Disclaimer: Todos los personajes que podáis reconocer así como hechizos o escenarios no me pertenecen, son obra de la increíble J.K.Rowling.
N/A: ¡Hola de nuevo! Os traigo una nueva historia que ha empezado a surgir en mi cabeza a través de otra actividad/ reto (#DramiFraseInspiradora) de la página de Facebook ~Dramione Fanfics~
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- ¡Todo esto es tu culpa!
Hermione se dejó caer en el sillón totalmente mortificada. El momento que más había temido durante toda su vida había llegado.
Después de tantos años luchando para que tuviese una buena vida alejada de todos los prejuicios que había sobre su origen y su familia paterna; de haber hecho sacrificios para que pudiese estudiar en Francia, lejos de Inglaterra y de las habladurías de todo el mundo mágico donde la señalaban ya desde bebé por ser hija de uno de los mortifagos más letales que habían servido en las filas de Voldemort…finalmente, había llegado el día en que su hija la miraba con desprecio y la culpaba por apartarla de su padre.
Un padre que había estado ausente toda su vida; un padre que fue encarcelado nada más terminar la guerra… pero aún así, ella la culpaba por haberle quitado el derecho a conocerlo.
- ¿No vas a decir nada?- la joven miró a su madre con las lágrimas agolpadas en sus ojos color miel- ¡Mi padre ha muerto y tú no piensas decir nada!
Hermione levantó la cabeza y miró a su hija; Una lágrima rodó por su mejilla, verla en ese estado le estaba rompiendo el alma;ella era lo más importante que tenía en su vida, lo había hecho todo para protegerla…Hermione sabía bastante de ser apartada, excluida y marginada por su condición de sangre y no quería que su pequeña experimentara eso en sus propias carnes.
Lyra era mestiza. El problema no era tanto su estatus de sangre pues eso ya no importaba en el nuevo orden del mundo mágico pero como siempre pasaba en cualquier comunidad, los prejuicios seguían ahí de una forma u otra y Lyra era hija de Draco Malfoy, nieta de Lucius Malfoy y llevaba una carga a sus espaldas sin ella saberlo.
- Cariño…lo he hecho todo para protegerte- Hermione reprimió las lágrimas, no quería derrumbarse ante ella- el día que seas madre lo entenderás.
- ¿Qué tengo que entender mamá? – Lyra sonrió maliciosamente y Hermione sintió un escalofrío; el parecido con Draco era extraordinario: su cabello era color platino, con unos bucles preciosos. Sus ojos a pesar de ser color miel reflejaban una intensidad en su mirada como la que tenía Draco y su sonrisa era totalmente igualita a la de el rubio: sobre todo cuando intentaba forjar una coraza; su padre estaría orgulloso de ella si la hubiese conocido-.
- Lyra…¡tú padre estaba encerrado en Azkaban! ¿Qué otra opción tenía sino sacarte de Inglaterra?
- Pensaba que la Gryffindor eras tú…pensaba que habías sido la amiga de Harry Potter, esa que ayudó a salvar el mundo mágico…¿No podías soportar unos cuantos prejuicios más?
- Contigo no. – Hermione se levantó del sofá y se acercó a su hija- No hubiera soportado que te hiciesen daño.
- ¿No será que te avergüenzas de mi? ¿Te avergonzabas de mi padre?- La joven dio un paso atrás intentando guardar distancia; tenía sentimientos encontrados pues quería a su madre con locura pero se sentía terriblemente culpable con su padre-.
- Sabes que no.- Hermione sonrió tristemente- jamás podría avergonzarme de ti o de tu origen. Yo elegí a tu padre por encima de todo…si no hubiese sido así no estarías aquí.
- ¿Y por qué lo dejaste solo? ¿Por qué nunca me dejaste conocerlo?- la joven cerró los ojos intentando calmarse, era la primera vez que su madre parecía estar dispuesta a hablar sobre su padre y ella necesitaba saber que había pasado-.
- Es…complicado.- Hermione se sentó de nuevo en el sillón y recordó la última promesa que le había hecho al único y verdadero amor que había tenido- Tú padre hizo cosas terribles, era imposible salvar su alma. Él no quería que le conocieses en ese estado…él quería que crecieses lejos de todo.
- ¿Él ya no puede corroborar tu historia verdad?- Lyra se río amargamente- Has jugado muy bien tus cartas.
- No sabes lo que dices- Hermione empezó a elevar el tono de voz- ¡Tú solo tienes 15 años! ¡No tienes ni idea de lo que tuvimos que vivir! ¿Crees que no estoy rota con todo esto? Lo único que me mantenía cuerda eras tú.-
Hermione dejó escapar un suspiro- yo amaba a tu padre con toda mi alma pero él dejó de existir el día que le dieron el beso del dementor; ahí es donde enterré yo a tu padre. Nunca te he hablado de él ni nuestra historia porque para mí era muy doloroso, siempre quise que las cosas fuesen diferentes y que fuéramos una familia feliz.
