¡Aquí me presento con un nuevo capítulo triple para esta historia!

Gracias a Lucario y Brian Oh, ya que ellos fueron quienes canjearon sus membresías por estos capítulos extras. Recuerda que si quieres más capítulos consecutivos de esta o cualquier historia en desarrollo puedes volverte miembro de mi Patre-on por un dólar, puedes encontrarme como Jyanzein.

Aclarado esto, es momento de contestar una review:

Grimlouck: Las votaciones estuvieron una buena cantidad de tiempo. No imaginé que mi primera historia de DxD tardara tanto en terminar, a eso se debió la tardanza (ya sabes, no quería tener tantas historias publicándose al mismo tiempo). En cuanto a esta historia, en primer lugar me alegro que te haya gustado, y segundo puedo decirte que hice a Rei de esa manera a propósito, ya que ella funciona como la antagonista de esta historia. Como dije antes, Rei no me parece mal personaje y nunca tuve hate hacia ella, simplemente tuvo la mala suerte de que decidí dirigir la historia de esta manera, ni más ni menos. Y por último, no te preocupes, dejaré de referirme de esa manera a Takashi. Espero que los siguientes capítulos también lleguen a gustarte.

Sin nada más que agregar, comencemos.

¡Disfruta!

Las calles estaban repletas de zombis, quienes estaban deambulando sin objetivo alguno, incluso la mayoría de ellos simplemente se encontraban completamente quietos. Las calles eran un desastre, ya que se podía presenciar diversos accidentes automovilísticos, tiendas destrozadas y algunos cuerpos irreconocibles tirados por el pavimento o en el jardín de las casas.

En medio de todo ese Infierno silencioso, el sonido de un motor lentamente comenzó a romper dicha armonía que la muerte parecía estar disfrutando.

Esas "cosas" comenzaron a reaccionar lentamente a medida que el ruido se hacía más pronunciado, y el sonido cada vez más fuerte y claro te dejaba a entender que se trataba de una moto.

La mano de Takashi se aferró fuerte al acelerador, pasando entre todos los zombis de la cuadra antes de que siquiera pudieran reaccionar de manera adecuada. Los pocos que podían ser una amenaza eran decapitados al instante por una Saeko que se encontraba muy calmada a pesar de estar haciendo un labor tan repugnante.

"¡Es la casa marrón de allí!" Takashi le advirtió, a lo que Saeko observó el objetivo.

La mujer rebanó un par de cabezas más antes de abrazar con fuerza a Takashi, haciendo que el joven acelerará hasta más no poder.

Los pocos metros restantes fueron atravesados sin mucho problema. Una vez que llegaron al objetivo, Takashi inclinó su cuerpo hacia un lado para hacer un gran derrape con el afán de detenerse en el garaje de la casa.

"¡Vamos!" Exclamó el castaño, y Saeko lo siguió enseguida, sin antes matar a un par de zombis que se encontraban cerca.

La última en entrar en la casa fue Saeko, quien aseguró la puerta de inmediato gracias a un mueble cercano.

Takashi y Saeko observaron la puerta en silencio, viendo como los golpes no se hacían esperar. De todos modos, la puerta parecía ser demasiado resistente como para ceder ante unos golpes tan débiles.

"Eso será suficiente. Deberíamos asegurar las ventanas y revisar que no haya ninguno de ellos dentro." Declaró Takashi, recibiendo un asentimiento de su futura amante.

_ CAPÍTULO 13: ¡CAMBIO DE PLANES! _

Takashi tomó una nota que había sobre la mesa y la leyó con cuidado. Una vez que terminó, su mirada se volvió a levantar para observar a las ventanas completamente cerradas, por lo que la única manera de tener luz era a través de la electricidad que aún se mantenía en funcionamiento.

"Ya cerré la ventana de la última habitación." Saeko entró al comedor. "¿Qué es eso?" El rostro de la mujer se tornó algo curioso tras notar el papel que sostenía Takashi.

"Es una nota de sus padres, dicen que lo esperan en el aeropuerto." Takashi le entregó la carta, a lo que Saeko lo leyó con cuidado.

"Que extraño que no lo hayan esperado..." Comentó Saeko, quien volvió su mirada a Takashi.

"Por lo que tenía entendido, su madre estaba embarazada. De seguro les costó tomar mucha esta decisión, pero creo que era la más sabia." Declaró Takashi mientras sacaba algunos alimentos que los padres de Hirano se habían dejado, tales como algunos chocolates y demás pequeños aperitivos.

