FERIA
— ¿Una feria?
Izuku observaba confundido acerca del lugar al que la ubicación que Katsuki le había enviado, lo había llevado. Releyó una y otra vez el mensaje como si con ello pudiera encontrar algo distinto que le indicara que se había equivocado. También había comprobado la ubicación, mínimo tres veces y no había ninguna duda de que había llegado al lugar indicado. Tampoco es que existiera muchas probabilidades de fallar pues el mensaje era breve y conciso, como todos los mensajes que solía enviarle el rubio:
Kacchan: "Ve a la siguiente ubicación mañana a las 12:00 pm."
Y solo había anexado el mapa del lugar. Aún confundido y al no haber rastro de su novio por ninguna parte, decidió mandarle un mensaje:
Yo: "Ya llegué, ¿dónde estás?"
Kacchan: "Entra a la feria y camina un metro, luego gira a la derecha, continúa caminando hasta que me veas."
Yo: "¿Por qué tanto misterio, Kacchan?"
Kacchan: "Solo ven, Deku. Rápido."
Izuku bufó medio frustrado y medio divertido por partes iguales por la respuesta que el rubio le había dado, pero aun así le hizo caso. Conociendo el fuerte temperamento que su novio poseía siempre era mejor hacer caso a sus palabras. Ya después tendría tiempo para aclarar todas sus dudas.
En cierta medida, le sorprendía que después de una guerra que había ocasionado tantos desastres, la ciudad se fuera reconstruyendo tan rápido. Si bien aún existían zonas que necesitaban más atención que otras, el que tanto héroes como civiles estuvieran colaborando en el proceso de reconstrucción, le parecía un avance gigantesco. Todo eso hacía que la ausencia del One For All valiera toda la pena del mundo. La existencia de esa feria significaba que las personas continuaban sanando y que deseaban seguir adelante.
— ¡Deku! ¡Si sigues caminando saldrás de la feria!
Izuku reaccionó dando un pequeño brinco pues el grito de su pareja literalmente le había arrancado de sus pensamientos de manera muy abrupta.
— ¡Kacchan!
Respondió finalmente cuando se giró a verle y después recorrió los pasos que había dado de más para poder quedar enfrente de su pareja.
— Ya te he dicho que un día te perderás si sigues caminando mientras estás perdido en las nubes, idiota.
Katsuki suspiró con suavidad mientras que se acercaba al pecoso para entregarle una crepa dulce mientras el mantenía otra, pero salada y con mucho picante.
— Gracias. — Susurró un poco desconcertado, mirando la crepa en su mano y luego a su novio. Tardó un poco en procesar lo que estaba pasando hasta que su cerebro hizo clic, provocando que sus mejillas se sonrojaran irremediablemente. ¿Cómo se había enterado Kacchan de ese dato en particular? Solo lo había dicho en una sola ocasión y las circunstancias no habían sido las mejores. — ¿E-Esto es una cita?
Katsuki desvió la mirada sin responder nada pero que las puntas de sus orejas se hubieran puesto rojas decían más que mil palabras, además, definitivamente estaba seguro de que había escuchado al rubio susurrar algo que había sonado como "porque es tu cita ideal".
— Sólo camina, nerd.
Y sin darle oportunidad de responder al pecoso, tomó su mano, guiándolo a través de la feria. Izuku rio un momento con suavidad, eran precisamente esos detalles los que provocaban que su corazón se acelerara, que una calidez lo recorriera por completo y le asegurara que lo que tenían era lo correcto. Continuaron caminando, hablando y comiendo. Izuku se sorprendió cuando Katsuki quiso participar en un juego de tiro al blanco, pero festejó con alegría cuando éste ganó y volvió a sonrojarse cuando el rubio le obsequió su premio: un peluche con la forma de All Might con el traje de la época dorada.
— Ahora, ¿a dónde vamos, Kacchan?
— Ahí.
Izuku siguió con la mirada la trayectoria que indicaba el dedo de su novio, volviendo a sorprenderse al descubrir su destino.
— ¿La noria? — Preguntó el pecoso totalmente confundido.
— La noria.
Confirmó el rubio y de nuevo sin esperar la respuesta del peliverde, tomó la mano libre de su novio para guiarlo hasta la noria. Izuku se sentía feliz después de mucho tiempo. Incluso estaba olvidando la desolación que sentía desde que había perdido el One For All y estaba por completo dispuesto a poner todo de su parte para disfrutar lo que pasara ese día junto con la persona que más le gustaba.
— ¡Se puede ver todo desde aquí, Kacchan!
— Eso es evidente, nerd. Estamos justo en la cima.
Izuku rio, pero Katsuki notó la nostalgia en la mirada verde a la que últimamente se había tenido que acostumbrar. Hasta el momento había respetado la decisión de Izuku de no mencionar nada acerca de la pérdida del One For All y le había ayudado a ocultar la información de sus amigos cada vez que salían en alguna misión. Pero el seguía siendo la persona que más lo conocía y sabía que abandonar su sueño lo había herido profundamente, aunque ante todos mostrara aún su sonrisa.
— Izuku, vivamos juntos.
— ¿Eh?
Izuku se giró para verle sorprendido. De todas las cosas que habían pasado durante el transcurso del día, aquello definitivamente era algo que no se había esperado. Sus mejillas se sonrojaron más de ser posible mientras abría y cerraba la boca, pero sin ser capaz de emitir sonido alguno.
— Vivamos juntos después de que nos graduemos, nerd. Sinceramente no quiero que nos separemos. Se que te hice la vida imposible en el pasado por muchos años. Aún hay cosas que te dije e hice que no consigo perdonarme, pero desde tu último accidente en donde de nuevo casi mueres… no, incluso desde antes de la guerra no puedo pensar en estar en un lugar en donde tú no estés, muy pocas cosas me aterran pero perderte es la principal de ellas. Cuando nos graduemos tu estarás bastante ocupado con tus clases para convertirte en un profesor y yo estaré en alguna agencia haciendo trabajo de héroe, casi no nos veremos así que… vivamos juntos… ¿o es que no quieres?
¿Izuku que tenía que dudarlo? ¿En verdad Kacchan creía que tenía que pensarlo? Izuku sonrió sintiéndose sonrojar de nuevo, pero aun así se lanzó a su novio para abrazarlo mientras reía sintiéndose nervioso pero feliz por partes iguales. Katsuki se sorprendió por el arrebato ajeno, pero no iba a desaprovechar la oportunidad de corresponder el abrazo de su pareja, aferrándose a su cintura sin desear dejarle ir.
— Vivamos juntos, Kacchan.
Pocas veces Katsuki sonreía con aquella sinceridad como en esa ocasión. Así que sin dudarlo ni un segundo se iba a dejar llevar por la euforia del momento, no creyendo aún que en verdad Izuku hubiera aceptado su propuesta mientras le besaba sin importarle que en unos minutos más tendrían que bajar del juego y continuar con el paseo. De repente el futuro que tenía por delante, al lado del peliverde, pintaba bastante bien y estaba ansioso por llegar ya a él.
