¡Aquí me presento con el tercer capítulo extra!
Recuerda que gracias a Lucario y Brian Oh es que tuvimos todos estos capítulos consecutivos. Si tú también quieres ser parte de esto, entonces puedes volverte miembro de mi Patre-on por un dólar y pedir un capítulo extra de cualquier historia que esté en desarrollo. Puedes encontrarme allí como: Jyanzein.
Antes de comenzar, quiero contestar una review:
Bat Dragon: Me alegro que te haya gustado, espero que también disfrutes este capítulo.
Ahora sí, comencemos.
¡Disfruta!
Las llamas se expandieron tanto en aquella fría noche que permitió iluminar todo el barrio e incluso más allá de eso. Un par de casas se encontraban quemandose mientras el sonido del derrumbamiento constante llamaba la atención de los infectados, que a estas alturas ya eran una enorme horda que ocupaba muchas calles.
Desde una zona un poco alejada, todo el grupo se encontraba comiendo en completo silencio. El televisor estaba apagado, y el único sonido presente eran las llamas que se encontraban a una distancia segura, sumado al ruido ocasional de los cubiertos.
Todos tenían rostros amargados, pero preferían no hacer ningún comentario a lo que acababa de suceder.
Al final, Hirano no pudo aguantar más y dejó caer su tenedor, y las lágrimas comenzaron a caer de su rostro sin parar. Todos observaron eso con gran tristeza e impotencia, ya que no sabían qué decirle en una situación como esta.
Todos, a excepción de una persona.
"Hirano, sé que no hay nada que pueda aliviar tu dolor." Saya colocó una mano sobre su hombro. "No existen palabras, acciones u otro tipo de fundamentos que puedan aliviar la pérdida de tu familia. Pero nunca te olvides que nosotros siempre estaremos aquí para todo lo que necesites." Saya apretó su hombro con un poco más de fuerza, a lo que Hirano alzó su rostro.
Sus lágrimas se detuvieron un momento para observar a Saya, quien le entregaba una linda sonrisa.
"Ella tiene razón." Saeko asintió desde el otro lado de la mesa, esbozando una sonrisa comprensiva.
Los ojos de Hirano se ensancharon ligeramente, y su rostro se vio obligado a girar tras sentir como el otro lado de su hombro también era sujetado. Allí estaba su mejor amigo Takashi, quien no dijo una palabra, solo respondió a su manera con un asentimiento cubierto de seriedad.
"Aunque no tengas mucha confianza en nosotros, también haremos todo lo posible para ayudar." Aclaró Hisashi con una sonrisa, a lo que Hirano lo miró.
Ahora miró a todos los que rodeaban la mesa, quienes estaban completamente dispuestos a ayudarlo, por lo que las lágrimas no tardaron en volver a aparecer.
Pero esta vez, por lo menos ese llanto ya no transmitía esa sensación de vacío extremo, sino que pretendía ser un desahogo que, lastimosamente, quizás nunca podría encontrar final.
"¡Muchas gracias, chicos! !Sin ustedes, yo...!" Hirano no pudo decir nada más, ya que se atragantó con sus lágrimas. "¡Especialmente tú, Saya-chan! ¡Eres la luz de mi vida!" El gordito abrazó a su novia, a lo que ella no pudo evitar sollozar en silencio.
"No te preocupes, siempre estaré contigo..." Saya sintió como sus lágrimas se deslizaban mientras intentaba consolar a esa persona tan importante para ella.
", ¿eh?" Pensó Takashi, esbozando una leve sonrisa mientras apoyaba su mano sobre su mejilla.
Al final, sus ojos se encontraron con los de Saeko, por lo que ella no tardó en entregarle una bonita sonrisa.
"Creo que es una manera bastante correcta de describirlo."
_ CAPÍTULO 15: ¡EL CALOR DE NUESTRO AMOR! _
Rei y Shizuka se encontraban limpiando la cocina para distraerse, Hisashi estaba haciendo reposo en uno de los tantos dormitorios mientras buscaba alguna noticia nueva interesante desde su celular, mientras que Saya y Saeko se encontraban colocando las últimas prendas limpias sobre un tendedero improvisado en el salón, ya que allí es donde se encontraba el único radiador portátil del departamento.
Saya observó al balcón, su mirada decayó notoriamente cuando la fijó en Hirano, quien se encontraba haciendo guardia en aquella fría noche. Saeko colocó una mano sobre su hombro para calmarla, a lo que Saya tan solo pudo responder con una sonrisa algo triste.
Takashi, quien se encontraba recostado en el sillón, observó toda la escena de las chicas sin decir una palabra. Su rostro se tornó un poco serio cuando volvió la mirada a su mejor amigo, notando como el cabello del gordito se agitaba con la fría briza y él ni siquiera se inmutaba.
Hirano miró hacia atrás tras escuchar como la puerta corrediza se desplazaba, notando que se trataba de Takashi. El gordito no dijo nada, lo único que hizo fue reforzar su postura con el subfusil mientras miraba hacia abajo.
Takashi se colocó a su lado e imitó su acción, aunque en su caso sostenía la AUG que Hirano le había prestado para esta ocasión.
"Son muchos." Takashi inició la conversación, notando que la calle estaba casi repleta de zombis que no paraban de deambular.
"Será imposible salir mañana." Hirano dio su punto de vista ante la situación, recibiendo un asentimiento por parte de Takashi.
"Ahora nos vendría bastante bien ese autobús que se llevaron en la Academia." Declaró el castaño.
