She-Ra y Las Princesas del poder no me pertenecen.

Capítulo 15

Y finalmente llegamos a la parte donde la banda estaba terminando de tocar My Generation de Limp Bizkit, quiero pedir disculpas a los lectores por el salto del tiempo del principio del show, hubo algunos inconvenientes técnicos, pero ya estamos aquí así que, el show debe continuar, Catra estaba encima de la tabla y su mente estaba en un éxtasis absoluto.

Esto es un sueño, no, es mucho mejor que un sueño, es la realidad, dios, no puedo dejar de recordar cuando era una niña y jugaba con esta guitarra, donde fingía que mi cama era un escenario y daba un show al público más grande del mundo, toda esta gente, no solo nos alaba, nos acepta, casi he sido yo misma durante todo el show y a ellos les encanta, no tengo que ponerme ninguna mascara ni ser hipócrita, yo…..no sé qué pasara después de esto, no sé si pasaremos al olvido o nos volveremos la banda más importante del mundo…yo solo quiero estar aquí para siempre…esto es el cielo…es mi versión del cielo.

Efectivamente la imagen que se generaba era tan surreal, ella estaba montada sobre la tabla como si hiciera surf durante un tifón, parecía que estaba jugando en el agua con el kraken, con el leviatán o con todas las criaturas mitológicas del agua al mismo tiempo, el público levanta sus brazos intentando alcanzarla, en ese momento parecía Moises durante el éxodo, era el rey David, era una figura bíblica pero al estilo del rock, en ese momento su corazón estaba en un estado puro de felicidad, tal era el impacto que empezó a hablar sin detenerse a pensar, sentía que mientras más hablara más felicidad habría en su cuerpo.

-VETE A LA MIERDA SHADOW WEAVER! ¡ESTOY TAN FELIZ DE SABER QUE NO LLEVO NI TU APELLIDO NI TU ASQUEROSA SANGRE EN MI CUERPO! ¡Y A USTEDES TAMBIEN GENTE DE LA PRISION JUVENIL, ME LLAMARON LOCA CUANDO DIJE QUE PLANEABA HACER ESTO!

El público no entendía el contexto, pero no tenía importancia, solo la música tenía importancia, todos le vitorearon con todas sus fuerzas, Catra finalmente dijo una última frase, era la frase que decía cada vez que jugaba con su guitarra cuando era niña, la exclamo con todas fuerzas levantando sus puños al cielo, mirando las estrellas y poniendo tanto esfuerzo en su grito que su micrófono finalmente colapso después del grito.

-SOY LA DIOSA DEL ROCK AND ROLL! ¡TODOS USTEDES SIMPLES MORTALES RINDANME CULTO O ENFRENTEN MI IRA!

Todos exclamaron como si efectivamente fuesen de su culto, nadie se detuvo a pensar si ella hablaba en serio o era un juego, era imposible no dejarse llevar por la atmosfera mística que cubría el lugar….pero lamentablemente esto no es un cuento de hadas, finalmente termino la canción y la banda dejo de tocar, todos a excepción de una persona, Lonnie, ella seguía tocando el bajo en automático era como si con cada nota que ejecutaba su cuerpo intentara desesperadamente respirar, pero el público incluso sus compañeros de banda eran incapaces de notarlo, ella estaba con su cuerpo encorvado hasta el límite y aun así lograba ejecutar un solo de bajo increíble mediante la técnica de slap y tapping, Scorpia siguió tocando la batería manteniendo ese ritmo funky marcado por el bajo. Debido al anterior show orgásmico de Lonnie la gente pensó que esto no era más que una performance muy extraña, pero después de todo performance, ella empezó a dar tumbos, estando al borde de caer, la gente gritaba con fuerza ¡OLE! ¡OLE! Formando parte del aparente espectáculo, finalmente paso lo que se había estado demorando durante tanto tiempo. Un gran estruendo dio por terminado el show, Lonnie finalmente cayo hacia el frente, hacia el nivel del suelo donde estaba el público, al caer quedo inconsciente y también, algo que habría pasado sin importancia para la audiencia pero si para un musico, el bajo de Lonnie producto de la caída se hizo pedazos, finalmente su perro guardián había sido destruido, los paramédicos presentes corrieron rápidamente a socorrer a la chica mientras ahora en el lugar donde había reinado el caos estaba reinando el silencio.

El primer día del festival había terminado, y aunque había sido un éxito a los ojos de los asistentes, para Mermista fue una locura desbordante de emociones que aún no podía digerir. Acostada en una de las habitaciones de la casa de los padres de Glimmer, intentaba dormir, pero el sueño no llegaba. Por alguna razón, su mente no dejaba de revolverse en una inquietud persistente. Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes de la actuación de Seahawk volvían a su mente, una y otra vez.

