El Wizengamot
El Potterverso es de Rowling
Este fic participa el la actividad "Multifandom 5.0" del foro "Alas Negras, Palabras Negras"
Tabla nº6 Verbo: despotricar
Advertencia: se menciona abusos sexuales a menores de edat
Daphne se fue a su casa, se duchó y fue a recoger a su hija en la escuela infantil.
Se apareció delante del centro y la tutora de su hija la llamó:
— Hera, ya ha venido mamá.
Una niña pelirroja con ojos azules corrió a abrazarla.
Daphne puso una mano en la espalda de su hija.
Todavía estaba debatiendo con Sebastian si educarían a su hija siguiendo las directrices de la élite sangre pura sobre mostrar los sentimientos hacia un ser querido en público.
Mandy Brocklehurst, la tutora de Hera, se giró hacia su antigua compañera de curso.
— Hoy ha habido arroz con pollo y plátano para comer. Se lo ha comido todo. Ha hecho pis a las diez y media y caca a las doce. También ha hecho todas las actividades de pintura sin rechistar y no ha habido ningún altercado con ningún compañero. — le explicó la maestra.
Daphne asintió.
Hera no solía ser una niña muy problemática, pero tenía carácter y sabía cómo defenderse.
Recogió las cosas de su hija y se fue a uno de los callejones del Callejón Diagon que permitía la aparición.
En el mundo mágico, no existían las escuelas infantiles ni los colegios hasta la edad que entraban en Hogwarts. Tras la Segunda Guerra Mágica, se construyeron esos edificios y hubo nuevos empleos de docentes para menores de once años. La propuesta se presentó por varios magos mestizos e hijos de muggles, Mandy Broklehurst incluida, al ministro Shacklebolt, quien la aprobó de inmediato y la impulsó.
Daphne nunca imaginó que una compañera de Ravenclaw de su mismo año fuera profesora de su hija. En Hogwarts no le daba ni la hora, pero nunca digas nunca.
Se aparecieron a las puertas de la mansión Peverell.
Hera se agarró a los pantalones de su madre. Se mareaba en las apariciones conjuntas. Daphne le puso una mano en la espalda por si quería vomitar. Hera solo hizo una arcada y se puso pálida, pero no vomitó.
Entraron a la mansión.
— Señora Daphne, señorita Hera. Archer les da la bienvenida. Archer preparará una taza de té para la señora Daphne y un zumo de naranja para la señorita Hera. — saludó un elfo doméstico vestido con un uniforme de mayordomo.
— Gracias, Archer.
Se fueron a la cocina donde ambas mujeres se sentaron, Hera en su trona y Daphne en una silla.
— Mamá, manos. — Hera hizo un gesto de estampar la mano contra la mesa de la trona.
— ¿Habéis pintado con las manos?
— Sí.
— ¿Te gustó?
— Sí. Y después cuadro pared. — Hera abrió los brazos.
— ¿La señorita Broklehurst colgó lo que habéis pintado en una pared?
— Sí.
— Espero que podamos verlo los padres.
Daphne abrió la agenda de su hija y leyó lo que habían hecho hoy en clase.
Efectivamente, los críos habían hecho pintura con las manos, y los mayores con los pies, para celebrar el nuevo año de la creación de la escuela. Invitaban a las familias a la celebración, no sólo los padres, también podían venir tíos y abuelos e incluso amigos de la familia.
Cuando Archer sirvió el té y el zumo, Daphne se lo tomó a pequeños sorbos, esperando la llegada de su marido. Tenía muchas cosas que comentarle de la jornada de ese día. Pero los miembros del Wizengamot salían más tarde porque tenían que preparar los horarios de las audiencias y los juicios del día siguiente o los temas que debatirían. Por eso, siempre se encargaba Daphne de recoger a Hera.
Finalmente, Sebastian entró.
— Hola, cariño. — besó a Daphne en los labios. — Hola, Hera. — besó la cabecita de su hija.
— Manos. — Hera estampó la palma de la mano en la trona.
