Capítulo 48: Draco pensó que Cronos era odiable, hasta que conoció a este sapo rosado.
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Entonces estaba muerto.
Su pecho duele, arde y quema mientras ve a Patroclo muerto, de una manera en que no sabía que podía. Pensó que lo había bendecido, iba a ser su campeón, un héroe que sería amable con los demás y que se preocuparía por mantenerlos con vida que por buscar la gloria.
Iba a ser su orgullo.
Como Orion le fue arrebatado.
¿Por qué pasó esto?
¿Por qué el destino simplemente la odia?
Hestia se queda viendo el cuerpo de su héroe, en una guerra de la cual no había tomado un bando, puede ver a Aquiles gritar desesperado y una parte de ella puede sentirse igual. Mientras se arrodilla al lado de su campeón muerto, sin que nadie pueda verla, solamente acaricia el rostro del joven que le había contado tantas historias.
Era un alma tan pura y bella.
Que amaba.
Que protegía.
Que pensaba en los demás antes que él.
Iba a ser su campeón.
Hestia solamente se marcha, no quiere ver esta guerra, viaja a su lugar sagrado en la hoguera, antes de soltar un grito desgarrador que probablemente debe haber llamado la atención del mismo Olimpo; aunque ellos habrían estado en guerra.
Todo el mundo la siente gritar.
Hestia maldice a Nyx y promete que, en el futuro, va terminar acabada por la misma maldición que se llevó a su preciado campeón. La maldice de tal forma que no importa que haga, la maldición va a acabar con ella como el dolor que le ha generado.
Puede esperar.
Al alma pura que va a destruir a Nyx.
Y esta vez no ganará.
Hestia no iba dejarla ganar e iba a demostrarle a ese ente primordial, que ella era la primogénita de Cronos porque haría que su vida se llenara de sufrimiento.
La han enojado.
Entonces la iba a destruir.
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Draco despierta con pocos ánimos ese día, Percy y Annabeth habían regresado a casa hace dos días, le habían dicho que podría irse con ellos, que podría quedarse en el campamento y que no había necesidad de regresar a Hogwarts; sus padres habían estado animados por la perspectiva. Pero ya había prometido que iría a Hogwarts a sus amigos, no pensaba dejar a Theo solo que seguía ignorándolo; se encargó de ser extra molesto estos días por el vínculo.
Ha pasado una semana desde las clases y va llegar con retraso, no ha hablado tanto con Lavender.
Está preocupado.
El silencio de su amiga no puede ser bueno.
—Bueno ahora que esta guerra ha terminado, podrás estar tranquilo, solo mantente alejado de Potter —habla Lucius con calma mientras salen de la villa. Twinky lo llevará hasta Hogsmeade.
Se sorprende de la habilidad mágica de los elfos para aparecerse, aunque sus padres siempre han nutrido mucho a Twinky de magia y es una encantadora elfa doméstica; como leal que es lo que importa. De ahí podrá irse por su cuenta a Hogwarts en donde Severus debería estar esperándolo. Sus padres no hablaron mucho de cómo hablaron con Severus, pero es algo preocupante.
Bueno.
Aunque tenga un mal presentimiento sobre su futuro, intenta ser positivo, ya lucharon contra Cronos, cualquier lucha después de este tendría que ser un juego de bebés.
—Por favor intenta no meterte en problemas por un año —indica su madre limpiando sus hombros, mientras Draco solamente suspira.
Es verdaderamente interesante como es de la altura de su madre ya, probablemente porque no está usando tacones, pero ahora que va para quinto año se siente como que es más serio, mayor. Se siente así en el campamento, hay chicos que lo ven como alguien a quien pueden pedirle consejos lo que hace que sienta que hay responsabilidades.
Es un héroe.
Como muchos del campamento.
Draco quiere pensar que todos son héroes, pero la verdad es que el nivel de Percy o Nico, solo había sido igualado por Draco. Lejos de ser emocionante como una vez pensó, está lleno de muchos niveles de estrés, sinceramente si pudiera dejaría este trabajo colgado, pero se ha enamorado de sus amigos a tal punto que mataría por ellos.
Así que le toca seguir luchando.
Es fuerte.
Se siente orgulloso de eso, aunque nunca parece ser suficiente, aun no es tan fuerte para poder detener a Zeus, así que le tocará ser más fuerte para poder demostrar su valía eventualmente y hacer a ese idiota tragarse todas sus palabras.
—Voy a estar bien —dice Draco aburrido, antes que su padre solamente de una mirada seria y no ocupa leer mentes para saber que piensa—. Por favor, el señor tenebroso es cualquier cosa menos importante luego de Cronos. —No dice el nombre de Voldemort.
No porque le de miedo.
Si no porque su padre le indica que ese nombre tiene poder les guste o no, ya que incluso podrían ser encontrados si se menciona en este lugar; ese hombre generó tanto miedo que no se usa su nombre libremente y el usarlo podría revelar su ubicación.
Menos en el campamento mestizo o lugares específicos.
Se supone que aquí no sería un problema.
Mejor prevenir que lamentar.
—El señor tenebroso es un ser peligroso, Draco, nunca subestimes a tus enemigos, especialmente un hombre como ese que se adentró mucho a las artes oscuras —reprende su padre suavemente, haciendo a Draco bufar, pero asentir.
Hay una ronda más de abrazos y besos en su mejilla de parte de su madre antes de marcharse, ha hablado con sus padres sobre no volver en navidad por la carta de Amos (que dejó más preguntas que respuestas entre los Malfoy), pero no puede esperar para volver en vacaciones de verano con ellos un poco. Su padre habla de ir al campamento, de Narcisa que tiene ideas para mejorar el lugar y Draco solamente sonríe esperando por unas vacaciones normales para variar.
Entonces Hogwarts.
Solo ha pasado una semana desde el inicio de clases, duda que se haya perdido de mucho.
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Aunque es gracias a Twinky que aparece ese día, en realidad siente un poco de jet lag porque en Hawái era el atardecer y parece que en Hogsmeade es apenas el amanecer; estornuda un poco. Twinky le ofrece un pañuelo y acompañarlo a Hogwarts, pero al final la idea es mantener a los Malfoy más ocultos posibles y por eso lo envía de regreso a casa. Con todas sus cosas dentro de su mochila expandible (su madre tuvo que hacer una para Annabeth cuando esta lo solicitó al verla, ignorando que se supone muggles no deben tenerlas, pero ella es un semidiós, así que no importa), sujetándose bien la capucha de su sudadera comienza a caminar a Hogwarts.
Hace un frío horrible.
Aunque no es totalmente invierno.
