Chapter VIII

Jill Valentine había llegado a vivir a Tall Oaks hacía ya poco más de un mes, pero hasta hace poco dejó de vivir en hoteles lujosos y compró un departamento en la torre Bendford.

El lugar ofrecía bastante privacidad entre los habitantes, cada departamento ocupaba todo un piso, eran 6 en total, había cancelación de sonido, estaba altamente vigilado de manera discreta y muchas cosas del servicio podían ser controlados por la voz. El ascensor se abría en el piso del departamento con huella digital, no se podía abrir en el piso que no fuera el propio, a no ser que se tuviera una tarjeta llave, o bien, un código temporal en caso de ser un invitado.

El elevador de servicio tenía una tarjeta llave especial que cada semana variaba códigos de manera aleatoria entre cada tarjeta. Del lado del residente, las escaleras de emergencia se abrían con un botón de pánico ubicado cerca de la puerta del departamento o enseguida de la puerta de las escaleras, presionarlo una vez abría únicamente esa puerta, presionarlo dos veces abría todas las puertas, mientras que del lado de exterior se activaban con un token de 3 números que cada mes variaba, el dueño del piso conocía el suyo, pero no el de los demás, solo el portero conocía el de todos y solo su tarjeta abría todas las puertas de una vez. Abrir la puerta hacía un llamado directo al 911 y claramente alertaba a toda la administración de la torre. Fuera del departamento había un timbre con cámara, además el inquilino podía ver las cámaras del pasillo de su piso. Sólo Kenneth Sullivan tenía una tarjeta maestra.

En el sótano se encontraba el estacionamiento, era bastante amplio, tenía más cajones libres que los autos de los habitantes. Para entrar, se requería la huella del residente, o de igual manera una tarjeta llave o un código para invitados. Sus vecinos eran gente bien acomodada que buscaban bastante privacidad, el lugar perfecto para que nadie hiciera preguntas incómodas.

Investigó a los demás, todos eran dueños, nadie alquilaba. En el primer piso se hallaba una pareja de adultos mayores, el Sr. Kendo y su esposa, que se habían dedicado toda su vida a la hostelería y eran demasiado adinerados. En el segundo piso estaba Leon Kennedy, heredero de Tricell Inc. En el cuarto piso estaban un matrimonio de jóvenes políticos y su hija. En el quinto piso, recientemente había comprado el departamento Sherry Birkin, otra heredera de Tricell Inc. En el sexto piso se encontraba quien probablemente era la segunda familia de un político. Jill era la residente del tercer piso, le había comprado el departamento a la viuda de uno de los mayores banqueros de Nueva Inglaterra.

La administración era llevada por Kenneth Sullivan, un escolta personal del dueño de la torre, que se había retirado posterior a una lesión de espalda, antes de ser escolta estudió administración algunos años, su jefe lo vio perfecto para el puesto que requería sumo control y privacidad, además sabía de seguridad y armas.

El personal se conformaba por ciudadanos comunes solteros y sin hijos, a los cuales se les investigaba el récord criminal y también a sus familiares más cercanos. En el caso de JD, aunque era extranjero, no tenía récord criminal en su lugar de origen ni en Tall Oaks. Entró a Estados Unidos como refugiado por la guerra civil en la Republica Eslava del Este. El personal vivía en una pequeña torre adjunta a la principal, no era lujosa como la otra, pero estaba en perfectas condiciones, tenían completo derecho a vivir ahí y podían disponer de todo a cambio de su total discreción. No se les cobraba nada y su sueldo, una jugosa cantidad, se les entregaba completo.

Entre otras cosas, tenía generadores propios de electricidad en caso de algo, cisternas de agua, incluso dos helipuertos en el techo. Ese lugar parecía el Pentágono.

Jill se mudó de Boston a Tall Oaks por cuestiones de seguridad, y se podría decir que también por placer. Su padre, Dick Valentine, un intermediario francés, era conocido en varios mundillos de negocios, principalmente de cuello blanco, pero también en los no tan blancos, y naturalmente tenía tantos enemigos como secretos y el dinero que poseía en cuentas extranjeras. No se sentía orgullosa de eso, pero amaba a su padre.

La última vez que estuvo residiendo en California, él la visitó en Malibú y un par de sujetos intentaron entrar a su casa buscando a Dick, a partir de ahí, él mismo le indicó que estaría cambiando constantemente de residencia, que la visitaría tan seguido como pudiera y que ella estaría segura si no estaban juntos.

