Escuchó una fuerte y constante tos, supo que su paranoia no era falsa.
Miró la bolsa que llevaba con las cosas, esperaba que le sirviera.
evitó entrar por la puerta, era seguro que no la abriría. Cómo ninja, ingresó por la ventana con cautela, era suerte que estaba abierta, la cortina se movía al ritmo del fresco viento que ingresaba para ventilar la habitación.
Una vez dentro, caminó hasta estar en el foco de su atención, o eso intento.
Se escuchó unas arcadas y luego el agua del inodoro, el grifo y por últimos unos pasos arrastrando.
— ¿Qué haces aquí? — su pregunta sonó lánguida, si no fuese que estaba enferma, lo diría en un tono molesto y su mirada estaría en un ceño molesto, por invadir su hogar temporal.
— Me dijeron que estabas indispuesta — se levanta de la cama, había tomado asiento mientras la esperaba —. Te traje algunos remedios.
— Ya estoy tomando algunos — señala de mala gana a la mesita de noche que había algunas tabletas.
— Estos son más efectivos — asegura mientras levanta la bolsa que había traído — son remedios de mi clan, no lo encontrarás en ninguna parte ni en Lady Tsunade.
Temari achicó aún más los ojos hinchados por el fuerte resfrío.
— No voy hacer tu conejillo de laboratorio, Nara.
En el rostro neutro del Nara, aparece una mueca.
— Problemática, eres muy importante — señala lo evidente —, no te expondría a un riesgo.
Temari dudo por un milisegundo, pero la fiebre o en creer en Shikamaru, como siempre iba haciendo, ganó en derribar el muro de desconfianza que siempre se mantenían al llegar a la aldea Konoha y otra aldea.
A paso lento camina hasta la cama y se deja caer en la cama, sentada con la espalda encorvada.
Shikamaru le mira con una leve preocupación, ella traía el cabello suelto, y nada prolijo. El rostro femenino se podía notar el desvelo que había pasado la noche anterior.
— Estos cambios de climas me van a matar — murmuró mientras busca un pañuelo y sacude la nariz.
— La gran Temari vociferando su derrota — le mira con cierta diversión malsana, mientras en una mesa circular, cerca de la ventana, sacó los utensilios que trajo y los insumos.
— Cállate.
Ríe suavemente, era evidente que a veces el delirio de fiebre la controlaba. Molió las hierbas en el cuenco, luego vierte agua caliente de la cantimplora metálica. Por último, y más importante, puso una gota guinda y mezcló todo. Filtra las impurezas, y el líquido oscuro, limpio, lo vertió en un vaso de ella.
— Debes tomarlo todo — señala mientras se acerca a ella.
Quien lo mira desconfiada, el color oscuro no era un buen presagio.
— Confía en mí, mujer — pidió — ya te dije, eres importante para m— mordió su lengua.
Los ojos verdes azulados le miraron con sorpresa, y sin dudarlo se bebió todo.
— ¡Es horrible! ¡Voy a vomitar!
Shikamaru agarró el vaso, evidenciando que ninguna gota quedaba. Y empujó a Temari en la cama.
— Sé que el sabor amargo es asqueroso, y deja pastosa la lengua. Pero, es efectivo. Mañana estarás mejor.
No supo si eran por sus palabras o es que estaba muy cerca de ella, pero olvidó el mal sabor de boca. Se dejó guiar en la cama, se acostó y dejó que él le acomodara la frazada.
— Como tú guía, me quedaré a velar por tu seguridad — escucho la voz de Shikamaru, un tanto alejada, sus párpados se sintieron muy pronto pesados. Intentó luchar, el Nara seguía hablando, y ella quería escuchar todo —... para beber otro vaso.
Shikamaru volvió a verla, notando su respirar suave y los párpados cerrados.
— Dulce sueños, problemática.
Limpio los utensilios, ya que en ocho horas, debía hacer otra preparación. Lo bueno, es que Tsunade le había permitido que él reemplace al guía que le habían asignado a Temari. De esa manera, podría cuidarla mejor. Velar por sus sueños.
Se sentó en una silla de madera y se dispuso a acomodar el tablero y fichas del shōgi.
Muchas gracias por tu comentario Magdiz07, me hace feliz saber que te gusto, tu comentario me hizo ansiar que llegue este día ; )
Espero que te guste este capítulo que se puede decir que es una continuación, pero luego de un período de tiempo 。‿。
