nuevo. Córrete para mí—
Aprieta mi clítoris nuevamente, y lo hago. La forma en que me está usando, la manera en que manipula mi cuerpo contra mí, me hace acabar ante esa orden.
Cuando llego a la cima, abro los ojos a tiempo para ver sus salpicaduras de semen a través de mis pechos y bajando por su polla. Grandes chorros saltan y mi orgasmo sigue y sigue. No debería estar encendida por esto, pero lo estoy. Esto es tan sucio e incorrecto, pero parece que no puedo dejar de hacer que mi cuerpo reaccione ante ella. ¿Qué está mal conmigo?
A medida que se baja de la cama mira hacia abajo a mi cuerpo, continúa frotándose la dura polla. Jesús, ¿Acaso esa cosa nunca se ablanda?
Giro la cabeza en la otra dirección, porque no quiero mirarla. No quiero ver lo que hace porque me enciende. Me avergüenza cómo he reaccionado ante esto y quiero arrastrarme a un agujero y desaparecer.
Siento la cama hundirse y cierro los ojos con más fuerza.
—Por favor no más. No puedo. No otra vez—
—Mi dulce Kara— Dice, y acaricia mis piernas —Vas a tener mucho más de mí. Solo estamos empezando. Voy a hacerte el amor en todas las formas imaginables. Entonces te follaré sucio—
—Oh Dios— Las palabras tiemblan en mi boca. No puedo imaginar lo que ha planeado.
Siento que se arrastrara entre mis piernas y besa la parte interior de mis muslos.
—¡No! ¡Por favor, no! ¡Cualquier cosa excepto eso! — Lloro, pero no se detiene. Continúa besándome los muslos y se hacia dónde se dirige su boca.
—¿Por qué, mi amor? ¿Por qué no quieres mi boca allí? — Dice a centímetros de mi coño.
—Es demasiado. Por favor, no. Es demasiado íntimo. Haré cualquier otra cosa. Chuparé tu polla, o puedes follarme, solo por favor no hagas esto—
—Escúchate. Estas convirtiéndote en una puta, solo ofreciéndote por completo a mí. Sabía que lo amarías. No llevó tanto tiempo como creí—
Me siento más avergonzada al escuchar sus palabras y mi coño se contrae en respuesta.
—Maldición. Puedo ver tu coño goteando ante la idea de las muchas maneras en las que te follaré. Pero me comeré esta concha, Kara. Saborearé nuestros fluidos mezclados, y tendré tu esencia por todo mi cuerpo— Con esas palabras sucias, su boca desciende contra mí, y estoy gimiendo.
Chupa y lame, y todo lo que puedo hacer es yacer aquí y tirar de las cuerdas. Ruego y suplico, pero ella es implacable, y en cuestión de minutos me encuentro en la cúspide de otro orgasmo.
Mi pobre coño y clítoris han sido abusados y trabajados tanto en las últimas horas, que mi cuerpo me da otro orgasmo sin dar pelea. Cuando ella muerde mi clítoris, pierdo la batalla y dejo salir un grito de placer. Está tomando algo de mi cuerpo que no quería darle.
Una vez que me he bajado de la cima, se arrastra por mi cuerpo, besándome a medida que avanza. No puedo hacerle frente, por lo que mantengo los ojos cerrados y la cabeza vuelta hacia un lado, pero cuando ella empuja su nariz contra mi mejilla, puedo oler mi coño en su cara, y no puedo detener las secuelas de mi orgasmo que me hacen salar de necesidad de nuevo.
—Ahora, ¿Dónde está mi beso, Kara? Recuerda, siempre nos besamos después de hacer el amor—
