Una nueva amenaza estaba por ocurrir y nadie sabía que sería, al menos por el lado del reino de las brujas el cual estaba siendo encaminado por buena ruta gracias a la actual reina, no obstante, lo que se avecinaba iba a ser un golpe de mala suerte.

En el reino de los dragones, varios de los reptiles gigantes estaban preparándose para el inminente ataque al Vrăjitoare por lo que sin más, se reunieron varios a las órdenes de su capitán.

- Muchachos, prepárense para la batalla – exclamó el capitán mirando a los dragones, mientras tanto, miraba el mineral que la extraña hechicera le había dado y una sonrisa esbozó.

- ¡Listos capitán!

- ¡A la de ya!

Un gran número de dragones partió del reino con destino hacia el Vrăjitoare llevando todo lo que tenían, así mismo, iban con todo con tal de vencer a las brujas.

Y ni que decir cuando Tirmina se enteró.

- ¡¿Cómo que ha partido el capitán y varios de sus soldados?!

- Lo sé mi Señora, yo también me enteré recién. Desconozco su paradero – la dragona era una que lucía uniforme militar. En su apariencia humana, lucía como una mujer de cabello negro y escamas de color grisáceo con cola negra.

- El capitán Lao sigue con el resentimiento hacia el reino del Vrăjitoare. Sé que la antigua reina fue una tirana y no quiso nada con nosotros, pero si mi madre cree que la nueva reina es alguien de confianza, entonces tomaré su palabra.

- Mi Señora, ¿está segura?

- Así es, es más, iré a pelear yo misma si es necesario – un poco alejada de la habitación, estaba Keke escuchando todo y se dio cuenta de lo grave de la situación.

- Tengo que avisarle a Fran-kun.

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Las cosas en el Vrăjitoare estaban extrañas ya que luego de que empezara a nevar de forma extraña, ahora pudieron sentir varias presencias de gran poder llegando a donde estaban.

- ¡Mi reina! Se acercan varios dragones hacia nosotros y no parece que vengan con buenas intenciones – Yuzu frunció el ceño.

- No sé qué querrán, pero habrá que estar listos por si nos atacan, ¡preparen a los hechiceros!

- ¡Sí!

Como Yuzu suponía, los dragones que venían dirigidos por el capitán Lao, fueron directamente a atacar varias casas y edificios de muchas zonas, pero los hombres de la gata mágica respondieron disparando ataques de magia.

- ¿Qué es esto? ¿Una maldita guerra? – el hondureño preguntó mirando todo el asunto.

- Creo que sí Ramón, pero no entiendo que pasa, son dragones atacando – en el cielo, el capitán dragón evitaba los ataques de los hechiceros.

- ¡Tengan cuidado con los golpes de estos tipos! Si les dan, estarán muertos, recuerden que la magia de estos tipos es poderosa contra nosotros, pero tenemos nuestro as bajo la manga.

- ¡Sí!

El combate continuaba, aunque Yuzu no se quedaría de brazos cruzados, incluso Saga salió a pelear contra varios de los ataques, dándoles con varios golpes de cosmos, pero aguantaban.

- ¡Ahí viene uno, Yuzu!

- ¡Ya lo vi! – la pareja cargó su cosmos justo cuando el dragón que iba hacia ellos, justo cuando estaba por darles.

- ¡EXPLOSIÓN DE GALAXIAS! – el ataque combinado fue suficiente para que el dragón fuera evaporado de la existencia.

- ¡Capitán, mataron a uno de los nuestros!

- Mierda, supongo que tendremos que usar el arma secreta de una vez – el dragón de mayor rango tomó el cristal y notando la gran presencia de hechiceros, brujas y demás habitantes, decidió destruirlo y con su polvo esparcirlo por buena parte del Vrăjitoare.

No pasó mucho tiempo hasta que los soldados de Yuzu empezaron a sentirse extraños. Sus fuerzas estaban cayendo rápidamente hasta que varios se desmayaron y empezaron a vomitar desde sus comidas hasta sangre.

