NT: ¡Gracias por su lectura! Tanto a los lectores en AO3 como en Wattpad, realmente me motivan, y por eso ya he podido escribir todos los capítulos que había perdido. Así que estoy motivada porque quiero terminar este fanfic este año y ya tengo pensado el arco final. No sé si vaya a escribir otro, uno más bonito donde Sukuna no sea un maldito loco jajaja Espero les guste~ ¡Nos leemos en el próximo!

Capítulo 28

Aún era temprano cuando Satoru y Yuuji salieron de casa y faltaba poco para llegar a su destino. Satoru condujo fuera de la ciudad, había planeado llevarlo al Onsen de su familia y estaba ansioso por mostrarle este lugar, suele venir los fines de semana en solitario a relajarse en las aguas termales y disfrutar de la vista y la comida que preparan los cuidadores. Aunque es de su familia también está abierto al público, en esta ocasión él mismo ordenó que cerraran por este día solo para estar a solas con Yuuji, no hubo oposición ya que casi podría considerarse que es el propietario, todo lo que diga el único heredero de los Gojo se debe hacer, nadie le cuestiona sus órdenes y no es como si le tuvieran miedo, Satoru no es ese tipo de joven amo mandón y prepotente, simplemente le tienen demasiado respeto y su autoridad nunca es puesta en duda. Aunque eso podría ser peligroso si los Gojo fueran una familia obsesionada con el poder, simplemente son afortunados de venir de antepasados millonarios y poderosos.

El Onsen se ubica en las montañas al sureste ya que hay presencia de un volcán, y las fuentes alrededor tienen el agua más pura y preciada de la región. Cuando es temporada alta, este lugar se llena de turistas en busca de relajación y descanso, hoy no es un día para turistas, hoy es un día para Satoru Gojo y su querido Itadori Yuuji.

"¡Sensei! ¡Increíble, nunca había venido a este lugar!" Yuuji había escuchado de los Onsen a las afueras de la ciudad pero sus padres nunca lo trajeron a alguno, mucho menos al de la familia Gojo. Kaori y Jin siempre venían solos y cree que ahora puede entender el motivo, el ambiente de este lugar es sumamente misterioso y atractivo, la vibra se siente un poco romántica y privada. El Onsen de la familia Gojo es más visitado por parejas y ahora mismo, él y Satoru son una pareja, ¿acaso no significa eso que se van a bañar juntos? Yuuji comienza a avergonzarse, pensando en qué tendrá que desnudarse delante de su sensei, no está acostumbrado a los baños públicos pero ese no sería el punto, se supone que Gojo-sensei es su novio, son amantes secretos, no se trata solo de desnudarse y no puede evitar pensar en que quizás puedan hacer más cosas que besarse.

Se siente como un chico travieso, le mintió a su madre para irse con su maestro que en realidad es su pareja que le lleva varios años, diez para ser más precisos, y están en un lugar muy romántico y exclusivo para parejas. El rostro de Yuuji se calienta tan solo pensarlo, aunque también podría ser por el vapor en el aire.

Satoru sostiene su mano al verlo nervioso, no quiere que se sienta presionado "Si no te sientes bien, puedes decírmelo"

Yuuji niega con la cabeza, de hecho está contento de poder visitar este lugar con su sensei, solo está pensando de más y es normal siendo un adolescente.

Mientras caminan juntos, Satoru saluda a los pocos empleados que se encuentran, no son la cantidad habitual, solo dos personas de mucha confianza, son lo suficiente y necesarios. A ninguna de estas dos personas les parece importarle que su joven amo haya traído a un chico al que nunca antes han visto, tampoco que no parezca precisamente alguien de su edad, de todos modos el chico se ve feliz y todo lo que diga o haga el joven amo Gojo se debe hacer.

"¿Te gusta este lugar, Itadori?" Le pregunta el albino mirándolo y apretando su mano como si no quisiera soltarlo.

"Si, es hermoso, no me esperaba que me traerías a este tipo de lugar" responde Yuuji mirando alrededor, aunque quería lucir tranquilo en realidad estaba ansioso.

"Podemos venir aquí cuando queramos estar solos, no hay ningún problema" Ambos llegan a la habitación que se les ha asignado, en la parte de atrás de esta hay un jardín junto con un estanque de aguas termales sólo para ellos, también tienen una habitación donde pueden comer y pasar el rato, la madera es elegante y antigua, las paredes son tradicionales y el olor a incienso inunda cada rincón, es un olor suave y relajante acompañado de los sonidos de la naturaleza.

Yuuji nunca ha estado en un lugar tan hermoso y tranquilo, le recuerda un poco a la casa tradicional de su abuelo. Este Onsen parece más antiguo, después de todo la familia Gojo lleva décadas en esta ciudad, generación tras generación.

"Ven..." Satoru no suelta su mano, lo lleva al jardín donde la vista es muy hermosa, están en la montaña así que están rodeados por los árboles, sólo hay hermosos paisajes verdes alrededor.

"Es muy lindo, sensei" Yuuji parece hipnotizado por las vistas, respira profundamente sintiéndose en paz.

