Hola! Aquí Saori-nee con un nuevo OS protagonizado por la que quizás sea mi pareja de esta hermosa saga, Nanami y Yuuna. Quería lanzarla el día de ayer para el cumpleaños de Yuuna (4 de noviembre), pero todavía ayer hice unas correcciones y hasta hoy la tengo lista para publicarla.
Espero que les guste mucho y sin más que decir de momento ¡Comencemos! :D
Ámame tal como soy
Casa de Yuuna – Día
Es una tarde cualquiera en la cual, me encuentro llegando a casa de mi amada novia Matsubara Yuuna, después de que terminaran las clases.
Y es que aunque usualmente suelo regresar con ella a casa después de clases, el día de hoy, Yuuna, a quien también suelo llamar "Onee-sama" de cariño, se había adelantado a su casa después de que recibiera un mensaje muy importante esta mañana en su celular.
– ¿Pasa algo, Onee-sama? – le pregunté cuando recibió el mensaje.
– Así es. Parece que el día de hoy llegará un paquete muy importante a mi casa y tengo que estar ahí para recibirlo.
– ¿Tus papás no pueden recogerlo?
– Ahora mismo se encuentran en un importante viaje de negocios, por lo que no es una posibilidad en este momento. Tengo que ir yo a recogerlo.
– Uh, ya veo.
Por más infantil que esto fuera, escuchar que se adelantaría sin mi a casa me ponía un poco triste, lo cual Yuuna capta de inmediato y se inclina para plantarme un pequeño beso en la mejilla para consolarme.
– Vamos Nanami, no pongas esa carita tan triste que harás que se me rompa el corazón. En su lugar, hazme un favor y ven a verme a mi casa cuando terminen las clases ¿Sí? Te estaré esperando.
Después de eso, accedí a ir a su casa tan pronto terminaran las clases, pero no sin antes preguntarle.
– Onee-sama Y ¿Qué es ese paquete tan importante que tienes que ir a recibir?
– ¿Eso? Es un secretito – dice guiñándome el ojo posando su dedo índice sobre sus labios con una sonrisa coqueta.
Fue lo último que me dijo antes de regresar a su salón de clases.
Aunque esto pudo haber parecido una simple interacción normal, lo cierto es que esta no es la primera vez que Yuuna regresa a casa temprano bajo la excusa que debía ir a recibir un paquete a su casa.
Y aunque la primera vez no le pregunté de qué se trataba, las demás veces que sí le he preguntado, siempre me ha contestado.
– Es un secretito.
Se que aunque sea su novia, no tiene por qué contarme cada detalle privado de su vida y tiene derecho a guardar sus secretos, pero a lo que la conozco, Onee-sama no es la clase de chica que me guarda ningún secreto. ¿Qué puede estar recibiendo de manera tan constante que sea tan secreto como para que no pueda contarme?
Con esta pregunta en mente, esta vez había decidido saltarme la última hora clase para llegar un poco más temprano a su casa.
– Espero no estar actuando como una novia celosa.
Antes de irse a su casa, me había dicho que me dejaría la puerta abierta para que la esperara adentro, en caso de que se estuviera bañando o hubiera tenido que salir cuando llegara.
Aún así al llegar toco a la puerta y pregunto.
– ¿Hola? Onee-sama ¿Estás en casa?
Aunque sus padres no estuvieran, me daba un poco de pena llamarla en voz alta de la manera en que suelo llamarla de cariño, pero era la mejor manera de hacerle saber que había llegado.
Al no recibir respuesta nuevamente, confirmo que la puerta de su casa esta abierta y entro a su casa.
– Onee-sama, ya llegué.
Aunque no recibo respuesta, veo que sus zapatos y su mochila de la escuela están junto a la entrada, por lo que asumo que debe estar arriba bañándose o haciendo otra cosa.
Dejo mis zapatos y mochila junto a los de ella antes de cerrar e ir a las escaleras.
– ¿Estás arriba?
Aún sin respuesta, subo las escaleras hacia su recamara donde al llegar, observo que tiene la puerta medio abierta y de adentro, se escuchan los gemidos de mi novia.
– Ah, sí, justo ahí se siente muy bien, Ah.
– Onee-sama.
No necesito siquiera asomarme para saber lo que esta haciendo. Es obvio que se esta masturbando.
"Seguro que ha de traer los audífonos puestos mientras ve algún video en su celular, y por eso no me escuchaba. Y también seguro que como pensaba que llegaría una hora más tarde, pensó que tendría suficiente tiempo para masturbarse antes de que llegara".
Sería muy vergonzoso si entro ahora y descubre que la estaba escuchando – para mí, no para ella, quien se enorgullece de contarme lo mucho que se masturba cuando no estoy.
Decido darle su privacidad regresando a la sala hasta que termine de hacer lo suyo, pero justo cuando estoy por bajar las escaleras, escucho en su habitación.
– ¡Ah, sí, métemelo más adentro, por favor!
– ¿Uh? ¿Qué rayos…?
Escandalizada por escuchar esto, me acerco más a su habitación aunque sin asomarme para escuchar mejor lo que esta diciendo entre sus gemidos.
– ¡Ah, sí, este esta tan grande! Me encanta como se mete y llega a lo más profundo de mí ¡Ah!
