Las Villanas de Saint Michael's

Capítulo 9 – Primera Cita

Centro Comercial Día de la cita

Es un fin de semana soleado en la ciudad. El cielo despejado, sin mucho viento alrededor y las personas van y vienen por la entrada del centro comercial donde había quedado de verme con Sakura el día de hoy.

"Estoy tan nerviosa, aunque sólo vinimos para hacer un trabajo juntas, esta será la primera salida que tengo a solas con una amiga. Me pregunto si no me arreglé demasiado para ser sólo una cita de trabajo" me digo mientras observo el conjunto que había elegido para el día de hoy.

Un vestido color rosa pastel con detalles color blanco, zapatillas plateadas, unos lentes para sol color castaño de marca, y mi clásico moño color rojo detrás de mi cabello.

"Quizás debí haber elegido algo más sencillo, como una blusa cualquiera y un pantalón de mezclilla, para que no piense que estoy intentando conquistarla"

Cosa que de ninguna manera estoy haciendo, después de todo, ella está destinada a enamorarse de Saki cuando la conozca.

"Sólo quiero arreglar las cosas con ella para que no me odie ni me vea como una enemiga. Quizás incluso ¿Como una amiga?".

Pero entonces ¿Por qué me arreglé de esta manera? "Sólo espero no incomodar a Sakura con mi atuendo".

Todas mis preocupaciones se desvanecen cuando el auto de su familia llega a la entrada y Sakura sale de él. La veo salir vistiendo un hermoso vestido de verano color blanco. Un sombrero para cubrirse del sol, lentes oscuros y unas sandalias que muestran sus hermosos pies.

"¡Es tan bella!" Y además, de ninguna manera esa es la clase de vestido que usarías para un hacer un trabajo. Es la clase de vestido que usarías para una cita.

"¿Será que vino para que tengamos una cita?"

Sakura se despide de su chofer y cuando me ve, camina hacia mí.

– Buenas tardes, Sakura-san.

– Buenas tardes a ti también, Kurara-san.

Responde cordial, aunque sin mucho entusiasmo en su rostro.

– ¿Q-Qué estás mirando?

Pregunta al ver que no dejo de ver su vestido de tirantes, el cual revela bastante de su hermosa figura e incluso un poco de sus hermosos pechos. Al ver que no dejo de mirarla, de inmediato intenta cubrirse tanto como puede diciendo.

– No te hagas la idea equivocada. Lo que pasa es que hace demasiado calor hoy ¿Okay? No pienses ni por un segundo que me vestí así por ti.

– Descuida, eso… lo tengo muy claro.

Al escuchar mi respuesta, por un segundo veo algo de lástima en el rostro de Sakura, e incluso creo que se siente mal de haberme respondido así.

Ninguna de las dos sabe bien que decir o como empezar, así que para romper el hielo, le digo.

– Es cierto que hace mucho calor hoy ¿Qué te parece si entramos para aclimatarnos y empezar a trabajar en el proyecto?

– De acuerdo. Te sigo, Kurara-san.

Así ambas entramos y comienza nuestra cita.


Centro comercial

Al ser fin de semana, el centro comercial se encuentra lleno a esta hora. Múltiples tiendas abiertas y llenas por doquier, mostrando en sus escaparates las ofertas que se acercan por el verano.

Sakura y yo miramos a nuestro alrededor impresionadas, hasta que me pregunta.

– Muy bien ¿Por dónde deberíamos empezar?

– Bueno, la profesora Sarasa desea que investiguemos las últimas tendencias de la moda. No solamente de ropa, sino de las personas ¿Cómo se comportan? ¿Qué es lo que más las atrae o lo que más llama su atención?

– De acuerdo. Deberíamos empezar yendo a las tiendas con mayor demanda y anotar qué es lo que las personas más buscan o se llevan.

– Me parece un buen plan ¿Te parece si empezamos con aquella tienda de allá?

– Me parece bien, vayamos.

Sin darse cuenta, Sakura me toma de la mano para llevarme con ella, lo cual nos sorprende bastante a ambas y cuando se da cuenta, Sakura de inmediato se pone roja como un tomate y responde.