— Han pintado con las manos para hacer un mural que colgarán en la pared para celebrar el aniversario del colegio. Los padres estamos invitados. — explicó Daphne entregándole la agenda de la niña.
— Que bien. —Sebastian leyó lo que ponía en la agenda. — Uy, también faltan pañales. Prepararé unos cuantos junto a la bolsa de la niña para cuando la lleve mañana. — Sebastian entraba al trabajo unas horas después que su esposa. Por ese motivo, él se encargaba de llevar a la niña a la escuela infantil y de prepararle la bolsa.
Sebastian se sentó y Archer le sirvió una taza de té.
Él, a diferencia de su esposa, no se crio junto a elfos domésticos y le gustaba hacer las cosas más mundanas por sí mismo. Sin embargo, decidió conservar a Archer, quien había servido a su familia materna durante generaciones y conocía la mansión como la palma de su mano. Además, Archer estaba muy unido a la madre de Sebastian, también llamada Hera, y así el chico podía aprovechar para preguntarle sobre ella. Él sólo la vio unos instantes antes de su muerte cuando se interpuso entre él y la maldición asesina en la Batalla de Hogwarts. Sin embargo, le quedaron muchas dudas sobre sus orígenes y decisiones cuestionables que tomaron sus progenitores y que murieron antes de poder resolvérselas o darle explicaciones.
— Ha llegado al Wizengamot la petición de la audiencia sobre el caso de los esqueletos de la Torre Selwyn. Será mañana por la mañana a primera hora.
— Bien. Bastian, es muy probable que los cuerpos encontrados sean los familiares de Pansy. — comentó Daphne preocupada. — No sé cómo reaccionará.
— Reaccionará mal. Estamos hablando de su madre y sus tías. Pero al menos ahora sabrá lo que les ha pasado y no tendrá la incertidumbre de saber qué fue de ellas. Creo que eso es lo mejor. — le contestó su esposo. — Su primo y ella fueron encarcelados porque fueron acusados de ayudar a escapar a sus familiares. Si con este caso se demuestra que no tuvieron nada que ver con los asesinatos, quizás se pueda solicitar reabrir sus juicios y liberarles.
Daphne no lo había pensado.
Deseaba de todo corazón que ocurriera tal y como decía Sebastian.
— Piensa que a los miembros del Wizengamot no les gusta que empañen su imagen más de lo que ya está. Bastantes manchas en su historial tienen por los casos de Hagrid y Sirius Black. — siguió él su explicación. — Si Parkinson y Selwyn resultaran ser inocentes y alguien lo filtrase a la prensa, la imagen y fiabilidad del Wizengamot volvería a quedar empañada. Y eso es algo que no quieren. Por eso, lo más sensato sería liberarles.
— Tienes razón. — esas palabras la tranquilizaron.
…..
Tras la llegada de Arthur, Molly, Verity y los cuatrillizos, Harry y Ron quisieron hablar con Verity. No querían alterarla más de lo que ya estaba, había muchas posibilidades de que los cuerpos que habían encontrado fueran sus familiares. Pero para la investigación, podría resultar útil la identidad de las personas que salían en las fotografías de los camafeos.
Molly fue a preparar la cena, Arthur vigilaba a sus nietos jugar en el jardín y Harry y Ron llamaron a Verity. Molly quiso mandarlos a hacer alguna faena para alejarlos de su nuera, pero desistió en cuanto Harry le dijo que era importante.
— Verity, hemos encontrado unas fotografías de unas personas en Selwyn Manor y nos gustaría que nos las identificaras. — decidieron mentir sobre la procedencia de los retratos. Ella no necesitaba saber que estaban junto a los cuerpos.
— Claro. Enseñádmelas.
Se sentaron en la mesa del comedor y Ron se las enseñó. Por suerte, el camafeo no quedó retratado.
La primera era la niña del primer camafeo con el uniforme de Hogwarts con la cara quemada.
— Esa es mi madre. Patricia Selwyn. En sus primeros años en Hogwarts. Pero no sé qué año era.