Pero es de madrugada, así que prácticamente corre hasta llegar al castillo, donde no dura mucho. Su cuerpo tiene resistencia y este trecho es logrado sin mucha dificultad, sus piernas casi ni tocan el suelo y apenas si hace sonido; su cuerpo está acostumbrado a la lucha.
Al llegar al castillo supone que lo esperan, Severus está en la puerta hablando con Fitch y parece estar amargado por algo, levanta una ceja mientras se acerca curioso. A diferencia de lo que esperaba, no solamente hay dos personas, hay una tercera que lo detiene frente a la puerta.
Una mujer de baja estatura y rechoncha, parecida a un gran sapo pálido. Tiene una cara ancha y fofa, una boca amplia, y poco cuello. Sus ojos eran ojos saltones, tenía el pelo castaño ratonil que a menudo llevaba un lazo de terciopelo negro. Hablaba con una voz aguda de niña y sin aliento que le hace estremecer conforme se acerca.
No le agrada.
No la conoce.
Pero le da un mal presentimiento.
—Señor Malfoy, mi nombre es Dolores Umbridge, suma inquisidora de Hogwarts desde el día de hoy —se presenta la mujer, pero aunque no lo dice, puede sentir como es claramente alguien doble cara.
Ya muchas personas le han querido ver la cara de idiota, reconoce fácilmente a uno cuando lo ve, aunque también parece interesada en él.
Lo que sea.
La ignora para ver a Severus confundido, este solamente suspira, pero parece molesto de la presencia del sapo rosado.
—Es la nueva profesora de defensa contra artes oscuras —presenta este, a lo cual Draco sigue viendo a la mujer, antes de ignorarla otra vez para comenzar a caminar con Severus dentro del castillo.
Puede jurar que siente la tensión de esta, pero cuando sigue su camino y ve sobre su hombro, hay una mirada tensa en el rostro de la mujer. Es casi como si quisiera advertirle que era peligrosa, por lo cual no debe esperar cuando Draco sonríe de forma perezosa al reto.
Por favor.
Es solamente un sapo muerto en su camino comparado con lo que ha vivido.
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Severus no lo deja ir a dormir, aunque fuera dos horas, lo deja colocar sus cosas, lo obliga a ponerse su uniforme y lo lleva a la sala de pociones donde lo obliga a ponerse un poco al día con su trabajo pendiente; ni siquiera ha podido saludar a nadie. Al parecer ese año serían sus TIMOS, pero no es como si Draco pudiera prestarle mucha atención al respecto, había estado luchando una guerra, gracias. Ni siquiera puede hacer nada, solo le da una lista de pendientes de todas las clases, lo cual hace a Draco verse pálido cuando mete los pergaminos en su bolso sin saber cuánto tomará estar al día.
Le indica que los entrenamientos de quidditch ya iniciaron, aunque no buscaron un reemplazo para él, deberá meterlo dentro de su apretado horario escolar.
Una mierda.
¿Podrá dormir?
Incluso con TDAH, esto era mucho.
No lo deja ir a desayunar mientras le da un curso demasiado rápido de que perdió esta semana, quedarse en una isla de Hawái mientras tomaba una piña colada sobre una hamaca no parecía haber sido su mejor opción. Estaba tomando aun notas violentamente en clase, cuando sus compañeros comenzaron a llegar, si se sorprendieron o no de verlo ahí, no es que Draco pueda importarle mientras copiaba apresuradamente las notas que Severus le obligó a tomar.
Lavender toma asiento a su lado junto con Theo, intenta saludarlos, pero Severus deja caer un libro pesado que lo hace saltar.
—No hay tiempo para divertirse, señor Malfoy, está atrasado una semana de clases, así que espero su eficiencia —dice serio, con una sonrisa de maldad, que hace a Draco tragar saliva.
Usualmente su padrino es permisivo, pero también puede ver que está molesto y suficiente para que incluso Draco termine pagando por esto; le da un pequeño puchero que su padrino ignora. Abre la boca para decir algo, pero se contiene, no es que importe mucho. Regresa a sus escritos mientras el profesor comienza a dar clases, no tiene tiempo para distraerse.
Severus es una máquina cuando quiere y Draco lo toma como un reto.
Apenas suena la hora de salida piensa que tiene tiempo para respirar.
—No tan rápido, señor Malfoy, tiene que ir conmigo inmediatamente para hablar con el profesor Bathsheda Babbling sobre su plan de estudio —informa en voz alta, como si quisiera que todos se dieran cuenta y Draco se sonroja un poco humillado.
Su padrino está siendo malo.
Le lanza una mirada mordaz que este ignora.
Pero no le dará el lujo de verlo hacer un berrinche, toma su mochila y guarda todo rápidamente, antes de seguirlo con una última mirada lastimera a Lavender y Theo, quienes parecen un poco tensos, pero lo saludan haciendo expresiones de que hablaran después. Cuando está por salir ve como Harry Potter está ahí, parece querer decir algo, pero viendo de reojo a Severus se lo piensa mejor, lo saluda con la mano esperando poder hablar eventualmente con él.
Harry saluda tímidamente un poco sonrojado con la mano, que parece tener una venda que lo hace fruncir el ceño.
Pero Draco no puede pensar por qué está herido.
Ya que la tarea de runas parece incluso peor que la de pociones y probablemente durante algunas semanas no pueda hacer más que estudiar.
Genial.
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Draco llegó al aula de defensa contra artes oscuras listo para lanzarse de la torre de astronomía si tenía aquí también tarea acumulada, no está siendo dramático; está siendo preocupado por un buen motivo. Pero cuando se deja caer al lado de Theo, este parece tenso mientras Lavender frente a ellos tiene el ceño fruncido y no puede esperar que estas clases terminen para hablar con ellos. Puede escribir sus ensayos y conversar está seguro.
La vieja sapo está tarareando y sonriendo.
Mala señal.
Los sapos siempre son mala señal.
—Hola, Draco —saluda Pansy con una sonrisa y Draco le sonríe de regreso, tampoco ha podido hablar con sus Slytherin así que intentará ponerse al día.
Blaise y Pansy tienen sus insignias de prefectos.
Genial.
Sabe que puede convencerlos si quiere salirse con la suya.
—Guarden sus varitas —ordenó la mujer sin dejar de sonreír, varios estudiantes que habían estado optimistas las regresaron a sus mochilas.
¿Magia sin varita?
Bueno Draco ahora se encuentra interesado si esta vieja sapo puede hacer algo como Amos, sin duda estas clases, aunque fueran difíciles se convierten en algo mucho más entretenido.
—En la última clase terminamos el capítulo uno, de modo que hoy quiero que abran el libro por la página 19 y empiecen a leer el capítulo 2, titulado «Teorías defensivas más comunes y su derivación». En silencio por favor —añade con una sonrisa autosuficiente.