"Ya no sirve de nada pensar en eso." Hirano negó con la cabeza.
"Tienes razón." Takashi respondió con simpleza.
Aunque la situación actual se notaba algo incómoda, ninguno de los dos parecía tener la intención de quedarse solo.
"Bueno..." Takashi retomó el habla luego de algunos segundos. "Ya sabes, como dijo Saya..." Takashi dio un leve suspiro para calmarse. "Si necesitas hablar con alguien, yo estoy aquí." Concluyó, enfrentando a Hirano con la mirada.
"Lo que dije antes, lo dije muy en serio..." Hirano se aferró al subfusil con más fuerza cuando bajó su mirada con gran remordimiento. "Realmente... realmente tengo mucha suerte de poder haberlos conocido. Son las personas más geniales que haya tenido la oportunidad de conocer. Solo con eso me basta para seguir adelante." Hirano respondió con una voz que estaba a punto de quebrarse.
"Para nosotros, tú eres exactamente lo mismo. Para mi lo eres, creeme." Takashi movió el cinturón de la AUG sobre su espalda. "¿Sabes qué? ¡Ven y dame un abrazo!" Exclamó Takashi con una sonrisa dentuda mientras extendía sus brazos para recibirlo.
"¡Maldición, Takashi!" El gordito lo maldijo entre lágrimas cuando dejó caer su arma y lo abrazó con fuerza, dejando que su llanto volviera a salir.
Takashi respondió el abrazó con una sonrisa comprensiva mientras hacía todo lo posible para calmarlo un poco.
Saya y Saeko observaron todo desde adentro, por lo que ambas se miraron con una sonrisa.
"¿Ya te sientes mejor?" Preguntó Takashi al ver como Hirano se separaba luego de unos segundos.
"Eso creo..." Hirano se quitó las últimas lágrimas y volvió a tomar su arma. "Me gustaría poder ser igual de fuerte que tú." La declaración del gordito sacó una leve risa en Takashi.
"¿Yo? ¿Fuerte? Si hubiera perdido a mi familia, creo que estaría aún peor que tú." Admitió Takashi, para luego cerrar sus ojos. "Además, la realidad es que me dejo atormentar por cosas mucho más simples."
"¿Qué quieres decir con eso?" Hirano lo miró con bastante curiosidad tras hacer la pregunta.
"Hace poco me di cuenta de una cosa..." Takashi volvió su mirada hacia el interior del departamento, viendo que Saeko y Saya aún seguían ordenando la ropa mientras hablaban y reían entre sí. "Creí que ya no era como antes, pero al final me estuve negando a aceptar una verdad tan clara durante tanto tiempo. Y ahora que me he dado cuenta supongo que tengo miedo..." Hirano siguió su mirada, y no tardó en descifrar lo que estaba pasando.
"¿Eso quiere decir que por fin se ha dado cuenta que la ama?" Pensó Hirano con bastante sorpresa.
"Para ser sincero, no sé cómo debo enfrentar la situación. Es algo que nunca me había planteado hasta ahora." Takashi bajó un poco su mirada tras compartir sus pensamientos.
"¿Estás hablando de un enamoramiento o algo así?" Hirano decidió ser algo discreto aunque ya conocía la situación.
Probablemente Takashi se sentiría bastante mal si se diera cuenta que siempre fue tan obvio, incluso desde antes de que se diera cuenta de lo que sentía por Saeko.
"¡Si, pero-pero no tiene nada que ver con alguna chica que tu conozcas! ¡Estamos-estamos hablando de una extranjera!" Exclamó Takashi con un nerviosismo palpable.
"Ah, ya veo..." Respondió Hirano con una sonrisa forzada en su rostro. "Es la peor mentira que he escuchado en años." Pensó para sus adentros mientras comenzaba a sudar.
"Bueno, la cuestión es que me di cuenta de mis sentimientos por ciertas circunstancias recientes..." Takashi volvió su mirada a todos los zombis, sus cejas se fruncieron ante la pelea interna que estaba enfrentando en estos momentos. "Esa chica extranjera es bastante famosa y hábil, además de muy bonita y amable. Eso hace que tenga muchos pretendientes, y todos ellos son mejores que yo. Tenemos una muy buena relación, pero soy perfectamente consciente de que nunca estaremos juntos de la manera en que yo quiero." La mirada de Takashi se tornó en una bastante triste llegados a este punto. "Creo que por ese mismo motivo es que intenté ignorar estos sentimientos todo lo posible, pero se hizo insostenible ya que la amo demasiado. Y ahora me encuentro acorralado, no sé que debo hacer, yo... yo..."
"Takashi, si el tiempo me ha enseñado algo es que eres fuerte." Hirano lo interrumpió antes de que se encerrara más en sí mismo. "Y no estoy hablando solo de fuerza física, si no también de aquí." Hirano se golpeó el pecho con una sonrisa ante la sorpresa de Takashi. "Sin duda, eres el hombre más fuerte que conozco respecto a ese tipo de fuerza. Por eso te pido que dejes de menospreciarte." Aclaró el gordito con una mirada seria al final.
"Entonces, ¿qué se supone que deba hacer?" Takashi le preguntó de manera directa.
"Tú problema es que tu experiencia anterior con el amor te hace sentir miedo, y ese miedo te hace sentir débil. Por lo que no necesitas hacer nada." Hirano volvió a golpearse el pecho. "Solo debes recordar quien eres realmente: alguien realmente fuerte que es capaz de todo." Takashi ensanchó sus ojos tras escuchar sus palabras.
