La madre superiora junto a las hermanas comían teniendo a los niños en su regazo quienes estaban con los falos de ellas dentro de sus pequeños rectos.

La rutina era la misma de siempre por lo cual se volvió habitual que todos comieran de ese modo.

Mientras alimentaba a su lindo peliverde, levantó la cabeza para dar un anuncio.

-Hermanas, pequeños. En pocos días vendrán varias personas para el día de la adopción-por primera vez vio rostros tristes y angustiados en todos-sé que no les parece justo, pero deben ser conscientes de que tendrán una nueva familia, además, se les haría extraño a los visitantes que ninguno quiera ser adoptado. Así que muestren interés

-¿Pero volveremos a verlas?-preguntó Izuku mirándole quien recibió una caricia en la cabeza

-Tal vez-apoyó al nene en la mesa y comenzó a embestirlo-disfruten estos últimos días hermanas y pequeños-los demás fueron colocados como el peliverde-y recuerden: esto se mantiene en secreto

Iniciaron una orgía con ellos donde los llenaron cual pavos de día de gracias con su semen espeso y abundante.


Había llegado el día y los posibles/futuros padres quienes interactuaron con los niños.

Realizaron juegos, convivieron e incluso los pequeños demostraron sus habilidades ante ellos.

Como era de esperarse de la reputación del orfanato, los niños fueron adoptados de uno a uno e incluso una pareja se llevó a dos de ellos. Antes de irse, los peques se despedían de todas las hermanas y madre superiora quienes miraban con tristeza ver partir a los niños.

Cuando la encargada del lugar vio a Izuku aún con ellas, inconscientemente suspiró aliviada. Pero ese alivio fue roto al ver venir hacia ella al pequeño de la mano de un hombre quien a su vez también traía a Katsuki de la otra.

-Buen día madre. Estos niños son maravillosos-sonrió el hombre con felicidad-mi pareja y yo estamos contentos de tenerlos con nosotros

Otro sujeto se acercó a él quien al verlos comprendió que la pareja estaba completamente enamorada y con deseos de formar una familia.

Con un nudo en la garganta, asintió con una sonrisa y fue a realizar el papeleo.

Teniendo todo listo y en orden, selló los documentos entregándolos a la pareja.

Los pequeños la abrazaron con fuerza siendo correspondidos de la misma forma.

Los vio partir en un auto lujoso. Tendrían una buena vida y no les faltaría nada con ellos.

Al cerrar las puertas del orfanato vio con pesar a las hermanas llorar por sus niños. Ella también estaba destrozada.

Y por ello, habían tomado una decisión: no volverían a tocar ningún niño que no fueran ellos.


Los menores viajaban tomados de la mano en el asiento de atrás mirando con algo de recelo a los adultos que los adoptaron. A pesar de que se portaron de manera amable con ellos, estaban algo inseguros.

-Tranquilos niños. Los cuidaremos muy bien-comentó el hombre de cabello plateado que iba de copiloto con una sonrisa

-Verán que se divertirán mucho con nosotros-el hombre peliplata que iba manejando les habló con seguridad y confianza

Los niños asintieron aunque miraban fijamente a ambos. El peliplata que les habló primero soltó una risita al ver sus caritas confusas.

-Se preguntan porqué nos parecemos, ¿verdad?-se agacharon apenados al ser descubiertos provocando una risa en los adultos-es porque somos hermanos gemelos. Nuestra familia solamente permite relaciones románticas entre nosotros para preservar nuestro legado

-¿Entonces podré casarme en un futuro con Izuku?-el mencionado se sonrojó ante tal declaración

-Es lo más probable, siempre y cuando ambos estén de acuerdo

Ambos menores se miraron con una sonrisa.


Para sorpresa de los padres adoptivos de los niños, éstos pidieron que las hermanas y madre superiora les impartieran clases de verano a lo cual ellas estaban encantadas.

Varios meses después todo estaba listo para recibirlos. Los padres les dieron varias remuneraciones para darle mantenimiento al lugar.

Sin saber que, al momento de caer en sus manos, volverían a ser poseídos carnalmente por ellas.

Llegó uno de varios domingos ahí en el lugar y todos los niños iban de la mano con su respectiva hermana favorita con sus atuendos de látex.

La madre superiora los esperaba teniendo a su pequeño Zuzu en su regazo quien tenía dentro el descomunal pene de ella.

-Sean todos bienvenidos. Es un gran júbilo anunciar que nuestros pequeños han regresado a nosotros por un par de semanas-comentó acariciando el cabello de su peliverde favorito-disfrutemos la compañía mutua

Iniciaron la ronda de sexo mientras realizaban los rezos dominicales.

Mientras eso ocurría, los padres llegaron de imprevisto al lugar para sorprender a sus hijos. Sin embargo, ellos fueron los que quedaron en shock al verlos siendo profanados por las monjas del lugar.

Una de las madres gritó escandalizada desatando un sinfin de gritos y furia entre los padres de los menores.

En poco tiempo arribó la policía llevándose a las mujeres arrestadas mientras los niños estaban siendo atendidos por varios psicólogicos.

Otros policías encontraron con horror un sitio donde había cientos de huérfanos enterrados en condiciones extremas que hizo vomitar a varios de los agentes.

Mientras los niños hablaban con los adultos, Izuku observó con los ojos entrecerrados a un policía que se acercó a Ilda alcanzando a escuchar que "hizo lo correcto".

Se escurrió entre la gente y se acercó a escuchar.

-¿Cómo lograron dar con estas nefastas personas?-preguntó un detective

-Este pequeño mandó un mensaje hace unos días diciendo que las monjas harían un evento con ellos y con sus padres ya que le "encargaron enviarlo para que su madre lo esparciera al resto de los padres"-relató el policía que estaba hablando con el de lentes

Izuku abrió los ojos sorprendido y frunció el ceño para irse con los otros niños.

-Señor, ¿podría dejarnos un momento para abrazarnos, por favor?-todos se enternecieron ante la dulce petición del menor y les dieron su espacio

Los niños entendieron e hicieron un círculo sin Ilda como si se estuvieran abrazando.

-El idiota cuatro ojos fue quien les dijo todo-comentó molesto provocando que los demás también lo estuvieran

-Hay que romperle la cara. Yo empiezo-el pelicenizo tenía ganas de darle una golpiza

-No, que sea después. Cuando menos se lo espere-sugirió un pelirrojo a lo que todos estuvieron de acuerdo

-Saquen sus dotes de actuación. Vienen de nuevo-avisó un pequeño rubio con un rayo en el cabello en voz baja

Todos comenzaron a "llorar" para hacer más creíble la historia provocando que simpatizaran aún mas con ellos.

Sus padres se los llevaron lejos de ahí para no volver jamás.