Fuku sabía que era peligroso enfocar sus búsquedas en zonas no agraciadas, pero se estaba quedando sin ideas. Nadie parecía haber visto a Skate por última vez, aunque también estaba la posibilidad de que su silencio fuese comprado. ¿Y cómo averiguarlo? ¿Cómo saber con quiénes enfocar su insistencia? ¿Por qué nadie le dijo que buscar a una desaparecida era tan difícil? Suspiró inmediatamente tras hacerse esa última pregunta mental. Por supuesto que se lo habían advertido y ella no quiso escucharlo. Y seguía sin querer aceptarlo.
Para mala suerte suya, tratar de observar los comportamientos de algunos criminales tendría que ser de noche. Cosa que se le complicaba por la luz que emitía su cuerpo, por lo que ahora, mientras observaba uno de los callejones sospechosos, estaba cubierta con una sudadera negra para pasar desapercibida mientras controlaba toda emoción posible para no terminar quemando la prenda y llamando la atención en el proceso.
Olía horrible por el contenedor de basura situado en el lugar, pero hizo el esfuerzo de ignorarlo por completo mientras revisaba las paredes y piso con demasiada atención. Alguna señal que indicara una pista de red criminal que secuestrara menores para fines aún desconocidos, o lo que fuera que le indicara esa posibilidad en Snowdin tras haber ya revisado otros callejones similares a ese. Después de todo, su padre y su tío habían sido detectives, por lo que ella debería de tener talento para cosas intuitivas... o algo así ¿cierto?
Cada vez que pensaba en que algún secuestrador se había llevado a Skate, no podía evitar dejar de imaginarse a Sans, siendo su única referencia de lo que era un delincuente de "ligas mayores", pero aquello sólo le irritaba de que alguien como él fuese la razón de su desaparición. Y no sólo por pensar que un vagabundo abusivo como él fuese capaz de llevarse a una menor completamente atlética, sino porque pese a su lucha por la equidad e igualdad de los monstruos, en sus adentros sentía que se trataba de algo más humano que de un acto de monstruos hacia monstruos. ¿Acaso eso era lo que pensaba Rudolph y por ello no quería involucrar a toda la causa en algo así? Se sentía mal que aun con sus creencias, terminara pensando como los demás.
Tras no dar con nada que le llamara la atención, terminó recargándose en la pared con frustración. Llevaba días queriendo dar con algo y nada. ¿Cómo le hacían los adultos para que las cosas se dieran tan fácil?
-NO DEBERÍAS DE ESTAR FUERA DE TU CASA A ESTA HORA.
Fuku se sobresaltó con esa voz alzada, haciendo que la capucha de su prenda terminara quemándose y teniendo que quitársela para no propagar más el fuego.
-ERES LA SOBRINA DE GRILLBY. –El sujeto se acercó a ella mientras pisaba su prenda irrecuperable. Siendo así que pudo darse cuenta que se trataba de uno de los esqueletos mafiosos. –¿ÉL SABE QUE TE ENCUENTRAS FUERA DE TU CASA Y EN LUGARES PELIGROSOS?
La chica no quiso responderle por mero capricho, aunque a diferencia de lo que le generaba Sans, el hermano era más intimidante con su presencia. Tal vez por la altura o por parecerse más al jefe y padre de ellos. O simplemente tal vez porque Sans parecía ser más simpático mientras convivía con su tío.
-VAMOS. –Se ladeó un poco para darle paso, como si su intención fuese que ella estuviera al frente de la caminata. –TE ACOMPAÑARÉ HASTA TU CASA.
-N-no.
-NO TE ESTOY PREGUNTANDO SI QUIERES O NO, NIÑA. –El tono era bastante atemorizante, pero aun así se mantuvo de pie en su sitio, aun cuando fuese evidente que estaba temblando de miedo ante su presencia. ¿Y si le hacía algo? Con tan sólo verle alzar su mano, no pudo ni quiso ver más. –¡AGGHH! NO TENGO TIEMPO PARA BOBERÍAS.
Por un instante creyó que la golpearía y quiso correr aunque sus esfuerzos serían en vano, pero a diferencia de lo que se había imaginado, tan solo notó cómo su cuerpo se estaba elevando a una altura que le alejaba demasiado del piso. O por lo menos se sentía así al estar cara a cara con el esqueleto de ojos anaranjados por unos cuantos segundos. Y acto seguido, la encaminó de esa manera hacia su auto y la obligó a sentarse en la parte trasera y sin escapatoria alguna tras colocarle el cinturón de seguridad. ¿La estaba secuestrando? ¿Así era como se sentía?
-TAL VEZ AUN SEAS UNA NIÑA, PERO TIENES EDAD SUFICIENTE PARA COMPRENDER EL PELIGRO DE ANDAR SOLA A ALTAS HORAS DE LA NOCHE Y EN LUGARES CERRADOS COMO ESE. –Comentó el esqueleto mientras se subía al asiento principal y comenzaba a andar el vehículo. –¿QUÉ PRETENDÍAS HACER AHÍ?
-N-no… es asunto suyo... señor. –Comentó por lo bajo pese a todo.
-LO ES. TU TÍO ES UN ALIADO DE NUESTRA FAMILIA, POR LO QUE SUS INTERESES NOS COMPETEN. –Le contestó sin apartar la mirada hacia el frente. –ERES MUY IMPORTANTE PARA ÉL, NO LE CAUSES ESTE TIPO DE SUSTOS.
-Él debería de comprenderme, pero no es así. –Soltó sin pensarlo mucho. Aunque fuese alguien atemorizante, le estaba dejando en claro que no le haría daño alguno por su tío, ¿cierto? –Además, sólo le importa Sans, no yo.
Por un momento creyó que se metería en problemas por hablar con desprecio de él, pero sorpresivamente su comentario fue un detonante para que el esqueleto se mostrara más relajado con ella. Como si su intento de aparentar ser la figura de autoridad, se borrara en ese instante.
-SI, ES EXASPERANTE QUE TODOS SE ENFOQUEN EN ÉL, CUANDO NO HACE NADA DE SU PARTE PARA QUE VALGA LA PENA NUESTROS ESFUERZOS, O QUE LO AGRADEZQUE POR LO MENOS. ¿NO TE PARECE?
