Trago Amargo
Atención: Este capítulo contiene lemon
Justo después, la malvada mujer y su rehén cruzaban el portal y desaparecían.
Serena intentaba alcanzarlo pero no lo conseguía y luego de que el portal desapareció, ella caía de rodillas llorando.
Mientras tanto, las cosas para Darien y las senshis guardianas de Chibiusa no marchaban bien...
Las senshis guardianas de Chibiusa atacaban con golpes de puños y patadas además de sus poderes pero Kula bloqueaba todo con su escudo de hielo.
Aparte contraatacaba con ráfagas de hielo que repelía a sus atacantes aunque la superaran en número.
- Esa chica es demasiado poderosa, tenemos que pensar en algo - dijo una de las senshis quien tenía cabello rojo al mismo tiempo que jadeaba y exhalaba vapor por la boca, debido al frío del ambiente
- Debió de haber entrenado todo este tiempo aún contra la ley - contestó la otra, de cabello celeste sintiendo bronca
Por otra parte Kula las observaba con una pequeña sonrisa y bostezaba no porque tuviera sueño sino en señal de provocación.
- Que aburrido... ¿Es todo lo que tienen? - preguntó la de cabello celeste relajadamente
- Tengo una idea... yo atacaré y ustedes usen su poder - decidió otra de cabello rosa claro
- Bien, Sailor Ceres, estaremos listas - contestó con el ceño fruncido una de ellas, de pupilas verdes
Dicho esto, Sailor Ceres corrió hacia Kula y atacó velozmente con ataques de puños y patadas pero la segunda nombrada los bloqueaba y respondía de igual forma; la senshi a duras penas los lograba evitar y algunos otros recibía.
Las otras senshis observaban atentas esperando la señal de su compañera para atacar.
En un momento determinado, quien peleaba con Kula rodó en el suelo a fin de evitar ataques de esta de tal modo que la de cabello celeste les diera la espalda a las otras tres.
- ¡Ahora amigas! ¡Ataquen! - gritó Sailor Ceres con el ceño fruncido
Kula volteó la vista y observó los ataques luminosos de las otras senshis dirigirse hacia ella, entonces de un rápido movimiento con los brazos trazó un pequeño haz de partículas de nieve.
Para sorpresa de las chicas, los poderes de las tres senshis golpearon contra aquel y regresaron a quienes los lanzaron en forma de copos de hielo que las golpearon de lleno, lanzándolas al suelo
- ¡Chicas! - exclamó preocupada Ceres al ver dicho panorama
Sin pérdida de tiempo, corrió hacia Kula cuando regresaba la mirada hacia ella y de un rápido movimiento con las piernas consiguió colocarse detrás de la princesa de hielo y rodearla desde atrás con ambos brazos a la altura de la cintura.
A continuación se impulsó hacia atrás valiéndose de las piernas las cuales flexionó sin soltarla y la impulsó hacia atrás dejándola caer sobre su nuca y hombros.
Luego de esto, Kula quedó boca abajo en el suelo pero no tardó en reaccionar ante un nuevo ataque de Sailor Ceres quien la atacaba con patada a fin de golpearla en el piso.
Extendió las manos hacia adelante y creó una pequeña prisión de hielo con la cual consiguió atrapar dentro a la senshi, quien se vio sorprendida.
Mientras tanto, las otras senshis se levantaban trabajosamente con los cuerpos algo entumecidos por el frío recibido.
- Gran kami... no tenía idea que ella tuviera habilidades así - comentó la de pelo celeste jadeando
- Necesito una tasa de chocolate bien caliente, estoy congelada - comentó una de sus compañeras
- ¡Miren! ¡Sailor Ceres está atrapada! - exclamó Sailor Juno, de cabello y ojos verdes, sintiéndose alarmada
Ellas exclamaban de asombro y preocupación mirando cómo la prisión de hielo que tenía encerrada a la amiga de ellas caía al suelo y se rompía, dejando ver el aturdido cuerpo de Sailor Ceres desplomarse sobre el pequeño montón de pedazos de hielo
- No tiene caso que sigan resistiéndose, Kula les asegura que no les queda más remedio que morir ante mi poder - dijo la ahora servidora de Neherenia con total calma
- ¡Tiene que volver a ser usted, jefa Diamond! ¡Lady Mercury es su amiga y está muy preocupada por usted! - le gritó con frustración Sailor Vesta, de cabello rojo
- ¿Amistad? Kula sólo existe para servir a la señora Neherenia y para pelear... - contestó la aludida con frialdad
- Escuchen chicas, tendremos que atacar entre las tres... usemos ese ataque que nos sirvió para vencer a aquella senshi servidora de Sailor Galaxia - propuso Sailor Vesta en voz bien baja
- No tenemos nada que perder, debemos defender a la reina - contestó Sailor Pallas, de pelo y pupilas celestes
Todas asintieron con la cabeza afirmativamente y sin pérdida de tiempo, hicieron una rápida pose y extendieron las manos hacia adelante.
Enseguida concentraron una masa de poder combinado que salió disparado hacia Kula quien las observó seria mientras fruncía el ceño.
- ¡Es inútil! - exclamó la recién nombrada
La ola de poder combinado chocó contra esta y generó una explosión de mediano tamaño además de una nube de humo.
Las tres senshis observaron la escena con expectativa mientras la visibilidad se iba recuperando al mismo tiempo que corrían para buscar a su compañera caída.
Con asombro vieron a Kula agachada jadeando pero cubierta con su escudo de hielo.
- Cielos... otra vez bloqueó el ataque - se quejó Sailor Juno con rabia
- Ahora verán - dijo Kula ceñuda en el ínterin que deshacía el escudo de hielo y se ponía de pie
Acto seguido extendió los brazos y como contra Erza Scarlet en la gobernación de Ciudad Aquae, creó una tormenta de nieve y hielo que levantó por los aires a las tres senshis, en medio de gritos.
Por otro lado, Endymion estaba perdiendo la batalla en contra de su maestro, el primero no tenía nada que el segundo no supiera y además este último era más fuerte y rápido.
- Es lo que me esperaba, se trata del hombre que me enseñó a pelear pero tiene que haber alguna manera de vencerlo - pensaba Mamoru en posición de guardia al mismo tiempo que jadeaba con el ceño fruncido - Charlie... recuerda quién soy, tu amigo Darien, nos conocimos cuando fui a los Estados Unidos... - habló el rey finalmente tratando de hacer que el ex piloto norteamericano recordara algo
- Nada tengo que decirte... - es todo lo que le contestó Nash
Al ver que era inútil que le hablara, el rey decidió correr hacia él y atacar con patadas que dejaban un haz luminoso de lo rápido que las lanzaba.
Pero Charlie las bloqueaba y evitaba antes de contraatacar con puñetazos y patadas del mismo tipo pero más fuertes y rápidas que las que Endymion lanzaba.
El soberano no hacía a tiempo para cubrirse de los ataques y estos le pegaban de lleno, consiguiendo tirarlo al suelo. Aún así no perdió tiempo en levantarse nuevamente e insistir con un "sonic boom", el ataque de energía luminosa en forma de media luna.
Charlie lo vio venir hacia sí y saltó a fin de esquivarlo, hacia su oponente al cual le conectó una patada voladora en la cabeza seguido de una patada con voltereta del mismo estilo de recién la cual lo tiró hacia arriba.
Mientras Darien aún no había caído al suelo, el rubio de fleco pronunciado lanzó dos "sonic boom" rápidos que dieron en su objetivo y lo lanzaron hacia atrás.
El soberano cayó al suelo pesadamente y se levantó trabajosamente con magullones en el cuerpo, sintiéndose dolorido.
- ¡Maldición! Es muy rápido Nash, creo que me conviene más esperarlo - pensó para sí mismo el hombre de cabello negro con preocupación
Él vio venir corriendo hacia sí al norteamericano y lo esperó en guardia. Consiguió bloquear los ataques que este le lanzara después de que saltó con patada y siguiera con más puñetazos.
Endymion contestó con golpes por el estilo seguidos de una patada con voltereta hacia atrás que esta vez sí golpearon a Charlie, quien voló hacia atrás y cayó al piso.
- ¡Perfecto! Tengo que seguir atacando - se dijo Darien complacido con una pequeña sonrisa
Entonces el esposo de Serena corrió hacia su oponente para seguir golpeándolo pero este reaccionó rápido al ponerse de pie y saltar por encima de Mamoru.
Este último no pudo evadir la combinación de puñetazos y patadas lanzados con suma rapidez seguidos de un nuevo "sonic boom".
El rey volvió a caer al piso y se levantó con dificultad y el cuerpo dolorido, sintiéndose aturdido.
- ¡Rayos! - se quejó el de ojos celestes con frustración y volviendo rápidamente a adoptar posición de guardia
Enseguida lanzó la misma técnica que Nash hiciera recién aunque en esta ocasión, el segundo recién nombrado ni se molestó en evitarlo. Extendió hacia adelante suyo el brazo con la palma de la mano extendida, el mismo cuya piel era en parte de color gris debido a su transformación.
La técnica del rey chocó contra esta y fue rápidamente absorbida por él, el haz de luz rodeó su brazo y desapareció antes de que la gema en medio de la frente de Nash brillara.
- ¿¡Pero qué rayos!? ¿¡La absorbió!? ¿Eso es lo que puede hacer con su transformación? - se preguntaba el de cabello negro con los ojos entrecerrados y volviendo a caer de rodillas con los puños apretados, estaba muy dolorido y agotado.
- Te recomiendo que no sigas luchando, soy más fuerte que tú - le dijo Nash caminando lentamente hacía él
En un momento determinado, tanto Charlie como Kula detuvieron sus movimientos ya que escucharon la voz de Nehellenia a través de sus cristales.
- Ya tengo en mi poder a la muchacha, pueden retirarse ahora.
Los dos sirvientes de Nehellenia vieron que hacia ellos se acercaba la Neo reina Serenity trotando, se miraron entre sí y asintieron con la cabeza sin decir nada.
Acto seguido se alejaron rápidamente de allí por la misma dirección desde la cual se habían acercado. Endymion y las senshis nada pudieron hacer para seguirlos ya que no tenían ya energía para seguir peleando.
- Cielos... son muy fuertes, estamos en problemas - murmuró Sailor Ceres levantándose con dificultad mientras que sus compañeras seguían tiradas en el suelo luego de haber recibido la técnica de Kula
Por su parte, Neo Serenity llegó junto a su marido quien seguía en el suelo de rodillas, con cara de angustia.