– N-No te hagas la idea equivocada. Es solo que… este lugar esta lleno de gente y… no conozco esta plaza.

"Ya veo, tiene miedo de perderse ¿no es así?" Tiene sentido tomando en cuenta que apenas tiene unas semanas que se mudó a la ciudad.

– Descuida, lo entiendo.

Agarro su mano entrelazando mis dedos con los de ella para llevarla conmigo.

– Hagamos la mejor investigación de todas.

– Seguro.

Aunque no volteo a verla, por unos breves instantes, sonríe.


Más tarde ese día

Ya con un plan en mente, continuamos recorriendo las diversas tiendas de la plaza con más demanda y ahí, observamos y anotamos lo que nos parece más interesante, así como patrones comunes de lo que busca y compra la gente.

Tras unas cuantas horas de estar investigando, finalmente nos llega el hambre por lo que vamos a un restaurante boutique de la plaza donde encargamos unos sándwiches naturistas con papás para almorzar.

Ambas disfrutamos mucho de ellos mientras platicamos y al terminar nos quedamos con ganas de un helado, así que vamos a comprar unos muy famosos en el centro de la plaza.

– Yo voy a querer uno de kiwi y mango.

– Y yo uno de frambuesa y moras tropicales, por favor.

Ambas compramos de sabores diferentes y al sentarnos en una de las múltiples mesitas para dos que hay junto a la fuente, noto que Sakura esta mirando demasiado mi helado. Y a decir verdad, yo también tengo curiosidad por probar el de ella, así que le digo.

– Sakura-san ¿Te gustaría probar de mi helado?

– ¿Eh? Pe-Pero ¿Qué estás diciendo?

– No pasa nada, anda, que yo también probaré del tuyo.

– ¿Eh? ¡Oye espera!

Sin esperar su permiso, llevo mi cuchara a su helado y le doy una buena probada.

– Wow, esta delicioso. Hiciste una muy buena elección, Sakura-san.

– Kurara-san… pero por supuesto que lo hice, pues ¿Quién te crees que soy?

Sonrío al ver sus actitudes un tanto tsundere y le acerco mi helado.

– Anda, ya que probé del tuyo, ahora ¿Quieres probar del mío?

– Mmmhhh… Bien, pero sólo por esta vez.

Finalmente, Sakura no se puede resistir más al tener mi helado frente a ella y toma una pequeña probada con su cuchara para llevarlo a la boca.

Lo prueba y tras saborearlo.

– Impresionante. Esta muy delicioso, Kurara-san.

– Me alegra oírlo ¿Te parece si tomo un poco más de tu helado y tú tomas un poco más del mío?

– Seguro, hagámoslo.

Ya más confiada y alegre, las dos probamos de nuestros helados al tiempo que seguimos platicando e incluso reímos un poco disfrutando la compañía de la otra.

No nos damos cuenta del pasar de las horas cuando terminamos y seguimos recorriendo la plaza y sus tiendas por todo el resto del día. Y ya que se acerca la hora de regresar a nuestras casas, la llevo a un lugar de juegos arcade al que mi hermana me solía llevar cuando éramos niñas.

– ¿Un juego de arcade?

– Así es, estoy segura que te divertirás mucho, vamos.

Pero antes de entrar, Sakura no avanza y me dice.

– Pero yo… jamás he jugado un juego de arcade.

– Descuida, también yo tengo años y años que no vengo. Seremos malas juntas, Sakura-san.

– Kurara-san.

Al ver mi sonrisa, como que agarra más confianza y avanza.

– De acuerdo, aunque no me dejaré ganar tan fácilmente, Kurara-san.

– Lo mismo digo yo, Sakura-san.

Entramos al arcade y jugamos algunos de los juegos de los que me acuerdo y algunos nuevos donde la puntuación de ambas es bajísima pero no nos importa. Lo importante es el tiempo alegre que pasamos juntas.


Salida del centro comercial – Atardecer

Para cuando finalmente salimos del centro comercial ya casi es de noche, por lo que tenemos que apurarnos para llegar a nuestra casa mientras aún haya luz del día (Todavía no tenemos permiso para estar fuera de casa de noche, pero ya pronto cambiará).