Satoru lo abraza de la cintura colocándose detrás de él "¿Quieres comer primero o ir a las aguas termales?" se inclina hablándole cerca del oído provocando que se estremezca solo con su tacto "Tenemos tiempo suficiente para mucho más"

Las mejillas del pelirrosa se vuelven rosas pensando en el doble sentido de las palabras de Satoru. Sabía que este tipo de ambiente iba a prestarse para situaciones un poco eróticas. Cielos, definitivamente quiere dejar que Satoru haga lo que le apetezca con él aunque le pone nervioso por su inexperiencia, le emociona saber las cosas que puede hacer con Satoru y aprender cosas nuevas, sobre todo si son de índole sexual.

Las manos de Satoru no dejan de acariciar su cintura, y el aliento cálido sobre su piel es suficiente para convencer a Yuuji "Si... como quieras, sensei" responde Yuuji ruborizado. Satoru sonríe y le da un beso en la mejilla, no quiere perder tiempo, solo tienen esta noche.

Ambos se preparan para ir a las aguas termales primero, Satoru deja que Yuuji lo haga por su cuenta mientras él va a pedir que preparen una buena comida para más tarde. Aunque desea más que nunca quitarle él mismo la ropa, también le gusta que sea el mismo Yuuji quien decida, jamás lo presionará a hacer algo que no quiera aunque puede seducirlo y el chico cedería bastante fácil. Luego de pedirle a los dos empleados que prepararan la comida, Satoru fue a prepararse para entrar a las aguas termales.

Recostado en la orilla, el agua le llegaba un poco por debajo de sus pectorales, su piel estaba enrojecida un poco y su cabello estaba húmedo, apartó algunos mechones de su cara y esperó pacientemente por su querido Yuuji. ¡Ah, cómo desea tenerlo ya mismo en sus brazos!

Yuuji estaba nervioso, de hecho ya estaba listo para salir, se repetía en su cabeza que no era como si fuera a tener sexo con su sensei, solo iban a disfrutar de las aguas termales. Aún así, siente que será así, es la primera vez que va a estar desnudo delante de su sensei, y por supuesto, es la primera vez que va a ver su cuerpo desnudo también. Aún tenía su bata alrededor, ya estaba completamente desnudo, pero tenía miedo de quitársela, suspiró y se llenó de valentía, se sentía un poco tonto como si fuera una chica.

Yuuji se asoma y cuando ve a Satoru, su rostro se enrojece, ¡es demasiado hermoso! Gojo-sensei es muy apuesto, es simplemente perfecto. No pudo evitar mirar los músculos de sus brazos y su pecho, ¿entrena tan bien?

Satoru se da cuenta de su presencia y le sonríe "Yuuji-chan, no seas tímido, ven aquí con tu sensei"

Aún no se quita su bata, a los ojos de Satoru parece una chica nerviosa que se aferra a su bata contra su pecho tímida por mostrar su cuerpo por primera vez a su novio "Lo siento, me siento tan estúpido..." menciona Yuuji acercándose a la orilla del estanque.

Satoru no se mueve de su lugar, solo lo mira fijamente con una sonrisa divertida. En realidad su mirada es como si lo estuviera desnudando, quitándole esa bata molesta que le impide ver el hermoso y juvenil cuerpo de su Yuuji. Ha fantaseado con él varias veces y ciertamente tal vez su imaginación no le hace honor a cómo luce realmente debajo de su ropa. No quiere presionarlo, así que actúa relajado "¿Estás nervioso? No pasa nada, somos pareja ¿no es así? No tengas miedo de mostrarme tu cuerpo Yuuji-chan"

El pelirrosa asiente, es muy fácil de convencer porque en realidad si quiere, solo que es su primera vez y le da vergüenza.

Si no me arriesgo nunca me acostumbraré.

Lentamente, Yuuji comienza a abrir su bata. Satoru lo mira fijamente, ha estado esperando por esto mucho tiempo, siempre ha querido ver a su estudiante desnudandose voluntariamente frente a él, la bata se desliza con suavidad mostrando los hombros enrojecidos del más joven, que no sabe si por vergüenza o por el calor, luego muestra su torso y su pecho. Satoru fija su mirada en sus pectorales, en sus lindos pezones que tanto desea lamer y succionar, y ante este pensamiento, Satoru sabe que su miembro está reaccionando y entre más esa bata se desliza más duro se está poniendo.

Finalmente Yuuji está desnudo frente a él, aprecia su cuerpo juvenil y bien entrenado, su piel es hermosa y su miembro es del tamaño justo, Satoru no puede evitar sentir que se le sube la sangre a la cabeza, quiere acercarse y besarlo, pero dejará que él mismo se acerque.

La mirada tímida de su querido ángel lo es todo, el corazón de Yuuji late muy rápido, son demasiadas emociones y la forma en que lo mira su sensei lo hace sentir un poco deseado, ¿tan apuesto es para los ojos de Gojo-sensei?

Entra al agua, y se acerca a Satoru con más confianza, cuando está lo suficientemente cerca, el albino lo sostiene de su cintura atrayéndolo a su cuerpo, no puede esperar más y le da un beso en los labios. Siente los brazos de su querido estudiante abrazando su cuello y su pecho choca contra el suyo denotando la diferencia en tamaño, el contacto de sus pieles se siente tan bien y tan cómodo.

