Hola, quería escribir esta pequeña introducción en el capitulo anterior pero creanme que sólo subí el capitulo porque quería saber si daba buen resultado, porque lo había subido en Wattpad y no generé lo que realmente quería, entonces dije que debía subirlo aquí sólo por diversión y para ver si tenia un resultado, y creo que sí, realmente me alegra mucho que les haya gustado el primer capitulo y que les haya llamado la atención, pues porque no me considero la gran escritora ni nada de eso, pero realmente me han alagado.

También miré en los comentarios que generé poquita confusión. Aclaro de una vez que esto no es un "Albertfic" como le llaman, jaja. Sino que yo trato de darle un buen final a la serie del anime, aunque no me estoy basando mucho en eso, sino que saco mis propias ideas, espero eso les parezca bueno, pero tampoco es un "TerryFic" aunque si está más por esa idea, porque yo amo a Candy y a Terry, y lo que trato de plasmar aquí es un buen final para ambos, algo de lo cual en la serie de Anime no me pareció nada justo.

También quiero limpiar la imagen de Terry, porque he visto varios comentarios, jaja, de que Terry actuó como un cobarde. No para mí no fue así.

Espero, realmente, que les gusté mi idea, que me sigan durante este proyecto y que els encante la idea de que Candy tenga ese final feliz que tanto se merece.

Saludos y besitos.


Capitulo 2: Comienza una nueva aventura.


Candy estaba parada frente al espejo de pie, se probaba un vestido nuevo. Ya llevaba varios cambios en una pequeña maleta, pero ese vestido era especial. Albert, le había contado que habría una gran cena a la cual habían sido invitados, Candy aún no sabía de quién era exactamente esa fiesta. Aun así, compró un hermoso vestido largo para esa gran fiesta, hacía mucho que no asistía a una fiesta tan elegante y le agradaba la idea.

Cada que se miraba al espejo encontraba algo diferente, ya no era la misma niña, se daba cuenta de que estaba más alta, y sí, mucho más delgada. Se descompensaba demasiado desde que empezó a trabajar con el doctor Martin. Pero eso no significaba que había perdido la belleza, al contrario, según Albert, era más hermosa cada día, y que sin duda encontraría un buen partido para ella.

Desde que Albert había tomado por completo la responsabilidad de la familia Ardley, Candy era el centro de atención de los medios, siendo una heredera rica y soltera, llamaba mucho la atención, además de que era muy hermosa. Muchos hablaban de la heredera de los Ardley, en especial las familias cercanas, porque no estaba casada y además de que era una chica misteriosa que no se interesaba por el matrimonio, era muy mal visto, por esa razón la tía abuela Elroy, la seguía odiando, la toleraba por William Albert, pero no soportaba la idea de que Candy estaba en boca de todos.

Esto le importaba lo más mínimo a Albert y a Candy, pero no podían seguir ignorando los comentarios. Albert pensaba que algún día tendrían que callar a toda la sociedad de aristócratas que los rodeaban, pero él no iba a hacer algo que fuera contra la voluntad de su hija adoptiva.

Por otra parte, Eliza Leagan no llamaba la atención como ella quería. Había conseguido ya varios pretendientes, pero ninguno la llenaba, así que se excusaba de decir que sólo eran amigos, para no quedar como una mujerzuela. De igual manera le hartaba la idea de que su enemiga Candy seguía siendo una sensación, y que Eliza seguía siendo su sombra, se había dicho a sí misma que no iba a seguir permitiéndolo.

Seguían viviendo en Chicago con su familia, y aunque estuviera lejos de Candy, planeaba muchas cosas para deshacerse de ella, y era obvio que seguía con echando veneno a la tía abuela para que consiguiera desheredar a Candy. No daba mucho resultado.

Por el momento no había logrado su cometido, pero no perdía la esperanza de que algún día Candy desapareciera por completo de su "maravillosa" vida.

Mientras tanto, Candy tenía una vida muy feliz a un lado de su mejor amigo, pasando desapercibida todo lo que se decía de ambos.

Después de mirarse en el espejo y notar que ya no era una niña, puso una cara de pocos amigos.

⸻ ¿Te pasa algo, Candy? ⸻ Preguntó Dorothy.

⸻ No, sólo pensaba. Pensaba que miraría a una niña de doce años frente al espejo una vez más, pero esa niña no está aquí más. ⸻ Dijo Candy mostrando un poco de nostalgia.

Dorothy no dijo nada, sólo le regaló una sonrisa a su amiga, lo cual indicaba a Candy que se veía contenta por ese comentario y sentía un poco de orgullo.