Frustrada, se levantó de la cama y decidió ir a la cocina, buscando algo que la relajara. Se encendió un cigarrillo de marihuana, exhalando el humo lentamente, intentando calmar sus nervios. Miró sobre la mesa y encontró su lista de canciones. La había revisado al menos mil veces, pero aún sentía la necesidad de comprobar si todo estaba en orden. Se sentó, encendió una pequeña luz de mesa y sacó una lapicera para hacer algunas anotaciones, como si su mente se aferrara a algo tangible para no perder el control.

En ese momento, Double Trouble apareció en la cocina, como si hubiera intuido su malestar.

-¿Qué te pasa, Mermista?

Preguntó con su tono relajado, pero claramente interesado en ella.

Mermista, con la altivez que siempre la caracterizaba, alzó la mirada, casi con orgullo.

-No me pasa nada, estoy bien

Respondió, sin mirar a Double Trouble directamente a los ojos, sus dedos jugueteando nerviosos con la lapicera.

Double Trouble la miró fijamente

-mira querida, solo te diré una cosa, no reprimas lo que siente tu corazón o eso te va afectar.

-¿y que carajo significa eso?

-es una respuesta que debes hallar tu misma Mermista, ¿sabes qué? Supongo que lo mejor es dejarte en paz, espero que descanses.

Double Trouble finalmente dejó la habitación. Mermista volvió a quedarse sola con su lista de canciones. La habitación estaba en silencio, y aunque intentaba concentrarse, su mente empezaba a divagar de nuevo. De repente, la lapicera cayó de su mano, y notó cómo su mano comenzaba a temblar. Un temblor ligero al principio, pero que no podía controlar. Frunció el ceño, tratando de apretar el puño, pero el temblor se intensificó.

-No..., no puede ser...

Su respiración comenzó a acelerarse, y el latido de su corazón se volvió más fuerte. Intentó ignorarlo, pero el latido se volvió cada vez más insoportable, resonando en su pecho como un tambor incesante, cada vez más doloroso. Colocó su mano sobre el pecho, intentando detener la sensación que empezaba a parecer un ataque.

-¡Detente!

Ordenó en voz baja, como si pudiera controlar su cuerpo con pura voluntad, pero el dolor en su corazón se volvió más agudo, como una punzada que la atravesaba por dentro. El latido era tan fuerte que casi podía escucharlo fuera de sí misma, y el dolor se convirtió en algo tan real que la hizo inclinarse sobre la mesa, respirando con dificultad. Mermista apretó los dientes, luchando por no dejarse vencer por lo que estaba ocurriendo. Quería seguir siendo la mujer fuerte, la mujer que no necesitaba a nadie. Pero su cuerpo no le respondía.

Miró hacia su lista de canciones, tratando de enfocarse en algo, cualquier cosa que la distrajera de lo que estaba sintiendo. Fue entonces cuando notó una lágrima cayendo sobre el papel. Una lágrima que no pudo contener. Después, otra, y otra más, hasta que las lágrimas comenzaron a caer sin control.

—No... no quiero esto...

Las lágrimas, traicioneras, seguían cayendo. Mermista, aquella mujer fuerte y empoderada, estaba rompiéndose en silencio, en la soledad de una cocina, mientras todo su ser le pedía que se rindiera a sus emociones. Y por primera vez en mucho tiempo, se permitió llorar. No por debilidad, sino porque su corazón le exigía que se abriera, que fuera honesta con ella misma.

Ya no era la Mermista impenetrable, la estrella de la música que siempre tenía el control. Era una mujer que se sentía vulnerable, que se había dado cuenta de que podía ser fuerte, pero también frágil. Y esa batalla interna, entre su orgullo y su necesidad de abrirse, la había dejado completamente desarmada.

Con la cabeza baja, apoyada sobre la mesa, susurró entre sollozos:

-¿Por qué...? ¿Por qué no puedo controlar esto?...

La música de fondo que había puesto Hordak mientras la gente se dispersaba, el eco lejano del festival, contrastaba con el silencio emocional en el que Mermista se encontraba. Estaba sola, enfrentándose a algo que había evitado durante años: su propio corazón. Unas ultimas palabras salieron de su boca, hasta casi diría que salió de su propia alma.

-Seahawk…yo…

Así de la forma mas "extrema" por así decirlo finalizo oficialmente el primer día del festival, una verdadera locura, pero no olviden que faltan un par de días más, en otras palabras, a ustedes los lectores para bien o para mal aun les queda mucho por leer si deciden continuar con esta historia, créanme, tengo mucho que contar todavía.

Pasamos al segundo día del festival, Claudio y Manuel (los argentinos del capitulo 6 por si no recuerdan) estaban con el resto de sus amigos haciendo sus propias reviews de lo ocurrido la noche anterior.