- ¡Se ha llevado a nuestra hija! ¡Tienen a Chibiusa! - exclamó la de odango rubio sumamente preocupada con los ojos llorosos, ayudando a levantar a Endymion
- Entonces, Charlie y la jefa Diamond actuaron como distracción... curanos a todos con el cristal de plata, por favor - contestó el soberano con una expresión de dolor en el rostro, dedujendo lo que acababa de afirmar
- Señora... hemos fallado - se lamentó Sailor Ceres sentada en el suelo, mostrándose lastimada y con el cuerpo endurecido por el frío
- No se preocupen, necesitamos saber en dónde está la base de ellos... ahora los curaré a todos - respondió Serena tratando de no perder el control por sus emociones y pensar con la cabeza fría en vez de actuar en caliente
- Nec... necesitamos avisarle a Carlos y a los demás lo que sucedió, tenemos que encontrar a Chibiusa - apremió el de ojos celestes con algo de dificultad
Dicho esto, la reina hizo uso del cristal de plata y curó a su esposo y a las guardianas de Chibiusa.
Mientras tanto...
En el templo Hikawa yacían desmayados Chad y Ralf, transcurridos unos instantes ellos despertaron lentamente.
El primero fue Ralf y luego el hijo de Yuuichirou, no tardaron nada en notar que Risa ya no estaba por ningún lado.
- ¿Risa? ¡Risa! ¿¡Dónde estás!? - alzó la voz el ex coronel mirando para todos lados
- ¿Se habrá ido sola por ahí a buscar ayuda mientras nos desmayamos? - preguntó el de cabello castaño pensativo - Yo sentí un pinchazo y después me desmayé - añadió haciendo memoria
- Lo mismo yo, esto me da mala espina... - concordó el de ojos cafés frunciendo el ceño - Voy a buscarla por todo el santuario a ver si aún anda por aquí - decidió acto seguido
- Lo mismo haré yo, también la buscaré - dijo Chad tomándose la cabeza ya que todavía se sentía algo aturdido por el sedante
El padre de Risa asintió con la cabeza y tanto él como Chad caminaron cada uno por su lado y recorrieron exhaustivamente Hikawa en busca de Risa pero, no la encontraron.
Todo les daba a indicar que la joven había salido del templo.
El primero en volver al mismo lugar donde se encontraban antes fue Ralf, claro estaba que se sentía frustrado y preocupado por no haber hallado a su hija.
Se paseaba intranquilo de un lado al otro y rugía de rabia. Al girar la vista hacia su izquierda vio el sitio donde la gente realizaba las oraciones y se acercó lentamente a él.
- No rompo a pedazos este estúpido altar por consideración a mi ex esposa y a mi hija... sólo es un montón de madera que no sirve de nada, ¿dioses? Si, claro... solo son farsantes que en verdad no existen - murmuró Ralf apretando los dientes, mirando el sitio mencionado con desprecio
En el ínterin que el hombre todavía se quedaba allí llegó el hijo de Yuuichirou, luego de haber recorrido también todo el lugar.
- Señor Jones, ¿Está realizando un pedido? - preguntó Kumada hijo seriamente
- No precisamente... soy ateo, no creo en esa estupidez de dioses o demonios... pero respeto a mi hija y mi ex esposa que profesan esta religión, no las critico... personalmente a mí no me gusta ni un poco la religión y mucho menos ahora, ¿Encontraste a Risa o alguna pista de ella? - explicó el de cabello castaño preguntando lo lógico
- No, no está por ningún lado... no quisiera pensar en lo peor pero... tal vez la hayan secuestrado también - dedujo el muchacho con preocupación - ¿Entonces usted no cree en Kami Sama? - indagó acto seguido
- ¡Maldición! Sólo adentro de la casa no busqué - bramó Jones de rabia - Y no... yo creo en mí mismo y en estos... - agregó meneando la cabeza negativamente y alzando los puños además de cerrarlos
- Yo ya lo hice y tampoco está - contestó Chad alzando los brazos llamándolo a que se calmara
- Lo peor es que pienso lo mismo, lo más seguro es que alguien nos haya seguido hasta aquí y usado algún tipo de dardos tranquilizantes para dormirnos, jamás me desmayé como me pasó hace rato, lo más factible es que haya visto que yo estaba presente - bufó el imponente musculoso de fastidio observando a todos lados
- Escuche, puedo llamar a casa de mis padres y pedirle a mi papá que destine personal para buscarla a ella y a la señora Rei... - propuso el de cabello castaño con el ceño fruncido
- Haz como gustes, a ver si él te escucha después de que te echó a patadas por engreído y mentiroso - dijo el de ojos castaños oscuros de modo cortante
- Pues, no lo niego que así me he portado y lo tengo merecido, pero haré el intento - aseguró el chico apretando los puños con amargura
- Voy a seguir buscando a mi hija por otros lados y a dar el parte en la gobernación para que la busquen también, si logras averiguar algo me avisas - afirmó el ex jefe de guardia de Ciudad Ígnea ya caminando hacia la salida con el rifle en una mano
- No se preocupe, ahora voy a telefonear - asintió afirmativamente Chad con la cabeza en referencia a la casa de su padre
Transcurridos unos instantes, Yuuichirou llegaba a su casa proveniente del trabajo, su esposa también hacía lo mismo mientras que alguien del personal doméstico se acercaba a recibirlos al mismo tiempo que dejaban los zapatos en la entrada.
- Buenas señores, la comida ya se encuentra lista, ¿Van a comer ahora? - preguntó el mayordomo con sumo respeto
- Gracias, sí puedes ponerla ahora que vamos a comer algo, luego debo volver a salir - contestó el empresario amablemente con una pequeña sonrisa
- Llegaste más temprano hoy, querido - comentó Chuubou besándolo en el ínterin que el empleado se inclinaba levemente
- Sí es que vine a dejar unas cosas aquí y aprovecho para comer algo en casa, avisé antes de venir para que la prepararan y luego debo regresar a la empresa - comentó el de cabello largo castaño con seriedad
- ¿Sabes querido? Me pregunto si nuestro hijo estará bien, si necesitará algo o no - dijo la mujer bajando la vista algo apenada
- Lo mismo yo... pero mi decisión fue la correcta, debe de arreglárselas sólo para que aprenda que no es el centro del mundo y a ver lo que es ganarse la vida y el dinero sólo, si bien era un buen estudiante y empleado... nunca supo lo que es eso - dio Yuuichirou su punto de vista con total franqueza - Sólo me inquieta algo que haya estado con Rei este tiempo... si no hubiera visto las pruebas firmes en su contra no lo hubiera creído de ella, aún así le guardo un profundo afecto y espero que aún conserve algo de lo que ella ha sido antes - agregó acto seguido
- ¿No has visto las noticias? Ella desapareció y la están buscando - informó su mujer observando bien la reacción que su esposo tendría
- No he tenido tiempo de ver la tele ni escuchar la radio, tampoco de leer el diario... me estoy enterando recién ahora, ¿Cuándo pasó eso? - aseguró preguntando Kumada, impactado y sorprendido
No podía evitar preocuparse mucho por ella a pesar de decepcionarse como se decepcionó, dentro suyo tampoco podía dejar de plantearse si acaso Rei no cambió para mal por culpa de Ralf.
- Fue hace unos días, desapareció y las fuerzas de seguridad la están buscando por todas partes, creí que lo sabías - señaló Chuubou con calma y suspirando
En eso, el mismo empleado de antes llegó de nuevo ante los Kumada a paso ligero.
- Disculpe señor Kumada, al teléfono está su hijo el joven Chad - afirmó el mayordomo
- ¿Chad? ¿Qué pasó qué te dijo? - quiso saber el aludido mirándolo sorprendido al igual que su esposa
- No, sólo me dijo que deseaba hablar con usted - contestó el empleado doméstico
- Bien, tomaré la llamada en mi despacho - decidió Yuuichirou con firmeza
Entonces tanto él como su mujer caminaron de prisa al sector mencionado de la casa y quien atendió fue él luego de que llegaron.
- ¿Hable? - saludó el de cabello largo castaño con seriedad ante la expectativa de Chuubou
- Hola... papá, ¿Cómo andan por ahí? - contestó de igual forma la voz de Chad
- Pregúntale si está bien - pidió la mujer de igual manera que antes
- Bien, aquí estamos trabajando y ocupados, descansamos cuando podemos y vamos saliendo adelante - respondió el hombre con tranquilidad - ¿Y tú como te encuentras? Supe que encontraste alojamiento, tus amigos no te recibieron... ¿Verdad? - quiso saber acto seguido
- La verdad... no, uno tras otro se hicieron los desentendidos y me dieron la espalda pero la señora Rei se ha portado bien conmigo y me dio techo, comida y trabajo - comentó su hijo al otro lado de la línea
- Supe recién del escándalo en torno a ella y su gestión como gobernadora, ¿No te ha maltratado? - preguntó su padre frunciendo el ceño
- No, como te dije... se ha portado bien conmigo, es exigente y estricta y temperamental, no me regala nada y estoy agradecido con ella - contó Chad algo de su situación actual
- Después quiero hablar con él - pidió Chuubou mostrándose ansiosa
- Y dime... ¿Qué se te ofrece? Si es para que te deje volver a casa mi decisión sigue firme, primero pruébame que cambiaste, hasta entonces olvídalo - respondió Yuuichirou asistiendo afirmativamente con su cabeza mientras miraba a su esposa y hablando con firmeza
- Lo sé, papá y lo haré pero no te preocupes que no llamaba para eso, estoy llevando adelante Hikawa sólo desde que la señora Rei desapareció, tal y como tú lo hiciste bajo la tutela de su abuelo - informó el chico con calma
- Eso me parece muy bien, te hará muy bien el camino del zen y el sintoísmo, es un buen comienzo - dijo su papá complacido de escuchar que su hijo estaba progresando
- Sí y puedo asegurar que estoy teniendo buenos resultados, pero llamaba para pedirte un favor, Risa ha desaparecido al igual que su madre - comunicó Chad suspirando de preocupación
- ¿¡Cómo!? ¿Cuando pasó eso? - exclamó Yuuichirou sorprendido ya que no se lo esperaba
- Hace un rato, ella y su padre vinieron al santuario buscando información de la señora Rei, el señor Jones y yo caímos dormidos y cuando despertamos, ella ya no estaba - puso al tanto el hijo a su padre sobre la situación
- No puede ser... ¿¡Cómo pudo pasar eso!? - preguntó el empresario alzando la voz
- ¿Qué pasó? - indagó su mujer preocupándose al ver la reacción de su marido
- Tanto el señor Jones como yo, sentimos un pinchazo y luego caímos desmayados... creo que alguien los siguió hasta aquí y se la llevó, llamo para pedirte que si puedes poner a todo tu personal de seguridad a buscarla a ella y a la señora Rei - contestó el muchacho yendo al grano
- Hasta la pregunta ofende, desde luego que sí lo haré, ordenaré que hagan una intensa búsqueda por ambas y te llamaré si averiguan algo - respondió su padre con decisión y seguridad
El empresario conversó un rato más con su hijo antes de pasarle el teléfono a su esposa quien también charló con él y le preguntó de todo además de enterarse de lo ocurrido con Risa.
Ciudad Lignum. Casa Kino-Still.
