Pareja: Pansy y Hermione
Tropo: solo hay una cama
Aviso: universo del día 2
— ¿Todo eso son zapatos? —cuestionó Ron alzando mucho las cejas ante las cuatro enormes cajas marcadas con etiquetas que gritaban "¡CUIDADO!" literalmente al rozarlas.
— Ciento veintisiete pares, cada uno en su propia caja y protegido cuidadosamente por hechizos —respondió Hermione, que desembalaba libros y los colocaba en las estanterías del salón.
— ¿Y los usa todos?
— Todos. Ella colecciona zapatos y yo libros. Es un trato justo.
— Imagino entonces que debo llevarlas al dormitorio de Pansy.
— Te lo agradecería —respondió sin apartar su atención de los libros.
Ron levitó con cuidado la primera caja y afrontó el pasillo. Abrió una puerta y se encontró un despacho. Abrió la de enfrente y era un vestidor a medio llenar. Miró al pasillo y se rascó la cabeza, pensativo, solo había una puerta más. Habría jurado que Hermione les había dicho que el piso tenía dos dormitorios y por eso Pansy le había ofrecido mudarse juntas, a las dos les convenía por la distancia al ministerio.
Abrió la última puerta, que estaba a continuación de la del vestidor, y entró. Dejó la caja con delicadeza y observó a su alrededor. Era un dormitorio normal, con una gran cama. En una mesilla, una foto de Pansy con Draco que le enterneció, estaban sonriendo, mejilla con mejilla, despeinados por el viento. En la otra… en la otra había una foto de Hermione con Harry y con él.
— Emm, Hermione.
— ¿Sí? — preguntó distraídamente con un libro en cada mano.
— Solo hay una cama.
— Ya.
— Y hay una foto nuestra en la mesilla.
— Lo sé, yo la puse ahí.
— ¿Has olvidado contarnos algo?
Ella le miró, parpadeando como si estuviera reiniciando su cerebro.
— Algo respecto a Pansy — le indicó.
— ¿Qué ocurre con Pansy?
— ¿Desde cuando dormís en la misma cama?
— Ah, eso. —Volvió a los libros— No sé, hace unos meses. ¿No os lo he contado?
Las cejas pelirrojas se alzaron hasta casi tocar el nacimiento del pelo.
— Ya sé que todos hemos andado muy estresados con el trabajo y esas cosas, pero creo que recordaría que me dijeras que sales con Parkinson.
— Ahh, eso. No salimos juntas, solo dormimos juntas.
Ron suspiró y se fue a la cocina a por una de las cervezas que había traído con él. Dio un brinco al encontrarse a la otra habitante de la casa sentada allí con una copa de vino y muerta de la risa.
— ¿Cuánto hace que salís? — le preguntó bajito, sentándose con su cerveza frente a ella.
— Ocho meses.
— Si se cumple un año y no se ha dado cuenta todavía, ¿me harás el favor de explicárselo?
— Lo intentaré.
Él rio, negando con la cabeza.
— Serpientes, cuando nos queremos dar cuenta ya nos habéis liado.
— Tú lo sabes bien. ¿Qué tal está Draco?
— Espero que bien. Salió de misión anoche.
Pansy apuró su copa de vino y se levantó para fregarla y recogerla.
— ¿Ciento veintisiete pares de zapatos? ¿en serio?
Ella solo sonrió de lado y salió de la cocina, contoneándose hacia el salón en busca de Hermione.
