Capítulo 21: Hay un hombre lobo en Hogwarts, sigue siendo mejor que un titán.

El partido contra Hufflepuff será el último, a pesar de los mejores intentos de Gryffindor, la diferencia de puntaje es atronador y si Draco captura la Snitch ese día, ganarían la copa de quidditch sin esfuerzo. Sabe que es bueno, al menos por su sangre de dios es mejor que los demás y aunque es injusto, piensa utilizarlo para hacer que su equipo gane la copa; Flint no lo ha amenazado, pero su mirada parece casi maníaca ante la idea de la copa. El hecho de que Flint viera a Wood más de una vez y ambos tuvieran esas discusiones verbales, que provocan que Draco vea todo de una manera diferente desde que Adelaide… bueno… es solamente para él.

Pero es interesante.

Tal vez pasó el chisme a Lavender y a un sorprendente Percy que disfruta del chisme tanto como él; Theo también.

Quién diría que esos 3 tendrían algo en común.

Lo mejor de todo fue cuando dio un paso en el corredor donde el trío dorado de Hogwarts caminaba hacia su dirección.

Una coincidencia.

Cuando sus ojos vieron los de Potter, no hubo odio en ellos, pero tampoco amistad o alguna cosa positiva, solamente indiferencia.

—Malfoy.

—Potter.

Fue un saludo demasiado vago, apenas un reconocimiento de su existencia y siguieron su camino. Pudo jurar ver a la comadreja quejarse con Potter sobre algo, Granger le dio una mirada a Draco curiosa, pero siguieron adelante sin detenerse en sus propios asuntos.

Cuando pasaron el pasillo, Draco levantó los puños en señal de victoria.

Finalmente era libre de Potter.

Estaba orgulloso.

Percy debería estar orgulloso de él.

—Pareces demasiado feliz, recuerdo que en primer año te habría dado un derrame cerebral si perdías la atención de Potter —habla Theo que seguía caminando a su lado viendo todo con interés, Lavender a su lado está chocando los cinco con ambas manos con Draco.

Lavender últimamente era más team Anthony que Team Percy, lo cual era genial, dudaba que algo pasara realmente con Anthony, pero era mucho más rentable que Percy a estas alturas; porque Percy era solamente su mejor amigo.

Perder cualquier posible hilo con Potter era lo mejor.

Se sintió mucho mejor de repente.

—Eso es porque no había madurado como ahora —dice Draco con una sonrisa salvaje—. Potter simplemente es alguien que es mejor tenerlo de largo, pero mientras menos lazos tengamos, créeme, será lo mejor —añade caminando con el mentón en alto.

Se siente de maravilla.

Sería un digno hijo de Afrodita en este momento.

—Bueno, no es como si de alguna forma hubieras cabreado algún ser supremo, que tenga control sobre la realidad que te obligue a que en algún futuro te veas irremediablemente atraído a su alrededor por fuerza mayor —bromea Theo de esa forma oscura y siniestra que usa a veces.

Humor negro.

Una pequeña broma.

Theo voltea el rostro curioso, cuando tanto Draco como Lavender se han detenido, ambos intercambiando una mirada de pánico. Hasta donde Draco sabe, no ha cabreado tanto a los Olimpos y los que lo odian, parecen no tener mucho control en estas tierras de magos por algún motivo que nunca quiso adentrarse; porque funcionaba perfectamente para él que no le hagan nada aquí.

Lavender se ríe casi sin aire nerviosa, Draco piensa en Afrodita por algún motivo, pero solamente es un pensamiento fugaz sin sentido.

Sí.

Nada importante.

Por otro lado, comienza a pensar en las ofrendas que ha hecho en el campamento y comienza a sentir un poco de miedo por algún motivo.

Tal vez debería agregar a Afrodita por algún motivo a esas ofrendas.

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El día del partido llega pronto, sería la final de Quidditch entre Slytherin y Hufflepuff, a pesar de los mejores esfuerzos de Oliver Wood con los otros partidos y obtener una gran cantidad de puntos, la verdad es que con que Draco obtuviera la Snitch hoy, era una ganancia absoluta. Draco se sintió un poco presionado, pero en realidad la idea de ser el jugador importante ese día lo hizo sentir emocionado. El cielo estaba despejado y siempre era un poco cómo tomar aire cuando subía a su escoba.

Solo tenía una tarea ese día.

La Snitch.

El partido no duró tanto en realidad, poco más de veinte minutos antes de que el objeto dorado fuera captado por su mirada y unos diez minutos después de una ardua lucha. Cedric Diggory no solamente era guapo, realmente era un jugador decente, al menos más que Chang en Ravenclaw, así que ambos tuvieron que luchar bastante por el que obtendría la Snitch primero.

No terminó en el suelo, lo cual fue una mejoría de sus últimos dos partidos, pero sí terminó en un momento casi sobre el mango de la escoba del Hufflepuff cuando luchaban por la snitch. Probablemente no terminó en el suelo, porque los Hufflepuff son estas cosas bondadosas que hicieron que, a pesar de la lucha, Diggory no lo sacara de su escoba a empujones.

Durante un segundo quedaron inmóviles, Draco casi en los brazos del chico con la Snitch en su mano.

Notó la decepción del Hufflepuff cuando ambos bajaron, Draco con las mejillas ligeramente rojas, por el esfuerzo; no porque estuviera en los brazos de un atractivo chico que todos han notado. Sin heridas que lo llevaran a la enfermería, Draco solamente sonrió mientras mostraba la Snitch al público que había saltado para aplaudirle a pesar de ser un Slytherin.

Era el primer buscador que había atrapado las 3 Snitch en los partidos en un largo tiempo.

Slytherin oficialmente sería el campeón de quidditch del año.

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La fiesta fue una locura en la sala Slytherin, Draco sabe que estuvo en los hombros de su equipo unos momentos, antes que alguien le dejara caer y maldijera en voz alta. A pesar de sus mejores intentos para poder obtener a Lavender dentro, descartó la idea cuando algunos chicos mayores metieron licor; era mejor tener a su amiga lejos de estas serpientes. Había dudado un poco sobre el tema, porque nunca había tomado licor antes, aparte del Champán en algunas actividades de su familia; pero el whisky de fuego era otra cosa.

Pero nadie va a llamar a Draco Malfoy una gallina.

Luego de tres tragos, a pesar de que era todo un dios griego o al menos con la mitad de su sangre. Se encontraba soltando risas demasiado ruidosas (tal vez no era hijo de Dionisio por su baja tolerancia al licor), mientras hablaba con quién estuviera al menos a su alrededor sobre cómo una vez luchó contra la infame Medusa y luego otra sobre cómo sostuvo el cielo entre sus brazos con ayuda de su mejor amigo.

—Soy el hijo de un dios griego. —Era su frase favorita, pero todos solamente lo tomaron como un joven demasiado débil para la bebida.

Blaise, por otro lado, hizo algunas falsas reverencias para él, mientras Draco levantaba los puños invocando el favor de su diosa Hestia.

Quedó en ridículo y por suerte nadie pareció prestarle atención.

Vomitó la mañana siguiente.

Percy lo culpó por traición de beber licor con alguien más que fuera él por primera vez.