-Eehh...
-SUPONGO QUE GRILLBY TAMBIÉN FORMA PARTE DEL CLUB DE QUIENES LE DESEAMOS EL BIEN, AUN CUANDO ESTÁ ARRUINANDO NUESTRAS VIDAS. –Ahora parecía que hablaba más consigo mismo que con la adolescente que no sabía qué decir. –ESE MALDITO EGOÍSTA... PERO AUN ASÍ ME ALEGRA VER QUE ESTÁ FELIZ.
Fuku no supo qué decir al respecto, aunque el esqueleto tampoco se lo permitió tras estar hablando a lo largo del recorrido de sus quejas sobre su hermano. Y por ese simple hecho, le cayó mejor que el propio Sans. Al menos parecía comprenderle sobre sus quejas, sobre todo por su actitud déspota de acabarse la mercancía del lugar sin paga alguna, o de estar presentándose en el bar sin importar la hora o que estuviese cerrado. Involucrándose en cosas que no eran asunto suyo y que de alguna manera terminaba acaparando la atención de su tío... Y todo eso, terminaron hablándolo mientras estaban en el auto que iba directo al bar.
Soltar todo eso era muy liberador para ella al no poder ser comprendida en su propia casa. Por lo que al final se atrevió a preguntar más cosas al esqueleto que iban fuera del tema.
-Disculpe... pero ¿sabe algo sobre desapariciones? –Tuvo que reprimirse las ganas de preguntar "son ustedes los que desaparecen menores de edad" pese a tener la duda. –Ya que ustedes son los que vigilan Snowdin...
-¿INSINÚAS QUE ESTAMOS HACIENDO MAL NUESTRO TRABAJO? –Fuku se encogió en su asiento ante el temor de que le reprendiera por eso, pero no fue el caso. –NOSOTROS SÓLO NOS ENFOCAMOS EN NUESTROS INTERESES, POR LO QUE SI NO PAGAN POR NUESTROS SERVICIOS, NO TENEMOS POR QUÉ VIGILARLOS EN CUANTO NO SE METAN EN NUESTROS ASUNTOS.
-¿Pero han visto cosas así? –Insistió para saber si podía preguntar algo más directo, como si habían visto a alguien con las descripciones de su amiga en algo así. –¿A alguien secuestrando a alguien o... algo así?
-NO ES ALGO QUE PERMITAMOS EN NUESTRO TERRITORIO, PERO SI ES FUERA DE SNOWDIN, SIMPLEMENTE NO NOS INVOLUCRAMOS SI NO FORMA PARTE DE NUESTROS INTERESES.
Aquello era una pista interesante, pensó Fuku mientras observaba hacia el frente. ¿Será que Skate se encontraba fuera del barrio cuando ocurrió? ¿Y por qué? Era cierto que ella no estudiaba y que ayudaba a su familia a conseguir el sustento, por lo que tal vez había tenido que hacer algo más... y aquello la había llevado a ser secuestrada. O por lo menos, era algo nuevo a lo cual enfocarse en su investigación. Y eso era suficiente para sentir que la noche no había sido caso perdido a lo que había parecido antes.
-ERES UNA NIÑA. DEBERÍA DE GUSTARTE JUGAR CON MUÑECAS. –Le comentó el esqueleto mientras le observaba a través del retrovisor. –NO ESTAR BUSCANDO DESAPARECIDOS EN CALLEJONES OSCUROS.
-¿Qué edad cree que tengo?
-NO SÉ, ¿DOCE, TRECE? –Se encogió de hombros sin darle oportunidad de aclarar su verdadera edad. –EL PUNTO ES QUE NO DEBERÍAS DE ANDAR EN TALES COSAS.
Finalmente se detuvo frente al bar y le abrió la puerta para indicarle que le acompañaría en verdad hasta asegurarse de que estuviera dentro. Ya se estaba imaginando el regaño que le daría su tío por haberse salido sin que se diese cuenta, pero para sorpresa suya, no la encaminó hacia la puerta principal, sino al callejón lateral como si supiera con demasiada exactitud de dónde se había salido. Tal vez aquello le habría alarmado más de la cuenta, pero de alguna manera le daba la impresión de estar con alguien más comprensible que el odioso de Sans.
-ESA VENTANA DA A TU HABITACIÓN, ¿CIERTO? –Señaló hacia arriba. –BIEN, CREO QUE PUEDO ELEVARTE HASTA AHÍ.
-¿No va a... delatarme? –Se sorprendió que todo iba encaminado a eso.
-SÓLO SI PROMETES NO VOLVER A HACERLO. –Apartó la mirada de la ventana para observarle. Tal vez no estaba sonriendo en absoluto, pero su mirada era más amigable. –YO FUI UN ADOLESCENTE ALGUNA VEZ, POR LO QUE ENTIENDO LO QUE ES TENER SECRETOS. PERO DEBERÍAS DE TENER MÁS CONSIDERACIÓN CON TU TÍO, YA QUE TODO LO HACE POR TI. LO CREAS O NO, ERES TODO LO QUE TIENE Y DESEA PARA SER FELIZ.
Fuku comprendía eso de alguna manera, pero era difícil de aceptarlo si el propio tío no se daba cuenta de en dónde se encontraba en variadas ocasiones por estar con Sans y sus cosas no morales de manera indirecta, pero no quiso protestar más al respecto. Sintiendo que había sido más que suficiente lo que había pasado por una noche. Así que, con la misma magia que le había obligado a subirse al auto, la elevó hasta poder tocar el borde de su ventana e ingresar con cuidado para no hacer ruido.
-PÓRTATE BIEN. –Le exclamó desde abajo, saludándole un poco antes de retirarse hacia su auto.
La chica esperó a que desapareciera de la vista para ingresar por completo a su habitación, quitar el tumulto de su cama con el que pretendía estar acostada en su ausencia y sacó una libreta donde apuntaba su investigación. Por muy poco que fuese la información obtenida a través del esqueleto, era bastante útil en muchas maneras. Si en efecto los Gaster no permitían que otros grupos delictivos hicieran de las suyas en el barrio que consideraban como su territorio, significaba que la desaparición de Skate tuvo que ser fuera de Snowdin. Además, su familia era muy pobre, por lo que no podían pagar por los servicios criminales de la familia esqueleto, así que su desaparición pasó desapercibida para ellos SOLO fuera del barrio. Y por lo mismo, no podía darse el lujo de ir muy lejos.