Ya iba cayendo la noche en la megalópolis del país del sol naciente cuando frente a la casa, en la vereda del lado opuesto de la del hogar del jefe de guardia de Ciudad Lignum se encontraba estacionado un auto.
Al volante se encontraba una muchacha con uniforme de senshi y cabello castaño que le sobresalía por la capucha de un nuevo buzo que había conseguido, este de color negro.
Se veía claramente ansiosa y tamborilleaba los dedos sobre el volante.
A su lado, en el asiento del acompañante estaba la misma muchacha de cabello corto albino que había llegado al palacio Edén a reclutarse.
Iba vestida con un vestido de cuero color blanco y medio rostro de ella cubierto con un antifaz del mismo color, la cabeza iba cubierta de un gorro del mismo tipo que usaban las nadadoras para la pileta, de color negro.
- ¿Hasta cuándo esperaremos? - quiso saber Lisanna a su compañera
- Hasta que esa perra llegue, dijo que venía en camino - contestó Dark Júpiter en referencia a Erza Scarlet
- No entiendo para qué venía, no la necesito para lo que vengo a hacer - afirmó la albina de cabello corto seria con cierto tono de fastidio
- Ella también quiere unirse a la "fiestita", parece que a ella también le gusta el sujeto - la miró la de ojos verdes con una leve sonrisa bajo la sombra que le hacía la capucha en el rostro
- Quisiera no compartir mi momento con él - bufó la hermana menor de Mirajane y Elfman, de molestia
- Explícaselo a ella, se le metió la idea en la cabeza y no hay quien se la saque... - aseguró la senshi riendo levemente
Unos segundos más tarde sintió a alguien acercarse hacia su lado en el ínterin que Lisanna permanecía con la vista baja y algo molesta.
- Aquí estoy, llegué finalmente - saludó la pelirroja con una sonrisa, lucía un elegante vestido de seda color azul oscuro que había cambiado por el uniforme que llevaba puesto en Hikawa
- ¡Era hora! ¿¡De puede saber porqué me haces esperar tanto!? - protestó Makoto con el ceño fruncido, mirándola fastidiosa
- Recién vengo de dejar a mi presa en el lugar de reunión, fue todo un éxito - dijo la de ojos marrones
- ¿Tuviste algún problema? - quiso saber Dark Júpiter suspirando
- No, solamente llevé un rifle con dardos tranquilizantes, los puse a dormir y listo, la muchacha se me resistió pero no pudo conmigo - informó Titania con calma
- Bien, pues me iré preparando ahora, la mía está adentro de la casa y debo actuar ahora - sonrió Mako con maldad apretando los puños en el volante
- ¿En serio debo compartir mi momento con el jefe Still contigo? - preguntó Lisanna a Erza sintiendo molestia
- Desde luego, no pienso perderme de disfrutar a ese bombón y la señora me autorizó, además... hay que reducirlo primero, ¿No? - respondió Scarlet con total despreocupación al mismo tiempo que la albina realizaba una mueca de fastidio
- Debo moverme ahora antes de que el papá de la chica regrese a la casa - aseguró Dark Júpiter con seriedad
Por su parte, la hija de Clark y de Makoto ya había llegado desde hacía un rato del curso de cocina con la guardia de escolta la cual se había quedado frente a la puerta vigilando, había tomado un baño y ahora lucía con la bata del baño cubriendo su cuerpo y una toalla envolviéndole la cabeza y los pelos.
Se hallaba ahora en la cocina preparando la cena para cuando llegara su padre de la gobernación, su preocupación por su madre no cesaba y buscaba mantener su mente ocupada en labores diversas aparte del curso de cocina.
Se alarmó cuando oyó ruido de pelea proveniente del patio de afuera, de la calle y enseguida allí fue a mirar.
Al llegar al living y mirar a través de la ventana, notó a los guardias tirados en la vereda pero no vio a nadie más y eso le trajo muy mala espina.
Rápidamente, Lita volvió sobre sus pasos y buscó en su cartera la cual se encontraba sobre la mesa del comedor, el celular para llamar a su papá.
Justo cuando iba a hacerlo, notó que la luz eléctrica se había ido y toda la casa se quedó a oscuras.
- Por el kami... ¿Justo ahora se tenía que ir la luz? ¿Qué habrá pasado? - murmuró la rubia en voz bien baja al mismo tiempo que paseaba la vista por el lugar
En ese momento sintió ruidos provenientes del patio del fondo lo cual la puso más intranquila aún.
De modo que buscó la aplicación de la linterna para su celular y con eso se hizo luz.
- ¿Hay... hay alguien ahí? - preguntó con la voz algo temblorosa caminando lentamente hacia la cocina
La chica cruzó la zona recién mencionada y salió al patio trasero, encontró las luces también apagadas y solamente la luz de la luna y las estrellas.
Entonces la muchacha caminó hasta el fondo que era donde sabía que estaba el galpón con el tablero de las luces a fin de revisarlo.
Cuando iba camino hacia allí vio una sombra pasar corriendo frente a sí pero que no pudo distinguir quién era.
Fue entonces que Lita lo pensó mejor y resolvió volver sobre sus pasos.
- Creo que no debí salir de la casa, tengo que llamar a papá ahora - pensó la rubia de ojos azules
Sintiéndose asustada trotó de vuelta hacia la casa pero antes de llegar ella hasta allí, sintió unos fuertes brazos rodeándola por la cintura y una mano con un pañuelo rociado con algo el cual quien había entrado, le tapaba la nariz y la boca.
Lita trató de soltarse pero era inútil, quien había entrado la sostenía fuertemente y no la soltaba. Sentía la cabeza darle vueltas además de los brazos y las piernas flojos como así también las fuerzas abandonarle hasta que perdió el conocimiento.
Ella soltó el cuerpo de la joven el cual cayó al piso desmayada, sacó un teléfono de uno de los bolsillos del buzo y marcó un número.
- Aquí Sailor Dark Júpiter, tengo a la muchacha - habló secamente la de ojos verdes
- Muy bien, Júpiter, tráela aquí de inmediato - contestó una voz masculina del otro lado de la línea
Makoto cortó y al bajar la vista observó los rasgos faciales de la chica y se sorprendió algo.
- Cielos... esta chica se parece bastante a mí - pensó acto seguido abriendo grande los ojos
Ella se quedó unos segundos contemplándola, ¿Será sólo casualidad? ¿Tendrá alguna relación con ella o no?.
Ese parecido le despertó la curiosidad pero igualmente cargó su cuerpo y lo puso sobre uno de sus hombros e ingresó en la casa.
- Tal vez debería ver alguna foto de ella con la familia - pensó a continuación justo antes de sacar su visor para poder usar la visión nocturna
Justo cuando lo iba a hacer, sintió sonar el celular y cuando lo atendió vio un mensaje de Erza. "¿Ya terminaste? Según dice Lisanna, el jefe Still sale de la gobernación justo a esta hora y debemos prepararnos".
"Fácil y rápido, la presa está en mis manos, suerte a ustedes, perras" contestó Makoto con otro mensaje
Dicho esto, salió de prisa abriendo la puerta principal y luego de cerrarla caminó entre los guardias vencidos y se dirigió al auto.
- ¿Quieres unirte a nuestra fiesta? - preguntó la de cabello rojo a la castaña cuando se encontraron
- No gracias, ese rubio musculoso es guapo sí pero, demasiado correcto para mi gusto, disfrútenlo ustedes - afirmó la de ojos verdes caminando hacia el vehículo entre las dos chicas - ¿Podrán volver bien después? Porque voy a usar el auto y yo no tengo cara de taxista - preguntó acto seguido
- Estaremos bien, gracias - respondió la albina secamente
Dicho esto, Makoto subió al auto con Lita desmayada en el ínterin que Erza y Lisanna se ocuparon de esconder los cuerpos de los guardias e ingresaron a la casa.
Júpiter se fue teniendo la sensación de percibir algo familiar en Lita más allá del rostro pero, no sabía lo que era y eso la desconcertaba un poco.
- Por lo visto, Júpiter cortó la luz antes de realizar el golpe... - comentó la de cabello blanco mirando por el interior del hogar, cuidando de no chocarse nada
- No devolvamos la energía, ven... vamos a prepararle al jefe Still una buena bienvenida - dijo Scarlet adelantándose y buscando la cocina
Por otro lado...
Ralf se había pasado todo el día recorriendo la ciudad en busca de su hija luego de avisar en Nukureo Kaseigan y el palacio Edén pero no tuvo éxito... su hija no se encontraba por ningún sitio.
De modo que decidió dirigirse al puerto de Ciudad Ígnea, más específicamente al barco de Elfman a fin de indagar si Risa había ido a ver a Mirajane o no.
No sabía porqué el corazón le latía fuerte y estaba intranquilo además por la inminente ocasión de volver a verla, como ya no tenía expectativa de regresar con la albina, no creía conveniente verla pero... la situación lo requería.
Al llegar, quien lo recibió fue el capitán del barco que fue a quien el ex coronel encontró primero en uno de los corredores luego de ingresar.
- ¿Tú por aquí de nuevo? Aún no sale del hospital el marinero que golpeaste, deduzco que vienes a ver a Mirajane - lo saludó el moreno musculoso con seriedad
- Sí... es que deseo hacerle una pregunta, mi hija ha desaparecido y quiero saber si acaso ella vino a verla o no... - explicó el ex jefe de guardia en referencia a la albina
- No y no sé cómo es tu hija pero... mejor preguntárselo a ella misma, aprovechando que estás aquí creo necesario decirte algo - comentó el de cabello blanco con calma y seriedad
- Que sea rápido, no tengo tiempo que perder y debo seguir buscando a Risa - accedió el de ojos cafés de igual forma
- Desde que llegó a mi barco y por lo que me han dicho los marineros que han tratado con ella... Mirajane ha estado triste y yo la noto así ahora que ando más cerca de ella y estoy seguro que es por ti, ¿Qué fue lo que pasó entre ustedes? Ella no desea decírnoslo y no quiero forzarla pero deberían resolver sus diferencias - habló el capitán del barco yendo al grano directamente y el semblante de Jones se ensombreció al oír eso
- Mira... ella se fue de mi casa por voluntad propia sin dar explicaciones y estábamos bien, yo estaba superando un fracaso anterior y ella me estaba ayudando, nada puedo hacer... ya vine una cuantas veces a intentar convencerla pero a nada he llegado, no quiere saber nada de mí y yo no estoy para rogarle a nadie - explicó Ralf suspirando de resignación
- Tal vez haya sido eso, tu relación anterior que no superaste, Mirajane no es plato de segunda mesa de nadie - dedujo el alto moreno robusto en tono cortante
- No es eso, te digo que ella me estaba ayudando a superar a mi ex esposa y lo estaba consiguiendo, ella era consciente de mi situación y se ofreció a hacerlo, teníamos claro que si yo no lo conseguía... cada quien se iría por su propio lado - rememoró el de cabello castaño oscuro amargamente - ¡Ella dice que consiguió otro novio y que lo de ella conmigo fue sólo una aventura pasajera, cuando lo que me había dicho era otra cosa! - alzó la voz molesto extendiendo los brazos
- Pues yo no he visto a nadie con ella... otra cosa debe de ser, aunque sea cierto lo que dices, no creo buena idea el haber entablado una nueva relación sin haber superado la anterior, tendrían que haber esperado más tiempo antes de enredarse, si todavía hay la posibilidad de hacerlo - expuso Elfman su punto de vista y contando lo que notó y vio
- Mirajane me gustaba cuando empecé mi relación con ella y mi matrimonio estaba muy mal desde hace mucho, ya tenía pensado acabar aquel de todos modos - rememoró el de ojos cafés lo que sentía en aquel momento y que lo llevó a aceptar a la albina como más que una amiga y a reconsiderar su decisión de no tener una relación estable más
- Aun así sigo pensando lo mismo, en fin, antes de llevarte con ella deseo saber si en verdad la quieres o sólo la usaste para sacarte las ganas, tú ya sabes a lo que me refiero - señaló el de pelo blanco en tono serio
- Jamás la usaría para sacarme las ganas, en verdad la quiero pero si es ella la que no me quiere, no voy a obligarla a estar conmigo - respondió Jones con total seguridad asintiendo con la cabeza
El capitán del barco asintió con la cabeza e hizo lo mismo, acto seguido juntos fueron a la habitación que la chica ocupaba en el barco después de fijarse en la cocina.
