Capítulo XIV:
No tardaron tanto en llegar a Lanayru a comparación de cuando fueron la primera vez en la moto sin cadenas por la nieve. Ir conduciendo era mucho más fácil e iban mucho más cómodos. Zelda aprovechaba algún que otro momento para cerrar los ojos y descansar, lo único malo es que ahora debían parar más veces puesto que ahora habría que llenar el tanque con gasolina de verdad y pagarla, lo cual no salía nada barato. Aunque también era divertido buscar canciones en la radio y en el momento que salía alguna que les gustaba cantarla. La verdad es que Link no cantaba nada mal, sorprendiendo incluso a Zelda. Link por otro lado creía que la voz de su novia era simplemente angelical.
Llegaron después de medio día hacia un acantilado cerca del puente Oren. Escondieron el auto cerca de un parking que habría allí, donde entre tantos autos no saltarían tanto a la vista. El resto del camino debían hacerlo a pie, como todos los hylianos, aunque normalmente habría un teleférico por el que se podía llegar más rápido. Sin embargo, debido a las condiciones climáticas, el teleférico estaba fuera de servicio ya que era peligroso. Una vez salieron del auto tomaron solo las cosas necesarias, como sus mochilas con algunas provisiones junto con la Espada Maestra, arco y escudo, al igual que se pusieron sus ropas de invierno. Hacía mucho frío y no parecía que la temperatura fuese a aumentar en ningún momento del día.
El camino era difícil por toda la nieve acumulada, además no mejoraba que hubiera varios monstruos como keeses de hielo a medida que avanzaban. Justo cuando cuesta arriba atravesando la Montaña de Ruto, fueron atacados por dos wolfos árticos. Los wolfos eran distintos a los lobos normales, puesto que tenían un mortal veneno en sus fauces. No eran muy comunes, ya que mucha gente los cazaba para que no matasen su ganado o gente en zonas rurales, pero Link alguna que otra vez habría escuchado que se encontraban en el bosque de Farone cerca de Ordón. Los wolfos eran del doble de tamaño que un lobo normal, por lo que eran a veces más grandes que un adulto hyliano normal. Link rápidamente sacó su espada para enfrentarse a los wolfos, a la vez que le gritaba a Zelda que fuese montaña arriba lo más que pudiese. Zelda estaba insegura, pero acabó acatando las órdenes de Link y como pudo escaló hasta quedar arriba de la pendiente, por suerte los wolfos parecían no parecían tener mucho interés en Zelda, solo en Link. ¿A lo mejor era que se sentían atraídos a la Trifuerza del valor de Link? Zelda podía ver a los wolfos peleando en contra de Link, eran bastante rápidos pero por suerte Link lograba desviar sus ataques. Por suerte, Zelda logró darle a un de los wolfos en la espalda con su arco, paralizándolo durante unos segundos del dolor que Link aprovechó para clavar su espada en la cabeza del wolfo, escuchándose cómo esta perforaba su cráneo. Después de sacar la espada, vio por el rabillo del ojo al otro wolfo querer abalanzarse sobre él pero rodó lo suficientemente rápido como para esquivarlo y aprovechó que el wolfo falló en su ataque para así saltar encima de este y clavarle la espada en la columna. La sangre de los wolfos se habría impregnado en la ropa y en el rostro de Link, quien simplemente miraba con el ceño fruncido ambos cadáveres en el suelo.
Una vez no había peligro, Zelda bajó rápidamente y se acercó a Link asegurándose que no habría sufrido peligro alguno. Link sonrió al ver que su novia estaba bien, acercándose a esta para bajar su bufanda y poder besar sus labios en un dulce pero corto beso. Zelda también aprovechó la cercanía para limpiar la sangre en el rostro de Link, quien simplemente se quejó como si de un niño pequeño cuya madre limpiaba su rostro se tratase. Después de eso prosiguieron el camino, al menos solo tenían que cruzar el puente del lago Ruto y el gran puente zora y ya estarían en los dominios. Sin embargo, ambos estaban sorprendidos al ver el río zora completamente seco. No es que estuviese congelado, estaba simplemente seco. Aunque a medida que avanzaban lograron comprender el por qué. La estructura de la región zora, su palacio mejor dicho, junto el lago donde estaba construido, estaban totalmente congelados. Caminaron con cuidado dentro del palacio, mirando atónitos este y con Zelda sacando fotos del estado de la región con la tableta sheikah. Se miraban cadáveres en el suelo, posiblemente de guardias zoras, que empezaban a apestar a descomposición ya, junto con varios zoras congelados brutalmente con muecas atemorizadas. Con cuidado de no resbalar por las capas de hielo, se aferraban como si de su vida dependiese a las barandillas fabricadas con gemas luminosas, hasta que por fin llegaron a la sala del trono. Sin embargo, nada los habría preparado para lo que vieron allí.
Era el cadáver de la reina zora, sin vida, sentada en el gran trono bajo el símbolo de Lanayru. Zelda estaba atónita. Conocía a la reina Rutela, de hecho esta habría sido gran amiga de su madre así que le tenía mucha estima. Parecía llevar ya un par de días muertas o puede que más, por suerte el frío atrasaba un poco el proceso de descomposición. No parecía tener ningún signo de herida por arma de fuego o arma blanca, pero era obvio la estimada reina zora ya habría pasado a mejor vida.
-¿Pero qué ha pasado…?-murmuraba Zelda, aún sin creer lo que veían sus ojos, llevándose las manos a la boca.-La reina Rutela... Los zoras… ¿Qué…?
