Distrito Yoshiwara
Casa-hospital de Haru Ichinose
Una figura oscura estaba corriendo en plena calle hasta dar con la casa-hospital de la joven médico del Inazuma Bugeicho. Dicha sombra golpeó muchas veces la puerta mientras llamaba sin parar al médico.
-¡Haru! ¡Haru! ¡Abre la puerta! ¡Haru!
-¡Ya voy, ya voy!- Dijo la joven desde adentro de la casa.
La sombra siguió golpeando incesantemente la puerta mientras que la pelirroja abrió la puerta solo para recibir varios golpes a la cara que lo dejaron muy atontada. La médico se sacudió la cabeza hasta clavar una mirada hacia la persona que la golpeó.
-¡Ah, Candy-dana!
-Jejeje, lo siento, Haru- Candy rió tontamente- ¿Te dolió?
-¡Claro que me dolió!- De repente la chica hizo una mirada enfadosa hacia la raijin, luego cerró la puerta de su hogar y ahora la conversación se daba adentro, como debe ser- ¡Dana! Esta semana estuve muy enterada de lo que hizo con esos sujetos del gobierno.
-¿Cómo lo supiste?
-No soy una tonta. Sé muy bien que desde que Mizusawa-san está con ustedes les ha estado dando información.
-Vamos, eran sujetos que estaban investigando y esos casos los tomó la reinita.
-Pero no quita el hecho de ser despiadados y más cuando hoy es Halloween- La joven decidió calmarse- Por cierto, ¿Dónde estaba? Nino-sama me dijo que usted no estaba cuando mataron a esos dos del shogunato.
La rubia frunció el ceño.
-Como jodes, Haru. Estaba por ahí, pasando bien genial el Halloween cuando esa idiota de Yoshimune y la bastarda de Aihara comenzaron a joder a una ancianita que vendía dulces y bueno... Sabes que soy famosa y muchos quieren verme muerta.
-No me diga, ¿Otra pandilla yakuza?
-De hecho, eran dos sujetos que se transformaron en dos monstruos feos y luego... Lo hubieras visto, estaba un kaiju feo pero bien feo que me puso problemas ese hijo de puta pero al final le partí la madre demostrando que soy una cosa muy bárbara.
-Entonces es cierto lo que me dijo el Doctor Taylor. Usted les quitó a esos dos chicos sus Dino no se qué cosa.
-Tenía que hacer algo si quería derrotar a esa cosa.
-Al menos usted está viva y coleando.
-Y con ganas de follar.
-Usted nunca piensa en algo que no sea tirarse a cualquiera en la zona de tolerancia- La médico decidió calmar un poco su mirada la cual parecía estar algo tenue- Y hablando de peleas... Dana...
-¿Que pasa Haru?
-Quiero que suba al segundo piso conmigo.
-¿Y por que el ofrecimiento?- Una sonrisa pícara en la raijin- Oh, ¿No me digas que quieres jugar conmigo?
-¡No es eso! ¡Sabe muy bien que salgo con Tokaku-san!- Le reclamó la médico- Se trata de uno de sus hombres.
-¿Qué?- La sonrisa se le borró- ¿A quien?
-Mizusawa-san...
-¿Qué? ¿Matsuri?
-Venga conmigo- Haru y Candy subieron al segundo piso donde estaba internada la pequeña ninja.
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Barrio Gegegenoge
Eran entre las once y doce de la noche en ese colorido barrio del distrito Kitaro. Todos los habitantes estaban durmiendo plácidamente debido a que como tradición (A menos que ese día no era un viernes o un sábado que ere el fin de semana), todos los habitantes se iban a sus casas a dormir ya que al día siguiente retornarían a sus vidas ordinarias.