- Puedes esperar aquí, ella había ido a una audiencia en Ciudad Metallus y debe de estar por llegar - dijo Elfman antes de retirarse de allí
Una vez que se quedó sólo, Ralf se sentó en la cama y mientras miraba el suelo se quedó pensando sobre su vida, sus hijas eran lo único que le quedaba luego de la separación con Rei, el abandono de Mirajane y la muerte de Haruna, la reciente desaparición de Risa lo hizo sentir que aquella estaba de mal en peor.
Enseguida pensó en los secuaces de Nehellenia y en el secuestro, ya que otra opción no había como autores del hecho.
No perdía las esperanzas mientras que no se confirmara nada malo y irreversible respecto de Risa.
Mientras esperaba a la albina, decidió mensajear a Leona quien estaba en su casa vigilando a fin de informarle sobre el hecho y de paso preguntar por Aya, su otra hija.
Transcurridos unos cuantos instantes, la ex luchadora llegó al barco proveniente de la audiencia, lo primero que hizo fue avisarle a su hermano que ya había llegado antes de dirigirse a su cuarto a cambiarse de ropa.
Fue grande su sorpresa al ver que Ralf había estado allí esperándola y sintió de nuevo como un pinchazo en su corazón como así también dolor de verlo de nuevo.
Parte de ella quería abrazarlo y besarlo pero se contuvo y lo disimuló muy bien.
- Ralf... ¿Qué haces aquí? Ya te dije que no quería volver a verte - saludó la de ojos azules en tono cortante
- Quédate tranquila que no vine para eso, es por otra cosa... - contestó el ex soldado en el mismo tono
- ¿Seguro? No olvido aún como le rompiste la cara a uno de los marineros que viste conmigo y que pensaste que estaba cortejándome - recordó la albina dejando su bolso sobre la cama al lado de él y mirándolo seria
- No pude contenerme, ¿Ok? Pero no vengo para hablar de ese tema, ¿No ha venido a verte Risa? - quiso saber el musculoso resoplando de fastidio
- No, no la he visto desde que abandoné tu casa en Ciudad Lignum, ¿Porqué lo preguntas? - respondió ella pensativa
- Hoy fui con ella a Hikawa porque Rei desapareció, vimos que Chad Kumada está trabajando allí y en un momento caímos desmayados cuando estábamos hablando y al despertar, mi hija ya no estaba... desde entonces la he estado buscando por todo Tokio de Cristal y no aparece - aseguró Jones mientras sentía vibrar su celular
- ¿Chad Kumada en Hikawa? ¿Entonces allí fue desde su casa? - preguntó Mira sorprendida
- Sí, según dice, su padre lo echó de la casa y lo desheredó, se está reformando según asegura - recordó Ralf con el ceño fruncido
- Bueno pues... espero que él tenga éxito en ello, no deja de preocuparme la desaparición de Risa, espero que no le haya pasado nada malo - afirmó la ex camarera suspirando
- Vine aquí para ver si tenías noticias de ella pero por lo visto fue inútil - dijo él alzando la voz sacando su teléfono
Al chequear sus mensajes, vio 3 mensajes nuevos, uno era de Mina enviándole una foto suya en bikini la cual la hacía ver muy sexy, el otro era de Serena avisándole del secuestro de Chibiusa.
- ¿La princesa también secuestrada? Rayos... la situación es preocupante - dijo ella sorprendiéndose - Esa chica que te envío la foto... estaba conmigo en la audición, ¿Desde cuando se ve contigo? - preguntó Mira sin poder evitar molestarse por lo que había visto
- ¿Y eso a ti qué te importa? No olvides que tú me abandonaste - respondió cortante Jones antes de mirar el tercer mensaje
Fue ese mensaje que lo acabó de alterar: "Tu hija está en nuestro poder, no hables con nadie y no hagas tonterías o no volverás a verla... viva".
Jones guardó el teléfono mientras Mira acababa de ver el mensaje y lo veía salir rápido de su habitación.
Ella se sentó en la cama quedándose preocupada por la suerte de la chica, se trataba de una amiga muy querida para la ex luchadora y al mismo tiempo, golpeaba el colchón de la bronca de haber visto el anterior mensaje de Mina en el celular de él, pero sabía que no tenía derecho a cuestionarle puesto que él estaba en lo cierto en lo que dijo.
Ralf había salido del barco a paso ligero sintiendo una enorme frustración y rabia, aquel mensaje era la confirmación de las sospechas que tenía.
Se detuvo al lado de un grupo de enormes y pesadas cajas al mismo tiempo que daba vueltas y se agarraba la cabeza.
- ¡Maldición! - bramó el ex coronel golpeando fuertemente con un puñetazo acompañado de una explosión, el grupo de cajas a su lado
Aquel se rompió en pedazos y se desplomó ante la vista de un Ralf furioso a pesar de ser bastante alto.
Ciudad Lignum.
Clark había salido ya de su trabajo a la hora de costumbre luego de haberse despedido de Haruka, ahora conducía su Ford Mustang rumbo a su casa la cual se encontraba a media hora del palacio Edén.
Había sido un día más de búsqueda por Rei y además ahora también se habían agregado Risa y la princesa, ya que fueron anoticiados por Ralf de dichos secuestros.
- Rayos... las cosas les están saliendo bien a los malos, evidentemente están actuando con astucia y aprovechando bien la presencia de Erza en sus filas además de su vasto arsenal de armas, debemos ser cautelosos o dañarán a los rehenes... - pensaba el musculoso rubio norteamericano en el ínterin que manejaba con preocupación
Al avistar su casa ya desde el Mustang, a Clark se le encendieron los sentidos de alarma al no ver a ningún guardia en la puerta de la misma.
Por lo que se apuró hasta allí y estacionó el auto justo frente a la casa.
Al bajar y abrir la puerta, su preocupación aumentó aún más cuando quiso prender la luz y esta no andaba, llamó a Lita en alta voz y ella no contestó.
- Es raro... en todas las demás casas hay luz eléctrica normalmente y sólo en la mía no, aparte aquí jamás se ha cortado la luz a menos que... - murmuró el ex teniente con el ceño fruncido y sacando el teléfono
Acto seguido mensajeó a Haruka y a Ralf a fin de avisar que algo raro había pasado en su casa.
Él tenía visión nocturna incorporada en sus lentes negros por lo que la activó y a paso lento avanzó por el living y llegó al comedor.
Se desconcertó al notar unas velas apagadas y una botella de champaña en una cubetera más un par de copas sobre la mesa.
- ¡Lita! ¡Muchachos! ¿Dónde están? - llamó de nuevo en alta voz pero sin obtener respuesta tampoco
La casa estaba a oscuras y al probar las demás luces vio que tampoco funcionaban, era evidente que alguien había hecho cortar la energía eléctrica lo cual lo hizo tener un mal presentimiento.
- Rayos... no quisiera creer que mi hija también... - pensó el ex teniente preocupado además pensando en los guardias
Entonces decidió hacer una inspección por toda la casa aparte de ir al fondo a revisar el tablero de la luz y rápidamente, adoptó posición de ataque.
Cuando se estaba dirigiendo al cuarto de Lita escuchó una voz de mujer que reconoció de inmediato.
- Buenas noches, jefe Still, espero que haya tenido usted un buen día.
Él giró la cabeza de inmediato en dirección al lugar de procedencia y vio salir de la cocina a una silueta femenina.
- ¿Erza? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde está mi hija? ¿Y la vigilancia que había puesto? - interrogó alarmado él al mismo tiempo que la chica se dirigía a la mesa, sacaba un encendedor y prendía las velas
- Tranquilo... tu hija está con vida, en cuanto a los guardias... no corrieron la misma suerte - le sonrió ella despreocupada y observándolo
- Por lo visto sigues bajo el control de Nehellenia... ¿Qué hicieron con Lita? - siguió hablando Clark de mala manera sin abandonar la posición de guardia, mostrándose listo para combatir
- Ya te dije que ella está bien, sólo no hagas estupideces y así seguirá, ¿De acuerdo? - contestó Scarlet sonriendo en el ínterin que servía bebida en las dos copas
Clark prestaba atención al vestido de ella el cual era ajustado y escotado el cual le marcaba los pechos.
- Toma, bebe y relájate - invitó Erza sosteniendo una copa y alargándole la otra a quien fuera su superior
- No quiero tomar nada, ¿Qué es lo que quieres? ¿Sacaste la champaña que tenía guardada para una ocasión especial con mi esposa y mi hija? - interrogó rechazando la copa
- Bueno... ocasión especial es ésta sólo que... no será con ellas... vine a por ti... - dijo la de cabello rojo en tono seductor y acercándose lentamente a él quien la observaba con desconfianza
- ¿Cómo? ¿De qué hablas? - siguió el de lentes negros con sus preguntas - Ya te dije que no quiero tomar nada - alzó la voz volviendo a rechazar la copa que ella le alargaba de nuevo
- Bueno... si no quieres hacerlo no te obligaré aunque yo sí lo haré - río levemente Titania dejando una de las copas sobre la mesa y bebiendo la otra - Mmmmhh deliciosa y bien fría mejor aún, ¿Recuerdas que en el palacio Edén te dije algo? Vine a estar contigo... tú me gustas... - añadió yendo al grano acercándose de nuevo al hombre
Ella intentó besarlo en el cuello pero él se lo impidió y le dio un leve empujón.