Satoru le hace sentarse en su regazo y el más joven siente de inmediato lo duro que está, gime un poco en el beso "Ha... sensei" lo mira con sorpresa, hace poco que llegaron a este lugar y ya están desnudos besándose, incluso ya está duro ¿no es muy pronto?

"Lo hiciste bien Yuuji-chan" Satoru le sonríe y le da un beso en la frente "Eres un buen chico"

Yuuji lo mira a los ojos, se siente feliz y tan querido, se aferra al cuello de su maestro, le gusta como las manos de este hombre se deslizan por su espalda y de repente, cuando le toca en un lugar de la espalda, Yuuji salta un poco y un recuerdo golpea su mente.

El sonido de un golpe.

Un cinturón.

Entonces Satoru pregunta luego de notar que su piel era diferente en esta zona "¿Cómo te lastimaste?"

Yuuji había olvidado que tiene marcas en su espalda que se pueden sentir debido a que fueron las más profundas resultado de aquella vez que fue golpeado con el cinturón por Sukuna. ¿Cómo pudo haber olvidado que no solo tiene esas marcas? Teme que Gojo-sensei las note, entonces comienza a temblar ligeramente, no quiere preocuparlo o romper el ambiente.

"Hmm, no es nada, fue un accidente cuando era pequeño" Yuuji lo mira con una sonrisa, lo abraza con fuerza "Sensei, no te detengas" susurra, no puede dejar que algo que ocurrió hace tiempo arruine su momento con su maestro.

Satoru sonríe, está muy ocupado caliente por su estudiante que no puede pensar en otra cosa más que en tocarlo y besarlo, acaricia su espalda con suavidad y Yuuji lo abraza más fuerte aceptando su cariño. Por favor sensei, acariciame más.

...

Mahito decidió seguir a Sukuna cuando lo vio salir del bar. El hombre estaba fuera de control, al salir lo vio peleándose con un sujeto y por supuesto, el pelirrosa salió victorioso.

"¡Sukuna!" Mahito lo alcanza agarrándolo del brazo con todas sus fuerzas.

"¿Qué mierda quieres? Deja de molestarme, no quiero tu culo ahora mismo" Sukuna lo aparta y Mahito frunce el ceño.

"¡Por qué me estás ignorando! He hecho todo lo que me pides, ¡incluso tuve que hacerme amigo de tu estúpido hermano! ¿Ya no te interesan las pruebas?"

"Ya tengo las pruebas suficientes, eres un inservible" Sukuna realmente no quiere pensar en nada relacionado con ese mocoso.

"¡¿Ya no te interesa?! Bien, ese estúpido ahora mismo está con Gojo-sensei, ¿qué es lo que querías realmente? ¡¿Por qué me pediste vigilarlo?!"

Sukuna se vuelve hacia Mahito y le da un golpe en la mejilla "Que me dejes en paz, ¿no lo entiendes? Ve a follar con algún viejo asqueroso de ese bar, puta basura", lo empuja y va hacia su vehículo, no le importa si está ebrio, ha conducido muchas veces en ese estado y nunca le ha pasado nada, es demasiado irresponsable de su parte pero no es como si le importara, si tiene un accidente se sentiría aliviado.

Se sube al auto y acelera, a Mahito no le da tiempo de levantarse así que sólo puede ver a la bestia desatada dejar el lugar, de repente escucha los gritos de algunas mujeres. Las personas que estaban afuera del bar se agrupan en la entrada del callejón "¡Hay un hombre herido!" Exclaman algunos.

Mahito se acerca por curiosidad, el hombre pide ayuda mientras está desangrándose y su rostro está todo golpeado, todos estaban mirando confundidos pero nadie llamaba a una ambulancia, si la llamaran llegaría la policía y este lugar es un punto caliente para las bandas criminales y la mafia, si la ley interviene se termina la diversión y hasta podría haber problemas más grandes de enfrentamiento entre grupos, en este mundo oscuro cada quien cuida de sí mismo, si ese hombre está herido de esa forma, algo muy malo tuvo que haber hecho para acabar así. No es la primera vez que ocurre, a veces son trabajos de venganza o eliminar a alguna persona, incluso ajustes de cuenta o traiciones en la mafia.

Mahito al ver al hombre sabe que esto no es a causa de algún grupo criminal, no tiene que haberlo visto para saber que este hombre fue golpeado por Sukuna, ya que cuando estaba dentro del bar notó sus manos manchadas y enrojecidas por la sangre.

¿Qué es lo que te molesta tanto, bastardo? piensa Mahito con una corazonada.

Sukuna condujo sin rumbo realmente, necesita regresar al departamento y acostarse porque se siente molesto todavía, mientras conduce recibe un mensaje de uno de sus amigos invitándole a una fiesta, no piensa ir porque el impulso que siente es querer hacerle daño a alguien y no quiere armar un problema, tiene las manos sucias de sangre y su cuerpo apesta a ese bar así que aún no puede volver a casa tampoco, aún tiene la energía suficiente para divertirse un poco más, si diversión para Sukuna significa golpear a una persona y descargar su ira y frustración sobre esta.