Onee-sama, acaso ella… ¡¿Esta allí dentro con alguien más?! ¿A eso se refería conque tenía que ir a su casa a recibir un paquete?
"No, pero… eso es algo imposible, después de todo ella es mi novia, me ama y me respeta y jamás se le cruzaría siquiera llegar a engañarme ¿verdad? ¡¿Verdad?!"
Aún curiosa, continuo escuchando los múltiples gemidos que emite Yuuna de su habitación.
– ¡Ah, sí, dámelo más fuerte! Esta tan dura, me encanta. Quiero que entre más adentro, que llegue tan dentro de mí que ya no pueda caminar. Ahí, justo ahí. Ya casi, ya casi llego ¡Ah! ¡Aaaaaaaaaaahhhhhhhhh!
"¡No puede ser! Acaso esta persona… ¡¿Acaba de terminar adentro de Yuuna?!" Y ella se lo permitió.
Al imaginar esto último, no puedo evitar que las lágrimas caigan de mis ojos y aunque pienso en salir corriendo de allí con el corazón destruido, la furia e ira que siento en mi corazón me ganan y sin pensarlo, entro a su habitación para gritarle.
– ¡ONEE-SAMA! ¿Cómo pudiste…? ¿Uh?
Pero cuando entro, la encuentro a solas acostada en su cama, vistiendo únicamente una blusa alzada a la altura de sus pechos, completamente desnuda de la cintura para abajo, con las piernas abiertas, sus pantis colgando en uno de sus pies descalzos y lo más importante, con un gran dildo color morado mojado con sus jugos dentro de ella.
Al verme, Yuuna me sonríe sin siquiera sacarse el dildo de adentro y me saluda diciendo.
– Ah, Hola Nanami. Que gusto que ya llegaras ¿Ya terminaron las clases?
– ¿Eh?
Habitación de Yuuna
Después de que la descubriera masturbándose, Yuuna se saca el dildo de adentro y lo coloca sobre su mesa de noche aún con algo de sus jugos en él.
– ¿Gustas algo de té?
– Eh… sí, seguro, Onee-sama.
Dicho eso se alza las panties de vuelta a su lugar, se baja la blusa para cubrirse las tetas, se arregla el cabello y se levanta, yendo por el juego de té de su habitación y calentar algo de agua como si de una tarde normal se tratara.
Mientras lo prepara, no puedo dejar de ver aquel dildo que hasta hace sólo unos segundos estaba dentro de mi novia, todavía mojado con sus jugos y más abajo, veo el cajón abierto de la mesa de noche de Yuuna el cual, usualmente esta cerrado con llave.
Jamás le pregunté lo que había adentro por respeto a su privacidad, aunque siempre creí que habría algunas fotos y recuerdos de nosotras, así como uno que otro doujin yuri y algunas cosas pervertidas.
Sí, quizás un consolador o dos, pero jamás imaginé que tuviera la gran colección de dildos, consoladores y vibradores que guarda en su interior.
Hay de todos los tipos y tamaños. Automáticos, electrónicos, de baterías, largos, delgados, cortos, gruesos, de tipo anal, de doble lado, en fin, toda una variedad dignos de una coleccionista.
Al ver tantos juguetes sexuales reunidos en su cajón de noche, tengo demasiadas preguntas que hacerle, pero antes de que pueda preguntarle cualquier cosa.
– Listo, ya quedó el té, Nanami. Un terrón de azúcar y una cucharada de miel ¿Cierto?
– ¿Uh? S-Sí, por favor.
– De acuerdo.
Yuuna prepara el té como me gusta y me ofrece una taza cuando termina.
– Aquí tienes.
– G-Gracias, Onee-sama.
Ya con nuestro té servido, nos sentamos ambas a orillas de la cama, aún ignorando el enorme elefante en la habitación. Yuuna con las piernas cruzadas, vistiendo su pequeña blusa blanca a la altura de su ombligo y sus panties color púrpura pastel para cubrir su desnudez.
Aún con su sonrisa tan bella y elegante que la caracteriza, me pregunta.
– Y ¿Cómo estuvo la escuela hoy, Nanami? ¿Estudiaron algo interesante?
– Uh… bueno, sí. La maestra nos dejó un ensayo de… Espera, no, un momento – dándome cuenta de lo que trataba de hacer, desviándome del tema en cuestión – ¿Me podrías explicar eso?
Le pregunto apuntando a su cajón de noche.
– Oh ¿Eso? Es solamente mi colección de juguetes sexuales.
– Es lo que veo ¿Y son todos tuyos?
– Así es.
Contesta manteniendo todavía aquella sonrisa tan majestuosa e inocente que la caracteriza.
Viendo que no va a contar nada más por sí misma, le sigo preguntando.
– ¿Podrías explicarme un poco más?
– Seguro ¿Qué te gustaría saber?
– Bueno…
Es una buena pregunta la que me hace ¿Qué es lo que quiero saber? Me queda más que claro el para qué los usa y definitivamente no quiero que me explique para que sirven o cómo se usa cada uno.
Me pongo a pensar realmente que quiero preguntarle y finalmente pregunto.
– Me podrías contar ¿Por qué tienes tantos?
– Por supuesto, verás, aunque sé que es algo de lo que no suelo hablar muy seguido, la verdad es que los juguetes sexuales son una fascinación mía.
– ¿De verdad?