Link simplemente apretó el mango de su espada, colérico, aunque a la vez sintiéndose culpable por no haber llegado a tiempo. A lo mejor podría haber salvado a los zoras…
-Esto ha sido obra de Ganondorf…-murmuró Link acercándose hacia el cadáver de la reina y mirándolo.-Apesta a malicia, esa cosa que expulsaba su fantasma en Kakariko también… Creo que es el olor que deja su magia negra después de usarlo…-siguió observando el cadáver, apreciando los signos de descomposición en el cuerpo de la reina, aunque tapándose la nariz y boca con la bufanda por el mal olor que ambas cosas desprendían.-Creo que lleva tres días muerta a lo mucho… Al menos por el frío su cuerpo no se está descomponiendo tan rápido…-se alejó del cadáver, para así volver junto con Zelda quien no pudo evitar caer de rodillas mientras lloraba. Se agachó para quedar frente a ella, mirando con un semblante triste a su novia.-Zelda… No había forma de saberlo…
-¡No entiendo cómo hay un ser tan despreciable en este mundo!-exclamó Zelda mientras se aferraba al chaquetón verde de Link.-No entiendo… No entiendo cómo pudo haber hecho esto… ¿¡Por qué quiere destruir Hyrule?!
-Porque el rey del mal tiene una insaciable ansia de poder y desea ser el único que gobierne en las tierras de Hyrule.-tanto Link y Zelda se sorprendieron al escuchar aquella tercera voz, buscando de dónde provenía hasta que lograron observar a la reina Rutela flotando encima del trono zora, haciendo que Link y Zelda se quedasen atónitos ante esa imagen.-Es la encarnación del mal en estado puro, de la codicia y el poder. Y no se detendrá hasta lograr su cometido y quién sabe qué más.
-No lo entiendo…-murmuró Zelda mientras se levantaba del suelo con ayuda de Link y miraba a la reina.-¿Reina Rutela? ¿Qué ha pasado…?
La reina simplemente esbozó una apenada sonrisa, mirando su cadáver debajo suya.
-Los seres oscuros de Ganondorf…-empezó a contar la reina con dolor.-Interrumpieron en la región zora y como un mensaje hacia mi gente… Me ejecutó delante de ellos… Mi propia guardia intentó detenerlo, pero Ganondorf es demasiado fuerte…-el fantasma desvió la mirada, como si tratase de evitar ser vista soltando una lágrima.-Y por si no fuera poco, congeló a mis súbditos para aumentar mi dolor…-suspiró, para volver a voltear hacia ambos hylianos.-Princesa, no ha sido si no hasta después de la muerte, que he comprendido que las antiguas leyendas sobre Hyrule son reales… Y ese monstruo trata de hacerse con el control de Hyrule como lo ha tratado en otras vidas…
-Lo sabemos, majestad…-murmuró Zelda con una mano en su pecho.-Link y yo estamos tratando de detenerlo pero… Es muy fuerte…
-No te infravalores, Zelda.-dijo la reina, bajando lentamente desde donde estaba hasta quedar frente a la princesa.-Y tampoco te sientas culpable, no habría forma que pudieseis haber detenido esto… Me ha costado aceptarlo, pero este era mi destino, el destino que las diosas escribieron para mí.-suspiró nuevamente, alejándose un poco para poder observarlos mejor.-Pero las diosas también han escrito vuestro destino y es por eso que quiero pediros un favor…-volteó a ver a Link, quien seguía sosteniendo la Espada Maestra con su mano derecha, para luego sonreír.-Joven elegido por las Diosas que empuña la Espada Maestra… Mis hijos, la princesa Ruto y el príncipe Ralis se encuentran sanos y salvos en un búnker detrás de una cascada en el Monte Trueno… Pero no solo os pediré eso… Siento que la magia de este frío invernal proviene del fondo del Lago Hylia…
-¿El lago Hylia?-preguntó Zelda confusa mientras miraba a la reina.-¿Qué se supone que hay en el Lago Hylia?
-El lago Hylia es el corazón de Hyrule.-respondió la reina.-Y en el lago se encuentra un lugar antiguamente sagrado para los zoras, el Santuario del Lago… En las antiguas historias que se han contado de generación en generación en mi familia se dice que una llama sagrada proveniente de la mismísima diosa Nayru se encuentra allí y si no me equivoco, necesitáis esa llama, ¿no?-ambos adolescentes asintieron, a lo que la reina asintió.-Detecto un aura maligna provenir del lago Hylia y siento que es el causante de esta tormenta de nieve… Me temo que si no la detenemos ya, se extenderá más allá de Lanayru y Necluda… ¿Podrás, héroe, con esta tarea?
Link simplemente asintió, apretando aún el mango de su espada.
-Lo haré, majestad.-dijo mirándola a los ojos, cosa que hizo que la reina sonriese levemente.
-Sé que las Diosas no se han equivocado al elegirte, héroe…-volvió a ver a la princesa, sonriendo apenada al ver su rostro.-Alegra esa cara, Zelda… Pronto cumplirás tú también con tu destino… Y tus padres lamentan el peso que llevas en tus hombros ahora mismo…
-¿¡Mis padres?!-preguntó Zelda sin poder creer lo que escuchaba.-¿¡Has hablado con mis padres?!
-Así es.-asintió la reina.-Tu madre pide que no te rindas, porque sabe que eres una fuerte jovencita… Y tu padre…-suspiró apenada.-Tu padre te pide perdón, por no haber visto la verdad que estaba delante de sus ojos… Y también pide perdón por haberte fallado, porque de haber sabido que las leyendas eran ciertas, te habría preparado mejor para este cataclismo…
Zelda simplemente se quedó cabizbaja, sintiendo cómo Link la tomaba de la mano y la apretaba, transmitiéndole un poco de su valor por lo que suspiró levemente para así volver a mirar a la reina.
