[Drabble]

Burbujas, burbujitas

—Minos x Anna—

Minos lleva a su esposa a Los Campos Elíseos. No es su lugar favorito; tanta paz lo sofoca… pero, Anna estaba feliz, y eso bastaba para él.

Advertencias: WHAT IF. / Manipulación de eventos a conveniencia. / OOC.

Disclaimer:

Saint Seiya © Masami Kurumada.

The Lost Canvas © Shiori Teshirogi.

Burbujas, burbujitas © Adilay Vaniteux/Rashel Vandald.

Aclaración: Este fic participa en el FLUFFTOBER 2024 realizado por el grupo en Facebook "Es de fanfics".

Día 26: Nuevo pasatiempo juntos.

Notas:

¡Volvemos con esta ship!

Creo que, una cosa que he adorado hacer, es "castigar" a Minos xDD.

—» Anna NO es uno de mis personajes originales, es más bien una de las monjas oscuras al servicio de Hades.


NO PLAGIEN, NO RESUBAN Y TAMPOCO TRADUZCAN SI YO NO LO HE AUTORIZADO. —Gracias.



«Este aroma a rosas me está fastidiando».

El juez del inframundo soltó un suspiro tan largo y prolongado que era casi imposible de creer. Sus ojos violetas siguieron a una mariposa extremadamente colorida y hasta brillante, hasta que se alejó en el iluminado cielo azul.

—Vamos, no hagas eso —dijo su esposa, Anna.

Ambos estaban de pie, descansos, sobre este suave y fresco pasto.

Resulta que, después de dejar a Lune volviéndose loco, él solo, con todo el papeleo que había de ser terminado este mismo día, el juez complació a su mujer, al acompañarla a un sitio no tan desagradable… Los Campos Elíseos.

Minos no estaba nada acostumbrado a estar aquí, en especial, por toda esa asfixiante paz que se respiraba, junto al pasar de distintas almas puras que habitaban el paradisiaco páramo con flores; y sin contar lo incómodo que era tener a algunas ninfas del sitio mirándolos… a él, en especial, como si esperasen… algo.

Él sabía reconocer muy bien cuando alguien le miraba con deseo. Y, de acuerdo, Minos admitía haber llevado una vida un tanto promiscua, incluso desde antes de volverse un espectro; sin mencionar la cantidad de perversiones que cruzaban por su cabeza cada vez que tenía un momento a solas con su mujer; pero, mierda… este lugar lo único que no le alimentaba, era la libido.

Ni él era tan descarado para intentar hacer algo sexual en este sitio; y eso que su querida mujer vestía una toga blanca casi transparente que dejaba ver sin problemas cada centímetro de su cuerpo.

A propósito. Era raro para el juez saber que, aunque quisiera, no podría serle infiel a Anna… porque oportunidades había tenido… era como si al admitir el amor que sentía hacía ella, se hubiese castrado a sí mismo cuando se trataba de ver a otras mujeres; incluso si estas eran hermosas ninfas.

Ahora, mirándola a ella de regreso, él volvió a suspirar. En serio, esta paz que se respiraba comenzaba a ahogarlo un poco, pero, podía tolerarlo.

—Mira, qué bonitas —comentó Anna, soplando a un aro metálico que estaba humedecido con una especie de líquido casi viscoso, extraído de lo que parecía ser un cuenco de oro.

Del aro, salieron disparadas muchísimas "bolas" transparentes que se lanzaban hacia el cielo, y luego descendían, explotando en el aire y sobre el pasto. Apenas llegaron a los Elíseos, una ninfa que usaba la imagen de una anciana, le prestó a Anna estos artefactos diciendo que le gustarían; Anna, no supo qué hacer con estos al principio, pero Minos, que ya los conocía, le enseñó. Y desde entonces, no ha parado de fabricar burbujas.

A Minos le parecía interesante cómo Anna seguía mirando las burbujas que hacía, con el mismo brillo en sus ojos, como cuando le vio a él haciéndolas primero.

—¿Quieres hacer unas? —le preguntó ella, sonriendo. Estirando hacia él, el aro.

A pesar de que, por su cabeza cruzó la idea de negarse rotundamente, su cuerpo actuó primero y aceptó hacerlo.

Anna corrió un poco desde su posición, y le pidió hacer muchas burbujas para ella. Él… no pudo negarse; hizo tantas como pudo, y la verdad, disfrutó mucho de ver a su esposa jugando con y entre ellas.

Anna era toda una mujer adulta, bastante inteligente, y aunque, como él, ella también tenía un lado muy salvaje para con los condenados en el inframundo… era en este tipo de situaciones en las que Minos se convencía de que su esposa en realidad era muy adorable.

Reía, perseguía las burbujas, las explotaba con sus dedos o estas caían en su cabeza; una golpeó la punta de su nariz.

Podría acostumbrarse a hacer esto de vez en cuando.

—FIN—


¡Gracias por leer y comentar!

No tienen idea de lo mucho que me gusta escribir a Minos "sacrificando" su comodidad para darle gusto a Anna. 7u7

Saludos y hasta pronto.


Reviews?


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