-todo estaba tan….era una locura, che cuando la gente me llevaba en el crowd surfing pensé que terminaría en el océano Atlántico.

-a lo mejor para vos fue copado, en cambio a mi casi me rompen la jeta cuando empezaron los disturbios en la Torre de sonido.

-che, jajaja me acabo de acordar, un hombre de los técnicos de sonido pregunto entre todo el escándalo "¿QUE CARAJO LES PASA A LOS JOVENES DE ESTA GENERACION?".

-jajaja cierto, yo le voy a decir que nos pasa…

En ese momento todo su grupo se echo en la hierba y empezó a cantar

Olvídate

Ya pasó

No es así lo que me pasa

Solo río

Hoy no pienso en nada

Y al infierno no me llevan ni a patadas

Era una canción de la banda Babasonicos su nombre era "D-Generacion" y si bien Hordak no podía escucharlos ellos de todos modos querían seguir cantando a capella.

Porque a mi generación

No le importa tu opinión

Porque a mi generación

Algo le pasa

Porque mi generación

Hoy se caga en tu opinión

Porque a mi generación

Algo le pasa

Scorpia y Entrapta están sentadas cerca del área técnica del festival. Entrapta había terminado de reparar la torre sonido junto a sus compañeros y ahora tenia un rato para relajarse antes del segundo round.

-Scorpia quiero que conozcas a Emily, no es una lindura.

Efectivamente Entrapta saco de su bolsillo con mucho cuidado a su tamatgochi al cual llamaba Emily.

-¡Qué genial! Emily, eh. ¿La cuidas bien?

-Bueno, a veces olvido alimentarla... pero la mayoría del tiempo está feliz.

-Oye, siempre me he preguntado ¿cómo decidiste convertirte en ingeniera de sonido? Déjame adivinar, porque eres muy inteligente y te gusta la tecnología y obviamente la música. ¿No?

Entrapta sonreía, pero su expresión cambia ligeramente. Hay una sombra de tristeza en sus ojos que Scorpia podía notar. Pero Entrapta empezó a discutir consigo misma antes de responder.

Yo…¿qué hago?...Scorpia parece buena chica y realmente necesito decírselo a alguien…no puedo mantener esto en mi para siempre, o ¿si?

Entrapta acariciaba a Emily y miraba a Scorpia un par de veces antes de terminar de decidirse.

Esta bien, lo hare, en el peor de los casos, dudo que nos volvamos a ver, no es como si existiese una red de contactos con los que puedas hablar con viejos conocidos en tiempo real y de manera tan eficiente.

-no fue por eso, mi sueño siempre fue ser una música profesional.

-¿en serio? ¿Y por qué no lo hiciste?

A continuación, Entrapta batallaba no solo por encontrar las palabras adecuadas si no que intentaba evitar llorar mientras lo hacía, pero un gran nudo se formaba en su garganta.

-Siempre fui muy introvertida. No tenía amigos para formar una banda. Y, bueno, intenté aprender a tocar varios instrumentos: batería, guitarra, bajo... pero soy muy torpe. Nunca conseguí ser lo suficientemente disciplinada. Y ya sabes, los músicos para mí son seres maravillosos, capaces de transmitir tantas emociones... Yo nunca pude hacer eso.

Scorpia quería interrumpirla para darle un poco de empatía, pero pudo darse cuenta de que Entrapta no había terminado. Esta vez al nudo en su garganta se le sumaron lagrimas que florecían lentamente por sus ojos.

-Por mucho que lo intenté, simplemente no se me daba. No importaba cuánto practicara, siempre me equivocaba en las notas, o se me caía la guitarra... Era frustrante. Así que decidí que, si no podía ser parte de la música como músico, al menos podía ayudar a que otros lo fueran. En la ingeniería de sonido encontré mi consuelo, sonara tonto, pero era como si yo amara a alguien, pero no fuera un amor correspondido, entonces si no puedo estar de manera plena con dicha persona al menos estaría a su lado para ayudarla.

Entrapta finalizo su confesión y tomo un gran respiro, como si hubiera dejado soltar una gran carga que llevaba encima, finalmente volvió a sonreír e intento cambiar todo este ambiente deprimente.

-pero no estuvo tan mal, un día casi escribí mi propia canción la cual iba a titular "¿sueñan los androides con guitarras eléctricas?"

-Bueno, cuando termine el festival, deberíamos tocar juntas. No importa si no eres perfecta, lo importante es divertirnos. Quizá hasta logres más de lo que crees.

-sabes Scorpia, tal vez tengas razón, pero ahora hay que hablar de Emily.

Se la pasaron jugando con el tamatgochi mientras el tiempo seguía pasando, aun faltaban tocar muchas mas bandas.