Pero ignoraban que de pronto, en plena calle o quizás por todo el barrio se escuchaba lo que parecía ser la melodía alegre proveniente de una caja musical. No había casa o negocio donde se estaba escuchando esa dichosa melodía hasta que de pronto sonidos de puertas abriéndose y cerrándose ambientaban por minutos hasta que retornó el silencio aunque extrañamente seguía sonando esa caja musical.
(...)
Rex estaba saltando entre todos los edificios y techos de todos los predios del barrio Gegegenoge lo mismo que Sukehachi y Osono como otros oniwabanshu de confianza de Yoshimune que estaban desplegados por todo el distrito Kitaro, intentando dar con el paradero de su reina y señora.
Luego de la labor de búsqueda, Rex decidió darse un descanso junto con su carnotauro Ace el cual también era un oniwabanshu. Los dos ninjas estaban descansando en una especie de parque con vista panorámica a una especie de espacio verde, estaban en el parque local, exactamente en donde estaba una especie de torii o arco monumento de color rojo.
El par de shinobis estaban tratando de ganar la respiración por un leve rato porque debían volver a la búsqueda de la Shogun pero de repente, el dino de color azul comenzó a adelantarse, hasta comenzar a oler y dar un pequeño gruñido.
-¿Qué pasa Ace? ¿Acaso encontraste a Yoshimune?
-...
-¿O es que es otro kaiju?
El dino negó con la cabeza y continuó oliendo hasta que alzó la mirada. El chico rubio rápidamente se puso de pie para acercarse a su carnotauro y luego hizo contacto visual con su mascota.
-Ese sonido... ¿Acaso son pasos?
Los dos shinobis se pusieron en guardia mientras que los dos ninjas de Yoshimune, estando éstos en su forma gatuna se les acercaron.
-Rex, ¿Pasa algo?- Preguntó Sukehachi.
-Si. Escucho pasos.
Las orejas de los dos mininos como sus bigotes estaban moviéndose como si sintieran la presencia de algo aproximándose a lo que se transformaron en humanos listos para la situación. En eso se escucharon pasos de gente caminando hasta que finalmente, con el paso de los minutos, finalmente se hacían escuchar hasta la escalinata del monumento.
Los tres shinobis y el dino estaban absortos al ver que una turba de niños vestidos con sus uniformes escolares estaban caminando mientras tenían una mirada concentrada como si ellos estaban siguiendo un camino determinado.
Rex y compañía se miraban entre sí.
-Sukehachi, ¿Que está pasando?
-No lo sé, Osono. No creo que de repente hayan clases a eso de la medianoche.
-Creo que debemos para ver que está pasando, ¿No lo cree, Okashira?- Formuló el novato rubio.
-Buena idea, Rex.
Los cuatro ninjas decidieron transformarse en niños y lograr infiltrarse entre ellos para saber que estaba sucediendo con los niños y el porque de su extraño comportamiento.
Por ahora, la búsqueda de Yoshimune debía esperar.
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De nuevo, con la casa hospital de Haru Ichinose...
Una moto estaba yendo a gran velocidad hasta dar con la entrada de la vivienda como hospital del Inazuma Bugeicho. La moto que estaba estacionada era una moto ninja de color rojo y la persona que lo estaba manejando era una mujer que usaba un casco de color rojo, una chaqueta negra de cuero con la insignia de la pandilla Alpha, un pantalón blue jean ajustado y unas botas vaqueras rojas.
Se quitó el casco revelando a una mujer de entre 25 a 30 años, de cabello verde con dos mechones rizados en la parte delantera que enmarcaban su rostro y una cola de caballo larga tipo ahoge que se rizaba en el extremo, ojos color avellana y lápiz labial.
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Úrsula
Mandamás de la Pandilla Alpha
Alias la ancianita
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Úrsula, una de las amistades de Nico en Edo, vino en su moto hasta dar con el hospital casero en donde estaba internada su amiga desde hace algunos años. La mujer estacionó su moto y se fue hacia la entrada del lugar mientras miraba toda la vivienda.
