- . My Hero Academia: Letras prohibidas en la UA: Parte 2 -
Summary: Tras una misión, Deku empieza a actuar de manera extraña y fuera de lugar. La tensión se intensifica debido a las tareas inusuales de Midnight. Uraraka, preocupada por el cambio en el comportamiento de Deku, se esfuerza por entender qué le ocurre y lucha con sus propios sentimientos intentando no perderse a sí misma en el proceso. Todo se complica entre los dos revelando vulnerabilidades y emociones ocultas.
*Historia con temas sugerentes, ligeramente explícitos*
En el presente
Midoriya avanzaba por el largo pasillo con pasos irregulares, su respiración era pesada y errática. Las luces del edificio estaban apagadas, y las sombras parecían alargarse y doblarse a su alrededor, casi como si se tratara de una escena de una película de terror.
—¡Uraraka! —llamó, su tono mezclando furia y súplica—. ¡Te vi entrar aquí! ¡No puedes esconderte de mí! ¡Prometo no lastimarte mucho si sales ahora!
Tropezó, una punzada aguda recorriendo su entrepierna. Se detuvo un instante, apoyando una mano temblorosa sobre su rodilla.
—Me duele la entrepierna, pero tengo que guardarlo para Uraraka... —masculló entre dientes, su mirada oscurecida por una mezcla de confusión, deseo y frustración.
De repente, el sonido de cristales rompiéndose llenó el aire. Las ventanas laterales del pasillo estallaron en pedazos, y figuras familiares aterrizaron con agilidad a través de ellas. Kirishima, Kaminari y Sero se incorporaron rápidamente, sus expresiones denotaban preocupación.
—¡Háganse a un lado! —advirtió Midoriya con una mezcla de desesperación y enojo en sus ojos—. ¡No quiero tener que lastimarlos!
Kaminari se adelantó, esbozando una sonrisa desafiante—. Como si en verdad pudieras con todos, Midoriya.
Sero asintió, manteniendo una postura defensiva mientras miraba a su amigo—. Aunque Bakugo y Todoroki no están aquí, y sabemos que te has convertido en uno de los más fuertes de la clase. ¡Eso no significa que seas invencible!
Kirishima dio un paso al frente—. Vamos, Midoriya, habla con nosotros —su tono era suave, conciliador—. También somos chicos, sabemos lo que se siente... Pero esta no es la manera de conseguir a una chica. Tal vez todos podemos reunirnos más tarde, contar algunas historias picantes y relajarnos un poco. Y después, tal vez unas duchas frías nos ayuden a despejar la cabeza.
Pero Midoriya no escuchaba. Sus ojos brillaban con una intensidad febril mientras apretaba los dientes y avanzaba hacia ellos. La tensión en el aire era palpable, y sus amigos se pusieron en posición de defensa, conscientes de que los látigos negros y la fuerza aérea de Midoriya eran amenazas reales.
—¡Ella puso esas ideas en mi cabeza y ahora debe hacerse responsable! —gritó Midoriya, su voz era un eco distorsionado de la suya propia. De sus brazos surgieron tentáculos de látigos negros que se lanzaron hacia sus amigos, apartándolos con fuerza hacia las ventanas rotas.
Ellos intentaron resistirse, pero la fuerza de Midoriya era abrumadora. Kirishima, aferrándose al marco de la ventana, sintió los vidrios rotos cortando su piel. La sangre resbaló por sus dedos, pero su mirada permanecía fija en su amigo.
—En verdad... dudo mucho que Uraraka haya hecho eso... —murmuró Kirishima con dificultad, sus palabras teñidas por algo de dolor—. No lo habrás imaginado... o simplemente fantaseando con ello?
Midoriya vio la sangre en la mano de Kirishima, y por un momento, algo en su interior pareció romperse. Los látigos negros aflojaron su agarre ligeramente, y una sombra de confusión cruzó su rostro. Sus ojos se llenaron de lágrimas.
—¡No lo imaginé! —gritó y con un último estallido de fuerza, sujetó a los tres por la cintura y los arrojó fuera de las ventanas rotas.