- Olvídalo, yo amo a mi esposa y la respeto aunque esté en poder de tu jefa igual que tú, no voy a traicionarla aunque me parezcas atractiva, sólo eres una amiga para mí - respondió Clark firmemente
Erza le sonrió y se dirigió a la mesa, acto seguido se sentó sobre la misma y cruzó las piernas además de descubrirlas para el lado de él.
- ¿En serio te parezco atractiva? Eso ya es algo bueno... admiro tu fidelidad pero, me temo que no tienes otra opción - contestó la de ojos marrones sugerentemente guiñándole un ojo
Clark se desconcertó al oír aquello y volvió a adoptar posición de guardia, Erza sólo se limitó a sonreír pero no le dijo nada. El rubio sintió a alguien más acercarse por detrás suyo, no pudo reaccionar a tiempo ni ver quién era puesto que sintió un fuerte golpe de algo duro en su nuca y cabeza lo cual lo hizo perder el sentido.
El ex teniente se desplomó en el suelo desmayado al lado de la mesa al mismo tiempo que la pelirroja lo observaba.
- Espero no haberle dado muy fuerte, el chasco sería que estuviera muerto - dijo Lisanna con una pala en mano que había sacado del galpón del fondo, hablando en referencia a Clark
- Era necesario o no podríamos reducirlo sin pelear, él tiene bastante fuerza y no es la idea gastar energía de más, la idea es gastarla de otra manera - afirmó Titania sonriendo con malicia
- Bueno... hay que sacarle el uniforme y dejarlo sólo en paños menores - comentó la albina de cabello corto tirando la pala al suelo
Cuando Clark despertó se encontró acostado sobre algo blando lo cual dedujo que se trataba de un colchón. Paseó la vista pero no logró ver nada puesto que la habitación estaba a oscuras y aparte, sintió fresco en su cuerpo por lo que dedujo que ya no tenía su uniforme puesto.
Quiso salir pero no lo consiguió, algo le sujetaba los tobillos y las muñecas, evidentemente se encontraba atado de manos y pies y no podía levantarse.
- ¿Pero qué rayos está pasando aquí? - preguntó el rubio desconcertado intentando soltarse
La luz se prendió y pudo reconocer su propio cuarto, además de su propia cama matrimonial, fuertes sogas le sujetaban las muñecas y los tobillos a los respaldos de la cama.
Él estaba sin ropas y sólo conservaba puesto su pantalón bóxer, al girar la vista hacia la puerta vio a Erza mirándolo sonriente con una mano apoyada contra el marco.
- Pero... ¿¡Qué hiciste!? ¡Suéltame de aquí! - exclamó el de ojos celestes en tono imperativo forcejeando aunque sin lograr romper lo que lo ataba
- Espero que mi compañera no te haya hecho doler mucho si es así, lo siento, ahora... respecto a lo otro, no podrá ser tú nos tienes que complacer - respondió Erza caminando lentamente hacia donde estaba él - Es inútil, no podrás romper las sogas, están hechas de un material especial ultra resistente - añadió al ver el forcejeo del norteamericano
- ¿Compañera? ¿Quién? - quiso saber él con expectativa de que esa fuera Makoto, si así era, podría tratar de hablarle y hacerla recordar
Unos instantes después, a la habitación ingresó una segunda chica que él no reconoció. Llevaba puesto un gorro de nadador que le cubría la cabeza y dejaba escapar unos mechones de cabello blanco, un antifaz le cubría medio rostro y los ojos y un sensual, ajustado y escotado vestido le marcaba las curvas y los pechos.
- ¿Quién eres tú? - quiso saber el rubio musculoso, ella le sonrió pero no le dijo nada
- Ella es mi compañera - presentó Erza extendiendo un brazo en dirección a la muchacha aunque sin mencionar el nombre
- Guau, que bien se ve... y por lo visto tiene algo interesante - habló Lisanna observando el cuerpo del ex teniente y notando el bulto bajo el bóxer del mencionado
- Esa voz me es familiar... - mencionó el de ojos celestes entrecerrando los ojos
- Es cierto, ahora está dormida pero nos encargaremos de despertarla - comentó Erza con malicia observando la misma parte del cuerpo del hombre
Lisanna no contestó nada y se subió a la cama, se colocó de espaldas a él y flexionó las piernas echando la bien formada cola hacia atrás de forma sexy.
- ¿Te gusta lo que ves? - preguntó la albina de cabello corto en voz seductora además colocándose las manos sobre la parte trasera de la cabeza
Claro estaba que Clark había alcanzado a ver y el paisaje era muy agradable pero rápidamente cerró los ojos para no ver y evitar traicionar a su esposa... aunque estaba en manos de ellas y podían hacer lo que querían con él, a menos que alguien llegara y lo salvara.
- ¿Qué pasa, no te gusta? - preguntó la de cabello corto al notarlo, fingiendo tristeza
- No quiero ver nada, estoy casado... - se rehusó el rubio meneando la cabeza
- Bueno... no es necesario eso, pero sí vas a sentir sí o sí - comentó Scarlet en tono sugerente
Acto seguido, Lisanna se dio media vuelta y se sentó sobre la entrepierna de él y empezó a dar ligeros sentones sobre la misma al mismo tiempo que daba gritos de júbilo, alzaba y agitaba un puño.
- ¡Basta! ¡No hagas esto! ¡No me obliguen a esto! - alzó la voz el musculoso en tono entre suplicante y enojado
- Pues... lo bueno está por empezar - aseguró la de ojos marrones con el ceño fruncido
Sin perder tiempo se resbaló el cierre de la espalda y los tirantes del vestido e hizo lo propio con la parte del busto hasta debajo de los pechos cubiertos con un corpiño blanco el cual se quitó descubriendo sus voluptuosos senos.
Por su parte, Lisanna hizo lo mismo hasta resbalárselo hasta la cintura y se quitó el corpiño morado que traía debajo, sus pechos eran voluptuosos aunque, no tanto como los de Erza.
La albina se levantó y se sentó en la cama a un costado de él y la pelirroja hizo lo propio, ambas se inclinaron hacia él y comenzaron a rozar sus senos contra el torso y resto del cuerpo del hombre.
Él pedía que se detuvieran pero no podía negar que era agradable aquel contacto de esos dos pares de senos blandos y esponjosos, a su pesar, el deseo comenzaba a nacer por aquel contacto y más aún al sentir que le rozaban con las manos la entrepierna.
- Parece que el amigo está reaccionando - sonrió la de ojos claros notando este último detalle
- Y vaya que lo está... - comentó la de ojos marrones con la cara roja viendo aquel bulto crecer en tamaño
Erza se levantó y retrocedió unos pasos y sacó el celular, le sacó una foto y se la envió a Makoto con un mensaje "Mira lo que te pierdes".
La respuesta de Júpiter no se hizo esperar: "Impresionante la verdad, con eso se izaría una bandera".
La albina rozaba los pechos contra la entrepierna de él que se volvía más rígida aún, Clark pedía perdón en su mente a Makoto y ya no podía con el deseo y las ganas de más.
- ¿Estás filmando? - preguntó Lisanna a Erza
- En ello estoy - contestó la recién nombrada
Acto seguido se enderezó y se sentó de espaldas al rostro de él y comenzó a rozar su trasero contra su entrepierna, esto era muy estimulante y excitante.
- Ufff... ahhh... ¿¡Encima... van a filmar? - preguntó Clark como podía, con preocupación
- Así es, lindo, es sólo un seguro en tu contra - sonrió de nuevo Scarlet en el ínterin que se ponía a filmar
Él preguntó que de qué estaba hablando pero la pelirroja no le contestó y la de pelo blanco siguió con el roce ya excitada de sentir aquello grande y rígido bajo su trasero.
Ella se enderezó de nuevo y se dio media vuelta antes de resbalarle el calzón y dejar el miembro masculino al descubierto, cuando esto pasó ambas chicas dieron un alarido de sorpresa y gusto.
- Es... es... enorme, creo que me va a doler - balbuceó Lisanna con algo de susto
- No tengas miedo y disfruta - la animó Titania complacida, filmando
La hermana menor de Mirajane agarró el miembro de Clark quien ya estaba resignado y con el deseo a flor de piel y comenzó a masajearlo y acariciarlo
- Dime, bebé, ¿Te gusta esto? - quiso saber Lisanna mientras lo masturbaba
Él no respondió y sólo daba leves gemidos de placer, al cabo de unos momentos acabó y ambas volvieron a gritar de gusto al ver el líquido saliendo.
La albina esparció este por todo el miembro erecto y se terminó de sacar la ropa junto con la bombacha.
A continuación tomó de nuevo la masculinidad de Clark y comenzaba a rozarla contra su femineidad, ambos gemían de placer.
La temperatura iba en aumento y la chica agarró firme el miembro y se lo introdujo lentamente en su "cuevita" de la cual salió sangre en medio de un quejido de placer y dolor.
Lisanna colocaba las manos sobre el musculoso torso de él y lo recorría con ambas manos mientras comenzaba a embestir en un rítmico movimiento con las caderas hacia adelante y atrás.
Por su parte, Clark no abría los ojos y hacía de cuenta que era Makoto quien lo estaba haciendo. Así transcurrían los minutos en medio de gemidos hasta que un nuevo clímax llegó y él acabó dentro de ella.
Erza por su parte veía y entraba en calor, deseosa de también probar aquel cuerpo varonil que le atraía.
- Ufff... ufff... estuvo genial aunque dolió un poco - sonrió la albina gustosa
- Bien por ti, ahora... es mi turno - dijo Scarlet en tono firme
- De acuerdo... - frunció el ceño Lisanna de forma cortante
La pelirroja le cedió el teléfono a la albina y también se desnudó por completo antes de poner el miembro del ex teniente entre sus senos y masturbarlo con estos, luego de acabar hizo lo mismo que Lisanna hasta que otro clímax llegó.
De esta forma el celular de Erza iba filmando todo y ambas chicas disfrutaban con él de la noche de placer.
Luego de que se saciaron, ambas se enderezaron de la cama y Erza le advirtió a Clark en tono serio.
- Escucha, te buscaremos para repetir lo de esta noche y lo que te pidamos, conservaremos este vídeo y siempre y cuando nos complazcas, no lo difundiremos.
El rubio musculoso maldecía para sus adentros pero nada podía objetarles, por ahora se hallaba en sus manos.
Sólo le importaban su esposa y su hija, el resto no le importaba y por ende, tampoco su imagen pública sólo la opinión de las aludidas.
Simultáneamente...
Ralf había salido del puerto de Ciudad Ígnea tratando de calmar su furia, se hallaba manejando su Chevrolet Camaro mientras oía uno de sus grupos favoritos.
*Angel of Death
Monarch to the kingdom of the dead
Infamous butcher
Angel of Death
Lo primero que hizo fue mensajear a Haruka, Clark y Leona la confirmación del secuestro de su hija y de paso vio el mensaje de su amigo sobre la situación extraña en la casa de él, por lo que decidió llamarlo.