Ahora tomaba asiento detrás de la mesa, mientras los demás abrían sus libros con suspiros.
Draco volteó a ver a todos lados confundido, especialmente a Lavender que parecía una furia mientras abría el libro con demasiada fuerza o a Theo que lucía aburrido.
Todos buscaban la página, menos Granger que tenía la mano levantada.
La profesora Umbridge también lo había visto, y no sólo eso, en lugar de fingir que no se había fijado en Granger, se puso en pie y pasó por la primera hilera de pupitres hasta colocarse delante de ella; entonces se agachó y susurró para que el resto de la clase no pudiera oírla:
Draco solamente escuchó porque todo era demasiado silencioso y era obvio que no era el único curioso.
—¿Qué ocurre esta vez, señorita Granger?
—Ya he leído el capítulo dos —respondió Granger.
—Muy bien, entonces vaya al capítulo tres.
—También lo he leído. He leído todo el libro.
Qué envidia, Draco estaba quedando atrás y no le gustaba, siempre ha visto a Granger como competencia directa.
La profesora Umbridge parpadeó, pero recuperó el aplomo casi de inmediato.
—Estupendo. En ese caso, podrá explicarme lo que dice Slinkhard sobre los contraembrujos en el capítulo quince.
—Dice que los contraembrujos no deberían llamarse así —contestó Granger sin vacilar—. Dice que «contraembrujo» no es más que un nombre que la gente utiliza para denominar sus embrujos cuando quieren que parezcan más aceptables. —La profesora Umbridge arqueó las cejas y Draco se dio cuenta de que estaba impresionada, a su pesar—. Pero yo no estoy de acuerdo —añadió Granger.
Las cejas de la profesora Umbridge se arquearon un poco más y su mirada adquirió una frialdad evidente.
—¿No está usted de acuerdo?
—No —contestó Granger, quien, a diferencia de la profesora, no hablaba en voz baja, sino con una voz clara y potente que ya había atraído la atención del resto de la clase—. Al señor Slinkhard no le gustan los embrujos, ¿verdad? En cambio, yo creo que pueden resultar muy útiles cuando se emplean para defenderse.
—¡¿Ah, sí?! —exclamó la profesora Umbridge olvidando bajar la voz y enderezándose—. Pues me temo que es la opinión del señor Slinkhard, y no la suya, la que nos importa en esta clase, señorita Granger.
—Pero… —empezó a decir ella.
—Basta —la atajó la profesora Umbridge; a continuación, se dirigió a la parte delantera de la clase y se quedó de pie delante de sus alumnos; todo el garbo que había exhibido al principio de la clase había desaparecido—. Señorita Granger, voy a restarle cinco puntos a la casa de Gryffindor.
Sus palabras desencadenaron un arranque de murmullos.
—¿Por qué? —preguntó Harry, furioso.
Draco notó cómo algo estaba pasando ahí, el rostro de Potter parecía lleno de furia y Draco entrecerró los ojos viendo a Lavender y Theo, quienes solo suspiraron.
Sí.
Ocupaba más información de la que tenía.
—¡No te metas en esto! —le susurró Granger, alarmada.
—Por perturbar el desarrollo de mi clase con interrupciones que no vienen al caso —contestó la profesora Umbridge suavemente—. Estoy aquí para enseñarles a utilizar un método aprobado por el Ministerio que no contempla la posibilidad de animar a los alumnos a expresar sus opiniones sobre temas de los que no entienden casi nada. Es posible que sus anteriores profesores de esta disciplina los hayan permitido más libertades, pero dado que ninguno de ellos, tal vez con la excepción del profesor Quirrell, que al menos se limitó a abordar temas apropiados para su edad, habría aprobado una supervisión del Ministerio…
Notó cómo Potter estaba por decir algo más, parecía listo para explotar.
Pero Draco llegó primero.
—Esperen un minuto, ¿no estamos haciendo magia? —salta un poco perdido en la conversación, todos voltean a verlo y aunque Lavender niega, Draco solamente frunce el ceño al sapo rosado—. ¿Entonces por qué estoy aquí?, bien puedo leer el libro en mi habitación y hacer la tarea que tengo atrasada de una semana, que pérdida de tiempo —se queja a Umbridge, si esto iba ser este año, al menos podría tomar esta clase fuera.
Silencio.
Uno largo.
Todos voltean a verlo, pero Draco frunce el ceño aún sin entender nada de lo que pasa aquí. Cuando el sapo se acerca, Draco sigue viéndola incrédulo.
¿Qué esperaba?
Que le tuviera miedo o algo.
Sí claro.
—Señor Malfoy entiendo que esté sufriendo un poco de adaptación después de su semana ausente, pero tengo que enseñarle que en esta clase se tiene que respetar y levantar la mano para hablar —habla la mujer con una sonrisa tensa.
Sí.
No.
Eso no va a pasar.
Ni siquiera respeta a Quirón y eso que lo admira, no va estar respetando a un viejo sapo.
—Lo que no entiendo es porque se queja con Granger de que perturba la clase, no es como si estuviera enseñándonos nada para empezar —indica sin el menor miedo, Umbridge abre la boca, escucha como alguien parece haber intentado contener una risa.
Lavender probablemente.
—Draco tal vez no deberías —inicia Theo por lo bajo, pero luego parece recordar con quién habla y solo niega resignado.
—Señor Malfoy, por respeto a sus padres le voy a pedir nuevamente que detenga en este momento sus comentarios.
Draco la ve incrédulo.
¿Qué mierda?
—¿O que va pasarme? —pregunta casi divertido, sin entender cómo esta mujer piensa que puede contenerlo, cuando claramente nadie lo ha hecho hasta ahora.
Bueno su madre, pero era su madre, y Narcisa daba miedo, fin de la historia.
También Sally.
Umbridge solo respira tensa.
—Un castigo, conmigo señor Malfoy.
—¿Por qué? ¿Por expresar mi opinión?
—Señor Malfoy.
—No en serio, no entiendo qué está pasando, esta clase tiene que ser sin duda una broma de mal gusto, no usar magia. ¿Cuál es la siguiente norma? ¿No respirar?
—¡Señor Malfoy!
—Es que no tiene sentido, estamos en un mundo mágico, donde se hace magia, porque somos magos. Ni siquiera entiendo cómo alguien pudo ponerla como profesora, seguramente estaba dormido ese día, porque incluso Quirrell un profesor que usted omitió indicar, tenía a Voldemort en su cabeza y aun así era mejor profesor que usted y solo la he visto en clase 5 minutos.
—¡No diga ese nombre! —ladra Umbridge y está ahí, a un poco de enviarle al límite.
Sonríe con maldad.
—¿Por qué no? Está con vida, regresó, todos lo saben incluso algunos incompetentes en el ministerio tienen que saberlo.