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Por suerte el dejar de discriminar a otros por su sangre o familia, salvar el trasero de dos Gryffindor y el que sea increíblemente apuesto (todos sus amigos lo vieron mal cuando lo señaló) hacen que el haber ganado la copa de quidditch gracias a su talento no sea tan malo. No hay malas miradas a su casa por su excelente desempeño en juego y Draco le ha enviado su última Snitch a su padre Lucius como demostración de su profundo éxito. Ahora Percy quiere una, tendrá que esperar al próximo año para que pueda darle una si vuelve a jugar.

Ahora tiene tiempo para estudiar.

Con haber ganado la copa de quidditch no basta.

Primer lugar en sus notas, eso era una promesa y tendría que cumplirla para que su padre le dejara ir el siguiente verano al campamento mestizo.

Lo que significaba.

La biblioteca.

Todo el día.

Lavender se cansó luego de dos días y aunque Theo era el que solía acompañarlo más seguido, curiosamente siempre que Anthony se acercaba misteriosamente recordaba algo al pendiente; el hijo de puta lo veía con esa sonrisa maliciosa al salir. No quiso preguntar cuando volvía a altas horas de la noche a sus aposentos, con temor de que alguna vez este se diera cuenta o señalara lo que todos parecían saber, pero nadie decía en voz alta.

Al menos sus seres cercanos.

Que Draco claramente siente este interés por niños, de formas que no todos aceptarían y que incluso él mismo tardó en aceptar.

—Bueno, realmente fue sorprendente, no puedo creer que Percy diga que ser buscador no es importante, idiota —gruñe mientras garabatea rápidamente las notas de Anthony en sus pergaminos, el TDHA le permite hacer varias cosas al mismo tiempo después de todo—. Sé que no sabe tanto del quidditch porque casi no se juega en América, pero soy un gran buscador y le gané a Diggory; quien no juega tan mal y es amado por todos. —Y tampoco está tan mal en el aspecto físico.

De reojo nota el silencio a su alrededor, Anthony está trabajando con un libro, pero su mano parece apretar con fuerza la pluma y Draco solamente arruga el rostro.

Suele ser así con Percy, bueno, diferente. Percy y Draco tienen las mismas deficiencias de atención la mayor parte del tiempo, así que suelen saltar de tema en tema sin dudarlo mucho o quedarse atrasados con alguien que no entiende la mitad de lo que dicen. Muchas veces están teniendo alrededor de 5 conversaciones distintas, Annabeth es la única que puede llevarles el ritmo.

Ella es hermosa por eso.

Lavender suele tolerarlo en menor medida y Theo simplemente lo ignoraría cuando se volviera insoportable.

Es un poco difícil actuar alrededor de Anthony en ocasiones, porque, aunque le agrada bastante, es de un mundo completamente diferente al suyo.

—Supongo que es mejor seguir con el ensayo —susurra un poco a regañadientes, pero cuando Anthony se queda congelado, solamente levanta la ceja curioso.

Esto es anormal, usualmente estarían trabajando por muchas horas, pero ya casi es la hora de queda y excluyendo a Granger que parece dormir sobre el escritorio, no queda nadie más con ellos.

—Hablas mucho de niños. —Es la primera vez que Anthony dice algo de esta clase tan directamente, viéndolo a los ojos como si buscara algo.

Joder.

Se siente un poco acalorado, pero lo controla perfectamente, es un heredero, no un Hufflepuff.

—Percy es mi mejor amigo.

—Hablas mucho de Diggory.

—Todos hablan de Diggory.

—Generalmente son las niñas que hablan mucho de Diggory, porque les gusta mucho a las niñas.

—Bueno el tipo no es horroroso si quieres que diga algo.

—Lo que quiero es que no hables tanto de niños, porque me confundes y no me gusta estar confundido antes de los exámenes.

Draco cuenta hasta 10 antes de tomar aire y listo para irse, porque es demasiado tarde y está suficientemente cansado para no querer pelear con nadie con los exámenes tan cerca. Está por intentar ponerse de pie, cuando la mano de Anthony sujetando su muñeca lo detiene, le va a gruñir que se aleje de él, pero queda completamente petrificado cuando, más rápido de lo que hubiera imaginado, un par de labios impactan contra su mejilla de forma algo torpe.

Está paralizado.

Solo dura unos instantes, cuando Anthony se aleja con el rostro rojo, Draco puede pensar que tiene un rostro de shock muy similar al del niño.

Abre la boca sin decir nada.

Anthony se vuelve más rojo.

—Solo, supongo que estaba celoso, un poco, adiós. —Anthony toma todos sus apuntes y libros en una velocidad récord, antes de abalanzarse a toda máquina fuera del lugar.

Dejándolo solo.

Pasa varios minutos antes de que alguien viene a expulsarlo del lugar por la hora y para ver el agua del baño de su habitación antes de usar un dracma. Había querido hablar primero con Percy, pero en lugar de eso cuando el rostro de Sally Jackson aparece, luciendo preocupada y alarmada, lo único que Draco hace es abrazar sus rodillas contra su pecho.

—Hola —dice un saludo incómodo a Sally, quien solamente suspira luciendo preocupada.

—Draco, ¿qué sucede? Percy está dormido, pero puedo ir a despertarlo si ocupas hablar con alguien —habla la mujer, luciendo alarmada y casi maldice el haberle despertado.

Aprieta los labios.

—Yo solo, no, no es necesario, solo quiero hablar con alguien —indica en voz baja, sin entender porque no llamó a su madre Narcisa, aun cuando sabe que ella debe sospechar algo de él, de sus verdaderos sentimientos.

El rostro de Sally deja de lucir tenso, antes de asentir.

—Está bien. ¿De qué quieres hablar?

Un poco avergonzado, un poco tímido y sintiéndose un poco confundido, habla.

Por lo que parecen horas.

Sally lo escucha mientras se sienta en su cama, mientras Draco relata sus sentimientos confusos por un tal Anthony Goldstein.

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No llega a una resolución, Percy el día siguiente lo ve algo espaciado, pero cuando pregunta, Draco por algún motivo no le dice que Anthony lo besó en la mejilla; no le dice a nadie porque no sabe que debería decir. Al final determina que los exámenes son más importantes y aunque se sonroja deliberadamente cada que está en una clase con Anthony, ganando miradas confundidas de Theo o Lavender, sigue actuando como si nada. Le presta a Sparky para que esté con Thorin esta semana, a lo cual Anthony solamente sonríe aliviado de que cualquier cosa que pasara en la biblioteca no arruinara nada.

¿Debería besarlo?

Ni siquiera han salido.

¿Debería invitarlo a salir?

Debe haber una clase de señal o código que hacer.

Sally lo había animado a seguir hablando con el niño, si sentía que se abría alguna oportunidad para invitarlo a salir (no por ahora) podría tomarla y que no olvidara hablar con este incluso en el verano; para que cualquier cosa que estuviera creciendo tuviera la oportunidad de germinar. Draco no está del todo seguro si quiere eso, le agrada Anthony, mucho como amigo y se siente nervioso cada que están juntos, pero no sabe qué tanto es porque es Anthony o porque es la primera vez que un niño lindo le da insinuaciones claras de que hay algo entre ellos.

Los sentimientos son confusos.

Además, si saliera con Anthony, no podría hacerlo al descubierto como si fuera una niña, lo que haría todo mucho más complicado.

Joder.

