CAPÍTULO 1

Nos aventuramos en el pequeño bosque que rodeaba el lago. Hacía bastante tiempo que no entraba en uno, y la sensación fue agradable, realmente necesitaba vacaciones con urgencia. Admito que era mi propio jefe, pero no salir de la ciudad realmente le pasa factura a cualquiera.

Hubo un silencio incómodo, Brandy aún me llevaba de la mano, sorteando los obstáculos de aquel bosque, y, aunque me avergüence admitirlo, agradecí la ayuda. Aún no me acostumbraba a mi nuevo cuerpo y no quería tropezar y herirme. En especial ahora que no tenía seguro médico.

"¿Y dime, que te trae por estos lares Eschues?" Brandi decidió romper el silencio. Supongo que solo busca sacarme información. Decidí ignorar la pregunta y cambiar de tema.

"Señorita Brandy, no quiero sonar grosero, pero está pronunciando mal mi nombre. Si gusta puede llamarme Weis."

"Oh, lo lamento mucho, ¿Es ese tu apellido?"

"Si." Respondí. Me daba igual que mi nombre fuera literalmente negro y blanco, bien podría llamarme Po.

"Es agradable, el mío es Cattle" Respondió con una sonrisa.

"También es lindo." Respondí, igualmente con una sonrisa.

Seguimos caminando hasta salir del bosque. Lo primero que noté fue un tractor rojo abandonado, le faltaban las dos ruedas delanteras. Por un momento pensé que estaba en un mundo post apocalíptico, pero recordé el avión de hace un momento.

Más adelante del tractor, había una casa que solo podía ser descrita como rústica. Era de madera amarilla, con un techo de láminas blancas y marcos de ventanas verdes. Seguimos caminando, rodeando la casa hasta llegar al pórtico. Los alrededores no le sumaban puntos al lugar, había neumáticos aquí y allá, así como un cobertizo lleno de heno al otro lado de una carretera de tierra.

Este lugar no me reconfortaba en la más mínimo. ¿Acaso era yo clasista? Un poco, pero realmente lo que prendió las alarmas en mi mente fue lo alejados que estábamos de una ciudad o pueblo, en caso de una emergencia, no sabría cuánto tendría que correr por la carretera. ¿Volver al bosque? No gracias, vi algunos insectos y les tengo pánico.

Por reflejo apreté la mano de Brandy, debió notarlo porque agarró suavemente mi mano con su mano libre. Estoy atrapado. Voy a morir nuevamente en mi nueva vida, y ni siquiera duré un día. Genial.

Brandy abrió la puerta y entramos. Para mi sorpresa el interior estaba muy buen cuidado, había una gran sala con sofás color crema dispuestos en U frente a un televisor plano considerablemente grande. Todo el set estaba acompañado por una alfombra roja y una mesa de centro con un ramo de flores naranjas. Antes de que pudiera seguir observando, una voz llegó desde el fondo de la casa.

"¡Brandy, ¿Cómo te fue en el muelle?!" Preguntó la voz de lo que asumí era un anciano.

"¡Bien papá!," dijo, luego me miró. "¡Pesqué algo interesante!" No pude evitar poner los ojos en blanco ante la broma, iba a quejarme, pero el papá de Brandy salió de una puerta que daba a un pasillo visible desde la sala.

"Bien, tráelo para poder cocinarlo antes de..." El anciano se cortó en seco al verme, intercambió un par de miradas entre su hija y mi persona.

"Gluup." Decidí seguir el juego de Brandy, lo que me valió una pequeña risa de su parte.

"Papá, este niño es Weis, lo encontré en el muelle... Solo."

"Oh, ya veo." Asintió el padre de Brandy. Se acercó mientras me miraba y se agachó frente a mí. "Mucho gusto hijo, el nombre es Mort, Mort Cattle." Al igual que su hija, extendió la mano para saludar, y como el ahora perro educado que soy, correspondí con un sincero apretón.