Sacaron otra fotografía, la del matrimonio con una niña pequeña la misma que después tendría la cara quemada.
— Mi madre con sus padres, Levin y Carysse Selwyn. Pero ellos murieron antes de que mi madre entrara en Hogwarts.
Le enseñaron una fotografía de unos bebés con el pelo negro.
— Somos mi primo Herbert y yo. Teníamos la misma edad.
— ¿Quién es Herbert? — preguntó Harry.
— Hablas en pasado. — se fijó Ron.
— Herbert Parkinson era el hermano de Pansy. Murió a los dos años de viruela de dragón. Pansy no lo conoció. — aclaró Verity.
Harry y Ron pusieron una expresión triste, pero no había tiempo de lamentaciones. Le enseñaron la foto de la niña morena con la nariz chata y el niño con pelo albino.
— Esos son Pansy y Leon de pequeños.
— Ya nos parecía que esa niña era Parkinson. — sonrieron Harry y Ron.
Ahora mostraron la fotografía de las personas con el pelo albino.
— Sé que la tía Ayshane tiene el pelo blanco, que lo heredó Leon. Pero no es la niña que sale ahí. Nunca conocimos a su familia de Rusia. El tío Lie visitó toda Europa y vino con su prometida en Reino Unido donde se casaron. Pero no vino ningún familiar de la tía Ayshane. La tía no hablaba mucho de su familia. Pero una vez me comentó que tenía un hermano. El tío Lie tampoco le dejaba mantener el contacto con su familia. Así que, no sé nada de ellos. Quizás Leon podría aclararos algo más.
— Gracias, Verity. — le agradecieron Harry y Ron.
— Por cierto, ¿dónde habéis encontrado esas fotos? ¿Y qué tienen que ver con los esqueletos? — preguntó.
— Eso es información confidencial. Pero hasta que no haya nada confirmado, preferimos no decirte nada. — le respondió Harry con cautela. Hasta que no estuviera confirmado que esas mujeres fueran sus familiares, no querían decirle nada. — Pero cuando digan algo, serás la primera en saberlo.
Verity no pareció conforme con la respuesta, pero no dijo nada.
…
A la mañana siguiente, todo el mundo se preparó para ir a primera hora al Wizengamot, Astoria se presentó a la mansión de su hermana para cuidar de su sobrina.
Todos los miembros del Wizengamot, presididos por el ministro Shacklebolt y por el líder del Wizengamot, estaban sentados en sus respectivos lugares. Los lugares que antes de las guerras ocupaban las familias de los Sagrados 28 ahora estaban ocupadas por otras personas de diferentes estatus de sangre y clase social.
El portavoz habló:
— La Oficina de Aurores solicita a los miembros del Wizengamot un permiso para extraer muestras de sangre de Leon Selwyn y Pansy Parkinson, ahora mismo encarcelados en Azkahan, y de Verity Weasley, trabajadora del Orfanato Oceane, para la resolución del caso de los esqueletos de la Torre Selwyn.
Boris Debbles, líder de la Oficina de Aurores tras el ascenso de Kingsley Shacklebolt a ministro, hizo un resumen del caso hasta ahora:
— Hace unos días, haciendo una incursión en Selwyn Manor, se encontró una torre protegida por un fidelio, que, al entrar en contacto con él, se destruyó. Al explorar la torre, se encontraron tres esqueletos que pasaron bajo custodia de la Oficina de Medimagos Forenses. Junto a los cuerpos, encontramos unos camafeos, que coinciden con varios miembros de la familia Selwyn. Así que, solicitamos al Wizengamot el permiso para tomar muestras de ADN de Pansy Parkinson, Leon Selwyn y Verity Weasley para confirmar o descartar si la identidad de los cadáveres pertenece a esa familia.
Normalmente, para solicitar un permiso al Wizengamot para la entrada a un local, el acceso a unos archivos o tomar muestras de ADN y avanzar en el caso, no era necesaria la presencia del líder de la Oficina de Aurores, sólo de los aurores que llevaban el caso. Pero, como había mortífagos relacionados, se haría una excepción.