"Creo que ya lo entiendo..." Takashi colocó una mano sobre su mentón mientras pensaba con sumo detenimiento. "Entonces lo que debería hacer es apartarme de ella aunque sea lo más doloroso. Después de todo, sería capaz de soportarlo, y también sería por mi bien..." Takashi detuvo sus deducciones al ver que Hirano lo miraba como si fuera un gran idiota.
"¿Acaso no entendiste nada?" Le recriminó.
"¿Eh?" Fue lo único que salió de los labios de Takashi.
"Lo que tienes que hacer es enfrentar el problema, pero tú solo piensas en huir." Aclaró Hirano con el ceño fruncido. "¿Realmente piensas que huir es una buena opción? ¿No es exactamente lo mismo que hiciste con Rei?" Takashi bajó su mirada tras escucharlo, ya que pareció comprender ciertas cosas.
"Yo..." Takashi no pudo decir mucho más, ya que un auto se precipitó en la curva de la calle, atropellando a todos los zombis que estaban en su camino.
"¿¡Pero qué!?" El claro grito de Hirano alarmó a Saeko y Saya.
"Está intentando pasar entre ellos, pero no lo va a lograr. Son demasiados." Dedujo Takashi, observando como el motor del coche estaba muy ahogado mientras pasaba por arriba a todos los zombis que podía, pero la velocidad se iba reduciendo más y más.
"Si siguen así, van a morir." Hirano utilizó la mirilla de su arma para saber quienes eran, y se sorprendió inmensamente por lo que vio. "¡Takashi, hay una niña!" Gritó el joven muy preocupado, al mismo tiempo que Saya y Saeko entraban al balcón.
"¡Carajo!" El hombre de mediana edad maldijo cuando el coche se detuvo y comenzó a expulsar bastante humo desde su parte frontal.
La frustración se transformó rápidamente en terror al ver cómo los zombis no paraban de acercarse mientras golpeaban el auto e incluso se subían encima de éste.
"¡Papá, tengo miedo!" Gritó la niña entre lágrimas mientras abrazaba con mucha fuerza a su padre.
"No te preocupes. Saldremos de aquí de alguna forma, te lo prometo, Alice." El hombre respondió el abrazo, la impotencia y el miedo de no poder proteger a su hija se notaba con facilidad.
A su lado había un perro que comenzó a ladrar a los zombis que intentaban entrar, pero se asustó cuando observó como uno de ellos estampó su cabeza accidentalmente contra el parabrisas, astillandolo en el proceso.
"¡Oye, Takashi! ¿¡Qué haces!?" Hirano lo llamó con los ojos bien abiertos al ver como su mejor amigo se preparaba para saltar la barandilla.
"No podemos dejarlos allí." Aclaró el joven, fijando la mirada en su amigo. "Cubreme desde arriba." Hirano tan solo asintió y se puso en posición.
Al ver esto, Saeko no tardó en ponerse en movimiento y fue a buscar algo para ayudar.
Takashi saltó y cayó sobre la camioneta en la que habían venido Shizuka y los demás, y desde allí no tardó en comenzar a disparar con su AUG a todos los zombis que se encontraban cerca del coche.
Los tres individuos se sorprendieron al ver como el coche se llenaba de sangre mientras el ruido de los disparos se escuchaban sin parar.
Hirano hizo lo suyo y se encargó de disparar largas rafagas con una precisión milimétrica para matar a todos los que intentaran acercar a la posición de Takashi.
"¡Mierda!" Hirano maldijo cuando se quedó sin balas.
"¡Oye!" Saya le arrojó un cargador, a lo que Hirano lo atrapó con cierto asombro, pero no tardó en reaccionar y rápidamente recargó para seguir apoyando a su mejor amigo.
Takashi aprovechó la montaña de cadáveres que estaba bajo sus pies y comenzó a avanzar hacia el coche mientras el gran enjambre intentaba atraparlo, pero Hirano los abatía a todos con una precisión absurda.
Takashi gastó algunas balas más para quitar a los últimos zombis que estaban frente al vehículo. El castaño empujó un par de cadáveres con la culata del arma para luego limpiar el vidrio cubierto de sangre. Allí se pudo presenciar cómo el hombre protegía a su hija con un abrazo, mientras que la niña hacía lo mismo con su perro.
"¡POR AQUÍ!" El grito de Takashi fue oído por los tres, quienes lo miraron con gran asombro.
Aunque ese asombro no duró mucho, ya que el hombre no tardó en ponerse serio e intentar abrir la puerta. Al notar que no podía hacerlo, el hombre observó a su hija con cariño.
"Apártate un poco, Alice-chan." La niña asintió y se apartó con el perro aún en sus brazos.
El padre apretó los dientes con fuerza y se acomodó en el asiento para darle una fuerte patada a la puerta que no funcionó mucho, pero la segunda sirvió para correr a los cadáveres que estaban estorbando el escape.
El hombre no tardó en cargar a su hija entre sus brazos una vez más y observó con asombro cómo un muchacho de corta edad se estaba enfrentando a todas esas cosas con tanto coraje.
Takashi observó su arma con un chasquido de su lengua cuando se quedó sin balas, por lo que no le quedó más opción que pegarle un culatazo al zombi más cercano.
"¡VAMOS!" Takashi guió al grupo a través de la pila de cadáveres mientras que Hirano se encargaba de abatir todo zombi que se intentara acercar a ellos.