"Mucho gusto señor Cattle. Me llamo Schwarz Weiß." Pronuncié mi alias con la correcta pronunciación alemana. No sé cómo explicarlo, pero ver a Mort me hizo bajar la guardia, me recordaba a mi propio abuelo, quien ya nos había dejado atrás hace casi una década.

Mort levantó una ceja luego de escucharme, sospecho que reconoció la pronunciación o alguna palabra.

"Interesante nombre, dime hijo, ¿de dónde eres?"

"Soy de las Américas." él levantó una ceja, confundido y no podía culparlo. "Jaja, mi familia es de descendencia alemana." Honestamente no quería mencionar a mis padres o familia, pero no tenía opción, si no decía nada solo los asustaría y creerían lo peor.

"Y donde están." Ese era realmente el elefante en la habitación. No podía decir que en otra dimensión, o que fui abandonado o estaban muertos. Así que decidí jugar la primera opción.

"No lo recuerdo señor Cattle, desperté hace no mucho junto al lago y no sé cómo llegue ahí." No es un pecado usar clichés, solo hay que saber utilizarlos. Me dije a mi mismo.

"Oh, lamento escucharlo." Por mera coincidencia mi estómago sonó nuevamente, recordándome que no había comido nada desde que desperté. "Haha, parece que alguien tiene hambre, arreglemos eso."

"Siempre y cuando no esté en el menú." Intenté hacer una broma y, para mi sorpresa, Mort me siguió la broma.

"No te preocupes, eres un pez demasiado pequeño." Brandy soltó una risa y yo sonreí, realmente me recordaba a mi propio abuelo.

"Fuera de bromas, lamento importunar, pero agradezco la comida."

"No te preocupes hijo, no es como si pudiésemos dejar a un niño a su suerte en un bosque lleno de cocodrilos."

"¿...Hay cocodrilos en ese bosque?"

"Si, hay bastan..."

"¡Papá!" Amonestó Brandy señalándome con sus ojos, aparentemente tenía miedo en mi rostro, y su papá lo había ignorado.

"Pero tranquilo, tengo experiencia lidiando con ellos, ninguno entrará a esta casa. Asegurado."

Por alguna razón, que tuviese experiencia me preocupaba aún más.

"Bueno, vamos a almorzar. Haha" Dijo Brandy con una risa seca.

Nadie discutió y fui guiado al comedor. Quedaba por la misma puerta donde había salido Mort, era una espaciosa cocina comedor. Nada fuera de lo habitual. Nevera, estufa, mesones y gabinetes; lo único fuera de lo normal fue la mesa, era rectangular con 10 asientos, demasiados solo para dos personas.

"¿Viven más personas en esta casa?" Pregunté mientras Brandy me guiaba hacia una de las sillas que quedaba cerca a la cabeza de la mesa, donde asumo se sienta Mort.

"No." Dijo Brandy mientas me alzaba por las axilas y me acomodaba en la silla algo alta. Qué vergonzoso. "Solo somos papá y yo, las otras sillas son para... cuando visita el resto de la familia." No pude evitar notar la dura expresión en su rostro al mencionar a su familia. Lo último que quisiera es estar en medio de un drama familiar, pero en estos momentos no soy muy diferente, o quizás soy completamente diferente, ella tiene familia.

Brandy me dejó en la mesa y fue a la parte de la cocina a ayudar a Mort. Por mi parte me quedé en la mesa mirando hacia el vació, pensando en toda esta situación.


El día que empezó como cualquier otro, enloqueció rápidamente. Estaba en casa aprovechando el fin de semana, hice mi rutina de todas las mañanas sin novedad, como cualquier sábado cuando estaba con papá. Luego nos relajamos toda la mañana, aunque claro, si por relajación nos referimos a cortar leña y mantener el hogar, entonces sí, fue una mañana relajante.