Sería tan fácil si le gustaran más las niñas en su lugar.

Sally le dijo que no besara al niño hasta que no estuviera seguro de que este lo quería, que no olvidara preguntar si fuera posible porque el consentimiento era importante.

Muchas cosas.

Demasiadas.

—Estás obsesionado —dijo para sorpresa suya, Granger antes de que entraran a un examen que compartían con asientos al lado del otro.

—Le prometí a mi padre que te ganaría en las notas este año, así que lo siento cuando te despedace —habla con un pulgar en alto, haciendo a la niña lucir indignada.

Aunque no tanto como Percy esta mañana cuando le indicó que por sus exámenes no podría hablar con él durante toda una semana, porque ocupaba la máxima concentración.

También se disculpó por cualquier emoción estresada o cansada que pueda enviar por accidente.

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Salir de exámenes fue como salir de una extraña ensoñación, la mayoría de exámenes no presentaron un mayor problema, aunque el volver a ver a Luke como un boggart no fue gracioso. Esta vez no dejó que hablara antes de lanzar el hechizo y se fue sin darle a Lupin más que una mirada de reojo. Al finalizar los exámenes arrastró a Lavender fuera del castillo, porque ocupaba entrenar y sacar parte de la energía que había utilizado solo para los exámenes; pensó que el día siguiente podría decirle a Anthony que podrían ir a caminar por el lago si este quisiera.

Lavender se dejó convencer de ir con él luego de que habló sobre su idea de invitar a Anthony.

—Qué atrevido —había dicho radiante de diversión, pero con un destello en sus ojos emocionado.

Habían entrenado al menos unas tres horas, cuando Lavender se quejó de un corte que le hizo en su muslo por su propia torpeza; Draco la dejó quejarse y acortar el entrenamiento solamente si al día siguiente hicieron el doble.

La niña se quejó, pero fue un trato.

Ha crecido mucho.

Es fuerte y Draco aprecia el sparring que mejora cada día.

—Hoy hay luna llena. —Admira Lavender mientras camina a su lado, tiene ropas que ha utilizado para entrenar que solía usar en el campamento mestizo y Draco también tenía ropas cómodas que había robado de Percy en sus vacaciones.

La estúpida camisa naranja sigue siendo horrorosa con su tono de cabello, pero es casa.

Era su camisa favorita.

Su estilo de la moda ha decaído.

—Oh Hestia, ocupo que me asesines Lavender, acabo de admitir mentalmente que esta es mi camisa favorita —dice horrorizado a la chica, quien suelta una risa cantarina.

Entonces un extraño aullido a lo lejos los detuvo, Lavender rápidamente tembló antes de sujetar su daga contra su pecho y la lanza de Draco se deslizó en su brazo con calmada experiencia. Algo en el aire nocturno le indicó que el peligro estaba cerca, durante el año escolar había escuchado aullidos paulatinamente, pero nunca tan cerca de Hogwarts.

Algo estaba cerca.

Algo peligroso.

Su mano con la varita, la otra de la lanza saltó para lanzar un hechizo congelador cuando vio algo moverse por el rabillo del ojo. Nada más apareció pronto, pero cuando caminó con Lavender en su espalda, ambos quedaron congelados al ver una rata en medio del lugar congelada; aunque los aullidos siguen sonando y parece que algún animal lucha cerca, no esperó una rata de todas las cosas.

Lavender suelta un sonido de reconocimiento.

—Creo que es la rata de Weasley, la he visto por ahí, aunque juro que estaba luchando con Granger por culpa de ella; pensé que estaba muerta —explica luego de verla con una ceja alzada.

Sus hombros caen un poco, aunque sigue en alerta.

No tiene la menor intención de ayudar a Weasley con su rata, quiso dejarle ahí, solo para disfrutar de verlo al día siguiente pensando que sabía dónde estaba su estúpida rata. Tristemente, pudo imaginar a Grover con ambas manos en su cadera, diciendo que una mascota no tiene la culpa de sus dueños y que lo mejor sería ayudarles; podía imaginar la charla sobre cuidados de la vida salvaje que le daría y su mirada decepcionada que era mejor evitar.

Annabeth también apoyaría la idea.

Tomó la rata congelada por la magia entre sus manos, alzó una ceja al verle con el rostro lleno de pánico, para una rata.

La puso en manos de Lavender, quien hizo una mueca de asco.

—Vamos, sabes que no la aceptará de mí y además Grover me matará si sabe que dejé a la pobre rata aquí, aunque tal vez le esté dando mejor vida lejos de esos pobretones —admite a regañadientes, Lavender le hace un sonido arrullador, antes de ver a la rata con asco.

—Eres dulce.

—Sí, ahora vamos, tengo frío.

Ambos siguen alertas, porque en el camino hacia el castillo sigue escuchando que algo pasa y la lanza sigue en sus manos.

Un ataque.

No tiene sentido.

¿De quién?

Claro que cuando pasan un arbusto, no esperan quedarse congelados al ver lo que parece ser un enorme hombre lobo, un enorme perro (que se le hace familiar a Draco), el trío dorado con su profesor Snape levitando por lo que parece un hechizo. Lavender quien ha roto una rama, parece atraer la atención del hombre lobo como la de los niños hacia ellos

Todo queda en silencio un momento.

Draco comienza a sentir un dolor de cabeza.

Un hombre lobo.

¿En serio?

Tanto por un poco de normalidad.

El enorme hombre lobo suelta un aullido amenazador y aunque es algo que hubiera asustado al Draco de primer año, solamente puede pensar en lo pequeño que se ve si lo compara con un cíclope… o un titán. Claro que es peligroso, un hombre lobo es de las bestias de más alta categoría en el mundo mágico en términos de peligro, pero en el mundo mestizo, es casi una burla.

Hay peores criaturas, además este es solo un hombre lobo.

Uno.

Claro que es luna llena y debe ser más poderoso ahora, pero tampoco es el fin del mundo.

Durante un instante se preocupa por él mismo, por el cambio que ha hecho en primer año y sobre la influencia de Jackson en su vida, es lo único que explica lo rápido que envió volando la lanza hacia adelante. Esta impactó el suelo cortando parte del muslo de la bestia, quien soltó un gruñido de dolor y le permitió el tiempo suficiente para eliminar rápidamente la distancia entre ellos; quitándose la sudadera de capucha que Percy le había dado.

Cuando el hombre lobo levantó la vista, Draco le lanzó la capucha en la cabeza, con un impulso en la lanza del suelo se arrojó sobre los aires, tomando parte de la capucha en el rostro de la bestia; se deslizó sobre la espalda de este y posicionó su cuerpo de forma erguida anclada al suelo.

La llave fue fácil, con el impulso, la posición, sus manos, lanzó al hombre lobo sobre su espalda y cuando este cayó algunos metros lejos; Draco pudo sacar la lanza del suelo con un ágil movimiento y movimiento en sus manos.

Ahora la bestia estaba alejada de los humanos, Draco estaba de por medio, una caza.

Esto era un juego de cazar la bandera y estaba viendo a su enemigo.

Tiene que cuidar a los niños nuevos en esto.

—¿Qué mierda? —Está seguro que fue Weasley, pero no se atrevió a dar la vuelta al rostro, nunca apartes el rostro de tu enemigo.