- Mmmmhhh... Clark no contesta el teléfono es raro... probaré con el comunicador que nos había dado Carlos... - pensó Ralf serio y con el ceño fruncido
De modo que lo intentó a través del aparato mencionado pero tampoco obtuvo respuesta alguna, sólo escuchó en cambio algo parecido a gemidos.
- ¿Qué rayos está pasando? Algo anda mal... - pensó el de ojos cafés apretando los dientes y acelerando el coche
A su teléfono llegó una llamada de Haruka que él no demoró en responder.
- Jones, ¿Dónde andas? Estoy tratando de comunicarme con Clark pero no me contesta - se oyó indagar a la voz de la senshi del viento
- Estoy saliendo del puerto de Ciudad Ígnea y volviendo a Ciudad Lignum, a mí tampoco me contesta... lo llamé al comunicador pero tampoco responde, temo que Clark haya sido víctima de algún tipo de emboscada - informó el ex coronel sin perder tiempo
- Maldición, esperemos que ese no sea el caso pero no me sorprendería - resopló la rubia de cabello corto disgustada
- Evidentemente esa maldita y sus secuaces se están moviendo, voy a averiguar qué pasa con Clark - decidió el norteamericano suspirando
- Hazlo, por cierto me comuniqué con Leona Heidern para que te acompañe por si las dudas para que te apoye - comunicó la gobernadora actual
- Me ofendes, no necesito apoyo puedo encargarme solo pero de acuerdo... pasaré a buscarla - dijo Jones fastidioso accediendo
- Sé que eres fuerte pero es sólo para que te cubra por si acaso ahh y otra cosa, esa recluta que ingresó hace poco, la tal Liliana Sierich... he mandado a investigar sus datos y descubrí algo sobre ella, la información que proporcionó es falsa - contestó Haruka al teléfono
- Ya me parecía... ¿Sabes cuál es el verdadero nombre de esa chica? - indagó el musculoso sin sorprenderse de escuchar aquello
- Sí, es... Lisanna Strauss... pero ella está oficialmente muerta - informó la ex corredora resoplando de fastidio
- ¡Lo sabía! Mirajane usó el frasquito que le dio esa desconocida y resucitó a su hermana pero si esta mintió sobre su identidad, algo no encaja sobre ella - teorizó Ralf chasqueando los dedos de una mano
- Bien... investigaremos a Strauss y veremos si también está implicada en este embrollo, aunque creo que su hermana mayor actuó de buena fe - fue la teoría y decisión de Haruka antes de despedirse y finalizar la llamada
De modo que él fue hasta su casa a buscar a Leona antes ir hacia lo de Clark.
- ¿Ha llegado Aya del trabajo? - fue lo primero que preguntó el de ojos cafés
- Sí, desde hace un largo rato junto con su escolta, todos están en sus puestos - informó la de cabello azul atado en una cola
- Bien... sube y en marcha, dentro de no mucho tiempo amanecerá y no podemos perder tiempo - contestó el ex coronel destrabando y abriendo la puerta del lado del acompañante
Ella rodeó el automóvil y subió al vehículo, rápidamente se pusieron en marcha rumbo a lo de su amigo.
Efectivamente ya habían pasado bastantes horas y faltaba poco para que amaneciera, Haruka no había regresado a la casa y se había quedado en el palacio Edén a fin de estar pendiente de las búsquedas de Chibiusa, Risa y Rei como así también de quienes ahora se encontraban bajo el influjo de Neherenia y trabajaban para ella.
Mientras tanto desde la acera de enfrente y oculto desde atrás de una camioneta, se hallaba el mismo hombre de cabello castaño ondulado que había estado con Erza en el auto.
Su teléfono vibraba por una llamada entrante y al atender, una voz femenina se oyó del otro lado.
- ¿Cómo vas con tu pesca? Ya es muy tarde de noche - era la voz de Júpiter la que hablaba
- Recién pasó ese estúpido ex coronel yanquee y recogió a la mujer de cabello azul y se fueron, lo voy a hacer ahora... es el mejor momento ya que el objetivo debe de estar dormido - explicó el hombre seriamente
- Apúrate, ya todos hemos cumplido con nuestros trabajos, las tres chicas están en nuestro poder, sólo faltas tú - recordó la ahora malvada senshi
- Descuida, tengo el camuflaje óptico puesto, sólo debo cuidarme de los guardias que tienen gafas térmicas - aseguró él antes de cortar la llamada - Me encanta esa chica y su aire de nena mala... - pensó sonriendo con el ceño fruncido en referencia a Makoto
Sin pérdida de tiempo se asomó por detrás de la camioneta y miró al grupo de soldados que rodeaba la casa.
Algunos de los que se hallaban en la parte delantera poseían gafas térmicas y debió aguardar a que algún coche pasara por la calle y con suma rapidez lo usó de escudo a fin de esconderse por unos segundos y correr hacia detrás de otro auto estacionado a pocos pasos de la casa.
Él vigiló al grupo de guardias y sonrió, ninguno había notado su presencia. Acto seguido miró hacia la casa contigua más próxima y dio la vuelta hasta llegar al costado opuesto, aprovechó una de las ventanas abiertas para entrar y meterse a la casa.
- La familia que vive aquí debe de estar durmiendo, tengo que llegar a la terraza y saltar desde allí hasta el techo de la casa de al lado - pensó acto seguido observando la habitación a oscuras - Tengo suerte que ya desde antes, Japón sea uno de los países más seguros del mundo y mucho más ahora - añadió recorriendo lo que parecía ser el living hasta encontrar unas escaleras
Las mismas llevaban al piso de arriba así que a paso ligero las subió y con mucho cuidado caminó por el pasillo en el que se hallaban varias habitaciones, la de los adultos por un lado y los hijos por otro más el baño.
- Tiene que haber otras escaleras que lleven a la terraza - pensó el de cabello castaño oscuro recorriendo el entorno con la vista
Buscó por el corredor hasta que las halló, al subirlas encontró la puerta cerrada, de modo que se acercó a ella rogando que por favor no estuviera bloqueada.
Él se acercó hasta el sensor y se colocó guantes de seda en sus manos. Acto seguido puso una de las suyas él mismo sobre aquel y la puerta se abrió.
- No quise arriesgarme a que el sensor reconociera mis huellas digitales como extrañas, que bueno que se abrió igual - sonrió levemente saliendo al patio
Con la vista recorrió las luces de la ciudad y con la mirada fija en la casa de Ralf, calculó la distancia y apoyó las manos en el suelo y se inclinó hacia adelante de la misma forma que lo hacían los atletas cuando estaban en la línea de largada de la pista de atletismo a punto de empezar a correr.
Sin pérdida de tiempo empezó a correr a toda velocidad y al llegar a la reja pegó un salto y al apoyar sus pies en el extremo superior de esta, la usó para tomar impulso y dar otro salto hacia el techo de la casa donde deseaba llegar.
Él cayó cerca del borde y se agarró fuertemente del mismo para no caer, su cuerpo pegó contra la pared e hizo ruido. Rápidamente se apuró a subir por aquel ya que algunos soldados habían oído algo y revisaban la zona.
Subió hasta el extremo superior y volvió a bajar hasta llegar a un balcón en el piso superior y dejarse caer allí. Con cuidado abrió la ventana para entrar a una de las habitaciones que ahora se hallaba a oscuras y vacía.
Salió de allí hasta llegar a un corredor al que deban las demás habitaciones cuando oyó proveniente de abajo, el ruido de alguien llegando y entrando a la casa.
- ¿Quién habrá entrado? Debo fijarme, igual tengo el camuflaje óptico - se dijo él para sus adentros con tranquilidad
De modo que se dirigió con cuidado hacia las escaleras y bajando algunos escalones se asomó por la baranda y pudo ver a Haruka que llegaba y dejaba el bolso en una de las sillas de la mesa del living.
- Es Tenou... debo apresurarme antes de que suba al piso de arriba - pensó el intruso al mismo tiempo que la aludida observaba la comida adentro de la burbuja la cual la conservaba caliente y había dejado Aya para los demás
Quien la observaba volvió sobre sus pasos y caminó por el pasillo, revisó el cuarto que ocupara antes la princesa con Haruka y que ahora volvería a ocupar Ralf de nuevo, luego fue hasta el que compartían las dos hijas del ex coronel y allí halló en una de las camas a alguien durmiendo plácidamente.
Sin procurar hacer ruido se acercó a ella y al inclinarse hacia la chica dormida, sonrió con malicia.
- Es impresionante el parecido con ella... así que efectivamente sobrevivió - pensó él riendo para sus adentros - Será un placer el llevarte - añadió sacando un pañuelo y un frasquito con cloroformo
Él roció el pañuelo con el líquido y sin pérdida pérdida de tiempo lo colocó sobre la boca y nariz de Aya y lo apoyó con fuerza con las dos manos.
Ella se despertó de golpe al sentir una tela mojada sobre su rostro pero no veía nada ni a nadie, trató de quitársela en el ínterin que forcejeaba y trataba de gritar pero no podía hacerlo.
El hombre apretaba más ante la lucha de la joven, si alertaba a Haruka se le iba a complicar la situación a la hora de llevarla.
La rubia ex corredora giró la cabeza hacia las escaleras al creer oír a Aya balbuceando.
- Me pregunto si Kuribayashi tendrá otra pesadilla, iré a verla por si necesita algo - pensó ella dejando la comida y levantándose
Mientras tanto en la habitación, Aya estaba tendida sobre la cama casi destapada y ya bajo los efectos del narcótico.
El extraño había apretado el cristal negro en uno de sus bolsillos para comunicarse con su jefa.
- Necesito su ayuda para salir de aquí, la casa está rodeada de guardias y Uranus está en la casa, ya tengo a la chica - habló en voz bien baja él
- Buen trabajo, ahora te ayudo - respondió la voz de Nehellenia
Detrás del hombre se abrió un portal en el ínterin que el de cabello castaño ondulado largo cargaba a Aya sobre sus hombros.
- Apresúrate y vamos, ¿No te dejaste ver? - quiso saber la tétrica encapuchada asomándose por el portal
- No, descuide... no me vieron - dijo él con tranquilidad
Sin perder tiempo cruzó el portal con la chica y este se cerró justo antes de que Haruka abriera la puerta y entrara a la habitación.
- ¿Ella no está en la cama? Habrá ido al baño... - murmuró la senshi con el ceño fruncido
Leona en compañía de Ralf habían ido en el auto de él hasta la casa del jefe de guardia del distrito y al llegar, ya se extrañaron que no hubiera guardias al frente de la casa ya que sabían que Clark había decidido poner vigilancia.
Ambos se bajaron del Camaro luego de que él lo estacionó justo frente a la casa.