El líder del Wizengamot, Johannes Berkeley, preguntó:
— ¿Por qué se ha encontrado esta torre ahora y no en anteriores expediciones a la mansión?
Esta vez quien habló fue Harry Potter, el auror que llevaba el caso.
— Fue por una conversación casual que tuvimos el auror Weasley y yo con nuestra cuñada, Verity Weasley, quien nos comentó que el jardín de la mansión era mayor que lo que exploramos y nos habló de la Torre Selwyn, que nunca vimos en nuestras anteriores incursiones. Pedimos permiso a nuestros superiores para que ella nos acompañara y guiara y aceptaron. El fidelio se rompió tras entrar en contacto con él y fue allí cuándo encontramos los cadáveres.
— ¿Quiénes los encontraron? — preguntó Kingsley.
— El auror Potter y yo. — respondió Ron.
— Tengo una pregunta, — levantó la mano Astor Greengrass. — ¿Por qué les dio por preguntar a su cuñada ahora y no antes?
— La información de las expediciones es confidencial y por eso no lo hablamos con nuestra familia salvo casos excepcionales. — alegó Harry.
— Y al vernos en una encrucijada y como el auror Debbles propuso volver a interrogar a los familiares de mortífagos o a Slytherin criados en mansiones, pensamos que, como nuestra cuñada encaja en el perfil, podíamos hablar con ella, no como aurores sino como familia. — añadió Ron.
Iban a añadir que no fueron justos con ella y su familia, que consiguieron que ella hablara gracias a Hermione y a sus buenas dotes de comunicación, pero Kingsley los interrumpió:
— Suficiente. Gracias, señores. Esto es una audiencia del Wizengamot, no una rueda de prensa de El Profeta. No necesitamos que nos cuenten sus tejemanejes familiares. Los hechos son que ahora se han encontrado tres esqueletos en un área no antes explorada de la mansión de unos mortífagos y tenemos que descubrir sus identidades. Bien. Me gustaría hablar con la forense, la medimaga Greengrass. Que nos hable de los detalles de la autopsia.
Daphne Greengrass empezó su explicación:
— Las víctimas son tres mujeres, dos de ellas entre cuarenta y cincuenta años y una de ellas entre treinta y cuarenta años. Alrededor de la escena del crimen se podía notar el aura de la maldición asesina y sus cuerpos no presentan muestras de que su muerte haya sido violenta. Por lo que, podemos concluir que han sido asesinadas de un avada kedavra. También presentan muestras de violencia sexual, fueron violadas antes de ser asesinadas.
— Entiendo. — respondió Berkeley. — ¿Se puede saber quiénes son los violadores?
— He podido extraer muestras de ADN de los violadores. — respondió Greengrass. — Lo más sorprendente de todo es que dos de los violadores comparten ADN con dos de las víctimas; con una de ellas en calidad de hermanos y con otra en calidad de tíos y sobrina. Ese parentesco es el mismo que tienen la señora Pamela Parkinson y la señora Patricia Selwyn con los mortífagos Lie y Treachery Selwyn. Por eso, queríamos solicitar tomar muestras de sangres de sus hijos, Pansy Parkinson, Leon Selwyn y Verity Weasley.
— Parkinson y Selwyn fueron acusados de ayudar a escapar a sus padres y tíos. Por eso, están en Azkaban. En caso de que se confirmase que los cadáveres son de esas mujeres, tendríamos que reabrir sus casos. — comentó un hombre preocupado. Más preocupado por tener que reabrir casos que por resolver esos desafortunados casos.
— Pues, en caso que se confirme que los cuerpos son de esas mujeres, habrá que reabrir los casos. — le respondió Sebastian Peverell-Aubépine.
— ¿Está diciendo que liberemos a mortífagos, señor Peverell-Aubépine? — inquirió Astor Greengrass.