-Diles que no se preocupen por mí, que estaré bien…-murmuró la princesa, tratando de esbozar su mejor sonrisa.-No estoy sola…-volteó a ver a Link con una leve sonrisa, quien simplemente sonrió cálidamente haciendo que la princesa se calmase.-Y también diles que no dejaré que ese usurpador acabe con nuestro reino…
Rutela simplemente asintió con una leve sonrisa, para luego desaparecer su espíritu poco a poco, sintiéndose en paz después desaparecer por completo. Zelda simplemente suspiró, para así abrazar a Link quien envainó la espada para así abrazar a la princesa y estrecharla entre sus brazos. Estuvieron así un rato, hasta que se separaron en silencio y utilizaron el camino del este para así dirigirse hacia el Monte Trueno a rescatar a los príncipes zora del búnker.
No fue tan difícil encontrar la cascada que la reina Rutela les habría dicho, lo único difícil fue ir montaña arriba ya que el camino estaba muy desatendido con el paso de los años, ya que nunca nadie iba por allí y los zoras podían subir por las cascadas. Encontraron una cascada que fuera parecía tener cámaras de seguridad, por lo que no tardaron en deducir de que se trataba de esa. Zelda se quitó el gorro y la bufanda, dejando ver que era ella ante la cámara. Después de unos segundos que se hicieron eternos, las puertas de piedra empezaron a abrirse y ambos pudieron entrar.
El recinto era bastante impresionante para Link. El interior estaba hecho también con gemas luminosas, aunque era más moderno que el palacio zora. Habría una piscina enorme pero también habría camas, cocina, un baño más grande que el de su propia casa… ¿Y eso era un búnker? Cualquiera podría vivir allí.
-¿Zelda?-preguntó una voz y ambos voltearon a ver de dónde prevenía, encontrándose con un niño zora de aproximadamente doce años.-¡Sí eres tú! Creí que habías desaparecido…
Zelda simplemente sonrió, acercándose para abrazar al niño. Por lo que habría podido observar Link, la familia real zora le tenía mucha estima a la familia real de Hyrule. ¿Se debía a que ambas eran familias reales? Bueno, fuese lo que fuese, se alegraba de ver que los príncipes zora estuviesen bien, al menos la reina Rutela podía descansar en paz con respecto a ese tema.
-Hola, Ralis…-murmuró Zelda mientras se separaba.-Es una larga historia… Prometo que os lo contaré todo, ¿sí?-Ralis asintió con una sonrisa, sonriendo Zelda levemente apenada.-¿Y tu hermana?
Ralis señaló hacia una de las camas, donde estaría una chica zora durmiendo profundamente. Zelda simplemente suspiró cansada y Ralis fue a despertar a su hermana sacudiéndola en la cama, cosa que hizo que esta solo se levantase enfadada y le gritase a su hermano.
-¿¡Pero eres imbécil o qué te pasa, niñato?!-exclamó la princesa zora enfadada.-¡Solo porque mamá no esté aquí no significa que puedes hacer lo que te dé la gana!
-No me grites o le diré a mamá…-murmuró Ralis esbozando un puchero molesto.-La princesa Zelda está aquí, mira.
Ruto, quien aún estaba levemente atontada por estar recién levantada, volteó a ver donde su hermano estaría señalando y en efecto pudo observar a la princesa de Hyrule. Aunque a decir verdad le costó reconocerla inmediatamente con esas ropas, ya que la Zelda que conocía siempre iba con la ropa más estilosa traída incluso desde Hytopia.
-¿Se puede saber qué haces tú aquí?-preguntó Ruto confusa, haciendo énfasis en el "tú", mientras se levantaba de la cama.-¿Tú no estabas desaparecida?
Zelda simplemente rodó los ojos. Aunque conocía a Ruto de prácticamente toda la vida nunca había sido fácil lidiar con ella. Ruto era la definición en toda regla de niña rica, pija y mimada. Jamás se había tomado en serio su labor como heredera del trono zora, siempre estaba con su teléfono ya fuese haciendo directos en alguna red social o publicando historias con cada segundo de su vida. Era exasperante a los ojos de Zelda.
-¿Podemos hablar?-murmuró Zelda, tratando de calmar su leve enfado también.-Es importante… Es sobre vuestra madre…
Ruto solo rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos.
-No me hables de mi madre.-dijo molesta la zora.-¡La odio! ¿¡Te puedes creer que nos encerró en esta pocilga y nos quitó los teléfonos?! ¡Llevo TRES días sin subir ninguna foto! ¡TRES, Zelda!
Link simplemente arqueó la ceja al escuchar a la princesa protestar por eso y quejarse así de su madre. ¿En serio? ¿No se preocupaba por su madre o su pueblo? Aunque no fue el único en pensar lo mismo, Zelda estaba aguantándose las ganas de darle una bofetada a la princesa zora.
-Ruto, de verdad tienes que escucharme…-murmuró nuevamente Zelda.-Lo que pasa es que…
Sin embargo, se vio interrumpida nuevamente por la princesa zora. Hasta ahora, Ruto no habría notado la presencia del hyliano y no iba a negarlo, quedó prendada de este. Era guapo, alto, se miraba bastante fuerte pero lo que más le atrajo de este fueron sus ojos de aquel azul oscuro, tan profundos como los de un lobo. No pudo evitar reír traviesa mientras miraba a Link fijamente, haciendo que este se quedase confuso y algo incómodo.
-¿Y bien, Zelda?-dijo Ruto con un tono de voz travieso mirando aún a Link.-¿No me vas a presentar a tu amigo?
Zelda estaba atónita, queriendo arrancarle la cabeza a Ruto. ¿¡Por qué no podía escucharla por una vez?! Y no solo eso… ¿¡Acaso podía dejar de ligar por una vez?! ¿¡Y aún más con su novio?! Aunque antes de que pudiese hablar, Link lo hizo por ella.
-No soy su amigo.-dijo Link mientras se cruzaba de brazos aún serio, confundiendo a todos hasta a Zelda por un momento.-Soy su novio.-aquello hizo que Ruto se quedase boquiabierta, no solía haber persona que la rechazase, Ralis por otro lado reía al recibir su hermana su merecido y Zelda miraba entre enternecida y orgullosa a su novio.-Y me llamo Link por cierto.