– Así es.
– Y ¿Qué es lo que te gusta de ellos?
– Bueno, me encanta que hay de todas las formas y tamaños. Sin importar cuál sea tu preferencia o gusto sexual, hay un juguete para satisfacer aquella necesidad que tanto te gusta.
– Ya veo. Y ¿Los usas mucho?
– Uf, Sólo todo el tiempo. Me encanta masturbarme con ellos cuando estoy a solas y de hecho ya te lo he dicho antes, no puedo dormir si no me masturbo con ellos al menos unas dos o tres veces antes de dormir. Sólo las noches que no lo hago contigo, claro esta. No hay nada mejor para tener un sueño placentero que tener una dulce sesión de amor a tu lado – me responde con una sonrisa.
– Ya… Ya veo.
Es lo último que le respondo antes de quedarme un rato callada.
Al ver que ya no le pregunto nada más, Yuuna toma mis manos y me pregunta.
– Nanami ¿Estás bien con ello?
– Seguro, después de todo, ya me habías contado antes lo mucho que te gusta masturbarte – de hecho lo de que no puede dormir si no se masturba unas dos o tres veces antes de acostarse, me lo contó durante nuestra primera cita – Es sólo que… siempre pensé que cuando lo hacías, lo hacías con tus manos y tus dedos pensando en mí. No pensé que…
Aunque no quiero hacerlo, pequeñas lágrimas se empiezan a formar en mis ojos, las cuales trato de controlar limpiándolas antes de que caigan de mis ojos.
Al verme de esta manera, Yuuna, quien no me suelta de mis manos, me pregunta.
– Acaso ¿No puedes aceptar este gusto mío?
– No, yo… claro que te acepto. Te amo tal y como eres y mi amor por ti no va a cambiar por unos cuantos… bastantes juguetes sexuales los cuales usas cada noche. Es sólo que…
– Nanami.
Yuuna nota que le estoy ocultando algo por la manera en que aprieto mis manos contra las suyas y me invita a contárselo acariciándolas y dándome su confianza en que puedo contárselo y no se va a enfadar.
Suspiro y le digo.
– El que tengas tantos juguetes y los uses tan seguido, me hace pensar que quizás… no soy capaz de satisfacerte sexualmente y yo… no soy suficiente para ti.
– Oh, Nanami.
Cuando le confieso eso, Yuuna me abraza y acaricia mi espalda, invitándome a que deje salir el dolor en mi interior.
Mientras lloro, Yuuna no deja de abrazarme y acariciarme y cuando finalmente me calmo, se separa de mí y me pregunta.
– ¿Te sientes mejor, Nanami?
– Sí… un poco mejor, Onee-sama.
– Me alegra oírlo. ¿Sabes, Nanami? Realmente no tienes porqué preocuparte por todo esto. El placer sexual que siento con estos juguetes, no tiene nada que ver con el placer sexual que siento cada que lo hago contigo y estoy a tu lado.
– ¿De verás?
– Así es. El sólo hecho de caminar contigo a la escuela tomadas de la mano o compartir nuestro almuerzo juntas es muchísimo más excitante que cualquier juguete que pueda usar. Y claro que cada vez que tenemos sexo juntas, es MUCHO más excitante que cualquiera de estos simples juguetes.
– Si eso fuera cierto, entonces por qué…
– ¿Por qué me masturbo tanto con ellos? Lo que pasa es que este gusto mío, es uno que tengo desde hace años, incluso desde antes que te conociera me encantaba masturbarme con ellos desde que descubrí lo que se podía hacer con un simple cepillo de dientes o un marcador de texto en la secundaria.
– Con un… ¿Qué?
– Desde entonces he estado fascinada con ellos y por eso aún hoy en día, me gusta mucho coleccionarlos y usarlos cada noche, me recuerdan al gran placer que sentía en esos tiempos. Me dan… no sé, una cierta sensación de felicidad que me permite dormir a gusto cuando no puedo estar contigo. Pero el que me guste usarlos y jugar con ellos, no significa para nada que no te ame o que no seas suficiente para mí.
– ¿De verdad lo dices?
Con una sonrisa, Yuuna toma firme mis manos y mirándome a los ojos me dice.
– Si de verdad te doliera y lastimara este gusto mío, yo no dudaría un segundo en tirarlos todos a la basura o donarlos a la caridad. Porque te amo demasiado y quiero hacer todo lo que este a mi alcance para hacerte sonreír y convertirte en la chica más feliz de todo el universo a mi lado.
– Yuuna…
"Aunque me pregunto si existirá algún centro de caridad que aceptara esos juguetes" es lo que estoy a punto de decirle.
– Sin embargo – continua antes de que pueda responderle – este gusto que tengo es parte de quien yo soy, es parte de mí. Y aunque claro que estoy dispuesta a renunciar a eso por ti, me haría mucho más feliz si pudieras no sólo aceptarlo, sino también abrazarlo y amarlo, ya que es parte de quien yo soy y puedas estar orgullosa de ello, y de mí. ¿Crees que puedas aceptarme?
Cuando me pregunta eso de inmediato la rodeo con mis brazos, dándole un gran abrazo cargado con todo mi amor y aceptación.
