Capítulo uno

El tiempo no cambió nada

Muchas cosas pueden ocurrir en cuatro años, o no, como todo, el tiempo es simplemente algo muy relativo, para algunos pueden significar grandes cambios, algunas personas pueden incluso enfermar o morir, mientras que otras ven el tiempo pasar sin mayores cambios o preocupaciones. Esto último era el caso de Ryoma Echizen un adolescente de dieciséis años, próximamente a cumplir diecisiete, que entraba a su ultimo año de escuela secundaria en Japón, lo cual el adolescente no podía entenderlo, considerando que había triunfado en Estados Unidos, era el mejor dentro de su liga y ya estaba listo para comenzar a jugar los Grand Slam, sin embargo, sus padres, particularmente su madre, estaban decididos, por no decir obsesionados, según su punto de vista, con que fuera un adolescente normal, cuando claramente no lo era, pero el sabia que si no lo hacía su madre simplemente no lo dejaría en paz, y aun no le gustara la idea, seguía despendiendo de sus padres, razón por la que estaba siendo despertado por una molesta alarma que le indicaba que debía levantarse para comenzar su último año siendo un "adolescente normal".

-Ryoma si no te levantas ahora mismo llegaras tarde a tu primer día- resonó por su habitación mientras el adolescente aún se encontraba recostado con un adorable gato Himalaya- Ryoma lo digo enserio, sí no, enviaré a tu padre a que te levante.

-Ya voy Okaasan- respondía el peli verde de forma perezosa mientras se sentaba en su cama y admiraba a su gato que seguía durmiendo sin mayores preocupaciones- No puedo creer que estoy haciendo esto Karupin tienes mucha suerte de ser solo un gato.

-¡Ryoma! - volvió a escuchar mientras finalmente se paraba y se iba a la ducha para comenzar oficialmente su vida de vuelta en Japón. No lo malinterpreten, el realmente le gusta estar en su tierra natal, sin duda extrañó mucho la comida y le gusta mucho estar de vuelta en el antiguó templo que es su hogar, sin embargo, extrañara el poder estar enfocado cien por ciento en el tenis, en Estados Unidos podía entrenar y jugar partidos sin que le preocupara la escuela ya que simplemente daba exámenes libres, en cambio en Japón sabia que no podía simplemente saltarse clases, bueno quizás la de inglés no sería un problema, no obstante, sabía que no podría llevar el mismo ritmó de siempre y eso simplemente lo tenía muy molesto, sí quería ganar sus primeros Gran Slam simplemente tenía que vivir y respirar tenis, pero bueno tal parece que iba a tener que conformarse con volver a entrenar en su antiguó club, aún que sabía que no sería lo mismo ahora que todos sus senpais se habían graduados y se encontraban realizando sus propios sueños.

-Hasta que al fin bajas pequeño hijo- expresaba ya un mayor Nanjiro Echizen vestido de monje mientras se encontraba leyendo el "periódico" aun que todos sabían que era una más de sus revistas para adultos.

-Mh- contestaba un aburrido Ryoma mientras se sentaba a tomar su desayuno.

-Siempre tan hablador, anímate pequeño es tu último año puede que al fin conozcas una jovencita que te haga pensar en algo más que el tenis.

-Ya me voy- decía un molesto Ryoma luego de haber comido un simple bocado del desayuno occidental que su madre había preparado.

-¡Cuídate hijo ten un buen día! - expresaba una feliz, pero al mismo tiempo preoupada Rinko Echizen mientras veía a su hijo salir por la puerta.

-Deja de preocuparte mujer el estará bien.

-No lo se, estoy un poco nerviosa no se si fue la mejor decisión el haber vuelto, se que no lo demuestra, pero sigue molesto con nosotros.

-Sabes que era lo mejor, iba a terminar enfermando si seguía así, sabes como termino ese último partido solo porque perdió un set.

-Lo sé, lo sé, solo espero que no termine odiándonos.

-No sería el primer adolescente de dieciséis años en odiar a sus padres mujer.

——————————————————————————————————————--

Mientras Ryoma se encontraba camino a lo que era su antigua escuela, realmente no se sentía nervioso, solo quería terminar pronto con todo eso y volver a entrenar, aun que fuera unos simples juegos con su viejo padre o pegarle a la pelota contra una muralla.