⸻ Claro que no. Esa niña no está aquí más. Pensé que te habías dado cuenta desde hace mucho. ⸻ Contesto Dorothy.

⸻ Lo había notado. Pero no sólo es el cambio físico, Dorothy, es todo esto. ¿Alguna vez me viste así? ¿Tan engreída? ⸻ Preguntó Candy.

La joven no sabía que contestar, estaba un poco aturdida por las preguntas que hacía su amiga. No es que le quería dar la razón y decirle que siempre fue una engreída, no eso no era. Pero no encontraba las palabras correctas.

⸻ Es parte de crecer. Y tú has crecido en un ambiente muy diferente a como deben de vivir las chicas en tu posición. ⸻ Fue lo único que supo decir.

⸻ ¿Mi posición? ⸻ Candy Pensó en voz alta. ⸻ Yo nunca pedí nada de esto. Aunque todo lo estoy haciendo por Albert. Dorothy, ¿tú me ves feliz?

⸻ Creo que debemos dejar este tema, y te diré algo. Debes estar profundamente agradecida con todo esto que tienes. Y si no te gusta, debes dejar a Albert entonces.

Dorothy se había puesto muy seria, hasta había cruzado los brazos. Era obvio que no iban a llegar a nada en esa conversación. Ella quería que Candy se diera cuenta de todo lo que estaba haciendo mal, pero no daba resultado.

⸻ Estoy agradecida con Albert, y no siento que me falte nada, pero no soy yo. ⸻ Ya sé qué pasa. Pero Candy, no vivas en tú pasado. Vive el presente y vive contenta que la vida te ha dado demasiado. ⸻ Trato de animarla Dorothy.

⸻ Lo haré, Dorothy, pero no quiero ser una heredera engreída y mimada como Eliza. ⸻ Sonrió Candy un poco tímida.

Dorothy también soltó una risita.

⸻ Pensé que te preocupaba otra cosa. Pero no Candy, estas muy lejos de ser esa persona. Eres noble, bondadosa y generosa, nada egoísta. Eso te hace diferente a Eliza, así tengas la fortuna más grande del mundo, Candy nunca dejará de ser Candy. ⸻ Finalizó Dorothy regalándole una sonrisa a su amiga.

Candy también sonrió, se sentía un poco más animada, pero seguía preocupada por algo, algo que no quería admitir.

Esa noche, a la hora de la cena, Albert indicó a Candy que se alistara para la mañana, ya que partirían de inmediato a Florida. Era obvio que Candy estaba muy emocionada de ver nuevamente a su amiga Patty O'Brien, a quién ya le había escrito una carta informando las buenas nuevas.

Como tenía poco tiempo, Patty no respondió la carta y esperaría a su mejor amiga con ansias.

Todo iba de maravilla, el día estaba precioso, aunque estaba un poco frío, y eso no importaba, Albert por fin se tomaría un descanso desde hacía tiempo, estaba emocionado al igual que Candy, ella más por ver a su mejor amiga.

⸻ Candy, tendré que dejarte sola un día… dos, máximo. Pero después de esto pasaremos las mejores vacaciones, ya verás que sí. ⸻ Informó Albert.

La pecosa miraba por la ventanilla del carruaje en el que iban, así que no prestó atención, seguía un tanto pensativa y a la vez le emocionaba la idea de despejarse de todo lo que la acomplejaba. Pero luego volteó a ver a Albert.

⸻ No te preocupes, Albert. Estaré con Patty. ⸻ Le regaló una sonrisa al joven.

Albert estaba conforme, ya qué Candy no le había preguntado por qué estaría ausente dos días como máximo.

La joven, pensaba en lo que le habían dicho, tanto como el doctor Martin como Dorothy que se preparara para lo que el destino tenía con ella.

La vida da muchas vueltas, Candy. Aquellas palabras retumbaban en su cabeza, pero no se lo decían como una buena intención, sino que lo decían de tal forma que Candy lo tomó más como una advertencia. ¿Qué cosas le tenía preparado el destino de ahora en adelante? Florida sólo era un estado más ¿qué habría de importante ahí?

Una vez que se habían instalado en sus lugares en el tren, Candy ya no contuvo la emoción, cada vez estaba más cerca de ver a su mejor amiga. Patty había contado, por medio de cartas, que aún no se sentía muy feliz del todo, no podía dormir porque en cada sueño aparecía Stear. Esto le preocupaba a la pecosa, ya que habían pasado años desde la muerte de su amigo Stear, y se sentía un poco comprometida con Patty a salir de esa depresión. Estando en Florida, Candy pasaría mucho tiempo con Patty y así distraerla lo más posible de aquella tristeza que la rodeaba.