Fue entonces que se mudó a Boston, trató de encajar, aunque se sentía insegura. Conoció a Carlos Oliveira en esa ciudad y estando de camping con él visitó Tall Oaks, quedó encantada y se mudó a hoteles en lo que encontraba un departamento. Carlos terminó la relación porque no creía que funcionara a la distancia. Se matriculó en la misma carrera que Leon, solo que, con la validación de materias, comenzó unos semestres más adelante.

Iba saliendo de una de sus clases, no tenía muchos amigos y realmente no le interesaba socializar, entre más privacidad tuviera, más cómoda se sentía.

-Jill, iremos a comer, ¿te unes? - dijo Mía, una compañera de su clase, ya era poco más del mediodía, ya era la hora para comer.

-Gracias, chicos, pero estoy algo cansada- respondió

-Vale, igual seguiremos invitándote- y se despidió de ella junto con Clancy y André.

Caminó hasta su camioneta, guardó sus cosas y al subir, se quedó un tanto pensativa en el asiento. No podía vivir toda su vida ermitaña, pero una parte de ella no se sentía segura para salir.

Trató de despejar su mente, extrañaba a su padre y constantemente revisaba los espejos del auto por si la seguían, tomaba rutas distintas cada vez. No puedes vivir así, Jill.

Decidió detenerse en una cafetería local. El olor a café recién tostado llenaba el lugar. Le atendió un hombre de rasgos latinos.

- ¿Qué le sirvo? estoy tostando un grano exquisito- le dijo don Camilo con esa efusividad que lo caracterizaba.

A la chica le pareció agradable e incluso la hizo sonreír levemente. -Probemos ese exquisito grano- le respondió.

Mientras el señor molía el grano que ya estaba tostado, un sujeto con apariencia de matón entró al lugar, la chica se estremeció levemente. El chico que le ayudaba en la cafetería le dio dos vasos de café y rápidamente se fue.

La mente de la chica comenzó a divagar hombre con aspecto de matón, lleva dos vasos, ¿por qué dos? hay probabilidad de que me sigan… Dios, estoy perdiendo la cabeza.

-Servido- dijo el hombre poniendo un vaso de café frente a ella, sacándola de su embrollo de pensamientos.

-Gracias- le dijo con una suave sonrisa y dio un sorbo, ese hombre era un maestro del café.

-Hay que tomar las riendas, enfrentar y que no nos quite el sueño- le dijo el hombre con su limitado léxico en inglés

- ¿Cómo? - preguntó confundida

-Que no la intimiden, ni usted se intimide, no le roben el sueño porque le roban la paz y la vida- agregó

-Muchas gracias- pagó el café y se retiró

Don Camilo veía tanto drama en su barra de café, que ya sabía aconsejar de todo.

Tomó un camino distinto y más largo hacia la torre, aunque no conocía al anciano, sus palabras contrastaban con sus pensamientos, quizás tenía razón, poco a poco retomar y enfrentar, recuperar la paz. Al llegar al valet, JD simplemente se acercó por las llaves.

-Hola, JD, gracias- le entregó las llaves y caminó hacia el lobby.

El muchacho se sintió sorprendido y sonrió ampliamente. -Hola- dijo en voz alta

-Buenas tardes. Sr. Sullivan- saludó

-Señorita Valentine, bienvenida- le dijo con una sutil sonrisa

La chica se sintió extrañamente tranquila, mucho más que en los últimos meses. Entró a su departamento y comenzó a revisar la bandeja de su correo electrónico. Había uno de una dirección que parecía de newsletter sobre deportes de la Ivy University, cosas sobre el equipo de rugby. Jill sabía que debía ser un mensaje oculto de su padre. Al ser de origen francés, Dick gustaba de los deportes del viejo continente.

Analizó durante un buen rato la publicidad, comparando la fecha y hora con el calendario de los partidos del equipo, la ubicación y otras cosas, concluyendo que Dick la vería en algún lugar de Camden, una pequeña ciudad costera a 90 minutos de Tall Oaks. La fecha indicaba que sería en 30 días, y que se pondría en contacto nuevamente para la ubicación exacta y la hora.

La chica se sintió emocionada, al parecer ese día pintaba para ser uno bueno. Se estaba nublando y el fresco del otoño comenzaba a sentirse. Terminó su café, tomó una ducha y se puso a hornear postres, su entretenimiento.

El entrenamiento en exterior del equipo de rugby se había cancelado por la inminente lluvia, así que solo hicieron ejercicios en el gimnasio. Tres horas de levantar pesas fue todo un desfile de testosterona.

Chris tenía prisa de llegar a casa, así que se dio una ducha rápida en los vestidores, quería saber que Claire ya estaba ahí.

-Chris, el viernes saldremos con unas bellezas fans del equipo, ¿nos acompañas? - le dijo Edward Dewey.

Chris rechazó unirse, a veces sentía demasiado vacías ese tipo de salidas.

-Salgan con quien quieran, pero no beban, y si lo hacen, que no sea en exceso, váyanse y no se lesionen- les dijo Barry Burton. -Deberías salir también, despejarte un poco-

- ¿Billy y tú se pusieron de acuerdo? -

-No sé de qué hablas- dijo con una sonrisa un tanto burlona

El chico se apresuró a llegar a casa. Para su tranquilidad, Claire ya estaba ahí. Estaba secando su cabello con una toalla cuando se colocó en el portal de su habitación.

- ¿Todo bien, hermanito? - le preguntó.

Chris sentía demasiada curiosidad por preguntarle sobre la cazadora, pero se decidió por darle su espacio.

-Sí, pequeña ardilla- se acercó a darle un abrazo. Ella rápidamente le correspondió.

-Hueles a sudor, dúchate en la universidad- dijo riendo.

-Es la ropa, pero volveré a ducharme, te toca hacer la cena- y se dirigió a su habitación

Claire bajó a la cocina, buscó todos los ingredientes para preparar un estofado de res, la proteína no podía faltar. Una notificación llegó a su teléfono.

Leon: ¿Qué haces en un día lluvioso? Si vas conduciendo una Harley, hazlo con cuidado, si ya chocaste, yo voy por ti jaja

Claire: Jaja preparo la cena, la abuela hacía estofado en los días lluviosos y para mi hermano es como una tradición, ¿y tú?

Leon: Ah mira, sabes cocinar, espero probar algo de ti un día… yo preparo un exquisito sándwich jaja no soy un experto en la cocina, honestamente estoy esperando que Sherry decida volver y traiga a Jake y me rescaten

Claire: Claro, te daré estofado algún día y quizás lecciones de cocina, tú me enseñas a preparar té jaja

Leon rio, cada vez le daba más la razón a Sherry sobre lo ingenua que a veces podía ser Claire, no tenía malas intenciones, pero aun así le parecía gracioso.

Leon: Por supuesto, el arte inglés de preparar té… ¿Cómo estuvo el resto de tu día?

Claire: Bien, aunque, a decir verdad, un poco extraño, tengo dos mejores amigos, Rebecca que ya la conociste y Steve, todo bien con ella, pero él se ha estado comportando bastante extraño, no comprendemos a los hombres

Leon: ¿Extraño cómo?

Claire: Pues como molesto, desde el sábado, pero ayer y hoy fue demasiado notorio

Leon: Bueno, no lo conozco, pero hay varias cosas un tanto simples que luego molestan a los hombres, como los celos, ciertas inseguridades

Claire: No creo que sea algo así, no es celoso ni inseguro que yo sepa y realmente no tiene motivo… ¿tu día cómo estuvo?

Leon: Sherry ya me perdonó, pero aun así se mudará a su propio departamento, es aquí mismo en la torre, si hace open house, seguro te invitará y yo también

Claire: Vale jaja ¿terminaste tu sándwich?

Leon: Sí, una obra de arte, mira

Envió una foto donde salía la barra de la cocina y parte del horno y del microondas detrás, cuyos vidrios eran lustrados, por lo que se reflejaba el chico. Vestía una camiseta vintage con la portada del álbum Made In Heaven de Queen. Por su parte, Claire se sentía cada vez más encantada con las fotos que le enviaba.

Claire: Se ve bien, por cierto, hola, te ves por ahí jaja y ¿es una camiseta de Queen?

Leon: Vaya, no noté el reflejo jaja y sí, Made In Heaven

Envió una selfie en el espejo, se veía claramente la camiseta, con su teléfono tapaba la mitad de su cara, con la mano derecha hacía el ademán del amor y paz, en la parte de abajo se veía un poco menos de la mitad de unos pants negros un tanto ajustados a los músculos de sus muslos. Ese era otro nivel de fotografía.

