Capítulo XXIII

Luego de calmar un poco sus emociones, los Kent se fueron a descansar.

Martha y Clark subieron y Jonathan se quedó a acomodar algunos documentos o eso dijo para poder hablar con su asistente y que consiguiera una audiencia con Lex, luego de eso, acompañó a su esposa en su habitación para tratar de dormir.

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En su cuarto, Clark miraba por la ventana, recordando todo lo que sucedió ese día. De pronto su vida dio un giro de noventa grados, obviamente estaba feliz por tener un hijo, pero no en esas circunstancias, sabiendo que no solo trató mal a Lex sino que lo alejó y permitió que lo acusaran de hacer cosas horribles. Lex intentó decirle sobre su hijo, más su ceguera e inmadurez no se lo permitieron. Y todo eso sería el muro que lo separaría de Lex y Conner. Estaba consciente de eso, por lo que solo deseaba conocer al pequeño, aunque fuera como un simple conocido. Clark suspiró, hizo tantas cosas guiado por sus conocidos y amigos, dejando decisiones importantes en manos de otros y al mismo tiempo le dio la espalda a sus raíces, provocando que la IA optara por dejarlo en la ignorancia sobre Conner. Clark se recostó sobre la cama, sin embargo, estaba seguro de que esa noche no dormiría.

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Se encontraban en el pent-house de Olliver, este sirvió un par de tragos.

–¿Cómo te fue con tu jefe?

–Está conforme con la noticia del heredero de Luthor.

–Ese niño me recuerda a alguien.

Luisa rodó los ojos.–¿Alguna de tus ex novias?

Olliver sonrió y fue a sentarse en el otro sillón, frente a la reportera.

–No lo creo. Lex se cuidó bien de nunca dar ni una pista de su hijo.

–Mira, detesto a Lex, pero ese niño tiene el mismo color de piel y ojos que él, no creo que no sea su hijo.

–Es cierto, si no fuera por su rostro... Oh ya sé en donde he visto esa cara de ciervo.

–...

–En Clark Kent. ¿Tiene parientes mujeres?

–Probablemente si y conociendo la obsesión de Lex por los Kent, no dudo que buscara a una de ellas.

–Wow eso si sería una gran noticia. Lex con la prima de Clark.

–Sería mejor decir, Lex con una sobrina del Gobernador y lo beneficioso que pudo resultar para él.

–No conozco bien a Jonathan Kent, pero no creí que fuera como otros políticos.

–Y yo he aprendido que siempre hay algo turbio en las personas con poder.

Olliver bebió de su copa y sin dejar de sonreír acotó.–¿También lo dices por tu padre?

–...

Luisa frunció el ceño y no respondió.

–Creo que le haré una visita a mi buen amigo Clark.

–Casualmente de nuevo les pediré asiló a los Kent.

Los dos pensaban averiguar más sobre el hijo de Lex.

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Un nuevo día y la familia desayunó antes de que Lex recibiera la petición que hicieron a las oficinas.

–...Tess no podemos negarnos a ver al Gobernador, no te preocupes lo recibiré ahí, al medio día.

Lex colgó y se levantó de la mesa, se debía alistar para salir rumbo a LexCorp, Duncan no tardaba en pasar por él. Conner entró a la habitación cuando Lex se estaba acomodando el saco.

–¿Puedo ir contigo papi?

–Puedes, pero creí que querrías ir al parque de diversiones con tus abuelos.

–¿Tú no irás?

–Los alcanzaré allá.

Conner asintió muy entusiasta y salió a buscar a los FitzGerald. Lex se dirigió a la salida, y la llamada de Duncan llegó en ese momento.

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No había que ser un genio para descubrir que Clark no durmió. Los tres Kent se reunieron en el desayuno y Jonathan comento.

–Veremos a Lex a medio día. Deberías pedir permiso en tu trabajo Clark.

–Tengo un día libre debido a mi exclusiva… Gracias papá.

–No me agradezcas, debemos estar preparados para lo que Lex nos quiera decir o negar ¿Entiendes?

–Si. Sé que lo que Lex me quiera dar o permitir debo agradecerlo.

Los mayores estuvieron de acuerdo. Al terminar, Clark se arregló y bajó a la sala.

–Me adelanto, quiero comprar un regalo para Conner. Los veo allá.

Jonathan y Martha vieron desaparecer a su hijo y la mujer suspiró con melancolía.

–Espero que la decepción de Clark no sea tan fuerte.

Jonathan no respondió, pues él pensaba lo mismo de ella.

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Rumbo a la oficina, Duncan no se quedó con la duda.