-Haru Ichinose... Así que este es el lugar- La mujer echó una mirada al segundo piso de la casa- Vaya, para ser un hospital parece una posada barata- La mujer fue hacia la entrada con tal de golpear la puerta pero en eso le invadieron.
-OK... Es la primera vez que trataré con uno de esos guerrilleros pero... ¿Cómo lo haré?- Se puso una mano en el mentón- Cierto, ¿Que le diré a alguno de esos sujetos? ¿Que solo vine a ver a mi amiga?... Nah, mejor les digo que es una conocida.
La peliverde comenzó a golpear la puerta.
-¿Quién es? No hay diagnostico hasta mañana- Dijo Haru desde dentro de la casa.
-Um... Hola, soy Úrsula, de la Pandilla Alpha.
-Ah, ¿La ancianita?
Una vena comenzó a dibujarse en la cabeza de Úrsula, no era la primera vez que siempre se le trataba de aquello pero en sí era muy molesto, como si fuera un chiste de mal gusto que perdió la gracia. Podía soportar a Zoe o a su amiga Nico pero personas ajenas eran un caso contrario.
-¡¿Cómo que ancianita?!- Explotó y era la primera de la siguiente tanda- ¡Para que veas, soy una mujer super bella, hermosa y con figura excepcional! ¿Cómo te atreves a decirme ancianita?! ¡Ya tengo suficiente con que la niñata esa me llame así! ¡No ocupo que otra persona me diga eso!
-Perdón, perdón, jejeje.
-Como sea...- Se tranquilizó- Escuché que ella se peleó contra unos yakuzas y terminó internada aquí, así que pensé en pasar a visitarla.
De repente, la puerta se abrió dejando ver a la médico pelirroja.
-¿Eres la amiga de Nikogoro-san?
-Sí, de hecho, soy su mejor amiga.
-Ella está en el segundo piso. Puedes pasar... Ursula-san.
-Gracias
Cuando la pelirroja iba a cerrar la puerta de su vivienda, de repente, apareció un niño de cabello azul oscuro y ojos del mismo color. El pequeño tenía entre uno años y con él estaba nada más ni menos que una vieja amistad de Úrsula.
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Inori Mizusawa
Hermano menor de Matsuri
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-Hola ancianita- Saludó Zoe. La fémina del Equipo D era una de tantas amistades que tenía Nico.
Otra vena, nuevamente se dibujó en la pobre peliverde.
-¡Hablando del rey de Roma! ¡Esta niña maleducada me llama ancianita!- La segunda vez que explota- ¡Anciana tu mamá que te parió! Yo entrené a Miss Colombia para cuando perdió la final por culpa del calvo de Brazzers.
- Oye, relaja la raja, no te alteres ancianita.
-¡Deja de llamarme así!- Se calmó- Como sea, ¿Quién es este niño?
-Es Inori, el hijo menor de la señora Mizusawa. Aproveché para huír de casa solo para ver como está Niicchan pero me encontré con este niño que me preguntó por su hermana mayor.
-Entonces es cierto. Esa diablita rosa es parte de esa guerrilla.
-Inori-kun, ¿Cómo supiste que tu hermana estaba aquí?- Haru se inclinó un poco para dirigirse al niño peliazul el cual parecía tener una mirada preocupada- Debiste de haber pasado un largo camino para llegar hasta aquí.
-Es que Candy-dono me ha estado entrenando y me enseñó a como detectar y sentir el ki- Respondió el infante- Y Tokaku-sensei que me está enseñando algunas ya que quiero ser un ninja como Oneechan.
-Ya veo. Si gustes, tu hermana está en el segundo piso.
-¿Mi Oneechan está bien?
-Solamente está durmiendo. Con ella están Candy-dana, Tokaku-san y Kurome.
-Gracias, Haru-san
-De nada- Se rió la médico- Ah, por cierto, Zoe, Úrsula, ¿Les gustaría una tacita de café?
-Claro.
-Por supuesto.
