Como siempre, Naruto no me pertenece.
Aclaraciones: Esta historia forma parte del Semi Universo Alternativo que he creado en el Mundo de Naruto donde la mayoría están vivos, hay algo de paz, no hay guerras y Menma es el gemelo de Naruto y el clan Uchiha no fue masacrado.
Advertencias: Menma siendo Menma. Un chico que sabe lo que quiere pero no tiene idea de cómo conseguirlo.
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Imán
Plus
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—M-Muchas gracias por la invitación. Disfruté mucho la velada —Hinata realizó una reverencia frente a los dueños de la casa con Sakura a su lado que se despedía casualmente.
Era bastante notorio que la joven Haruno estaba familiarizada con la familia Uzumaki cuando la aprendiz de Ninjutsu Médico formaba parte del Equipo 7 o Equipo Kakashi ahora que los tres —Naruto, Sasuke y Sakura— fueron ascendidos a jounin, en realidad solo dos de ellos pues Naruto aún estaba en proceso de convertirse en uno.
—Eres bienvenida cuando quieras, Hinata-chan —dijo alegremente Kushina y completamente honesta. Todo mundo sabía cuándo la pelirroja decía la verdad, no tenía pelos en la lengua al tratarse de verdades. De verdad Hinata le había agradado—. Puedes venir cuántas veces quieras. Igual tú, Sakura-chan.
—Gracias, Kushina-san —asintió Sakura para rascar su cabello con alego de nerviosismo y cierta pena pues las muestras de cariño por parte de la pelirroja eran muy directas.
—Neh, neh, Sakura-chan —la cabeza rubia de Naruto se asomó en medio de la abertura entre sus padres, mirando con una sonrisa boba la figura de la Haruno—. ¿Quieres que te encaminé a tu casa? Está oscuro y no es bueno que una señorita como tú camine sola…
—No es necesario —abruptamente Sakura cortó los intentos de Naruto con una mirada fulminante—. Debo llevar a Hinata-chan a su casa. Además sé cuidarme y solo un idiota se atrevería a meterse conmigo —explicó con sencillez la Haruno pues todos en la aldea sabían la fuerza sobrehumana que poseía.
—Pero, Sakura-chan…
—De hecho, ya es bastante tarde. Le prometí a Hiashi-sama llevar a Hinata-chan temprano a su casa. Debemos irnos —apresuradamente Sakura se encargó de ponerse sus sandalias y tomar del brazo de Hinata. Ésta le observó confundida pues no recordaba que la medic ninja entablara una conversación con su padre ni mucho menos prometerle llevarla a casa a una hora específica.
Mas el apretón en su muñeca le indicó que siguiera el cuento de Sakura.
—C-Cierto —aunque era una pena ver la cara de rechazado por parte del rubio menor que se limitó a resoplar mientras Kushina le daba unos golpes, para nada suaves, en la espalda a modo de consuelo—. F-Fue una agradable noche. C-Con permiso y disculpen los inconvenientes…
—Nos veremos después, Kushina-san, Minato-san. Buenas noches —se despidió Sakura con una sonrisa, jalando a la joven Hyuga de ahí para llevarla al exterior.
—Cuídense —dijo Minato con un tono paternal a ambas jovencitas. Las dos asintieron para después cerrar la puerta detrás de sus figuras. Se sentía mal de que Naruto no pudiera acompañar a Sakura pero tampoco veía bien que su hijo forzara las cosas con la muchacha.
Respetar los límites de una mujer era importante.
—Oh, por favor —irritada de los lamentos de Naruto, ella le brindó un coscorrón en la cabeza para que tuviera verdaderos motivos para quejarse.
—¡Oi, má, eso dolió! ¡De verdad dolió!
—¡Pues deja de lamentarte y pasa de una vez esa condenada prueba para que le demuestres a Sakura-chan que eres un hombre confiable, serio y capaz de hacerla feliz!
—¡Eso hago…!
—¡Pues no veo tal cosa…!
Minato no tuvo otra opción que escabullirse silenciosamente del lugar por su propio bienestar. Las peleas entre Naruto y Kushina eran violentas aunque el que salía siempre lastimado era su hijo mayor. Caminó hacia el interior de su hogar, pudo escuchar las quejas de Obito cuando estaba raspe y raspe la fibra con una de las hoyas mientras Kakashi se dedicaba a lavar en total silencio. Le avergonzó un poco que sus ex alumnos estuvieran haciendo tales actividades pero era una de las reglas de Kushina.