"Tienes razón, llegar lo más pronto posible al aeropuerto era el medio más sencillo para salvarse." Saeko asintió ante sus propias deducciones al mismo tiempo que se acercaba al televisor para encenderlo. "¿Me pregunto cómo estarán las cosas allí después de todas estas horas?" Saeko encendió la tele y fue entre diversos canales, aunque la mayoría de ellos solo transmitían estática.

"No creo que encuentres nada interesante." Comentó Takashi, quien se sentó para comer un poco.

"Los canales nacionales están muertos, pero quizás encontremos algo a nivel local..." Saeko extendió su mano para atrapar la barra de chocolate que le arrojó Takashi.

Después de pasar por varios canales, por fin el sonido de la estática se detuvo y la imagen de un puente repleto de personas y soldados hizo acto de presencia.

Saeko se levantó y dejó el chocolate a medio comer entre sus labios mientras miraba la escena con atención, y Takashi reaccionó de una manera similar.

"¡El único puente hacia el aeropuerto ha sido bloqueado con el afán de contener la infección!" Exclamó la voz de una mujer que estaba sobre un helicóptero, por lo que las imágenes eran más que claras gracias a dicha altura.

"¿Bloquearon el puente?" Takashi se puso de pie, la poca calma que había logrado encontrar en aquel momento había desaparecido.

"Es la única manera de llegar a la casa de Saya, ¿verdad?" Se preguntó Saeko con una expresión preocupada en su rostro.

"Podrían hacer un desvío por las carreteras, pero llegar afuera de una ciudad tan grande en un día con la cantidad de disturbios actuales es imposible." Respondió Takashi, quien lucía bastante serio al respecto.

"¡Oh, por Dios! ¡La armada ha vuelto a hacer otro disparo de advertencia!" Gritó la mujer del helicóptero, algo que interrumpió la charla de ambos.

"¿Piensas lo mismo que yo?" Preguntó Takashi con una mirada conflictiva.

"Lo sé, yo tampoco creo que logren detener a la multitud por mucho más tiempo. De seguro sucederá algo muy malo." Contestó Saeko con seriedad.

De repente, el rostro de Saeko cambió a uno sorprendido cuando su celular comenzó a sonar.

"¿¡Volvió la señal!?" Preguntó un Takashi alarmado que no tardó en sacar su celular.

"¿Hola, papá?" Saeko respondió la llamada, y un gran suspiro de alivio se escuchó desde el otro lado.

"¡No sabes cuánto me alegro de escuchar tu voz, Sao-chan!" Fue increíble escuchar como uno de los hombres más fuertes del mundo estaba haciendo todo lo posible para contener su llanto.

"No te preocupes, papá. Estoy bien, por suerte yo y mis amigos logramos salir de la Academia, aunque tuvimos que separarnos en un momento..." Saeko continuó la charla con su padre, mientras que Takashi observó la gran cantidad de mensajes que tenía de sus padres.

"Estoy bien, no se preocupen. Encontraré la manera de sobrevivir y salir de aquí." El joven contestó a sus padres para aliviarlos, para luego marcar al número de Hirano.

"No, no estoy sola. Takashi está conmigo." Aclaró Saeko, quien fijó la mirada en su enamoramiento secreto tras mencionarlo.

"Oh, ese joven...cuando todo esto termine, definitivamente le agradeceré como es debido." Declaró Ryoma, su tono de voz se notaba bastante aliviado. "¿Puedo hablar un poco con él ahora?" Preguntó con un tono mucho más revitalizado.

"Hum, espera un segundo. Él ahora está hablando." Comentó Saeko, viendo como Takashi caminaba de acá para allá mientras esperaba que Hirano contestara su llamada.

"Hola, lo siento, estaba hablando con mis padres." La ansiedad de Takashi desapareció cuando su mejor amigo le respondió. "¿Ustedes están bien?"

"No te preocupes por nosotros. Escucha bien, porque seguro no tenemos mucho tiempo." Aclaró Takashi al instante, recibiendo un gesto positivo desde el otro lado. "El puente para donde tienen pensado dirigirse está bloqueado."

"¡Mierda! ¿Qué vamos a hacer?" Hirano se notó bastante enojado e impotente.