Seis días antes
Midoriya estaba sentado en su cama de la enfermería, envuelto en la quietud del ambiente. La luz suave de la tarde se filtraba por las cortinas, proyectando sombras ligeras en las paredes blancas. Sostenía uno de los gruesos libros que Iida le había dejado el día anterior, sus páginas llenas de leyes que deberían haberle parecido tediosas, pero en cambio, le arrancaban una sonrisa apacible.
De pronto, escuchó el sonido de pasos ligeros acercándose. Al levantar la vista, vio a Tsuyu Asui.
—Oh, hola, Asui —la saludó Midoriya con una sonrisa amable.
—Hola, Midoriya —respondió Tsuyu con su característico tono directo—. Supe lo que te pasó. ¿Estás bien?
Midoriya asintió, todavía sonriendo.
—Sí, estoy bien, gracias por preguntar.
Sus ojos se desviaron detrás de Tsuyu, casi de forma involuntaria.
—¿Dónde está Uraraka?
Tsuyu levantó una laptop que traía consigo, mostrándosela a Midoriya.
—Ochako ha estado actuando algo extraño toda la mañana y no sé por qué, pero al final de clases me pidió que te trajera esto —explicó mientras colocaba la laptop con cuidado en el regazo de Midoriya y lo ayudaba a conectar el cable de energía en la parte de abajo—. Dijo que seguirá ayudándote a ponerte al corriente con los deberes de la escuela, pero que, por ahora, sería mejor que te ayude en línea. ¿Sabes por qué prefiere hacerlo así en lugar de venir aquí? Sería lo más fácil.
Midoriya sacudió la cabeza ligeramente, su sonrisa permanecía firme y convincente.
—Ni idea —respondió—. Pero le agradezco que siga ayudándome a ponerme al corriente con las tareas para no quedarme atrás.
Tsuyu pareció aceptar la respuesta sin más, encogiéndose de hombros.
—Eso es bueno —opinó con un tono despreocupado—. Perdona que me vaya tan pronto, pero me dieron permiso para volver a casa esta noche y quiero llegar antes de que anochezca para ayudar con la cena.
—No te preocupes, Asui. Espero que te la pases bien con tu familia. Ah, y gracias por traer la laptop —se despidió Midoriya, su sonrisa todavía en su rostro mientras ella se dirigía a la puerta.
La puerta se cerró con un suave clic, y en ese instante, la expresión de Midoriya cambió en una fracción de segundo. Su rostro se tornó sombrío. Sin embargo, apenas unos segundos después, la puerta se abrió de nuevo de improviso, y su rostro volvió rápidamente a su expresión afable.
—Por cierto, Midoriya... —Tsuyu asomó su cabeza por la puerta, con una mirada algo curiosa—. Toda la clase te manda saludos y esperan que te recuperes pronto. Dado que no están el profesor Aizawa y Recovery Girl, algunos están aprovechando este leve cese al fuego, por así decirlo, para visitar a sus familias, y por eso no todos han podido venir a verte, pero te mandan los mejores deseos y esperan que no te sientas muy solo.
Midoriya asintió nuevamente, su sonrisa ahora un poco más forzada.
—Gracias por decirlo, Asui. Pero diles que no se preocupen. En verdad estoy bien. Antes he estado en peores condiciones, y esto no es nada.
Tsuyu sonrió levemente.
—Bueno, ahora sí me voy. Nos vemos pronto, Midoriya. Y recuerda que me puedes llamar Tsu.
—Bye... Tsu.
La puerta se cerró de nuevo, pero esta vez la sonrisa en el rostro de Midoriya no se desvaneció.
—Qué amables... —murmuró para sí mismo, su voz apenas un susurro—. Aunque a la única que necesito por ahora con urgencia es a ...
Sus dedos se deslizaron por el teclado, encendiendo la pantalla.
...
Izuku hizo clic en el botón de llamada en el chat de la computadora. Tras unos segundos, la imagen de Uraraka apareció en la pantalla. Ella todavía llevaba su uniforme de la academia, aunque sin la chaqueta, y su cabello estaba recogido de manera informal, con algunos mechones sueltos cayendo sobre su rostro.
Los ojos de Midoriya brillaron al verla.
—H-hola —saludó Uraraka, su voz suave y un poco temblorosa. Una sonrisa se dibujó en su rostro, y un leve rubor tiñó sus mejillas—. ¿Cómo sigues?