Observó a Jiraiya sentado en la pequeña sala con un mini libreta de notas. Se le veía tan concentrado que no quiso importunarlo mas cuando observó, por puro accidente, lo que llevaba escrito las mejillas del Hokage se sonrojaron.
—¡Jiraiya-san!
—¿Uh? —él apenas reaccionó al llamado de atención por parte del despistado de su ex pupilo—. ¿Qué pasa, Minato…? ¿Necesitas que mate a otra cucaracha por ti…?
—Claro que no —negó Minato, por un momento avergonzado de que el albino sacara uno de sus momentos más vergonzosos como si nada, para después escudriñarlo con los ojos.
—¿Entonces…?
—Por favor, cualquier cosa que esté escribiendo, de verdad espero que no tenga nada que ver con ninguna de las chicas —la idea era horrible. Él más que nadie sabía el contenido que escribía su sensei.
Consideraba a las kunoichis de su aldea mujeres fuertes, hábiles y con un honor indiscutible como cualquier otro shinobi.
—Solo tomé ciertos aspectos como referencias —Jiraiya parecía no darle mucha importancia—, no me base en todo. Bueno, casi.
—Jiraiya-san…
—No me puedes culpar, Minato. Ese mocoso tuyo de verdad cumple con los requisitos de un personaje que he venido pensando últimamente.
—¿Naruto? —parpadeó. Muchas veces Jiraiya le había compartido detalles sueltos sobre escribir una novela de un género distintos con su hijo mayor como protagonista.
—No —negó rápidamente. Ese rubio no servía como protagonista para ese tipo de historias—. Menma.
—¿M-Menma? —eso era completamente diferente y peligroso.
A comparación de Naruto quien le tenía un enorme respeto y cariño a Jiraiya, Menma no tenía problemas en ponerle un alto al Sannin cuando éste lo cabreaba.
—Sí que eres despistado —Jiraiya resopló como si delante de él aún estuviera el mismo niño rubio que no podía acercarse a la chica que le gustaba y no el Cuarto Hokage de la Aldea de la Hoja llamado también el Relámpago Amarillo que hizo temblar al Raikage.
—¿Por qué me dice esto? —Minato se sentía regañado, algo ridículo considerando su edad pero ese era el efecto de Jiraiya sobre él.
—¿Es en serio? ¿Fui el único que lo notó?
—¿N-Notar qué…?
—Que a Menma le gusta a esa hermosura del clan Hyuga.
—¿Hinata-san? —era natural que Minato se mostrara sorprendido con la revelación.
Tal cómo Jiraiya lo sospechó, ese tonto alumno suyo no se dio cuenta de las tremendas miradas cargadas de tanto sentimiento del azabache dirigidas a la joven dueña de ojos nacarados.
—¿A quién más? Es obvio que a Sakura-chan la detesta pero con Hinata-san es distinto —acariciaba su barbilla con total seguridad de las palabras que predicaba, pues de entre todos él era el más sabio en cuanto a las relaciones amorosas que nacen entre un hombre y una mujer.
Y era bastante obvio que Menma gustaba de la chica. Podría no ser sentimentalmente pero físicamente le atraía. Eso le parecía una buena noticia, nunca había visto que el mocoso menor mostrara interés en nadie, siempre tan ocupado en alcanzar las metas impuestas desde que cumplió los doce años.
—Tiene buen gusto —aceptó totalmente de acuerdo al recordar los dotes sobresalientes de la hija mayor de Hiashi Hyuga.
—Jiraiya-san, por favor… Quizá está mal interpretando todo —susurró. Era bien sabido que Jiraiya gustaba utilizar las interacciones de las personas que observaba para inspirarse—. Hinata-san y Menma casi no se han hablado…
—¿En serio? —dijo Jiraiya con un tonito de incredulidad. Giró para observar a Minato con las cejas arqueadas como si él supiera una verdad que el rubio mayor ignoraba.
—No lo entiendo…
—Menma desapareció después de la cena.
—Seguramente se fue a su cuarto. Ha tenido misiones pesadas en los últimos días y por lo que me comentó Obito, traer a Shion-san desde el País del Té lo irritó demasiado. No me extraña que se haya retirado a dormir…
—¿A dormir? —Jiraiya soltó una carcajada que llamó la atención de todos por lo escándaloso que el Sannin era. Sonaba como si le hubieran dicho la broma más graciosa de todos los tiempos, superaba por mucho aquella vez que Minato acudió a él para pedirle consejos en su Luna de Miel—. Ese mocoso salió de casa hace buen rato. O debería decir desde que las chicas se marcharon.