La clave era Waterfall sin duda alguna.
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-Tal y como lo prometí. –La arácnida extendió el maletín que había traído consigo desde el principio. –Dinero más que suficiente para reparar todos los daños.
Muffet esperó a que la humana lo tomara, pero en su lugar le siguió observando con esa indiferencia que le desagradaba de alguna manera. Detestaba tener que resignarse a cumplir con su parte del trato, aun cuando no había sido justa la manera en que le había detenido, pero tampoco quería protestar más. Después de todo, ya les había prometido a los conejos que haría algo bueno al respecto desde que habló con ellos antes que con la humana, pidiéndoles su cooperación de poder dormirlos para mayor presión. Tan sólo había querido un motivo para deshacerse de ella y no lo había logrado por las buenas. Simplemente no era justo que todo lo malo le tocase a ella mientras que la buena suerte le acompañara a la privilegiada humana que todos querían.
Por lo menos tenía la satisfacción de momento de haberle podido golpear más de una vez, dejando en claro a ambas quién era la mujer más fuerte.
-Despierta a la familia Bunny primero. –Comentó la humana sin extender sus manos para recibir el maletín. Parecía estar firme en sus verdaderos intereses y preocupación antes que todo lo demás.
-Lo harán dentro de una hora aproximadamente. –Aclaró sin darle verdadero interés al tema. Después de todo, los conejos habían accedido en cuanto dejó en claro que no les mataría y tampoco a la humana. –Descuida, es inofensivo lo que les puse.
Parecía que eso fue suficiente para la humana, porque finalmente tomó el maletín sin siquiera revisar el contenido para asegurarse si realmente estaba cumpliendo con el trato o no. Aunque en palabras suyas, tampoco había accedido a tal cosa en primer lugar como para importarle si estaba dando dinero o no por eso. Aquello le hizo irritarse aún más, por lo que le dio la espalda para encaminarse hacia la salida sin que nadie se la indicase. Tenía que pensar en algo nuevo por hacer para deshacerse de ella antes de que todo fuera de mal en peor.
-¿Tú cómo supiste que Don Gaster te gustaba?
Muffet se giró completamente anonadada con su pregunta fuera de ambiente, sin contar que le preguntase algo así y tan directo.
-No fue de inmediato, eso es un hecho. –Rio de solo recordarlo. Era extraño poder hablar sobre eso sin ser atacada o juzgada. –Al principio él me daba algo de miedo porque no sabía realmente qué quería de mí. Pero siempre fue amable conmigo, me llevó a su casa, me dio mi propia habitación… y me brindó a los únicos amigos que tuve en mi vida. Salvó mi vida por completo.
-Entonces en verdad me está pasando. –La humana bajó la mirada, como si buscara las respuestas en el piso.
-¿Mmhh?
-Es algo que he estado pensando estos días. Sobre si Sans realmente me gusta o sólo esté confundiendo las cosas. –Admitió sin titubeo alguno, que aquello acaparó por completo su atención. –No tengo muchas referencias para saber de algo que nunca me había pasado, por lo que me es confuso de muchas maneras.
-Es porque eres una tonta y ya, huhuhu. –Soltó sin poder ni querer evitarlo. –Para mí ha sido muy obvio desde que te conozco.
-Ayer le dije a Sans que posiblemente me gustaba...
-Eso explica por qué anda como idiota. –Dijo Muffet para sí misma.
-... pero en lugar de decirme lo que ya sé, sólo me trajo y ya. No me dijo nada. –Continuó hablando la humana sin prestarle atención. –¿Acaso hice algo mal?
-Quisiera pensar que es porque por fin tiene algo de sentido común, pero sé que no es el caso. –Dio pasos al frente para estar más cerca de la humana. Por lo visto, no se iría tan pronto hasta que le pudiese aclarar esas dudas. Aunque parte de ella estaba curiosa de la situación. ¿Por qué había momentos que le deseaba la muerte, y otros en los que le agradaba poder conversar? Ni en eso había justicia para ella. –Es un idiota que sabe cortejar, pero no hacer una formalidad. Y no debería de cualquier manera. No hace falta que diga el porqué de nuevo, ¿o sí?
La humana no dijo nada tras eso, pero su mirada dejaba en claro que estaba preguntándose más cosas de las que no parecía tener intención de compartir con ella. Soltó una risa tras entender a qué iba eso.
-¿En verdad a estas alturas sigues sintiendo celos por mi presencia? Por favor, no insultes mis gustos.
-Bueno, si eres como una hermana menor para él, no tengo ningún problema con eso. –Desvió la mirada, como si siguiera pensando en eso para convencerse en su totalidad y fallando en el proceso. La humana sí que era predecible en cosas como esa. ¿Cómo era que Sans y Papyrus no se daban cuenta de eso? –Aunque sigue el tema de que estuvieron comprometidos.
-¿Entonces dices que me ves como una cuñada? –Se enfocó en esa cuestión nada más, dándole algo de gracia de que fuese el caso.
-Sans y yo no somos algo... así. Por lo que no sé si sea el modo apropiado de ver las cosas. –Pudo visualizar un tenue sonrojo de su parte tras esas simples palabras. Picarona, ¿entonces en verdad estaba considerando ir a algo más serio? La situación le daba gracia cada vez más, pero no iba a permitir reflejarlo. Después de todo, minutos antes se golpearon la una a la otra. –Y además, desde mi hermana, no me he relacionado directamente con mujeres cercanas a mi edad. Así que no sé cómo sería algo así.
-Bueno, yo tampoco si debo ser sincera. –Ahora fue ella quien desvió la mirada con incomodidad, como si pretendiera importarle más observar a los conejos dormidos tranquilamente que en la propia conversación entre ellas. –Nunca he tenido amigas ni hermanas. Solo a ese par de bobos.
Le desagradaba de alguna manera que fuese así, pero tras la pelea, se había dado cuenta de que en efecto, le dolía que los hermanos esqueleto le hubiesen apartado así sin más sólo por ser sincera consigo misma y con ellos. ¿Qué no se daban cuenta que lo hacía porque eran importantes para ella? Aun cuando estuviera molesta y le desagradara mucho sus comportamientos, no podía evitar preocuparse por ellos, queriendo verlos alegres como en los viejos tiempos. Ver a Papyrus ilusionado nuevamente por un amor de verano, o a Sans entusiasmado por cumplir con las expectativas de su padre como heredero al puesto. Quería que aquellos buenos días volvieran, quería volver a ser un trío unido que se organizaba para conseguir caramelos por la noche pese a que W.D. se los prohibía. Pero pensar en ellos como hermanos... le dolía mucho más que añorar el pasado. No hacía falta aclararse el porqué.
-Adiós, humana.
Finalmente se giró para no verle más y retirarse. Ya no tenía nada por hacer ahí por ahora. Además, tenía que ver si los esqueletos ya estaban dormidos en su casa para estar más tranquila.
Pero no dio ni dos pasos fuera del establecimiento para que alguien más le detuviera. Sin necesidad de palabras entre ellos, tan sólo observándose desde sus respectivos sitios, como si con ello dejara en claro la intención del otro. Muffet sonrió con confianza pese a que la flor podría querer hacerle algo por lo acontecido, aun cuando ella tenía las de ganar y dejado en claro eso en variadas ocasiones. ¿Y entonces porqué todos la menospreciaban pese a sus habilidades comprobables? Era algo que simplemente le irritaba de muchas maneras.
-Supongo que observaste todo el espectáculo. –Muffet se cruzó de brazos mientras le observaba. Por lo visto, estaba colgado desde la ventana donde estaba su maceta colocada. Extendiéndose lo suficiente para llegar hasta ese punto de la calle cual enredadera sobre la pared. –¿Por qué no defendiste a tu querida humana?
-Si realmente quisieras hacerle daño, no habrías elaborado algo tan estúpido como eso. –Le contestó sin tacto alguno. –Iba a intervenir en cuanto vi que la golpeaste, pero fue satisfactorio verla devolver el golpe. ¿Qué es lo que pretendías en realidad?
-No es asunto tuyo, Flowey.
-Lo es si pretendes molestar a Frisk.
-Si tanto te importa su bienestar, ¿por qué no se largan de una buena vez de esta ciudad? ¿Por qué no nos dejan en paz? –No quería alzar la voz ante el riesgo de que alguien en la calle les escuchara, pero ya estaba lo suficientemente alterada. –Estoy harta de ella y que todos la defiendan pese a que todo ha sido su culpa.
-Nada ha sido realmente por su culpa y lo sabes. –Comentó la flor sin alterarse en respuesta. Incluso extendió aún más su tallo para acercarse a ella pese a no ser necesario. –Creo que eres muchas cosas, araña, pero no una ignorante de las cosas. Así que en vez de ver por aquello que te desagrada y quejarte, deberías de ver por aquello que sí te gusta en tu entorno y disfrutarlo. Es sentido común.
Tras eso, una liana se acercó a ellos para entregarle el saco que había olvidado en la sala. Muffet lo tomó un tanto perpleja de que la flor le hiciera tal observación nuevamente. Para ser alguien que carecía de emociones a como le habían explicado, en todo momento con él parecía que los entendía a la perfección mucho mejor que otros en su entorno, pero que se enfocaba en la practicidad de las cosas al no tener otra alternativa. Y además, tenía una muy buena memoria.
-Si tanto odias el frío, no deberías de olvidar esta cosa, tonta. –Le reprochó mientras le observaba colocárselo.
-Gracias. –Comentó Muffet con sinceridad. Al menos alguien en el mundo estaba teniendo consideración de ella de alguna manera. Y eso fue suficiente para dar con un recuerdo fugaz. –Aquella vez me dijiste algo similar, sobre que la vida no acepta representantes y que los gustos deben volverse aspiraciones.
-Si ¿y?
-Pues hay algo que quiero hacer desde este momento. Flowey ¿Puedo... ser tu amiga también?
Por un breve momento, tuvo el impulso de retroceder al sentirse como una tonta por su propia espontaneidad, pero no quiso reflejarlo en ningún centímetro de su cuerpo. Estaba lista y acostumbrada a las negativas de cualquier manera, pero fue una total sorpresa que la flor no le rechazara ni con la mirada.
-Haz lo que quieras.
Sin tener más razones para quedarse ahí, observó cómo la flor dejaba de estirarse tanto para regresar hacia su maceta situada en el borde de la ventana superior. ¿Eso era un sí? Muffet no pudo evitar sonreír tras eso mientras le miraba hasta que se perdiese de su vista. Al menos la noche había tenido algo bueno para ella.
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Lo que estaba por hacer muy seguramente le metería en problemas, pero eso era lo que tenía que buscar de alguna manera. ¿O era que no fuese descubierta en el proceso? No estaba segura de qué era lo que Don Dreemurr estaba queriendo provocarle. Pero fuera lo que fuera, estaba dispuesta a pasar la prueba. Aun cuando fuese demasiado repentino hacerlo sin planificación alguna que garantizara su triunfo personal.
Tras tener que esperar que pasara un par de horas para asegurarse de que el monstruo jefe estuviera fuera de la zona, se dispuso a ingresar por la puerta oculta que daba a la sala de los extraños trofeos. Había decidido que no esperaría a que el monstruo jefe le mostrara cada uno de ellos y observarlos por su cuenta, pero tras ver un par de ellos, no tuvo sentido para ella que tuviese cosas así a modo de "trofeo". Las placas y premios sí tenían algo coherente ahí, leyendo que eran de boxeos clandestinos, pero el brazo humano momificado, la máscara rota de madera con forma de zorro blanco y muchas cosas más... parecían basura. Tal vez si debió esperar a que Don Dreemurr le explicara cada una de ellas.