- ¿Qué está pasando?

- Me muero… en serio.

- ¡Ayuda!

- Algo está pasando con todos – Yuzu decía, aunque ella sintió como sus piernas temblaban y su cuerpo igual se sentía débil, de suerte, su esposo la logró tomar.

- ¿Estás bien Yuzu? ¡Yuzu!

- Saga-chan, no sé qué demonios pasa… me siento débil… pero puedo continuar.

- ¡Yuzu! – Maki llegó a donde estaba el matrimonio – algo pasa, nuestros hijos que estaban ayudando a algunas personas están débiles.

- ¿Qué has dicho?

Con los dragones, lograron ver el efecto que estaba ocurriendo con los habitantes del Vrăjitoare y no fue más que pura alegría para ellos.

- Todo marcha de acuerdo al plan – el tipo decía – estos seres nos han humillado por mucho tiempo, ahora es momento de darles su merecido y vengar a nuestros camaradas caídos.

- ¡Los mataremos a todos!

- ¡Sí!

La situación en el reino de las brujas no era la mejor. Ahora con el polvo esparcido por casi todo el reino, sus habitantes estaban siendo sometidos por los dragones.

- Finalmente, si este reino cae, entonces me reiré mucho viendo como todo se muere en pedazos – la misma hechicera que había dado el mineral extraño al capitán, observaba todo desde la lejanía.

Aunque su calma duró poco cuando notó como había rayos y fuego salían del mismo lugar, aunque con una gran potencia.

- ¿Fran? ¿Cuándo viniste? – Yuzu preguntó al chico. La gata mágica seguía estando débil.

- ¿Qué fue lo que te pasó Yuzu?

- No lo sé… algo tuvieron que hacer para mi ejército, mis hijos y yo estemos así. Mi cosmos está bajando y no entiendo porque, parece que todos lo que somos usuarios de magia estamos así.

- Keke me avisó que iba a ver algo malo acá por lo que vine inmediatamente, además, traje refuerzos – señaló a Regulus y Yotsuba.

- Parece que los dragones son reales. ¡Que genial!

- No es genial Regulus, mejor ponte a pelear.

Los hijos de Fran junto con él fueron a atacar a los dragones que seguían destruyendo parte del reino, pero justo cuando aparecieron los 3, lograron poner resistencia. Lo mismo con Ninja y Saga quienes batallaban contra varios dragones.

- ¿Tú eres el jefe? – Franco preguntó notando a Lao el cual río al verlo.

- Vaya, vaya, no te ha afectado el mineral, así que supongo que no eres un vrajitoariano.

- Soy humano… con sangre venenosa y con poderes de naturaleza, pero humano, así que sea lo que hayas hecho, no funciona conmigo.

- No creí que la nueva reina tuviera aliados humanos, pero vaya que me equivoqué, esos dos humanos que supongo son hijos tuyos también no son afectados por la Magianita.

- ¿Magianita?

- ¿No lo sabes? ¿Por qué crees que todos los habitantes de este reino se encuentran así? La Magianita es un mineral muy raro, pero valioso para nosotros. Si eres usuarios de magia, específicamente si llevas sangre de este reino, te afecta al punto de debilitarlos e incluso matarlos.

- Es como la kiptonita para Superman. Eso es, Yuzu y sus hijos están así porque a pesar de sus mezclas de sangre, llevan sangre del Vrăjitoare por lo que también son afectados – pensó el peli azul justo cuando Lao disparó un rayo de fuego hacia Fran quien detuvo con su espada.

Sin pensarlo más, este atacaría al capitán, pero cuando el fuego que disparó Franco fue hacia el tipo, este no le afectó.

- ¿Qué cosa?

- Estúpido. ¿Qué no sabes que los dragones somos inmunes a los poderes de la naturaleza? O sea que tu fuego, rayos, lo que sea que uses, no me dañará.

- ¡No mientas! – el argentino intentó atacar con su espada, pero no le hizo ningún efecto al dragón y solo se ganó un golpe en el estómago.