"Todavía creo que ir a la casa de Saya es la mejor opción, ya que tiene una seguridad sin igual. De seguro todos piensan igual. En ese caso, lo mejor sería encontrar algún punto medio en donde podamos descansar, para luego continuar el desvío por la carretera." Takashi compartió sus ideas, ganándose una respiración pesada y fastidiada por parte de Hirano.

"No es un mal plan, pero el problema es que no conocemos ningún buen lugar como para quedarnos." La llamada se entrecortó por momentos tras las palabras de Hirano, y cuando Takashi pensó que se había quedado sin señal, la voz de cierta enfermera se escuchó desde el otro lado.

"Conozco el departamento de una amiga que se encuentra no muy lejos de los límites de la ciudad. Tiene suficiente espacio para todos, y también cuenta con una ducha bastante amplia y calentita." El comentario de Shizuka hizo que una gran sonrisa apareciera en el rostro de Takashi.

"¿¡A tu amiga no le molestaría que nos quedemos por un día!?" Preguntó con energía.

"No te preocupes por eso, ella no vive allí. En realidad es un punto de reunión que usamos entre amigas para juntarnos y divertirnos, así que yo también tengo una llave." Esas palabras hicieron que Takashi apretara el puño con fuerza.

"¡Genial! ¡Dile a Hirano que me dé la dirección por mensaje ahora!" Exclamó con emoción, pero rápidamente esa emoción cambió a una sonrisa mucho más tranquila.

"Oye, tengan cuidado."

Esas palabras fueron escuchadas por todos los que estaban en la camioneta, por lo que no pudieron evitar sonreír.

Saya no tardó en robarle el celular a Shizuka para tener la última palabra.

"Lo mismo digo, idiota."

Takashi cortó la llamada, la sonrisa en su rostro no se hizo esperar por las últimas palabras que le transmitió su más vieja amiga.

"Mi padre quiere hablar contigo." Saeko le extendió el celular, a lo que Takashi lo tomó algo vacilante, ya que el pedido lo tomó por sorpresa.

"Hola, señor Ryoma, ¿cómo se encuentra?" Preguntó un Takashi algo inseguro.

"¿Cómo me encuentro yo? ¿No crees que yo debería hacerte esa pregunta a ti?" Preguntó el hombre con gracia.

Increíblemente, Ryoma no perdía el sentido del humor ni siquiera en una situación como esta.

"Eeeh...si, tiene razón..." Comentó Takashi con una sonrisa nerviosa ante la atenta mirada de Saeko.

"Por lo visto, todo este ataque solo está sucediendo en Japón. Lo mejor que podrían hacer es intentar marcharse del país, no obstante sé que ahora mismo es imposible por toda la conmoción causada..." Aclaró el hombre desde el otro lado, haciendo que Takashi se pusiera serio.

"¿Qué propone que hagamos?" Preguntó el castaño.

"Solo manténganse con vida. Lo que está sucediendo en Japón está generando una locura alrededor de todo el mundo, por lo que difícilmente les habiliten los próximos vuelos por varios meses. Estamos hablando de una pandemia mortal o algo así..." El tono de voz de Ryoma se notó algo despectivo al final. "La realidad es que los detalles ahora mismo no me interesan mucho. Solo asegúrate de cuidar tu salud." Concluyó el hombre con calma.

"Hum, muchas gracias... pero... me resulta extraño que se preocupe tanto por mi, siendo que nunca nos hemos visto en persona antes..." Comentó Takashi, quien se frotaba el cabello.

"Cambiaste la vida solitaria de mi hija para siempre." Las palabras de Ryoma hicieron que Takashi detuviera su acción. "Ese motivo es más que suficiente para preocuparme por ti." Takashi bajó un poco la cabeza, su sonrisa no tardó en aparecer.

"Señor, no sé qué decir..."

"¿No te parece curioso?" Ryoma interrumpió a Takashi. "Justo cuando me iba a llevar a mi Sao-chan, todo esto sucede. Es como si hubiera sido obra del destino, ¿no lo crees?" Las palabras del hombre hicieron que Takashi tartamudeara.

"Hum, no entiendo adonde quiere llegar..." Comentó un Takashi que lucía bastante confundido.

"¿Quieres a mi hija?" La pregunta repentina del hombre asombró a Takashi.

Pero la sorpresa sólo fue momentánea.

"Por supuesto, Saeko es muy importante para mi." Takashi no dudó en responder, la seriedad demostrada detrás de sus palabras hizo que la mencionada se sonrojara, aunque él no lo notó.