—Hola, Uraraka. Muy bien. Gracias por preguntar. Y gracias por seguir ayudándome con las tareas —respondió Deku, esbozando una sonrisa tranquila.
—Me alegra... —comenzó Uraraka, su tono era sincero, pero había una duda evidente en sus siguientes palabras—. Escucha, Deku... Después de lo que pasó ayer entre nosotros... no me sentía muy cómoda regresando hoy. No es que me arrepienta en absoluto de lo que pasó, y estoy contenta por ello, pero... me siento un poco rara estando contigo en este momento, porque siento que en momentos... no eres tu mismo. Espero que lo comprendas.
Izuku bajó un poco la cabeza, procesando sus palabras y terminó sonriendo.
—Te comprendo y lo respeto —dijo con una voz calmada—. Reconozco que volví a comportarme de manera inapropiada ayer por la noche. He probado ser poco confiable, así que entiendo perfectamente que quieras guardar distancia de mí.
—¡Pero solo por ahora! —aclaró rápidamente Uraraka—. Solo hasta que estemos seguros de que estás mejor— Uraraka comenzó a hablar muy rápido con evidente nerviosismo —Por cierto hoy tu doctor me dijo que mandaron a hacer pruebas de laboratorio de los hongos de Komori y esperamos que pronto puedan ayudarte con lo que sea que te este ocurriendo.
—Es un alivio —respondió Deku, forzando una pequeña sonrisa—. Por ahora, no le he contado nada a mi madre para no preocuparla. No me gustaría que volviera a reconsiderar dejarme estar en la academia por algo como esto.
—¿Reconsiderar? —preguntó Uraraka con confusión.
—Bueno... —empezó Deku lentamente—. Después del retiro de All Might, y que los profesores fueron a hablar con los padres de familia para mudarnos a los dormitorios. Mi mamá... por un momento no quería dejarme regresar aquí. Por suerte, All Might intercedió por mí y pudo convencerla al final.
—No sabía eso —dijo Uraraka, un toque de sorpresa en su voz— Pero me alegra que te haya dejado quedar.
—Sí... ella... se preocupa mucho por mi —respondió, tratando de quitarle peso al asunto, al tiempo que algo captó su atención detrás de Uraraka—: —¿Ah? ¿Esa es tu habitación de la academia o regresaste a casa, Uraraka? —preguntó Izuku, sus ojos verdes explorando la pantalla con curiosidad—. Porque si lo es, parece que ha cambiado un poco desde ese concurso que hicieron cuando nos mudamos aquí.
Uraraka se rascó la nuca, un poco nerviosa. Su sonrisa era una mezcla de timidez y orgullo, como si quisiera justificar los cambios pero también estaba emocionada de mostrarlos.
—Sí, bueno... Las chicas seguían diciendo que mi habitación era muy simple, así que, un día libre, insistieron en ayudarme a remodelar usando algunas cosas que les habían sobrado de sus cuartos. Aun así, creo que quedó bastante bien. Déjame mostrarte.
Uraraka se levantó de su asiento y se alejó un poco de la cámara, dejando que la laptop mostrara una vista más amplia de su habitación. Izuku sintió su corazón acelerarse al ver cómo Uraraka caminaba por su habitación, como si él estuviera allí con ella, como si estuvieran compartiendo un momento mas intimo.
Ella comenzó a explicarle cómo habían conseguido el color rosa de las paredes y otros detalles decorativos que recordaban un poco los estilos de Ashido, Hagakure, y Mina. Pero mientras Uraraka hablaba con entusiasmo, describiendo los pequeños rincones llenos de color, la mente de Izuku estaba ocupada en otra cosa. Sus ojos seguían cada movimiento de Uraraka, notando cómo su falda se movía con sus caderas al mostrarle diferentes partes de la habitación, cómo sus medias resaltaban sus piernas, y cómo su blusa blanca delineaba sus curvas, especialmente el suave contorno de sus pechos. Izuku comenzó a sentir una creciente erección, una sensación que también se sentía increíblemente bien. Trató de reajustar la laptop en su regazo para disimularlo, deseando que su expresión no revelara lo que estaba pasando.
Tengo que apegarme a los pasos del plan. Sólo así lo conseguiré, pensó Izuku.