– Por supuesto que sí, claro que te acepto y te amo tal y como eres. Lamento mucho si te hice dudar un momento por ello. Descubrir este nuevo lado de ti es algo que me sorprendió por un momento – tal y como paso cuando la descubrí masturbándose con mi camisa el día que nos hicimos novias – pero ahora que conozco este lado tuyo, quiero que sepas que no tienes porque ocultar ese lado tuyo frente a mí ni tienes que dudar que dejaré de amarte por ello. Te amo tal y como eres, con todos tus gustos y pasiones y eso jamás va a cambiar. Eres la única para mi. Te amo, Onee-sama y no quiero que pases un día de tu vida dudando de eso.
– Oh, Nanami. En serio eres mucho más dulce de lo que podría imaginar. También te amo mucho, mi Nanami.
– Onee-sama.
Nos abrazamos ahí en la cama y una vez ya reconciliadas, nos separamos y para mostrarle a Onee-sama que no solo acepto su gusto, sino que además la apoyo, le pregunto.
– Y entonces ¿Cuántos de ellos tienes?
– Oh, sólo unos cuantos. Después de todo, sólo puedo comprarlos durante los días en que estoy segura que ninguno de mis padres estará en la casa.
– Ya veo.
Ambas nos quedamos mirando aquel cajón lleno con los juguetes de Yuuna y finalmente me pregunta.
– ¿Quieres que probemos algunos?
– Seguro, Onee-sama.
Habitación de Yuuna – Unos minutos después
Una vez que decidimos eso, Yuuna toma de su cajón un dildo color durazno grande y grueso con la punta bien marcada y me lo muestra con mucho orgullo.
– Este es uno de mis favoritos. Fue de los primeros que compré cuando obtuve mi primera tarjeta de débito.
Dicho eso, Yuuna se acuesta en su cama tomando sus panties por la cintura y deslizándolas por sus piernas hasta dejarlas completamente fuera para posteriormente abrir sus piernas frente a mí.
– Ahora obsérvame bien, Nanami. Antes de meterte cualquier dildo o juguete, debes asegurarte de estar bien mojada allá abajo, ya sea con tus propios jugos vaginales, un lubricante o incluso con tu propia saliva o la de tu pareja. Observa muy bien como se lubrica con tus labios, por favor.
– Onee-sama.
Dicho eso, Yuuna lleva el dildo a su boca el cual comienza a chupar y mojar usando tanto su lengua como sus labios para hacerlo. Pasa su lengua chupándolo de arriba abajo en los lados y finalmente metiendo tanto como puede de la punta en su boca y haciendo círculos con su lengua alrededor del mismo.
Cuando lo saca, el dildo ya esta lleno de su saliva y antes de meterlo, primero se dedica a pasarlo por su entrepierna y acariciar sus labios exteriores con la punta del mismo.
Esto para excitarse primero a ella misma y estar ya húmeda con sus propios jugos antes de meterlo.
– Es muy importante que tanto el dildo como tu vagina estén húmedas antes de meterlo o podrías lastimarte.
Lo dice mientras continua acariciando su flor con la punta del mismo y una vez esta lista, me dice.
– Listo, me parece que con eso será suficiente. Ahora acércate para veas bien cómo entra dentro de mí, Nanami.
– E-Esta bien, Onee-sama.
Hago lo que me pide, observando muy bien como con sus manos mete poco a poco aquel dildo en ella, mirando como la punta desaparece dentro de ella con cada centímetro que lo mete. Hasta que llega un punto en que finalmente dice.
– ¡Listo! Ya esta dentro.
– Vaya ¿Y el resto?
Para entonces, sólo ha metido la mitad.
– Pues ya hasta ahí esta mi útero ¿No esperabas que realmente lo fuera a meter todo, verdad? Es muy grande, podría lastimarme si lo hiciera.
– Ya… ya veo.
Le digo observando la vagina de mi novia tan abierta en ese momento el gran dildo que tiene dentro de ella.
– Comenzaré a moverlo ahora, obsérvame muy bien mientras lo hago ¿De acuerdo?
– Sí, de acuerdo.
– Entonces, aquí vamos. Ah, Ah… Aaaaaahhhh…
Yuuna toma la base del dildo y comienza a moverlo sacándolo y metiéndolo una y otra vez de su vagina, aunque sin sacar en ningún momento la punta.
– ¡Ah, sí, Nanami!
– Onee-sama.
De esta manera observo como Yuuna comienza a darse placer con aquel dildo, con las piernas totalmente abiertas acostada sobre su cama al tiempo que se levanta la camisa a la altura de sus tetas y poder apretárselas al mismo tiempo.
Mientras se masturba y disfruta por ella misma en la cama, yo no hago más que mirarla, observando como aquel dildo carnoso entra y sale de ella y escuchando el gran placer que sale de ella en forma de sus gemidos que resuenan por la habitación y sus jugos vaginales que caen por su vagina impregnándose en aquel dildo y caen por sus muslos a las sábanas de su cama.
– Nanami… Ay sí, Nanami. Mi Nanami me esta bien en esta posición tan vergonzosa. Me excita tanto… ¡Aaaaaaahhhhh!
Viendo desde la cama donde estoy con ella como aquel dildo entra y sale de ella, no puedo evitar excitarme y por lo tanto, llevo una mano a mi entrepierna, meto uno de mis dedos a mis panties y comienzo a acariciarme mientras la veo masturbarse en la cama.