No obstante, no se retiró de inmediato tras eso, optando por revisar las otras cosas que se albergaban ahí ante la oportunidad. ¿Aún se encontraría la sirena ahí? En una rápida revisada, la vio ahí sin necesidad de un contenedor como aquella vez. En su lugar tenía puesto un casco que a simple vista parecía pesado, pero no parecía estar viendo algo, o por lo menos la mantenía dormida si tras tanto movimiento de su mano ante ella, no parecía reaccionar en absoluto. Y eso fue suficiente para tomar confianza de revisar lo demás. Había una puerta al lado, pero si estaba cerrada, no se sentía capaz de revisarla. Tenía sus límites de tiempo y respeto, al fin y al cabo.
Así que se encaminó hacia el punto donde había visto unos archiveros, estando de lado para no darle la espalda a la sirena pese a haber comprobado que no estaba consciente de todo, ni tampoco muerte dada la obviedad. Por mero instinto, no estaba dispuesta a darle la espalda a nada. Los cajones parecía estar bajo llave, y pese a que podría romperlos, no le parecía apropiado dada la ocasión. Así que al dar con uno de manera accesible, no dudó en revisar el contenido pese a parecer un tumulto de papel clasificado de forma desordenada.
El cajón de "Proyectos DT" parecía estar repleta de bitácoras rayadas con coraje ante una evidente falla de resultados deseados por lo que podía notar a simple vista, pero entre todo eso, había una que otra anotación en rojo que parecía que el autor de todo eso constantemente se preguntaba "¿Cómo recreo la sustancia?" "¿Cómo podré superarlo?" y "Tengo que ser mejor que él". Para Undyne nada de eso parecía tener sentido, por lo que leyó todo para poder tener mayor entendimiento de ese registro. O al menos, lo que pudo leer en todo eso.
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B.1. 10. Los especímenes de prueba han sido desastrosos. Necesito algo resistente para que la compatibilidad sea exitosa, pero las dosis no parecen adecuadas para la equivalencia por más que reduzco los componentes. ¿Por qué? ¿Qué es lo que realmente hace al ser humano tan invencible fuera de esa anatomía versátil? Los apuntes sobre instintos heredados cavernarios me parecían absurdos, pero tal vez debería de revisarlos de nuevo. Después de todo, Gerson opina que tiene mucho sentido si evaluamos sus capacidades de adaptación y crecimiento actual a comparación de la pasividad natural de los monstruos derivada a la magia. ¿Será que la exposición al peligro sin recursos es lo que evolucionó a la raza humana?
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B.1. 9. Analizando nuevamente los apuntes de mi maldito padre, parece ser que se centralizó más en los reflejos e instintos que en los componentes biológicos, lo cual sigue sin tener sentido para mí. ¿Qué tiene que ver eso en la regeneración celular? ¿Qué tiene que ver con el alma? Hay muy poca información sobre el sistema neurológico del ser humano y ni Gerson con sus contactos universitarios ha logrado obtener una mínima parte de lo que llevan ante temores y racismo, aunque debo admitir que no fue buena idea de mi parte mencionar que alemanes y japoneses son menos cobardes que nosotros en cuanto a experimentación en seres vivos se trata. Si tan sólo pudiera tener acceso a esa clase de información... O más especímenes con los cuales poder experimentar directamente...
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B.1. 11. Esta mañana, Gerson me trajo una flor para tranquilizarme en mi arduo esfuerzo de recrear (y mejorar) el suero DT, no sin antes recordarme que llevo días olvidando tomar mi medicación y que a la larga lo resentiré, pero eso no me importa. Si tengo que sufrir como castigo para motivarme a obtener el resultado deseado, eso haré. Tengo que superar el maldito proyecto . como dé lugar.
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B.1. 12. Solicité tener mayor acceso al proyecto . como parte de mi investigación, pero por primera vez Asgore me negó algo. ¿Cómo demonios quiere que haga mi trabajo sin esa parte importante? Gerson me comentó sobre las complicaciones en tal solicitud, pero sigue siendo algo inverosímil que resguarden algo tan volátil e inestable como ella, sin protección alguna ni constante evaluación. Si tan sólo esa mujer mandara reportes sobre su estado, al menos tendría algo de sentido como si se tratase de estudiar a un simio en proceso de adaptación. Pero no, tan sólo la tienen alejada por caprichos fuera de mi entendimiento.
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B.1.14. Toby vino a jugar ajedrez con Gerson. Entre partidas, mencionó algo que recordó sobre El Jugador respecto a su modo de hacer las cosas. Sobre cómo le gustaba jugar ajedrez con él de tal forma que el perdedor sería quien lograra un jaque mate. "En cuanto un tablero exista, cualquiera puede jugar. Cualquiera con el optimismo necesario puede disponerse a ganar. ¿Pero qué me dices de perder a propósito? ¿Te atreverías a mostrarte vulnerable sólo por curiosidad de lo que pasaría después?", mencionó Toby que esas habían sido sus palabras en aquella ocasión. Y que en cuanto le preguntó sobre si no le importaba dar demasiado poder hacia el oponente en consecuencia a eso, que le dijo: "Alguien que trata tener poder sobre ti, es que no sabe qué hacer consigo mismo". Aquello me deja mucho en qué pensar.
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B. 1 .15. Gerson sigue trayéndome flores a mi laboratorio con tal de "relajarme", cuando ambos sabemos que esa clase de cosas no me interesan (y seguramente lo hace por consejo de Asgore). Pero eso me dio la idea de probar con algo diferente para resultados diferentes. ¿Y si la respuesta a todo esto es la eliminación absoluta de las emociones en toda la ecuación? La estimulación en todos los estudios previos daba resultados desastrosos ante el estrés, miedo e ira. Lo cual afectaba por completo lo deseado. Y con eso en mente, tal vez si deba regresar a mi medicación, todas las estupideces con las que me topo me están comenzando a alterar y entorpecer mis propios procesos. Ya maté a nuestro gato en mi propia alteración.
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B. 2. 1. Lo hice... finalmente lo hice. Tuve que usar todo lo que me quedaba en riesgo de no poder obtener más, pero tal y como dice Asgore: "en la guerra y en el amor, todo se vale". Nada me quitará la satisfacción de esto. ¡En tu polveado ser, maldito padre! Mientras que tú te limitaste en tus procesos por sentimentalismos que te llevaron a tu propia muerte, yo decidí expandirme rompiendo barreras. En mis garras sostengo a un nuevo ser que ni los dioses se habrían atrevido a crear. Fuera de las limitantes emocionales que sólo entorpecen los crecimientos personales y decisiones racionales. Un ser perfecto.