— En primer lugar, Pansy Parkinson no es una mortífago, es hija de uno. En segundo lugar, si el crimen de que se la acusó hace unos años resulta ser infundado, habrá que liberarla. El Wizengamot se encarga de impartir justicia. Si nos equivocamos, habrá que rectificar. — siguió Sebastian su idea.
— ¿Y no está apoyando a su esposa, la señora Peverell-Aubépine, para liberar a su amiga? — rebatió Astor Greengrass.
La sala se llenó de un silencio tenso.
— Suficiente, señor Greengrass. Siempre que hay un juicio en el que tu hija es la forense, tienes que estar en contra de lo que solicita la Oficina de Aurores. Y ya empiezo a estar harto. — zanjó el tema Kingsley. — Por eso, he empezado la iniciativa de una ley en que miembros del Wizengamot no puedan estar presentes si un familiar suyo está involucrado o trabajando en un caso. Recapitulemos. Se han encontrado tres esqueletos que coinciden en parentesco con tres esposas de mortífagos fugados de Inglaterra: Pamela Parkinson, Patricia Selwyn y Ayshane Selwyn casadas con Humphrey Parkinson, Treachery Selwyn y Lie Selwyn respectivamente. Los cadáveres se han encontrado dentro de la residencia familiar de los Selwyn. Respondiendo a tu pregunta, Knight, ahora lo importante es resolver este caso. Lo que pase después no nos incumbe ahora. ¿Hay algo más que nos decante a que esos cuerpos pueden ser de esas mujeres? — preguntó al equipo forense.
— Las mujeres abrazaban los camafeos de fotografías que Verity Weasley pudo reconocer como miembros de su familia. En los camafeos no había rastro de algún hechizo o artilugio escondido. — respondió Artemisa Ross. — Por lo que, se puede deducir que no los cogieron para protegerlos y ocultar información.
— Entiendo. Por lo que, las víctimas cogieron los camafeos porque ese objeto era apreciado por ellas. No porque fuera un objeto de valor cuantificable. — concluyó Sebastian.
— Pero no está confirmado que los violadores sean los asesinos… — reflexionó en voz alta Berkeley. — Green, ¿ha analizado los rastros de hechizos de la escena del crimen?
Dominic Green era el encargado de analizar los rastros de hechizos de las escenas del crimen que permitía saber el tipo de varita que se usaba en un duelo o un asesinato.
— Después de analizar la escena del crimen y los rastros de avada kedavra de los cuerpos, puedo concluir que cada varita asesinó a una de las mujeres. Las varitas son: una varita de veinte centímetros, madera de nogal y núcleo de cola de thestral; una varita de madera de pino con núcleo de coral, quince centímetros y núcleo de pluma de fénix.
— Bien. Perfecto. — asintió Kingsley satisfecho. — Habrá que discutir la orden de registro de los archivos de la tienda de Ollivander también.
— Pero que se hayan encontrado tres cuerpos ahí no significa que sean de mortífagos. — siguió rebatiendo Astor. — Sólo porque haya "la hija de un mortífago" — recalcó con retintín — que fue compañera de curso de la señora Peverell-Aubépine no significa que deban seguirse sus caprichos.
— Silencio, Astor. — Kingsley ni siquiera tuvo que gritar. Su tono de voz era tan prominente (y había eco en la sala) que no necesitó gritar. — Esa teoría podría ser plausible si no hubiera habido un fidelio alrededor de la torre y siempre es mejor usar el ADN de personas con el mayor parentesco posible para poder identificar cuerpos. Parece que el único que tiene el capricho de que la investigación no se siga adelante, eres tú.
Astor se puso rojo de la ira.
Finalmente, los aurores y los medimagos forenses fueron del Wizengamot. Tenían que discutir a solas si autorizaban el permiso o no.
…
Harry y Ron comentaron lo sucedido en la sala del Wizengamot.
— Joder con el padre de las Greengrass. — bufó Ron al sentarse en la cafetería.
— Todas las familias sangre pura se llevan mal. — rio Harry.