No recordaba mucho a sus viejos compañeros de salón, además que no mantuvo el contacto con ninguno de ellos el tiempo que estuvo en Estados Unidos, solo recordaba un trío de amigos donde uno alardeaba demasiado de sus años de experiencia en el tenis, también una chica demasiado ruidosa que siempre estaba en sus partidos y entrenamientos y su amiga de largas trenzas que era bastante callada y le ayudaba en su tenis ya que era la nieta de la entrenadora, sin embargo, no recordaba mucho más y realmente no tenía interés en hacerlo. En cuanto a sus senpais sabía de ellos gracias a Momoshiro quien siempre le estaba enviando mensaje de texto con actualizaciones de todos y fue al único que le aviso que volvería, bueno si es que entendía su último mensaje con un simple "volveré".

Ya dentro de la escuela iba con paso ligero hacia su salón, donde ya varios estudiantes se encontraban en las mismas circunstancias, algunos reuniéndose con sus amigos luego de las vacaciones, algunos conversaban animadamente en grandes grupos y otros con cara de cansancio, pudo notar que algunos se le quedaban viendo un poco más de lo necesario, sabía que se estaba haciendo un nombre dentro del mundo del tenis, pero no creía que sus compañeros realmente lo quedaran mirando por esta razón y en parte tenía razón, ya que Ryoma olvidaba que a diferencia de él la mayoría de los adolescentes de su edad ya estaban interesados en temas mucho más superficiales como las apariencias y comenzaban a experimentar el interés de comenzar a tener relaciones amorosas entre ellos, y en su caso, pese a que este tema lo tenía sin cuidado, gracia al tenis así como su genética, era un chico bastante guapo, de un metro setenta y cinco, el pelo negro con destellos verdes un tanto largo, sus ojos ámbar y un físico que la mayoría de jovenes de su edad envidiaría.

Al entrar al salón noto que existían muchos grupos hablando entre ellos por lo que decidió sentarse al final donde había un puesto vacío al lado de la venta, estaba listo para recostarse ha dormir una pequeña siesta cuando siente la presencia de alguien a su lado.

-No puedo creerlo, así que los rumores eran ciertos, Ryoma Echizen ha vuelto- este al levantar la mirada se encuentra con tres personas que recordaba vagamente- No pensé que volverías a la escuela después de tanto tiempo.

-Mh.

-Sigues igual de comunicativo de siempre, solo quiero advertirte que ya tengo cinco años de experiencia en el tenis por lo que si quieres volver a ser titular no será nada de fácil.

-¿Eres del club de tenis? – pregunto Ryoma con aburrimiento.

-Ash no puedo creer que no te acuerdes de nosotros, soy Horio, y estos son Denji y Kenji- dijo señalando a los otros dos chicos.

-Ah si, creo que lo recuerdo- antes de que pudieran decir algo más se escuchó la puerta del salón ser abierta, al dirigir la vista al frente pudo ver lo que imaginaba era su profesor entrar y todos sus compañeros dirigirse a sus asientos, asimismo, pudo distinguir una figura femenina en el primer puesto con una larga cabellera cobriza con pequeñas ondas en las puntas que se levantaba y ordenaba que todos saludaran, creyó reconocer la voz, pero como siempre no le presto mayor interés.

-Bueno jovenes bienvenidos a su último año- decía un animado profesor que iba con un traje de dos piezas color café- me presentaré, soy el profesor Izuku Midoriya les daré la clase de matemáticas y además seré el encargado de la clase, sé que es un año difícil, así que esfuércense y tengamos un año tranquilo. Se escuchó una afirmación de parte de la mayoría de los estudiantes al unísono.

- Bueno la mayoría de ustedes ya se conocen ya que es extraño que alguien se una a estas alturas del curso, sin embargo, tenemos un nuevo estudiante por favor Echizen preséntate ante la clase.

Ryoma había olvidado ese estilo que tenían las clases japonesas, realmente no estaba interesado en presentarse y que sus compañeros superan que se encontraba ahí, pero su madre lo mataría si tenía malos modales o lo reportaban en su primer día- Soy Ryoma Echizen y vengo de Estados Unidos- se escucharon varios murmullos de parte de sus compañeros, así como muchas miradas sobre él, pero simplemente no le presto atención.

-Bueno Echizen bienvenido, supe que ya estuviste en esta escuela por lo que no creo sea necesario que alguien te ayude a mostrarte las instalaciones.

-Mh, no lo necesito.

-Esta bien, eso si necesito que completes el formulario de actividades extraprogramáticas ya que debes estar en un club.

-De acuerdo.

-Bueno clase, espero que le den la bienvenida a Echizen, y ahora comencemos con la clase.

Ryoma se sentó sin mayor preocupación, estaba claro que se uniría al club de tenis y lo más seguro que sería el nuevo capitán, ya que estaba seguro de que sería el mejor de todos.