-Pues vaya desperdicio…-murmuró Ruto molesta, haciendo que Zelda empezase a perder la poca paciencia que le quedaba.
-¡Ruto!-exclamó ya molesta la princesa hyliana.-¿¡Quieres dejar de perder el tiempo y escucharme?! ¡Es importante!
-¡Joder! ¡Eres muy insoportable!-exclamó Ruto incluso dando un pisotón en el suelo y mirando a Zelda.-¿¡Qué es lo que quieres?!
Zelad iba a gritarle nuevamente a Ruto, aunque se calmó al sentir la mano de Link en su hombro y negando, como si dase a entender que no valía la pena. Suspiró, tratando de calmarse, para luego cambiar su semblante a uno apenado mientras pensaba en cómo le daría la noticia a los hermanos zora.
-No tienes que decir nada…-dijo Ralis, atrayendo la mirada de los mayores.-Mamá ha muerto, ¿no?-tanto Zelda como Link se quedaron sorprendidos ante lo que dijo Ralis. ¿Cómo lo sabía?.-Lo veo en tu mirada… Es la misma de mamá cuando papá murió… Has venido a decirnos que mamá ha muerto…
-¿Qué tonterías estás diciendo, Ralis?-preguntó Ruto, molesta y cruzándose de brazos.-Mamá no está muerta.
-¡Claro que está muerta!-exclamó Ralis empezando a llorar.-¡¿Es que no te das cuenta?! ¡¿Cómo puedes ser tan tonta?!-aquello hizo que Ruto mirase a su hermano atónita, pero antes de que pudiese gritarle éste habría gritado nuevamente.-¡Nos ha encerrado en el búnker, Ruto! ¡Por amor a Nayru, date cuenta!-ante aquello Ruto se quedó callada, sin saber qué responder.-Mamá sabía que algo iba a pasar y por eso nos encerró aquí y nos quitó todo para que no nos encontrasen… No puedes estar tan ciega… ¡Incluso está nevando afuera! ¡No hay nieve en la región zora!
-Mamá no puede estar muerta…-dijo Ruto, empezando a comprender las palabras de su hermano y sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas.-Porque si mamá está muerta… Eso significa…-soltó un sollozo ahogado, cubriéndose la boca y mirando nuevamente a su hermano.-Eso significa que lo último que le dije a mamá fue que la odiaba por quitarme mi teléfono y encerrarnos aquí…
Ralis miró con una mueca apenada a su hermana mayor, pero simplemente desvió la mirada. No odiaba a Ruto, después de todo era su hermana mayor y ya lo único que le quedaba de su familia, pero sí odiaba la actitud de esta y como siempre se peleaba con su madre. Su madre hacía lo mejor que podía para criarlos desde la muerte de su padre y también lo mejor para llevar su posición como reina de los zoras. Pero a Ruto aquello parecía darle igual, solo se peleaba con su madre, montaba berrinches si las cosas no salían como ella quería y odiaba tener que cumplir con sus obligaciones de princesa zora.
-Te pasaste con mamá, Ruto…-murmuró Ralis, suspirando para luego mirar hacia otro lado, tratando de no fruncir el ceño. Suspiró, para luego mirar a Zelda quien simplemente parecía como si eso no fuese lo único que tenía que decirles.-Hay más, ¿no?
Zelda simplemente asintió cabizbaja, por lo que los cuatro se fueron a hablar al comedor que habría dentro del búnker. Se sentaron en las sillas y Zelda suspiró tratando de encontrar las palabras. En eso, sintió la mano de Link en su pierna, quien le sonrió débilmente, como si le estuviese dando su apoyo. Zelda esbozó una débil sonrisa también, para así simplemente suspirar, tomando un poco del valor que Link le transmitía, para así contarle a los príncipes zora todo desde el inicio, empezando por las voces en sus sueños y el golpe de Estado que había ocurrido en el festival de las Diosas.
A Ruto le costó más entender lo que Zelda les contaba, llegando incluso a llamarla "esquizofrénica" por escuchar "voces", a lo que Zelda se aguantaba las ganas de tirarla de la aleta de su cabeza. Para que ambos creyesen no solo tuvieron que enseñarles las marcas de la Trifuerza en las manos de ambos y la Espada Maestra, si no también las fotos de la región Zora que habrían tomado con la piedra sheikah. Eso fue lo último que Ruto y Ralis, pero sobre todo Ruto, necesitaron para asegurarse de que ambos hylianos decían la verdad. Ver así a su reino, guardias muertos en el suelo, toda la región zora congelada, el río zora seco… Ruto, quien nunca tuvo interés en nada salvo ella misma, sintió su corazón romperse y ponerse a llorar. Ralis pudo ser más fuerte, pero eso no evitaba que su corazón también doliese. Quería ayudar a su pueblo, no podían dejarles así.
-¿Y bien?-preguntó Ralis, levantando la mirada para ver a la princesa y al héroe.-¿Qué hacemos ahora?
-Vuestra madre dijo que fuésemos al lago Hylia.-respondió Link.-Así que Zelda y yo iremos hacia allí.
-No creeréis que iréis solos, ¿no?-dijo Ruto mientras fruncía el ceño y miraba a ambos hylianos.-No podéis dejarnos aquí, no después de contarnos todo esto. Vamos a ayudar, queráis o no.-aquello sorprendió a todos los presentes, incluso a Ralis quien no se esperaba eso de su hermana.-Me da igual lo que penséis, no nos vais a dejar fuera de esto.