—¡CASTIGO SEÑOR MALFOY!
Bien, al límite, extrañaba esto y probablemente Percy estaría orgulloso de él. Especialmente cuando había logrado llevar al límite a un profesor con menos de 10 minutos de charla. Se hizo para atrás en la silla, se cruzó de brazos mientras cruzaba también su pierna sobre la otra, su sonrisa se ensanchó divertida ante el claro horror de la mujer frente a él.
—No —anuncia, hay jadeos de aires en el salón, pero Umbridge parece roja en todo el rostro—. No hice nada malo, así que no acepto este castigo.
Mira sus uñas aburrido, ahora ve a Umbridge levantarse en su pequeña estatura como si fuera a matarlo.
—Parece que no entiende el grado de lo que acaba de hacer, señor Malfoy, soy la suma inquisidora de Hogwarts, poder que me otorgó el ministro de magia.
Bingo.
No hay nada más satisfactorio que ver a una pequeña rata tropezarse con sus propias palabras, porque es más divertido de esa forma.
Si esa mujer quiere intimidarlo.
Llego 4 años tarde.
Se pone sobre sus pies emocionado, golpea ambas manos contra la mesa sobresaltando a todos y sonríe encantado.
—Tiene razón, profesora, la mejor forma de solucionar esto es hablando con el mismo ministro. —Extiende sus manos como si hubiera encontrado la solución, todos en el salón tienen la boca abierta—. Llámelo, profesora, le aseguro que le dice que Draco Malfoy Black, heredero Black de la promesa de Orion Black vendrá de inmediato —añade con una sonrisa.
Umbridge parece no convencida, pero Draco está cansado de tener que soportar a otro profesor malo durante todo el año que intente castigarlo solo por dar su opinión.
No.
Acaba de salir de una guerra.
No piensa hacerlo.
—No se atreva a hablarme así jovencito.
—¡Bien!, si va ser una inútil, yo mismo busco a alguien que me ayude, porque tenga algo seguro, no pienso aceptar a una profesora incompetente durante todo un año, ya tuve suficiente de personas incompetentes y merezco un maldito año de tranquilidad —indica Draco valiéndole una hectárea de mierda lo que esa loca diga, toma sus cosas y sale a buscar a Severus.
Piensa quejarse, porque no le advirtió que tenían una inútil por profesora.
Bien.
Si alguien iba hacer algo, era él.
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Estaba en medio de la oficina del director Dumbledore, Severus parecía cansado cuando tuvo que llevar a Draco justo cuando Umbridge llegó gritando que estaba loco y antes de saberlo estaban aquí cuando el ministro de magia apareció ante la llamada de Dumbledore; fue sospechoso que estuviera de su lado, pero el hombre tal vez estaba tan cansado de Umbridge como él. Ya saben lo que dicen, el enemigo de tu enemigo es tu amigo. Cornelius Fudge no era alguien impresionante, había tratado con sus padres anteriormente, pero no es que le importara demasiado en los últimos años.
Fudge se describe como «hombre poco corpulento», con el pelo gris arrugado. Es reconocible por su estilo de vestir bastante extraño: traje de raya diplomática, corbata roja, manto negro largo de viaje, botas de color púrpura y un sombrero de hongo verde lima.
Parece un payaso, pero bueno no dice nada.
Umbridge salta rápidamente indicando la forma inaceptable de Draco de comportarse en clase, desde la necesidad de un castigo hasta el impedimento de presentar sus TIMOS o participar en quidditch.
No dice nada.
Fudge parece confundido por ser llamado, Dumbledore solamente suspira y no es hasta que Umbridge dejó de hacer su gran berrinche cuando Draco se pone de pie. Le pide a Dumbledore si puede convocar un poco de agua y con un dracma que tenía siempre pendiente invoca el mensaje de Iris. Todos parecen confundidos y Draco sinceramente cree que no importa, no sabe si Severus o Umbridge saben, pero el ministro debe conocer de olimpos y sabe que Dumbledore sí.
—Hola sí, recueras que me debías un favor —habla cuando ve el rostro de Hades que parece amargo al verlo.
Ni siquiera esperaba que contestara.
Pensaba intentarlo luego con Hestia, pero Hades siempre es alguien divertido de molestar, incluso pensó en Afrodita en el peor de los casos.
—Estoy ocupado. —Parecía que iba a colgar.
—Oh vamos, sabes que este favor es muy fácil, además, es mejor que te pida ayuda para matar a alguien, sería papeleo para ti. Además, he cuidado a Nico como un hijo, me lo debes, por favor.
La llamada se corta, Draco está con un puchero listo para intentar llamar a Hestia, cuando todo el salón parece que sufre una explosión. Cae al suelo de trasero cuando en medio de la habitación, Hades aparece. Pestañea incrédulo porque una parte de él no pensó que funcionaria así, Dumbledore que estaba sentado se pone de pie lentamente sorprendido, otros como Fudge han caído sentados. Severus permanece de pie con el rostro más incrédulo que ha visto en su vida y Umbridge parece que se le ha metido una mosca en su boca por como la tiene abierta.
Un traje de diseñador, zapatos costosos, cabello perfectamente peinado hacía atrás largo, ojos que podrían asesinar a alguien.
Tiene forma humana.
Camina (de forma bastante dramática) y toma asiento en una silla, que justo cuando toma asiento, esta se transforma inmediatamente en un trono de joyas y huesos. Todo a su alrededor parece sentirse como la muerte, pero lejos de estar asustado.
Draco lo admira bastante.
Reina del drama.
Pero un nivel completamente diferente.
—Ahora dime, Malfoy, por qué rayos invocas nuestro favor pendiente —habla Hades, mientras todo alrededor se llena de sombras, apenas si entra la luz y el sonido de los lamentos parece escucharse en las paredes.
Fudge tiembla cuando se pone de pie.
—¡S-S-SEÑOR HADES! —dice antes de arrodillarse, mientras que Draco lo ve con las manos en sus caderas confundido—. Es un honor, he escuchado historias, pero nunca se ha presentado anteriormente ante ningún mago en generaciones; en los pocos casos tenemos representantes de la señora Hécate —añade casi jadeante.
No sabe si se va a desmayar o vomitar, apunta más a lo segundo.
Hades lo ignora viendo a Draco, aburrido.
Puede sentir la mirada incrédula de Severus en su espalda, mientras que Dumbledore no hace reverencia, pero parece sujetarse de su escritorio como si no creyera que está viendo; es algo reconfortante. Recordarle al hombre que le hizo la vida imposible el año pasado, quien está al mando.
—Tomando en cuenta que ayudé en la lucha contra Manhattan, nuestro favor pendiente estaba saldado.