Conduce por la ciudad, recordando de repente lo que le dijo Mahito, lo que le hace fruncir y golpear el volante. Al pasar por un parque reconocido, detiene el auto y observa a un hombre sentado en una banca, el hombre no parece estar en sus cinco sentidos, parece otro ebrio de la zona usando el espacio público para dormir, es la víctima ideal para lo que quiere Sukuna. Necesita volver a alimentar a la bestia esta noche, así que se baja del auto y camina hacia este hombre, no es viejo, ni tampoco es tan joven, le calcula una edad de 35 años pero su vida ha sido arruinada a causa de los pinchazos de inyecciones que se ven en sus brazos. Al ver las marcas Sukuna sonríe, este hombre sólo es un drogadicto, una escoria más de la sociedad, ¿a quién le importa esta clase de personas? Son basuras. Es el pensamiento de Sukuna.

"Hey..." el pelirrosa se sienta al lado y el hombre lo mira, su mirada está perdida y le sonríe asintiendo lentamente "¿Te gusta estar solo por estos lugares?"

"Un poco" el hombre se encoge de hombros hablando en voz muy baja.

"Es un parque, ¿sabes? Los padres se resisten a traer a sus hijos aquí porque te ven, ¿eres peligroso?" El tono de voz de Sukuna es calmado, así que al hombre no le resulta sospechoso que se le haya acercado a hablarle.

"Solo estoy aquí, no molesto a nadie, así que no deberían preocuparse por sus hijos" responde el moribundo con una sonrisa tonta.

"..." Sukuna guarda silencio mirándolo con seriedad y luego agrega "Pero das mala imagen... Apestas, asustas a los niños, eres como una mierda dejada por algún animal que pasa por el parque"

Las palabras de Sukuna ofenden al hombre, lo está reduciendo a menos que un animal, así que frunce el ceño respondiendo "¿Qué te importa lo que haga una mierda como yo?" Pregunta el hombre escupiendo en el suelo y mirando a Sukuna con molestia, no le gusta el tono ni la mirada que le dirige "Lárgate de mi maldito parque, hijo de puta" le vuelve a escupir esta vez en el zapato.

Sukuna mira su zapato y luego levanta la mirada frunciendo las cejas "No es tu maldito parque", se aleja solo un poco y agrega "Solía ser un buen lugar antes, venía a jugar aquí, hasta que empezó a llenarse de mierdas como tú..." de repente se levanta y agarra al hombre del cuello haciendo que se levante también y lo empuja con todas sus fuerzas, al moribundo no le da tiempo reaccionar y recibe un golpe en la cara directo en su nariz.

"¡Aaah! ¡Hijo de puta..! ¡Hmm!" El hombre intenta contrarrestar al ataque repentino pero entonces Sukuna lo golpea de nuevo, esta vez es tan fuerte que jura que le sacó un diente. Al siguiente segundo escucha la risa leve viniendo del pelirrosa, sus brazos son jalados mientras la risa va en aumento.

El hombre está drogado así que piensa que debe estar alucinando, aunque el golpe fue completamente real, desde hace días que no se ha alimentado bien y además ha estado consumiendo alcohol, está débil pero intenta luchar poniendo resistencia a ser arrastrado hacia el interior del parque. Por un momento piensa que está siendo arrastrado al infierno, ¿qué diablos quiere hacer este sujeto? Su instinto le dice que debe recuperar sus fuerzas y salir corriendo, podría pelear pero su mente y su cuerpo no están en condiciones, está en desventajas en comparación con este sujeto.

"La basura tiene que estar en el lugar al que pertenece..." murmura Sukuna y un brote de adrenalina surge de nuevo en él, sus manos tiemblan de emoción desde que comenzó a golpear a este moribundo y no quiere parar, lo quiere llevar detrás de unos matorrales porque antes estaban muy cerca de la calle, sin embargo el maldito se aferra a la tierra y comienza a gritar. A esta hora nadie transita por este parque precisamente por lo que él dijo, el parque al que solía ir cuando estaba más joven y al que a veces traía al mocoso a jugar, se llenó de pobres diablos, el nivel más bajo en la jerarquía de la sociedad, para Sukuna son ratas que no valen la pena, y si no valen la pena pueden ser eliminadas.

Aunque el hombre grite y no puedan escucharlo, a Sukuna le resulta irritante y comienza a patearlo, sobre todo en la cabeza "¡Cierra la maldita boca!" Exclama mientras sigue pateándolo y golpeándolo con tanta fuerza como si se tratara de una venganza personal. El rostro de Sukuna nunca pierde la sonrisa, observa cómo la cara magullada del moribundo y la sangre que sale de su nariz y boca, sus puños son incapaces de detenerse y poco a poco se manchan de sangre de nuevo, el hombre que está a su merced ha escupido y un diente cae al lado de su cara.

Sukuna no tiene suficiente de ello... necesita algo más... "¿Quieres escupir más dientes?"

...