Por su parte, Uraraka hablaba rápidamente, sus palabras fluyendo sin parar mientras trataba de calmar sus propios nervios. Internamente, se repetía: Esto está bien. No debo permitir que mi relación con Deku se vuelva incómoda. No quiero que piense que le mentí ayer cuando le confesé que me gustaba. Definitivamente, no soportaría verlo llorar otra vez.
Izuku fingía escuchar cada palabra que Uraraka decía, asintiendo de vez en cuando con cada detalle que ella describía, aunque estaba muy concentrado en lo que realmente le interesaba. Pero de repente, sintió una presencia a su lado. Una voz familiar le habló al oído, y se espantó al escuchar que era su propia voz, llena de reproche:
Ella obviamente se está esforzado en no hacer las cosas incomodas para ambos y tu la miras de esa forma. ¡Haz caído muy bajo Izuku Midoriya! ¡Debería darte vergüenza. Eso no es nada digno del sucesor de All Might!
Era una especie de fantasma de Deku el héroe, con todo y traje.. y hasta con una capa como la de Gran Torino...que debía reconocer le quedaba bastante bien... y lo hacia ver más imponente...eso lo hacía pensar...que después debía conseguirse una como esa...
El Deku héroe pareció notar que su vista se concentraba en su capa y lo volvió a reprender "¡Concéntrate!"
Del otro lado, apareció un Deku en uniforme de la academia, con una mirada soñadora y cuando hablo resonó por su voz aguda.
¡Increible! ¡Desde el primer día, note que a Uraraka le quedaba muy bien su uniforme de la UA, pero sólo hasta ahora me doy cuenta de lo hermosa que es en realidad! —exclamó el "Deku fan", sus ojos brillando con admiración.
El Deku real asintió y vio pasar al "Deku fan" del lado del "Deku heroe" que se mantenía con los brazos cruzados.
¡Y ambos deben de acuerdo en que no hay nada mejor que el traje nuevo de Uravity! ¡Se ve realmente espectacular! ¡Especialmente cuando recoge su cabello como ahora!, ¡Es muy hermosa! ¿verdad?—añadió el Deku fan, provocando que tanto el Deku real como el Deku héroe asintieran.
—¿Deku? —llamó Uraraka desde la pantalla, notando la distracción de Izuku—. ¿Hay alguien más ahí contigo?
Izuku rápidamente se dio cuenta de lo que debía de haber estado haciendo, asintiendo al aire sin razón aparente.
—Ah, sí... Perdón, Uraraka. Le decía al doctor que sí... que ya me tomé el medicamento —mintió, tratando de mantener una sonrisa aunque con un leve rubor en sus mejillas.
Uraraka soltó una pequeña risa, su expresión relajándose.
—Por un momento pensé que estabas viendo cosas —dijo con gracia, volviendo a su escritorio y tomando asiento—. Pero bueno, creo que ya ha sido suficiente de mostrarte mi habitación. Debo de haberte aburrido mucho.
—¡No! ¡Para nada, Uraraka! —negó rápidamente Deku—. Y me alegra que hayas podido remodelar tu habitación. ¡Quedó realmente genial!
—Gracias. ¿Y sabes? También he estado pensando en poner algunos pósters, como en tu habitación. Tal vez uno de Trece, Ryuko y Mirko. Oh, y quizás uno de Hawks...
De pronto, Izuku sintió un pequeño pinchazo de molestia, pero intentó no dejar de sonreír.
—No sabía que te gustaba Hawks, Uraraka —comentó, su tono intentando sonar divertido y casual, aunque no pudo evitar que un rastro de celos se filtrara.
Uraraka se sonrojó de inmediato, levantando las manos frente a ella como si intentara ocultarse.
—¡No es que me guste! ¡En serio! ¡Es solo que admiro lo mucho que ha logrado siendo tan joven, y la actitud tranquila con la que siempre maneja las cosas!
Otro pinchazo de molestia recorrió a Izuku, pero se obligó a seguir sonriendo.
—Así que lo admiras —dijo, tratando de sonar comprensivo, aunque algo en su tono revelaba que no le gustaba del todo la idea.
—¡Sí, pero no como una fan o algo por el estilo! —se apresuró a decir Uraraka, notando el cambio en la actitud de Deku— ¡Solo de una manera normal!