"¡Mierda!" Hirano no pudo evitar maldecir con gran frustración al notar que el grupo de zombis estaba acumulándose más y más alrededor de Takashi, lo que le dificultaba su labor.
Takashi apartó a un par de zombis más con la culata antes de detenerse en frente de la camioneta. Takashi logró subir sin mayores problemas gracias a Hirano, por lo que no tardó en extender la mano para ayudar al hombre.
"¡Justo en este momento!" Los dientes de Hirano se apretaron con fuerza cuando volvió a quedarse sin balas.
"¡No te sueltes, Alice!" Su padre exclamó con los dientes apretados mientras subía la camioneta, pero justo en ese momento llegaron los zombis.
"¡Papá!" La joven gritó con mucha angustia al ver como varias de esas cosas se colgaban sobre la espalda del hombre, haciéndolo gritar de dolor.
De pronto, Alice se asustó al ver como un zombi se acercaba desde la derecha con todas las intenciones de morderla, por lo que solo pudo cerrar sus ojos con mucho miedo.
"¡Gggrrr woof!" Su perro ladró con un tono amenazante y no dudó en morder al zombi, por lo que éste desvió su atención hacia el perro y le mordió su espalda, algo que se ganó un profundo grito de dolor por parte del canino.
Hirano derribó a todos los zombis justo antes de que las cosas se pusieran mucho peores, por lo que el hombre por fin pudo subir sobre la camioneta.
Todos los que se encontraban abajo presenciaron cómo estaban completamente rodeados, a pesar de que Hirano estaba haciendo lo mejor posible para mantener a los zombis a raya.
"¡Por aquí!" Saeko apareció junto con Rei, Shizuka y Hisashi, arrojando una cuerda improvisada hecha de las frazadas del departamento.
"¡Es justo lo que necesitábamos!" Respondió Takashi con una sonrisa cuando atrapó un cargador que le arrojó Saeko, por lo que no dudó en escoltar la subida del padre y su hija mientras acababa con todos los zombis que intentaban subir.
El hombre se tambaleó un poco durante la subida porque una de las frazadas se aflojó un poco, pero aún así pudo terminar de subir.
"¡Takashi!" Gritó Saya cuando recibió a los recién llegados, quienes se notaban bastante agotados.
"¡Lo sé!" Fue lo único que dijo cuando colocó la AUG sobre su espalda y comenzó a trepar entre las frazadas.
Algunos zombis intentaron morder sus pies, pero Hirano fue más rápido que ellos.
Justo cuando Takashi estaba a punto de llegar, el nudo se deshizo, lo que inauguraba una muerte segura.
Pero justo antes de que se perdiera en la nada, una mano salvadora atrapó a la suya para que no cayera.
Takashi solo pudo mirar a Saeko con los ojos bien abiertos, ya que ella fue quien lo había salvado.
Saeko utilizó bastante fuerza para lograr elevarlo un poco, y gracias a eso la otra mano de Takashi se pudo sostener sobre la barandilla.
Takashi colocó ambas manos sobre la barandilla, utilizando toda su fuerza para intentar subir. Saeko no tardó en pararse y extender ambas manos para brindarle una ayuda final.
Al final, ambos ejercieron tanta fuerza que los dos se cayeron hacia atrás.
Saeko abrió lentamente sus ojos, y un tenue sonrojo apareció en sus mejillas al notar que Takashi estaba encima de ella.
"Esto me trae muchos recuerdos." Comentó Saeko con una leve sonrisa.
"¿Debería agradecerte por salvarme la vida una segunda vez?" Preguntó Takashi con un tono burlón cuando se sentó a horcajadas sobre ella, lo que sacó una risita en su enamorada.
"¡Uff, por los pelos!" Hirano cayó de trasero al suelo.
"Ni lo digas. Es increible que tenga calor a pesar de que haya un frío de infarto." Aclaró Saya, quien se ventilaba con su mano.
"Lamento arruinar la fiesta, pero creo que deberíamos hablar." Declaró Hisashi con seriedad.
Esa misma seriedad fue dirigida al hombre, quien tan solo estaba calmando a su hija y le decía que Zeke se recuperaría pronto. Aun así, el rostro de todos no tardó en ponerse serio tras ver la espalda del hombre, ya que su remera estaba rasgada y tenía diversas mordidas.
El hombre pareció captar sus miradas, por lo que solo sonrió con cierto pesar, como si ya supiera el destino que le esperaba.
_ SALTO DE LINEA _
Departamento
Unos minutos más tarde...
Rei, Shizuka y Hisashi se encontraban cuidando a Zeke mientras comía algo de pescado. El perro estaba echado sobre un almohadón y la herida que había sobre su espalda ahora estaba vendada.
"Hemos perdido muchas frazadas." Comentó Saya con una mirada fastidiada mientras observaba desde el balcón.
"Eso es lo de menos." Comentó Hirano, quien estaba a su lado, sacando un leve suspiro por parte de su novia.
"Tienes razón..." Comentó con una mirada cubierta de ansiedad, sus ojos se enfocaron en las cuatro personas que estaban hablando adentro.
"Me gustaría preguntar qué es lo que estaban haciendo en un auto a estas horas, pero creo que el momento no lo amerita..." Comentó Takashi con una mirada cabizbaja.
"Queríamos salir de la ciudad, pero las calles estaban hechas un desastre, y sinceramente creo que fui bastante torpe con mis movimientos." Comentó el hombre con rostro avergonzado. "Cambiando de tema, quiero darles las gracias. Sin ustedes, mi hija no hubiera podido salvarse." Comentó el hombre, palmeando la cabeza de Alice con cariño, quien se encontraba comiendo una paleta de helado.
