Capítulo cuatro
Es solo un estúpido club de tenis
Sakuno se encontraba recargada en la encimera de la cocina luego de salir huyendo de aquel incomodo momento, mientras se lamentaba por lo ocurrido.
Realmente soy una tonta, ¿Cuál es mi maldito problema? ¿Por qué tenía que decir todo eso?, es obvio que mis senpais estarían felices con la llegada de Ryoma y yo con mi resentimiento tenia que arruinarlo todo.
-Saku-chan…- entraba Ann a la cocina.
-Ann, lo siento, fue muy imprudente mi reacción y mi actitud- decia Sakuno de forma angustiada y nerviosa, mientras Ann se acercaba a abrazarla.
-Tsk, no tienes nada de que disculparte, francamente también era un poco molesto que todos hicieran como si nada después de que los ignoro todo este tiempo- respondía Ann mientras se sentaba sobre la encimera a su lado y pasaba un brazo por sus hombros- además fue muy tierno como defendiste mi honor, no necesito un novio si tengo a mi mejor amiga- decía con una sonrisa.
-Ann-chan…- decía Sakuno de forma avergonzada- no se que me paso, te prometo que fue como un vomito verbal que no pude detener.
-Bueno no dijiste nada que no fuera verdad- decía Ann mientras se encogía de hombros.
-Ash, pero hice sentir a todos incomodos- decía Sakuno mientras apretaba sus ojos con sus manos.
-Yo no me sentí para nada incomodo- decía Tezuka mientras ingresaba a la cocina.
-Onnii-chan… ¡Ay no! También arruine tu despedida- decía Sakuno con voz triste.
-Nada de eso, no puedes arruinar algo que tú misma te esforzaste en hacer y estoy seguro de que los demás también lo olvidaran solo con el tiramisú que preparaste.
-Tezuka senpai tiene razón, vamos Saku-chan llevo toda la semana esperando comer tu postre.
-Bueno… iré a disculparme con una ofrenda de paz.
Al volver al jardín todos estaban teniendo una conversación, sin embargo, ya no se encontraba Ryoma en el lugar.
-Mh… etto lo siento mucho- dice una avergonzada Sakuno mientras hacia una reverencia.
-Sakuno no tienes de que disculparte- Decía Fuji.
-Si, no te preocupes Saku-chan mientras me des un pedazo de tu postre ¡todo quedará olvidado! - decía como siempre un animado Eiji.
-Si, yo me disculpo por mi comentario, sobre todo contigo Tachibana- decía un apenado Oishi.
-No te preocupes, se que no lo hiciste con esa intención- Respondía Ann.
Luego de que Momoshiro comentara que Ryoma se fue ya que sus padres lo llamaron para que regresara a casa, aun que era una mentira, pero no querían hacer sentir aun peor a Sakuno, la conversación se reanudo con el mismo ánimo de siempre cuando se reunían.
-Bueno si quieren mi opinión Sakuno no dijo ninguna mentira- interrumpió Fuji en algún momento de la conversación.
- ¡¿Por qué dices eso?!.
-Porque es la verdad Eiji, no solo basta con ser el mejor jugador para ser capitán. No se que tanto habrá cambiado Echizen durante este tiempo, pero su tiempo en el club no se destacaba precisamente por ser la persona más comunicativa y proactiva, quiero decir, nunca falto a los entrenamientos y siempre quería ganar sus partidos, pero eso no basta para ser capitán, más teniendo en consideración que no conoce a nadie del club.
-Fuji tiene razón, existe un 80% de posibilidad que Echizen terminé desistiendo- comentaba Inui.
-¿Y el otro 20%? - preguntaba Momoshiro.
-Bueno, que realmente le interesé ser el capitán y se esfuerza por ello.
--
En otro punto del barrio, a paso rápido Ryoma iba camino a su casa, realmente se encontraba molesto, ¿qué se creía la nieta de su entrenadora de decirle todas esas cosas?, ¿por qué le importaba el que no hubiera mantenido el contacto con sus senpais? Y lo que más le frustraba era que todo lo que le dijo ya lo había pensado, pero no necesitaba que nadie lo verbalizara y se lo dijera directamente. Además, todos parecían bastantes felices de volver a verlo.
Al llegar a su casa subió molesto por las escaleras sin prestarle atención a las bromas de su padre sobre si había salido con una chica, já si supiera que por culpa de una chica había regresado más temprano y no había comido postre, al llegar a su habitación se recostó y solo podía pensar en lo que Ryuzaki le había dicho, ni siquiera debería importarle, ¿por qué todo el mundo le toma tanta a impotencia a un simple club de tenis? No es como si fuera a cambiar la vida de alguien, ciertamente la de él no cambio.
Al día siguiente muchas personas se le acercaron a felicitarlo por ser el nuevo capitán, cosa que realmente lo sorprendió, en el salón algunos de sus compañeros también lo felicitaban, no pensaba realmente que fuera tan importante.
-¡Hey capitán!, ¿cuándo comenzamos con el nuevo plan de entrenamiento? - llegaba a su lado un animado Horio.
-¿Nuevo entrenamiento?.
-Claro, ahora que tú serás el capitán me imagino que tendremos un súper plan de entrenamiento para poder llegar al campeonato nacional, como cuando eras titular- decía un orgulloso Horio.
-Echizen, hay que ir a hablar con la entrenadora Ryuzaki- llegaba a su pupitre Kintaro.
-¿Por qué debemos reunirnos con la entrenadora a esta hora?.
-Porque tenemos mucho que discutir, vamos Echizen acaso… ¡oh!, Sakuno-san estas aquí- decía un animado Kintaro mientras se acercaba hacia la entrada del salón donde la cobriza había llegado.