– ¡Ah, Nanami! Se siente tan bien, tan bien tenerte dentro de mí ¡Aaaaaaahhh!
– Onee-sama… Onee-sama…
En poco segundos estoy tan excitada como ella tocándome por debajo de mis panties mientras observo como con cada metida que se da, se acerca cada vez más al orgasmo, hasta que finalmente.
– Nanami, hasta aquí llego. Ya casi, ya casi llego. Me vengo, me vengo, me vengo… ¡Aaaaaaaaaaahhhh!
De esta manera, Yuuna logra llega al orgasmo y expulsa una gran cantidad de sus jugos aún con el dildo dentro de ella. De igual manera, yo también consigo llegar al orgasmo, manchando mis panties en el proceso con mis propios jugos gracias al pequeño orgasmo que tengo.
Mientras se recupera acostada en la cama, Yuuna saca el dildo de dentro de ella, con lo cual otra pequeña lluvia de sus jugos sale de su vagina y ya con el dildo fuera, levanta lo suficiente su cabeza para preguntarme.
– Y así es como se hace ¿Qué te pareció, Nanami?
– Fue algo… interesante.
Contesto, tratando de ocultar mi entrepierna mojada con mis manos.
Yuuna observa esto y al darse cuenta, con una sonrisa me dice excitada.
– Y me parece que tú también ya estas lista para usarlo.
– ¿O-Onee-sama?
Yuuna se levanta lo suficiente para sentarse a mi lado y con su dulce y encantadora voz seductora, me susurra al oído.
– Quítate la ropa, Nanami.
Dicho eso, Onee-sama me pone de pie junto a ella a un lado de la cama y con su ayuda, me comienza a desvestir hasta dejarme completamente desnuda.
De igual manera, Yuuna se quita la pequeña blusa que aún lleva encima y una vez ambas estamos completamente desnudas, Yuuna me acuesta boca abajo sobre la cama dejando mi nuca, mi espalda, mis glúteos y la parte trasera de mis piernas expuestas ante ella.
– Tan linda. Al ser esta tu primera vez, trataré de ser gentil contigo.
Dicho eso, toma uno de sus juguetes de su cajón secreto, siendo este un masajeador de espalda eléctrico, el cual desde el momento en que lo enciende comienza a vibrar, emitiendo un ruido que hace que me tiemble desde el tope de mi cabeza hasta la punta de mis pies.
– Este es uno de los más sencillos que tengo. Se trata de un simple masajeador de espalda, aunque claro que como ya sabrás, se puede usar para masajear muchas otras partes.
– Onee-sama… ¡Kyaaaa, Onee-sama!
Onee-sama se sienta sobre mi trasero, rozando su propia vagina contra mis glúteos y con el masajeador encendido en mano, lleva la punta vibrando a la parte alta de mi columna.
– ¡Aaaaaaaaahhhhh!
El sólo sentir aquella punta vibrando en mi espalda, es suficiente para llevarme a mi segundo pequeño orgasmo de la noche.
– Buuu ¿Es en serio, Nanami? ¿De verdad sólo basto un toquecito en tu espalda para que te vinieras?
– Lo siento, es sólo que… jamás había sentido algo como eso.
– Aww… que tierna. Te haré sentir muchas otras cosas por primera vez, Nanami. Prepárate.
– ¡Kyaaaaaaaaaa!
Dicho eso, Yuuna vuelve a colocar la punta del masajeador en mi espalda, esta vez pasándolo por los lados, recorriendo mis hombros, mi nuca y lo largo de mi espalda.
– ¿Qué tal se siente, Nanami? ¿Te gusta el masaje que te estoy dando?
– Onee-sama… ya basta… se sienta tan… bien.
– No, no pienso parar. Aún no hemos llegado siquiera a la mejor parte.
– ¿Eh?
Yuuna se baja de mis gluteós, sentándose a un lado de mí y con el masajeador en mano, lo lleva directo a mi trasero, masajeando mis nalgas y mis muslos con él.
– ¡Kyaaaaaaaaaaaaa!
Siento como aquel masajeador vibra y masajea mis glúteos así como mis muslos y una vez ya estoy lo suficientemente mojada.
– Y ahora que ya estoy aquí… ¿Qué es lo siguiente que debería hacer? Me pregunto yo ¿Tienes alguna idea, Nanami?
– Grrr… Onee-sama…
Es tan pervertida ¿De verdad quiere que lo diga?
Pero mi entrepierna ya no lo aguanta más, quiero sentir ya de una buena vez por todas como se siente tener eso allá abajo, así que le contesto.
– E-En mi entrepierna.
– ¿Ah? No te escucho ¿Podrías decírmelo más fuerte?
– ¡Muoh! Q-Quiero tenerlo en mi entrepierna, s-si no es mucha molestia.
– No es ninguna molestia, Nanami. Pero que niña tan linda y pervertida eres al pedirlo.
– N-No soy ninguna niña.
Yuuna solo ríe y se prepara para colocar el vibrador en mi entrepierna.
– En ese caso, hagamos de ti una adulta, Nanami.
– Onee-sama… ¡Aaaaaaaahhhhh, Onee-sama!
Yuuna coloca la punta del vibrador en mi entrepierna, la cual en el momento que la toca arqueo mi espalda tanto como puedo, sin poderme creer el gran placer que siento cuando la toca.