Alrededor del mediodía decidí ir al lago, específicamente al muelle donde solía ir con papá, mamá y.… mi hermana. Solo quería pasar un rato a solas, pero al llegar algo o alguien llamó mi atención. Un cachorro, solitario sentado al final del muelle. Miré a mis alrededores buscando a otros adultos, pero fue inútil. Miré hacia el lago en busca de alguna canoa o lancha o, peor aún, algún indicio de accidente o naufragio, pero todo estaba como siempre.

Por un momento consideré que era un fantasma, pero sacudiendo mi cabeza descarté esa idea, ya era mayor como para creer en esas tonterías. Me acerqué con cautela, sin hacer ruido. Aunque la madera crujía un poco con mis pasos, el niño no parecía notarme. Debe de estar pensado muy profundo. Cuando estuve lo suficientemente cerca, decidí hablar.

"Hola."

"¡AHHHHH!" El cachorro en cuestión se asustó más de lo esperado, pues casi se cae al lago. Afortunadamente logré atraparlo y ponerlo a salvo antes de caer.

El cachorro era negro como el carbón, noté que era un Schnauzer, con un bonito circulo blanco en el pecho, con botas y guantes de pelaje grises. Parecía algo desconcertado al verme, pero yo estaba más desconcertada de ver a un niño solo cerca al lago.

"¿Dónde están tus padres, pequeño?" Había preguntado, pero el niño solo evadió las preguntas que le hice, solo logré sacarle el nombre y apellido, eran bastante graciosos por como sonaban, pero no le dije eso, menos cuando me dijo que lo estaba pronunciando mal.

Mientras llegábamos a casa, note que tenía algunas dificultades para caminar, afortunadamente mejoró rápidamente, como si lo hubiese recordado. Al llegar a casa, hizo más fuerte el agarre en mi mano, supuse que estaba algo asustado, así que lo sujeté con mi otra mano para tranquilizarlo, y pareció funcionar.

Afortunadamente papá entendió rápido la situación, y luego de un par de chistes de pesca, logramos obtener más información. Él era de las Américas, y de descendencia alemana. Lo más preocupante era su amnesia y esperaba que encontráramos a sus padres pronto.

Sin perder más tiempo fuimos a la cocina. Al ver nuestra mesa, Weis preguntó por el tamaño. Le dije que era para el resto de la familia cuando visitaba, pero nunca la había visto llena, no desde de cambiamos la vieja mesa por una más grande.

Dejando atrás a Weis, fui con papá para ayudarle con el almuerzo.

"Y, ¿qué opinas?" Le pregunté.

"Mmm, nos está ocultando algo, pero no hay que presionar."

"No creo que nos esté mintiendo, su amnesia puede estar..."

"Él no tiene amnesia cariño." Papá me cortó en medio de la oración, dejé de cortar las verduras y lo miré. "Dijo de donde era y que era de descendencia alemana, claramente recuerda a sus padres." Papá fue despiadado al acusar a Weis de mentiroso, pero era solo un niño.

"Recuerda que hay amnesias que solo afectan algunos recuerdos en específico." Traté de defenderlo, pero papá prosiguió.

"Brandy, sé que eres muy sentimental cuando se trata de niños," papá me miró con algo de lastima y simpatía mientras ponía su mano en mi hombro. Tocando un nervio sensible en mí. "pero presta más atención a lo que dice y cómo se comporta, es bastante peculiar."

No tenía palabras, si bien se comportaba algo raro, Weis no era diferente a otros niños, ¿verdad?

"¿Y qué hacemos con él? Se pone muy nervioso cuando mencionamos a sus padres."

"Bueno, no podemos dejarlo solo y si el asunto de su familia es... preocupante, no debemos presionarlo. Un animal arrinconado, por pequeño que sea, se defenderá con uñas y dientes si ve que está en peligro. No queremos que se pierda en ese bosque."