"Señor..." Saeko dijo con calma. "¿Creo que ya lo sabe, verdad?" Concluyó con cuidado.
Alice alzó su mirada al notar como su padre tomaba su cabello con mucha más fuerza, como si tuviera miedo de algo.
"Lo sé, y también sé que no estoy en las condiciones de pedirles ningún favor. Pero..." El hombre hizo una reverencia ante la sorpresa de todos. "¿¡Puedo encargarles a mi hija, por favor!?" Saeko y Takashi se miraron tras el pedido.
"¿Papá?" Alice preguntó con suma confusión.
"No te preocupes, la cuidaremos con nuestras vidas." Saeko colocó una mano sobre su pecho para hacer énfasis a sus palabras, a lo que Takashi asintió para dar a entender que estaba de acuerdo con ella.
"¡Yo...! ¡No sé qué decir, solo gracias!" El hombre volvió a hacer otra reverencia, pero en esta ocasión las lágrimas caían de su rostro.
"Pero, papá, no quiero dejarte." Alice jaló de su manga con fuerza al sentir cómo las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
El hombre tomó todo el valor restante que le quedaba para sonreír y agacharse frente a su hija, aunque sus lágrimas no paraban de caer.
"Escucha, querida Alice. Ya ha llegado el momento de que tu viejo se reúna con tu madre. Sé que quieres acompañarme, pero aún tienes muchas cosas que debes completar en este lugar. Si no lo haces, te puedo asegurar que te arrepentirás por el resto de tu vida."
"¿Y-y cuánto tiempo-cuánto pasará antes de que pueda ir con ustedes?" Alice sintió como su llanto se atragantaba cuando intentaba hablar.
"No lo sé, seguro que te tomará mucho tiempo, ¡pero no te preocupes!" El hombre sintió como sus lágrimas caían con aún más rapidez. "¡Tu viejo y tu querida madre te esperarán todo el tiempo que necesites!" El hombre la abrazó con mucha fuerza tras sus palabras, a lo que Alice solo pudo llorar.
El abrazo duró varios segundos, pero al final el padre y la hija se separaron lentamente. Alice observó como su padre colocaba ambas manos sobre sus hombros.
"¡Cuando te reúnas con nosotros, quiero que nos cuentes todas las cosas que has hecho!" Exclamó el hombre con una gran sonrisa en su rostro, haciendo todo lo posible para no volver a llorar.
Por lo menos quería dejar esa última imagen a su hija.
Quería hacerle saber que él se marchaba con una sonrisa.
"¡Si!" Alice asintió entre lágrimas y le dio un último abrazo.
"¿Por qué no vas a ver como se encuentra Seke?" El hombre palmeó la cabeza de su hija una última vez, para luego ver como ella se marchaba a la cocina.
Takashi observó al hombre con clara lástima, mientras que Saeko parecía algo más antipática al respecto, pero aún así se veía un poco afectada.
"Entonces, creo que es mejor hacerlo ya..." El hombre no pudo terminar, ya que tosió algo de sangre. "No me queda mucho tiempo." Concluyó el hombre, a lo que Saya y Hirano entregaron, éste último sostenía el subfusil entre sus manos.
"¿Estás preparado?" Preguntó Hirano con suma seriedad.
"Antes de eso, me gustaría pedirles un último favor." Todos se miraron, pero no tardaron en asentir. "Hace tiempo vi una película en que los samuráis se clavaban su espada para morir con honor. No me acuerdo el nombre exacto.."
"Harakiri." Saeko cerró sus ideas al instante, recibiendo un asentimiento como respuesta.
"Eso mismo. Sé que no soy un samurai, pero me gustaría utilizar tu katana. No por honor, si no para morir con dignidad y no convertirme en una de esas cosas." El hombre terminó su discurso tosiendo una vez más, sus ojos lentamente se veían más y más enfermos.
"De acuerdo." Saeko le dio su katana, a lo que el hombre asintió en agradecimiento.
Él se puso en posición para hacerse el harakiri, pero justo antes de hacerlo observó al grupo que lo estaba mirando con una sonrisa.
"Siempre estaré muy agradecido con ustedes por salvar a mi hija. Espero que sus vidas sean de lo más brillantes." Concluyó el hombre con una sonrisa, justo al mismo tiempo que la sangre comenzaba a correr de sus ojos.
Al sentir que estaba perdiendo el control de su cuerpo, el hombre se clavó la katana lo más profundo posible. El arma lo perforó desde el otro lado y su corazón fue atravesado sin piedad.
El hombre no tardó en caer de rodillas mientras tosía una gran cantidad de sangre, hasta que finalmente cayó al suelo.
Sus ojos se habían apagado, pero nadie le quitaría esa sonrisa tranquila de su rostro al saber que su hija estaría a salvo con esos jóvenes tan capaces.
El silencio reinó en el salón, hasta que Saeko dio un par de pasos para sacar la katana y volver a clavársela en su cabeza para asegurarse de que no se volviera a levantar.
Los jóvenes trasladaron el cadáver hacia el piso superior para dejarlo en una de los dormitorios y cubrieron su rostro con una manta en señal de respeto, para luego cerrar la habitación con llave.
Los cuatro se dirigieron a la cocina y observaron con cierta tristeza como la niña le daba ánimos a su perro para que se recuperara.