Satoru y Yuuji disfrutaron su tiempo en las aguas termales, no sólo se trataba de abrazos y besos, Yuuji le habló de béisbol y el torneo, y Satoru estaba más que dispuesto a escucharlo mientras sus manos inquietas acariciaban su cuerpo, Yuuji estaba tan cómodo y feliz de poder hablarle de su deporte favorito pero hubo una parte que definitivamente Satoru no disfrutaba, cuando mencionaba a Toji, a veces se le olvidaba que ese hombre es el entrenador de su ángel, y le daba tanto coraje saber y escuchar de los labios de Yuuji lo muy bueno que es y lo mucho que lo admira.

A mi lindo estudiante le han lavado el cerebro. Te maldigo Toji.

Satoru agradece que al menos no le ha contado nada extraño, de todas formas le preguntó si en algún momento Toji se había propasado con él, aunque Yuuji se quedó callado por unos segundos pensando negó con la cabeza y dijo que Toji siempre ha sido muy amable y respetuoso con él.

El albino se niega a creerlo, conoce a ese hombre y puede que tenga algunas maneras de manipular a alguien como Yuuji, aún así si su ángel dice que no ha pasado nada entonces le cree, está seguro que si Toji le hiciera algo se quejaría, es demasiado inocente y siempre ve las cosas buenas en las personas, si alguien puede tocarlo solo es su Gojo-sensei, el único que es digno de poner sus manos encima, e incluso de besar sus labios.

Justo como lo está haciendo ahora mismo, después de haber cenado y disfrutado del té.

"Yuuji-chan~ deberíamos quedarnos a dormir esta noche juntos" le susurra Satoru mientras están sentados cerca de la ventana mirando la vista hermosa nocturna que es iluminada por la luna y algunas luces artificiales tenues.

"Sabes que tengo que asistir a clases mañana sensei, y mamá dijo que tenías que llevarme a casa antes de 12, ahora mismo soy cenicienta" se burla Yuuji dejando que su maestro lo abrace y lo cubra con su cuerpo, le gusta sentirse protegido y también los besos que deja sobre su piel con tanto fervor y cariño.

"Hm~ aún faltan 2 horas para media noche, podemos volver a las 11, quiero estar contigo más tiempo" Satoru recuerda que hace un momento en las aguas termales Yuuji parecía afectado por las heridas que tocó en su espalda, se dio cuenta de que tenía algunas marcas en su piel, unos en un leve tono verde como golpes viejos, ¿Yuuji es un chico conflictivo? No, su estudiante no se mete en peleas innecesarias ni se rodea de personas desordenadas, si alguna vez lo vio pelear fue para defender a uno de sus amigos y otras veces cuando unos estudiantes estaban molestando a un nuevo estudiante. Su ángel tiene un corazón tan noble y bueno.

Satoru tiene curiosidad por preguntarle pero no quiere incomodar, no en estos momentos cuando lo tiene en sus manos y tan dispuesto, más tarde podrá tener una charla con él sobre esas marcas. Ahora mismo solo quiere hacer algo más con Yuuji, algo que ha querido desde hace tiempo y está ansioso por cumplirlo, ya lo ha visto desnudo y ha besado su piel, obviamente necesita más siendo su pareja.

"Yuuji-chan, ¿quieres que te enseñe algo que te va a gustar?" le susurra a su oído.

"¿qué es?"

"¿Confías en mí?"

Yuuji asiente y sus ojos brillan con esa distintiva curiosidad "Confío en ti, me gusta cuando Gojo-sensei me enseña cosas nuevas"

Satoru no puede evitar que su corazón salte de alegría cada vez que escucha a Yuuji dándole permiso para que haga lo que quiera, es como un sueño hecho realidad.

"Bien, ven cariño..." le toma de la mano y lo lleva a la habitación. Yuuji es obediente, hace lo que Satoru le pide "Acuéstate aquí"

"Si"

"Cierra los ojos, relájate, voy a hacerte sentir bien"

Yuuji sonríe y cierra sus ojos, piensa que se trata de un juego inocente pero se sonroja cuando el cuerpo de Satoru se cierne sobre él, luego siente los labios de su maestro sobre los suyos en un beso muy dulce que no duda en corresponder, y también siente la mano del albino deslizándose desde su rodilla hacia arriba sintiendo su cuerpo estremecerse ante tal toque suave.

"¿Puedo abrir los ojos sensei?" pregunta un poco ansioso.

"No cariño, aún no..." Satoru ha empezado a usar ese apodo, debe acostumbrar a Yuuji a este tipo de cosas, obviamente no demasiado si no quiere que se le escape en una situación donde no debería, como por ejemplo en la escuela dándole clases.

La mano de Satoru sube por su muslo haciendo temblar al más joven, se ve tan adorable y dócil, al parecer le gusta ser tocado de esa manera así que Satoru se siente con la confianza de continuar, se sienta y hace que Yuuji doble sus rodillas lentamente, aunque su cuerpo tiembla y su corazón no para de latir bastante rápido.