Por medio de esas cartas, Candy se daba cuenta de que Patty seguía siendo muy tímida, ahora se había vuelto más introvertida. Ya que le contaba cosas cómo: Hoy invitaron a mi familia a una fiesta, pero no pude bailar con nadie porque sentí miedo; O, estuve en mi habitación todo el día. Esto era deprimente y algo desesperante para Candy, y por fin, por fin, se hallaba una oportunidad para ayudar a Patty una vez más.

Las horas pasaron, y durante el viaje Albert… ni George, a quién habían convencido de ir a Florida, no como mayordomo sino como amigo, se habían pasado las horas callados, de vez en cuando decían algo y después horas de silencio de ultratumba, Candy por su parte estaba divertida por la reacción de ambos, tal parecía que querían ocultarle algo. Pero no le tomó importancia.

Al llegar a Florida, Candy bajó del tren gritando muy emocionada, y al mismo tiempo decía "Yupi, hemos llegado". Canturreaba y se daba vueltas por alrededor de los dos hombres que la acompañaban. Parecía esa niña otra vez.

⸻ Los cambios de humor de Candy me preocupan. ⸻ Dijo Albert a su compañero. ⸻ Pero creo que es porque está creciendo.

George no dijo nada, como siempre se reservaba las palabras y sólo alzó los hombros.

Como en Florida no había parientes de los Ardley, Albert había reservado las mejores habitaciones de un hotel que quedaba cerca de la playa, lo hizo así porque le agradaba la idea de tener que escuchar el mar en las noches.

Candy estaba tan emocionada que no había dado cuenta del clima, no era frío como en Lakewood, y casi todos se le quedaban viendo por el abrigo que tenía puesto. Como siempre ignoró todo aquello, ya quería ver el hotel y a su amiga Patty.

Al entrar la habitación, Candy se echó a la cama, sintiendo lo suave que era. Como estaba sumamente cansada se quedó dormida hasta el amanecer. Ese era el día que Candy había estado esperando, la primera porque sería la gran cena a la que Albert y Candy habían sido invitados, y la segunda porque vería a su mejor amiga por primera vez en años.

⸻ ¡Buenos días! ⸻ Canturreó Candy, al entrar a la cocina de la suite.

⸻ Buen día. ⸻ Dijeron los dos hombres al unísono.

El desayuno ya estaba listo, tal y como en la mansión de Lakewood.

Ah, pensé que haríamos todo cuando estuviéramos aquí. No puedo estar aquí sin hacer nada. Pensó Candy un poco desanimada.

Los tres tomaron el desayuno para dirigirse a sus respectivos lugares. Albert y George arreglarían asuntos de trabajo, mientras Candy iría a visitar a su amiga Patty. Salieron de la casa en un auto que había rentado Albert.

El buen clima de Florida ponía de muy buen humor a Candy, era como estar en primavera en el Hogar de Pony, además recordaba que ya había estado una vez en Florida cuando diciembre comenzaba.

Nunca estuve tan contenta de estar aquí. Creí que me volvería a doler recordar Florida y sus coloridas calles. Pero no, estoy aquí por un nuevo motivo. Le prometí a Dorothy estar feliz en estas vacaciones, no quiero que Patty piense que estoy triste, debo estar fuerte para ella, ella me necesita más. Candy pensaba, y se repetía que debía estar feliz con todo lo que tenía. Y se volvió a hacer una promesa, ser la misma Candy pecosa y sonriente.

⸻ Candy, llegamos. La residencia O'Brien. Llegaré lo antes posible. ⸻ Dijo Albert quien era el conductor y que no se bajó del auto para despedirse, ya que iban un poco retrasados.

Candy sólo asintió con la cabeza. ¿Por qué Albert tendría que llegar con los O'Brien? Alzó los hombros. Entonces, los dos hombres se fueron alejando, dejando a una Candy un poco confundida, no sabía que Albert tenía una relación lo O'Brien.

Entonces, la chica pecosa comenzó a caminar por el pasillo de concreto, que le recordaba un poco al jardín que estaba en la mansión de los Ardley en Chicago. La casa era pequeña en comparación, a Candy le agradaba la idea. Además, el jardín estaba lleno de diferentes flores, lo cual hacía lucir la mansión más hermosa, tan colorida y llena de vida. Se podía percibir que detrás de la casa había árboles enormes, había uno muy llamativo, era ese árbol frutal que estaba delante de la casa, un árbol de mandarinas. También se podía notar un gran silencio, pero más que eso podía notarse la tranquilidad en la que Vivian los O'Brien. Candy no sabía si Patty aún vivía con sus padres, ya que no los mencionaba mucho. Lo último que supo, fue que estaban en Inglaterra cuando la Guerra había comenzado, pero de eso ya hacía dos años, entonces ignoraba aquel detalle.

