Ladies and Gentlemen!
¿Creyeron que no habría segunda parte? ¡Pues aquí la tienen! La muy esperada segunda parte de: Dulce o travesura. Estuve leyendo sus comentarios y me emocionaba el saber que querían saber un poco más de la venganza que tomaría Ranma. Siendo sincera, deje ese final para la historia anterior para mantenerlos en la fila de sus asientos, así que ya no los hare sufrir. Porque aquí al fin esta esta maravillosa historia que dará final a tan bella pareja.
Y tal vez como dicen, dulce venganza es la que veremos a continuación.
"No tientes al diablo que lo veras venir" mi dulce Akane.
It's time to read!
It's showtime!
Aclaración: Ranma 1/2 no me pertenece. Es propiedad de Rumiko Takahashi. Yo solamente pido prestado sus personajes para poder escribir mis historias que se podrán leer a continuación.
Aclaración: Con estas historias no estoy cobrando por ninguna ganancia o regalía. Solo escribo para el entretenimiento de todo público pidiendo permisos al autor. Cualquier aclaración, pueden escribir en los comentarios su opinión al respecto.
Aclaración: Recuerden que esta historia es un fanfic, historias ficticias escritas de fans para fans, algunas cosas pueden cambiar y otras más se pueden agregar. No siempre los personajes contienen las mismas personalidades. Por favor, si no les gusta, abstenerse de comentarios ofensivos y/o negativos.
Sed de sangre.
Sed de venganza.
Eso era lo que sentía Ranma Saotome en su interior.
Su sangre hervía cuando la escuchaba soltar risas sin preocupación.
Su ceño se arrugaba cuando la escuchaba hablar con todos esos mocosos disfrazados que iban contentos a pedir dulces, aunque también no podía evitar sonreír al momento que esos chicos se iban corriendo mientras se despedían de la misma y le decían lo bonita que se veía. Se cruzaba de brazos y prefería desviar la mirada en cuanto sus ojos se encontraban con esos tarados que sonreían de manera estúpida cuando hablaban con ella y que solo regresaban a pedir dulces porque decían que se veía bien en ese traje. Esa historia ni él se la creía. Aunque si las miradas mataran, esos tarados ya se encontrarían enterrados bajo tierra desde hace mucho tiempo.
Al observar que esos tontos se habían marchado ya, aunque era muy bien sabido que después iban a regresar por más dulces, soltó un pesado suspiro mientras se dejaba caer un poco del cansancio que ya estaba sintiendo por haberla observado por mucho tiempo.
-Las brujas no son bonitas -Resoplo molesto.- Pero si por mi fuera, ella siempre ha sido una bruja molesta -Saco su lengua a esos tipos que se iban dando pequeños brinquitos.- No sé qué ven en ella
Aunque ese no era el problema principal que tenía.
Al volver a dirigir su vista en Akane Tendo se encontró con que ella lo había encontrado. A pesar de que se había ocultado mejor y hasta se había disfrazado para evitar ser atrapado, ella fue la única que realmente lo encontró. Y en el instante en que sus miradas chocaron, Ranma hizo una cara de disgusto. Ahí estaba ella, con aquella sonrisa tan grande que es prácticamente imposible de ocultar. Aquellos ojos que parecían brillar en la noche y esos labios que parecían aún más deliciosos y que tuvo la fortuna de probar la vez anterior.
Cuando Akane soltó algunas risitas con aquellas mejillas sonrojadas y volvía a desviar su mirada a los demás niños que habían llegado por sus dulces, Ranma solo supo cubrir su boca y mirar de un lado a otro completamente asustado.
¿Lo pensó o lo dijo en voz alta?
¿Acaso dijo que Akane Tendo le parecía atractiva?
-¡Realmente es una bruja! -Grito molesto.
Movió su cabeza de un lado a otro, si fuera posible, se hubiera golpeado la cabeza contra la pared hasta caer inconsciente. Estaba loco al pensar de esa manera, estaba aún más idiota si no podía controlar el fuerte sonrojo de sus mejillas que hasta sus orejas se sentían un poco calientes. Aquellos extraños síntomas eran difíciles de ocultar. