Chapter IV
Una habitación es algo muy privado. Habían pasado poco más de 24 horas y se sorprendía de ya conocer el departamento de Leon. Ahí se encontraban todos sus gustos, aficiones y su historia, de alguna manera eso le gustaba.
Había fotografías de Leon con quienes seguramente eran su familia. Aparecían un hombre de la misma complexión del chico, de cabello castaño y ligeramente cano en las patillas, una mujer rubia y de porte elegante sentada sobre un sofá, junto a otra chica rubia que parecía la copia femenina de Leon. Ambas mujeres tenían el mismo color de ojos que él. Sonrío para sí.
Encontró otras fotos donde se veía un poco más adolescente, tanto su familia como otro grupo de personas aparecían en ella, una pareja de adultos mayores sentados al centro, rodeados de lo que supuso era la familia de Sherry. En otra foto cercana aparecía nuevamente su familia con otro grupo de personas distinto parecen una familia bastante numerosa. Por Dios, es el profesor Downing. El hombre, con esa expresión seria propia de él, aparecía en una foto junto a la madre de Leon y a la que intuyó era la madre de Sherry.
Eran demasiadas fotografías y también demasiadas preguntas, por lo que se concentró en su encomienda, que era quitar el exceso de pelo de Wally sobre la colcha. Leon mientras se hallaba en su closet para mirar cuantas piezas de piel había dañado el pequeño minino. Sacó un par de botas y una cazadora. Al salir miró a Claire inclinada sobre su cama, su largo cabello se pasaba detrás de su oído izquierdo y le permitía mirar con detenimiento su perfil. Su figura seguía siendo una tentación y un detonante para las hormonas del castaño. Claire le había visto con el rabillo de su ojo y sabía que la estaba observando, de alguna manera eso también alborotaba sus hormonas. La mente de Leon viajaba a todos los escenarios posibles de Claire y esa cama, mientras la chica caía en cuenta de que sus pensamientos eran similares.
Claire levantó levemente la cabeza para mirar al chico, quien se veía tenso. Él le dedicó una sonrisa ladina que sin titubeos ella correspondió. Ambos estaban coqueteando.
-Hace calor aquí, ¿dónde está el termostato? - preguntó Jake con un tono divertido desde el portal de la habitación. Sherry que estaba parada frente a él, soltó una breve carcajada.
-Hace hambre también- dijo tratando de liberar un poco la tensión.
Claire se enderezó y ambos miraron avergonzados a Sherry y a Jake, para luego mirarse entre ellos con un disimulado coqueteo.
- ¿Qué se les antoja comer? - preguntó Sherry. Jake respondió que quería un buen filete
-Si hay aquí, yo puedo cocinar- dijo como si fuera lo más fácil del mundo. La rubia se giró a mirarle
- ¿Ah sí? Revisemos la cocina de Leon- dijo mientras tomaba a Jake del antebrazo y se dirigían al comedor.
-Deberíamos ayudarles en la cocina, ¿no? - preguntó Leon tratando de dispersar su mente.
-Claro, vamos- respondió mientras se acercaba lentamente al rubio.
- ¿Rasguñó esas cosas? - señaló las prendas.
-Ah sí… luego las llevo a reparar- la tensión no permitiría que un alfiler pudiera colocarse entre ambos.
-Yo sé un truco, mi hermano suele raspar sus botas en la Harley y a veces yo también- comentó tratando de aligerar la situación.
-Bien, quizás haya algo en la cocina… pero, tengo que ir al baño un momento- dijo apartándose de la chica.
-Yo también… ¿hay otro baño? -
-Al final del pasillo, en la puerta blanca-.
Leon mojó su rostro con agua fría y respiró profundo. Tengo que calmarme, controlarme, prudencia, paciencia, dominio propio, inteligencia. Claire por su parte hizo lo mismo. Dios, ¿desde cuándo sé coquetear? Tengo que controlarme.
Se dirigieron a la cocina para ver a Jake preparando una especie de mantequilla clarificada con romero, mientras sazonaba unos filetes y le indicaba a Sherry cómo preparar una ensalada simple.
- ¿Todo bien? - preguntó la rubia al verlos entrar a la cocina.
-Claro, todo bien, excelente, controlado- respondió el castaño un tanto nervioso.
- ¿Qué término les gusta la carne, palominos? - dijo Jake mientras golpeaba unas pinzas.
Se sentaron en la barra de la cocina. - ¿Y cómo aprendiste a cocinar? - preguntaba Sherry mientras veía cada movimiento de Jake.
-Viví solo en Italia algún tiempo, también en otras partes de Europa e incluso Latinoamérica, algo como un mochilero de alma libre- comentaba el chico mientras cuidaba la temperatura interna de la carne.
- ¿Y al final terminaste trabajando en un refugio para gatitos? - preguntó Leon mientras sacaba un botellín de cerveza y pasaba una botella de agua a Claire.
-No trabajo ahí, solo soy voluntario, conocí a Sheva en un viaje por Sudáfrica y somos buenos amigos- respondió tranquilamente.
- ¿Entonces no trabajas y tampoco estudias? - preguntó la pelirroja.
-Sí estudio y también trabajo… en algo que seguro no se esperan- tomó su teléfono y les mostró una foto de su familia. En ella aparecía el magnate farmacéutico de América, Albert Wesker, una exuberante mujer de rasgos mediterráneos sentada sobre un lujoso sofá y Jake al lado derecho de Albert.
- ¿Ese es Albert Wesker? - preguntó Leon.
-Sí, papá y mi madrastra Excella- respondió mientras probaba la mantequilla. -Como estudio biología en la Ivy University, trabajo en algunas cosas de investigación en Umbrella- agregó.
Leon trataba de contener la risa hasta que no pudo.
-Vamos, Sherry- dijo riendo sonoramente.
Sherry tenía el rostro desencajado. Jake Wesker era hijo de Albert Wesker, el reconocido CEO de Umbrella Corp, mientras que ella era hija de uno de los mayores accionistas de Tricell Inc, William Birkin.
- ¿Birkin por parte de Jane Birkin o William Birkin? - preguntó el pelirrojo con simpleza.
-No entiendo de qué hablan- dijo Claire con desconcierto.
-Luego te daré más detalles, pero nuestra familia es dueña de un consorcio empresarial que se llama Tricell, son varios tipos de giros empresariales, pero específicamente el tío William es del giro farmacéutico, y eso es lo gracioso, porque Jake es hijo de Albert Wesker, el mayor competidor del papá de Sherry- respondió mientras veía divertido la cara tranquila de Jake y Sherry logrando por fin salir del shock.
-Sin comentarios- fue la respuesta de Sherry. Leon rio sonoramente y Jake dio un trago a su botella de cerveza.
-Yo no tengo problema- dijo con una sonrisa un tanto cínica.
- ¿Por qué no mejor hablamos de Leon? - dijo la rubia tratando de desviar la conversación.
- ¿Por qué de mí? - replicó.
- ¿Sabían que una vez se quedó sin cejas y las pintó con sharpie café? - comentó. Nuevamente era un vaivén de palabrería con acento británico gracioso para los espectadores.
-Dado que Jake se ha sincerado, ¿y si cada quién dice algo para estar a mano? - propuso Claire. Jake secundó la moción
-Excelente idea, salud- dijo mientras abría para ella una cerveza. - ¿Tienes 18 años, no? - colocó el envase frente a ella.
-No bebo alcohol, gracias- dijo amablemente.
- ¿Pero sí tienes 18 años, no? - preguntó Sherry. Claire respondió afirmativamente.
-Yo tengo 21 años- comentó el pelirrojo.
-Yo tengo 20 años- agregó la rubia.
-Yo tengo 22 años- dijo Leon.
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- ¿Y no sufrió muchos daños la Harley? - preguntó Jake. Claire estaba platicando cómo conoció a Leon.
-No, solo el casco y el auto de la amiga de Leon- dijo con una risa nerviosa. La conversación tomó un giro al tema de motocicletas entre los pelirrojos. Sherry se acercó susurrando a Leon
- ¿Qué harás con tu amiga Helena? - dijo con cautela.
-No he pensado mucho en eso… ¿alguna sugerencia? - dijo con un tono que parecía cínico.
-Hacer lo correcto antes de que las consecuencias de tus hormonas te alcancen- comentó.
Claire miró su teléfono, tenía un par de mensajes de Chris que denotaban preocupación, nunca se ausentaba de casa sin avisarle a su hermano detalladamente. Leon se ofreció a llevarla mientras Sherry y Jake ponían los platos en el lavavajillas. Las chicas se despidieron e intercambiaron números. Claire y Leon bajaron directamente al sótano desde el elevador y se dirigieron al Lexus de Sherry. Abrió la puerta para ella y tomaron camino a casa de la chica.
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(Puede leer las siguientes secciones con Shot at the night de The Killers)
-Fue un día interesante- comentó el castaño mientras prestaba atención al camino -y queda pendiente el motivo inicial de la reunión, lamento que se haya ido el rato-
-No te preocupes, aún hay tiempo y quizás podríamos volver a juntarnos- dijo Claire tratando de parecer despreocupada.