"¡Oh! ¿Dónde está mi papá?" Preguntó Alice con una sonrisa adorable, algo que obligó a todos a mirar hacia otro lado.
"Él ya se ha ido con tu madre." Saeko fue la única que se atrevió a acercarse a la niña.
"Ya-ya veo..." Alice bajó su mirada, las lágrimas amenazaron con rodar por sus mejillas, pero Saeko se encargó que eso no pasara cuando revolvió su cabello con cariño, algo que sacó una sonrisa en la niña.
"¿Sucedió algo con el perro?" Takashi le susurró a Shizuka, quien negó con la cabeza.
"De momento no ha presentado síntomas." Respondió la enfermera, e incluso ella entendía que la situación actual era muy delicada, la falta de su habitual sonrisa era prueba de ello.
"Muy bien, lo encerraremos en la cocina hasta mañana para asegurarnos." Concluyó Takashi, recibiendo un asentimiento como respuesta.
_ SALTO DE LÍNEA _
Departamento
Unos minutos más tarde...
Shizuka ya se había ido a dormir junto con Alice y se llevaron el radiador para que la niña no pasara frío. Los demás se encontraban en el salón, compartiendo las últimas palabras antes de prepararse para el siguiente día.
"Tenemos un problema, solo quedan tres dormitorios." Comentó Hisashi.
"Yo y Hirano podemos dormir juntos. Supongo que ustedes harán lo mismo. El problema está entre Saeko y Takashi." Afirmó Saya, fijando su mirada en los dos últimos mencionados.
"No tengo problema alguno en compartir la cama con Takashi." Saeko respondió al instante, un comentario que no le pareció agradar a Rei en lo más mínimo.
"No es necesario. Puedo dormir en el sofá." Takashi respondió con esa misma rapidez, algo que alivio a Rei en secreto.
"Pero..."
"No te preocupes." Takashi la interrumpió, esbozando una sonrisa para tranquilizarla, a lo que Saeko asintió con ciertas dudas.
"Nosotros encargamos la última habitación del primer piso." Saya se apresuró en pedir el dormitorio y se llevó a su amado para tener algo de tiempo a solas.
"¿Estás seguro? Hace mucho frío, y no me gustaría que te enfermaras." Saeko volvió a insistir, su rostro reflejaba genuina preocupación, algo que sacó una sonrisa en Takashi.
"¿Me dices eso cuando estás vestida así?" Preguntó el castaño, observando como Saeko parecía estar acurrucandose con sus propios brazos para no pasar frío.
"Estoy bien." Ella respondió con una leve sonrisa, pero el temblor de su cuerpo indicaba lo contrario.
Takashi no dijo nada, solo sonrió y se acercó a ella.
Los ojos de Saeko se ensancharon un poco cuando sintió como la calidez y el aroma distintivo de Takashi la rodeaba por completo, ya que le estaba poniendo su chaqueta de cuero.
"Yo estaré bien, solo ve a dormir." Takashi cerró la cremallera, haciendo que la mitad del rostro de Saeko quedara oculta detrás de la chaqueta.
Rei observó como Saeko asentía mientras sostenía la chaqueta con sus manos. La mitad inferior de su rostro no se veía, pero ella estaba segura que Saeko estaba sonriendo.
Una sonrisa que evidentemente no le gustó nada.
"¡Hisashi, hoy tengo muchas ganas de hacerlo!" Rei rompió la armonía con ese grito, haciendo que todos la miraran con los ojos bien abiertos, incluido el mismo Hisashi.
"Pero no me encuentro muy..."
"¡Vamos, hagamos todo el ruido posible!" Gritó Rei con pasos apresurados mientras arrastraba a un Hisashi bastante confundido.
Takashi observó a Saeko, pero ella se veía más centrada en sostener la chaqueta con sus dos manos que eran cubiertas por las mangas.
_ SALTO DE LÍNEA _
Departamento
Varios minutos más tarde...
"¡AAAAAANGGGGGHHHH!"
"¡OOOHH AHHHH!"
"¡SI BEBÉ, MÁS FUERTE, COMO TU SABES HACERLO!"
Takashi se cubrió los oídos con la almohada mientras se retorcia de molestia en el sofá.
"¿No solo voy a tener que enfrentar el frío, si no también los gemidos de Rei?" El castaño se sentó con una expresión bastante cansada mientras observaba como la única manta blanca que lo cubría caía al suelo. "Y lo peor es que Saeko los tiene más cerca. Espero que no se enoje mucho." Comentó el castaño volviendo a acostarse.
Sin duda alguna, nunca esperó que Saeko podría estar usando esos gemidos tan fuertes como combustible para su imaginación.
"¡Aaannnggghhh!"
"¡Aaagghh!"
Los gemidos de Saeko emergían de sus labios en contra de su voluntad mientras jugaba con su parte más íntima. Ella estaba completamente cubierta por las frazadas, pero no estaba del todo desnuda.
Solo tenía una prenda puesta.
Su figura sudada y la chaqueta abierta le daban un aspecto de los más sensual. Su respiración caliente resonaba a la par de sus gemidos al mismo tiempo que jugaba con su parte privada, mientras que la otra mano la utilizaba con el afán de poder oler la chaqueta que tenía la fragancia impregnada de Takashi.
Con tan solo oler esa chaqueta...
Con tan solo sentir a Takashi, ella ya se volvía loca.