Papá tenía razón, si Weis sospechaba algo, existía el riesgo de que se fuera por su cuenta, y que se adentrara solo en el bosque era peligroso.

"Cuando acabemos el almuerzo, busca en internet y el periódico casos de niños desaparecidos, o, si Dios no lo quiera, accidentes que involucren Schnauzers."

Sentí un peso en el estómago cuando papá mencionó un accidente, no quería aceptarlo, pero era una posibilidad. Seguimos hablado de cómo sacarle más información a Weis mientras seguíamos preparando el almuerzo.

Cuando terminamos, servimos tres porciones de carne asada con verduras y papas; una limonada fría para acompañar. Fue una pena, pero ni papá ni yo tomaríamos cerveza mientras el niño esté en casa.

Y así, el almuerzo comenzó, el campo de batalla estaba servido y éramos dos a uno, por el bien de Weis, espero decida ser honesto.

Seguí el consejo de papá, y presté atención a Weis desde que puse el plato frente a él. Decidió esperar hasta estuviésemos los tres. Cuando los tres estuvimos sentados, ninguno se movió. ¿Acaso estará esperando que hagamos algo? Pensé para mis adentros.

Papá decidió atacar primero y empezó, tras su señal hice lo mismo y Weis... nos dejó con la boca abierta, figurativamente. Limpió sus cubiertos con la servilleta, luego los cogió de manera que solo hacían los oficiales de alto rango en las cenas elegantes. Había olvidado cortar su carne en trozos más pequeños, pero, aun así, se las arregló para cortar la carne de manera fácil y rápida. Para terminar, llevó el trozo de carne hacia su boca y masticó con la boca cerrada. Lo más extraño fue que todo este tiempo, tenía los ojos cerrados, por lo que no vio nuestras reacciones. ¿Así comen todos los niños?

"No olvides las verduras hijo, las necesitas para crecer fuerte." Añadió papá, sacándome de mi estupor. Weis, termino de masticar y pasar la carne, abrió los ojos y respondió.

"Debidamente anotado señor Cattle." Respondió el con una fina sonrisa y acto seguido, probó las verduras y las papas.

Seguimos comiendo así por un rato, nadie dijo nada. Observar a Weis me llevó a la conclusión de que tenía modales impecables, dignos de un oficial de alto rango del ejército.

"Y dime hijo, ¿a qué se dedican tus padres?" Preguntó papá. Supuse que esperaba confirmar el hecho de que, según él, fingía amnesia.

"Lo siento señor Cattle, no lo recuerdo." Respondió Weis. "¿Y en qué trabajaba, señor?" Contrarrestó Weis.

"Yo fui soldado toda mi vida, ya estoy retirado y disfrutando la vida del campo." Respondió papá honestamente. Weis solo asintió y siguió comiendo.

"¿Y usted, señorita Brandy?"

"Yo seguí los pasos de mama, soy oficial médica militar." Respondí con orgullo. Mi mamá siempre fue una inspiración para mí. Recordarla hacía que se me calentara el pecho.

"Wow, eso es impresionante, yo sería incapaz de ser médico, demasiada responsabilidad." Estaba impresionada de que, siendo tan joven, entendiera la gran responsabilidad que era ser un médico. "¿Dónde está su madre, señorita Brandy?"

Se me hizo un nudo en la garganta, no esperaba que preguntara de forma tan directa, afortunadamente, papá respondió por los dos.

"Mi querida esposa ya no está entre nosotros, se fue hace años," Respondió mientras giraba para verme. "Pero seguimos adelante y la llevamos en nuestros corazones." Me dedicó una suave sonrisa, la cual correspondí. Amaba que papá me dijera lo orgulloso que estaba de mí, prácticamente era mi última familia. Miré a Weis que parecía algo incómodo.

"Lamento haber preguntado algo tan insensible, yo..."

"Tranquilo, lo superamos hace años. De hecho, gracias. Siempre es bueno recordar las a personas que nos dejaron." Papá interrumpió a Weis, seguía sonriendo de oreja a oreja.