Lyra se quedó pensando en las últimas palabras de su madre. De pequeña siempre había deseado llegar a casa y encontrar a sus padres juntos, esperándola tras el colegio y poder cenar mientras se contaban que tal les había ido el día como todos sus compañeros de clase…pero Lyra siempre había cenado sola, su madre tenía que trabajar duramente para que pudiese salir adelante porque a pesar de haber sido una heroína de guerra y la bruja más inteligente de su generación, nadie quería contratarla en el mundo mágico y ahora Lyra sabía por qué.
Cerró los ojos y pensó en todos los sacrificios que su madre había hecho por ella, en como se había separado de sus amigos, su familia y su país.
Hermione la miraba con el corazón encogido, no quería que su hija sufriese de esa manera; Se acercó lentamente y la atrajo hacia ella para abrazarla.
- Lo siento cariño…a mí también me duele que no le hayas conocido…-Lyra lloraba silenciosamente abrazada a su madre- Debería haberte hablado de él y contarte todo desde el principio.
- Aún estás a tiempo- dijo la joven casi susurrando- tenemos tiempo antes de volver a Inglaterra.
Hermione se separó de su hija y la miró confundida.
- El funeral es en tres días- dijo Lyra con un tono firme y seguro- no pienso esconderme más, quiero despedir a mi padre delante de todo el mundo mágico; Quiero que todos sepan que la última heredera de los Malfoy ha vuelto a Londres.- Lyra tomó una pose erguida, casi aristocrática como digna hija de Draco Malfoy- Es tu decisión si quieres acompañarme o no.
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El cielo del sureste de Londres había amanecido totalmente despejado. Las lluvias caídas durante todo el invierno habían hecho que los campos de Wiltshire se vistieran de flores para recibir la primavera y el jardín de Malfoy Manor no se había quedado atrás: el olor a rosas y narcisos se podía sentir en todo el ambiente.
Los pájaros cantaban alegremente, saliendo de su letargo en el frío invierno y el pequeño lago se había descongelado parcialmente.
Pero para Narcissa Malfoy, que en otros tiempos hubiera amanecido feliz por la llegada de la primavera donde podría pasar horas en su precioso jardín, cuidando sus flores y disfrutando de la calidez de los rayos de sol que empezaban a ser agradables, esa mañana amaneció igual de triste y gris como si de enero se tratase.
Su querido hijo…su único hijo y la razón que le ataba a este mundo estaba muerto.
Tras la caída de Voldemort y el final de la guerra, la familia Malfoy fue juzgada y condenada por el Wizengamot en los juicios celebrados a los mortifagos que sobrevivieron al Señor Oscuro.
Lucius y Draco fueron enviados a Azkaban por su participación en la guerra y ella tuvo un poco más de suerte: arresto domiciliario. No podía abandonar Malfoy Manor lo que le restaba de vida.
Pero a pesar de estar encerrada en las comodidades y lujos de la Mansión, Narcissa hubiese preferido ser enviada a Azkaban junto a su esposo e hijo. Estar separada de ellos la estaba matando en vida, ya no quedaba nada de la elegante Narcissa Malfoy.
La noche anterior, el ministro de magia Kingsley Shackelbolt había acudido a Malfoy Manor para darle la peor noticia que una madre podía recibir y Narcissa Malfoy, a pesar de estar hueca por dentro, sintió por primera vez en años un dolor que salía desde sus entrañas.
Draco Malfoy había sido encontrado sin vida en su celda.
Según los Medimagos, la causa había sido unas fiebres altas debido a una neumonía contraída en las frías celdas.
Nadie se había percatado del estado del chico, era un prisionero "tumba" como algunos carceleros los llamaban: Draco Malfoy recibió el beso del dementor un año después de ser encarcelado; fue uno de los últimos presos en recibirlo ya que ese mismo año se abolieron estas prácticas y a pesar de que algunos integrantes del Wizengamot y hasta Hermione Granger luchó por esta abolición desde las sombras para poder salvarlo, no hubo clemencia para Draco Malfoy; su sentencia fue dictada a través de un juramento inquebrantable y su único destino era que su alma fuese condenada.
Y así pasaron los años en esa celda fría y lúgubre hasta que la mañana del 18 de marzo encontraron el cuerpo sin vida de Draco Malfoy.
Narcissa se retiró de la ventana y se dirigió hacia las cocinas. Se sentía rota y sin fuerzas, pero tenía que preparar todo para la vuelta de su hijo al hogar; aunque fuese muerto, Draco volvería a Malfoy Manor y allí lo enterraría junto a sus ancestros en el pequeño cementerio familiar donde Narcissa podría visitar su tumba todos los días.
Krissy prepara todo para la recepción de la vuelta del joven amo- la vieja elfina miró con pesadez y tristeza a su ama- quiero narcisos y rosas por toda la casa, que todas las habitaciones parezcan celebrar la vuelta del heredero Malfoy.
Si ama, enseguida.
La elfina se desapareció con un "PLOP" hacia el jardín.
Mientras recogía en una cesta rosas y narcisos como su ama le había ordenado, no pudo evitar dejar escapar unas lágrimas por la desdicha de su ama y el fatal destino de su joven amo…
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N/A: ¿Qué os ha parecido este primer capítulo? Contadme si os va interesando la trama;)
AniramSly.