Mientras esperamos a que nuestras choferes lleguen por nosotras, retomamos un poco la información para el proyecto que recolectamos durante el día.

– ¿Crees que la información que reunimos haya sido suficiente para el informe de la sensei?

– Seguro, sólo que antes hay que trabajarla y analizarla para hacer una presentación para la clase.

– Eso ya lo sé, sólo pregunté si había sido suficiente.

– Ah, seguro.

Volvemos a estar en silencio, sin estar seguras de que decir, hasta que Sakura es la primera en hablar.

– Me-Me divertí mucho este día.

– ¿De verdad?

– Sí, hacía años que no salía a divertirme con una amiga.

– ¿Amiga? – Al escuchar esa palabra que tanto había esperado escuchar, no puedo ocultar mi sorpresa – Quieres decir entonces que ya… ¿Somos amigas?

– Bueno… aún sigo bastante molesta contigo por lo que me hiciste el otro día en el salón de clases, pero… supongo que debí haberlo visto venir de una villana.

A pesar de lo que dice, lo dice con una sonrisa, por lo que veo que no hay una mala intención en ella y sonrío.

– Aunque sabes, tu tampoco estás tan libre de pecado como presumes. Mira que citarme para que te viera mientras te quitabas la ropa y luego besarme de esa manera. Ese fue mi primer beso ¿Lo sabías?

– ¡¿EH?! ¿En serio?

– Claro, pues ¿Por qué clase de chica me estabas tomando? No debes creerte todas las historias que escuchas sobre mí ¿Sabes?

– Kurara-san… de todas maneras, eso no se compara con tomar mi ropa y amenazar con tirarla por la ventana.

– Sí, lo sé. Lamento mucho haber hecho eso, pero ya sabes. A veces puedo ser mala cuando quiero.

– Kurara-san...

Sakura se sonroja mucho cuando le digo eso y piensa en que responderme para seguir el juego, hasta que llega el auto de su familia por ella.

– Ya llegaron por mí.

– De acuerdo.

– Bueno, entonces… nos vemos el lunes en clases para ver cómo nos dividimos el trabajo de la información ¿De acuerdo?

Me ofrece su mano para estrellársela y lo hago.

– Seguro, nos vemos el lunes.

Ambas nos miramos a los ojos mientras nos damos la mano.

Miro esos ojos amarillos tan profundos y tan hermosos que resaltan de manera tan brillante en su rostro, su cabello largo y negro que resplandece con la luz del atardecer, dandole un precioso tono azulado y pienso… como desearía no tener que despedirme de ella.

Pasan los segundos sin que nos soltemos la mano, hasta que volvemos a la realidad y vemos que la chofer la está esperando.

– Ya… tengo que irme, nos vemos el lunes, Kurara-san.

– Igualmente, Sakura-san.

La veo cuando la chofer la ayuda a subir, le cierra la puerta y arranca alejándose junto con el atardecer.

Ya que se ha ido, mi propia chofer también llega por mí a la entrada de la plaza y ya que subo y me cierran la puerta, arrancamos también nuestro camino a casa.


Auto de la familia Inatori – Camino a casa

Durante todo el camino, no dejo de pensar en la dulce sonrisa de Sakura antes de despedirnos. Sus ojos, su sonrisa, su rostro, sus labios.

Si cierro los ojos, aún puedo recordar el dulce sabor de sus labios cuando me besó el otro día en el salón de clases. Entonces creí que ella me odiaría para siempre, pero ahora después de esta cita ¿Quizás podamos empezar a ser amigas?

Aún no estoy muy segura de ello, pero por lo menos ya no me odia. Eso debería ser suficiente para ya no preocuparme más por mi relación con ella ¿Verdad?

Sintiendo mi corazón latir mientras pienso en ella, me pregunto ¿Por qué siento entonces que mis problemas apenas acaban de comenzar?

Lo único de lo que estoy segura, es que ya no quiero volver a estar separada de ella.

– Sakura...

"Ya quiero volver a verte".