—Llévalos lejos Lavender, ocupo matar a un lobo —habla en voz alta pero decidido.

¿Puede matar a un hombre lobo?

La respuesta vino en un recuerdo.

Draco lanzando la lanza contra el cíclope, Draco hablando contra Hades, Draco luchando contra Atlas (como apoyo, pero estuvo ahí) y Draco sosteniendo el cielo contra sus hombros en ayuda de Percy Jackson.

Sí.

Puede contra un hombre lobo.

Asesinarlo.

Sí.

El hombre lobo que se quita la chaqueta está por atacar, Draco lo odia ligeramente porque ve su sudadera favorita rota y por eso no tiene la menor culpa de la idea de atravesarle el cráneo con su lanza. Justo cuando este se lanza para atacarle rápidamente con la boca abierta, Draco se prepara para atravesarlo y casi lo hace, hasta que alguien lo teclea con fuerza hacia la derecha.

Idiota.

Draco cae de forma grotesca al suelo, Harry Potter sobre él apartándolo y le fulmina con la mirada; su rostro queda ligeramente blanco cuando ve como sobre en su hombro hay sangre saliendo. No cree que fuera del impacto, ve rápidamente al hombre lobo que ahora tiene uno de sus dientes y mandíbula cubiertos de sangre.

¿Acaso este idiota…?

—Es Remus, el profesor Lupin —gimotea incorporándose de rodillas viéndolo con impotencia. —No puedes matarlo —añade ahora de forma decidida y con dolor en sus ojos.

Draco quiere quejarse, que es un idiota, que ha sido herido por un hombre lobo en luna llena y que probablemente sea el peor error de todos.

Pero sus ojos.

Esos malditos ojos verdes lo ven implorantes. Draco gruñe antes de sujetar al chico al suelo, moviendo rápidamente la lanza para que no se incrustara la parte afilada en la mandíbula del hombre lobo que estaba por atacar. Fue la parte sin filo que golpea la clavícula de este sin matarlo, lanzándolo lejos, Draco mueve otra vez su lanza más rápidamente cortando sin piedad parte del brazo de este para alejarlo de la lucha.

Pero sin matarlo.

Maldita sea.

Luchar con algo que no puedes matar hace todo más difícil.

—Bien —ladra sin ver a Potter, de reojo nota que Lavender ha ayudado a Granger a llevarse a Weasley junto a la rata.

Severus está inconsciente, pero el perro lo ha llevado lejos y ahora este se acerca como si estuviera listo para luchar.

Potter gimotea con una mano sobre su hombro que sigue brotando sangre.

—No lo mataré, pero ocupas irte, pronto con un médico; busca ayuda. —Es todo lo que dice Draco antes de lanzarse al frente.

El perro está a su lado por algún motivo que no pregunta, pero casi parece reprocharle por intentar matar al hombre lobo, que para sorpresa de nadie es el problema. Mueve su lanza de forma que esquiva la primera garra de este, para luego cortar parte del muslo que hace a este caer nuevamente de rodillas; no iba a matarlo, pero tampoco se quedará como blanco fácil.

Con su atención, Draco salta sobre un arbusto.

Ve un momento sobre su hombro, el hombre lobo aúlla antes de seguirlo.

Bien.

Esperen un momento.

¿Acaba de pensar que era bueno que un hombre lobo le persiguiera?

Tiene problemas.

Salta sobre un arbusto, hace una barrida bastante impresionante esquivando al hombre lobo contra el suelo, luego salta para sujetar una rama y escapar de otro zarpazo. Es como una pista de obstáculos en la cual Draco ha hecho los movimientos más perfectos que ha hecho en toda su vida, y claramente no hay nadie más para verlo, lo cual es sumamente frustrante.

Quiere llorar porque solamente un perro enorme y un hombre lobo lo han visto.

Su vida es un asco.

Percy incluso debe estar dormido, siente sentimientos inquietos de parte de Bianca y Annabeth que deben sentir que algo está mal, usualmente siente un cosquilleo de parte de Bianca que al estar en la caza siempre está en medio de alguna lucha.

Pero Draco usualmente no está así.

Ya saben.

Escapando por su vida.

Con el pecho apretado y la adrenalina guiando todos sus sentidos.

—Hijo de puta —chilla Draco cuando al saltar para esquivar un nuevo ataque, sus propios pies tropiezan con los arbustos y termina cayendo sobre una pendiente bastante empinada.

Conoce este bosque, ha estado entrenando aquí casi todo el año escolar por las noches y ahora que hay luna llena (eliminando la parte del hombre lobo) en realidad le hacen ver mejor el lugar de lo que acostumbra. Aunque esté claro con el lago no se le hacen familiares en absoluto, el hombre lobo se encuentra cerca y solamente sus instintos lo hacen agacharse en el momento correcto.

El perro salta para defenderlo, pero es enviado sin piedad contra un árbol cayendo inconsciente. Es un instante, pero es suficiente para que el hombre lobo se distraiga y cuando vuelve a ver a Draco, ya está sobre él atacándolo. La lanza atraviesa sin piedad su hombro derecho clavándolo contra un árbol, este chilla de dolor y una parte de Draco recuerda el instante donde Potter le pide no asesinarlo.

Bueno.

No está muerto, pero probablemente terminará severamente herido.

Recuerda la sangre del hombro de Potter y no siente la menor lástima cuando esquiva un zarpazo por muy poco, solo para terminar usando una de sus dagas (siempre una en su bolsillo por recomendación de Annabeth) para atravesar la muñeca del hombre lobo haciéndolo aullar de dolor.

Plata.

Su daga es de plata.

Sonríe con algo de maldad al verlo retorcerse de dolor sin morir en realidad, pero antes de hacerle más daño del necesario, quita solamente la daga para usar su puño cerrado para darle un puñetazo en el rostro con toda su fuerza. El lobo es más resistente, ya que gruñe, pero de un momento a otro este parece gimotear antes de caer totalmente inconsciente, lo cual hace a Draco levantar los brazos en son de victoria.

Lo hizo.

Tomen eso, le ha ganado a su primera bestia completamente solo.

O tal vez no tan solo.

Tiene muy mala suerte.

El frío cubre su cuerpo antes que pueda evitarlo, antes había visto dementores, de lejos y habían afectado más a Potter que otra cosa; pero ahora estaban aquí y no era por él, había muchos, demasiados. Jadea cuando sus piernas tiemblan y caen de rodillas antes de poder evitarlo, es como si todo su pecho se retorciera contra él mismo y su cuerpo no dejara de escalofriarse.

Entonces sus pesadillas llegan.

Cobran vida.

Los dementores los sacan a flote.

Gruñe cuando recuerda el sostener el cielo sobre su espalda, maldice ante la imagen de Luke frente a él varias veces en un bando contrario, cuando Percy casi muerte; el rostro de Hades del otro lado del comedor viéndolo fijamente; Annabeth desaparecida, Percy diciéndole que no quería a su amiga lo suficiente, su madre dejándolo en el campamento mestizo asustado. Quisiera saber que son claramente esas bestias, que significa ser un dementor y porque ahora vienen por él.

No.

No es por él.

Mira de reojo al perro negro, que ha dejado de serlo en algún momento y ahora solamente queda un hombre greñudo con ropas andrajosas en el suelo inconsciente.