Minato quería descartar todas las teorías que su sensei hacía con tal de obtener los escenarios imaginarios para crear la historia que lo mantendría despierto a altas horas los siguientes días pero no pudo negar aquel detalle que pasó desapercibido. No detectó el chakra de Menma en toda la casa ni en el exterior; a veces el muchacho gustaba subirse al tejado a ver la noche estrellada, disfrutando del silencio cuando la cena familiar se tornaba demasiado ruidosa para su gusto o se escapaba para ir a dormitar un rato —cuando no podía relajarse en casa— sobre el Monte Hokage, costumbre que hacía desde pequeño.
Que no estuviera en casa en esos momentos no significaba nada, especialmente las insinuaciones de Jiraiya-san.
—Seguramente quiso dar una vuelta —trataba de justificar las acciones de Menma porque para él era imposible que su hijo mostrara un interés particular hacia una chica, especialmente Hinata Hyuga.
Y no era porque la joven le resultara una mala opción, al contrario, Hinata-san era increíblemente amable, fuerte y capaz, no le molestaría si alguno de sus hijos salía con ella. Pero a Naruto le gustaba Sakura desde la Academia por lo que el interés del rubio hacia la joven Hyuga quedaba descartado pero quizá Menma…
«Ahora estoy intentando encontrar señales —pensó al suspirar. No iba darle razón a Jiraiya. Menma solo había salido y punto, no había ninguna relación con la joven heredera del clan Hyuga—. Todo forma parte de la historia ficticia desarrollándose dentro de la cabeza de Jiraiya-san».
—Trate de que Kushina no lo descubra —era mejor dejar a Jiraiya en paz o él se cansaría primero en tanto insistir que éste dejara de utilizar a la figura de su hijo para sus fines perversos.
—Desde ya te lo digo, Minato —Jiraiya sonrió enormemente como si en sus manos tuviera lo necesario para su próxima obra maestra—, esta novela mía será un éxito.
—¿Acaso dijo próxima novela, Jiraiya-sama…? —Kakashi se mostró interesado al asomar la cabeza de entre la cocina.
Derrotado, Minato decidió alejarse del lugar para no formar parte de la escena en caso de que su esposa descubriera los planes de su sensei sobre publicar un nuevo libro de un género inaceptable dentro del hogar ni mucho menos perdonar el entusiasmo brillar claramente en la cara semi oculta de Kakashi.
Esa era la extraña relación entre un escritor y su lector. Solo alguien como Kakashi podía disfrutar del género que el Sannin escribía con tanto fervor.
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—¡De verdad muchas gracias, Hinata-chan! —la joven abrazó con demasiada fuerza la figura de Hinata que solo se sonrojó en silencio por las muestras de cariño—. Me salvaste la vida.
—N-No es para tanto, Sakura-san…
—¡Claro que lo fue! Gracias a ti Kushina-san no me preguntó cuándo le haría caso a Naruto ni mucho menos decirme lo hermosa que luciría con un kimono tradicional de novia. ¡Me alegró que toda la atención estuviera dirigida hacia a ti! —al darse cuenta de sus palabras la joven de cabellera rosada se separó de la heredera Hyuga para reír nerviosamente—. Perdón, fui demasiado honesta y egoísta. Espero que la cena no te haya incomodado…
—Uhm —Hinata negó. Feliz se atrevió a sonreír de más. Tuvo una deliciosa cena, un tiempo agradable y Obito-san estuvo sentada a su lado, todo había sido encantador—. Para nada lo fue, en serio lo disfruté mucho.
—Eso me hace sentir menos culpable por arrastrarte a última hora —Sakura soltó un suspiro que parecía estar reteniendo desde hace tiempo—. Aunque me disculpó por la actitud seca de Menma —la mención del nombre la hizo rodar los ojos—. Es un bruto, puede presumir ser más inteligente y hábil que Naruto pero para mí él tampoco sabe tratar con mujeres…
—Sé tratar con mujeres —una voz interrumpir su privada conversación heló las dos figuras de ambas jóvenes— pero no creo que tus virginales oídos estén listos para escuchar esos detalles, Haruno.
