¡Actividad de un grupo de Facebook! Un reto de 30 días para dibujar o escribir de Koisuru Boukun.

Personajes: Souichi, Tomoe y Souijun Tatsumi.

Aquí eran más jóvenes

oxoxoxo

- ¡Damas y caballeros! ¿Gustan algo de sana diversión? ¡Adéntrense al Circo Monarca, disfruten de nuestros artistas, ¡maravíllense con nuestros animales! El circo Monarca se enorgullece de no maltratar a nuestros animales, ¡están enteros! Pero no teman, que sus domadores son los mejores de este país. Rían con nuestros payasos, y como nuestro mejor acto, ¡un show de mariposas monarcas en vivo! - el showman gritó arriba de varias cajas, vestía ropa exuberante y un gran sombrero de copa negro, levantando la carpa, exagerando los movimientos para que los transeúntes se adentrasen al show.

- Papi, ¿podemos entrar? - rogó Tomoe, de apenas 5 añitos, a su padre.

- Yo creo que será otro día, mi niño. Souichi no se siente muy bien, debemos llegar a casa, recuerda que mamá fue a ver a los abuelos... aún tengo que prepararles la cena. -

Tomoe frunció la cara en enfado, pero no hizo berrinche; Souichi tenía más de diez años y mostraba ser muy independiente, por eso se le hizo extraño que su padre lo cargara como si fuera una mochila. Se sintió un poco mal por enfadarse con su papá, su hermano mayor se veía rojo y cansado, escondiendo la cara en el cuello de su padre.

- Okey, papá. -

- Estoy bien papá... entremos a ver el show. - Souichi pidió a su padre, mostrando fortaleza, odiaba ser un inconveniente para su familia.

- No, Souichi. Me preocupa mucho tu fiebre, el circo puede esperar. -

- Ya está haciendo efecto el medicamento, no te preocupes. Entremos, y si llego a sentirme peor te lo diré. - le apretó el hombro a su padre, señal para que lo dejara en el suelo.

- ¿Estás seguro, hijo? - Souijin analizaba el color de su hijo, sintiéndose inseguro por la palidez de su hijo mayor. Souichi desvió la mirada a su hermanito, viendo que este miraba con anhelo al circo.

- Si... si no nos apresuramos, no encontraremos buenos lugares. - Tomoe chilló de emoción, dando saltitos.

Los tres caminaron a donde el presentador, pagaron el precio de entrada y fueron a tomar asiento.

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Quien más disfrutaba del show era Tomoe.

Souijin miraba algo indiferente, pero estaba feliz de que sus hijos se divirtieran; a Souichi le molestaba tanto movimiento de las luces, que si se quedaban a oscuras, que si parpadeaban en muchos colores, le dolía la cabeza. No dijo nada, su hermanito se veía muy feliz.

Los malabaristas fueron increíbles, según Tomoe; había muchos payasos, uno más chistoso que otro, Tomoe amaba a los payasos por sus colores. Sintió miedo cuando llegaron los leones, ¡realmente tenían sus garras y colmillos! El domador, de apariencia enorme y músculos, no se inmutó e hizo muchos trucos con las bestias, eso lo dejó asombrado.

Una bella dama hizo un gran show con aros, muchos aros, bailaba de manera sugerente para ojos adultos, para los niños parecía que solo se contoneaba en movimientos complicados.

A Tomoe le di miedo el contorsionista, se veía muy joven y delgado, aquellos movimientos y posiciones poco naturales le hacía creer que el chico podía romperse en cualquier momento; abrió la boca en asombro cuando el chico logró meterse a una caja, un payaso se lo llevó. El show de come fuego fue interesante, tanto Souichi como su papá también vieron con asombro el acto, aplaudieron cuando este acabó.

Shows con caballos, perritos dentro de disfraces, cebras, un baile con avestruces, los trapecistas... en verdad que eran buenos, pero no parecía ser mejor que cualquier circo.

Aunque al pequeño Tomoe poco le importó, se divertía muchísimo.

- Papá, no me siento muy bien. - le susurró Souichi al patriarca Tatsumi, sentía ganas de vomitar.

- ¿Quieres que nos marchemos? - preguntó con preocupación.

- ¡Ahora, el acto final: el show de mariposas monarcas! ¡Y yo, su presentador, seré el encantador de estos maravillosos insectos! -

- Voy a buscar el baño, los cambios bruscos de luz me dejaron mareado... - se levantó y se retiró de las tribunas.

Una vez más, las luces se apagaron, una música relajante de fondo, un aroma como a dulce.

Una luz blanca apuntó al showman, quien estaba viendo al suelo.

Se quitó el sombrero y metió una mano.

Sacó de ahí una mariposa monarca de buen tamaño, esta aleteó con delicadeza.

Del sombrero salió una, dos, cinco... ¡salían muchas!, una por una, ¿acaso no tenía fin ese sombrero?

- ¡Mira papá! Es muy bonito, ¿cómo lo hace? - Tomoe apuntaba con una manita al escenario, tirando de la mano de su papá.

- Si, hijo, es muy bonito. - pero Souijin miraba preocupado la salida, Souichi aún no volvía.

Eran cientos, sino miles de mariposas monarcas en el escenario, siendo iluminadas únicamente por la luz blanca. Daban vueltas como si fueran un banco de peces, como si nadaran en el aire en cardumen.