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Undyne dejó de leer tras darse cuenta que otra carpeta daba continuación a ello, pero optó por masajear sus cienes ante tanto tecnicismo que seguía sin encontrarle explicación coherente. ¿Proyecto ? ¿Suero DT? Entre palabras daba a entender que se buscaba analizar algo de la naturaleza humana, pero no le encontraba sentido a qué tenía que ver en todo eso la mencionada compatibilidad. Además, la última bitácora mencionaba algo sobre la creación de un nuevo ser carente de emociones, mencionándose como la perfección de algo que se buscó desde un principio. ¿Por qué?
La siguiente carpeta estaba titulada como "DT-00X", pero no la leyó al ver inmediatamente una que le llamó más la atención en el instante. Una cuya presentación dejaba en claro que era más reciente que las otras, por lo que revisó la carpeta con cuidado antes de siquiera tocarla, enfocándose en su acomodo y esquinas dañadas para cuando estuviera revisándola internamente, la colocara tal y como había estado ahí. Así que cuando se memorizó su imperfección y acomodo, la tomó con sumo cuidado para leerla cuidadosamente, a lo cual no le costó nada de trabajo al contener más evidencia fotográfica que otra cosa, aunque casi se le caía de las manos ante la sorpresa de averiguar qué era realmente.
Eran mujeres que había pertenecido al sindicato en su mayoría a lo que indicaban sus fichas técnicas, aunque un par sólo habían sido colocadas bajo el término de "desaparecidas" cuyo formato reconoció de inmediato al haber trabajado antes en la comisaría de Waterfall. Incluso podía apostar que una de esas fichas le había tocado atender previamente para pasarlo a los respectivos encargados. ¿Eran todas mujeres desaparecidas? No, todas eran mujeres dadas por muertas, podía darse cuenta ahora de eso. Muchas de esas mujeres ahora eran lo que se conocía como "Reaper Bird".
Undyne tuvo que hacer un esfuerzo en no generar ni un solo sonido ante el impacto, aun cuando ya sabía que se trataba de una fusión tras la breve explicación de Don Dreemurr al respecto. Por lo que se puso a revisar las otras carpetas cercanas con nombres tan extraños como el primero, pero terminó topándose con lo mismo. Todas las amalgamas, eran conjuntos de al menos tres mujeres reportadas como muertas, sintiéndose extraño el poder ver los rostros de lo que alguna vez fueron y que ahora son una masa derretida imposible de relacionarlas con su anterior vida.
"Quieren vivir pese a ser tomadas por muertas, pero no corrieron con la misma suerte que tú", fueron las palabras de Don Dreemurr aquella vez. Las amalgamas eran realmente serviciales a él, sin contar el cariño que les tiene al grado de defenderlas. ¿Eso significaba que el único modo de salvarlas de una aparente muerte era que estuvieran fusionadas? Tenía muy presente que la vez que le había preguntado si ella terminaría así, le había comentado que no lo consideraba necesario y que sólo si ella quería. ¿Entonces habían terminado así por voluntad? Las cosas seguían sin tener sentido.
Mientras revisaba esas carpetas repletas de fotografías de mujeres monstruos tomadas por muertas, terminó topándose con una diferente por el etiquetado de "en proceso" que resaltaba en el frente. Carpeta que casi dejó caer ante el impacto que le ocasionó ver en primera instancia la fotografía de la sirena que tenía a distancia de la misma habitación. Girándose por mero instinto como si tras ver su fotografía, hubiese alguna reacción de su parte y no siendo ese caso. Su ficha (con una fotografía de más joven obviamente) indicaba que había sido una sindicalizada que fue dada por muerta hace algunos años, y realmente le aterraba el hecho de tal formato técnico lo obtuviesen con tanta facilidad. ¿Acaso el sindicato estaba fraternizado con la mafia Dreemurr? Eso explicaba por qué Don Dreemurr le había preguntado sobre ese lugar. Tal vez ya tenía en sus manos algo como esto. Tal vez le tendrían una carpeta igual a esa.
Queriendo averiguarlo como dé lugar, estuvo por terminar de revisar esa carpeta para buscar si había otro cajón sin llave, pero antes quiso ver sobre porqué era algo que seguía en proceso. Y eso era porque sólo contaba con dos fichas técnicas que… No... No era posible...
Nunca la había visto en su vida, pero era inconfundible todo su ser. Por lo que finalmente dejó caer la carpeta de sus manos ante el ligero temblor que estaba surgiendo en ellas y se apartó del archivero como si todo eso le causara repulsión. Aun había cosas por ver en esos cajones, pero por ahora le parecía que había observado suficiente.
¿O no?
Girándose por mero instinto, se quedó contemplando más de la cuenta la puerta cerrada cercana y tras de ella. El tiempo contemplado era mucho menos, pero necesitaba aclararse ese punto, o de lo contrario no podría sacárselo de la cabeza nunca. Por lo que se apresuró a encaminarse a ello antes de que su propio racionamiento le detuviera. La puerta claramente estaba cerrada como muchas cosas en el lugar, pero no iba a ser un impedimento para ella esta vez. Así que con una pequeña lanza que invocó, pudo forzar la chapa y abrirla sin mostrar abolladura alguna.
La habitación estaba oscura, pero podía ver lo suficiente para notar que era una sección extraña que resaltaba a todo ese lugar que de por sí ya era anormal. Había muchas camillas pegadas a la pared, pero también lo que parecía ser unos contenedores cuyo frente era cristalino.
Caminando con cuidado para no pisar nada que dejara huella de su estadía ahí, y sosteniendo aun su pequeña lanza para brindarle algo de luz, contempló la que tenía más cercana. Al final tuvo que sacudir el frente para poder ver en ese cristal y contuvo un pequeño grito ante la sorpresa. ¿Ese era un Moldbygg? ¿Qué no eran monstruos considerados como fósiles, o por lo menos, en peligro de extinción? Parecía estar dormido, teniendo varios tubos conectados en distintas partes de su gelatinoso cuerpo, siendo muy seguramente la razón por la cual yacía dormido sin complicaciones. Por lo que podía notar en las laterales de ese contenedor, tenía aparatosos instrumentos que sin duda alguna se encargaban de darle lo necesario para permanecer con vida en ese estado. No entendía mucho de esas cosas científicas, pero, ¿acaso esa era la manera en la que Asgore trataba de salvar a las monstruos? ¿Acaso las demás habían sido un caso irreparable... y lo que tenía al frente era un nuevo intento de no recurrir a una fusión? Undyne sacudió su mente, pensar en todo ello comenzaba a generarle un dolor de cabeza.