Las manos grandes, suaves y expertas de Satoru acarician sus muslos internos y sus piernas, como si le estuviera dando un masaje "Déjame verte desnudo de nuevo cariño, tienes un lindo cuerpo"

Yuuji aún tiene los ojos cerrados, sus mejillas están calientes y sonríe sintiéndose halagado. Para otros sería extraño que un maestro haga este tipo de comentarios sobre el cuerpo de su estudiante, pero ahora mismo no son maestro y estudiante, son amantes, en el que uno de ellos es inexperto y está a merced del otro para aprender.

Satoru desata su bata despacio, como si estuviera abriendo un valioso obsequio, coloca sus manos sobre las rodillas y lentamente comienza a separarlas fijando sus ojos en el rostro de Yuuji que está sonrojado, separa sus piernas como si abriera una cortina lujosa y detrás de ella se encuentra un hermoso tesoro. La mirada del albino se llena de deseo al ver la entrepierna del chico, su vello púbico es del color de su cabello, es tan hermoso como su pene que está reaccionando con un ligero movimiento, le resulta tan adorable ver cómo está reaccionando gracias él, vuelve su mirada a Yuuji y relame sus labios, el chico ahora tiene su brazo cubriendo sus ojos con vergüenza.

"Yuuji, precioso..." susurra Satoru acercándose para besar su muslo interno se inclina besando el muslo interno, siente cómo el chico se estremece con solo sentir sus labios sobre su piel, así que comienza a repartir besos que se acercan cada vez más a su entrepierna dejando también un rastro de su aliento cálido que hace que el chico deje salir leves sonidos de gusto.

"Sensei... ¿qué haces...?" pregunta Yuuji un poco agitado.

"Voy a hacerte sentir bien Yuuji, te lo dije..." Satoru sonríe "Tienes que prestar atención también y tomar apunte en tu cabeza" después de decir esto, se posiciona entre las piernas de Yuuji sosteniendo sus muslos para ponerse más cómodo y lamer la piel de la forma más lasciva y deseosa que puede, después de todo siempre ha querido a Yuuji, siempre lo ha deseado tanto que no puede desaprovechar esta oportunidad, está en sus manos ahora mismo y desea marcarlo como suyo, hacerle recordar que ha sido él quien le ha tocado y le ha hecho sentir placer.

"Ngh..." Yuuji no quiere quitar su brazo de encima, le da vergüenza y además su sensei le está lamiendo tan cerca de su pene, ¡espera...!

"Estás goteando" los dedos de Satoru se envuelven alrededor de su pene de una forma tan suave y acaricia un poco, le toma desprevenido que su cuerpo se estremece de forma abrupta.

"¡Ha...! Gojo-sensei..." Yuuji tiembla por el toque, jamás pensó que esta noche podría sentir la mano de Satoru alrededor de su pene, solo pensó en que simplemente se besarían como siempre lo hacen, bueno, tal vez no, realmente lo quiere y Satoru también, no pueden ignorar la tensión sexual entre los dos desde que confesaron sus sentimientos mutuamente.

"¿Hm? ¿Te gusta que te toque aquí?" Satoru sonríe nuevamente y sin esperar respuesta desliza su lengua sobre la punta retirando el preseminal "¿qué tal así?", se siente orgulloso de sentir lo duro que se ha puesto en su mano, ¡Oh cielos, está tan excitado por él! Debería ser un pecado corromper el cuerpo de un ángel.

"Aah..." Yuuji quita su brazo y gira su cara a un lado aunque su vista es borrosa. Le acaba de lamer en ese lugar, eso es algo nuevo para él y su cuerpo reacciona tan bien a su toque.

Oh Yuuji, no sabes lo mucho que he deseado tocarte así, y estás haciendo unas expresiones tan hermosas.

Satoru lo mira con tanto deseo que vuelve a lamerle esta vez a lo largo, sabe tan bien para él, es como siempre había imaginado. Sigue lamiendo lentamente, deslizando su lengua en la punta que seguía goteaba el pre seminal, saborea ese néctar que siempre ha querido probar y que ahora mismo es suyo, es solo suyo.

"Ha... a..." Yuuji tiembla de gusto, siente el cosquilleo delicioso en su abdomen y se siente tan sobreestimulado, es mucho mejor que masturbarse él mismo.

Satoru abre su boca y comienza a tragarse su miembro hasta el final, su nariz roza el vello y puede oler el dulce aroma de su hermoso Yuuji.

Ahh... Yuuji, te quiero tanto.

Satoru se siente un poco pervertido pero su Yuuji está gimiendo con gusto así que prosigue chupando su miembro.

"Ha... sensei..." Yuuji vuelve a gemir fuerte, la boca de su sensei es tan cálida, tan húmeda y tan experta, es la primera vez que recibe sexo oral, siente los labios rozando la piel sensible y esa lengua que acaricia con tanta suavidad la punta del glande, es demasiada sobre estimulación para alguien de su edad así que cuando siente que su cuerpo tiembla demasiado su mano agarra el cabello blanco sedoso y deja escapar un gemido fuerte sintiendo que va a correrse en cualquier momento.

"Haaa... sensei... ahh" todo su cuerpo se tensa y convulsiona, finalmente se corre dentro de la boca del mayor, dejando salir un grito lleno de placer, su visión se volvió blanca en ese instante como alcanzando una luz, y su cuerpo se derrumbó de nuevo temblando por el reciente orgasmo.

"Te viniste mucho cariño" Satoru lame sus labios con una sonrisa orgullosa, Yuuji lo mira, más bien observa cómo se ha tragado su semen y su miembro está empapado por los fluidos. Luego se acerca dándole un beso en los labios "¿Te gustó?"

Yuuji no tiene palabras, solo asiente y lo abraza del cuello abriendo su boca para que su sensei lo bese un poco más profundo, Satoru no duda en ningún momento deslizando su lengua compartiéndo el sabor de su propia esencia y lo abraza con más fuerza.

Yuuji eres tan lindo, tan perfecto, eres mi amante perfecto.

Satoru está feliz de complacer los deseos de Yuuji, así como Yuuji más adelante también tendrá que cumplir deseos y no puede esperar para obtener más de él.

...

Los amantes volvieron a casa faltando solo 10 minutos para la medianoche. Por supuesto, Yuuji le envió un mensaje a su madre diciéndole que llegaría pronto, incluso aunque no le guste mentir tuvo que decir que Gojo-sensei los invitó a cenar para justificar que llegaría tarde, fue una mentira piadosa, después de todo está enamorado de Satoru y sabe que él lo apoya.

Antes de bajarse del auto, Satoru no puede resistirse a abrazar a Yuuji y a darle más besos "Buenas noches Yuuji, sueña conmigo"

Yuuji se ríe "Gracias sensei" vuelve a besarlo en los labios un poco más, como si no quisiera despegarse de él, mientras se despiden no se dan cuenta que otro auto se aproximaba debido a que tiene las luces apagadas.

"Nos vemos", finalmente Yuuji sale del auto y camina hasta la entrada de su casa, al tocar la puerta es su madre quien lo recibe con un fuerte abrazo.

"¿Te divertiste?" pregunta Kaori inocente de todo.

"Hm, Gojo-sensei es muy bueno" dice estas palabras sonrojado pero Kaori no lo nota, después de todo ya es tarde y las luces están apagadas. Yuuji se va directo a su habitación, con tantas emociones en una noche se siente agotado pero satisfecho, se acuesta y rápidamente se queda dormido con una sonrisa en su rostro.

...

El auto que se estaba aproximando antes era el de Sukuna. Se estacionó lejos y solo miró salir a Yuuji de ese auto, también se dio cuenta que era el auto de Satoru, ¿qué mierda hacían juntos a esa hora? Se supone que el acuerdo que tiene con el mocoso es que siempre le dirá a dónde va, ¿acaso obtuvo permiso de su estúpida madre? conociendo lo idólatra que es de Satoru Gojo está seguro que le dio permiso para irse con ese sujeto.

Si Kaori supiera que dejó a Yuuji en manos de un pervertido, ¿lo permitiría porque se trata de Satoru Gojo o lo denunciaría porque es más importante cuidar a su hijo?

¡Su maldita madre por qué no puede hacer nada bien!

Sukuna está enojado, golpeó el volante y luego de que el auto de Satoru desapareció se quedó un rato estacionado tratando de calmarse, acaba de desahogar su ira con un desconocido, recuerda haberlo dejado inconsciente en el parque, no sabe si ha cometido un asesinato, de todas formas desea que ese hombre esté muerto aunque es mejor que siga con vida, nadie le va a creer su historia de haber sido atacado si le hacen análisis de sangre y descubren que estaba intoxicado hasta los huesos con drogas, a lo mucho pensarán que el tipo se metió con pandillas o la mafia. Sukuna no está preocupado por eso, ahora mismo, su mente está alterada preguntándose qué mierda hacía Satoru con el mocoso a estas horas.

Luego de unos minutos, después de que pudo calmar su ira, Sukuna decide acercarse a casa y guardar el auto. Agradece que su madre haya decidido irse a dormir, no está en las mejores condiciones, su ropa está rasgada, no sabe en qué momento pasó pero supone que fue cuando "luchaba" contra el moribundo en el parque, sus manos están sucias de sangre y polvo, y su cara también tiene manchas y gotas secas de sangre. Simplemente es un desastre, al subir al segundo piso decide ir al baño a limpiarse antes de ir a su habitación, además de su aspecto, su cuerpo está lleno del olor a sudor, a alcohol, a sangre, y el olor del sexo cuando se cogió a ese chico sobre Mahito, no puede irse a dormir así, ensuciaría su cama.

Una vez en el baño actúa como si no hubiera hecho nada en toda la noche, se limpia lo mejor que puede y se quita la camisa para lavarla a mano, su mente está perdida y está cansado, incluso su cuerpo se tambalea, fue una noche llena de emociones y ciertamente sustancias que no debería consumir.

Cuando sale del baño, su mirada se dirige en dirección a la habitación del mocoso, por supuesto que está enojado pero ha logrado calmarse, le encantaría sacarle la verdad al mocoso como siempre suele hacerlo, a golpes, aunque sabe que nunca le ha dicho la verdad al 100%, lo que realmente disfruta es el resultado, un Yuuji llorando, temeroso y dócil.