-¿Y tú, Inori-kun?
-Bueno...
Las tres mujeres y el niño entraron al interior del hospital con tal de disfrutar de un té caliente para combatir el frío de las altas horas de la noche.
(...)
Úrsula, Zoe y el pequeño Inori estaban en el segundo piso, dando con los cuartos donde estaban internadas Nico y Matsuri. Haru advirtió a las dos féminas que su vieja amiga estaba durmiendo hasta mañana, cosa que entendieron, sobretodo la peliverde.
Las dos chicas y el peliazul fueron hacia el cuarto donde estaba Matsuri, ninja del Inazuma Bugeicho, aunque antes el niño peliazul se sentía extraño mientras miraba tanto a Úrsula como a Zoe las cuales usaban sus pintorescas prendas que hacían volar la imaginación y como era un niño que apenas estaba cursando primaria era muy extraño para él.
Inori no dejaba de mirar a las dos mujeres pero la que se llevaba los reflectores era Úrsula.
-Señora...
-¿Eh? ¿Qué pasa Inori?
-¿Es cierto que es una ancianita?
Otra vena se dibujó en la frente de Úrsula
-A ver niñito, te lo diré en simples palabras para que lo entiendas... ¡a mi nadie me llama ancianita! ¡Apuesto que estoy igual de hermosa que la más linda del reino!
El niño bajó la mirada por unos segundos y nuevamente se dirigió hacia la peliverde.
-Puede que usted sea una anciana pero a pesar de ello usted está muy sexy.
-¡¿Qué dijiste?!- La mujer se sonrojó al instante.
-Sí, es muy sexy- El pequeño peliazul miró de arriba abajo a la mandamás de la Pandilla Alpha- Usted no miente, tiene un buen cuerpo. Sus caderas, sus pechos de buen tamaño, su cintura, incluso su trasero, que linda es- A pesar de esas palabras, no había mirada lujuriosa ni perversión en el niño, de hecho, pareciera que estaba sincero con lo que veía.
-Este... este...- Las mejillas de la peliverde estaban rojas.
Luego de esas palabras se dirigió hacia Zoe
-Muchacha, ¿Cuántos años tiene?
-Tengo 13 años
-¿Entonces porque tiene los pechos grandes?
-¡¿Qué?!
-Sí, para tener tu edad realmente eres linda, con solo ver tus pechos pienso que tienes como 16-18 años, pero te has desarrollado mucho antes de tiempo. Además, eres hermosa de rostro y tienes un buen trasero, apuesto que tienes muchos chicos detrás de ti para pasar un buen rato a solas.
-Y-Yo... y-yo...- La pelirrosa estaba igual que Úrsula, ambas avergonzadas por un solo joven.
-Que raras son...- Murmuró la médico pelirroja.
-¿Que les pasó? Si nada más yo decía- Dijo el pequeño pensando que había hecho algo mal.
Haru quien era testigo de eso, quedó un poco sonrojada pero se sacudió la cabeza y les indicó en donde estaba Matsuri.
-En este cuarto está tu hermana, Inori-kun. Pueden entrar.
-¡Gracias doctora!
La médico pelirroja abrió la puerta corrediza mientras que el pequeño peliazul entró en el lugar seguido de Úrsula y Zoe hasta que la puerta se cerró.
(...)
Habitación de Matsuri...
Candy estaba con Tokaku y Kurome, dos de sus letales como leales sicarios. La raijin y su tres amigas estaban hablando acerca del altercado que tuvo Candy con los dos monstruos sicarios y el kaiju y luego sus tres sicarias daban las novedades en las misiones en las que estaban desempeñando.
-Matsuri, ¿Entonces estás diciendo que una tipa rara vestida de bruja se les apareció y los atacó?
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Sicaria del Inazuma Bugeicho
Matsuri Mizusawa
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-Sí, Dono- La joven pelirrosa estaba acostada en un futón blanco- De hecho, preguntó por usted y cuando le dijimos que no sabíamos nada de usted, nos atacó lanzando armas y muchas de ellas iban hacia Kurome y... El resto es historia.
-Matsu...
-Matsuri, desde el fondo de mi corazón te lo agradezco profundamente- Habló la guardaespaldas de Candy- Cualquier cosa que me pides o te pasa, lo haré. Lo digo de corazón.
-Oh, vamos, Kuro- Rió la ninja pelirrosa- Tampoco no exageres. No quería que tu hermana mayor se enojara con todos incluso con Candy-dono solo porque te habían matado. Igualmente eres su mano derecha y sería devastador si no te tuviera a su lado.
-Matsu...
-Al menos estás bien, mi pequeña ninja- Candy estrechó su mano con la de su ninja leal aunque en eso se le entró la mente las palabras de la niña que le dio el caramelo antes de pelear contra los monstruos- Ah, sobre esa tipa... ¿Me puedes como era?
-¿La bruja esa? Bueno, creo que usaba vestido largo de color negro... Y tenía el cabello azul claro y ojos dorados.
-¿Ojos dorados?
-De hecho, pareciera que los he visto en algún lado pero no sé exactamente.
-Hm...- La raijin se cruzó de brazos mientras hacía un gracioso gesto de estar pensando en algo- No puedo evitar pensar en lo que me dijo esa niña.
-¿Una niña?
-Cuando Kurome-chan y yo llegamos al distrito Kitaro, una niña me dio una paleta y me dijo que una tipa vestida de bruja les estaba dando paletas pero Yoshimune y esa tipa del grupo Citrus.
-Yuzu Oneechan...
-Quería hacerla pagar por lo que hizo porque pensaba que la bruja era una ancianita vendedora ambulante pero...- Se quedó en silencio e infló los cachetes de enojo- Hmp, pero siento que cometí un error, de hecho, antes de que peleara con ese kaiju, uno de los monstruos me dijo de una tal Tregear que le ayudó a salir de la prisión de Tenmacho.
-¿Tregear? ¿Tenmacho?- Kurome sacó de sus ropas la paleta que le dio la niña- Dono, ¿Y si es alguien corrupto de Minamimachi? Digo, dentro de esa gente tampoco no es hayan blancas palomitas.
-Mmm... Eso quien sabe, Kurome-chan- La raijin miró la paleta que le dio a su guardaespaldas- ¿No te has comido esa paleta?
-No, de hecho, casi no tuve tiempo de probarla- Respondió la pelinegra.
-Espera, Kurome- Irrumpió la sicaria de cabello azul y tez pálida.
-¿Que pasa Tokaku?
-¿Me puedes dar eso? Creo que esa paleta la había visto antes
-Solo espero que no te la comas- La pelinegra le dio a su compañera de armas su abarrote.
Tokaku como se llamaba la sicaria, observó la paleta como si la estuviera estudiando, luego lamió su dedo indice y lo deslizó sobre el dulce y lo probó.
Candy conocía muy bien a Tokaku ya que al igual que Matsuri era una ninja.
-Tokaku, ¿Pasa algo con esa paleta?
La mencionada frunció el ceño.
-Nárcotico.
-¿Qué dices?
-Esa paleta le echaron una sustancia o un narcótico- La peliazul quedó un rato en silencio- Claro, esa tipa extraña del puesto de dulces.
-¿Puesto de dulces?
-Sí. Cuando estaba comprando algunos medicamentos para el hospital de Haru, de pronto fui a la escuela y estaba una tipa vendiendo paletas como esa. Desde mi experiencia como ninja, a veces los vendedores de drogas se hacen pasar por vendedores ambulantes con tal de drogar a los que les compran sus abarrotes los cuales les echan sustancias alucinógenas.
-¿Dices que esas paletas son drogas?
-Eso es lo que pienso. Igualmente encaré a esa tipa y le reclamé y huyó como una sucia rata.
Candy ahora tenía un gesto duro mientras sentía que había cometido un gravísimo error.
-Tokaku... ¿Cómo era esa vendedora ambulante?
La peliazul intentó recordar.
-Bueno, eso fue la semana pasada y... Si no mal recuerdo...- La peliazul miró a su líder- Dono, creo que era igual o parecida a lo que dijo Matsuri. Una tipa de cabello azul claro pero usaba anteojos y usaba un yukata negro.
-Siento que cometí un error. Un grave error.
-Dono...
De repente, la puerta corrediza se abrió a lo que las cuatro chicas dirigieron sus miradas, sobretodo Candy y Matsuri quienes reconocían a la persona que entró.
-Ino...- Murmuró Candy mientras esbozó una sonrisa- Se nota que has mejorado mucho en tu entrenamiento.
-Inori...- Murmuró Matsuri.
La persona que estaba presente era el pequeño niño peliazul el cual miraba a Matsuri, era su hermano menor llamado Inori. El pequeño estaba con las lagrimas brotando de sus ojos y se lanzó hacia su hermana mayor con tal de abrazarla.
-¡Oneechan!
La pelirrosa no evitó sonrojarse al sentir el contacto que le daba su hermano pequeño y no dudó en corresponder el gesto. Seguido de Inori, entraron Úrsula y Zoe.
-Oba-san, Marumu-chan- Dijo la raijin mirando a las dos féminas las cuales sobretodo Zoe quienes fruncieron el ceño al ver a la rubia y a sus sicarias.
(Nota de la autora: Oba-san significa abuela en japonés y Marumu es la pronunciación japonesa del nombre Malm. De hecho, Zoe Drake es un nombre para la audiencia occidental de parte de Sega, el verdadero nombre de Zoe en Japón es Malm Tatsuno, ya que Dino Rey está basado en un arcade de Japón antes de la decada del 2010 llamado Kouryu King o Dinosaur King en Estados Unidos)
No era la primera vez que Úrsula y Zoe tuvieron roces de todo tipo con Candy.
Mientras con Matsuri e Inori, los dos se separaron. La pelirrosa miró por instantes a las dos féminas y con una mirada seria preguntó a su hermano menor.
-Inori, está bien que estés con Zoe pero, ¿Me puedes explicar que haces al lado de esa ancianita?
Otra vena roja se manifestó en la frente de Úrsula.
-¡¿Cómo te atreves a llamarme ancianita?! Yo soy una mujer bella en todos los sentidos, no por algo fue maestra de Miss Colombia, ¿entiendes planita?
-Onee-chan, no creo que esa ancianita tenga un cuerpo así de sexy.
-¿Eh?
-Hasta Candy-dono también lo sabe, ¿No, Candy-dono?
-Tienes razón, Ino- La raijin miró manera analitica alrededor de la mandamás de la Pandilla Alpha, tocándole los atributos y luego el trasero- Sí, no mientes, Ino. La ancianita le falta culo, debido a la edad que tiene es más que obvio.
-¡¿Cómo que has dicho?!- Explotó la peliverde.
-Y la pelirrosa... Nah, para que te miento, está buenorra, ¿No lo crees, Ino?- La rubia miró al pequeño peliazul que asintió con la cabeza.
-Si, Candy-dono. Esa chica de las coletas es la más sexy de las dos.
Candy se acercó un poco más a Zoe la cual estaba asustada y con la cara roja, estaba horrorizada al ver que la raijin miraba sus atributos.
-Oh sí, nada mal, chica- La raijin miró de manera seductora a la pelirrosa- Oye, chiquita, tal vez te invite a una cita y una cogida, ¿Que dices?
(...)
¡PAF!
-Jejejejeje... Me lo merezco...- Rió la rubia mientras tenía una mano roja en su mejilla izquierda.
-Como sea, Inori, ¿Qué estás haciendo aquí?- Matsuri miraba fijamente a su hermano menor- Debías quedarte en casa.
-¿Que estoy haciendo? Es que cuando saliste de casa dejaste tu chaleco anti cuchillas y algunas armas ninjas
-¿Eh?
El pequeño bajó su mochila y sacó lo que parecía ser un chaleco negro blindado, una pequeña bolsa de color café y una cartuchera negra, posiblemente su equipo de trabajo ninja.
-Jejeje, no puedo creer que mi pequeña diablita rosa dejara tirada sus cosas- Dijo Candy entre risas.
-Fuiste descuidada y al final terminaste aquí- Dijo Tokaku
-Sinceramente no esperé ver ese lado tuyo, Matsu.
La pobre pelirrosa miró seriamente a su hermano mientras sus manos estaban sobre sus hombros.
-Inori, ¿Que te he dicho muchas veces? Cuando estoy en una misión y tú te quedas solo en casa, no debes salir.
El pequeño niño bajó la mirada mientras sentía nuevamente ese sentimiento de haber hecho algo mal.
-Lo siento, pero es que como olvidaste tu armamento decidí usar el entrenamiento que me hizo Candy-dono para detectar el cosmos y al final te encontré aquí con las demás.
-Inori...
-¿Acaso hice algo malo?
La pelirrosa intentaba decir algo pero en eso Candy intervino.
-Dono...
-Matsuri- La raijin se inclinó al lado del pequeño peliazul- Puede que te moleste lo que ha hecho tu hermano, pero recuerda que él no es alguien débil. Le ha dado algunas clases para cuando tenga que defenderse.
-Lo sé, pero...- La pelirrosa estaba sonrojada pero se le notaba la angustia en sus ojos y en su voz- El hecho de que sea una ninja no quiera decir que Inori siga mis pasos.
-Dime, ¿que pasará cuando no estés?- La pelirrosa quedó muda- ¿Recuerdas aquella noche en que te salvé? Te hice una pregunta acerca de tu hermano si algo te pasara y que sería de él. No podrás hacerlo todo, necesita defenderse también.
-Es verdad- Dijo Kurome
-Concuerdo con Candy-dono- Dijo Tokaku- Él no será un niño por siempre, Inori necesita aprender todo lo posible de nosotros si quiere defenderse y por lo que veo ha soportado un duro entrenamiento con Dono. Al menos, está aprendiendo lo básico.
La pelirrosa luego de escuchar las palabras de su líder como de sus amigas, dio un suspiro pues era imposible llevarles la contraria sobre todo con Candy quien le salvó la vida. Dibujó una sonrisa pequeña mientras acariciaba la cabeza del pequeño peliazul.
-Está bien, Inori. No hiciste nada malo- La ninja pelirrosa miró nuevamente a las dos féminas que entraron con su hermano pequeño- Entonces, ¿Qué hace la niñita idol y la ancianita aquí espiando mi vida privada? ¿Que es lo que quieren?
Candy rió ante esas palabras de su ninja.
Otra vena roja se manifestó en la cabeza de Úrsula.
-¡Me cago en toda tu puta madre, en la de tu abuela, tu bisabuela y el amante de todas ellas!- Nuevamente explotó la peliverde- ¡No soy una maldita ancianita! ¡Soy joven, jovenaza y mucho más sexy que la castrosa esta!- Señaló a Zoe.
-¡¿Qué me has dicho?!- Ahora era la pelirrosa que estaba enfadada.
-Ya relajen la raja, ¿Quieren?- Dijo Matsuri deteniendo a su jocosa manera a las dos féminas.
-Mira quien habla ahora- Habló Zoe que estaba de mal humor mientras señalaba a la pelirrosa- Si no mal recuerdo, eres la tipa ninja que me estaba espiando en el baño. Tu entraste a mi casa como si hubieras sido la dueña del lugar.
