Isabella
Miro al gran alienígena azul apoyado contra la puerta del baño... del lado equivocado de la puerta y trato de hacer que mi boca funcione, pero estoy tan sorprendida que no puedo formar palabras.
Me descubrió con un pie al borde de la bañera, en esa posición mis piernas están abiertas y todas mis cosas de chica expuestas. Para colmo estaba a punto de correrme.
De hecho estoy tan excitada que jadeo por la necesidad y no puedo evitar dar otro golpe rapido sobre mi clítoris, a pesar de que Edward esta alli mirando.
Edward gime en voz alta con sus ojos brillantes, su mano baja por sus pantalones y agarra su polla atraves de la tela.
—¿Vas a seguir tocandote, pequeña?— jadeo, esta es la cosa mas atrevida que he hecho y quiero seguir tocandome.
Hay algo sucio y pecaminoso y, sin embargo, parace correcto, quiero el placer de mirarlo mientras me toco. ¿No me estaba imaginando agarrada de sus grandess hombros mientras el me penetraba?
Pensar en él es por lo que estoy aqui ocupandome del asunto a mitad del dia. Me atrae demasiado y necesito ser racional sobre las cosas, asiq ue pense en desahogarme rápido. Pero ahora, el esta aqui y me está observando tan de cerca que siento que puedo correrme solo por el la intensidad de su mirada.
—No deberias estar aqui— me las arreglo para decir, pero me sale en un jadeo, mientras mi mirada se desliza por su túnica cubierta de sudor y mas abajo donde se ve la longitud de su polla, esta se marca contra la fina tele de su ropa. Si lo que esta agarrando es un indicio, entonces algún dia hara feliz a una mujer afortunada. Espera.
Yo soy esa mujer afortunada.
No puedo evitarlo y deslizo un dedo sobre mi clítoris nuevamente, Edward gruñe, el sonido es bajo, sexy y jodidamente delicioso que tiemblo.
—Me gusta verte hacer eso— me dice. Mi aliento se atora en mi garganta, deberia decirle que se vaya a la mierda, que este es un momento íntimo. Sin embargo sigo mirando ese bulto masivo que esta en sus pantalones.
—Por favor... dime que verdad eres grande y no solo una ilusión— la mano grande de Edward se desliza a lo largo y ancho con mi mirada codiciosa puesta en ella.
—Esto es todo mio ¿Quieres ver?— su voz es ronca y profunda, sus ojos son feroces por la necesidad mientras le mira.
—S-si— gimoteo mientras trazo un circula alrededor de mi clítoris.
—Es justo— murmura —ya que me estas mostrando lo bonito que es tu coño— oh Dios dijo coño y que es bonito.
Reprimo el gemido que quiere salir de mi garganta y miro con la bica completamente seca como se quita la tunica sudorosa revelando el peho ancho y musculoso con tatuajes en su piel azul oscura.
Verlo mover eso musculos me pone incluso mas humeda y no pense que eso fuera posible. Es tan grande y musculoso que me hace imaginar todo tipo de cosas. Cuando pasa una mano sobre su pecho duro prácticamente lloro en voz alta como la mujer necesitada y desvergonzada que soy. Quiero ser esa mano. Una sonrisa curva su boca y me doy cuenta de que lo dije en voz alta.
—¿Me parezco a los machos humanos, pequeña?—
—Dios, no— casi grite. Quiero decirle que se ve mucho mejor, que es mas grande y ancho que cualquier humano. Al menos los que yo he visto.
Edward se rie de mi respuesta y luego se lleva la mano a su cinturón. Hace una pausa me mira y jodidamente me esta provocando.
—Si quieres que me vaya, lo hare—
—No te atrevas— le digo. Me arrepentiré de esto mañana, pero ahora, quiero verlo —desnudate, quitate toda la ropa.—
—Como tu quieras— dice, y esas tres palabras me provocan otro estremecimiento.
No piedo apartar la mirada cuando se baja los pantalones y dura longitud azul se ve a un mas grandre que antes, en la cabeza de su polla salen gotas de pre-semen. Es grande y gruesa, tanto que mis muslos se tensan un poco cuando me imagino como se sentiría eso dentro de mi. Mientras empieza a acariciarse la polla me doy cuenta que tiene crestas.