-Es peligroso, Ruto…-respondió Zelda, aún sorprendida por las palabras de Ruto.-Es mejor que os quedéis aquí…
-¡Qué no!-exclamó la princesa zora, perdiendo los nervios.-¡Estoy harta, Zelda! Soy la princesa zora y si mi gente está en peligro, yo debería poder ayudarlos…-sus ojos se tornaron cristalinos, señalando las lágrimas que amenazaban por salir de estos.-Mi madre dio su vida por nuestra gente… No puedo quedarme de brazos cruzados… Estoy harta…
Ralis esbozó una sonrisa apenada al escuchar aquello, abrazando así a su hermana. Parecía que aquello fue como un balde de agua fría que le hacía falta a la princesa zora para despertar por fin. Ruto suspiró, tratando de mantener la compostura, pero abrazó a su hermano igual. Debía de ser fuerte, Ralis la necesitaba también. Ya solo quedaban ellos dos…
-Pues si eso es lo que queréis…-respondió Link, a lo que ambos príncipes zora asintieron.-Está bien, supongo que podemos descansar esta noche e ir mañana por la mañana… Hay que caminar bastante hasta donde está el auto y creo que será mejor ir de día al lago Hylia para lo que sea que tengamos que averiguar.
Los otros tres presentes asintieron, de todos modos Link y Zelda estaban agotados después de haber estado caminando todo el día, además de que Zelda prefería no tener que ver más monstruos por el resto del día. Cenaron un poco de la comida que Ruto y Ralis aún tenían en el búnker, aunque todo consistía en pescado, y luego fueron a descansar para tener energía para el día siguiente, aunque Zelda notó que Link tendría un feo rasguño debido a las garras de uno de los wolfos árticos y se dedicó a curársela a Link quien avergonzado insistía en que no era nada y se le curaría solo. Después de recibir un pequeño regaño de Zelda por no ser cuidadoso, ambos procedieron a dormir juntos como todas las noches.
El camino hacia el auto fue desastroso. Link y Zelda tuvieron que prestarles sus respectivos chaquetones a ambos príncipes zora, ya que estos no tendrían nada de ropa abrigada para el frío en el búnker y los zoras eran mucho más susceptibles al frío que los hylianos. Y por si fuera poco, el camino ahora estaba lleno aún más de wolfos árticos y keeses rodeados de hielo. Link caminaba siempre delante del grupo, siendo un blanco más fácil para los monstruos y que así se acercasen a él antes que al resto, aunque tampoco importaba mucho ya que parecía que estos solo le buscaban a él.
Una vez llegaron al auto, Link y Zelda se sentaron en los asientos de delante mientras que ambos príncipes zoras atrás. Ruto al principio no paró de quejarse de que nunca se habría montado en un auto tan desastroso, pero se vio obligada a callarse después de recibir un grito de su hermanos menor.
Durante el camino al lago Hylia iban en silencio. Link conducía por carretera nacional para así no ser vistos en la autopista, aunque eso significase que el camino tendría muchos baches al ser tan desatendido. Lo bueno es que la carretera nacional prácticamente seguía el río zora, por lo que los cuatro miraban el río ya completamente seco, haciendo que el corazón de los príncipes zoras se estrujase al ver aquello.
El lago Hylia solía ser un sitio muy turístico, lleno de gente con botes y demás en el puerto incluso. Sin embargo, no había nada de eso. No había turistas, no se podía ver ningún bote, todos los puestos turísticos o incluso negocios cerrados… Link aparcó el auto en un aparcamiento privado que habría cerca del puerto, para así guardar el ticket en la guantera y salir hacia fuera junto con Zelda y los príncipes zora. Caminaron en dirección hacia el lago, quedándose atónitos al ver el gran y famoso lago Hylia de Hyrule, prácticamente seco, con solo un poco de agua como si fuese un charco. Jamás habría visto un lago seco y era muy deprimente. El suelo agrietado, pequeños charcos de agua…
-Se dice que el lago Hylia se formó con las lágrimas de Hylia cuando su héroe murió entre sus brazos…-murmuró Zelda mirando el lago aún atónita, tratando de aguantarse las lágrimas salir de sus ojos, como si algo en ella se rompiese al ver el lago así.-Que Hylia lloró tanto por la muerte de su amado, hasta que sus lágrimas formaron un lago, el lago Hylia…
-Pues no sé si eso es cierto o no.-dijo Ruto acercándose al lago para observarlo mejor.-Pero si el lago Hylia se seca… No solo será el fin de los zoras, sino de todo Hyrule… Es una de las mayores fuentes de agua de todo el reino…
Poco a poco decidieron bajar hacia el fondo del lago, Link ayudando a Zelda a bajar y ayudando también a Ruto. Por otro lado Ralis habría bajado primero, gritando al haber encontrado una especie de hueco en las paredes del lago, donde se podría apreciar una especie de cueva tapada por una gran puerta de piedra. Mientras más observaban, podían ver pequeñas inscripciones en la pared, como si se tratase de alguna especie de ruinas o algo.
-Es aquí, este es el Santuario del lago.-dijo Ralis mirando al resto llegar.-Hemos venido antes un par de veces, para rezarle a la deidad de los zoras, Jabu Jabu.
-Sí, pero nunca hemos entrado.-respondió Ruto mientras observaba las columnas. Por alguna extraña razón, sentía una gran conexión hacia ese sitio.-Pero mamá decía que parte del agua del lago Hylia se purifica aquí dentro, por lo cual estará lleno de agua.-volteó nuevamente hacia ambos hylianos.-¿Sabéis nadar, no?
-El problema no será ese, si no que puedan respirar tanto tiempo debajo del agua…-añadió el príncipe zora mientras pensaba.-¡Ya sé!-volvió a mirar a su hermana, quien simplemente le miró confusa.-¡Sasan!
-¿¡Qué?!-exclamó Ruto molesta.-¡Ni hablar! ¡No pienso hablar con Sasan! ¡Es un rarito!
Link y Zelda simplemente se miraron confusos, para luego ver nuevamente a los hermanos zora y hablar Zelda.
-¿Quién es Sasan?