Deku intentó reírse un poco, tratando de disipar cualquier tensión que pudiera estar sintiendo Uraraka en el aire.
—No te preocupes, Uraraka. Yo también pienso que Hawks es realmente un héroe genial —dijo, esforzándose por mantener su sonrisa—. Por otra parte, tal vez deberíamos empezar con la tarea. No quisiera quitarte mucho tiempo. Tal vez tengas otras cosas que hacer... como buscar esos poster para tu habitación.
Uraraka notó el cambio en la actitud de Deku pero pensó que tal vez de nuevo las esporas de los hongos de Komori, estaban haciéndolo actuar de manera extraña y no quiso hacerlo sentir mal. Por ello Urarka decidió enfocándose en comenzar a explicar las tareas de la escuela, aunque un poco desanimada.
Uraraka intentaba concentrarse en lo posible en la tarea de álgebra, pero no podía evitar mirar a Deku de tanto en tanto. Sus ojos se desviaban hacia él, como si tuviesen voluntad propia, captando cada movimiento de su mano mientras escribía en su cuaderno, cada leve fruncimiento de su ceño cuando se encontraba con un problema especialmente difícil. Suspiró profundamente, tratando de volver a enfocarse en su propio trabajo. Pero algo en el ambiente era diferente ahora.
Era consciente de que el cambio de actitud de Deku tenía que ver con su comentario anterior sobre querer un póster de Hawks en su habitación. Una parte de ella quería simplemente decirle que si ya existieran pósteres del héroe Deku, seguramente su cuarto ya estaría tapizado con ellos. Pero otra parte se aferraba a la idea de que no tenía nada de malo lo que había dicho y que ella tenía todo el derecho de decorar su cuarto como quisiera.
Pero entonces, un pensamiento incómodo se coló en su mente. ¿Cómo se sentiría ella si descubriera que Deku tenía un póster de alguna heroína en su habitación? Se dijo a sí misma que no sería la gran cosa... o al menos, eso intentaba creer.
Mordiendo su pluma, su mente comenzó a divagar, imaginando los posibles pósters de heroínas que podrían captar la atención de un joven de la edad de Deku. Primero, visualizó uno en el que Mount Lady hacía su clásica pose, destacando su imponente trasero. Luego, su imaginación la llevó a pensar en un póster de Midnight, arrodillada y pasando su látigo detrás de la cabeza con una mirada seductora y denotando sus grandes pechos. Finalmente, la imagen de Mirko abriendo las piernas y echando la cabeza hacia atrás apareció en su mente.
Un sonrojo creciente apareció en las mejillas de Uraraka, y sacudió la cabeza, intentando disipar esas imágenes cuestionables de su mente. Su reacción llamó la atención de Deku, que levantó la vista de su laptop con una expresión que intentaba mostrar aburrimiento.
—No pensé que estuvieras tan emocionada pensando en tu póster de Hawks, Uraraka. Si quieres, podemos terminar aquí por hoy. Además, empiezo a sentirme algo cansado —dijo Deku, enfatizando que iba a cerrar la laptop.
—¡No! ¡Espera, Deku! ¡Te juro que no estaba pensando en Hawks!, ¡No es eso! —se apresuró a decir Uraraka, levantando la voz sin darse cuenta.
—Pero estás toda roja, Uraraka.
—Lo que pasa es que... es que... —de los nervios, Uraraka se levantó de golpe, comenzando a caminar de un lado a otro. Su principal preocupación era que Deku pensara que se había puesto roja porque le gustaba Hawks. Tomando una decisión impulsiva, decidió ser completamente sincera, pero en su confusión, su voz subió un poco más de lo necesario—. ¡Lo que pasa es que me puse a pensar en cómo me sentiría si descubriera que tú tienes un póster de alguna heroína! ¡Pero mi mente comenzó a divagar, e imagine cosas raras!
—¿Cosas... raras? —le cuestionó Deku, al parecer sin creerle del todo.
— ¡Si! ¡Primero me imaginé a Mount Lady haciendo esta pose...!
Izuku abrió los ojos de par en par cuando vio a Uraraka inclinarse, imitando la postura de Mount Lady, destacando su trasero.
—Luego me imaginé a Midnight así...