- Ahora… verás cómo es un verdadero ataque de fuego – tomándolo del fuego, le apuntó con su boca y disparó una potente llamarada la cual le dio y lo mandó a estrellarse contra varios edificios.

La situación con Regulus y Yotsuba no iba muy lejos. La peli azul tenía problemas enfrentando a varios de los dragones ya que como dijo su capitán, los ataques de la naturaleza como fuego o rayo eran inútiles contra ellos.

- No puede ser… ¡son duros! – Saga decía junto con Ninja, ambos dándoles batalla a los enormes lagartos.

- Realmente son fuertes, pero esto acaba hasta que se acaba.

Por el lado de Yuzu, esta quiso unirse a pelear, pero su cosmos no era el adecuado para el combate así que decidió esperar a que sus guerreros lograran hacer algo.

- ¡Reina Blair! – alguien apareció frente a ella. Cabe mencionar que Keke había ido con ella.

- Usted… ¿es la reina Tirmina? – la dragona asintió – lamento mucho lo que están haciendo los habitantes de mi reino, pero no es algo que yo ordenara.

- ¿No lo ordenó usted?

- No, esto es algo que el capitán Lao hizo – Yuzu se sorprendió por eso – verá, hace mucho tiempo, cuando la reina Agrat hizo de la suyas con nosotros, fuimos sometidos y hubo mucha caza de dragones. Sin embargo, la logramos ahuyentar gracias a un mineral muy extraño que afecta a los usuarios de su reino.

- Eso es…

- La Magianita. No sé cómo la consiguieron, pero eso es lo que le está afectando. Verá, por muy poderosa que sea, no es inmune a eso, si tiene sangre de criatura mágica del Vrăjitoare, le afectará.

- Entonces eso explica porque es que estoy así.

- La energía mística de nosotros los dragones es lo único que los puede ayudar, pero no se preocupe, esto lo causaron mis hombres, yo me encargaré de eso – Tirmina se cortó las venas, algo que asustó a la chica mirando su sangre amarilla caer de esa zona.

Sin más, la reina de los dragones se hincó y su energía empezó a salir de su cuerpo cubriendo la zona afectada del Vrăjitoare. Esto tardaría un poco de tiempo, pero las energías serían restauradas.

- ¡Iré a ayudar a Fran-kun!

- ¡Keke / madre! – la peli gris se fue de ahí.

Con el argentino, este seguía siendo vapuleado por Lao quien reía notando como el chico no podía darle un golpe con sus armas, ni el martillo ni su espada de fuego eran efectivas.

- Este es tu fin… humano maldito – justo Lao disparó un rayo de fuego y Fran se iba a levantar, pero alguien se interpuso para que no fuera dañado.

Cuando todo se calmó, para sorpresa del argentino, estaba Keke frente a él, aunque por el ataque, su ropa se había evaporado quedando desnuda, pero no le importaba.

- ¡¿Keke?!

- Maldita… ¿Quién eres para haber aguantado mi ataque?

- Nǐ zuì hǎo tíngzhǐ gōngjí zhège wángguó, bié dǎrǎo wǒ de rén (Más vale que dejes de atacar este reino y que dejes a mi hombre en paz) – la chica habló en chino.

- ¿Qué demonios? ¿Acaso quieres morir?

- Keke, esto es peligroso – Franco decía, pero sus palabras no eran escuchadas por la peli gris.

- Ya has hecho suficiente Fran-kun. Tú me has protegido antes, ahora me toca hacerlo contigo. No puedo dejar a la persona que amo batallar solo.

- ¡Muere maldita! – de nuevo, Lao soltó su ráfaga de fuego hacia la peli gris.

En ese momento, Keke pensó en sus hijos, amigos y en Franco, incluso cuando llegó a su mente Tirmina, sus ojos brillaron y su cuerpo también hizo lo mismo y justo cuando el fuego impactó en ella, la ráfaga se desvió sin ni siquiera tocarla.

- ¿Qué? ¡¿Qué ha pasado?!