¡Querido señor! El hombre tiene crestas en la polla. Es como un juguete sexual andante.
Su mano se sigue moviendo cuando no aparto la vista, entonces lo veo, es una protuberancia que no habia notado antes, esta justo encima de la base de su polla. Es aproximadamente del tamaño de un pulgar, me quedo un momento en shock.
—¿Que demonios es eso?— Edward mira hacia abajo, después me mira sorprendido y hace un gesto hacia su polla.
—Es mi virilidad ¿Eres virgen Isabella?—
—No tu polla, ¡Esa cosa de arriba!—
—¿Mi espolón?—
—¿Que es y que hace un espolón?— el se encoge de hombros.
—No lo se, solo esta ahi ¿Tus machos no tienen uno?—
—¡No!— digo casi en un grito. Ahora no puedo evitar pensar en eñ vibrador conejo que estaba en el cajon al lado de mi cama. Tenia una protuberancia similar, ante el recuerdo mi se aprieta y me siento dolosamente vacia —¿Se siente bien?— el solo se encoge de hombros, otra vez.
—Se siente como un espolón— entonces la mirada de Edward se centra en mis pechos —tus pezones se ven suaves ¿Son sensibles?— mi mano se dirige hacia uno y lo acaricio con la punta de los dedos —si— me encanta el bajo gemido que hace y forma en que mira mis manos mientras me toco.
—Algun dia me dejaras tocarlos— declara, después agrega —cuando estes lista.—
—Cuando este lista— repito, aunque en este momento me siento bastante lista.
Miro como Edward vuelve a acariciar su enorme longitud, arriba y abajo, todo por esas gloriosas crestas. Puedo ver una vena gruesa que me hace querer chuparla, va desde la base hasta la punta de su polla.
—Me gusta tu cuerpo, Isabella— murmura Edward, pasando su mirada por todo mi cuerpo —¿Eso es pelo en tu lindo y pequeño coño?— el agua que cae sobre mis pechos se siente como un loco juego previo.
Mi mano se va hacia un lado de mis muslos y en ese momento me doy cuenta que no tiene ni un poco de vello corporal, a parte del poco que tiene en la cabeza.
—Los humanos tienen pelo aqui— le digo tocandome y levanto un poco la cabeza —¿Eso es un problema?— suelta un gruñido grave y que me estremece.
—Solo el problema de que me oculta tu coño— oh ¿El quiere ver? Ya sin vergüenza y casi sin aliento me pongo mas erguida, deslizo los dedos sobre mis pliegues separandolos para que tenga una buena vista de mi coño mientras se acaricia la polla.
Da un paso hacia mi y quiero decirle que se detenga, pero las palabras mueren en mi garganta, por que realmente no quiero que lo haga.
Quiero que me mire con esos ojos hambrientos, que me devore con esa mirada, realmente creo que me voy a venir con solo eso.
—¿Que es eso?— pregunta.
—¿Que es que?—
—El pequeño brote en tre tus pliegues.—
—Es mi clítoris— lo toco y gimo de lo bien que se siente.
—¿Es sensible?— murmura y se lambe los labios.
—Oh, Dios, si.—
—Tócalo dw nuevo— hago lo que me pide bajo su atenta mirada, trazo círculos alrededor de mi clítoris mientas mantengo mi pliegues abiertos para que pueda mirar, al perecer soy muy habil por que eso lo hago con una sola mano.
Mis pezones están dolorosamente apretados, y el esta tan cerca que me hace preguntarme si se va a meter en la ducha conmigo.
Empiezo a imaginarme que pone una de sus manos grandes en mi estómago y la baja hasta llegar a mi clítoris, empieza a hacer círculos despacio y va aumentando la velocidad poco a poco hasta que estoy ahí, apunto de correrme.
Me corro con un grito y dejo caer la cabeza hacia atras, continuó acariciandome hasta que estoy demasiado sensible, jadeando dejo caer mi mano mientras trato de recuperar el aliento.
Me doy cuenta de que en algún momento cerre los ojos, cuando los vuelvo abrir veo que tiene los ojos cerrados con el rostro tenso, y su mano está cubierta con su liberación.
Asi que no fui la unica que se corrió.