—¡M-Menma! —Sakura giró, buscando desesperada la presencia del Uzumaki menor solo para hallarlo sentado en la rama del árbol cercano a la entrada del complejo Hyuga jugando con un kunai con un sello parecido a los que el Cuarto usaba.
Hinata bajó la mirada avergonzada de haber sido interceptadas de aquella manera inesperada. Se sintió mal por andar hablando a espaldas del joven —aunque ella no dijo nada en toda la platica— pero consideró que escuchar conversaciones ajenas era poco educado de parte de Menma.
—¿Qué haces aquí? —Sakura preguntó con el ceño arrugado después de recuperarse de la sorpresa. Apretó el puño y lo alzó de manera amenazante—. ¿Y qué haces espiándonos?
—No las espiaba —soltó con veneno, deteniendo el kunai dar vueltas sobre su dedo—, fue simple casualidad escuchar su interesante conversación sobre mí. Es injusto de tu parte, Haruno, criticar mi manera de ser solo por cómo te trato —Menma se atrevió a sonreír ladinamente como el mezquino que era—. Tú eres un caso diferente, ni siquiera te considero una mujer en primer lugar. ¿Por qué molestarme en comportarme diferente contigo?
—Eres un… ¡Baja de ese árbol y dime las cosas en la cara!
—¿Ves a lo que me refiero? —Menma bufó con irritación, pegando su espalda contra el tronco y dejando una de sus piernas balancearse fuera de la rama—. Nada de delicadeza —para molestar más a la Haruno se llevó una mano al centro de su frente—. Una señorita no andaría gritando de esa manera cerca de un vecindario tranquilo. Qué modales tan horribles tienes, Haruno —después desvió la mirada a la figura de Hinata que se mantenía silenciosa—. Hyuga, deberías enseñarle a esa rosada cómo comportarse. Después de todo, tienes más talento para ser una anfitriona de ceremonias de té que una ninja.
—¡Hey! —la cara de Sakura lucía enojada, más que cuando Menma la insultó—. No le hables así a Hinata ni mucho menos te atrevas a insultarla. Es una gran ninja. No la conoces para nada cómo para andar…
—Sé cómo se desempeña en sus misiones —cortó el discurso heroico de la rosada en defender a la tímida Hyuga de tartamudeo exasperante—. No tengo qué saber más.
—Maldito…
—S-Sakura-san, c-creo que es suficiente —Hinata detuvo a Sakura pues la muchacha quería moler a golpes a Menma en esos momentos. Levantó el rostro hacia la figura del chico aún sentado sobre la rama, invetiblamente le recordó a un zorro acechando.
—Pero Hinata-chan… —quiso reclamar porque de verdad Menma Uzumaki se merecía una paliza de parte de Sakura pero al observar el rostro de Hinata que prefería dejar el asunto en paz ésta decidió parar. No muy contenta en dejarlo irse como si nada, Sakura bufó—. Bien —pero antes de marcharse sin armar alboroto señaló el chico con rudeza—. Fuiste salvado por un ángel, Menma. La próxima vez Hinata-chan no estará para defenderte…
—Qué tontería —gruñó Menma como si tal comentario hubiera sido una ofensa—. No necesito que la Hyuga me defienda, mucho menos de ti, Haruno. Estoy completamente dispuesto a medir tu fuerza y por fin ponerte en tu lugar —la misma sonrisa que venía enseñando el chico se acentuó más con un tinte siniestro.
Hinata como Sakura sintieron un escalofrío recorrer sus respectivas espaldas.
—D-Debemos marcharnos, Menma-san. Con su permiso y buenas noches —para salvar a Sakura, ella se atrevió a tomar del brazo de la joven para llevar hasta su hogar.
Por la seguridad de la Haruno la invitaría a tomar una taza de té antes de que se marchara.
—Tú también eres una grosera, Hyuga —no obstante parecía que Menma no iba a dejar el asunto ahí.
—¿H-Hice algo que lo ofendió, Menma-san? —cuestionó Hinata sin entender la actitud agresiva del chico—. No entiendo por qué usted…
—Fui obligado a verificar que llegarás bien a tu hogar —él dio un salto para aterrizar sobre la tierra, guardando el kunai y caminar unos pasos para acercarse a las dos chicas—. ¿Es este el pago que recibo de la heredera del clan Hyuga por mi buena acción?