El showman hacía movimientos extraños, pero las mariposas le hacían caso. Hizo varias figuras, que si un triángulo, un corazón, una media luna... Tomoe comenzó a sentirse algo raro, como si no pudiera dejar de ver el movimiento de las mariposas.

Debía seguir viendo, debía seguir viendo, debía...

- Nos vamos, Tomoe, Souichi no vuelve, estoy preocupado. - su padre le había tomado del hombro, sacudiéndolo.

Tomoe parpadeo, como si hubiese despertado de un sueño. Souijin le indicó que le siguiera, cosa que hizo, ambos salieron en busca de Souichi.

Y gracias a dios fue a tiempo.

El resto del público miraba en trance el baile de las mariposas, quienes provocaban al moverse de cierta manera un montón de espirales, espirales hipnóticos... nadie hablaba, nadie se movía. Estaban ante la merced de cualquiera.

El presentador sonrió, hizo un ademan a sus actores.

- Tienen 10 minutos, recuerden: solo dinero en efectivo, joyas, unos pares de niños y niñas, pueden llevarse algunas jovencitas también... - el grupo de asquerosos rieron con gusto.

-Recuerden, los leones comen cuando el circo esté vacío, los niños de 1 año le dan agruras al macho. -

oxoxoxo

- ¡Souichi! ¿dónde estás? - Souijin gritaba por su hijo. - ¿Dónde estará el baño? -

- Papá, las mariposas... - quiso decirle de lo extraño del show, pero su padre le ignoró.

- Perdón, Tomoe. Te traeré otro día, pero tu hermano no se siente bien. -

- ¿Tal vez está afuera? - eso hizo que Souijin se preocupara un poco, ¿qué tal si se había desmayado su hijo a medio camino al baño?

- Tomoe, voy a buscar a tu hermano alrededor de la carpa, quiero que te quedes aquí por si acaso Souichi regresa. ¿Entendiste? - le indicó que se quedara a un lado de un puesto de algodón de azúcar. - Será poco tiempo, no te vayas con ningún extraño, ¿sí? -

- Sí, papi, aquí me quedo. - Souijin le dio un beso en la cabeza y corrió al exterior de la carpa.

Tomoe estuvo tranquilo en su lugar, se le hacía raro que no hubiese mucho ruido... o vendedores en el lugar. Estaba quieto, preguntándose en donde se habría metido su hermano mayor. Miró sus zapatos como si fuera los más interesante del mundo, entonces, una mariposa monarca aterrizó en su zapato.

- Hola bonita. - quiso agarrarla, la mariposa salió volando, revoloteando en círculos a la altura del infante. Tomoe rio, feliz de jugar con su nueva amiga.

Extendió sus manitas, tratando de alcanzarla, no se dio cuenta que se movió del puesto de algodón de azúcar.

La mariposa se alejó rápidamente, Tomoe camino lento para no espantarla más; la monarca se quedó estática frente a un cuarto oscuro, se mantuvo en el aire, como invitándolo a que la agarrara. Tomoe se acercaba, estaba a poco de agarrarla.

Sintió que alguien le agarró la cabeza, dio un pequeño grito.

- ¿Qué haces aquí, Tomoe? - la mano de su hermano mayor le acariciaba el cabello.

- Estaba por agarrar una... - buscó a su amiga, viendo que ya no estaba, solo la oscuridad de aquel cuarto. - ¿Y mi mariposa? -

- Debió haberse ido a dormir, ya es tarde. - levantó en brazos a su hermano, pese a que se sentía miserable. - ¿Y papá? -

- No sabíamos dónde estabas, así que salió a buscarte. Me dijo que nos quedemos en donde está el algodón de azúcar. -

- Okey, vamos para allá. -

Tomoe se recostó en el hombre de Souichi, mirando aquel lugar oscuro mientras se alejaban. Estaba casi seguro de haber visto al domador de leones allí dentro, con una mano le saludó a manera de despedida.

Una enorme mano se asomó de aquella oscuridad, regresando la cortesía.

oxoxoxo

- Con que aquí están, ¿a dónde te metiste, hijo? - Souijin tomó en brazos a Tomoe.

- Después de ir al baño me dieron nauseas, pero me dio pena vomitar en el sanitario portátil, así que busqué unos arbustos afuera. - dijo algo apenado. - ¿Nos vamos a casa, por favor?

- Claro que sí, aprovechemos que aún no termina el acto, así nos evitamos el mar de gente. - le ofreció la mano a su hijo mayor, quien aceptó.

La familia Tatsumi salió de aquel circo, siendo los únicos que no salieron perjudicados de aquellos psicópatas.

El titular en los periódicos al día siguiente fue:

"MAS DE 20 DESAPARECIDOS EN NAGOYA, ENTRE ELLOS NIÑOS DE DIVERSAS EDADES Y JOVENCITAS DE SECUNDARIA. VICTIMAS ASEGURAN SOLO RECORDAR UN SHOW DE CIRCO Y UNA ESPIRAL BLANCO Y NEGRO: ¿HISTERIA COLECTIVA? ¿ALUCINACION POR ALGUN QUÍMICO? SE ENCONTRARON RESTOS OSEOS DE UNO DE LOS DESAPARECIDOS EN LOS DESECHOS DE UN FELINO GRANDE, FAMILIAS EN LUTO."

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