Claire: Que bonita camiseta, Made In Heaven es mi álbum favorito de todos los tiempos jaja

Leon: Sabía que tienes buen gusto jaja desde Blur lo supe

Claire: De hecho, mi hoodie también es de Queen

La chica le envió una selfie también en el espejo, uno de cuerpo completo que estaba cerca de la entrada principal. Era una hoodie oversized negra que tenía un diseño simple del nombre de la banda, aunque tenía zoom hacia la sudadera, su rostro no aparecía, pero sí una parte de los shorts que traía y de sus piernas.

Leon: Muy bonita esa hoodie, muy bonito todo, me gusta

Claire: Bueno, te escribo en un rato, ya viene mi hermano

Leon: Claro, disfruten la cena

La pelirroja sirvió dos platos. Chris apareció en la puerta leyendo algo de sus apuntes.

-La bella tradición Redfield de estofado en días con lluvia- dejó de lado el cuaderno para comer

-Y así permanecerá- dijo riendo la pelirroja -Por cierto, ¿Billy te ha dicho algo sobre Becca? - preguntó curiosa

-Más bien, ¿Rebecca te ha dicho algo sobre Billy? -

-Tú hablas y yo hablo- llegaron a un acuerdo

-A Rebecca le gusta Billy, bueno, le parece demasiado atractivo, pero después de lo de Richard sus padres la vigilan con lupa- dijo la pelirroja

-A Billy también le gusta Rebecca y precisamente su conflicto es ese y pues su edad, y que se ve demasiado ingenua-

- ¿Le contaste lo de Richard? -

-Sólo lo que sé, ¿hay algún problema? -

-No lo creo, ¿deberíamos acercarlos o sería muy inapropiado? -

-Creo que la cuestión principal es la edad, ya son mayores, pero igual si un sujeto mayor se acercara a ti, estaría atento a cualquier cosa rara- dijo un deje de seriedad

- ¿Pero entonces no habría problema? -

- ¿Tienes algo que decirme? -

-No, solo es curiosidad- dijo tratando de parecer relajada

-Depende, y sólo yo sé de qué- dijo con una sonrisa triunfante -Con que no sea ese Steve- susurró

- ¿Qué pasa con Steve? -

-Nada… sólo que es rarito-

- ¿Cómo rarito? - preguntó curiosa

-Pues contigo, sabes a lo que me refiero, desde la secundaria, siempre ha sido demasiado obvio, pero de un tiempo para acá es raro-

Claire sólo lo miró fijamente, como si no supiera de qué hablaba.

-Le gustas, Claire- dijo con un tono de que demasiado obvio -Hasta parece obsesionado- agregó susurrando -Bueno, yo lavaré los platos y me iré a dormir, descansa, pequeña ardilla-

-Vale, te quiero, hermanito- lo abrazó y subió a su habitación.

Se quedó pensando en lo que le dijo Chris, quizás estaría bien contarle lo que había pasado ese día, pero entonces tendría que hablar de Leon y las cosas podrían complicarse. Le envió otro mensaje al castaño.

Claire: He vuelto, ¿te rescató Sherry?

Leon: No, creo que se sigue quedando en el hotel… oye, ¿te puedo llamar?

Claire: mmm, sí, solo déjame tomar mis audífonos

Se sentía bastante emocionada, escuchar esa voz se convertía en música para sus oídos. Para Leon, la voz de la chica también era algo que gustaba escuchar.

Le envió un mensaje indicando que podía llamarle. Rápidamente el tono de llamada se hizo presente y contestó de inmediato.

-Hola- dijo tratando de hablar tranquila

-Hola… ¿qué tal la cena? -

-Bien, platicaba con mi hermano sobre mi mejor amiga, porque también le gusta un chico mayor que casualmente es amigo de él- dijo con simpleza

- ¿También? - preguntó Leon con tono divertido

Claire se aclaró la garganta -Creo que está como un poco largo decir mi hermano a cada rato, así que se llama Chris- dijo tratando de desviar la atención

-Excelente- rio levemente y luego se aclaró la garganta. -De acuerdo, ahora será ya será Chris-

- ¿Tú tienes hermanos? - preguntó curiosa, aunque según internet, tenía una hermana menor

-Sí, es menor que yo, tiene 16 años y se llama Sophia, vive en Suiza así que la veo en las fiestas prácticamente-

-Interesante… ¿y tus padres? -

-Viven en Londres, en Belgravia, pero nunca están realmente, como yo me mudé a Estados Unidos, Sophia está en su internado en Suiza, viajan a todos lados-

