Taiga estaba ocupado apretando el obi mientras que su mamá estaba ocupada atando su cabello con algunos accesorios de mariposas.
"Abre los ojos, cariño." Dijo su mamá con orgullo.

Mimi abrió los ojos y vio su reflejo. Una hermosa chica con un kimono rojo la estaba mirando. No podía creerlo. Sabía que era bonita, pero no esperaba verse de esa forma.

"Listo~" dijo Taiga y sonrió. "¡Eres la novia más hermosa que haya visto!"
"¿Quieres que te ayude, o prefieres que lo haga Yamato?" bromeó su mamá.
Mimi estaba pálida. "¡No!"
Su mamá rio. Ella y Taiga ayudaron a Mimi a bajar hasta el primer piso porque había querido que la boda fuese ahí. Además, solo habían invitado a sus familiares y amigos cercanos así que no necesitaban un salón más grande.
El primer piso estaba lleno de júbilo. No podían dejar de mirar a Yamato porque se veía más atractivo de lo normal en ese kimono.
Era una creación de Taiga. El kimono llevaba estampados plateados, los cuales aumentaban su atractivo. Se veía como un lord antiguo.
Toda la atención fue robada cuando Mimi bajó. Estaba muy ocupada en bajar y no notó a nadie.

Cuando estuvo a punto de caer se juró a sí misma que jamás volvería a usar un kimono, yukata o cualquier cosa que se le pareciera. Parpadeó cuando todos se quedaron en silencio.

Los miró a todos, confundida. Pensó que había algo malo en ella.

Su rostro enrojeció completamente cuando todos comentaron lo adorable que se veía.
Estaban sin habla.

Mimi estaba avergonzada en cuanto llegó al lado de Yamato, y bajó la cabeza debido a su vergüenza, así que no pudo verlo.

Alzó la mirada cuando vio el borde del kimono de Yamato. Sus ojos lo recorrieron de pies a cabeza. Esta vez, fue el turno de Mimi para quedarse en silencio. Si ella estaba hermosa, entonces Yamato estaba extremadamente guapo.
Mimi bajó la mirada rápidamente cuando sus ojos vieron los del rubio. Sintió que el mayor podía escuchar su corazón y leer su mente.
No sabía lo que Yamato estaba pensando de ella porque él seguía tranquilo.
Ninguno podía dejar de mirarlos porque se veían bien estando al lado del otro.

La atmósfera era diferente. Podían sentir lo romántico y conmovedor que era todo.

Yamato tomó con gentileza su mano y deslizó el anillo en su dedo, y ella hizo lo mismo, mirándose mutuamente. Los flashes de las cámaras lastimaron los ojos de Mimi, haciendo que los cerrara; sin embargo, jadeó cuando sintió algo suave contra sus labios.

Abrió los ojos y vio que eran los labios de Yamato.
Él no había podido contenerse.
Se había sorprendido hasta la médula cuando vio a Mimi aparecer en un kimono.
Sus rosados labios lo estaban volviendo loco y lo hicieron perder el control. Estaba cansado de usar su cara de póker así que cuando vio a Mimi cerrar los ojos, supo que estaba perdido.

Se inclinó y capturó sus labios sin pensarlo más. No le importó quienes estaban ahí. No le importaba nada, solo besar a Mimi.

Ella gimió dentro del beso, olvidando donde estaba. No sabía ni lo que estaba haciendo, porque quería más y más. No sabía que un beso podía hacerle sentir ese calor.

Dejó que la lengua de Yamato entrara a su boca y tocara la suya, haciéndole gemir.
Dejó que Yamato la guiara mientras ella enterraba las manos en las suaves hebras doradas para profundizar el beso.
Yamato nunca se había sentido tan ansioso por besar a alguien. Se sentía sediento de Mimi. La besó y succionó su labio inferior antes de volver a introducir su lengua. Nunca antes había besado así a nadie.

Acercó a Mimi por la cintura, haciéndole gemir y besándola profundamente.
Su candente beso fue interrumpido por el sonido de algo rompiéndose.

Era Taichi que sin evitarlo aflojó el agarre de su copa, soltándola haciendo que todos lo miraran por haber arruinado el momento.
"¡Ayuda!" gritó mientras su tía y Taiga lo siguieron.
Taichi tuvo éxito en atraer la atención de todos, así nadie vio lo que pasaba entre Yamato y Mimi. Ambos estaban jadeando con fuerza.

Yamato frotó los, ligeramente, hinchados labios de la menor con su pulgar mientras veía directamente a los nublados ojos - producto de la pasión - de la castaña. Rio. "Hey, es solo un beso. ¿Por qué luces como si ya hubiéramos hecho el amor?" bromeó.

Mimi hizo un puchero y se sonrojó. "¡Pervertido!" empujó a Yamato, pero el mayor no la soltó.

"Bueno~, tienes un esposo pervertido ahora, ¡felicitaciones!" sonrió.

Mimi hizo un puchero, haciéndole reír y acariciar tiernamente su cabeza. "Disfrutemos la boda, ¿sí?" sugirió.

Mimi sonrió y asintió feliz.

Quería disfrutar de su boda con Yamato.
Quería disfrutar el momento que creía solo sucedería una vez en su vida.

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El día 15 llega al lado de un drabble con contenido fluff que aunque algo corto espero haya sido de su agrado :)