– ¿Qué tal se siente, Nanami? ¿Te gusta como vibra en tu entrepierna?
– Sí, Onee-sama, es maravilloso, jamás lo había sentido tanto como lo siento ahora. Siento que en cualquier momento… me voy a venir.
En ese caso no te hagamos esperar más, vente todo lo quieras, Nanami.
Dicho eso, Onee-sama aumenta la intensidad del vibrador del 2 al 3 (el cuál es su nivel máximo) y en el momento que lo sube.
– ¡Aaaaaaahhh! Onee-sama, aquí viene ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhh!
Dejo salir mis jugos en un gran orgasmo, los cuales salen disparados contra la cama y el vibrador el cuál aún continua tocándome allá abajo.
Ya cuando termino, Yuuna apaga el masajeador y me dejo caer en la cama, recuperando la respiración.
Mientras estoy acostada, Yuuna se deja caer a mi lado, sintiendo sus grandes tetas como descansan sobre mi espalda y me comenta.
– ¡Muy bien, Nanami! Felicidades por tener tu primer orgasmo con un juguete sexual ¿Estás lista para el siguiente?
– ¿Eh?
Ya que dice eso, Yuuna se levanta y saca de su cajón un juguete sexual el cual no alcanzo a ver del todo, ya que todavía me estoy recuperando.
Y mientras todavía estoy acostada descansando de espaldas, Yuuna me toma de las caderas para levantarme el trasero y me abraza de las piernas para que no pueda bajarlo ni escapar de ella.
– Onee-sama ¿Qué estás haciendo?
Verificando que ya estés lista para el siguiente juguete.
– ¿Eh? ¿De qué estás hablando? ¡Ah, Oye!
Yuuna abre mis nalgas con sus manos, dejando expuesto mi secreto segundo hoyo ante ella.
– ¡Onee-sama! ¿Qué crees que haces? No mires allá abajo, por favor.
– Ah, tan lindo, pero le falta estar un poco más mojado para lo que sigue. Así que…
Yuuna hace saliva con su boca y la deja caer justo al centro de aquel hoyo.
– ¡Aaaaaaaahhhh! Onee-sama, ya basta, me asustas ¿Para que necesitas echar de tu saliva a ese hoyo?
– ¿Acaso no es obvio? Para tu siguiente juguete, vamos a usar… este.
– ¡¿EH?!
Me muestra el siguiente juguete que ha escogido el cual a simple vista parece ser un simple dildo normal, no muy grande ni grueso, perfecto para una primera vez. Sin embargo lo que lo caracteriza es que en la parte inferior lleva un pequeño complemento adicional en la forma de un pequeño juguete anal vinculada a él.
– O-Onee-sama…
– Descuida, Nanami, que me aseguraré de dejarte muy húmeda antes de meterlo en ti.
– Espera, Onee-sama, no estoy segura de si quiero ¡Aaaaaaaahhhh!
Onee-sama deja caer más saliva en mi hoyo trasero al mismo tiempo que toma aquel dildo y lo chupa una y otra vez hasta dejarlo mojado y húmedo.
Y una vez ha terminado.
– Listo, con esto ya debería estar listo. Así que ahora…
– Onee-sama, espera, no estoy segura de estar lista para esto, dame un segundo para pensarlo, espera, Onee-sama ¡Aaaaaaaaaahhhhh!
Sin esperar un segundo más, Yuuna mete aquel dildo en mi vagina el cual va metiendo poco recorriendo mis paredes vaginales y una vez ya esta por la mitad, siento también como poco a poco entra la pequeña parte anal en mi trasero.
– Grrrr…
Mientras lo mete, no puedo hacer otra cosa más que retorcerme tratando de aguantarlo lo mejor posible, hasta que finalmente esta todo dentro.
– ¡Listo! ¿Cómo se siente, Nanami?
– Yo… no sabría decirlo.
– Descuida, te aseguro que en unos segundos te sentirás mejor. Así que ahora.
– ¿Qué estás…? ¡Aaaaaaaahhh, Onee-sama!
Yuuna toma el dildo en sus manos y comienza a meter y sacarlo de mi vagina.
– ¿Qué tal se siente ahora?
– Se siente… bien, se siente muy bien, Onee-sama.
– ¿Ves? Sabía que te gustaría, después de todo, conozco muy bien todos tus gustos pervertidos. Incluso aquellos de los que aún no eres consciente. Y ahora como recompensa, te dejaré verme usar… esto.
Yuuna toma un pequeño huevo vibrador con ella y después de llevarlo a su boca para chuparlo, lo lleva adentro de su vagina hasta que se pierde dentro de ella.
– Listo, ya esta adentro de mí ¿Quieres comprobarlo?
Me pregunta entregándome un pequeño control rosado como el huevo con un sólo botón de apagado y encendido y una pequeña barra para aumentar o disminuir el nivel de vibración del mismo.
Con aquel control en mano, oprimo el botón el cual enciende el huevo vibrador dentro de Yuuna.
– ¡Aaaaaaaaahhhhh, Nanami! Hagámonos sentir muy bien juntas, Nanami.
– Onee-sama ¡Aaaaaaaahhhh, Onee-sama!
Con esta nueva excitación descubierta las dos nos hacemos sentir muy bien con nuestro respectivo juguete sexual a la otra.