-Oh, Kintaro-san, ¿qué tal estás? - alcanzó a escuchar Ryoma, ¿desde cuando eran cercanos? Si su memoria no le fallaba Kintaro había conocido a Ryuzaki en un partido de torneo escolar donde terminó comiéndose uno de los almuerzos que ella le preparaba.
-¿Cuándo irás a ver algunos de mis entrenamientos? - volvió a escuchar Ryoma.
-Estoy bastante ocupada, dudo que pueda asistir- decía una apenada Sakuno.
-Pero, supe que el club de ciencias no inicia hasta la próxima semana- insistía Kintaro de forma patética, según la opinión de Ryoma.
-Vamos subcapitan deja en paz a Ryuzaki, ella está muy ocupada siendo la presidenta de la clase- intervenía Horio.
-¡Oh es cierto! Eres tan increíble Sakuno-san- Ryoma sin querer seguir escuchando aquella conversación se paro de su asiento y camino hacia la puerta del salón.
-Vámonos Orimoto ¿no tenemos que ir a ver a la entrenadora?.
-Es cierto, es cierto, adiós Sakuno-san espero que nos veamos otra vez- decía con una voz soñadora.
-Si claro cuídate Kintaro-san- Ryoma vio fugazmente como Sakuno se despedía de su compañero de club, así como lo miraba fugazmente a él y hasta podría jurar que quería decirle algo.
Luego de la conversación con la entrenadora donde básicamente comenzaron a planear como serían los próximos entrenamientos regreso en medio de la clase de historia, la profesora lo dejo entrar sin problemas, realmente no tenía interés en prestar atención, su mente se encontraba en los últimos acontecimientos, ¿cómo es posible que solo en un día todo se podría complicar tanto?, él solo quería jugar al tenis y ya, no quería tener tantas responsabilidades, pero al mismo tiempo no salía su mente aquello interacción con Ryuzaki, no entendía porque le molestaba tanto.
Las clases pasarón sin mayores preocupaciones, el trío de amigos queria almorzar con Ryoma, sin embargo, este último se escapo a la azotea, no tenia ganas de seguir escuchando sobe las expectativas que tenía Horio sobre lo que lograría el club de tenis. Camino a su destino pudo ver en el patio a Tachibana con Ryuzaki almorzando bajo un árbol, se veía que sus almuerzos estaban muy buenos, realmente le hubiera gustado poder comer algo así.
Al finalizar las clases se fue a cambiar, grande fue su sorpresa al ver a la chica que no salía de su mente y no precisamente por algo bueno, fuera del vestidor, al verlo se acerco con paso lento, se podría decir casi que de forma cautelosa.
-Em… hola Echizen, ¿podemos hablar? - Ryoma se dió cuenta que algunos de sus compañeros comenzaban a salir, por lo que no quería que alguien más los viera o escuchara, sería vergonzoso.
-Tsk, vamos- comenzaba a caminar hacia la maquina exprendedora donde compraba una de sus queridas ponta.
-Mh bueno, quería disculparme por lo que ocurrió ayer, creo que me pase de la raya- decía Sakuno con una cara apenada.
-Mada Mada Dane Ryuzaki- ante esto la aludida simplemente expreso una sonrisa irónica.
-Eres simplemente de no creer…
-¿Qué quieres decir?.
-Nada, da igual, solo venia a eso, adiós- respondía Sakuno dándose la vuelta dispuesta a irse.
-¿Por qué es tan importante?.
-¿Mh? - interroga Sakuno dándose la vuelta.
-¿Por qué es tan importante un simple club de tenis?.
-¿Un simple club de tenis? ¿eso fue para ti todo el tiempo que estuviste con los senpais?.
-Solo jugábamos al tenis, no era la gran cosa.
-Claro- decía con un tono burlón Sakuno mientras se llevaba las manos a la cintura y miraba al piso- claro que para ti no significara nada…- Sakuno hizo una pausa y realmente pensó si seguía la pena seguir teniendo esta conversación, pero el vomito verbal ataco otra vez-bueno para que lo sepas para los demás no solo significo eso, hay personas que realmente les importa seguir manteniendo los lazos con aquellos que aprecian, se que no te importa, pero luego que te fuiste todos siempre le preguntaban por ti a Momo senpai, a pesar de que tu nunca preguntabas por ellos, a pesar que al mismo Momoshiro ni le contestabas, incluso veían tus partidos más importantes.
-Nunca pedí que se preocuparán por mi- respondía Ryoma con un tono molesto.
-Lo sé Echizen, para mi fue muy claro que no tenías interés en mantener los lazos, pero para que lo sepas ese simple club de tenis siguió manteniendo el contacto, incluso a medida que se iban graduando, se siguieron apoyando incondicionalmente en todo lo que se proponían, porque la amistad que habían hecho iba más allá de solo ser compañeros de club, pero bueno estas en todo tu derecho de no sentir lo mismo- le contestaba con un tono tanto de enfadado y cansancio Sakuno.
-No entiendo a que viniste, esto realmente no parece una disculpa- contestaba ahora si un molesto Ryoma.
-Tienes razón, mis disculpas no son sinceras, solo quería sentirme menos culpable por hacer sentir a todos incomodos en la fiesta de despedida de Tezuka Onnii-chan y pensaba que tú también merecías esas disculpas, pero veo que ni siquiera te importo, en fin, me marcho, adiós Echizen- decía una más calmada Sakuno dándose la vuelta sin esperar una respuesta por parte de Ryoma. Este al verla irse apreta su lata de bebida con fuera tirándola al suelo y marchándose a paso molesto en dirección contraria a la cobriza.
Todo este mal rato solo por un estúpido club de tenis.