Las clases pasaron sin mayor reparo, la mayoría eran de introducción y explicaciones de todo lo necesario para dar los exámenes de entrada a la universidad, Ryoma realmente no estaba interesado en esto por lo que se dedicó a dormitar la mayor parte del tiempo y solo se movió cuando fue la hora de almuerzo para ir a entregar su formulario de inscripción al club, fue una sorpresa de ver a su antigua entrenadora aún en la escuela.

-Miren a quien tenemos aquí Ryoma Echizen se encuentra de vuelta- lo recibía una sonriente Sumire sentada en su escritorio.

-Entrenadora Ryuzaki, vengo a entregar mi inscripción al club.

-No me sorprende, Nanjiro me dijo que este año te lo tomarías con calma, pero no creo que sea así de tu parte.

-Mh.

-Bueno, de igual forma tienes que dar las pruebas al igual que todos los titulares y aspirantes.

-Ok, no será problema.

-Bueno, sé que el nuevo capitán estará muy feliz de poder volver a jugar contigo.

-¿Volver a jugar conmigo?, pero si todos los senpais ya se graduaron.

-Existen más personas con las que jugaste en aquel tiempo Ryoma, pero no te preocupes ya te acordarás- decía una sonriente Sumire- ve a almorzar nos vemos en las canchas.

Ryoma no presto mayor interés en esta información y solo se dirigió a la cafetería a comprar algo para comer ya que no tenía interés en traer del almuerzo occidental que preparó su madre, realmente no entendía, sí habían regresado a Japón porque la insistencia de comer aquella comida que nunca fue su favorita, un recuerdo fugas de una joven que de ves en cuando compartía su almuerzo vino a su mente, pero pronto se dispersó cuando se fue a la azotea a tener un poco de calma.

Las clases al fin habían terminado y comenzaban las actividades de los clubs, se dirigió a paso ligero hacia las canchas de tenis, con un ruidoso Horio detrás de él, en los camerinos muchas personas se le quedaron viendo, no iba a negar que se sentía un poco nostálgico al no ver a sus antiguos compañeros en el lugar, antes de que comenzaran los entrenamientos se dirigió hacia el patio para comprar una de sus pontas, sin duda era una de las cosas que más había extrañado durante este tiempo.

-Realmente no has cambiado nada Echizen- escucha Ryoma a sus espaldas, al darse vuelta con la bebida en sus labios ve a un alto Momoshiro sonriéndole al lado de una bicicleta.

-Momo senpai.

-Ash mocoso, no puedo creer que después de tanto tiempo solo me enviaste un mensaje diciendo que regresabas, ni siquiera estaba seguro de que regresarías a Seigaku.

- Bueno aquí estoy- contestaba Ryoma mientras bebida de su bebida con una pequeña sonrisa.

-Enserio eres de no creer.

-¿Tanto me extrañabas que viniste hasta aquí para verme? – molestaba el más joven.

-No te creas tan importante, vine a ver a… ¡oh ahí esta!… Ann- chan por aquí- Ryoma veía como su antiguo compañero levantaba la mano y miraba detrás suyo, al darse la vuelta encontró a una chica que imaginaba sería de su edad, con una coleta corta sobre su cabeza y con un uniforme de tenis de su escuela, al llegar donde se encontraban saludaba animadamente a su amigo y se le quedaba viendo de forma intensa- me imagino que no te acuerdas de ella, es Ann Tachibana.

-¿La hermana de Tachibana de Fudomine?.

-Increible que te acuerdes con esa memoria tuya, pero si ella es mi…

-Gracias Momoshiro, puedo presentarme por mi misma- decía Ann mirando a Momoshiro- hola Echizen soy Ann Tachibana, vamos en el mismo grado, soy capitana del club de tenis femenino, bienvenido- decía la chica mirando de forma intensa y directa al otro chico.

-Mh, gracias- respondía un poco incomodo Ryoma.

-También es mi novia- se apresuró a señalar Momoshiro con una sonrisa- esto último si sorprendió a Ryoma que lo quedó mirando un poco en shock debido a esta información, recordaba algún mensaje del moreno que le contaba que estaba interesado en una chica, pero no le tomó mayor atención, no se imaginaba que su senpai realmente estuviera en una relación amorosa, aun recordaba a su antiguo amigo como alguien inamduro, dedicado al tenis, molestarlo por cualquier cosa y comer un montón de comida chatarra.

-Eso si es sorprendente- comentó Ryoma en un tono burlón.