-Sasan es un chico con el que Ruto estuvo saliendo hace meses.-respondió Ralis mientras se reía de la cara de enfado de su hermana.-Trabaja a medio tiempo en una tienda de las de aquí de turismo, en alquiler de equipo para bucear. Seguro que si Ruto se lo pide nos presta un equipo o al menos nos hace descuento.
-¡Para empezar no estuvimos saliendo!-volvió a exclamar Ruto su rostro ponerse rojo de la ira.-¡Solo lo besé en una fiesta! ¡Y porque yo misma estaba borracha! ¡Y luego empezó a acosarme para que saliésemos juntos!
-Pues vamos a hablar con él.-respondió Link, dejando a Ruto atónita aunque no le dejó hablar.-Necesitamos equipo para bucear y si quieres salvar a los zoras entonces te tragarás tu orgullo y le vas a hablar a ese tipo.
Ruto estaba atónita, casi boquiabierta al ver cómo Link le habló y de una forma tan seria. Por otro lado, Zelda y Ralis hacían lo imposible por controlar su risa al ver la cara de Ruto. Al final decidieron hacer eso, saliendo del lago con mucho cuidado y siguiendo a Ruto hasta una de las tiendas de buceo. Link y Zelda iban caminando detrás de ambos zoras, aunque Zelda notaba lo serio que estaba Link.
-¿Estás bien?-preguntó Zelda, a lo que Link asintió sin mirarla mucho.-¿Por qué estás tan serio?
-Ese sitio me ha dado escalofríos.-murmuró Link, casi sintiendo esos escalofríos nuevamente, como si su cuerpo tuviese malos recuerdos de un templo con agua.-Quédate aquí con Ruto y Ralis, ¿sí? No quiero que me acompañe nadie…
Zelda estaba insegura ante aquello, pero simplemente asintió. No iba a volver a discutir con Link por lo mismo, entendía por qué prefería ir solo y Zelda aceptaba. No es que fuese lo que quería, pero al menos estaría con Ralis y Ruto así que no estaría sola.
-Bueno, podría aprovechar para llamar a Gaepora y preguntarle sobre la fuente de Lanayru…-murmuró Zelda mientras se encogía de hombros.-Es la última fuente y aún no la hemos localizado…
Link asintió con una leve sonrisa, para así tomar su mano y llevarla hasta sus labios para besarla, haciendo que Zelda se relajase y sonriese. No tardaron en llegar, para así ver a Ruto golpear una persiana de uno de los locales bastante enfadada, escuchando como respuesta un simple "¡Está cerrado!". Eso no hizo que su humor mejorase, pues simplemente siguió golpeando con más fuerza hasta que salió alguien por la puerta trasera.
-¿¡Es que no sabéis leer?!-preguntó una voz molestas se acercaba a ellos.-¡CE RRA DO!-Ruto rechinó sus dientes, mirando a Sasan aparecer por fin.-¡Vaya! ¡Pero si es la princesa me creo mejor que todos!-Sasan se cruzó de brazos molesto, viendo a Ruto y sin prestarle atención al resto.-¿Qué haces aquí, Ruto?
Ruto rechinó los dientes molesta, a punto de dar media vuelta e irse, pero al oír el carraspeo molesto de su hermano gruñó molesta para así ver a Sasan.
-¡Hola Sasan!-exclamó con una falsa sonrisa, tratando de aguantarse las ganas de pegarle al hyliano.-¿Nos puedes prestar un equipo de buceo? Es importante.
-¿Un equipo de buceo dices?-preguntó Sasan, a lo que Ruto asintió.-Déjame pensarlo… ¡No!-Ruto al escuchar aquello estaba perdiendo su poca paciencia, teniendo que detenerla Ralis sujetándola de la aleta.-¿¡Por qué iba a ayudarte?! ¡Te pedí salir y me rechazaste!
Ruto simplemente rodó los ojos molesta, empezando a impacientarse con aquella actitud.
-¡Cómo si fuese a salir contigo!-exclamó la princesa zora.-¡Bien! ¡Haz lo que quieras! ¡No necesitamos tu ayuda!-iba a dar media vuelta y a marcharse, pero al escuchar el "¡Ruto!" al unísono del grupo detrás suya, suspiró molesta para así mirar nuevamente a Sasan.-¡Está bien, joder!
-Sasan, mi hermana es tonta.-respondió Ralis, acercándose y poniéndose al lado de su hermana.-Y seguramente no te rechazó con la mayor delicadeza, ¿verdad?-preguntó Ralis, a lo que Sasan asintió.-Bien, pues si se disculpa… ¿Nos podrías prestar el equipo de buceo?
Sasan se lo pensó un par de segundos. Iba a rechazarlo, pero conocía un poco a Ralis y era buen chaval, no como la insoportable de Ruto. Además, hacía tiempo ya no le gustaba Ruto. Y aparte de eso, notaba la desesperación en el rostro de los otros dos hylianos, por lo que acabó cediendo.
-Ruto tiene que disculparse y…-pensó durante un par de segundos, para finalmente sonreír.-Planear una cita a ciegas para mí con Finley.
Ralis suspiró aliviado, para así asentir con una sonrisa. Ruto sin embargo estaba aún de brazos cruzados, pero al recibir un codazo de parte de su hermano en las costillas, gruñó molesta para así cruzarse de brazos y mirar a Sasan.
-Lo siento.-murmuró la princesa zora.-¿Feliz?
-No.-respondió Sasan cruzado de brazos.-Una disculpa completa o no hay trato.
-¡Por las Diosas!-exclamó Ruto molesta otra vez.-¡Eres insoportable! ¡Está bien!-suspiró para así relajarse, mirando otra vez a Sasan.-Sasan, siento haberme burlado de ti cuando me pediste ser tu novia y haberte dicho que no saldría contigo ni aunque Jabu Jabu me lo ordenase, ¿contento?-preguntó irónicamente, a lo que Sasan simplemente suspiró y asintió.-Y si nos ayudas, prometo hacer que Finley vaya una cita conmigo aunque eso me cueste mi amistad con ella.