Yuuna mete y saca aquel pequeño juguete sexual dentro de mí y con cada tantas embestidas que me da, yo también aumento un poco más la intensidad del huevo vibrador dentro de ella.
Y una vez las dos estamos cerca del orgasmo.
– Nanami, ya no voy a aguantar mucho más. Esto es malo ¡Aquí viene!
– Lo mismo digo yo, Onee-sama, sentir como tu amor entra y sale de mí, hace que me sienta demasiado bien. Me vengo ¡Me voy a venir!
– ¡Aah, Nanami!
– ¡Onee-sama! ¡Aaaaaaaaaaaaahhhhh!
Las dos llegamos al orgasmo expulsando nuestros respectivos jugos vaginales en la otra.
Ya que nos hemos venido apago el huevo dentro de Yuuna, y ella también saca el dildo dentro de mí.
Suelta mis piernas para que finalmente pueda bajar mi trasero y mientras descansamos las dos en la cama, me dice.
– Eso se sintió fabuloso, Nanami, realmente no tuviste piedad con la intensidad de aquel huevo.
– Y eso que ni siquiera alcancé el máximo nivel (aunque si lo había llevado al nivel 9 de 10 de vibración).
Yuuna solo ríe cuando le digo esto y acariciando mi mejilla me sonríe.
– ¿Quieres probar un último juguete antes de ya descansar?
– Seguro, Onee-sama.
Se levanta y con una sonrisa toma de su cajón con mucho orgullo el último juguete que usaríamos esta noche.
Un dildo elástico de dos lados color rojo transparente de plástico.
– Esta es la primera vez que usaré este dildo. Aunque lo compré ya hace un tiempo, me abstuve todo este tiempo de usarlo ya que tenía la esperanza de algún día, poder usarlo contigo. Y ahora… ese día finalmente ha llegado.
Con aquel gran dildo en mano, regresa a la cama colocándose en cuatro patas para voltearme y abrirme las piernas, de tal manera que ahora tiene todo mi cuerpo frontal desnudo ante ella.
– O-Onee-sama…
Manteniendo mis piernas abiertas, toma una de las puntas del dildo y la lleva hacia mis pétalos para mojarla con algunos de mis jugos.
– Ya esta lista. Ahora, ahh…
Yuuna lleva aquella punta que acaba de mojar a su boca y comienza chuparla combinándola ahora con su saliva.
Mientras lo hace, la otra punta la lleva a sus pétalos para mojarla un poco y ya que se encuentra un tanto húmeda, la acerca a mis labios y me dice.
– Haz lo mismo que yo, Nanami. Di Ahh…
– Ahh…
Meto en mi boca la punta que Yuuna me ofrece (la que hasta hace poco estaba mojando con sus pétalos) y así comenzamos a lamer y llenar con nuestra saliva ambas puntas de aquel dildo.
Lo chupamos y lo lamemos asegurándonos de dejarlo bien húmedo con nuestras lenguas y nuestra saliva. Y después de un rato.
– Listo, ya esta listo.
Onee-sama lleva el dildo a nuestras entrepiernas e invierte las puntas de tal manera que la punta que hasta hace poco yo estaba chupando la lleva a su entrepierna, y la punta que hasta hace poco ella estaba chupando la lleva a mi entrepierna, apuntando aquellas puntas, rozándolas contra nuestros pétalos exteriores aunque todavía sin meterlas en nuestro interior.
– ¿Qué tal se siente esto, Nanami? ¿Te gusta?
– Onee-sama, sí, se siente muy bien.
– Se siente muy bien para mí también, Nanami. Ahora, aquí vamos. Aaaahh… ¡Aaaaaaaahhhh!
Yuuna toma el dildo por el centro y lo va metiendo poco a poco en su interior hasta que finalmente esta dentro.
– Listo, ya esta adentro, ahora te toca a ti, Nanami.
– E-Esta bien, Onee-sama. Aah… Aaaah…. ¡Aaaaaaaahhhhh!
Hago lo mismo que Onee-sama tomando al dildo del centro y poco a poco, ir acercando mis caderas de tal manera que el dildo se mete cada vez más y más en mi interior.
Lo metemos tan adentro hasta que podemos sentir como las puntas besan la entrada de nuestros cuellos uterinos.
Cuando llego al límite, siento como si aquel dildo nos fuera a destruir por dentro, pero entonces Yuuna me dice.
– Nanami, mira.
Me pide que mire allá abajo, a nuestras entrepiernas y cuando lo hago, observo aquel mismo dildo ahora con las dos puntas metidas en nosotras.
– Estamos conectadas, realmente estamos conectadas.
– Onee-sama.
Lo dice alegre como una niña a la cual le acaban de decir que es su cumpleaños.
A decir verdad, a mi también me conmueve mucho ver lo alegre que esta Yuuna al ver como nos conectamos allá abajo, gracias a aquel enorme y majestuoso dildo de dos lados.
– Hagámonos sentir bien juntas, Nanami.
– Sí, Onee-sama, juntas.
Ambas nos tomamos de una manos, mientras nos mantenemos el equilibrio en la cama con la otra y con esta posición, comenzamos a mover las caderas haciendo una especie de tijeras sobre la cama, sólo que con el dildo entre nosotras.