"¡Mmmnnhh, Takashi!" Su gemido se profundizó un poco más cuando olió la chaqueta con más profundidad, sintiendo como si su tan amado hombre estuviera encima de ella. "¡Solo un poco más!" Ella exclamó con sus ojos nublados por el placer, y sus labios siguieron esos sentimientos tan reprimidos cuando mordieron la superficie de la chaqueta con bastante lujuria.
"¡Te amo, Takashi!"
_ SALTO DE LÍNEA _
Departamento
Dos horas más tarde...
"No puedo dormir..." Takashi abrió sus ojos, ahora la noche se encontraba silenciosa. "Pero no puedo decir que sea por el frío." Takashi se sentó sobre el sofá y colocó una mano sobre su pecho. "Había luchado contra un tipo de ansiedad muy fuerte antes, pero estoy seguro que nunca antes había sido tan fuerte." Takashi se puso de pie y llevó su mirada al balcón. "Y lo sé..." Takashi cerró sus ojos, su suspiro fue cubierto de vaho por el frío dentro de la sala.
"Sé perfectamente la razón de este malestar."
Takashi se acercó al balcón y abrió la puerta corrediza sin importarle lo desabrigado que estaba.
"Aunque parezca extraño, no me asusta este apocalipsis." El castaño caminó hasta apoyarse sobre la barandilla, viendo como el incendio del incidente seguía devorando casas. "Lo que me asusta son mis sentimientos hacia ti." Takashi bajó un poco la mirada, sus ojos denotaban un gran conflicto interno. "Pero Hirano tiene razón, no serviría de nada alejarme de ti. Solo me haría mucho más daño, y estoy seguro que también te lastimaría. Entonces, sólo debería seguir el camino como ahora hasta que encuentre una chica tan genial como tú." Takashi se rió tras escuchar sus propios pensamientos.
"¿Qué estoy diciendo? No existe nadie cómo tú."
Takashi abrió los ojos tras sentir que algo caía sobre su nariz, estaba muy frío.
El joven se sorprendió enormemente al darse cuenta que se trataba de un copo de nieve.
Takashi levantó su mirada, viendo como la nieve comenzaba a descender mediante un paso tranquilo, tiñendo el cielo nocturno de un hermoso y relajante color blanco que se movía con la leve brisa.
Una leve sonrisa emergió del rostro de Takashi, y no tardó en apoyar sus brazos sobre la barandilla para poder sentir mejor la nieve.
"De alguna forma, siempre siento que terminó apoyándome en el cielo cuando me siento tan insignificante. Pero es algo inevitable, eso me tranquiliza." Takashi cerró sus ojos con calma. "Nunca voy a poder olvidarte, ya que para mi eres mucho más que mi mejor amiga, y mucho más que la mujer que amo. Tú eres mi confidente, mi salvadora, y la mujer de mi vida. Aunque alguien lo intentara, lo cierto es que nadie sería capaz de llegarte a los talones." Takashi abrió sus ojos y apoyó su rostro sobre su mejilla mientras observaba como la nieve lentamente estaba apaciguando el incendio, al igual que su corazón.
De esa manera, el joven se mantuvo en silencio por varios segundos mientras disfrutaba de la vista.
"Pero entiendo que seguirá siendo muy doloroso cuando en algún momento de tu vida encuentres a alguien. Entonces, lo mejor sería enfrentar el problema de manera directa para que no te sientas mal." Takashi se puso un poco serio tras sus palabras. "Si Rei tenía razón en algo, es que al final siempre he sido bastante indeciso. No quiero serlo contigo, y no quiero que se creen brechas innecesarias entre nosotros. Por lo que voy a decirte la verdad, incluso si ya sé cuál será tu respuesta." Takashi cerró sus ojos, y sintió como un suspiro emergió de sus labios. "Si, lo mejor será confesarme lo antes posible."
Las charlas consigo mismo terminaron de forma abrupta cuando escuchó como la puerta corrediza volvía a abrirse, algo que lo sorprendió.
Su sorpresa aumentó aún más tras ver que se trataba de Saeko. Pero no era solo eso, lo que sin duda más lo impresionó era su vestimenta, ya que la mujer había salido de su dormitorio con todas las mantas rodeándola, como si se tratara de un gran y bello kimono.
"¿No puedes dormir? ¿Es por el frío?" Saeko se acercó a él, observando la caída de la nieve.
"Para ser sincero, hay algo que me inquieta mucho más que el frío." Takashi respondió con sinceridad, sin ser capaz de mirarla al rostro, algo que ella hizo con bastante facilidad.
Saeko notó los leves temblores de su cuerpo por lo que no tardó en apegarse a él para rodearlo con todas las mantas, algo que lo sorprendió.
"No es muy práctico, pero sirve contra el frío." Comentó Saeko con una dulce sonrisa.
"Je, eres increible." Takashi se rió, para luego esbozar una sonrisa algo decaída. "Demasiado..." Saeko notó el tono y su cambio de actitud, por lo que ella también decidió observar el hermoso cielo que tenían enfrente.
"También tengo algo que me inquieta mucho más que el frío." Takashi la miró tras escucharla. "Y siento que solo podría calmarme si hablo contigo." Los ojos de Saeko se encontraron con los de Takashi, a lo que él sonrió.
"En ese caso, ya somos dos." Takashi sacudió su cabeza para quitarse la nieve del cabello, algo que sacó una risita en Saeko.