—Oh vamos, sabes que soy tu semidiós favorito, cuido de Nico y Bianca, eres débil ante mí —bromea Draco con una sonrisa. Hades solamente rueda los ojos aburrido.
—¿Semidiós? —musita Fudge viendo a Draco con el terror más real que ha visto en mucho tiempo—. ¿Hécate? —pregunta viendo a Hades como si este fuera a responderle.
Hades no habla, simplemente está ahí presente, lo que hace a Draco hacer un puchero porque es un viejo inútil después de todo.
O algo.
Al menos está aquí, en un panteón que no es totalmente suyo, pero ahora con Draco nada parece importar.
—No soy hijo de Hécate —musita aburrido, aunque tampoco puede decir que es hijo de Zeus.
—Imposible, el pacto —habla Fudge, antes de chillar como puerco cuando un esqueleto aparece con una espada cerca de su cuello.
Umbridge cae sentada con el terror también escrito en su rostro, Severus sujeta su varita, pero incluso este no la levanta.
Draco ve de reojo a Hades que parece aburrido.
—Mira humano, estoy aburrido, pero este mocoso me ha ayudado, así que cualquier cosa que pida yo la tomaría en cuenta si no quieres morir y pasar una eternidad sufriendo en los campos de castigo o dependiendo mi estado de ánimo al tártaro —señala con calma provocando un silencio en el lugar. Draco lo ve con un pulgar en alto que este ignora—. Ahora no tengo tiempo para pasar con ratas de Hécate, tengo trabajo que hacer.
—Te vi por el mensaje Iris, estabas a punto de ver una película con Perséfone.
—Exactamente y no tengo interés en dejarle escoger la película otra vez, así que me tengo que ir y deja de pedirme favores mocoso.
—Oh espera, sé que Nico anda por el inframundo, podrías decirle que vaya a visitar a la villa de mis padres. Ahora que lo pienso la última vez que estuve en el inframundo me perdí una cena encantadora, tenemos que reagendar.
—La próxima semana es noche de cine, con suerte si vas Perséfone te deje elegir una película.
—Excelente.
Ambos se dan la mano en un acuerdo, Draco piensa divertido que la primera vez que le dio la mano a Hades fue para un juramento inquebrantable, pero ahora cuando le da la mano a Hades piensa en la lucha contra Manhattan y como les salvó el trasero a todos.
Luchando contra Cronos.
Se había visto bastante Guay.
Hades desaparece no sin antes hacer un espectáculo de sombras, dejar quemaduras y manchas negras en las paredes, en medio de un panteón que no le pertenece para dejar el mundo de cabeza. Draco sonríe satisfecho antes de tomar la silla que Hades regresó a la normalidad, cruzando una pierna sobre la otra, con una mano sobre uno de los reposabrazos y dejando su rostro caer sobre esa mano con su sonrisa encantadora.
Fudge parece estar sujetando su pecho con el rostro pálido y sudando nervioso.
Como un pequeño gatito.
Draco siente un poco de satisfacción, usualmente es el hurón la criatura indefensa y otros intentan aprovecharse de él; esta vez no. Ve de reojo a Dumbledore que ha vuelto a tomar asiento, pero esta vez no hay una mirada amable, si no una casi depredadora que parece haber encontrado algo interesante; Draco le lanza una sonrisa depredadora que provoca que la sonrisa o expresión amable en su rostro desaparezca.
—Entonces, creo que es un buen momento para charlar, no se preocupen no tengo exigencias demasiado grandes; pero me gusta hacer mi punto —musita viendo a Fudge como si fuera una rata, entendiendo bien el significado de poder.
Joder.
Es asombroso.
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Draco regresa a su habitación silbando levemente, había sido bastante amable con Umbridge, por suerte para ella no había hecho nada totalmente desastroso todavía con Draco, por lo cual fue bastante paciente con ella, Fudge lo vio con terror y aunque su padre no estuviera en Londres, claramente aún sigue teniendo influencia. Dumbledore no dijo nada cuando se retiró, se preguntó si el director habría visto alguna vez un olimpo o no, probablemente no si su rostro significaba algo. Severus tiene preguntas, tiene muchas preguntas, pero lo deja entrar a la sala Slytherin con una indicación que pronto hablarían, seguramente cuando reuniera suficientes preguntas para un interrogatorio.
Se encoge de hombros.
Ya no oculta en el campamento que era un mestizo mago, si bien no puede hacer lo mismo en Hogwarts con todos, iba a aprovechar su estatus siempre que fuera posible.
Vivió una guerra.
No iba a dejar que ahora que sobrevivió, pequeñeces que puede evitar sigan sucediendo, tiene sangre de olimpo que es un idiota, bien podría funcionar para algo.
Hades sin duda había provocado que el estatus de Draco subiera por las nubes.
—Hola —saluda Draco cuando ve como Lavender está ahí, se pregunta cómo llegó ahí, pero con la mejor chica del campamento para manejar la niebla duda que sea tan difícil.
Theo está ahí también.
Nota como Blaise solamente suspira antes de indicarle a Gregory y Vincent que irían un momento a la sala común para estudiar, aunque le da una mirada curiosa de reojo antes de salir del lugar.
Entonces.
Ambos chicos lo taclean.
Lavender comenta sobre lo invivible que es Umbridge, Theo añade que es una perra, ambos unidos claramente sobre el odio sobre la mujer que vino del ministerio; ambos quedaron congelados un momento cuando Draco casualmente comentó que trajo a Hades.
Silencio incómodo.
—¿Esperábamos algo diferente? —pregunta Theo a Lavender, quien solamente se sujeta su cabellera corta sobre sus hombros antes de tomar aire y controlarse.
—No importa ahora, hay puntos más importantes por ahora, como por ejemplo nuestros TIMOs —habla Lavender preocupada—. Si esa perra no nos enseña tenemos que aprender por nuestra cuenta.
Draco la ve incrédulo.
—No creo que necesites ayuda, tienes el mejor núcleo mágico y puedes luchar por tu cuenta.
—Esto es diferente Draco, se luchar y sé que puedo patear traseros, pero ocupamos aprender los hechizos para esta clase para nuestros exámenes.
—Podríamos estudiar o practicarlos cuando vayamos al bosque a entrenar.
Lavender y Draco voltean a ver a Theo, quien solamente sonríe ligeramente, la cicatriz en su rostro era bastante notoria, pero la verdad es que Draco ya se había acostumbrado a eso; a lo que no se había acostumbrado era a su estado de ánimo apagado. No puede negar que estaba algo más tranquilo con el chico revoltoso que había estado todo el verano, pero ahora todo parecía tenso a su alrededor, como una máscara en su rostro que ya no se ve bien.
Su mirada se volvió preocupada, volteó a ver a Lavender quien solo negó con la cabeza.