"Genial, entonces me gustaría pedirte un favor. No como hombre, si no como padre..." La voz de Ryoma sonaba mucho más profunda de lo que Takashi e incluso la misma Saeko podrían haberse imaginado.

"Lo escucho." Nuevamente, Takashi no había mostrado vacilación alguna.

"Por favor, cuida de mi hija."

Takashi observó a Saeko tras escuchar esas palabras. La sonrisa en su rostro comenzó a aparecer mientras la miraba, como si la mujer que estuviera frente a él fuera como una Ángel resplandeciente y hermosa que llenaba su corazón, su vida.

De hecho, ella lo hacía.

Era como una ángel...

Era como una Diosa...

Su Diosa.

"No te preocupes, no dejaré que le hagan daño."

Ryoma sonrió tras escucharlo, y sin decir más cortó la llamada.

Takashi aún no lo sabía, pero a partir de ese momento el padre de Saeko le había entregado su permiso para que convirtiera a su hija en la mujer más feliz del mundo.

"¿Y ahora qué?" Preguntó Saeko, quien recibió el celular de manos de Takashi.

"Comamos un poco mientras buscamos lo que me pidió Hirano. De paso busquemos ropas nuevas, estas apestan a sangre podrida." Respondió el joven, sin notar como Saeko se quedó estática mirando al celular.

Ella realmente se había quedado algo ansiosa en saber de lo que él y su padre hablaron.

Takashi abrió el armario de Hirano y comenzó a rebuscar entre sus pertenencias.

"Maletín de color negro, maletín de color negro..." El castaño se repitió numerosas veces mientras mandaba a volar diferentes prendas.

Saeko se detuvo en la entrada con algo de ropa entre sus manos, esperando que Takashi terminara de hacer su trabajo.

El castaño se detuvo de la nada, sus ojos reflejaron una pequeña parte visible del maletín sepultado debajo de todos los pantalones perfectamente ordenados.

Takashi retiró las últimas prendas y por fin sacó el maletín negro.

"Dijo que iba a ser grande, pero no me esperaba que lo fuera tanto. Incluso es bastante pesado..." Comentó Takashi, quien le resultaba difícil maniobrar con algo tan grande.

"Tiene una contraseña." Saeko se agachó a su lado y observó el candado de 3 dígitos con detenimiento.

Takashi no dijo nada, solo introdujo unos números que aparentemente eran al azar.

"508"

El candado se abrió, algo que impresionó a Saeko.

"¿Cómo lo sabías?" Ella no tardó en preguntar.

"508 milímetros es el diámetro de cañón preferido de Hirano. Fue lo primero que se me ocurrió porque me lo repetía como 5 veces al día." Takashi se inclinó de hombros para restarle importancia, para luego quitar los últimos seguros del maletín y abrirlo.

Tanto Takashi como Saeko se llevaron una sorpresa impresionante cuando vieron el contenido.

Takashi sacó el objeto lentamente, revelando que se trataba de un fusil de asalto AUG, y no solo era eso, ya que tenía una gran cantidad de cartuchos, un silenciador para colocarlo a gusto y unos audífonos insonorizados especiales que combinaban con el color grisáceo del arma..

La siguiente reacción fue mirarse entre ambos, y ese silencio por fin fue roto por Takashi, que apenas pudo encontrar las palabras para decir lo siguiente:

"No me jodas."

_ SALTO DE LINEA _

Casa de Hirano

Unos minutos más tarde...

Takashi se encontraba recostado en la cama apuntando con la mirilla mientras esperaba que Saeko terminara de cambiarse. Al final, el castaño tan solo pudo echarle otra mirada más al arma, para luego negar con la cabeza al mismo tiempo que un suspiro de genuina sorpresa energía de sus labios.

"¿Quién hubiera pensado que comprarías un monstruo así con el dinero del Evento de Otoño?" Takashi se replanteó mientras volvía a colocar el arma en su maletín.

"Hum, Takashi..." Saeko se asomó por la puerta, y el castaño notó de inmediato que algo raro sucedía.

No solo se debía al nerviosismo de su futura amante, si no también se debía a que la nueva ropa que estaba llevando se veía... incómoda, por no decir que la polera estaba a punto de explotar por culpa de sus grandes pechos.

"¿Qué-qué sucede?" Takashi no pudo evitar el tartamudeo, su rostro sonrojado lo delataba.

"Necesito un poco de ayuda con mis pantalones..." Saeko bajó su mirada y un tenue rubor pintó sus mejillas tras lo mencionado.