— Lo más grave que tuvo la mía fue la pelea con Percy. Pero, pero al menos lo arreglamos.
Hermione entró en la cafetería y vio a sus amigos en una mesa.
— Nada, que el padre de Greengrass la ha llamado señora Peverell-Aubépine y le ha recordado a Peverell que es su esposa por enésima vez y ha dado a entender que este caso es un capricho de su hija mayor. — le resumió su novio.
Por mucho que trabajaran muchas personas en el Ministerio, todo el mundo se conocía y sabía quién era familiar, quién había empezado a salir. Así que, por mucho que Daphne usara su apellido de soltera en el trabajo, todos sabían que estaba casada con Sebastian Peverell-Aubépine y era hija de Astor Greengrass.
— Astor Greengrass es un sangre pura cuya familia pertenece a los Sagrados 28. — explicó Hermione. — Pero él estaba en contra de los mortífagos. Aunque lo amenazaron al final de la Primera Guerra Mágica para que testificara a favor de los mortífagos y estuvo aliado con ellos hasta al final de la Segunda Guerra Mágica cuando reveló toda la verdad ante el Wizengamot. Aun así, le embargaron algunas propiedades. Entiendo que este cabreado con todo lo relacionado con ellos. Pero ese trato a su hija mayor… — bufó Hermione enfadada.
— Siempre lo sabes todo, Hermione. — la alabó Harry. — Ojalá hubieras podido participar en la investigación. — continuó con aire nostálgico. — Empezamos los tres juntos y sólo pudimos continuar la investigación nosotros dos.
Hermione lo miró con una sonrisa triste.
— Pero ya no somos unos críos, Harry. Yo no soy una auror, no tengo cabida en esa investigación. Y sé mucho sobre los juicios porque estuve leyendo toda la información de los periódicos e intercambiando cartas con Kingsley informándome de los juicios.
En ese momento, Kingsley se les acercó.
— Chicos.
— Señor ministro. — le saludaron mientras Kingsley se sentaba con ellos.
— Han autorizado la toma de las tres muestras de Verity Weasley, Leon Selwyn y Pansy Parkinson. También el acceso a los documentos de la tienda de Ollivander.
Los tres amigos sonrieron.
Kingsley se acercó a ellos bastante serio y bajó el tono de voz.
— He conseguido también que seáis vosotros, auror Potter y auror Weasley quienes vayáis a Azkaban y seáis los aurores que acompañen a los sanadores a tomar las muestras. Porque quiero que investiguéis algo.
Harry y Ron tragaron saliva. Rara vez Kingsley se ponía serio. Era un hombre divertido e irónico. Por eso cuando estaba serio, sabían que iba a hablar de algo importante.
— Quiero que investiguéis las muertes de algunas familiares de mortífagos reclusas en Azkaban. Todas son mujeres jóvenes que han fallecido en extrañas circunstancias.
Harry, Ron y Hermione se miraron sorprendidos.
— Al principio, pensaba que podía ser por problemas de salud debido a las condiciones insalubres de Azkaban. Pero la salud afecta igual a hombres y mujeres y no ha fallecido ningún varón. Por eso, sospecho algo. No informéis a los carceleros de vuestra investigación secreta.
— Entendido.
Kingsley se despidió con un asentimiento de cabeza y se fue.
Hermione se giró hacia Ron.
— ¿Cómo estás, Ron? Quiero decir, hay muchas posibilidades de que una de esas mujeres sea la abuela de tus sobrinos. — le preguntó preocupada.
— Yo a esa señora no la conocí… pero es la abuela de mis sobrinos, como dices, y estoy preocupado por cómo puedan reaccionar ellos. O Verity. Como pueda reaccionar ella y cómo lo perciban los niños. — Ron sabía que los críos notaban si algo malo pasaba en su entorno, recordaba a su madre encerrada en su habitación llorando por los asesinatos de los tíos Fabian y Gideon y eso que él tenía poco más de un año y medio cuando sucedió. — Nosotros somos los tíos y abuelos de los cuatrillizos y Verity es su madre, será quién pase más tiempo con ellos en su casa, si Fred estuviera aquí, podría darle el apoyo como pareja y padre que ahora le hace falta. Es raro, porque tras la muerte de Fred y la violación de Percy quiero que todos los mortífagos acaben en la cárcel, incluidos los que huyeron del país. Pero como cuñado de Verity y tío de los cuatrillizos, quiero que ellos puedan conocer también a sus familiares maternos y que hagan su propia justicia.