-Cállate, lo estropeas.-dijo Sasan, suspirando nuevamente.-Está bien, os voy a prestar un traje de buceo. Aunque no sé para qué lo queréis si el lago está totalmente seco… Por cierto, ¿sabéis por qué está seco? Porque como esto siga así mi jefe me va a despedir…
-Eso no importa ahora.-respondió Ralis, yendo detrás de Sasan y diciéndole al resto que le siguiesen.-Solo necesitamos un traje de neopreno y un tanque lleno, ¿tienes? Es para Link.
Sasan asintió, para así mirar a Link para calcular su talla y sacar de un armario un traje de neopreno azul oscuro con rallas verdes y dárselo para que se lo probase. Link simplemente lo tomó y fue a los probadores, saliendo con el traje aunque algo incómodo por lo ajustado que era al cuerpo. Por suerte aún podía llevar su ropa debajo de este. Lo bueno del neopreno era que se veía muy resistente, por lo que si se encontraba enemigos al menos estos tendrían un poco de dificultad a la hora de lastimar su piel, o eso esperaba. Sasan le habría dado una máscara que le quedase y un snorkel, para luego buscar unas aletas y dárselas en mano a Link. Lo último que le entró fue una botella, también conocido como el tanque de oxígeno, que se lo conectó al snorkel.
-Tiene capacidad para siete horas.-dijo Sasan mientras terminaba de ajustar la botella al snorkel.-Aunque lo idóneo es que no te lo gastes todo, claro… Puedes ir controlándolo con el manómetro, procura no llegar al nivel naranja.
Link simplemente asintió. La botella era un poco pesada, aunque esperaba no tener que sentirla en el agua. Tampoco sabía muy bien cómo sería utilizar una espada en el agua, aunque bueno supuso que aprendería en el camino. En eso se acercó Ralis nuevamente a Link, entregándole un walkie-talkie y guardándolo en un bolsillo que tendría Link en el neopreno.
-Es especial, es acuático.-respondió Ralis al ver la cara confundida de Link.-Será mejor que vayamos yendo antes de que anochezca… ¡Gracias Sasan! ¡Ya volveremos!
Sasan simplemente se despidió, aún confuso ante todo aquello pero mirando a los cuatro irse nuevamente hacia el lago Hylia. Simplemente se encogió de hombros, dejando las pertenencias de estos detrás del mostrador y cerrando nuevamente el local para así limpiarlo. Su jefe estaba de mal humor, no quería que se pusiese peor al ver todo un equipo de buceo desaparecido.
Una vez volvieron al lago seco, bajaron nuevamente hacia la gran puerta de piedra que encontraron. Por suerte, Ralis habría traído linternas de buceo que le habría "cogido prestadas" a Sasan, por lo cual les venía bien para revisar las ruinas ya que además estaría empezando a anochecer al ser casi invierno. Mientras revisaban, Ruto encontró en una de las columnas unas inscripciones raras, casi como dibujos o jeroglíficos, que no podía descifrar, aunque parecían importantes por lo que avisó al resto. Zelda al inspeccionarlos, sonrió al tener ya una pista.
-Es hyliano antiguo.-contestó mientras abría el libro de Mudora que habría traído consigo en su mochila.-Link, alúmbrame con tu linterna, voy a tratar de descifrar esto…-Link simplemente asintió, alumbrándole las páginas del libro con la linterna. Ralis ayudaba a sujetar el gran libro, mientras que Ruto aún alumbraba los jeroglíficos.-Bien… Esta palabra significa "puerta"… La palabra del final estoy casi segura que significa "desear", y parece ser la única que concuerda sintácticamente con "puerta", así que estoy segura de que es el verbo principal de la oración, porque luego le sigue la palabra "abrir", aunque también podría significar portón…
Ruto rodó los ojos, cruzándose de brazos mientras miraba a Zelda.
-¿No que estudiabas hyliano antiguo?-preguntó burlona.-Porque eres una inútil.
Zelda se aguantó las ganas de aplastarle la cabeza con el libro, simplemente mirándola mal.
-Prueba a intentar traducir una lengua muerta que no se habla desde hace más de quinientos siglos con un libro viejo y ya me cuentas qué tal lo haces.-bufó molesta, recibiendo Ruto no solo la mirada molesta de Zelda, pero si no también de Link y Ralis.-A ver, "abrir" está en infinitivo… Vale, "Si la puerta deseas abrir"… La siguiente palabra estoy segura de que es "canta", porque luego cambia un poco y se transforma en "canción" según las declinaciones del libro… ¡Ah! Y este símbolo del zafiro con tres puntas representa a los zoras.-guardó el libro, suspirando aliviada por fin.-"Si la puerta deseas abrir, canta la canción de los zoras."-volteó a ver a Ralis y a Ruto.-¿Tenéis alguna idea de cuál puede ser?
Ralis negó levemente, encogiéndose de hombros. Sin embargo, Ruto sentía una leve opresión en su pecho, sintiendo cómo algo dentro del Santuario del lago la llamaba, haciendo que su cuerpo se llenase de escalofríos.
-Es la Serenata del Agua…-murmuró Ruto mientras miraba la inscripción, esbozando una melancólica sonrisa como si un recuerdo lejano apareciese en su mente.-Se dice que esta canción se la enseñó un héroe del pasado a la princesa zora de ese entonces… Es una tradición entre la familia real enseñarle la canción a sus hijas…-suspiró levemente, tratando de aguantarse las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos al recordar a su madre.-"Tiempo pasa, gente se mueve… Como un río fluye y nunca termina… Una mente infantil se convertirá en noble ambición… El joven amor se convertirá en profunda aflicción… El agua refleja crecimiento…"-rio burlonamente después de repetir las palabras que una vez su madre le dijo al enseñarle esa canción, secándose la lágrima de su ojo con su muñeca.-Es irónico, creo que mamá de una forma u otra siempre supo para qué servía esa canción…
Ralis miró a su hermana apenado, para así abrazarla. Por fin lograba entender lo mucho que a Ruto le estaba doliendo la muerte de su madre. Sabía que no era mala hija, solo era rebelde, sobre todo después de que su padre muriese al ser ella muy mimada por su padre. Ruto esbozó una leve sonrisa, abrazando igual a su hermano menor. Zelda miró igual apenada a Ruto, entendía muy bien lo que era perder a su madre y a su padre.