"Cuando supe que me iba a Estados Unidos..." Saeko comenzó su relato, haciendo que Takashi la mirara. "Fue la primera vez que me sentí tan insegura, tan deprimida, tan... devastada." Saeko bajó un poco la mirada tras sus palabras. "Había conseguido hacer grandes amigos, como Hirano. Siento que las cosas no comenzaron muy bien con Saya, pero ella al final se terminó convirtiendo en mi mejor amiga. Pero, sobre todo lo demás, estabas tú." Saeko lo miró tras mencionarlo, y pudo sentir como el calor de sus mejillas lentamente aumentaba. "Cuando dices que yo te salvé, la realidad es que siempre siento que estás equivocado. Después de todo, tú me salvaste a mi. De siempre estar sola, de no conocer a alguien que solo esperara otra cosa de mi. Simplemente... simplemente ser un verdadero amigo. Y sobre todas las cosas, tú fuiste el único que me aceptó tal cual soy." Takashi sonrió ante sus palabras, y Saeko se acercó aún más a él tras sentir como la tomaba de la cintura.
"Recuerda que siempre voy a serlo. Siempre que necesites mi ayuda, yo..."
"Pero eso no es lo único." Saeko lo interrumpió. "Yo... no me había dado cuenta, no sé cuando comencé a sentirme de esta manera. Pero sé muy bien cuando comenzó a dolerme." Esas palabras preocuparon a Takashi. "Cuando tú me aceptaste como yo realmente era, recuerdo que la sensación de vacío y desesperación comenzó a crecer dentro de mí a un paso muy rápido, eso me dolía. Me dolía tener que ignorar todos esos sentimientos y emociones reprimidas que estaban a punto de explotar. Y estoy segura que eso comenzó a formarse incluso desde antes, cuando tú hiciste aquella promesa..." Saeko volvió su mirada al frente tras sus palabras, a lo que Takashi simplemente imitó su acción.
"Sabes que puedes decirme lo que quieras. Si es sobre tus deseos reprimidos, siempre los aceptaré y te ayudaré como pueda." Takashi la miró y le entregó una sonrisa que pocas veces había mostrado.
"Nunca te dejaré sola."
Los ojos de Saeko brillaron y su sonrojo se iluminó al igual que su rostro.
No importa en qué momento era, ella siempre se sentía tan conmovida y feliz cuando se sentía tan cercana a él.
"Eso es..." Una leve sonrisa emergió del rostro de Saeko. "Eso es lo que más temía perder." Los ojos de Takashi se ensancharon un poco al notar como Saeko le entregaba la sonrisa más bella que era capaz de hacer. "Por eso es que antes de irme a dormir ayer, pedí un deseo." Los ojos de Takashi se ensancharon aún más. "Desee que, sin importar lo que sucediera, ese viaje se cancelara para siempre. Porque no soportaba la idea de separarme de todos, pero en especial de ti." Saeko se acercó aún más, y Takashi pudo sentir cómo su pecho lentamente se apoyaba contra el suyo.
Gracias a eso es que pudo sentir como los latidos de Saeko estaban yendo a mil por hora.
"Dime una cosa, ¿Está mal que no me sienta mal por lo que está sucediendo?"
"¿Está mal sentirse tan feliz cuando hay tantas personas que están sufriendo?"
"¿Está mal haber pedido ese deseo tan egoísta sin importar lo que le sucediera a los demás?"
"No está mal."
Takashi respondió sin dudar ante la gran sorpresa de Saeko.
"También me siento de esa manera. Me siento muy feliz de poder estar con todos ustedes. Me siento muy tranquilo de saber que todas mis personas preciadas se encuentran bien. Y, sobre todo, me siento muy feliz de poder estar más tiempo contigo." Takashi la sujetó de los hombros. "¿Quieres que te confiese algo?" Takashi le entregó una pequeña sonrisa, a lo que Saeko lo miró con mucha intensidad.
"Yo también pedí ese deseo."
Saeko dejó caer las frazadas tras la gran conmoción que le causaron esas palabras.
"Así que no te sientas mal al respecto. Los dos somos igual de culpables, ya que yo también siento que la vida sin ti no tendría sentido."
Los ojos de Saeko se ensancharon progresivamente a medida que las lágrimas comenzaban a formarse en sus ojos.
"¿Saeko?" Takashi se preocupó bastante al ver como la mujer de su vida comenzaba a derramar lágrimas.
"Aún queda una pregunta..." Saeko se aferró aún más a él, hasta el punto de que sus cuerpos estaban pegados.
"No me importa lo que sea, siempre te apoyaré." Respondió Takashi con una sonrisa, y de pronto sintió como las manos de Saeko subían lentamente hasta que lo abrazó del cuello.
"Entonces..." El sonrojo de Saeko se profundizó un poco más al mismo tiempo que sus ojos se cerraban lentamente.
"Voy a amarte con toda mi alma."
"¿Qué...?" Takashi no pudo decir más, ya que los labios de Saeko se habían fundido con los suyos en un beso cubierto de una pasión y amor sin igual.
De esa forma, los zombis y los copos de nieve fueron los únicos presentes del nacimiento de este nuevo amor que sería capaz de aplastar todas las adversidades.
_ ¡FINAL DEL CAPÍTULO! _
¡Por fin pude llegar a este momento!
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté escribiendolo. Y obviamente, esto no es todo, se vendrán más cosas sobre la pareja en el próximo capítulo. Probablemente el inicio de su romance abarque la mitad de lo que será la siguiente actualización.
Todavía no habrá lemon, tengo pensado hacerlo en un lugar especial.
Sin nada más que agregar, lo voy a dejar por aquí.
¡Muchas gracias por leer!