…
Tras su jornada de trabajo, Daphne se apareció a su casa donde estaban Astoria y Hera. Ese día, Daphne salió más tarde porque tenía que actualizar el informe forense de los tres esqueletos de la Torre Selwyn con la autorización del Wizengamot.
Finalmente, Daphne se sentó en el sofá completamente agotada.
Hera fue a abrazarla. No estaba acostumbrada a estar separada tantas horas de sus padres.
Daphne le puso una mano en la espalda. Pensando en la educación de su hija. ¿Debía permitirle mostrar emociones y carantoñas delante de la gente?
— ¿Tú qué harías? ¿Le enseñarías a no mostrar emociones en público a la niña? — le preguntó a su hermana.
Astoria no se lo pensó un minuto y negó con la cabeza.
— Mira cómo están la mayoría de familias del lugar donde nos hemos criado. Destrozadas. Esas ideas de no mostrar emociones en público, de frialdad e indiferencia no lo veo como una buena forma de educar a un hijo. Y lo sé por qué lo vivimos con padre y madre. Si alguna vez tengo un hijo, rompería todas las normas que pone la élite como la nuestra. Pero claro, esa es la decisión que tomaría yo, Sebastian y tú debéis tomar vuestras decisiones.
Daphne asintió.
— Por cierto, en el juicio padre me ha llamado "señora Peverell-Aubépine" y que este caso ha sido abierto por un capricho mío por liberar a Pansy. — habló con retintín. — Si fuera tan fácil, te aseguro que ella ya estaría fuera. — bufó.
— Para estar en contra de los mortífagos, suelta las mismas palabras misóginas que ellos. El lugar de una mujer son los terrenos de la mansión y propiedades de su esposo y el marido elegido por la familia. Todavía no te ha perdonado que estudiaras medimagia forense y que te casaras con Sebastian, nieto y ahijado de mortífagos e hijo de la esposa de uno. Y eso que él formó parte de la Orden del Fénix.
— Ya le conoces.
— Cuando Draco vuelva de sus estudios en la Academia de Pociones de Nueva Orleans, también le plantearé que podamos casarnos. — murmuró Astoria. — Sé que mis padres no planearan un matrimonio para mí por mi maldición de sangre. Así que, no tengo que preocuparme por ello. Tampoco me importa que padre deje de hablarme por casarme con un mortífago y madre por casarme con una familia que haya caído en desgracia. Siempre han pasado de mí. No quieren cogerle cariño a alguien que puede morir de una maldición de sangre en cualquier momento. — susurró Astoria.
En ese momento, su marido apareció por la red flu.
— ¡El Wizengamot ha aceptado la solicitud de la Oficina de Aurores! — exclamó sin saludar.
— ¡AAAAHHH! — chillaron ambas hermanas. Hera se quedó helada al oír los gritos de su madre y su tía. Daphne la sentó en su regazo y la tranquilizó.
— No sé cómo lo hace, pero el ministrio Shacklebolt tiene un don para las palabras. — Sebastian se sentó al lado de su esposa y su hija alargó los brazos queriendo sentarse al regazo de su padre. Sebastian la cogió en brazos y la sentó encima de él.
— ¿Cómo reaccionó padre? — preguntó Astoria.
— No muy bien. Parecía que iba a ponerse a despotricar en cualquier momento. Imagino que eso será lo que hará cuando llegue a Greengrass Manor.
— Entiendo que odie todo lo que tenga que ver con mortífagos porque lo amenazaron, pero incluso hasta permitir que un inocente no salga de la cárcel o no querer que se aclare un caso… — pensó Daphne en voz alta.