Se acerca a la habitación y abre la puerta con cuidado, está vez el estúpido no le puso seguro a la puerta así que entra observándolo dormido de medio lado, cierra la puerta y se acerca, ¿Debería despertarlo? Aunque está enojado no tiene la energía, la ha agotado y solo quiere dormir pero en lugar de irse a su propia habitación se sienta en la cama y se acuesta al lado del mocoso mirando su espalda que se movía lentamente con su respiración.

El mocoso ya no es un niño de 10 años, además de haber crecido también ha cambiado, una parte de ese cambio ha sido su culpa y Sukuna sabe que no volverá a ser igual que antes, odia no haber podido controlarlo por su ausencia y ahora siente que se le escapa de las manos.

Sukuna cierra sus ojos recordando el tiempo pasado. Cuando su madre le dijo que iba a tener un hijo, él no lo entendía, se supone que era el único hijo de la familia Itadori ¿cómo iba a tener otro hijo? durante los meses vio crecer la panza de su madre e incluso cuando revelaron que sería un niño, en ese momento Kaori le dijo que iba a tener un hermano. Aún así Sukuna todavía no lo entendía, ¿para qué quiere un hermano?

No fue hasta que el bebé nació que pudo entenderlo.

Su padre Jin lo llevó al hospital para ver a su madre, en ese tiempo Sukuna tenía solo 10 años, siempre había sido un niño serio y bien portado, a veces parecía indiferente y apático de las cosas que pasaban a su alrededor a menos que se tratara de él, así era su personalidad la mayor parte del tiempo. No quería ir a conocer a ningún tonto hermano, se supone que él era el único y le molestaba que otro niño llegara a ocupar su espacio, cuando vio a su madre cargando a otro niño que no era él, sintió un poco de celos pero al acercarse se sorprendió.

"Mira Sukuna, este es Yuuji, es tu hermanito"

Sukuna miró al bebé levantando la ceja, el niño le recordó a él mismo en las fotos de cuando era un recién nacido, se parece mucho a él e incluso por un momento pensó que era su reemplazo pero las palabras de su madre se quedaron en su mente mientras veía al pequeño niño dormido tranquilamente en los brazos de Kaori.

"Es tu hermano Yuuji, debes cuidarlo siempre."

Sukuna no despegó su mirada en ese momento de la cara redonda que dormía tranquilamente con ganas de pinchar su mejilla para ver si realmente estaba vivo. Miró a su madre preguntando "¿Mi hermano?".

"Sí, los hermanos mayores deben proteger a los menores siempre, no lo olvides"

Siempre...

No importa cómo, debe protegerlo.

No importa el método, debe protegerlo.

No importa de quién, debe protegerlo.

Incluso de él mismo.

Su madre lo dijo. Este es su hermano, se parece a él, es suyo, tiene control sobre él, es así, ¿verdad?

Sukuna volvió a mirar al bebé que lentamente abría sus pequeños ojos revelando un hermoso color como los de su padre, él no tiene los ojos de su padre sino que se parece más a los de su abuelo.

La cara redonda y cachetona en lugar de llorar, como solía hacerlo porque tenía hambre, sonrió cuando miró a su hermano.

"Oh, mira, está feliz de conocerte" Kaori se siente tan feliz que no puede evitar que sus lágrimas se deslizaran por su mejilla "Mira Yuuji, es Sukunii" Jin le seca las lágrimas en un gesto atento a su querida esposa.

Kaori toma la mano de Sukuna acercandola a la cara de Yuuji "No seas tímido Sukunii, tócalo, salúdalo, es tu hermanito"

Sukuna solo observa al bebé que sonríe tontamente como si quisiera volver a dormirse, su carita es suave y por primera vez en su corta vida realmente siente que quiere cuidar de algo, sin que él mismo se lo espere su corazón se calienta por la inocencia y ternura de un ser tan pequeño.

"Lo voy a proteger de todo mamá" le dice a su madre con su habitual tono serio "Porque es mío".

Kaori se ríe y asiente "Sí, así es" Nadie podría cuestionar las palabras de un niño, ni la implicación detrás, para un niño si algo es suyo, es suyo y puede hacer lo que quiera con eso, desde el primer momento en que lo vio sabía que Yuuji había nacido para ser suyo.

"Te voy a proteger de todo, eres mío" repite un Sukuna de diez años mirando con adoración al bebé en brazos de su madre.

Yuuji se mueve un poco mientras duerme ignorando la presencia de Sukuna que yacía inmovil recordando aquel momento, su mano acaricia su cabello para evitar que se despierte, no esperaba que en realidad iba a hacer que el mocoso inconscientemente reaccionara al toque que le recordaba a otra persona.

Gojo-sensei... Susurra Yuuji débilmente, en sus sueños, esa caricia solo la puede relacionar con su sensei, le está acariciando su cabeza y abrazándolo sintiendo su aliento cálido sobre su cuello como en el onsen.

Yuuji, eres mío.

Escucha el susurro de su sensei y asiente.

Siempre sensei.

...