"¡De acuer-! Espera... ¿Qué?" De repente, la cabeza de Takashi estuvo a punto de dejar de funcionar.

Pero Saeko no tuvo piedad.

"Me refiero a esto." Saeko mostró su cuerpo completo, revelando que el pantalón invernal y bastante amplio parecía no poder cubrir su trasero.

"Mierda, eso es... parece complicado." Takashi sintió como sus palabras se mareaban, ya que la imagen delante de él no le permitía pensar con claridad.

Había superado muchas cosas en su vida, pero nunca se acostumbraría a ver a Saeko en ropa interior.

Simplemente ella era demasiado caliente como para evitar ponerse nervioso, y todo indicaba que ella ni siquiera se daba cuenta de eso.

"Lo es, esto fue lo más grande que conseguí de su madre. Definitivamente tenemos tallas muy diferentes." Comentó Saeko, quien se apoyó contra el armario. "¿Puedes hacer fuerza desde atrás? Intentaré sostenerme." Saeko inclinó sus caderas un poco hacia atrás, y no se dio cuenta como Takashi tuvo que cubrir su nariz para evitar una hemorragia nazal.

Ver su culo apretado e inclinado hacia atrás con esas hermosas bragas violetas era demasiado.

"¡Bien, hagámoslo!" Takashi se golpeó las mejillas para quitarse todos esos pensamientos impuros. "¡Vamos, ella es tu mejor amiga! ¡No puedes verla de esa manera!" Se reprendió mentalmente.

"¿Puedes hacerlo ya? Es un poco vergonzoso..." Comentó Saeko con una sonrisa tímida en su rostro, algo que solo puso más nervioso a Takashi.

"Lo-lo siento." El castaño se acercó y sostuvo el pantalón.

El forcejeo no tardó en llegar, y Takashi se sonrojaba más y más al sentir como sus manos golpeaban constantemente con el voluptuoso trasero de Saeko.

"¡Solo un poco más...!" Saeko cerró sus ojos y agachó un poco su cuerpo, haciendo que el pantalón entrara por completo.

Grave error.

El pantalón se abrió en la zona de su trasero, y el rostro de Takashi estaba a la altura y cercanía perfectas para poder presenciarlo de primera mano.

Saeko no tardó en darse la media vuelta y se cubrió su parte trasera con ambas manos. El movimiento tan abrupto hizo que la polera también se rompiera, por lo que su sosten floreado de color violeta quedó expuesto al igual que su gran y bello escote.

Takashi se cayó de espaldas de una manera algo graciosa al ver como sus pechos rebotaban en libertad. Saeko no tardó en cubrirse su escote con una de sus manos, el sonrojo en su rostro se había pronunciado visiblemente.

"Creo-creo que es mejor que use mi ropa." Declaró la mujer, quien lucía bastante avergonzada, algo muy raro en ella.

"Opino lo mismo, quizás encontremos más ropa en el departamento." Aclaró Takashi al instante, que para estas alturas se dio cuenta que estaba mirando demasiado, por lo que giró su rostro hacia otro lado.

Saeko se marchó sin decir más, dejando a Takashi en completo silencio.

El joven lentamente pareció reaccionar, y su mirada se desvió con lentitud hacia la puerta por donde había salido Saeko.

"No importa que sea mi mejor amiga. Es imposible negar que es la mujer más maravillosa y caliente que conozco..." Takashi pensó con un rostro serio que lo hacía ver como un estupido.

Los minutos pasaron en donde Takashi pudo cambiarse de ropa sin muchos problemas, ya que las medidas del padre de Hirano eran similares a las suyas. El joven se colocó una nueva chaqueta de cuero que había encontrado en la casa, para luego sentarse y observar la tele por si sucedía algo interesante.

Poco después apareció Saeko, quien ahora también llevaba un abrigo polar de hombre, ya que era lo único que le quedaba bien en la casa.

"¿Crees que hará más frío?" Preguntó Saeko, quien se sentó a su lado.

"Probablemente. Apenas es medio día y la temperatura es muy baja." Respondió Takashi, en ningún momento le quitó la mirada a las noticias.

Gracias a eso es que no pudo darse cuenta de como Saeko se le quedó mirando. Ella parecía tener las intenciones de decirle algo, lo que la delataba eran sus hermosos ojos celestes que brillaban con fuerza, sumado al muy tenue rubor en sus mejillas.