Pero, aunque no vengan por Draco, están ahí, cientos de dementores y Draco está en medio de ellos. No podría importarle menos que ese hombre muera, pero el temor de que no solo acaben con este, sino que también fueran por él de alguna forma u otra, lo hace gimotear.

Morirá.

¿De esta forma tan patética?

Piensa en sus amigos, en los planes que había tenido para este verano, en la idea de desayunar mañana con Lavender o la charla de cartas con Anthony, tampoco sabe qué ha pasado con Nico y Will también parece estar ocultando cosas últimamente; Annabeth había prometido ayudarle en un proyecto de verano y Grover sigue buscando a Pan.

Silena le dijo que tenía un nuevo abrigo para él.

Clarisse le debe una revancha.

Sally Jackson siempre le da comida deliciosa.

Sus padres estarían orgullosos cuando ganara el primer lugar este año.

Cierra los ojos asustados, con un último pensamiento de disculpa a Percy, realmente le hubiera gustado poder despedirse de su amigo; su mejor amigo.

Su cuerpo se queda paralizado cuando la capa negra de un dementor llega frente a él acercándose de la gran multitud que lo acompaña, su cuerpo comienza a temblar como si fuera una maraca mientras los otros dementores siguen por ahí rondando; esperando su oportunidad. Algunos se han acercado al hombre inconsciente y tantean al hombre lobo, pero parecen más interesados en Draco haciendo que el frío de su cuerpo sea desgarrador.

El dementor se va a levantar la capa que cubre su rostro.

Oh, vaya, va a morir.

La realización lo llena de miedo un instante que parece eterno, la sensación, el frío, la impotencia.

Entonces.

Algo cae.

Como literalmente cae del cielo.

Un rayo.

Draco es enviado volando contra su espalda por la potencia del rayo, hay chillidos en el aire, una luz en todos lados y los dementores parecen chillar cuando los rayos los alcanzan; Draco debe cubrirse con su mano por la gran cantidad de luz en todo el lugar. Su cuerpo deja de temblar, pero es más que todo porque se sujeta del suelo para no salir volando de la lucha de luces frente a él.

Cuando todo se apaga o al menos, vuelve a la oscuridad normal, Draco parpadea intentando que sus ojos se acomoden.

Hay alguien frente a él.

Un hombre.

Es alto, imponente y muy musculoso. Su largo cabello negro le llega hasta los hombros y tiene una barba negra y gris. Sus ojos son de un color azul muy brillante, casi eléctrico. Tiene una cara seria y orgullosa, pero a la vez muy hermosa. Tiene un traje de color azul oscuro con rayas, y el aire a su alrededor huele a ozono. Es curioso cómo es la primera vez que está frente a este hombre, pero algo en él lo hace reconocerlo de otros momentos que no vivió.

Al menos no por sus ojos.

—Zeus —musita casi anonadado, de que un dios del olimpo esté aquí.

El mayor de todos ellos.

Se siente como un gusano cuando este solamente se acomoda bien su traje y voltea a verlo con indiferencia, casi como si fuera algo molesto de lo que encargarse que hace que se estremezca en todo su cuerpo. Se alegra de que no corra peligro de muerte, los dementores se han ido, el hombre lobo sigue inconsciente contra el árbol y el hombre que parece salido de una prisión sigue en el suelo ahora roncando.

Zeus lo mira fijamente antes de asentir.

—Le había prometido a tu madre, que te ayudaría una vez a salvar tu vida, esto significa que el contrato entre ambos ha sido pagado. No le debo absolutamente nada a la familia Black de ahora en adelante —dice con una especie de cansancio, como si al fin se deshiciera de algo de sus hombros.

Espere un momento.

—¿Mi madre? —pregunta en un susurro ahogado, cuando su mente parece ir a un millón de revoluciones por segundo, levanta el rostro horrorizado para ver el rostro aburrido de Zeus—. Espera, el dios… mi padre del Olimpo… ¿Eres tú? —pregunta casi sin aire, porque eso no tiene sentido.

No tiene el menor de los sentidos.

¿Zeus?

El rey de los Olimpos.

La criatura más poderosa que conoce, es su padre. Lejos de alegrarle la idea, su mente intenta encontrar un sentido para esto. Dejando de lado que eso lo haría primo directo tanto de Percy como Bianca y Nico, también que sería medio hermano de Thalia; no tiene sentido. Los Olimpos se suponían, al menos los tres grandes, que no tendrían hijos. Zeus no solamente rompió el tratado con Thalia, eso significaría que rompió incluso muchas más reglas por tener el hijo con una bruja.

Tampoco lo había reclamado.

—No voy a reclamarte. —La voz de Zeus es como un estruendo que leyera su mente, pero no es el sonido lo que le afectan, son sus palabras que hacen que su boca se seque—. Cuando hice el trato con Narcisa, fue meramente por un viejo pacto que hice con uno de tus antepasados, Orion Black; por eso prometí que una vez salvaría tu vida del peligro y esa deuda se acaba de saldar —dice con indiferencia y algo se escurre por su espalda.

Arde en su columna vertebral.

Casi puede ver a Luke a su lado, susurrando en voz baja: «Son unos idiotas, no les importamos, nunca lo haremos».

Se muerde la lengua para no decir nada.

Para no expresar su de acuerdo con sus pensamientos de un Luke falso.

—Un Olimpo y un mago no pueden tener hijos, mi madre dijo que no se deben unir los Panteones —susurra casi con voz llena de amargura.

Que no afecta a Zeus.

Claro que no.

Recuerda los abrazos de su madre, las palabras cálidas de Lucius, el hogar con ellos en la mansión Malfoy y ahora está en la realidad de que también está frente a un padre. Es casi como si quisiera vomitar, el tener a este ser frente a él, que ahora comprende es parte de su sangre; quiere extirparla totalmente de su interior para no tener nada que ver con él.

—Aparte de Hécate nadie tiene ese permiso, fue una ley, porque los hijos solían ser incluso más peligrosos… Orion fue un claro ejemplo, era un hijo de un mago que creó Hécate y un dios menor; fue alguien que pudo haber desafiado al Olimpo si quisiera. —La manera en que habla hace que Draco se estremezca.

Piensa en sus amigos del campamento mestizo, todos eran fuertes, héroes o chicos entrenando para ser héroes que lo superaban a él de cualquier manera.

Percy quien suele ser el mejor de ellos hasta ahora.

Pero Zeus le está diciendo que un hijo de sangre de magos y olimpos podría ser poderoso, Draco quien era hijo de Zeus, debería ser fuerte; demasiado fuerte.

¿Se siente diferente?

No.

No hay nada especial en él.

—Rompiste la ley, no solo con Thalia, también conmigo —dictamina Draco con el ceño fruncido, que desaparece cuando Zeus le da una mirada impotente.

Otra vez se siente como una basura a su lado.

No le gusta el sentimiento de inferioridad.

Su cuerpo tiembla en contra de su voluntad.

Tiene miedo.

—Como dije, fue una deuda con Orion Black, que ya fue saldada; ni siquiera me voy a preocupar por ti, a diferencia del mocoso Jackson, no eres un problema a futuro, no has heredado ninguna de mis habilidades —habla Zeus con algo de maldad, o al menos debe ser así, porque duele su interior—. No tienes la bendición de ningún Olimpo importante y, por lo tanto, nunca llegarás a ser alguien tan importante como Orion.