-Muy cool tus padres- dijo riendo

-Ya te llevaré de viaje… ¿y tus padres? - devolvió la pregunta

-Vale, pues ellos murieron cuando yo tenía 9 años y Chris tenía 14 años, quedamos a cargo de nuestros abuelos y ellos fallecieron 3 años después, a partir de ahí, solo somos él y yo, bueno y nuestros amigos-

-Vaya, lo siento mucho, quizás fue inoportuno preguntar eso-

-No te preocupes- dijo en un tono suave para disminuir la incomodidad de Leon

- ¿Naciste aquí en Tall Oaks? -

-Sí, ¿y tú? -

-En Londres, una tarde que llovía, como siempre- dijo en tono divertido - ¿Cuándo es tu cumpleaños? - agregó

-El 9 de noviembre, ¿el tuyo? -

-El 31 de julio-

-Buuu, ya pasó- se escuchó como el castaño rio del otro lado de la línea -¿Por qué te mudaste para acá?-

-Londres se volvió demasiado tedioso y monótono, necesitaba un cambio de aire y mi mejor amigo Ark me invitó, algún día lo conocerás, tal vez ya lo has visto antes-

- ¿Por qué lo dices? -

- ¿Conoces a Patrick Thompson? Es su padre y sale en algunas fotos de campañas políticas y demás-

-Creo que he visto a ese señor, pero no recuerdo haber visto a su familia, suena bastante especial, ¿cómo lo conociste? - dijo curiosa

-En una competencia amistosa de polo entre su club y el mío, teníamos 7 años, fue de polo pony y nos derribamos mutuamente, me dislocó el hombro y yo a él el codo- soltó divertido - ¿Tú cómo conociste a tu mejor amiga? -

-Pues no fue algo tan rudo, fue en ballet, tú mismo comentaste que las niñas que practican ballet se entienden- dijo riendo -Y cuando mis padres fallecieron, nunca se apartó y comenzamos a apoyarnos en todo-

-Es una buena amiga-

-Algún día la conocerás en persona también- agregó

Hubo una pausa donde solo podían escuchar levemente su respiración.

-Se hace tarde, mañana debo llegar con tu tío favorito- dijo Claire

-Buuu- dijo Leon riendo

- ¿Te apropias de mis frases? – se sorprendió

-No, las hago parte de mí, tú puedes hacer lo mismo con las mías-

-Estaré atenta a encontrar una-

-Excelente… espero que tengas una noche agradable y descanses lo suficiente para soportar al tío Freddy-

-Igualmente, descansa y sueña bonito- dijo la chica en un tono suave

-Claro, ta ra- dijo a modo de despedida

- ¿Qué fue eso? - preguntó riendo

-Es adiós, pero en británico- respondió igualmente riendo

-Excelente, adiós- dijo divertida

-Adiós- terminó la llamada dándose cuenta de que ahora ella usaría el "excelente" que él siempre respondía

La chica se quedó mirando al techo con una sutil sonrisa, las mariposas cada vez revolotean con mayor entusiasmo. Se cubrió el rostro con ambas manos.

Leon estaba en la misma situación, sonó nuevamente su teléfono con el tono de mensaje. Lo miró con cierta esperanza. Era Helena, se desanimó un poco.

Helena: Hoy no supe nada de ti

Leon deliberadamente eligió no responder. Para este punto, a la chica no le importaba mucho que su novio no le respondiera o ni siquiera le pusiera mucha atención, a fin de cuentas, existían relaciones sentimentales por completo compromiso y sabía que los padres de Leon no le permitirían estar con alguien como Claire.

Jack Krauser salió de la casa de la fraternidad con todo el sigilo que le fue posible. Caminó rápidamente hasta el auto negro que estaba estacionado a una calle y subió en la parte de atrás, donde Helena ya lo esperaba. Apenas subió, él se abalanzó sobre ella. El beso fue tan intenso que se sintieron agitados.

-Tranquilo, campeoncito- lo alejó un poco empujándolo por el pecho.

-Lo siento- se aclaró la garganta. Lo extraño era que de cuando acá, Jack se disculpaba por algo.