- Debería haber guardias, ¿Dónde están? - se preguntó el de ojos cafés extrañado mirando para todos lados
- Y la puerta de entrada se encuentra sin bloqueo - afirmó la mujer soldado abriendo la misma
Ambos entraron a la casa y encendieron las luces.
- ¡Hey Clark! ¿¡Estás por aquí!? - preguntó Ralf alzando la voz
- ¡Estoy en mi cuarto, ven a ayudarme! - se escuchó decir a la voz del ex teniente desde su habitación
Ambos militares se dirigieron a la pieza de su superior y grande fue su sorpresa al encontrarlo atado de pies y manos a su cama en paños menores.
- Pero... ¿Qué pasó contigo? - indagó el de cabello castaño oscuro, antes él sin duda se hubiera reído pero dadas las circunstancias actuales, no tenía ánimos para ello y aparte, ya no era la misma persona
- Erza Scarlet y una cómplice de ella, me redujeron, ataron a la cama y tuvieron sexo conmigo... se marcharon hace rato - respondió el musculoso rubio resoplando de fastidio
- ¿Ellas? Bueno... al menos no la pasaste mal - comentó Ralf - ¿Quién era la otra? - indagó a continuación
- No estoy para bromas y no estoy seguro quién la acompañaba porque tenía un antifaz en la cara pero... estoy casi seguro que se trataba de Liliana, la recluta nueva - respondió Clark en el ínterin que Ralf le hacía un gesto a Leona y esta cortaba las sogas con su habilidad de crear haces cortantes y lo liberaba
- Sobre ella... Tenou me dio información sobre la chica, me confirmó que el nombre que dio era falso... en realidad se trata de la hermana menor de Mirajane, Lisanna - suspiró Jones paseándose por la habitación
- Ya me parecía que la conocía de algún lado, pero... Ella está muerta - respondió el ex teniente desconcertado levantándose de la cama
- Pues su hermana usó el frasco que le regalaron y por lo visto, resultó... rayos, si no lo veo no lo creo... - rememoró su amigo sintiendo vibrar su celular
Al sacarlo y chequear el mensaje, a Ralf se le heló la sangre al leer el mensaje de Haruka: "Jones, algo anda mal... tu hija Aya no está en la casa".
Luego de esto, Ralf en compañía de Leona debieron salir rápido de allí y regresar a la casa mientras Clark se dirigía a bañarse y se ponía ropa, además de descansar un poco.
Haruka había buscado en el baño y toda la casa pero no había podido encontrar a Aya, sabía perfectamente que la chica se encontraba en la casa porque la había oído y además a dicha hora de la madrugada era imposible que saliera.
De modo que llamó a Ciudad Metallus a Michiru a fin de preguntar sí todo estaba bien.
- Hola, sirena, disculpa la hora si estabas durmiendo - saludó la rubia con preocupación
- No te preocupes, sí estaba durmiendo pero tratándose de ti sé que no llamarías a esta hora si no fuera realmente importante, dime... ¿Hay alguna novedad de la princesa y las otras chicas? - indagó Michiru somnolienta y bostezando
- De ellas no las hay pero sí noticias nuevas que no son buenas, desapareció la otra hija de Jones, Aya Kuribayashi - suspiró la ex corredora con cansancio
- ¿¡Cómo!? Pero la casa estaba bien vigilada, supongo... ¿No habrá salido por ahí? - preguntó la de cabello aguamarino sorprendida
- No y a esta hora, ¿Dónde iría? Ella nos dejó la comida y se debió de haber ido a dormir, ratito antes de ir a su habitación la escuché quejarse pero... cuando fui a verla ya no estaba y sé que hoy tiene que trabajar - explicó Haruka tomándose el entrecejo
- ¿Y entonces, cómo se las arreglaron? - quiso saber la violinista desconcertada
- La verdad, no lo sé es lo que no entiendo - dijo Uranus con franqueza - Tú cuídate mucho, cualquier cosa me avisas y si es necesario, coloca guardia... no quiero que te pase nada - añadió a continuación
- Descuida, estaré alerta y te avisaré cualquier cosa - contestó Michiru complacida de oír la preocupación de su novia
Inmediatamente luego de esto, Haruka escuchó la puerta de entrada abrirse y al girar la cabeza vio a Ralf entrar de prisa seguido de Leona y se despidió de su novia.
- ¿¡Dónde está Aya!? - preguntó Jones de mala forma al llegar
- Supongo que eran tuyos los gritos que escuché afuera y déjame pedirte que te calmes - respondió la rubia alzando las manos ceñuda
- ¿Me dices que mi otra hija también desapareció y me pides que me calme? ¡Para colmo pregunto a los guardias si vieron algo y nada vieron! - dijo él sulfurado e inquieto
- Ante todo, ¿Pudieron encontrar a Clark? - preguntó Haruka resoplando
- Sí, gobernadora, él está bien sólo estaba atado de pies y manos a su cama y en paños menores - informó Leona con su frialdad habitual
- ¿Cómo así? ¿Qué fue lo que pasó? ¿No estaba herido? - indagó la senshi sorprendida
- Estaba sano, Erza y una chica más que estaba con ella lo redujeron y lo ataron a la cama, él no pudo verle la cara a la otra porque tenía un antifaz pero creemos que tal vez haya sido la recluta nueva - explicó la de cabello azul
- Strauss... si es así, es factible que ella trabaje para Nehellenia también y se haya enrolado en nuestras filas para infiltrarse - dedujo Haruka pensativa
- Pues a Clark no le hicieron daño, solamente tuvieron sexo con él un largo rato - informó el de ojos cafés secamente
- ¿Cómo dices? ¿Lo ataron para violarlo? ¿Ese era el motivo del ataque? - quiso saber la de pelo corto aún más sorprendida
- Tal como lo oyes, pero... ¿Cómo es que Aya desapareció? - regresó Jones al otro tema
Haruka le explicó lo mismo que le había dicho a Michiru lo más fielmente que pudo.
- Mmmhhh... recuerdo al amigo del rey Endymion hablar del extraño en el Palacio de Cristal y que usaba camuflaje óptico, el mismo que Clark reconoció y que causó la muerte de la madre de Aya, ¡Ese mismo maldito tuvo que haber entrado aquí valiéndose del camuflaje óptico y se llevó a Aya! ¡Sólo así pudo haberlo hecho! - bramó Ralf de furia - ¡Maldito desgraciado! ¡Lo asesinaré! - añadió acto seguido de igual forma, las venas de su frente se le hinchaban del coraje que tenía
- ¿Pero cómo entró sin que los soldados con gafas térmicas lo vieran? ¿Cómo salió? - indagó Leona desconcertada
- Eso es lo que me desconcierta, tal vez se comunicó con esa maldita y se valió de un portal para ello, ella puede crear portales yo la vi - resopló la rubia de cabello corto recordando - Calma, Jones, vamos a hallarlas a ella y a las demás... se que es difícil para ti pero trata de no actuar bajo el calor del enojo, ¿Ok? - aconsejó mirando al ex coronel
- Revolveré cielo y tierra pero las encontraré y esa perra bastarda me las pagará al igual que esos dos idiotas - respondió el aludido con determinación en referencia a Nehellenia, Jedite y quien usaba el camuflaje óptico
- Luego lo haces, ahora procura descansar... yo intentaré hacer eso aunque no creo poder dormir - suspiró la ex corredora de cansancio
- La hija del jefe Still también desapareció, ella corrió con la misma suerte - recordó Leona
- ¡Maldición! ¡No puede ser! - se quejó la senshi del viento de frustración al oír aquello, no habían logrado defender a aquellas muchachas
De modo que Haruka se dirigió a la habitación a tratar de dormir y Ralf se fue al patio en medio de la noche estrellada y las primeras luces del alba. Allí parado en medio del verde césped apretó sus puños fuertemente y mirando hacia el cielo pegó un fuerte grito de rabia y frustración.
Inmediatamente escuchó la voz de Leona atrás suyo.
- No se desespere, sus hijas aparecerán sanas y salvas - le sonrió levemente la chica soldado, buscando calmarlo
- Sí, lo siento... pero trátame de tú, ya te dije que ya no soy tu superior - la miró él seriamente dándose media vuelta
- Es que no me acostumbro... cuando nos conocimos usted era jefe de guardia en Ciudad Sur - bajó la vista ella
- Sí pero puedes lograrlo, por cierto... luego pregúntale a Haruka qué quiere ella que hagan ustedes, ya no tiene sentido que se queden aquí, ya no hay nada que vigilar - suspiró el de ojos cafés de cansancio
- Claro, lo haré no se preocupe, más allá de eso me ofrezco para ayudarlo a buscar a sus hijas y a lady Mars - ofreció ella mirándolo
- Bienvenida eres, si por mi fuera empezaría ahora pero necesito descansar un poco, aunque no creo poder conciliar el sueño - confesó el de ojos cafés con sinceridad
- Necesita usted relajarse, le servirá liberar tensión de alguna forma - propuso la de ojos verdes pensando
- Lo ideal, poniéndole las manos encima a esa perra y ese par de sabandijas - dijo Jones con una media sonrisa hablando de Nehellenia, Jedite y el que había secuestrado a Aya
- O podría salir a despejarse a algún paseo o cita, no sé - sugirió la chica con el ceño fruncido
- Ahora no tengo ganas de eso, recuerdo que te había propuesto a ti llevarte a eso pero no me malinterpretes, siendo franco contigo lo máximo que puedo ofrecerte más allá de eso es sexo y nada más, no me lo tomes a mal pero estoy siendo honesto contigo - levantó él las manos hablando seriamente, ella lo observó de igual manera
- Entiendo... gracias por su franqueza, si dice eso es porque me encuentra atractiva - replicó Leona
- Pues sí, ya te lo había dicho bueno... no sé qué tipo de hombres te gusten, me fijé que no te causó rubor el ver a Clark en paños menores - señaló el ex coronel norteamericano rememorando dicho detalle
- No me causó nada porque no es el primero que veo así, ahora soy yo quien le pide que no me malinterprete, no tuve nada con nadie - fue la respuesta de Leona seria - Y me gustan los hombres más bien musculosos, por eso me gusta verlo entrenar - añadió a modo de confesión, él guardó unos segundos de silencio
- Ya veo, ¿Recuerdas lo que ese canalla de Jedite iba a hacerte cuando te conocí? - preguntó hablando finalmente luego de pensar qué hacer
- Sí... ¿Y qué con eso? Quiero olvidarme de ese hecho - respondió ella dándose media vuelta y dándole la espalda
- ¿Habría diferencia si fuera yo quien te lo hiciera? - preguntó Ralf con expectativa de ver cómo reaccionaría ella, sabía que podía ofenderse por lo que le acababa de decir
- Pues... sí habría diferencia... preferiría recordarlo a usted y no al otro - aseguró la de pelo azul mirándolo de costado con un leve sonrojo
Esa respuesta fue el permiso que esperaba escuchar para acercarse desde atrás y pegarse a ella mientras la rodeaba con un brazo y ponía la mano sobre su vientre al descubierto
Leona temblaba un poco y tenía la cara roja, jamás había estado con un hombre a no ser su padre adoptivo y nada tenía de experiencia previa.