- ¿Keke? – un momento después, el cabello de la chica brillaba en un tono verde y sus ojos eran del mismo color. Incluso se podían ver un par de cuernos sobre su cabeza y una cola de dragón.

Desde lejos, Tirmina sintió esa energía y algunas lágrimas caían de sus ojos, todo mientras continuaba con la energía que curaba a los habitantes del Vrăjitoare.

- Mamá… has despertado – en el reino de los demonios, Ángel se quedó en silencio cuando sintió esa energía familiar que recordaba.

- Sele-chan… has vuelto ¿eh?

De vuelta al campo de batalla, Lao se quedó en silencio mirando como Keke caminaba hacia él. No sabía por qué, pero sentía algo de miedo, sin poder comprender del todo la razón.

- ¡Vas a morir maldita! – Lao siguió atacando a la ahora peli verde, pero su poder no parecía afectar a Keke.

Franco solo miraba eso sin poder comprender como el poder oculto de la peli gris despertó de gran manera y más cuando llegando justo frente a Lao, este no sabía ni que hacer.

- Has atacado este reino… has lastimado a muchos… y te atreviste a lastimar a Fran-kun… eso no te lo perdono – sin pensarlo más, le dio un colazo que lo estrelló en el suelo.

- N-No puede ser… ¿C-Cómo es que…?

Sin más, Keke fue hacia el cielo usando su poder para volar y cuando llegó, cerró sus ojos mientras su cabello volvía a su color normal.

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Yuèliàng zhàoyàozhe wǒmen...

Yuèliàng chàngzhe tā cánkù de gē…

měilì de xiǎolóng huì páoxiāo...

Shuì yī jué jiù bù huì zài xǐng láile...

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- ¿Qué está haciendo?

- Canto de la Luna o Canto de los Dragones – justo apareció la reina de los demonios.

- ¡Ángel-san!

- ¡Madre!

- Selene, realmente has vuelto a la vida en su cuerpo – la demonio decía – su técnica más poderosa y con la que la había vuelto la más poderosa.

Los dragones que atacaban dejaron de hacerlo y en su lugar, como si estuvieran hipnotizados, fueron hacia frente a la peli gris.

- Gōngjí fāqǐ zhè chǎng zhànzhēng de rén bìng shā sǐ tā. Ránhòu tāmen zìshāle (Ataquen al que les ordenó esta guerra y mátenlo. Luego, cometan suicidio) – sin perder tiempo, los dragones bajaron rápidamente y fueron hacia donde estaba Lao.

- ¡Deténganse! ¡Yo los comando! ¡Nooooooooooooooooooooooo! – el lugar fue una masacre ya que Lao fue destrozado ya que un dragón podía ser asesinado por otro dragón.

Al final, usando sus propias garras, sus subordinados se suicidaron al estilo harakiri lo que puso fin a esta invasión.

- Keke – la peli gris bajó hacia donde estaba Franco y dándole un beso en los labios, logró transferirle parte de su energía a lo que el peli azul pudo recuperarse de sus heridas.

- Me alegro que sigas vivo – sin más, Keke perdió su transformación y solo cayó sobre el cuerpo del chico.

- Creo que necesito una explicación de todo esto – tomando a su amante en brazos, se la llevó hacia el castillo del Vrăjitoare luego de todo este rollo de la batalla.

Habría que hablar de muchas cosas, así como saldar cuentas, pero por ahora, la paz había vuelto.

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Continuará…

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Y hasta aquí el capítulo de hoy.

La batalla acabó y de suerte, no hubo muchas bajas para el Vrăjitoare, pero los dragones que iban con el capitán Lao fueron derrotados.

Keke despertó su poder oculto y vaya, la antigua reina de los dragones ha renacido en ella y al menos protegió a los suyos, en especial a Fran, pero bueno, típico de Keke jeje.

Ahora, necesitaremos más contexto de todo esto y ver qué pasará con esa hechicera extraña y la Magianita, ese mineral pudo haber matado a Yuzu, sus hijos y todos en el reino.

Sin más, este ninja se despide.

Bye.