—L-Lamento que haya sido orillado a esto…
—No seas mentiroso, Menma —Sakura interrumpió a la Hyuga para fulminar con sus ojos verdes la figura del Uzumaki menor—. Sabemos muy bien que nadie te envió. No es como si necesitáramos que nos cuides…
—Creo que tus oídos están llenos de cera, Cabeza de Chicle —fastidiado de escuchar demasiado la voz de la Haruno, Menma se encargó de aclarar las cosas. No quería que ésta pensara que, al igual que el idiota de Naruto, también andaba detrás de ella como un perrito faldero—. Me refería a la Hyuga, no a ti. Todos saben que tienes la fuerza de un gorila para espantar a cualquier acosador que decida acecharte en medio de la calle.
—Bastardo… —llamarla gorila era mucho, Menma se estaba ganando un golpe rompe-huesos.
—Pero qué animados están.
Otro invitado no requerido se unión a la conversación. Menma apenas pudo sentir la presencia, solo fue capaz de sentirlo cuando éste le puso una mano sobre el hombro con una familiaridad que le resultó molesta.
Shisui Uchiha estaba al lado de Menma sonriente. Usaba sus ropas de misión y la espada la llevaba en la espalda, parecía como si estuviera a punto de ir a cumplir con una encomienda. A Menma eso le daba igual, ese Uchiha podía hacer lo que se le antojara, a él le valía pero lo que no le agradó era su presencia exactamente cerca del Distrito Hyuga. Demasiado lejos del suyo.
—Shisui-san —Sakura se sonrojó levemente por la presencia del primo mayor de Sasuke-kun.
Shisui levantó una mano a modo de saludo sin borrar la sonrisa ni dejar de tocar al Uzumaki menor.
—Yo —parecía que la influencia de Kakashi y Jiraiya tuvo gran efecto en el Uchiha pues ésta saludaba cómo ese par lo hacía cada vez que aparecían—. Buenas noches, señoritas. Bonita noche, ¿no? Perfecta para un picnic nocturno. Lastima que no haya traído nada preparado, sin duda las hubiera invitado a mi lugar secreto.
—¿Qué cosas dices, Shisui-san? —Sakura soltó una risita nerviosa, era el efecto Uchiha pero se recordó que el único hombre que ocupaba su corazón era Sasuke Uchiha—. Sabes que estoy enamorada de Sasuke-kun pero agradezco la oferta.
—Eso duele pero lo acepto. No quisiera lidiar con una chica enamorada de otro, no sería honesto —comentó Shisui para luego mirar a la joven Hyuga que, ante los ojos negros del joven rodeados de aquellas espesas pestañas, atinó a hacer una educada reverencia cómo le indicaban sus ademanes y tradiciones—. Pero contigo, Hinata-san, es otra historia ¿no?
—B-Buenas noches, Shisui-san —no entendía del todo lo que el Uchiha decía ni tampoco indagaría sobre ello. Prefería quedarse al margen—. E-Es raro verlo por aquí —ningún Uchiha por voluntad propia se acercaría a su distrito así como ningún Hyuga lo haría en el Uchiha—. ¿N-Necesita algo? —quizá venía hablar con Neji o Tomura, el segundo era de la misma edad que Itachi-san y era bastante común que se solicitaran los servicios de algunos miembros de su familia para misiones. Era en ese tipo de circunstancias donde la rivalidad natural entre los dos clanes se ponía en pausa por enfocarse en el éxito de las misiones.
—Oh, sí —Shisui rió como si apenas se acordara de por qué se encontraba ahí. Quitó la mano del hombro del joven Uzumaki antes de que éste le encajara un kunai y dio unos pasos para esconder la figura del menor, evitando de este modo que los ojos perlados de la chica temblaran nerviosos—. Lo siento, soy muy olvidadizo.
—N-No se preocupe.
—Se me ha encomendado una misión. Pretendía partir mañana pero hubo cambio de planes. Al principio iban a enviar a Obito pero éste sabe dónde se metió así que me pasaron su obligación a mí —explicó como si estuviera haciendo berrinche, Hinata se encontró sorprendida de que un Uchiha mostrara esa faceta delante suyo con tanta facilidad.
Sin duda Shisui-san era muy diferente al resto de su clan, tal como Obito-san.
—Oh —asintió, comprensiva—. D-Debe tratarse de una misión importante.