Antes de que Candy llamara a la puerta, Patty salió y la abrazó en cuanto pudo. No le dio tiempo ni de pensar, pero ambas estaban muy emocionadas. Candy al darse cuenta, abrazó a su amiga muy fuerte. Patty lloraba de la emoción mientras le decía que había estado extrañándola desde que dejó Chicago.

⸻ Te eché mucho de menos, Patty. Pero no seas una llorona. Ya estoy aquí y nos divertiremos mucho. ⸻ Decía Candy para consolarla.

⸻ No lloro de tristeza, estoy muy contenta de tenerte en mi casa. Ven, tengo que presentarte a mis padres.

Patty se limpió las lágrimas, y tomó a Candy de una mano para guiarla hacia donde estaban sus papás.

La mansión era hermosa aún más por dentro. Se notaba que los padres de Patty y sus antepasados tenían un buen gusto, bueno, qué se podría esperar de una familia rica. De los ventanales que estaban en la recepción, se podía entrar la luz natural del sol, ahí no hacía falta las chimeneas, porque el sol calentaba y al mismo tiempo iluminaba casi todos los rincones de la casa, gracias a esos enormes ventanales. Alrededor de la recepción estaban las escaleras, por donde Candy y Patty caminaban. En la parte de arriba se encontraban los largos pasillos de lado a lado, y en cada uno había puertas, podría decirse infinitas desde la perspectiva de Candy.

⸻ Debo decir que tienes una casa muy hermosa, Patty. Debes vivir muy contenta aquí. ⸻ Se atrevió a decir Candy mientras seguían caminando por un largo pasillo.

⸻ Oh no, es muy aburrido estar en esta casa, nunca hay ruido ni nada. A mi padre le molesta la música, y sólo se la pasa encerrado en su estudio. Y mi madre, tejiendo o tocando el piano, que está en el fondo de esta casa, así mi padre no podría escucharla. ⸻ Patty se echó a reír como si hubiera dicho el chiste más gracioso del mundo.

Candy sólo le sonrió. Si así era el padre de Patty, no le interesaba mucho conocerlo, sería peor que la tía abuela.

Patty se paró frente a una de las puertas más grandes del pasillo, Candy pensó que esa sería la oficina del señor O'Brien. Así que se estaba preparando para dar una buena impresión y se estaba mentalizando para parecer una chica muy seria.

En cuanto Patty abrió la puerta, Candy no supo qué hacer, ni qué pensar. Estaba boquiabierta, no tenía idea de que Annie y Archie estarían en Florida, ni mucho menos en la casa de Patty. Ahora entendía perfectamente lo que Albert trató de decir cuando la dejó afuera de la mansión.

⸻ ¡Annie! ⸻ dijo con un Hilo de voz.

⸻ Oh, Candy, has llegado. ⸻ Annie se lanzó a Candy para darle un fuerte abrazo.

⸻ ¡Annie! ⸻ se repetía Candy confundida. ⸻ ¿Cómo es que están aquí?

⸻ Albert nos contactó a todos. Fue una suerte que yo estoy de vacaciones. ⸻ Contestó Archie, de quién fue turno de abrazar a Candy. ⸻ Hola, Candy. Ha pasado mucho tiempo.

⸻ ¿Así que Albert estuvo involucrado en esto? Jamás pensé que esto era lo que quería que viera. Oh, Albert siempre siendo tan bueno conmigo. ⸻ Dijo Candy muy contenta.

Después todo se dieron un abrazo grupal por el incómodo silenció que se generó, mientras se reían al mismo tiempo, ya hacía mucho que no se veían y estaban reunidos de nuevo, como en los viejos tiempos, sólo que hacía falta Stear.

⸻ Me alegro mucho de tenerlos en mi casa, ⸻ comenzó Patty. ⸻ y estoy segura de que a Stear le habría fascinado estar aquí.

La voz de Patty se había quebrado, porque nadie sabía cuánto tiempo tendría ella sin mencionar a su difunto novio.

⸻ Él está contigo siempre, Patty. ⸻ dijo Archie dándole un poco de ánimo. ⸻ Además, a él no le hubiera gustado que tú estuvieras siempre triste. Ahora, estamos aquí, contigo, Candy está aquí. Y vamos a disfrutar esta noche.

Patty sonrió sin ganas.

⸻ ¿Qué vamos a celebrar hoy? ⸻ Interrumpió Candy cambiando el tema drásticamente, para sacar a Patty de sus pensamientos.

⸻ Tu bienvenida, Candy. ⸻ Contestó Annie con una sonrisa radiante.