-Sé que tu madre está orgullosa de lo fuerte que estás siendo…-murmuró Zelda, atrayendo la atención de Ruto.-Y sé que en el fondo, ella siempre supo que lo eras…
-Gracias, Zelda…-dijo débilmente Ruto en una pequeña sonrisa, para luego suspirar y mirar la puerta.-Bien… Esperemos que esto funcione…
Ruto se colocó frente la puerta y los demás se hicieron hacia atrás. Llevó una mano hacia la puerta, sintiendo el tacto de la piedra bajo su mano, suspirando para así poder calmarse y sentir tranquilamente en su corazón el agua detrás de la puerta, que se movía tranquilamente de un lado a otro.
«Hearing your soft stream
Floating in a dream
Water around me
River, lake and sea
Oh Queen of Water
Great Zora's daugther
Hearing your whispers from the deep»
Ralis se sorprendió cómo aquello parecía estar funcionando, incluso una tenue luz azul parecía estar rodeando a su hermana, como si fuese agua brillando, y la pared de piedra poco a poco cedía deslizándose sobre sí misma. Por otro lado Link y Zelda no estaban tan sorprendidos, si algo habrían aprendido en aquella aventura es que Hyrule escondía magia en cada rincón, incluyendo en las canciones transmitidas de generación a generación dentro de las familias reales.
«A song we both know
Last played ages ago
It's within in your voice
A calming sweet noice
You're calling for me
Where will you take me?
I just follow your voice, I'll see…»
Y con la última nota, la puerta terminó de ceder y por fin se encontraron con un túnel que bajaba profundamente, túnel repleto de agua tal y como Ruto habría sentido. Ralis por otro lado estaba atónito al ver cómo aquello habría funcionado, tirándose encima de su hermana para abrazarla y felicitarla.
-¡Eso ha sido asombroso!-exclamó Ralis mientras abrazaba a su hermana, quien se quejaba de ser asfixiada.-¡Hazlo otra vez!
-¡Ya suéltame!-exclamó Ruto mientras intentaba separarse de su hermano.-¡Ni si quiera sé cómo lo hice en primer lugar!
Zelda no pudo evitar reír levemente al ver la estampa, para así acercarse una vez Ralis se separó y abrazar a Ruto, quedándose Ruto sorprendida por aquel acto aunque disfrutándolo pues era lo que necesitaba en ese momento.
-Lo has hecho increíble, Ruto…
-Gracias, Zelda…
Ambas princesas se separaron y Zelda se acercó a Link para así ayudarle a sacar el escudo hyliano y la Espada Maestra de la mochila. Zelda estaba un poco insegura de dejarlo ir solo, pero no iba a discutir con Link nuevamente porque sabía que este no iba a dar su brazo a torcer. Link estaría colocándose las aletas en los pies y colocándose la máscara, cuando notó a Zelda cabizbaja, por lo que se acercó a ella para así estrecharla entre sus brazos y plantar un apasionado beso en los labios de la princesa hyliana.
-Eso es hasta que vuelva…-murmuró Link casi sobre los labios de la hyliana.-Cuando vuelva te daré otro mejor que ese, ¿sí?
Zelda simplemente esbozó con una sonrisa y su rostro sonrojado, a lo que Link sonrió también mientras se colocaba la máscara. Ruto también habría gritado un "¡Yo también quiero un beso de Link!", aunque rápidamente fue callada por Ralis quien le dio un golpe en las costillas a su hermana. Zelda negó entre risas, mientras Link se rascó la nuca avergonzado, centrándose mejor en asegurarse que llevaba todo lo necesario. Por último, Zelda se quedó con el otro walkie-talkie, acordando con Link en comunicarse mutuamente cada media hora. Link lo encontraba un poco exagerado, pero al final acabó accediendo para la tranquilidad de Zelda.
Después de despedirse una última vez, Zelda, Ruto y Ralis emprendieron nuevamente su viaje hacia arriba del lago Hylia y esperar en la tienda de Sasan, mientras que Link tomaba aire puro una última vez antes que ajustar su snorkel y entrar por ese túnel, sintiendo una horrible aura maligna recorrer todo su cuerpo y sacándole escalofríos que no se debieron al fría agua que sentía aún con el neopreno.
Comentarios finales: Con la universidad, el trabajo y demás asuntos personales me veo obligada a reducir la cantidad de capítulos subidos a la semana a uno. Esto no significa que si no me veo con la oportunidad no subiré otro, aunque es por seguro que solo tendré suficiente tiempo para subir uno una vez por semana (trataré de hacerlo antes de que acabe el fin de semana siempre). Por favor, no olvidéis comentar y darle a me gusta para saber si os gusta esta historia y tener más ánimos de continuarla cada día :) Es importante para mí ver vuestro apoyo día tras día.
La letra de la Serenata del Agua es propiedad de Game4ce en youtube. Traducción aquí:
Escuchando tu suave corriente
Flotando en un sueño
Agua alrededor mía
Río, agua y mar
Oh Reina del agua
Hija del Gran Zora
Escuchando tus susurros desde la profundidad
Una canción que ambos conocemos
Tocada hace muchos años atrás
Está dentro de tu voz
Un dulce y tranquilizador sonido
Estás llamándome
¿Dónde me llevarás?
Solo sigo tu voz, ya veré…