—Eh, no mucho —se rascó la cabeza—. De hecho se trata de buscar un maleante que ha ocasionado problemas cerca de la Frontera del País del Fuego, según la información que se nos ha enviado aparentemente se esconde en el País del Campos de Arroz, en una de las tanta villas remotas del territorio. El Hokage me dejó escoger a mi compañero y Hinata-san fue la primera que vino a mi mente.
—¿Y-Yo…?
—¡Claro! Eres una de las mejores ninja rastreadoras de esta generación. Tu Byakugan me resultaría muy útil.
—M-Me halaga pero creo que Neji-niisan sería más…
—Nope —Shisui negó—, está ocupado, ya lo revisé.
—Oh, y-ya veo… —carraspeó. No esperaba salir de misión pero tampoco podía negarse. Su padre seguramente se enfadaría al saber quién sería su compañero en aquel viaje pero sabía de sobremanera que al ser una orden directa del Hokage no se negaría—. ¿C-Cuándo partimos…?
—Justo ahora —contestó con simpleza
—E-Entiendo, i-iré a preparar mis cosas rápido —Hinata asintió apenada y sorprendida por lo inesperado pero no se negaría ni se quejaría. Una misión era una misión. Y como ninja debía aceptar cumplir con el deber sin importar la hora—. G-Gracias una vez más, Sakura-san, por la invitación. M-Me la pasé muy bien. Pero debo marcharme… —luego miró la figura escondida de Menma detrás de la de Shisui que pareció opacarlo con facilidad—. C-Con permiso, Menma-san y gracias por preocuparse, l-lamento las molestias ocasionas.
—Claro, Hinata-chan, nos veremos después. Prometo llevarte a comer algo rico cuando regreses de tu misión.
—H-Hai —con una sonrisa tímida la joven Hyuga se alejó para ingresar trotando a la puerta principal de su distrito, dejando atrás las figuras de sus compañeros.
Shisui soltó un suspiró y masajeó su nuca que comenzaba a doler por la intensa mirada de parte de Menma.
—Uh —Sakura leyó el ambiente, estaba tan tenso que fácilmente podía cortar un buen pedazo y servirlo en un plato—. Yo…
—Deberías irte, Haruno, tu hora de dormir se pasó hace rato —gruñó Menma sin dejar de observar la espalda del Uchiha.
Sakura abrió la boca con la intención de decir algo a ese bastardo con groseros modales cuando la voz de Shisui intervino.
—No le hagas caso a las cosas que Menma dice, Sakura-chan. Todos sabemos que sus palabras dicen lo contrario. Pero estoy de acuerdo con él, deberías ir a casa, es de noche y estoy segura que mañana te aguarda mucho trabajo en el hospital. Según escuché de parte de Rin-neechan, están recibiendo a muchos refugiados de varios lados. Necesitarás toda la energía para cumplir con tu noble misión.
—C-Cierto —Sakura se sonrojó completamente, anonada por tanta amabilidad por parte del Uchiha. Era raro que alguien de ese clan fuera amable pero tenía, como toda familia, sus excepciones. Shisui era uno de los que más resaltaba junto con Itachi-san—. S-Seguiré tu consejo, Shisui-san. Con permiso y buena suerte en tu misión —ignorando la presencia de Menma como si éste hubiera dejado de existir, Sakura se retiró con una sonrisa aún tímida y mejillas sonrojadas.
Cuando la chica desapareció la sonrisa de Shisui decayó para girarse y encarar el rostro indiferente de Menma que tanto intentaba mostrar pero que a los ojos del Uchiha no pasaba desapercibido su enojo.
—Si las miradas mataran ya estaría enterrado bajo diez metros de tierra —se rió con las manos en la cintura—. ¿Qué te molesta, Menma? ¿De nuevo Naruto te sorprendió con su jutsu sexy?
—¿Desde cuando le pides a la Hyuga ir a misiones contigo?
—Desde ahora, creo. Digo, no es extraño. He hecho misiones con muchos Hyuga. Me resulta más fácil dar con el objetivo.
—Entonces elige a Neji o a alguien más.
Shisui suspiró como si delante de él estuviera un niño terco. De verdad que Sasuke y Menma a veces se parecían pese a que ese par se odiaba.
—Ya dije que nadie está disponible.
—Hinata no es la única rastreadora. Está el Inuzuka y Shino.