Seguimos comiendo hasta terminar. Weis se ofreció a ayudar con los platos, pero lo rechazamos, teníamos que hablar.

"Eso fue incómodo, papá."

"Yo creo que fue hermosamente incómodo, siempre estoy feliz de recordar a tu madre." Respondió él como si fuera lo más normal del mundo. "¿Y qué piensas de él?"

"Bueno, no soy una experta en niños, pero su forma de comer era muy sofisticada y elegante; evitó la pregunta de sus padres y nos la devolvió; sabe lo que es un médico y un militar, y se disculpó por preguntar por mamá." Si, definitivamente no es normal

"Si, ahora estoy seguro de que lo de la amnesia es una mentira, todo lo demás no lo se." Tenía razón, hay gato encerrado, pero por suerte ya tenía un plan.

"Papá, mientras yo busco información de niños desaparecidos, o accidentes," Dije eso último con desdén. "Habla con él, parece que está más cómodo con tigo." Sonreí esa última parte. Una parte de mi estaba triste de pensar que no le agrada al niño.

"Brandy..." papá lo sabía, pero era la verdad, no podía estar cerca de mis sobrinas, era una carga emocional demasiado fuerte como para soportarla. Eh evitado a mi hermana por los últimos cuatro años. Tener a un niño en mi casa, es incómodo pero el pobre necesita ayuda.

"Estoy bien, estoy acostumbrada. Solo llévalo a la sala y hablen un rato."

Eso puso fin a la discusión. Papá llevó a Weis a la sala, y yo me quedé en la cocina... sola. Terminé de lavar los platos y saqué mi celular. Quería ser discreta.

Pasé el resto de la tarde buscando cualquier información de niños perdidos o accidentes. Había solo una noticia de un niño perdido, pero la descripción no encajaba con Weis. Dos noticias de adolescentes extraviados y, afortunadamente, ningún accidente fatal.

Me terminé uniendo a papá y Weis en la sala. Weis estaba concentrado escuchando las historias de guerra de papá, nada gráfico por supuesto. Él preguntaba por los lugares donde ocurrieron y los bandos enfrentados. El día terminó y preparamos la habitación de invitados, por suerte teníamos una solo para niños, o niñas, pero no le dio importancia.

"Señorita Brandy, señor Cattle, muchas gracias por todo lo de hoy. Encontraré una forma de pagarles la amabilidad." Dijo Weis con una sonrisa, debe de ser por el sueño, porque no se veía forzada por ninguna parte.

"No te preocupes por eso, solo dimos una pata a alguien en apuros. Y basta con eso de señor y señorita, llámanos por nuestros nombres." Dijo papá, reflejando muy buen nuestros pensamientos.

"Lo tendré en cuenta." Respondió Weis rodando los ojos. Me reí un poco y lo dejamos descansar. Esperamos media hora hasta que escuchamos ronquidos provenientes de su habitación. Y otra media hora por si acaso fingía. Los ronquidos disminuyeron en cantidad, pero no en volumen, una buena señal.

"¿Y bien cariño?"

"Nada, no hay reportes de niños desaparecidos que coincidan con Weis, o accidentes de tráfico." Respondí.

"Mmm, quizás sea prudente esperar a mañana, algún titular de última hora o que sus otros familiares los reporten."

Íbamos a llamar a la policía, pero lo descartamos. Weis parecía muy receloso de decirnos algo más acerca de su familia. Puede que incluso llevarlo a la policía sea ponerlo en peligro si el asunto escala demasiado alto o, si algún grupo criminal está involucrado.

Al final decidimos dejar pasar el asunto para mañana. Los dos estábamos cansados, solo esperaba haber llegado un poco al corazón de Weis, una parte de mi estaba molesta de que nos mintiera, pero sabía que había una razón, solo tenía que esperar.