Los niños iniciaron sus rutinas tal y como les indicó la madre superiora. Mientras terminaban de hacer sus labores, observaron una cama vacía la cual dedujeron que era la del chico que se atrevió a responder a la encargada del lugar.

Tenían curiosidad por saber qué fue de él ya que eran varios días sin verlo, sin embargo, algo les hacía desistir de preguntar por él.

Sonaron las campanas dando a entender que era momento de ir a clases.

En orden, salieron al edificio donde tendrían sus aprendizajes y llegaron justo a tiempo a la primera clase que era impartida por la hermana Nemuri.

La mujer los recibió con una sonrisa tocando las cabezas de los niños los cuales debían abrazarla ya que ella así lo pidió.

Viendo a todos los niños en su lugar procedió a dar la clase.

-Muy bien, iniciaremos con leer las páginas 11 a 14 de su libro de lecturas y realizarán un escrito explicando lo entendido-comentó tomando una fusta la cual hizo sonar con fuerza en su mano enguantada-recuerden lo que pasa si no cumplen con lo pedido

-20 azotes por cada trabajo no realizado-la monja sonrió complacida

-Me alegra saber que lo entiendan-caminó entre los pupitres-entiendo que algunos de ustedes tienen mayores dificultades, así que a esas personitas solamente les daré 15 azotes

Se detuvo quedando frente a un niño de cabello amarillo con un mechón negro. Se agachó a su altura y con su fusta levantó el mentón del menor.

-¿Verdad, cariño?

-S...si, hermana Nemuri

Lamió la mejilla del niño y regresó a su escritorio.

-Luego de ello, deberán realizar 5 planas de ortografía y quien termine primero, ya sabe cuál es su premio-alzó su hábito dejando ver un enorme pene semi dormido a la vista de los niños

La clase continuaron hasta llegar a la hora de la siguiente. Rápidamente los niños se formaron uno a uno para que le fueran revisadas sus actividades.

Del lado derecho colocaba lo que estaba bien hecho, del izquierdo lo no realizado o mal hecho.

El niño de cabello rubio fue el único que quedó del lado izquierdo quien tragó saliva con dificultad.

-Pasen a su siguiente clase, a excepción de su compañero-el menor permaneció del lado izquierdo de la monja-avísenle a la hermana Nana que llegará tarde

-Si hermana Nemuri-salieron los niños con prisa a la siguiente aula

Izuku al ser el último en salir y cerrar la puerta, pudo ver de reojo a su compañero estando desnudo mientras la hermana Nemuri lo penetraba con brusquedad y latigueaba su espalda.

La mujer notó esto y sonrió al peliverde de manera burlona mientras embestía al menor antes de que se cerrara la puerta completamente.


La hermana Nana daba clases de matemáticas explicando a todos de manera sencilla y entendible. Ella revisaba que todos estuvieran trabajando aunque parecía ser que le gustaba pararse mucho en el lugar de un niño de cabello azul con lentes a quien acariciaba su espalda.

El chico parecía ser el favorito de la hermana Nana ya que era muy listo. Él también lo era, pero por alguna razón, a él no le hacía esas cosas.

Al terminar la clase, salieron de nuevo dejando al chico de lentes quien se quedó con la hermana a la cual logró ver que metía su enorme falo en la boca del de lentes para que le diera una mamada.

La monja notó la mirada del niño quien cerraba la puerta y le pidió guardar silencio con un gesto.


Las clases habían terminado notando que eran pocos los que habían salido de las aulas ya que el resto fueron detenidos por las madres para "conversar". Sin embargo, los demás niños fueron llevados por otras monjas a excepción de Izuku quien caminó hacia el despacho de la madre superiora.

Tocó la puerta y recibiendo un adelante del otro lado, abrió la puerta.

-Buenas tardes, madre superiora. ¿En qué puedo ayudarle?-preguntó cerca de la puerta

-Ya sabes a qué puedes ayudarme cariño-comentó con una sonrisa sugerente

El menor obedeció y se puso de rodillas frente a ella para comenzar a chupar su enorme pene.

Esto se había vuelto cotidiano desde aquel momento de la misa dominical.

Flash back

Se dirigió hasta la oficina de la madre superiora la cual le mencionó que tenía listo su atuendo para la ceremonia.

Pidió permiso para entrar concediéndole la entrada al lugar.

-En esa caja está lo que debes de ponerte. Puedes usar el baño si gustas-señaló mientras terminaba de firmar unos papeles

-Si, madre superiora-entró al baño a cambiarse

Sacó la tapa de la caja y revisó la ropa notando que era demasiado extraña pero sin decir nada, se la colocó.

Eran unas largas botas de piel con tacón de color negro, guantes del mismo tono y tela, un collar de púas de acero y lo que parecía una tela que tenía la forma de su pene y testículos los cuales se puso quedándole a la perfección.

Salió del baño y notó que la madre superiora tenía el mismo atuendo que él pero en cuero y en sus pezones había dos piercings con unas cruces invertidas y un tatuaje de demonio en su estómago.

-Nuestras misas son más...interesantes-sonrió de lado al ver la confusión del menor-vamos, que debemos a dar la cátedra

Tomó su mano llevándolo al lugar.

Al llegar, notó que era muy diferente al sitio donde estuvieron la primera vez todos los niños ya que este era más lúgubre y oscuro.

-Sean bienvenidos a la misa de unión-anunció la madre superiora haciendo que todos se paren-los trajes y atuendos que tienen cada uno de ustedes pequeños, deberán de encontrar a la hermana que lleve lo mismo que ustedes-comentó yendo a sentarse a su silla de cuero y poniendo al pequeño en su regazo

Los menores obedecieron y buscaron a las hermanas hasta que todos estaban con quien les corresponde.

-Ya que están todos, iniciaremos la misa. Esta misa es especial porque se unirán en cuerpo y alma con ellas para complacer sus deseos carnales-sonrió para sí-comiencen con el ritual hermanas

Un extraño canto salió de todas ellas mientras tomaban a los niños para besarlos y tocarlos.

En pocos minutos, todos ellos tenían relaciones sexuales con las hermanas quienes los embestían salvajemente sin dejar de recitar el cántico.

Izuku corrió la misma suerte ya que estaba siendo empalado bruscamente por la madre superiora quien ultrajaba su recto sin descanso.

Los gritos, llantos y jadeos de los niños eran opacados por los rezos de las monjas quienes los hicieron suyos una y otra vez sin descanso alguno.

A partir de ahí, este tipo de cosas iban a ser muy frecuentes.

Fin del flash back

Izuku era penetrado salvajemente por la madre superiora quien sonreía satisfecha al ver al menor disfrutar del sexo.

Bastó unas cuantas embestidas violentas más hasta que se corrió dentro suyo al igual que el menor.

Se corrió con tanta violencia que no dejó de venirse hasta que el peliverde vio salir de su boca el semen de la madre superiora quien lo había llenado cual pavo de navidad.

Después de eso perdió la conciencia donde a pesar de ello, la mujer continuó una segunda ronda.