Uraraka se arrodilló en la silla, usando su chaqueta del uniforme como si fuera un látigo, pasándolo detrás de su cabeza y posando de manera seductora, mostrando su pecho. Izuku se puso aún más rojo, incapaz de apartar la mirada.
—Y finalmente, me imaginé a Mirko así...
Uraraka abrió las piernas y echó la cabeza hacia atrás, imitando la pose que había visualizado.
Deku, completamente rojo, con los ojos muy abiertos y cubriéndose la boca, apenas podía procesar lo que estaba viendo. Sus otras dos versiones imaginarias no se quedaban atrás.
—¿Me crees, verdad? —preguntó Uraraka, ligeramente sonrojada, mientras bajaba de la silla y volvía a sentarse.
—S-sí. Te creo —apenas pudo articular Deku, sintiendo que su corazón latía a mil por hora.
—¡Qué alivio! —exclamó Uraraka, pero luego, con un sonrojo mayor, pareció meditar si debía decir algo más—. Por favor, no pienses que me gusta Hawks porque... tú eres el único que me ha gustado desde siempre.
—Uraraka...
—Deku...
De repente, Uraraka comenzó a acercarse más a la pantalla. Sin esperarlo, se lanzó hacia adelante, cruzando la distancia que los separaba. Deku sintió un calor repentino envolverlo cuando los brazos de Uraraka rodearon su cuello, y sus labios se encontraron en un beso cargado de necesidad y deseo. Le despeinó el cabello por completo y con sus piernas a ambos lados de su cadera, la sintió acariciar su excitación.
—Deku... —susurró Uraraka, frotándose suavemente contra él. Deku cerró los ojos, tratando de resistir el torrente de sensaciones, pero podía escuchar claramente a Uraraka llamándolo, su voz cada vez más insistente.
—Deku... Deku... ¡Deku!
Ese último grito lo hizo abrir los ojos de golpe.
—¡Deku, te está sangrando la nariz!
Izuku parpadeó, desconcertado, y pasó su mano por debajo de la nariz, sintiendo la sangre caliente en sus dedos.
—Tal vez tengas fiebre... —sugirió Uraraka, con preocupación en su voz—. Recuéstate y yo le avisaré al doctor.
Izuku asintió y se recostó de nuevo, tratando de calmar su mente. Estaba seguro de que esa última parte, donde Uraraka había salido de la computadora, había sido solo una fantasía, era obvio, pero... ¿y lo que había pasado antes? Eso sí había sido real... ¿no?
El doctor cerró la puerta de la habitación de Midoriya con un clic suave, volviéndose hacia Uraraka, quien lo observaba con algo de preocupación en sus ojos.
—Ya revisé a Midoriya, y en definitiva no tiene rastros de fiebre. Su temperatura es normal —anunció el doctor con una voz calmada, buscando tranquilizarla.
Uraraka suspiró sujetándose el pecho —Que alivio.
—Lo que si note es que ... —comenzó a decir el doctor pero después pareció dudar en continuar —Bueno no importa. Son cosas que pasan.
—¿Cosas...que pasan?—preguntó Uraraka sin comprender.
—No te preocupes. Midoriya esta bien. Sólo te recomiendo dejarlo descansar por ahora. Mañana será un mejor día para visitarlo.
—Esta bien, doctor —aceptó y vio al doctor empezar a caminar apresurado por el pasillo.
—Disculpa que te deje tan pronto, Uraraka, pero justo hace un momento recibí un mensaje de ayuda de la clase 1 B. No se como lo hace Recovery Girl con tantos estudiantes...
Uraraka sonrió ligeramente, asintiendo con comprensión. —No se preocupe, doctor. Entiendo.
Uraraka continuo contemplando la dirección en la que el doctor se había ido, pero sus pensamientos fueron interrumpidos de pronto por una voz suave que atravesaba la puerta cerrada a su lado.
—Uraraka... —llamó la voz de Deku, apenas audible.
—¡Ah! ¡Deku! —respondió ella rápidamente, acercándose a la puerta y apoyando su oído contra ella—. ¿Cómo sigues? ¿Estás bien?
Deku habló, pero su voz sonaba adormilada, como si estuviera a medio camino entre el sueño y la vigilia.