Si bien él le había cerrado las puertas al amor, con el placer eso no era ningún impedimento... no era necesario el amor para el placer.
- Bien... si deseas que me detenga sólo avísame y lo haré, ¿Ok? - señaló él, la respuesta de ella fue un cabeceo afirmativo - Ok, ve a la pared y colócate de pie mirando hacia la misma y apoyando las manos en el muro - pidió a continuación
Ella obedeció y abrió un poco las piernas luego de dar unos pasos hacía atrás sin sacar las manos del muro, previo a eso se había quitado la riñonera de la cintura.
Él se acercó de prisa y apoyó su entrepierna contra el trasero de ella y colocó ambas manos sobre los senos de Leona, antes de empezar a masajearlos.
- ¿Te sientes cómoda? - quiso saber Jones
- S... sí, sólo un poco nerviosa - respondió la mujer comenzando a sentirse a gusto
Él empezaba a frotar su entrepierna contra el trasero de ella quien lo pegaba más contra la misma dando a entender que sí le gustaba y empezaba a dar leves gemidos de placer.
Leona sentía aquel bulto hacerse más grande y rígido y empujar más hacia adentro aunque lo que la tenía nerviosa era el dolor que sentiría.
Ella hizo caso del impulso de su corazón y el placer y se desabrochó el cinturón y se desabotonó el pantalón camuflado, él se detuvo un momento para permitirle a ella resbalárselo.
Ralf se regocijó la vista con aquel redondo y bien formado trasero y se resbaló el cierre del pantalón aparte de desabrochárselo y sacar afuera su miembro erecto y de gran tamaño.
- ¿Porqué tienes ese parche en una nalga? - indagó Jones viendo aquel detalle al costado de la cicatriz
- Me.. me lastimé eso es todo - fue le respuesta de Leona
Sin pérdida de tiempo el hombre colocó su miembro horizontal entre los dos glúteos de ella y debajo de su micro bombacha roja y lo frotó lentamente contra los mismos mientras volvía a agarrar los pechos de ella. Ella gemía de placer ya que efectivamente lo sentía al igual que él.
Ambos se sentían acalorados y con ganas de más y así hasta que llegó el primer clímax y el liquido tibio sobre la parte baja de su espalda y cola.
Acto seguido él le resbaló la ropa interior, agarró su miembro y apoyó la punta contra la zanja de ella además de esparcir sobre el mismo su propio liquido.
- Es ahora que va a doler - avisó él con calma
- Sí... sólo intente no ser tan brusco - pidió ella más excitada aún del hecho de sentir aquella dureza
- Descuida... - le sonrió él
Entonces empezó a empujar y hundir su masculinidad en el interior del ano de Leona con mucha lentitud a fin de hacerle doler lo menos posible, igualmente ella se quejaba del dolor.
El miembro de él se mostraba con sangre cuando las embestidas comenzaron mientras él se apoderaba de nuevo de los voluptuosos senos de la chica.
Con el pasar de los minutos, lo que era sólo dolor se mezcló con el placer y lo segundo pareció ganar cuando la nueva explosión de placer llegó
Ambos jadearon agitados y se sentían más relajados.
- ¿Quieres que vayamos a la cama y lo siga haciendo? - invitó Ralf sugerentemente
- Sí, Ralf... - accedió Leona sonrojada y sonriéndole
- Vaya, ¿tenía que hacerte el delicioso por atrás para que me llames por el nombre? - comentó él y ella sólo le sonrió
En alguna parte de Tokyo de Cristal.
Ella abrió lentamente los ojos, le dolía el cuerpo y la cabeza le daba vueltas, lo último que recordaba era haber estado en el templo Hikawa con Chad y su padre, luego estos caían dormidos aparecía Erza Scarlet y ella misma luchaba en contra de la recién mencionada pero, nada podía hacer y caía derrotada.
- ¿Do... dónde estoy? - murmuró Risa mirando hacia todos lados
La habitación estaba a oscuras y no se veía casi nada, notó que no podía moverse porque se hallaba atada de pies y manos a una silla.
Notó también que otras tres chicas la acompañaban en dicha habitación en las mismas condiciones, estaban sin sentido salvo Chibiusa que sollozaba asustada.
- Lita, Aya, Chibiusa... ¿Se encuentran bien? Rayos - preguntó la de cabello castaño oscuro mirando a la de odango rosado
- Risa... despertaste, nos han secuestrado... vaya a saber qué nos harán, no quiero morir - dijo la princesa llorando
- Estoy bien, gracias, deja de lloriquear que no sirve de nada y me pone nerviosa - respondió la de ojos amatistas fastidiosa tratando de soltarse pero sin lograrlo - Entonces no sabes dónde nos trajeron - añadió acto seguido
- No... sólo que fue Nehellenia quien me trajo aquí, papá y mi guardia lucharon contra otros dos que están bajo el poder de ella pero no pude ver más - suspiró la de pelo rosado
- Espera... alguien se acerca - alzó Risa la voz mirando hacia adelante suyo con el ceño fruncido
La puerta se abrió en el ínterin que las otras dos chicas iban despertando.
Risa distinguió a la figura femenina encapuchada entrar, el aura perversa que percibía proveniente de aquella era inconfundible.
- Vaya... veo que van despertando, bienvenidas, espero que tengan una cómoda estancia - dijo la mujer riendo y hablando con ironía
- ¿Qué pasó dónde estoy? - preguntó Lita entreabriendo los ojos
- De repente... sentí algo como un pañuelo en mi cara y caí dormida - recordó Aya acabando de despertar - ¿Risa? - preguntó reconociéndola
- Es mejor así... podrán escucharme todas, aquí van a pasar cosas muy interesantes, también se van a enterar de cosas que jamás sospecharon - comenzó a hablar la tétrica mujer
- Mi madre y los demás nos van a salvar - respondió Chibiusa con esperanza aunque con miedo
- Todo esto huele a rata, ¿Qué planeas? - indagó la hija de Rei y Ralf, desafiante
- Solamente que esa reina tonta ya no estará más allí, yo seré la nueva gobernante de Tokyo de Cristal y del mundo - respondió riendo Neherenia en referencia a la Neo reina Serenity
Por otra parte, en otra habitación del lugar se encontraban reunidos Jedite, quien había secuestrado a Aya junto a Dark Sailor Júpiter y Erza Scarlet.
- Hasta ahora las cosas van saliendo bien, noto muy animada a Scarlet en especial - señaló el apuesto rubio con calma quien tenía su uniforme militar gris el mismo con el que iba cuando trabajaba para el negaverso
- Es que... tuve mi propia fiestita particular en Ciudad Lignum - respondió animada y sonrojada la pelirroja, quien estaba con su uniforme de pollera azul y armadura gris
- Me consta por la foto que me envió - comentó Mako riendo - No sé porqué pero siento que algo importante estoy olvidando respecto a esa chica que traje y ese tipo de la foto - pensó acto seguido con desconcierto e incomodidad al oír a su compañera hablar de ello, ella estaba vestida de igual forma que en casa de Clark
- Espero que nosotros también tengamos la nuestra, ya quiero divertirme - fue el comentario del hombre de cabello castaño ondulado largo vestido con un traje elegante de color azul marino y camisa amarilla, zapatos marrón claro
- Ya nos llegará el turno, solo un poco de paciencia - aseguró Jedite con una sonrisa socarrona y palmeándole un hombro a su compañero
- Vaya a saber qué maldades tienen en ese cerebro podrido - fue el comentario de Dark Júpiter - Yo estoy ansiosa por ver qué más sigue y por más acción - añadió sonriendo animada
Al terminar de hablar, la puerta se abrió y a la habitación entró Kula seguida de Nash, ambos con una expresión seria en el rostro.
Ella llevaba puesta una visera negra hacia atrás en la cabeza, una malla de cuero sin tirantes con mangas separadas largas de color violeta claro combinado con oscuro, guantes amarillos combinados con negro, un pantalón cargo con bolsillos a los costados de color gris oscuro combinado con violeta cubría su parte inferior y llevaba zapatillas deportivas blancas, su cabello estaba en su color natural color rubio fresa.
Nash iba con su uniforme militar que solía llevar para combatir.
- Kula ve que llegamos a tiempo, ¿No llega la señora aún? - preguntó la recién nombrada mientras que Nash no dijo nada
- No pero ya debe de estar por llegar, llegaron justo - le respondió el rubio ex shitennou
Unos instantes más tarde, otra puerta del lado opuesto se abrió y a la futurista sala entró la encapuchada.
Todos la miraron y guardaron silencio además de hacer una leve reverencia.
- Ya están todos aquí, muy bien... - sonrió la mujer complacida - El plan marcha bien hasta ahora, sólo falta que Strauss cumpla con lo que le encomendé - comentó acto seguido
- La primera parte ya está, en mi celular tengo las evidencias - informó Erza relajadamente
- Muy bien, le avisaré ahora que ya puede atraer hacia mí a su querida hermanita - reconoció y reveló Nehellenia
- ¿Qué sigue después, señora? - quiso saber el de castaño con curiosidad
- Llamar a la querida Neo reina Serenity y atraerla a la trampa, luego de eso... llamar a las sailors y el otro grupo de imbéciles para que vengan, ustedes se encargarán de recibirlos - informó la líder con una expresión siniestra en el rostro
- Genial... habrá acción de la buena - sonrió y apretó los dientes y un puño Makoto, sintiéndose animada
- ¿Qué pasa con nuestra reciente incorporación? - preguntó Jedite con curiosidad
- La tengo reservada para el momento adecuado - afirmó la encapuchada sin dar más detalles
El plan de la malvada mujer seguía en marcha y estaba dispuesta a todo en pos del mismo, aquella sonrisa en su rostro tenía las peores intenciones.
Hasta ahora le estaban saliendo las cosas bien a los malvados.
Mientras tanto en otra sala oscura, se hallaba de pie una silueta femenina de cabello largo, su par de ojos púrpuras parecían brillar en la oscuridad y en su bello rostro se esbozaba una sonrisa perversa.
*Canción: Angel of Death, Álbum: Reign in Blood, Año: 1986, Artista: Slayer, Género: Thrash Metal, Heavy Metal
Buenas mis amigos/as, Brutal Doom de por medio aparte de algo de flojera también, actualizo este fanfic al cual ya le falta muy poco para acabar.
Agradezco una vez más a Seth Satou y demás gente que leen esta historia aunque no comenten ni voten.
Recuerda que si me lees desde cualquiera de las plataformas, dale like, vota y comenta, lo agradecería mucho.
Me despido hasta la próxima y les deseo un buen fin de semana. Hasta luego!