El resto de contenedores que revisaba estaban completamente vacíos, pero aun así quiso asegurarse de no perderse ni un detalle que le dejara más dudas para luego. Cosa que no supo muy bien si había sido algo bueno de su parte o no en cuanto contempló la última. En cuanto pudo asomarse y ver claramente lo que había dentro, esquivó un fuerte golpe que venía a espaldas suyas por mero reflejo. Odiándose a sí misma por haber roto su propia regla de nunca dar la espalda a algo por una razón así.
Si no se hubiera apartado a tiempo, la sirena le habría golpeado en la cabeza con ese extraño casco y dejado inconsciente en el mejor de los casos. ¿Cómo no la había escuchado? ¿Acaso le había estado vigilando y fingido estar inconsciente en todo ese tiempo que estuvo ahí? Sabía que debía de avisarle a Don Dreemurr de eso, pero no estaba segura de qué sería peor tras eso.
El casco que había estado portando, ahora había roto el frente cristalino de ese contenedor, pero aquello tuvo que darle menor importancia al preocuparle más la sirena que había tenido toda intención de atacarle. Golpeándola tan fuerte que la había mandado al otro extremo de la habitación y creado una jaula con sus lanzas en el instante para asegurarse de tener el control de la situación. Al menos la había dejado inconsciente y no matado, cosa que habría empeorado más las cosas de las que por sí ya había ocasionado. Tenía que darse prisa y ver la manera de reparar ese cristal roto antes de...
No, ya era demasiado tarde. Aunque lo que estaba viendo salir con sumo cuidado de ahí, sacudiéndose con cuidado los cristales que aún estaban encima de su vestido blanco y quitando los tubos que había tenido en varias partes de su cuerpo, le dejó completamente paralizada sin saber qué hacer en el instante.
Papyrus le había hablado de ella. Le había dicho que llevaba tiempo muerta desde entonces.
-¿Usted es…?
La esqueleto tardó en abrir por completo sus cuencas, como si despertara de un largo sueño que le había dejado más agotada que lo que habría podido descansar. Notando ahora a la anfibia desconcertada frente a ella, no le prestó del todo atención y comenzó a estirar sus huesos con sumo cuidado, resonando en cada estiramiento de una manera que le incomodaba. Undyne terminó dándole ese espacio sin saber qué tan necesario o no era eso, realmente no tenía algo qué decir ante tal presencia desconcertante.
-Perdona mis modales, jovencita. –Finalmente habló la esqueleto. Su voz era muy dulce, aunque un poco ronca por haber estado tanto tiempo sin hablar y carraspeó un poco al notarlo ella misma. –¿Puedes decirme en dónde estamos?
Undyne no supo si contestarle o no. Era tan extraño todo, ¿qué se suponía que tenía que hacer? La señora era bastante bajita y con la voz tan dulce que de alguna manera le inspiraba querer protegerla por si se rompía en cualquier movimiento o estiramiento que aun daba. Pero ver sus palmas agujeradas eran suficientes para convencerle de lo contrario, y tal parecía que la esqueleto se había percatado de que estaba viendo sus manos, por lo que las levantó a la altura de su cabeza y le sonrió para demostrarlas con suma inocencia.
-Descuida, esto es algo normal en una esqueleto con hijos. Sí que te consumen en todo sentido ¿eh? –Rió levemente sin importarle la parálisis de la anfibia ante ella. Al igual que su voz, su risa era demasiado entonada y dulce. –Dime, ¿tú tienes hijos?
El que los mencionara sólo le molestaba aún más su presencia, por lo que instintivamente invocó una nueva lanza más grande en su mano y la sujetó con fuerza con cierta desidia de si debía de actuar o no. Aunque de apariencia se viera como un ser gentil, no quitaba el hecho de que era una Gaster también. Si… esa sonrisa que esbozaba con cierta insistencia, en definitiva se trataba de la misma de Sans. Lo suficiente para no tomarse confianzas con ella, ni mucho menos bajar la guardia.
-Oh, vaya… Perdona si te ofendí. –Bajó sus manos con suavidad. –Supongo que la maternidad no es para todas.
-Usted es la señora Gaster, ¿cierto? –Finalmente le habló con rudeza.
-Sí, soy Arial Gaster. –Le sonrió con cierto alivio y alegría en su voz. –¿Y tú?
-Alguien que perdió a su padre. –Cambió su postura mientras hablaba, teniendo su lanza más que lista en su puño y apuntándole con ella. –¡Por culpa de su estúpida familia!
Lanzó su arma con toda intención de lastimarla. Aunque fuese un acto imprudente de su parte sin saber realmente qué estaba pasando, no podía ocultar el total enojo que estaba teniendo con toda la familia Gaster. Y si tenía a una en frente con toda posibilidad de lastimarla, no lo seguiría dudando. No cuando ellos no dudaron en matar a su padre, no cuando dudaron en darles la espalda a los monstruos en general, a una causa que los convertía en traidores.
Pero la lanza no terminó llegando a ella al estampar con una columna de huesos que había aparecido bastante rápido, pero siendo lo bastante débiles para romperse con el impacto que apenas y había logrado frenar. Definitivamente la esqueleto no sabía pelear en absoluto, ni tampoco era fuerte para poder crear una barrera siquiera decente, pero no parecía asustada ni con intención de querer correr a ningún otro lado, teniendo ahora una luz saliendo de su cuenca derecha que iluminaba tanto como si se tratara de una esmeralda expuesta al sol.
¿Sólo tenía un ojo mágico? En verdad que se le parecía demasiado al maldito de Sans.