Leon se distrajo un par de segundos mirándola cuando casi se pasa la luz roja. De manera refleja colocó su brazo derecho como protección para la chica, no ocurrió ningún percance, ambos chicos reían de alivio mientras Claire seguía aferrada a su antebrazo. El tiempo parecía detenerse mientras se escaneaban mutuamente. El claxon del auto de atrás hizo que el tiempo avanzara nuevamente.
Jake y Sherry bajaron al sótano del edificio, lo acompañó hasta su motocicleta.
-Fue un gusto venir a tranquilizar a Wally- comentó el chico.
Sherry rió levemente -nunca pensé que criar a un gato fuera tan complicado-.
La mirada de Jake se detenía fijamente sobre la de Sherry -Puede ser tan complicado como uno quiera… ¿te volveré a ver, Birkin? - preguntó buscando hacerla reír para romper la tensión.
-Claro, Wesker… me gustan las cosas complicadas-. El chico se acercó lentamente hacia ella con una sonrisa sutil quedando a escasos 30 centímetros
-Perfecto- se acercó más al oído derecho de la chica, podía oler su perfume y la fragancia de su cabello, ella podía respirar su loción, sentir su aliento de cerca.
-Que tengas linda noche- dijo el chico en su oído, ella correspondió de la misma manera
-Igualmente- y tocó ligeramente el antebrazo de Jake mientras éste se alejaba para subir a la motocicleta y salir del lugar. -Bueno, tomaré un baño de agua helada- dijo para sí misma.
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Leon estacionó el auto frente a la casa de Claire. La chica se acercó a darle un beso en la mejilla agradeciéndole y como despedida.
- ¿Te puedo contactar después para por fin ver ayudarte a vencer al tío Fred? -
-Claro, muchas gracias- dijo la chica con un tono suave. Leon se limitó a sonreír. Bajó del coche y entró a su casa mientras él se alejaba.
Chris justo salía del baño -Estaba un poco preocupado, ¿todo bien? - dijo desde la parte superior de la escalera.
-Estaba investigando por ahí sobre un proyecto que tengo que hacer para poder pasar la clase con el Sr. Downing- respondió mientras subía.
-De acuerdo, solo avísame, sabes que confío en ti, pero no tanto en los demás- dijo mientras le daba un cálido abrazo. Se despidieron y la chica se dirigió al baño para tomar una ducha.
Iba conduciendo el coche tranquilamente, trataba de concentrarse, pero su mente no se dispersaba de los eventos del día. De pronto entró una llamada, era Helena.
-Hola, Leon- dijo con un tono quizás molesto.
-Hola, Helena- respondió neutral.
-Creí que iríamos a cenar- reclamó la chica. Mientras estaba en la llamada, se encontraba sentada a la orilla de la cama de Jack Krauser vistiendo el jersey de entrenamiento del rubio.
-Claro, es que Sherry estaba un poco mal y no quise dejarla sola, lo lamento, se me fue la tarde- trató de arreglar - ¿Te parece si el lunes vamos a comer? - añadió.
Jack se enderezó para inclinarse a besar por detrás el cuello de la chica.
-Claro, yo te escribo, cuídate, amorcito- dijo mientras sonreía con cinismo.
-Igualmente, cuídate- y terminó la llamada.
- ¿Quieres detenerte? Tengo que irme, no quiero que nadie de tus compañeros me vea- dijo mientras se levantaba y buscaba el resto de su ropa.
- ¿Te veré mañana o el lunes irás a verme al partido colegial? - preguntó.
-No sé, quiero que me extrañes- rio levemente y le dio un beso que podríamos decir fue un poco tierno mientras hacía un gesto indicando que se llevaría su jersey. La acompañó con cautela hacia su coche, ella subió y bajó su ventanilla.
-Creo que sí te extrañaré- comentó Jack mientras se inclinaba en la ventana.
-Lo sé- respondió y le dio otro beso suave al chico para luego alejarse.
¿Acaso comenzaba algo más que deseo carnal?
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Jake llegó a su casa. Estacionó su motocicleta en el enorme garaje y entró directo a su habitación, conociendo a su padre, probablemente estaba en su despacho y Excella estaría meditando. Tomó una ducha rápida y se acostó. Su gatito Georgie se recostó sobre su pecho ronroneando. Sonrío mientras veía al techo. -El poder de los gatitos- comentó para sí mismo.
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Sherry se quedaba en una de las habitaciones de invitados de Leon. Al igual que Jake se encontraba recostada en su cama mientras el pequeño Wally se acurrucaba a su lado. -El poder de los gatitos- dijo divertida.
¿Acaso Cupido había dispersado un virus del amor en el aire? En forma de gas, su Virus-C.