-Sin problema, pero antes que cualquier cosa, confiesa si estuviste con alguna lagartona ordinaria- dijo con un deje de seriedad, aunque trataba de parecer relajada

- ¿De verdad te interesa? -

-Respóndeme o te retiro la palabra y, por ende, el resto de mi-

-Bien sabes que no, tienes ojos en todos lados, quizás hasta sepas de qué color es mi ropa interior antes de que me quites el pantalón- dijo a modo de reto

Helena rio sonoramente. -Acepto que ya sabía que no lo hiciste, pero quería que tú lo dijeras, respecto a la ropa interior, algo me dice que son negros- dijo al tiempo que se subía sobre las piernas del rubio.

-Yo te apuesto a que traes algo con encaje- comenzó a recorrer lentamente el cuerpo de ella

Ella no respondió, sonrió sugerentemente y lo besó de manera suave también.

- ¿Cuándo me vas a regresar mi jersey? No me quieren dar otro- comenzó a besarle el cuello

-Es mío, me lo diste, no me lo quitaste, es mi pijama-

- ¿Lo que te quite es mío entonces? -

-Sólo lo que yo quiera- soltó un leve gemido

- ¿De verdad es tu pijama? -

- ¿Cuándo te he mentido? -

-Eso es sexy… y un poco tierno- dijo al momento que la apretó contra su regazo para que sintiera la erección que le había provocado

Puso su dedo índice sobre los labios del chico a manera de indicar que guardara silencio, nuevamente iniciaron besos, al tiempo que se movía en su regazo, aumentando así el deseo

-Sí te extrañe… un poquito- susurró entre los besos

Una vez más puso el dedo índice en sus labios. -Ya no hables- desabotonó sus jeans y los bajó a la mitad de los muslos

Él hizo de lado la ropa interior de ella y de una embestida inició la faena. Sentir como la chica le enterraba las uñas en los hombros, los brazos y el pecho aumentaba más el deseo. Subió la mano por el cuello de ella, mientras la chica se movía hábilmente, la tomó por las mejillas con una fuerza moderada y bajó su rostro para que lo mirase. Con el otro brazo la rodeó por la cintura y le ayudó a moverse con mayor agilidad.

Al cabo de unos minutos, Helena comenzó a temblar y aumentó la intensidad de los gemidos, Jack seguía manteniendo la mano en su rostro para que lo mirase. Ella clavó las uñas en sus hombros y lo apretó con las piernas, haciendo que él también llegara el orgasmo. En ese momento, la abrazó fuertemente. La respiración agitada de ambos casi llevaba un compás.

El chico trató de bajarla de su regazo. -No…- susurró ella y lo apretó nuevamente con las piernas.

No se movió, solo se mantuvo así y al cabo de dos o tres minutos, tuvo otro orgasmo, esa sensación hizo que Jack nuevamente llegara al orgasmo.

- ¿Por qué haces eso? - le preguntó mientras la chica se acomodaba a un lado

-Porque sí, disfrútalo y no preguntes- le dio un par de besos suaves

-Me tengo que ir antes de que se den cuenta que no estoy-

Se acomodó sus jeans y se deslizó para bajar del auto, detrás de él bajó ella y se acomodó en el asiento del piloto, bajó el vidrio y le dio un par de besos cortos

-Extráñame, un poquito- le dijo riendo y arrancó rápidamente

Jack caminó de vuelta, con un sentimiento que le parecía un poco fuera de lo común, como si sintiera más cariño que deseo otra vez. Por su parte, Helena sentía algo parecido mientras conducía.

Entró nuevamente a la casa con todo el sigilo posible. Se metió a bañar en menos de 5 minutos y regresó a su cama. Que Helena usara su jersey como pijama, además de sexy, realmente la parecía un gesto tierno. Sonrió para sí mismo, y decidió enviarle un mensaje.

Jack: avísame cuando llegues, Helly jaja

El asistente del auto le informó que había llegado un mensaje y le dio la opción de escucharlo. La voz robótica leyó el mensaje. Helena volteó los ojos divertida, sabía que ya no dejaría de decirle así.

Al llegar a su casa, se estacionó de la manera menos ruidosa y entró por la puerta de la cocina.

Helena: ya duérmete

Jack: sólo si me dices que dormirás con mi jersey, la duda me carcome y no puedo dormir

Respondió casi de manera inmediata. Helena se ausentó por varios minutos, luego le envió una foto un tanto sugerente, tomada desde su punto de vista, en un ángulo más elevado, que mostraba que estaba usando camiseta y también parte de sus piernas, su rostro no salía.

Jack: puedo descansar en paz, buenas noches

Helena no le respondió, simplemente leyó el mensaje y sonrió para sí misma.