-Bien, percibo que tienes algunas molestias. –La esqueleto tuvo el descaro de mantener un tono calmado pese a todo, observándola con su ojo mágico mientras que el otro se mantenía en total oscuridad. Era extraño, pero era como si viera dos lados de la moneda que comunicaban mucho más que su sonrisa. –Pero te aseguro que no vale la pena tratarlas con violencia. Créeme, mi esposo y yo huimos de eso.
-¡Su esposo fue quien mató a mi padre!
Harta de que mencionara a su odiosa familia, invocó varias lanzas y las direccionó de inmediato hacia ella. Pero nuevamente hubo una barrera entre ellas que detuvo todo, siendo un poco más resistente que la anterior y más alta para evitar mayores impactos. Insistiendo con su ataque, creó más lanzas hasta que la esqueleto se cansara o no pudiera con todo, pero aun así parecía estar atenta a sus movimientos de alguna manera, creando manos flotantes que ahora sujetaban sus nuevas lanzas y éstas se habían vuelto del todo verdoso que eran sus manos. Confirmándole de alguna manera que aquello que había creado se había vuelto en contra suya, mas no tuvo intención de devolverle el ataque.
-Creación de armas pulso cortantes como manifestación de magia. –Comentó la esqueleto mientras miraba lo que ahora sujetaba con las múltiples manos flotantes, aunque parecía que hablaba más consigo que con la anfibia que estaba ante ella. –Debes tener muchas frustraciones acumuladas. Eso es algo triste para alguien tan joven. ¿Quieres hablarlo?
-¿Qué...? –Undyne definitivamente no le entendía. ¿Qué no se daba cuenta que quería matarla? –¿Qué no entiende que su esposo...?
-Te escuché bien la primera vez. –Le irrumpió con un deje de seriedad que por primera vez percibió en ella, sin embargo aquel tono desapareció tan rápido que bien pudo haber sido sólo su imaginación por la furia del momento. –Y aunque tenga muchas preguntas al respecto, de momento me conformaré con saber en dónde me encuentro.
-Ari... al...
Ambas monstruos se giraron hacia el conjunto de lanzas que aprisionaban a la sirena que con mucho esfuerzo estaba levantándose y hablando. No se había dado cuenta, pero se le veía extremadamente débil, incluso ahora que podía observar con la luz que emitían sus lanzas, le daba la impresión de que sus brazos estaban un poco gelatinosos que asemejaban a las amalgamas. Pero su antena emitía una tenue luz que se rehusaba a apagarse al igual que sus esfuerzos de seguir adelante pese al dolor.
No obstante, la sonrisa de la esqueleto se desvaneció por completo al igual que las manos que habían sostenido las lanzas, desapareciendo ambas en ese instante y dejando que la única luz presente fuese en el punto fijo donde estaba la sirena. Las cuencas oscuras de la esqueleto parecían reflejar una expresión de sumo horror con tan sólo verla.
-¡¿Lyra?! –Terminó exclamando la señora sin poder dar crédito a lo que ya estaba observando. –¡Estás viva!
-¡Co...re!
La esqueleto no parecía comprender su indicación, dando un pie al frente para querer dirigirse hacia ella, pero sin poder dar otro más ante un evidente miedo en cuanto una enorme figura atravesó la puerta con algo de complicación por sus enormes cuernos. Incluso Undyne tuvo que admitir que estaba teniendo miedo de una reprimenda de su parte tras todo lo que había ocasionado. Y verlo invocar una llama en su enorme mano para alumbrar todo, le hacía parecer mucho más aterrador que de costumbre. Era como si estuviera teniendo un acercamiento a lo que sería el infierno.
-¡Oh, vaya! Tiempo sin vernos, señora Gaster. –Pese a todo, Asgore estaba sumamente calmado. Sin prestarle atención a todo lo demás. –Me temo que despertó mucho antes de lo contemplado.
La esqueleto había dado pasos apresurados finalmente, pero sólo para ponerse delante de ella, con los brazos extendidos como si en ello pudieran ocultar que una anfibia de mayor altura que ella estuviese ahí. ¿Acaso estaba queriendo protegerla? Tonta, ni siquiera era capaz de controlar el temblor de sus huesos que sonaban lo suficiente para dejar en claro el miedo que tenía. Aunque ahora que la tenía bastante cerca y con los brazos extendidos, pudo darse cuenta que, además de tener las palmas agujeradas, le faltaba el dedo anular de la mano izquierda.
-Por lo que veo, me recuerda muy bien. –El monstruo jefe soltó una carcajada de sólo verla actuar de esa manera. –Espero que también recuerde que me disculpé por lo que tuve que hacer.
La esqueleto oprimió su mano izquierda en respuesta. Confirmándole de alguna manera que aquella ausencia de dedo tenía algo que ver en su conversación.
-Yo lo distraeré. –Susurró la esqueleto, aunque era evidente que todos le escucharían. –Tú solo corre.
-No hace falta tales medidas, señora.
Con esas palabras, Undyne supo lo que tenía que hacer. Aun con el desastre que había ocasionado, el señor Dreemurr le seguía brindando confianza absoluta en sus capacidades. Lo suficiente para calmarla en el momento y colocando la punta de su lanza al cuello de la esqueleto, haciendo que ésta levantara lentamente sus manos al darse cuenta de la situación en la que estaba en realidad, pero ya no había temblor de su parte. También pudo notar que la sirena había bajado la cabeza, completamente desilusionada de la situación.
Tal vez todo parecía extraño y aterrador, pero sin importar la explicación que habría en todo eso, ella ya había tomado una decisión. Y esa era ser leal a Asgore Dreemurr.
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No habrá muchas palabras aquí esta vez, porque les dejaré con el suspenso hasta el siguiente capítulo, bwahahaha. El cual espero tenerlo listo el 9 de febrero para mantener el ritmo de actualizaciones quincenales. ¿Qué les ha parecido que sean los miércoles de Flapper Florist? Creo que teniéndole un día asignado hace menos larga la espera, ¿no? Aun cuando se trate de un miércoles si y un miércoles no.
En verdad agradezco mucho que lean esta historia. Aunque sean pocos los que me comentan, son un motor para mi en momentos de lucha como este y créanme que siempre me emociono cuando leo sus comentarios. ¡Los quiero mucho!
¡Michi fuera!
:)