Duele.

Quema.

No lo entiende.

Pensó que no quería nada de su padre del Olimpo, que era mejor que los otros campistas, que tiene una familia y no tiene la necesidad de intentar impresionar a su padre del olimpo; pero duele. No se había dado cuenta de que era otro idiota del campamento, que muy oculto en su interior, todo lo que quiere es un poco de reconocimiento de esta persona o ser frente a él.

Y se odia por eso.

Odia haber tenido esperanza alguna vez.

Que muere dentro de él con amargura.

—Aun así, no me reconoces, dices que no soy ningún peligro, pero no me reconoces —dice un poco histérico, pero se detiene al ver la mirada de Zeus.

Mortal.

Indiferente.

«No le importo», piensa Draco horrorizado.

En lo más mínimo.

—No te reconozco porque no significas nada para mí, más que un trato saldado y libertad luego de milenios. Eres solamente otro mestizo más que no llegará lejos y probablemente muera pronto. —Es todo lo que dice Zeus con una última mirada cansada—. Hécate hizo un buen trabajo protegiendo a sus niños, el mundo mágico es de las pocas zonas donde los otros olimpos no tienen visión, ya que los panteones no suelen relacionarse; ahora que te he salvado incluso yo no tendré potestad aquí… así que esto será un adiós —dice antes de que desaparezca sin decir nada más.

Dejando el lugar increíblemente frío.

Draco aún arrodillado sobre el suelo, con un rostro en shock y una sensación amarga creciendo en su interior.

Su padre del olimpo es un idiota.

Y tiene dos cosas en mente.

La primera es que, a pesar de todo, cree que Luke no está equivocado. Si no fuera porque está claro que Cronos lo está utilizando y es más un peón que alguien que trabaja por sí mismo, no habría dudado en unirse a este para demostrarle a Zeus la verdad.

La segunda es… no importa cuánto dure, no importa si le toma la vida, va a hacer que el mayor dios del Olimpo, se coma esas palabras y desee nunca haberlas dicho antes.

Zeus no es su padre.

Es un idiota.

Y Draco va a hacerlo arrepentirse de pensar que no iba a ser alguien importante, porque jura en ese mismo lugar, ante la maldita laguna estigia, que lo hará pagar por pensar que no será nadie importante en su vida.

Porque Draco Malfoy Black, es todo menos un extra de mierda en una historia.

.

.

Cuando los profesores llegan donde se encuentra, Draco está sentado en el suelo, de mal humor y gruñendo cuando Severus aparece con Dumbledore y Flitwick. Todos parecen confundidos, porque hay un hombre lobo sangrante en el suelo, bueno, no tan sangrante, Draco hizo una especie de torniquete en el brazo que había atravesado (¿ups? Había cosas más importantes que pensar) y lo que ahora reconoce como Sirius Black está inconsciente al lado del hombre lobo. La lanza vuelve a ser un brazalete en su hombro que nadie debería prestar atención, pero no es que importe.

Le hacen preguntas que ignora.

Está enojado.

Muy enojado.

Así que solamente se resignan luego de unos momentos a que camine detrás de ellos a la enfermería, Severus le da miradas largas, pero Draco solamente se queda como perro rabioso en la camilla al lado de la de Potter y Weasley, Granger está ahí luciendo un poco incómoda con Lavender; ambas niñas ignorándose olímpicamente. Cuando Lavender lo ve salta para estar a su lado, pero no tanto, parece notar su aura de mal humor.

—Solo queremos repasar, señor Malfoy, estamos ante una situación delicada y queremos confirmar sus hechos.

—Ya dije, el hombre lobo se cayó contra el suelo al tropezar y el perro fue herido por este.

—El hombre lobos es el profesor Remus Lupin, lo cual buscamos tratar de la forma más delicada y según Pomfrey anunció que tiene su hombro atravesado.

—¿En serio?, no lo noté.

Dumbledore no parece afectado por su falta de respuesta, en realidad lo deja tranquilo y obliga tanto a Granger como Lavender a dejarlos a solas. Severus intenta charlar con él, pero Draco solamente gruñe con el pie sin dejar de moverse.

Annabeth y Bianca están alarmadas.

Percy que parece despertarse, también luce alarmado.

—¿Draco?

Lo ignora, Percy parece gimotear, pero bloquea la conversación mental o cualquier sentimiento de forma contundente. Se sorprende un momento cuando los sentimientos de Annabeth, Bianca o Percy no logran atravesar su barrera y todo queda en blanco por primera vez en años, solamente Draco con sus pensamientos; es como la Oclumancia, adivina sorprendido, puede dejarlos afuera. No lo había intentado antes, porque le gustaba la sensación de ellos ahí, recordándole quien era o de dónde venía.

No quiere pensar en eso ahora.

Los ojos azules de Zeus le hacen recordar porque quiere que sea así, gruñe abrazando las piernas contra su pecho en la cama, está atrapado aquí, aunque Pomfrey admite que aparte de algunos rasguños y hombro ligeramente magullado, no está mal.

Que es alguien que no va a llegar lejos.

Eso dijo ese idiota.

Draco aprieta los puños con fuerza, casi puede escuchar los gimoteos de Percy suplicando que lo deje entrar, pero Draco no quiere hacerlo. Está tan furioso en este momento, que sabe que podría decirle cosas hirientes, porque eso es lo que al final es Draco y se siente tan inestable; que quiere que otros se sientan tan miserables como él.

Tal vez, sí es tan idiota como su padre.

No.

No es su padre.

Zeus no es nada suyo.

Su padre es Lucius Malfoy.

—Maldita sea. —Se sorprende de las palabras que no salen de su boca, levanta la mirada sorprendido de no haber notado cuando Potter se ha incorporado en su cama, sujetando su hombro con molestia y con el rostro pálido como un papel.

Oh cierto, Potter había sido herido por Remus Lupin, convertido en hombre lobo, y es muy probable que eso termine con Potter convertido en hombre lobo.

Bueno.

Fue culpa suya, Draco iba a defenderlos y este quiso ser el héroe, no se siente culpable por eso.

—Pomfrey dejó algo para el dolor, dijo que volvería en una hora para hacer rutina —habla Draco atrayendo la atención de Potter, quien voltea a verlo sorprendido, antes de parecer comprender dónde se encontraba y lucir miserable.

Hay una mueca en su rostro y Draco la ignora, porque tiene sus propios problemas, en lugar de pensar en los de Potter.

—Gracias. —No parece decirlo en serio, perdido en sus propios pensamientos mientras intenta sujetar el vaso con la poción.

Sus manos no lo ayudan, tiemblan incontrolablemente y tropiezan con cansancio. Se preguntó si tiene algo que ver con ser atacado por un hombre lobo, aunque según tiene entendido, otros magos podrían convalecer varios días antes de decidir sobrevivir o morir; que Potter solo hubiera pasado algunas horas y estuviera relativamente consciente, debe significar algo.

Que es muy idiota para elegir morir.

Draco bufa antes de ponerse sobre sus pies, toma el vaso y prácticamente lo estampa contra los labios de Potter, quien gruñe, pero toma el líquido con rapidez. Es estúpido que esto se resuma su vida, ayudando a Potter con una pócima para el dolor, que luego de tomarla se desploma sobre la cama con una ligera capa de sudor en su rostro.