— Y lo de los mortífagos no es excusa. Siguió juntándose con ellos para conseguir una cura para mi maldición de sangre, aunque siguió tratándome como si no existiera. Que yo lo agradezco, pero que no culpe a los mortífagos de que el Ministerio le embargara propiedades después de la Segunda Guerra Mágica, cuando al terminar la Primera, siguió andando con ellos. — alegó Astoria.
— Además, se casó con madre para utilizar su dote y despegar su carrera del Wizengamot. Y madre viene de una familia de puristas de sangre. Cada vez que pienso más en eso, entiendo por qué ese matrimonio fracasó. — dijo Daphne.
— En mi lucha por los derechos de los hijos ilegítimos, he visto que no hay mucha diferencia en el trato de los squibs entre los diferentes bandos de la guerra mágica: los que están a favor de los hijos de muggles y los que no. — entró Sebastian en la conversación.
— ¿Qué tiene que ver? — preguntó Astoria interesada.
— Mucho. Hay magos del bando de la luz que piensan lo mismo que los magos puristas sobre los squibs. Desde hace años, décadas o siglos, se abandona a los squibs siendo niños de once años. Depende de qué familia lo hace en el mundo mágico o muggle. Normalmente, en el mundo mágico suele ser el Callejón Diagon porque allí hay muchos negocios y hay más posibilidades de que encuentren empleo. No siempre eso pasa y muchos squibs van al Callejón Knockturn. La forma más fácil que tenían las niñas squibs de ganar dinero para conseguir comida era prostituyéndose. Sus clientes eran magos sangre pura, de familia adinerada o no. Ahora no es tan común que gente de clase media o baja se case por conveniencia, pero antes sí, por supervivencia más que nada. Algunas veces, esos clientes dejaban embarazadas a esas niñas squibs y depende de sí tenían recursos, podían abortar y otras no. Algunas decidían tener los hijos y esos son los hijos ilegítimos. Por eso, mucha gente del Wizengamot quiere boicotear mi lucha porque saben que, si se destapa ese meollo, puede salir que él o un antepasado suyo se acostó con una menor. Y también porque sería un rollo para las herencias.
— Es terrible. Completamente inhumano. — quedó horrorizada Astoria.
— Menos mal que el ministro apoya tu propuesta. — le animó su esposa.
— Sí, es lo único que me consuela. A mí me han dado las propiedades de mi madre por haber sido parte de la Orden del Fénix, pero no porque estuvieran a favor de mi derecho como hijo ilegítimo. Cuando entré a trabajar en el Wizengamot, me llamaban "el hijo de la ramera" porque mi madre se quedó embarazada con dieciséis años. — susurró el chico. — No estoy a favor de la mayoría de decisiones que tomó, pero esas palabras no se las merece. Y "el hijo de la ramera" me lo decían personas del bando de la luz.
Daphne y Astoria asintieron en silencio. Tristes. Misóginos había en todas partes. Daba igual el bando.
Decidieron salir a los jardines a tomar un poco el aire para aligerar el ambiente tenso de la conversación.
— ¿Crees que padre haya sido cliente de alguna de esas crías? — le preguntó Astoria a su hermana mayor.
— Me gusta pensar que no. Que se acostaba con prostitutas del Callejón Knocturn, sí. Porque tenía muchas amantes. Nosotras las vimos en la mansión de niñas, ¿recuerdas? Pero no descarto que, seguramente haya algún medio hermano nuestro no reconocido pupulando por el Callejón Knockturn. Pero déjame pensar que no se acostó con una cría que podría ser nuestra hermana mayor.
Soy consciente que este capítulo ha quedado un poco más largo que los demás.
Por fin aparece Astoria. Sebastian es un personaje secundario de Reginald Albertus Bloom: una nueva oportunidad de vivir. Los padres de Daphne están en su capítulo correspondiente en Drabblectober 2022.
¿Opiniones?
Hasta la próxima