"Creo que ya deberíamos comenzar a movernos." Takashi apagó el televisor, y recién en ese momento se dio cuenta de la mirada que Saeko le estaba entregando. "¿Sucede algo?" Takashi indagó con el ceño fruncido en confusión.

Saeko respondió a su manera cuando lo tomó de su chaqueta con un poco de fuerza. Takashi simplemente la miró confundido, por lo que su reacción más normal fue sorprenderse bastante cuando ella lo abrazó con fuerza.

"¿Estará avergonzada por todo lo que sucedió hace unos minutos? ¿Cómo le digo que no es su culpa tener un cuerpo tan bien desarrollado sin que suene extraño?" Eso fue lo primero que se le ocurrió a Takashi en semejante situación, sin saber los sentimientos revoltosos que estaban encendiendo todo el cuerpo de Saeko.

"Ya sé que ya lo hablamos en la Academia, pero..." La voz de su futura amante tranquilizó sus pensamientos absurdos. "Estoy muy feliz de poder estar contigo. No sabes lo mal que me sentí en ese momento, entonces... solo... no lo vuelvas a hacer." Saeko apartó un poco su rostro para poder mirarlo cara a cara.

"Oh, ¿era eso? ¡Quiero decir...!" Takashi tuvo que separarse de ella para fingir una tos. "En realidad, no creo que pueda prometerte nada." Concluyó con una sonrisa suave, algo que pareció sorprender a Saeko. "Simplemente no puedo dejar a nadie atrás. Y si estamos hablando de ti..." Takashi colocó una mano sobre su mejilla, y una enorme sonrisa se dibujó en sus labios.

"No me importaría arriesgar mi vida mil veces con tal de salvarte."

Saeko bajó un poco la cabeza y sus labios se fruncieron. Ella parecía estar algo molesta, aunque el sonrojo cada vez más visible en su rostro parecía indicar lo contrario.

"¿De qué serviría eso?" Takashi se sorprendió ante la repentina pregunta de la mujer. "Porque incluso si logras salvarme a costa de tu vida, entonces es como si no hubieras salvado nada." Aclaró Saeko, algo que solo confundió aún más a su amor platónico.

"No lo entiendo..." Takashi negó con la cabeza para hacer énfasis en sus palabras.

"Solo estoy diciendo que..." Saeko guardó silencio por un segundo, pensando en sus palabras con más detenimiento.

Al final, ella lo volvió a tomar de la chaqueta, pero esta vez no lo abrazó. Ambos se quedaron mirando con sus rostros a escasa distancia.

"Si tu ya no estás, yo no podré soportarlo."

"Saeko..." Takashi no pudo decir otra cosa más que su nombre, esas palabras realmente habian calado profundo en su corazón.

Sabía que él era importante para su amiga, pero no imaginaba que ella lo apreciara tanto.

"No quiero pasar por eso nunca más. No quiero volver a pensar que has..." Al final, una sonrisa comprensiva apareció en su rostro al ver como unas pequeñas lágrimas comenzaban a formarse en el rostro de Saeko.

"No te preocupes, no me iré a ningún lado." Takashi la abrazó, y Saeko respondió su abrazo de manera inmediata.

El silencio reinó entre ambos, y las preocupaciones restantes que acechaban a Saeko lentamente se marcharon hasta el punto de que una sonrisa se dibujó en su rostro.

Pero aunque estuviera tranquila, ella no se separó de sus brazos en ningún momento.

Quería sentir ese calor...

Quería sentir ese cariño...

Ella solo quería estar cerca de él.

Mucho más cerca...

Sus labios se fruncieron en contra de su voluntad y el abrazo se apretó aún más.

Las ansías de besarlo estaban creciendo de una manera desmedida.

Ella no sabía cuánto más podría soportarlo.

"En la noche..." Saeko se dijo en su mente cuando la sonrisa armoniosa volvió a su rostro.

"¿Ya te encuentras mejor?" Preguntó el castaño, ganando un leve asentimiento como respuesta. "En ese caso, creo que ya deberíamos ir moviéndonos." Saeko lo abrazó con más fuerza tras escucharlo.

"Solo un minuto más."

_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _

¡Espero que lo hayan disfrutado!

Tenía pensado formalizar la relación de Takashi y Saeko, pero los eventos de este capítulo se me alargaron más de lo que pensaba así que preferí dejarlo para el próximo capítulo.

Nos estaremos viendo dentro de 3 días para la continuación.

¡Hasta la próxima!