-¿Qué dices mocoso?, acaso crees que no puedo…oh, Sakuno-chan estas aquí- interrumpió sus reclamos Momoshiro provocando que Ryoma dirigiera su mirada a donde su amigo observaba, y realmente quedó sorprendido con lo que veía, una chica de aproximadamente un metro setenta de esbelta figura con unos ojos medio rojizos y un largo cabello cobrizo, que se parecía mucho al de la chica de su salón que se sentaban hasta el frente.

-Saku-chan, pensé que ya estarías en tu club- mencionaba la novia de su senpai cuando la chica ya se encontraba en el pequeño grupo que se había formado.

-Mi club comienza hasta la próxima semana Ann-chan, venía a dejarte tú cuaderno que dejaste entre mis cosas- decía la chica mientras entre una pequeña pila de libros con la que venía sacaba un pequeño cuaderno con dibujos de ositos- Momo senpai ¿Qué tal estás?, Hola Echizen, bienvenido- Ante esto último Ryoma queda realmente intrigado, no recordaba a esta chica.

-Bien Sakuno-chan, Echizen, ¿no la recuerdas?, es la nieta de la entrenadora Ryasuki.

-Oh, si- realmente esta información le sorprendió, recordaba a Ryasuki solo como una niña muy tímida que casi ni hablaba y se sonrojaba todo el tiempo, además de ser bastante torpe para el tenis y de tener el pelo demasiado largo atado en dos trenzas, no podían culparlo por no recordarla, había cambiado mucho desde la última vez que la vió.

-Bueno ya tengo que irme.

-Oh, ¿no quieres verme vencer a todo el mundo y ser otra vez la capitana? - decía Ann con una sonrisa y un puño levantado.

Sakuno sonríe y toma la mano de la chica- Lo siento, estoy ocupada, pero sé que lo lograrás eres la mejor, además tienes a Momo senpai para animarte.

-Pero no es lo mismo sí no eres tú- contesto formando un puchero.

-¡Ann-chan no seas así! - intervenía Momoshiro con una voz de cachorro herido.

Sakuno emite una pequeña sonrisa ante la interacción de sus amigos- ¿los veo esta noche?.

-Claro, ahí estaremos, es cierto, ¡Echizen también deberías venir! - Menciona Momoshiro mientras mira a un Ryoma que se encontraba viendo toda la intersección con un asombro disimulado, ¿en que momento su senpai era tan cercano a la nieta de la entrenadora?.

-¿A que debería ir?.

-Sakuno-chan organizó una pequeña fiesta para despedir a Tezuka senpai que se regresa a Alemania para terminar su internado- sí antes estaba sorprendido por toda la interacción que estaban teniendo estos tres, ahora sí que se sentía en un mundo paralelo, ¿por qué la nieta de la entrenadora estaba organizando una fiesta de despedida para su antiguo capitán?.

-Si debieses venir Echizen, todos los antiguos senpais del club estarán ahí- comento Sakuno quien miro de forma directa a Ryoma, cosa que lo dejo un poco en shock ya que tenía una mirada que lo había dejado bastante perdido.

-Mh, puede ser- contestó con indiferencia.

-Bueno si decides venir, será en la casa de Tezuka onnii-chan a las 19:00, ahora enserio me voy, nos vemos- Ryoma ve a la chica despedirse de sus amigos con la mano y una sonrisa y sin volver a mirarlo. Sin duda la última información lo dejo sin palabras, ¿Onnii-chan? Realmente no se imaginaba que ellos fueran tan cercanos para que la chica lo llamara hermano mayor.

-Los rumores son ciertos el príncipe del tenis volvió- Ryoma escuchó a sus espaldas, realmente ya se estsba aburriendo de que todo el mundo mencionara lo mismo, al darse la vuelta, vio una figura de un chico atlético con pelo castaño en punto que lo apuntaba con una raqueta y una sonrisa.

-¿Kintaro? - pregunto con duda Ryoma.

-Wooh, realmente me siento alagado que me reconocieras después de todo este tiempo.

-No es difícil de olvidar a personas insoportables- contesta Ryoma tomando un trago de su bebida.

-¡Hey!, yo no soy un inso… como sea, si piensas que con solo volver puedes convertirte en el pilar de Seigaku, estas muy equivocado, primero tendrás que vencerme a mi- lo vuelvo a apuntar con su raqueta con una sonrisa de superioridad.

-¿Eres el capitán?, eso si que es interesante, bueno vamos a jugar- contesta Ryoma terminando su bebida de un trago, aplastando la lata y con una pequeña sonrisa se dirige hacia las canchas de tenis.

Parece que después de todo este año podría ser bastante interesante y no solo por el tenis.