—Sí... estoy bien, pero creo que hace rato... por un momento estaba... soñando despierto.
Uraraka trató de sonar comprensiva, aunque no pudo evitar sonreír un poco. —Es normal, especialmente cuando se trata de una tarea aburrida como la de álgebra.
—Supongo... —aceptó Deku, pero había una nota de tristeza en su voz, algo que lo hacía sonar más vulnerable de lo habitual—. Solo espero no haber hecho algo inapropiado mientras soñaba despierto y que eso te haga alejarte aún más. Yo... no quería aceptarlo, pero... me sentía un poco solo.
El corazón de Uraraka se apretó con compasión. Apoyó ambas manos sobre la puerta, como si pudiera transmitirle fuerza a través de ella. —No tienes que sentirte solo, Deku. Porque yo... siempre estaré contigo.
Un silencio breve se extendió entre ellos, como si el tiempo se hubiese detenido. Finalmente, Deku volvió a hablar, su voz apenas un susurro. —Gracias por decirlo... Uraraka... es bueno... escucharlo...
No pudo resistir más. Uraraka abrió la puerta con determinación y entró en la habitación. Allí, tal como había imaginado, Deku estaba llorando, sus ojos verdes llenos de lágrimas que corrían por sus mejillas.
—¿Qué pasa? ¿Algo te duele? ¿Quieres que llame de nuevo al doctor? —se preocupó, acercándose a él rápidamente.
Deku trató de secarse las lágrimas con el antebrazo de su mano sana. —No. No, no es necesario —dijo con la voz temblorosa—. Pero no te acerques. No quiero que pienses que te estoy manipulando con mis lágrimas para sacar ventaja... como la última vez que hice que me besaras.
Uraraka rio suavemente mientras se aproximaba más a él, negando con la cabeza. —Vamos, tú no me manipulaste. Te besé porque quise hacerlo, Deku. Porque me gustas —dijo, colocando su mano sobre la de él y sentándose en una esquina de su cama.
Deku apartó la mirada, todavía con lágrimas. —Seguramente Hawks no tiene que recurrir a trucos baratos para conseguir que alguien se le acerque —murmuró, cerrando los ojos con frustración.
Uraraka rió de nuevo, suavemente. —Vamos, no vas a insistir con eso, ¿o sí?
Deku permaneció en silencio un momento, antes de confesar en un susurro: —A veces siento... que la única que verdaderamente se preocupa por mí es mi madre.
Uraraka se inclinó un poco para abrazarlo, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo.
—Eso no es cierto— Uraraka le acarició la cabeza.
—Creo que, después de todo... sigo siendo igual de impopular como lo era en la secundaria —continuó Deku, su voz quebrándose mientras correspondía al abrazo con su mano sana, posándola en la espalda de Uraraka—. Tal vez nunca llegue a ser el héroe número uno por eso... pero tal vez no me importe tanto... si estás conmigo.
—Para mí siempre serás el héroe número uno, Deku —respondió Uraraka con una sonrisa suave—. Mucho mejor que Hawks.
De pronto, Uraraka sintió un extraño tirón en su espalda, seguido de la sensación de que su sostén se desabrochaba. Miró a Deku con sorpresa, notando que un pequeño látigo negro se retraía hacia su mano.
—¡Deku...! —exclamó, dando un paso atrás mientras se sujetaba el pecho.
Deku dejó escapar un suspiro caliente, su expresión llena de culpa. —Lo hice otra vez...
Un nuevo látigo negro surgió de la mano de Deku, empujando a Uraraka suavemente hacia la puerta. —Por favor, Uraraka, aléjate de mí. Soy patético y despreciable.
—Pero, Deku... esto es por...
—No. No intentes justificarme. No es solo por las esporas del hongo de Komori. Tal vez... una parte de mí de verdad lo desea...
Uraraka se sonrojó profundamente, su corazón latiendo con fuerza. —Deku...
Mientras una pequeña extensión del látigo negro abría la puerta, otras dos casi imperceptibles hicieron rebotar sus pechos desde abajo, y una más le levantó un poco la falda de Uraraka.
—Merezco quedarme solo —dijo Deku, empujándola suavemente hacia afuera y luego cerrando la puerta tras ella.