Hay que hablar.
Sobre sus padres, sobre Voldemort, pero acaban de salir de una guerra y hay mucho tiempo.
—Tengo tareas, pero quiero dormir —dice arrojándose sobre la cama, Theo parpadea, pero Lavender que es un sol parece entender todo antes que Theo.
Sujeta la mano del chico, antes de que ambos terminen sobre él, haciéndolo gemir por falta de aire. Theo mueve sus extremidades, mientras Lavender se abraza a él, cuesta un poco entre los tres encontrar un espacio en la cama. Draco es el más alto, pero Theo tampoco es pequeño, Lavender puede ser vista de largo como alguien pequeña y delicada, pero su cuerpo es tonificado y su codo especialmente le saca el aire cuando está buscando un espacio para acomodarse mejor contra él.
No preguntó sobre si Lavender no se metería en problemas por no volver a la torre, ya encontrarían una forma de escabullirla en la mañana.
—Entonces Percy vino con ese estúpido calamar —habla Draco sobre sus vacaciones.
Lavender casi se orina de la risa, Theo comenzó a señalarlo, divertido y Draco no dejaba de sonreír.
Era como el campamento.
Tal vez no era el campamento después de todo.
Tal vez solo eran las personas dentro de él y en este momento estaba en casa.
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La mañana siguiente no fue tan diferente a lo usual, Blaise apenas si voltea a ver a Lavender quien se apodera del baño, Theo se viste tranquilamente y Draco gruñe sujetando las manos contra sus ojos. Había compartido un sueño con Percy, pero lejos de ser uno consciente, era uno donde no pudo más que ver a su mejor amigo tener una cita con Annabeth y darse besos; como si el mundo quisiera recordarle constantemente su soltería, no importa que fuera soltero, sigue luciendo bastante atractivo. Percy se disculpa en la mañana con él avergonzado, Draco lo ignora por su bien mental y cuando llegan a la sala principal Pansy rápidamente va hacia el cabello de Lavender.
Nadie parece quejarse de Lavender.
Si es por ella o por la mirada aterradora de Draco, no tiene idea.
Algunos han escuchado el rumor de lo que pasó la tarde anterior en la clase de Defensa y es obvio que lo miran con curiosidad.
Pansy parece hablar con la chica sobre su cabello, mientras Daphne se une luciendo curiosa, ambas parecen darle algunos consejos y Lavender con orgullo admite los secretos que ha aprendido de la cabaña de Afrodita. Draco tropieza ligeramente con Astoria, quien se sonroja ligeramente, antes de saludarlo jugando con su cabello para luego marcharse apresuradamente con otras chicas de su edad.
Theo levantó una ceja divertido, que Draco ignoró.
—De hecho, durante la última semana no he podido sentarme con Theo, esa vieja bruja tiene restricciones de casa y que tan cerca pueden estar niñas con niños —dictamina Lavender con furia cuando comienzan a caminar al gran comedor.
Draco escucha curioso mientras Theo sonríe divertido.
También nota miradas.
No son tantas, pero sí constantes, de chicos y chicas hacia Theo, pero no específicamente este como tal, están mirando su cicatriz.
El rostro de Draco se frunce.
Al llegar al gran comedor no hay tanto abucheo como de costumbre, pero hay algunas miradas curiosas en su dirección y se pregunta si tiene que ver por lo sucedido el día anterior. Comienza a caminar a la mesa Slytherin, pero cuando Lavender está por marcharse, la sujeta de la muñeca llevándolo con él. Lavender se queja un poco, pero luego al recordar quien era solo niega con la cabeza.
—Si me castigan te culpo totalmente —musita por lo bajo, pero lo sigue con confianza.
Cuando toman asiento, mira de reojo a Umbridge que puntualmente estaba en la mesa de los profesores, ella lo está ignorando, pero puede ver desde aquí su rostro totalmente tenso lo que hace sonreír bastante satisfecho al ver la capacidad de su inmunidad hasta ahora.
Toma una manzana divertido.
—Por favor, estás hablando conmigo, tengo conexiones. —Mueve sus cejas, divertido, haciendo a Lavender bufar divertida y Theo ignorarlo.
Está por molestarla más, cuando Pansy toma asiendo a su lado corriendo a Theo, que ni siquiera se inmuta más preocupado en hacer un emparedado de mermelada y mantequilla de maní, que tristemente ha sido su adicción desde que llegaron al campamento; culpa a los Stoll de arruinar el paladar de su amigo. Blaise por otro lado toma asiento al lado de Lavender con una sonrisa coqueta, que su amiga ignora olímpicamente.
Esa es su chica.
—Por favor queremos rumores, ayer vimos todo, pero no tengo mi primicia y sabes que amo las primicias —dice Pansy agitando sus cejas, provocando que Draco sonría divertido.
Es gay.
Tristemente eso no va a funcionar, la aleja con un empujón en su nariz sonriendo altanero.
—Por favor, soy el gran Draco Malfoy, solo ocupé recordarle quién soy y claramente iban a escucharme —indica moviendo su cabello de forma arrogante.
—Eso significa que usó chantaje —comenta Gregory antes de volver a su comida, Draco le da una mala mirada, pero Vincent rápidamente lo intercepta con un panecillo en la boca que tiene crema dulce que lo hace olvidar a su compañero para comerlo.
Blaise está quejándose sobre algo de un libro a lo cual Theo rápidamente se une, antes que Severus aparezca y Draco se erice viendo a Lavender preocupado, si le dice algo a su amiga está listo para atacar, pero lejos de eso el profesor solamente le da una lista y algunos formularios que no entiende de que son.
Todos en la mesa lo ven curiosos.
—¿Señor? —llama confundido, Severus ni se inmuta.
—Tiene una semana de atraso señor Malfoy, las pruebas de quidditch se han atrasado y como capitán de casa tiene que ponerse al día.
El silencio se une en la mesa Slytherin, varios voltean a verlo, pero Draco solamente se encuentra horrorizado antes de ver el formulario en su mano y levantar la vista incrédulo.
—Debe haber un error señor, no soy capitán de quidditch, no recibí una insignia en mi carta —aunque técnicamente no recibió una carta por todo el asunto de la guerra.
Entonces algo ocurre.
Algo malo.
Severus sonríe divertido, lo cual nunca puede ser bueno.
—Debió haberse perdido entre las cartas, un terrible error, esta tarde son las pruebas de Slytherin en el campo de quidditch, buena suerte señor Malfoy—dice claramente con burla antes de irse.
Dejándolo congelado frente a todo el comedor que claramente ha escuchado, Draco sujeta la hoja con demasiada fuerza intentando matar a su padrino con la vista.
¿Capitán de Quidditch?
No tiene tiempo aún para ponerse al día con sus clases y quieren que sea capitán de Quidditch, este hombre está loco.