–Tess me lo dijo, los Kent no tardaron en buscar una cita.

–Ya lo sabíamos.

–Si. Por cierto, te informo que estaré en esa reunión.

–Me lo imaginé.

Duncan tarareo. El dúo llegó al edificio de LexCorp, entraron al estacionamiento y subieron rumbo a la oficina que Tess alistó para Lex, al salir del elevador, está ya los esperaba.

–Olliver está esperando en la recepción, quiere hablar contigo.

–No tiene cita, no lo veré.

–Le diré.

Tess se retiró velozmente para echar a Queen.

–Ella disfruta esto.

–Queen creyó que era buena idea presionarla para salvar a LuthorCorp.

–Y eso que apenas se conocieron y sabes mucho sobre ella.

–Al fin y al cabo es una Luthor como yo, sé algo sobre ello. Tenemos tiempo de revisar algunos contratos antes de que los Kent lleguen.

Duncan asintió y se acomodó en la silla, frente al escritorio de Lex.

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Al ver a la pelirroja llegar, Queen no pudo evitar admirar la belleza de esta.

–Me siento halagado de que vinieras a recibirme en persona.

Tess sonrió.–De hecho, te vine a confirmar… que Lex no te recibirá y yo tampoco, así que adiós Olliver Queen.

Tess sonrió y se dio la vuelta para subir al elevador. Olliver no esperaba ser recibido, así que solo se retiró para ir a buscar a Clark, el Planeta no estaba tan lejos en auto o también estaba la opción de visitar a Chloe y averiguar que sabía ella del niño Luthor.

Tess se reunió con Duncan y Lex para terminar de revisar esos contratos más rápido. El trío tuvo tiempo de tomar un almuerzo sencillo antes de que Jonathan y familia llegaran.

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Luisa recibió la llamada de Olliver, cuando iba manejando rumbo a la granja.

–¿Qué pasó?

–No tuve suerte, no pude ver a Lex. Iré a buscar a Clark

–Te lo dije, y no te molestes en buscarlo, no fue a trabajar, le pregunté a Chloe.

–Vaya…

–Casi estoy en la granja Kent, te diré si encuentro algo

Luisa colgó y definitivamente no tenía la intención de decirle nada a Olliver. Estaba por tomar la desviación para ir a la granja, pero en ese momento vio que tres camionetas salían, supo que los Kent seguramente iban en una de ellas, por lo que optó por seguirlas a distancia segura.

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Clark ya tenía lo que deseaba llevar a esa reunión y no fue fácil conseguirlo, pero recorrió la ciudad buscándolo hasta que lo encontró, estaba jugando la carta de la nostalgia y esperaba que funcionara.

Clark caminó a velocidad normal para llegar a LexCorp, decidió que de ese modo sus nervios se calmarían.

Llegó antes a la recepción del edificio, sin embargo, no se acercó a anunciarse y mejor se sentó a esperar a sus padres. Cómo clásica gente de campo, los Kent llegaron con varios minutos de antelación. Clark se levantó en cuanto vio la camioneta de sus padres y fue a recibirlos.

–Clark… ¿No entraste?

–No mamá, quise esperarlos.

Jonathan asintió, se acomodó el saco y vio a su familia.

–Pues entremos.

Los tres avanzaron hasta la recepción y fue Jonathan quien se presentó.

–Soy Jonathan Kent y tenemos una cita con el señor Luthor.

–Si Gobernador, ya los esperan. Los guiaran a su destino.

La mujer señaló a un hombre de traje y este llevó a los Kent al elevador.

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Lex le pidió a Tess que se alistará la sala de visitas para esa reunión y ella mostró su excelente desempeño, no preguntando el motivo de la visita del Gobernador y familia.

En cuanto estuvo listo, Lex y Duncan se dirigieron a la sala y se sentaron en los respectivos sillones individuales. El sonido de las voces se escuchó, más ninguno de los dos se levantaron. Jonathan entró seguido de su esposa e hijo. El hombre se acercó a saludar a Lex y al abogado, las formalidades continuaron entre ellos por unos minutos más. Luego los invitados se sentaron.

–¿Podemos hablar con claridad?–preguntó Jonathan.

Lex sonrió.–Duncan es mi mejor amigo aparte de mi abogado, posee cierta peculiaridad que comparte con otros residentes de Smallville, aunque la suya no fue algo natural, sino creada por mi padre.

Clark vio al abogado y agregó.–Yo ya lo he visto usar ese poder. Es bueno verlo tan saludable señor Allenmeyer.

Duncan agradeció.–Gracias, mi recuperación se la debo a Lex y a… cierto pariente tuyo Clark.