-Estaba en una misión y debía ocultarme pero...- Una sonrisa pícara estaba en los labios de Matsuri- Al igual que Candy-dono me gustan las mujeres y linduras como tú y la señora no son una excepción...- Miró de pies a cabeza a las dos- Inori, no mentías cuando dijiste que esa pollita está buena.
-Pervertida.
-Como sea, niñita depravada estamos aquí porque nuestra amiga está internada aquí y estábamos preocupadas- Dijo Úrsula.
-¿Acaso se refieren a muá?- Dijo Candy mientras se señalaba a sí misma- Si es eso, estoy completamente bien. No tienen de que preocuparse, nenas.
-No era a ti, Inazuma Candy
-¿Ah no? ¿Entonces a quién?
-¿A quién más? A Niikichi
-¿Qué? ¿Nikogoro?- La sonrisa se le borró a la raijin- ¿Luego que le pasó?
-Un grupo de yakuzas atacaron al Doctor Z y Niikichi que pasaba por ahí se enfrentó contra ellos. Esos sujetos eran muy fuertes que hasta Helga se encargó de ellos.
La rubia comenzó a fruncir el ceño mientras apretaba un puño.
-No puedo creerlo... La última vez que nos vimos dijo que cuando ella volviera, íbamos a comer dorayaki juntas. Lo prometió.
-¿Qué? ¿Nikogoro le prometió eso, Candy-dono?
-Sí, lo hizo.
-¿Por que el dorayaki?- Preguntó Zoe mientras Candy no evitaba contener la rabia y la tristeza.
-Porque a mi y a Kurome nos gustan las cosas dulces.
En eso Zoe comenzó a reírse haciendo que la pobre se enfureciera.
-Jajaja... Estás bromeando, no creo que Nikogoro comparta algo con personas como tú o tus hombres
La rubia la tomó del cuello y comenzó a reclamarle, Inori hasta Úrsula comenzaron a asustarse
-¡Escúchame bien putita! ¡No voy a soportar que digas eso de mi amiga! ¡Ella y yo nos queremos mucho y al respeto al igual que ella a mí!
-Candy-dono...- Kurome tuvo de los hombros a Candy para tratar de calmarla.
-¡No voy tolerar nunca cosas horribles sobre mí y sobre Niicchan! ¡Y si vuelvas a decir algo así, te juro que te romperé todo el puto cuerpo sin importar de quien seas amiga ¿entendido?!
La rubia empujó a la pelirrosa que cayó sentada sobre el suelo mientras la raijin era calmada por su guardaespaldas.
-Cálmese, Dono.
-Estoy calmada.
Mientras tanto, de repente, Inori fue hacia la ventana para abrirla pero en eso comenzó a gritar tan fuerte, haciendo que las féminas dieran sus miradas hacia él.
-Ino, ¿Ocurre algo?- Preguntó Candy que junto con Kurome y Tokaku fueron hacia la ventana.
-¿Qué pasa Inori?- Preguntó Matsuri
-Onee-chan, Dono... En el cielo...- El pequeño peliazul señaló al cielo nocturno a lo que la raijin y compañía miraron hacia el lugar dando con algo extraño.
Candy movió sus listones rojos con tal de aclarar su visión.
-Chicas, ¿Soy yo o eso que veo es una calabaza?
-¿Qué dices?
-Si, creo que es una calabaza.
En efecto, había una calabaza clásica de Halloween que estaba volando por el cielo y parecía que se dirigía hacia destino desconocido.
-Esa cosa va hacia el distrito Kitaro- Murmuró Candy- ¿Por que siento que será algo muy malo?
-Úrsula, quiero que me pases a tu dino y sus cartas de movimiento.
-Candy, ¿Que pretendes?- Preguntó la peliverde.
La raijin calló por unos segundos y miró a la mandamás de la Pandilla Alpha.
-Me temo que voy a enfrentarme nuevamente a alguien y al igual que con ese kaiju, será la manera de hacerlo.