A falta de algo que hacer y deseo de no pensar en Zeus, toma asiento en la orilla de su anterior cama, viendo a Potter con poco interés.

—¿Seré un hombre lobo? —pregunta el chico jadeante sin verlo, su mirada perdida en el techo y Draco sigue la mirada un momento antes de encogerse de hombros.

No muy seguro, porque no sabe mucho sobre esta clase de casos.

—Bueno, creo que si un hombre lobo te ataca en luna llena te conviertes… o mueres, dado que decidiste vivir, ya puedes pensar que pasara. —No quiere ser tan grosero, pero es como señalar el cielo y decir que es azul en un día soleado.

Son hechos.

El rostro de Potter se cubre un momento de una mueca de dolor, antes de pasar el brazo sobre sus ojos haciendo imposible que determine que está pensando. Se sorprende al reconocer que los ojos de Potter suelen ser sinceros, mostrando todo lo que es y lo que debe sentir, a diferencia de Luke que habría sido un perfecto ladrón para esconder sus rasgos.

Luke que hablaba mal de los Olimpos.

Y tenía tanta razón.

—Pensaba que Remus no era malo, ser un hombre lobo, no era algo que pidió y no lo culpo por nada. —Hay algo de dolor y sarcasmo en su voz, que hace a Draco volver a prestarle atención—. Pero ahora que pienso que me va a pasar, tengo tanto miedo de ser un monstruo.

¿Por qué está hablando con él?

Bueno, acaba de pasar un evento traumático, así que tal vez solamente ocupa sacarlo de su sistema y Draco está ahí como el único ser humano despierto. Mira casi implorante a Weasley, quien literalmente está babeando en su almohada con una poción para dormir vacía a su lado.

No quiere consolar al niño que vivió.

Pero tampoco quiere volver a la realidad.

El recuerdo de Zeus quema sus retinas con molestia, el ser poderoso que le había dicho que no era nada, más que una vieja deuda y que no pensaba reclamarlo nunca.

Se ríe sin humor.

—No eres o serás un monstruo —dice con tranquilidad, Potter quita levemente el brazo de su rostro para darle una mirada larga de molestia, que se congela al ver probablemente su rostro tranquilo y sincero—. Créeme, he visto suficientes monstruos en mi vida. —No puede más que sonreír con amargura al pensar en Zeus en esa categoría—. No vas a ser uno de ellos.

El niño no le cree.

—Eso es porque no me has visto transformado.

—Probablemente te veas como un caniche.

Eso parece molestarlo, se intenta incorporar, solo para que su mano le falle y termine solo medio incorporado en la cama dándole la mirada más dolorida que ha visto en este. Sus ojos parecen un poco hundidos, está pálido y con algunas venas resaltantes en el cuello por donde está la herida de hombre lobo.

Tal vez no está en su mejor estado.

Olvídenlo.

No está en su mejor estado, pero no está muerto.

Puede seguir luchando, puede seguir viviendo con probablemente un poco menos de estabilidad y muchas miradas juzgadoras de ahora en adelante.

—Esto debe ser gracioso para ti, Malfoy —dice su nombre con veneno, pero no puede herirlo, Zeus ya se encargó de romperlo ese día, de hacerlo sentir inútil—. Tú no sabes nada, con tu estúpida familia perfecta, tus estúpidos amigos perfectos y tu vida fuera de peligro porque eres de esos pomposos sangre pura que hace todo bien. —Ahora eso es sin duda era un estereotipo—, caminando por todos lados como si fueras alguien perfecto y haciendo todo bien en la vida o el quidditch. Pues hay personas que tienen una maldita vida que siempre parece ser injusta y que te recuerda cada maldito segundo que no puede ser feliz; encuentra una forma de hacerte todo una miseria como si fueras uno de los favoritos para sufrir lo peor posible. —Ahora solamente está soltando todo.

Una represa rota.

Interesante.

Quien sabe hace cuanto tiempo Potter solo quería soltarlo todo y aquí estaba, soltando cosas para él que lo hacen sentirse de forma muy indiferente. Nuevamente quisiera que no fuera con él, pero se queda ahí, viendo a Potter quebrarse ante él.

Sí.

En su primer año de vacaciones, antes del campamento, esto es lo que siempre hubiera querido ver, lo que hubiera pagado y trabajado por ver durante años.

No se siente tan bien como pensó.

—Tú no sabes que se siente ser simplemente diferente, donde todo lo malo que puede pasar es contigo y si eso no te basta, ahora también serás un monstruo que nadie va a amar. —Debe ser la fiebre o el dolor, que hacen al chico soltar ligeras lágrimas impotente.

Realmente no quiere estar aquí.

Tal vez debió aceptar a Percy en su mente después de todo.

—Que charla más patética y deprimente —admite Draco en voz alta, ganando una mirada de furia de parte de Potter, levanta ambas manos en sinónimo de paz—. Sé que ahora no escucharás bien, porque todo es muy reciente y la mierda, pero estás exagerando. Si hay alguien que puede convertirse en hombre lobo sin ser todo un círculo mediático, es el niño que vivió; no la tendrás tan difícil siempre y cuando puedas ocultarlo. —El rostro de Potter se nubla en confusión, se ve horrible con ojos hinchados y mucosidad en su nariz—. El profesor Lupin pasó toda su vida ocultándolo, así que si no quieres decirlo a nadie, (tampoco es que alguien tenga derecho a obligarte), simplemente sigue con tu vida; aunque probablemente las noches de luna llena serán una mierda —dice pensativo, con una mano en su mentón.

Potter lo ve con duda.

—¿No lo dirás? —La pregunta lo hace sentir ofendido, mucho más que la idea de este despotricando con que no entiende nada de su mundo.

Es un puto mestizo, que está por luchar una batalla a muerte contra Cronos en cuestión de algunos años, claramente lo tiene peor que él.

Es amigo de Percy problemas Jackson con un vínculo de alma.

—No.

—¿Por qué?

—Podría preguntarte lo mismo, no dijiste nada sobre Bianca, supongo que es la misma respuesta; a los demás no les interesa y no es mi derecho contarlo.

Potter lo ve fijamente confundido, pero Draco solamente se deja caer sobre la cama para darle la espalda, pero, aunque cierra los ojos, puede sentir la mirada de Potter mucho tiempo sobre él.

Duerme, donde tiene sueños extraños, otra vez sueña con un extraño armario y alguien en el fondo de este oculto por las sombras, un niño, que se está medio abrazando mientras susurra que todo estará bien y que algún día saldrá de eso.

El niño susurra que quiere alguien que lo ame.

Draco piensa que es un sueño extraño.

.

.

Su madre aparece al día siguiente, así que no se queda en ningún momento dentro de la enfermería. Al parecer hay un caos mediático porque Sirius Black fue capturado, el único problema es que aparentemente la rata que era de Ron, era un animago no registrado de nada menos que Peter Pettigrew, que según su madre relató había sido alguien que había "muerto". Había un fuerte caso creado por McGonagall y Dumbledore, sobre Sirius Black, ante la presencia del hombre que se creía muerto; el consejo de magos parecía estar reticente a aceptarlo.

Lo que, si se daba por hecho, es que Sirius no recibiría el beso de la muerte de un dementor, mientras que Peter también había sido puesto en una jaula.