Vincent mete una galleta en su boca, sabe bien al menos.
.
.
Todo el día había sido un caos, se escuchó por ahí que las inspecciones de Umbridge a las clases habían sido suspendidas momentáneamente, no es que fuera entre los requisitos de Draco; más que todo habían sido que lo dejara en paz y que mientras no hiciera nada demasiado extravagante no le dijera nada a él y sus amigos. Umbridge no había podido negarse debido a que Fudge prácticamente le dio inmunidad frente a todos, el hombre temblaba y no le daba una mirada a los ojos, indicando que algunos registros deberían ser cambiados, pero Draco lo detuvo diciendo que este era solo un secreto de ellos; al menos que quisiera meterse en problemas y este había huido de Hogwarts. Umbridge puede que no esté feliz con una correa contra él, pero no importa, ahora no podría importarle menos a la mujer.
Draco sabe liderar.
Algo que ha aprendido en el campamento mestizo a duras penas, sabe que no puede hacerlo todo él y que siempre es bueno tener a alguien como mano derecha.
Percy usualmente era su mano derecha o Draco lo era de Percy.
Ocupaba eso si quería un buen equipo de quidditch.
Severus pagaría algún día.
—Ni siquiera soy tan bueno en quidditch —se queja Theo, pero Draco lo termina arrastrando todo el día mientras no deja de hacer anotaciones en hojas.
Por suerte no tuvo que hacer nada sobre la publicidad de las pruebas de quidditch ya que Severus había logrado eso por su cuenta. No tiene idea de que sucederá ese día, pero Draco es arrastrado por Theo y Lavender ocasionalmente para poder encargarse de todo, tiene una idea de sus anteriores compañeros de equipo, no tiene nada en contra de ellos, pero está abierto a carne buena siempre que demuestre hacerlo bien.
Blaise ocasionalmente le da ideas, es un fanático del quidditch, pero cuando le pregunta sobre si quiere unirse al equipo indica que con los TIMOs y ser un prefecto no se siente muy interesado.
Aun así, Draco logra convencerlo de presentarse a las prácticas.
Cuando eran niños habían jugado muchos partidos con Theo y Pansy, aunque Pansy dejó en claro que ahora no le interesa el quidditch, parece que iría a las pruebas a apoyarlos junto con Theo.
—No estamos saliendo, solo es un poco de amigos con beneficios —habla Blaise cuando Draco le pregunta qué rayos pasa con Pansy y él.
—¿Amigos con beneficios? —pregunta incrédulo.
No entiende porque todos parecen ser amigos con beneficios, novios, o románticos con personas últimamente, Draco no entiende de dónde saca tiempo todas estas personas, cuando claramente apenas está sobreviviendo para ponerse al día.
Las vacaciones alargadas efectivamente ya no suenan tan bien.
Son solo adolescentes que quieren jugar al quidditch.
No puede ser tan malo.
¿Verdad?
.
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—¿Matar a alguien es ilegal? —pregunta Draco mentalmente a Percy mientras se ve en el espejo luego de las duchas, es el último que queda luego de una desastrosa tarde.
Por suerte había logrado que Lavender se colara a su lado, para que ella pudiera anotar todo lo que le decía, porque de no ser así habría sido imposible rescatar a dos estudiantes de segundo año que casi salen volando. Los estudiantes solo eran hasta sexto año, al parecer sus anteriores compañeros que ahora estaban en séptimo estaban demasiado ocupados para jugar al quidditch, Draco los entendía, pero no tiene opciones para ser libre.
Había algunos estudiantes buenos de tercer año, pero los de segundo eran demasiado jóvenes y verdes, no entiende cómo lo dejaron jugar a él.
Se veían diminutos contra los demás.
Aparte de tres lesionados, nadie había terminado con un hueso roto y en términos del campamento, Will diría que no estuvo tan mal. Pero ahora que Draco era el responsable se siente incómodo, anteriormente solo había tenido que buscar la Snitch y todo lo demás no era su responsabilidad, ahora aparte de buscador (aunque para su sorpresa Astoria se había presentado como un buen sustituto de buscador, dejando de lado sus sonrojos y tartamudeos a su lado). Para golpeadores aunque habían varios pares de chicos mejores, la verdad es que Gregory y Vincent claramente se complementaban mucho mejor que cualquier otro. Blaise parecía ser un buen guardián, Theo un gran golpeador y otra sorpresa como Millie podría complementarse como golpeadora.
Claro que todos al ser sus cercanos, podrían ser vistos de mala manera, pero los 4 chicos de sexto año que se presentaron, aparte de arrogantes no intentaron desempeñarse bien.
Pero los de quinto año con los TIMOs, podrían dificultar sus estudios.
—Matar a alguien es ilegal, aunque si le preguntamos a Nico, podríamos hacerlo silenciosamente —habla Percy con calma frente a su cama, está viendo un concurso de sobrevivientes en alguna parte del amazonas que usualmente hablaba con Draco.
Hacían alianzas las ratas rastreras y sacaban a sus personajes favoritos, Draco estaba resentido por eso.
—No quiero ser capitán —solloza frente al espejo, a lo cual Percy ignora.
Acostumbrado a la presión de todo sobre él, que probablemente si fuera un mago, estaría en el equipo de quidditch y habría sido capitán desde segundo año; así era la suerte de su mejor amigo.
—¿No dijiste que eso te da acceso a una mejor ducha?
—Bueno cuando lo pones así, entiendo porque eres mi mejor amigo y como subirme el ánimo.
Percy suelta una risa descarada, antes que Draco termine la llamada porque se le hace tarde para la cena.
Camina un poco más feliz por el castillo, si bien aún tiene tarea acumulada, materia que obtener y sin duda mucho trabajo que tiene que hacer esta noche lo que significa no dormir o entrenar por algunos días (lo cual podría tenerlo de mal humor), no asesinó a nadie hoy y eso sin duda es un punto a su favor.
Todo bien todo correcto.
Sus pies se congelan al final del pasillo, porque al otro lado Harry Potter se encuentra hablando con una sonrisa tranquila con Cho Chang, la buscadora del equipo de Ravenclaw quien tiene las mejillas algo sonrojadas mientras mueve un dedo por uno de sus mechones de pelo.
Draco está ahí, pestañea, observa todo atentamente, antes de caminar lentamente hacia atrás con calma. Camina tranquilamente hacia el baño más cercano, pone rápidamente un hechizo silenciador y cuando se asegura que no hay nadie presente, da una patada tan fuerte a la pared que le provoca una abolladura, y todos sus vínculos saltan al mismo tiempo cuando sus emociones que son un desastre se filtran sin contenerse.
Pero no les importa.