—También están ocupados. Parece que están entrenando con sus respectivos padres o algo así. Y sabiendo que estoy vetado del clan Inuzuka después de romper con Hana-chan, no creo que habría sido una buena idea pedirle ser mi compañero a Kiba —Shisui puso una sonrisa culpable—, me detesta.
—¿Cuáles son tus intenciones, Uchiha?
—¿Mis intenciones? Wow, Menma, estás mal interpretando todo —trató de explicar el Uchiha con tranquilidad—. Es una misión. No tienes porqué alarmarte —una sonrisa traviesa se formó en los labios de Shisui—, no es como si intentara robarte a Hinata-san o algo por el estilo.
Inesperadamente las mejillas del jinchuriki de la mitad del chakra de la Bestia de Nueve Colas se sonrojaron. Eso le dio gracia pues era una reacción que no veía en el dueño de aquel par de zafiros sombríos desde la infancia, cuando era más fácil avergonzarlo.
Una lástima que no pudo disfrutar mucho el rostro coloreado del chico cuando éste frunció el ceño y las pupilas antes azules pasaron a ser rojizas con afiladas iris.
—Calma, calma —bastante relajado ante la presencia del chakra del Kiuuby que fácilmente lo mataría, Shisui subió las manos en muestra de son de paz—. No es nada personal. Hinata-san es una grandiosa ninja y yo soy malísimo con el sentido de la orientación. Será mi compañera de equipo, nada más —Shisui volvió a sonreír pero ésta vez no era amigable sino irreparablemente ególatra—. A menos que pase algo durante la misión, claro.
—Uchiha…
—Menma, te complicas tanto la vida. Si fueras más honesto con tus sentimientos, estoy seguro que tu bilis no se chorrearía. Deberías preocuparte por tu salud. Tener ulceras a tu edad no es nada…
Shisui calló cuando el filo del kunai se sintió en su yugular. Parpadeó con tranquilidad sin sentirse amenazado del aura sedienta de sangre por parte de Menma. Éste se había transportado con su técnica, heredada y enseñada por el propio Cuarto; aún con su Cuerpo Parpadeante, Shisui podía declarar a Menma un digno rival de velocidad. Y astuto. No se había dado cuenta que le había puesto un sello del Dios Trueno Volador en una de sus ropas.
—Menma, sabes que matar a alguien de tu misma aldea se considera traición. Eso está en el Código Shinobi de Konoha. Sé que lo leíste. Sasuke-chan se quejó tanto ese día cuando lo superaste en el examen. No creo que se te haya olvidado…
—La próxima vez que hables como si me conocieras o creas que sabes todo de mí, no dudaré en restregar el Código Ninja que tanto te gusta remarcar en tu rostro magullado por mí.
Shisui ladeó el rostro con una mueca de reproche.
—Menma, eso no es muy lindo de escuchar —con su mano, haciendo uso de un solo dedo como si la presencia del arma afilada en una zona importante de su anatomía no fuera amenazante, quitó el kunai de su cuello—. Ahora sé un buen niño y regresa a casa. Estoy seguro que Kushina-san debe estar preocupada por su precioso hijo —otra vez la maldita sonrisa con todo el maldito esplendor Uchiha.
Arrogancia.
—Imbécil.
—Guarda tu kunai, Menma. Hinata-san pronto aparecerá y no es una buena idea que ella vea tu verdadera naturaleza —los ojos de Shisui brillaron juguetonamente—. Sabes que eso no te conviene.
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Notas: Es cortito pero espero que esto pueda servir a modo de contexto de cómo Shisui se acercará a Hinata en los próximos capítulos y cómo sus acciones podrán tener cierto impacto en los demás personajes.
Ay, con esta escena me he dado cuenta que la rivalidad entre Shisui y Menma me gusta. Una disculpa si la personalidad de Shisui es algo fuera de sí pero me he inspirado en cómo Sasha545 y okashira janet han descrito a este personaje que en lo personal me encanta y me frustra al mismo tiempo no haber visto más sobre él.
Gracias por sus favs, follows, comentarios y apoyo. Me alegra que esta historia les guste. En un principio dije que iba a ser corta la historia pero cómo van las cosas creo que esto se va alargar, aunque espero que no en una larga y complicada trama. Bueno, eso digo ahora quién sabe más adelante.
A ver qué situaciones se me ocurren.
Nuevamente gracias por leer y hasta la siguiente actualización o nueva historia. Lo que pase primero.