—Tu padre está trabajando al respecto, el Wizengamot está trabajando sobre el caso, hay algunos que indican que Sirius debería ser condenado y otros que ocupa un nuevo juicio —habla su madre tomando té tranquilamente en el salón de Severus.

Draco mira a la mujer fijamente, su hermoso rostro, su elegancia y el aire de un sangre pura del cual siempre ha sido cautivado.

Escucha hablar de cómo pronto volverá a casa, que cualquier cosa que pasara sería castigada, algo sobre exponer a Remus junto con Severus; pero no le importa, en realidad Remus nunca le agradó y aunque lo hiciera tiene otras cosas en mente.

Nadie habla sobre Potter, así que con suerte puede tener una vida casi tranquila.

Tampoco importa.

—Lo conocí, a… mi progenitor. —Por un instante el rostro de Narcisa se congela, levanta la mirada y Draco puede ver el pánico en sus ojos que no intenta ocultar—. Me salvó de los dementores, dejó claro que no me iba a reconocer y que la deuda fue salvada —dice con amargura.

Los ojos de su madre se vuelven tristes.

—Oh. —Es todo lo que dice sin volver a tomar el té, con el rostro pensativo.

Draco no la presiona, pero parece que su madre quisiera que esa deuda hubiera sido saldada en otro momento, Draco admira el humo de su propio té; lo lleva lentamente a sus labios, su interior quema con el calor como si no quisiera aceptarlo.

—Dijo que no era nadie especial para él, que no haría nada importante, creo que piensa que no merezco la pena… —Deja cualquier cosa que iba a decir, porque su madre ha dejado la taza de té para abalanzarse contra él.

Lo abraza, con fuerza, diciendo palabras de consuelo y hablando de cómo es el mayor tesoro para ella, como siempre lo ha amado y algo dentro de Draco se rompe un poco; pero de buena manera. No entiende por qué llora, es un niño grande, pero se aferra a su madre como cuando tenía cinco años y estaba seguro de que había un monstruo bajo la cama.

.

.

Draco camina por los pasillos de Hogwarts con una mirada perdida, Lavender a su lado parece silenciosa, pero no deja de mirarlo de reojo sin preguntar nada y Theo los había dejado solo. Admira el papel frente a él, donde está en primer lugar, pero no solo, para su desgracia ha sacado la nota perfecta junto con Granger; así que de alguna forma obtuvo el primer lugar de su año junto a la niña, ambos han ganado. Escuchó rumores de que Lupin se había marchado del colegio, aunque nadie había expuesto la verdad sobre él, parece ser que estaba deprimido.

Algunos lo vieron hablando con Potter, entre susurros, se puede dar una idea de qué pudo ser.

Potter no parecía odiarlo.

Al menos no tanto como Lupin debe odiarse así mismo.

—Percy me ha llamado estas noches, está preocupado, dice que no quieres hablar con él —dice Lavender con duda, como si fuera a rechazarla.

No lo hace, pero tampoco contesta.

Es el último día, así que hay un banquete. Adornado por los colores rojos de Gryffindor por ganar la copa de casas, aunque Slytherin había obtenido al final la copa de quidditch. Ve el rostro de Anthony que lo busca con la mirada, este parece saber que algo pasó por cómo frunce el ceño, pero Draco está muy lejos de intentar siquiera invitarlo a algo cuando todo es tan… complicado.

—Lo veré en algunos días, iré temprano al campamento mestizo con Nico —habla Draco, restándole importancia.

Ha bloqueado cualquier emoción de parte de Percy, pero las veces que parece más constante, la preocupación y el enojo de ser ignorado predominan.

Lavender asiente tentativamente, caminando hacia la mesa de Slytherin e ignorando olímpicamente que su casa es la que ha ganado este año la copa; una parte de él se siente cálido al respecto, pero la otra sigue pensando en esa noche.

En Zeus.

¿Eso lo hace un niño de la profecía?

No.

Percy es mayor hasta ahora, tal vez su sangre de mago impida que sea alguien digno de la profecía, cuando las profecías según palabras de Apolo no pueden verlo.

Qué complicado.

Su vida se había complicado de cualquier forma posible, no envidió los momentos en el pasado que quiso saber sobre su padre biológico y mucho menos ahora al saberlo; piensa que sería mucho más feliz viviendo su vida en ignorancia de no haber sido reclamado nunca. Al menos antes tenía la idea estúpida de que su padre estaba protegiéndolo de alguna forma, pero no, la verdad es que era despreciado y odiado por su progenitor.

Encantador.

Ahora que lo piensa.

Eso hizo de Thalia su media hermana.

¿Igual que Apolo y Artemisa?

—Tu rostro está haciendo una mueca —señala Lavender, pero le resta importancia con su mano, viendo de reojo a Dumbledore despedir a los estudiantes ese año nuevamente.

Draco mira la comida sin tocarla por mucho tiempo, cuando levanta la mirada, tanto Theo como Lavender lo ven preocupados y sonríe ligeramente.

—Creo que este año fue muy cansado. —Y probablemente el próximo sea peor.

Draco estampa su rostro a un lado de la comida (porque no va a arruinar su cutis con puré de papa), haciendo a Lavender gemir preocupada, pero Draco solamente está agotado de todo en su vida.

Quiere unas muy largas vacaciones.

Y está seguro que en el verano las va a tener, pero de mala manera.

Draco llora internamente.

Así le da la despedida a su tercer año en Hogwarts.

Fin del arco 2

Bueno ha sido una locura, tenía mis dudas si llegaría tan lejos, pero al ver que ha terminado me siento satisfecha. Tengo que editar muchas cosas cuando vuelva a leerlo para publicarlo, pero por ahora me siento feliz de sacarlo del sistema.

Muchos preguntaron siempre sobre el padre divino de Draco.

Aquí está la respuesta.

Zeus.

¿Quiénes lo adivinaron?

En realidad, había varios comentarios al respecto, también me gusto darle un guiño a mi otra historia, aunque este Orion que hizo un pacto con Zeus puede o puede que no sea algo diferente, así que pongan los ojos bien abiertos a futuro.

Esto pone las cosas muy interesantes desde muchos puntos y por qué elegí a Zeus como padre de Draco. Me gusta pensar que como Hades (quien tiene tres hijos mestizos en sus dos formas), Zeus también obtendría tres con Thalia y Jason. Pero a diferencia de ambos niños que fueron reclamados, en realidad Zeus no quiere a Draco de ninguna forma.

Si piensan que es un padre amoroso que lo protege, no, eso no va a pasar. Me baso mucho en el Zeus que se vio en las pruebas de Apolo, así que buen padre no será, pero Draco buen hijo tampoco lo será ahora.

Percy no estará feliz.

Vimos más avances entre Draco y Harry este arco, pero no son ni están cerca de ser amigos, así que veremos más de ellos en el tercer arco de la saga.

Muchas gracias a todos los que han llegado hasta aquí conmigo, ha sido un privilegio el poder crear esta historia y aunque aún quedan circo largos arcos por delante antes de concluir esta historia, me siento optimista porque en el siguiente arco pasan muchas cosas que quiero.

Espero verlos ahí también y recuerden, cada comentario me hace feliz y si, esto es chantaje emocional.