Solamente sujeta su cabeza con un grito frustrado.
Hija de perra.
.
.
—Estás de mal humor —dice valientemente Theo al día siguiente, mientras Draco apuñala sin piedad su tostada—. No deberías preocuparte por elegir a los miembros del equipo de quidditch, el profesor Snape dijo que podría ser hasta el viernes —añade dudoso de qué está mal con él.
Draco lo ignora, come su tostada con el rostro en blanco, lo que provoca que Theo vea a Blaise que parece también confundido.
—No tienes que elegir a tus amigos Draco, solo elige los mejores, Millie tiene que saber que no es tan buena —habla Pansy a su lado, viendo divertida a su amiga, quien solamente le saca el dedo del medio antes de seguir comiendo.
Hay risas en la mesa, pero algunas son tensas, todos han notado obviamente su mal humor y Draco sabe que no debería estar exagerando.
Que no tiene que tomarlo personal.
Que no importa.
El recuerdo de Harry Potter sonriendo a Cho Chang, mientras esta se sonroja solamente hace que quiera gruñir a cualquiera que se acerque. No es como si Cho Chang fuera linda, es bastante simple, las chicas de la cabaña Afrodita son mejores, ella no tiene gusto, juega fatal y solo porque esté en la casa de los inteligentes no significa que sea inteligente.
Es una niña tonta y fea.
—¿Todo bien Draco?
La pregunta viene de parte de Percy, pero solamente mastica la tostada, haciendo que a su lado Theo se estremezca.
—Todo en orden —ladra sin decir nada más, para que lo escuche Percy y sus compañeros.
Siente a Percy encogerse en su mente, pero Draco solamente come antes de ir a su siguiente clase con los Ravenclaw, lo que lo pone de peor humor. Anthony toma asiento a su lado viéndolo curioso, pero luego ve a Theo y Blaise, quienes se encogen de hombros sin saber qué hacer.
No tiene nada malo.
No es nada importante.
Solo quiere matar a Chang, está seguro que si habla con Nico no sería tan difícil desaparecer a la chica.
.
.
Potter intenta acercarse a él en dos ocasiones durante las siguientes dos semanas, pero siempre parece un poco detenido por el rostro en blanco de Draco, lo cual no tiene nada de malo, no ha hecho nada malo; aparte de sonreírle a la perra de Chang. Lo cual está bien, Potter puede ser amigable con quien quiera y si quiere sonreírle a una chica linda que invitó al baile, bueno Draco está perfectamente bien con eso, hasta donde sabe Potter puede ser feliz con quien quiera.
Y está bien.
Draco se alegra por eso.
Pero que no espere que venga hablarle y le sonría, cuando Draco solamente quiere apuñalar el rostro de una chica inocente. Aunque tal vez no tan inocente, hasta donde Draco sabía hace poco tenía un novio, que si bueno se murió y que mal por la chica, porque ahora entiende más el dolor de perder a alguien que se quiere; pero eso a saltar de un solo a Potter como si fuera el chico rebote es bastante malo.
Gruñe sujetando su cabello en la biblioteca, sus amigos lo ignoran, Lavender simplemente sigue escribiendo con Theo sobre su ensayo.
Podría haber seguido en sus pensamientos, hasta que un libro golpeando en la mesa, haciendo a los tres mestizos saltar confundidos. Hermione Granger está ahí, luciendo realmente molesta con un tímido Weasley que parece no querer estar ahí, por suerte no hay rastros de Potter, bien, no tiene nada que hablar con Potter.
Que esté por ahí besuqueándose con su novia.
Por Draco genial.
—Tenemos que hablar —ladra Granger y Draco, que ha luchado contra Cronos, puede decir que sintió un poco de miedo ante su tono de voz—. Harry es demasiado idiota y blando cuando se trata de ti, pero me tienes bastante molesta de que estés alejándote de él; si no quieres hacer nada con Harry, no le des falsas esperanzas —señala Granger con un tono de voz autoritario.
Draco traga saliva, ve de reojo a Lavender y Theo que han dejado de hacer sus estudios, para observar todo como si fuera una película.
A pesar de sus mejores pensamientos, voltea a ver a Weasley que parece sujetar el rostro entre sus manos sin querer estar aquí.
—No le doy falsas esperanzas a cualquier cosa, él es quien está hablando con esa chica Chang —gruñe Draco por lo bajo cruzándose de brazos.
Lavender es quién salta.
—Espera me estás diciendo que estas últimas dos semanas solo estabas actuando así por celos —cuestiona la chica incrédula.
Draco le lanza una mirada de muerte, Theo parece intentar contener la risa, la comadreja por otro lado se ve confundida antes de ver a Granger
Esta por un momento parece pestañear, antes de negar con la cabeza y verse furiosa.
—No tienes derecho a estar celoso luego que te declararas a Harry y luego actuaras como si no pasara nada —demanda Granger, provocando que todo quede en silencio.
Un segundo.
Dos pestañeos.
Otros segundos.
—¡¿QUÉ?! —gritan Theo, Lavender y Draco, provocando que Pince los eche a los cinco sin piedad en menos de un segundo.
La conversación claramente no ha terminado, así que Granger los guía a un pasillo abandonado, mientras Draco no entiende que está pasando, pero Lavender no deja de quejarse de que era un idiota por no decirle y Theo habla de una apuesta perdida en el campamento. Cuando todos están solos otra vez, Granger mira a verlo confundida y un poco estresada.
—Cuando estuviste en Grimmauld, Harry no quería decirlo, pero nos contó qué pasó y claramente fue una declaración —salta Weasley curiosamente más tranquilo que Granger.
Theo y Lavender giran a verlo con diferentes grados de molestia, pero Draco solo se queda ahí, congelado. Todo lo más reciente en su vida se enfocaba en la guerra, en la nueva profecía, en ser capitán de quidditch y en ponerse al día con sus clases.
Que tal vez, quizás, posiblemente, había olvidado esa última charla con Potter por toda la cantidad de mierda emocional que le puso encima.
Se sonroja ligeramente viendo a los cuatro individuos, antes de ver a otro lado.
—Puede que… ¿lo olvidara? —dice con una sonrisa, antes que Lavender con una fuerza monstruosa, le diera un puñetazo en el aire que incluso con la maldición de Aquiles nadie pudiera escapar.
Pomfrey no parece feliz de verlo.
Continuará…
No sé ni que decir sobre este capítulo, solo que he disfrutado mucho escribirlo y sin duda estamos acercándonos a cosas que todos queremos ver.
Draco olvidadizo, vas a morir si no recuerdas cosas.
¿Qué pasara en el siguiente capitulo?
Bueno no lo sé, pero sin duda ver a Draco celoso me da años de vida, lo mejor es que este no sabe que estaba celoso.