– ¡Aaaaaaaaaaaahhhhhhh, Nanami!
– ¡Onee-sama, Aaaaaaaaaahhhhhh!
Tijereamos de esta manera, disfrutando del enorme placer que nos proporciona aquel mismo dildo en nuestras vaginas.
Continuamos tijereando así por un rato, hasta que Yuuna se cansa y sugiere.
– Espera, se me ocurre una manera de hacernos sentir aún mejor.
– ¿En serio?
– Sí, mira, primero hay que dejarnos caer en la cama, después ambas levantamos una pierna cada una y así con la pierna alzada, tomamos el dildo y…
– ¡Aaaaaaaaaaahhhhhhh!
Yuuna toma el dildo del centro donde nos une y comienza a moverlo de izquierda a derecha de tal manera que cuando lo saca de ella lo mete más en mí y cuando lo saca de mí, lo mete más en ella.
– ¡Aaaaaaaaaaah, Onee-sama!
– ¡Nanami, se siente tan bien! Se siente increíble, es la mejor sensación que he sentido en mi vida.
– También yo, Onee-sama. En mi vida, jamás me había sentido tan excitada como me siento ahora. Mi vagina, siento que me va a explotar.
– ¡Ah, Nanami! Creo que este se va a convertir en mi dildo favorito de todos.
– También en el mío, Onee-sama. Quiero hacerlo contigo usando este dildo por todos los días de mi vida.
– ¡También yo, Nanami! ¡También yo, Aaaaaaaaaaahhhhhhh!
Continuamos con este movimiento del dildo, metiéndolo y sacándola de nosotras al mismo tiempo con nuestras piernas alzadas, apoyándolas para no caerlas con el pie de la otra allá arriba.
Movemos nuestras caderas, gemimos con todo lo que tenemos y mientras gozamos y disfrutamos de este dulce placer que nos une, finalmente sentimos que poco a poco el final se nos acerca.
– Onee-sama, ya no creo poder aguantar mucho más.
– Tampoco yo, Nanami. La manera en la que tomas y me metes este dildo allá abajo, se siente fabulosa.
– Onee-sama, ya no puedo más, aquí viene.
– También yo, aquí viene, Nanami.
– ¡Onee-sama!
– ¡Nanami!
– ¡AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH!
Finalmente dejamos salir todos nuestros jugos de nosotras con lo cual finalmente dejamos caer nuestras piernas y caemos totalmente agotadas sobre la cama, sin energías y haciendo un gran esfuerzo por no caer desmayadas.
Después de un rato así acostadas, recuperando un poco de la respiración que hemos perdido, Yuuna es la primera en levantarse, separándose un poco de mí para sacar el dildo de ella misma y una vez esta fuera con cuidado lo saca de mi misma para no despertarme.
Con el simple movimiento de sacarlo de mi vagina, aún estando semi consciente, tengo otro pequeño orgasmo con el cual salen un poco más de mis jugos.
– Tan linda.
A pesar de lo tentada que esta a llevárselo a lo boca para chuparlo, deja el dildo de lado y en su lugar vuelve a acostarse, pero esta vez acostándose a mi lado, sintiendo como me toma en su cálido abrazo y sus cómodas tetas pegando contra mi espalda.
– Ah, Nanami.
– Uh… Onee-sama.
Es lo primero que respondo al recuperar la conciencia.
– Así es, esa soy yo, Nanami.
– Onee-sama.
Con la poca energía que tengo me volteo con ella, de tal manera que acuesto mi frente entre sus tetas para que ella acaricie mi cabeza.
Yuuna lo hace acariciando mi cabeza con cariño y mientras lo hace, me dice con una dulce voz soñadora.
– Gracias por amarme tal como soy, Nanami. Y gracias también por haber compartido este momento tan íntimo y erótico conmigo.
– No tienes que agradecerme nada, Onee-sama. Yo amo todo de ti, siempre te voy a amar con todas tus facetas.
Yuuna simplemente sonríe ante mi respuesta y alza un poco mi cabeza tomándome de la barbilla para darme un pequeño pero lleno de todo su amor beso en los labios.
Ya cuando nos separamos, nos miramos enamoradas a los ojos y Yuuna me dice.
– ¿Te gustaría que algún otro día sigamos probando más de mis juguetes eróticos? Todavía hay unos cuantos que me encantaría probar contigo.
– Seguro, Onee-sama. Aunque también si no te importa… de vez en cuando, me gustaría que lo sigamos haciendo de la manera tradicional.
– ¡Por supuesto! Después de todo tanto mis dedos como mis labios, se pondrían muy celosos si mis juguetes fueran los únicos en recibir tus deliciosos jugos. Incluso ahorita me quedé con muchas ganas de beberlos.
– Onee-sama… eres una pervertida.
– Así es, pero así me amas.
– Sí, así te amo.
Nos volvemos a besar en los labios y nos quedamos así abrazas por un tiempo, descansando en brazos de la otra completamente desnudas después de haber disfrutado y recibido el gran amor de la otra.
"Quizás debería conseguirme uno propio para cuando este a solas en mi habitación".
Supongo que es algo que hablaré con ella al rato que nos despertemos. Por ahora, sólo quiero disfrutar del dulce descanso entre los brazos de mi amada.
Todavía siento un poco de aquel amor en mi interior.
FIN