—¡Deku! ¡Deku! —gritó Uraraka desde afuera, intentando abrir la puerta, pero el látigo negro seguía sosteniendo la perilla.
—Es mejor... que te vayas... Uraraka.
Uraraka dejó de intentar forzar la puerta. —Está bien, Deku. Te dejaré descansar por ahora, pero recuerda que en verdad no estás solo. Me tienes a mí. Y a todos los de la clase A que también se preocupan mucho por ti.
No hubo respuesta de parte de Deku. Uraraka volvió a ajustar los broches de su sostén, sus pasos resonando por el pasillo mientras se alejaba.
Dentro de la habitación, el látigo negro regresó a la mano de Deku, quien observó su palma con seriedad durante un momento antes de cerrar el puño con fuerza.
—Las cosas no salieron tal como las había planeado esta vez... —murmuró, esbozando una pequeña sonrisa—. Pero el segundo paso se completó satisfactoriamente.
Más tarde, mientras Izuku tachaba el recuadro del día que decía: "Desabrochar el bra de Uraraka", escuchaba la canción que Midnight les había dejado para traducir ese día. Aun no entendía del todo bien lo que decía sin ver la letra, pero la tonada lo hacia imaginarse a él y Uraraka, en su habitación. ¿Seria un buen lugar para hacérselo cuando todo resultara de acuerdo al plan? Todavía tenia que pensar en algunos detalles.
No trataría de alejarme yo mismo
I wouldn't try to throw myself away
Si me preguntas, te diría:
If you asked me, I'd say
Ten cuidado, mi amor
To be careful, my love
En la muerte nos dejaremos igual
At death, we'll leave the same
Si quieres que me quede
If you want me to stay
No me hagas esperar
Don't keep me waiting for it
No podemos cambiar las cosas
We can't change the things
Que no podemos controlar
We can't control
Es verano en alguna parte
It's summer somewhere
Así que no deberías ser tan fría
So you shouldn't be so cold
Pero ni siquiera puedes mirarme
But you can't even look me
A los ojos si lo intentas
In the eye if you tried
Bueno, lo podemos intentar, lo podemos intentar
We can try, we can try
Nos veo bailando solos
I see us dancing by ourselves
Lo hacemos mejor sin
We do it better with
Nadie al alrededor, sí
No one around, yeah
Solo tú en mi imaginación, sí
Just you in my imagination, yeah
En mi imaginación, oh
ohIn my imagination, oh
...
Sí, no hay nada por que llorar
Yeah, there's nothing left to cry about
Supongo que estoy viviendo en una sequía
I guess I'm living in a drought out
Pero está lloviendo como antes
It's raining like it was before
Algo que nunca
Something that you never
Supiste que tu necesitabas
Knew you needed more of
No podemos cambiar las cosas
We can't change the things
Que no podemos controlar
We can't control
Es verano en alguna parte
It's summer somewhere
Así que no deberías ser tan fría
So you shouldn't be so cold
Pero ni siquiera puedes mirarme
But you can't even look me
A los ojos si lo intentas
In the eye if you tried
Bueno, lo podemos intentar, lo podemos intentar
We can try, we can try
Nos veo bailando solos
I see us dancing by ourselves
Lo hacemos mejor sin
We do it better with
nadie alrededor, sí
No one around, yeah
Solo tú en mi imaginación, sí
Just you in my imagination, yeah
En mi imaginación, oh
In my imagination, oh
...
Solo usa tu imaginación
Just use imagination
Solo usa tu imaginación
Just use imagination
...
Nos veo bailando solos
I see us dancing by ourselves
Lo hacemos mejor sin
We do it better with
Nadie al alrededor, sí
No one around, yeah
Solo tú en mi imaginación, sí
Just you in my imagination, yeah
En mi imaginación, oh
In my imagination, oh
Puedo hacer tantas cosas
I can do so many things
Tantas cosas, tantas cosas
So many things, so many things
Lo sabes
You know
Solo usa tu imaginación
Just use your imagination
OhOh
Solo usa tu imaginación, oh
Just use your imagination, oh
Notas de la autora.-
Muchas gracias por leer hasta aquí. Espero continuar pronto esta historia! Sus comentarios siempre son bienvenidos! Muchas gracias por leer, seguir y darle like. Siempre me hace sonreír.