Lex interrumpió. –No nos adelantemos. Su visita tiene que ver con mi hijo ¿No?

Jonathan se removió.–Las disculpas están a la orden, no obstante, sabemos que ni son suficientes ni pueden cambiar el pasado. Pero de verdad lamentamos todo lo que hicimos, las palabras que no teníamos derecho a decir y los prejuicios con los que siempre te traté. Todo eso, me hizo arrastrar a mi familia a mi modo de ver el mundo. Han pasado muchas cosas que me han mostrado que solo soy un granjero ignorante que lo único que tiene de cualidades es un poco de decencia y honestidad.

Lex estuvo a punto de abrir la boca, impresionado por la definición que Jonathan hizo de si mismo, más no estaba buscando que le repitieran lo que ya sabía.

–No es que deseche sus disculpas, pero considero que precisamente no cambiarán nada, simplemente lo que pasó en ese momento ya no se puede borrar. Clark ocultando todo sobre él, ustedes asegurando que todo lo que venía de mi era malo y bueno mis propios prejuicios que casi hacen que cometa un acto irreparable. Creí que mi situación se debía a mi encuentro con los meteoritos y me sentí como uno de los peores fenómenos, aún con eso quise hacerlos partícipes, ingenuamente pensé que nos aceptarían en su familia…

–¡Lex lo siento mucho! …Yo…

Lex alzó una mano para detener las excusas de Clark.–Ya no importa Clark. Sé que es lo que quieren y no los haré perder su tiempo ni el mío. Conner decidirá si quiere conocerlos, sabe que es hijo de dos hombres, uno de ellos kryptoniano, pero no sabe que fue rechazado antes de nacer, afortunadamente no le ha interesado mucho su otra línea paternal, Jor- El le ha contado muchas historias y le ha hablado de la familia El. Pero no deja ser muy joven, así que no veo la necesidad de ponerlo en esta disyuntiva solo porque ustedes se enteraron de su existencia.

Los Kent se miraron, de cierto modo, no esperaban otra cosa de Lex. Luego de unos instantes, Martha preguntó:

–¿Quiénes son los FitzGerald?

–Oh ellos.–Sonrió Lex–Unas personas que conocí en mi momento más vulnerable. El Doctor Conrad FitzGerald fue el médico que trajo a Conner al mundo, su esposa Connie es su enfermera, los contraté confiando en su discreción y no solo me dieron eso, sino nos abrieron las puertas de su familia y país.

–Oh si, también me considero un refugiado de esa familia.–acotó Duncan.

Lex recorrió con la vista a los Kent.–En está decisión no me mueve la venganza ni mucho menos, pero mi hijo es lo más importante en mi vida y si por él hice un trato con una IA kryptoniana, lo protegeré de todo, hasta de ustedes.

–¡Nosotros no lo lastimaríamos!–Se alteró Clark.

Martha y Jonathan lo trataron de calmar, más Lex continuó.

–Por una chica paraste el tiempo, protegiendo a otros dejaste que destruyeran La fortaleza y tus amigos "superhéroes" han hecho muchas cosas en mi contra, lastimando a otros y justificándose en su particular tipo de justicia. Y que decir cuando tus amigas te pueden gritar pidiendo ayuda cuando quieran y les darás el mundo, sin olvidar que también te has convertido en un paladín de la justicia. Así que no, no puedo dejarte cerca de mi hijo, siendo un peligro para su seguridad.

–Solo quiero conocerlo.

Lex suspiró al ver el rostro de dolor de Clark.

–Y lo harás, cuando él lo decida, mientras tanto considero que nuestra relación debe seguir siendo solo de negocios.

El primer instinto de Jonathan fue usar su poder como Gobernador y amenazar a Lex para que los dejara acercarse a Conner, sin embargo, cuando el más joven dio sus puntos, no pudo evitar no solo aceptarlo sino estar de acuerdo con él en todo.

Clark apretó las manos, más como siempre tuvo que reconocer que todo lo dicho por Lex, era cierto.

–¿Puedes darle algo a Conner de mi parte?

Lex asintió, aunque en su interior pensó que si era necesario, no haría llegarle nada de Clark a su hijo.

El moreno acercó la bolsa que llevaba y sacó una caja, dentro se podía ver un camión azul de juguete, una copia casi exacta del que Lex le quiso regalar la primera vez.

–No es real como el que me diste, pero espero que le guste.

Lex casi bufó, pues ese Clark siempre hacía que con esos detalles su corazón latiera como loco. Agarró la gran caja y agradeció. Duncan al ver la expresión compungida de su amigo, se levantó y guio a los Kent fuera de la sala.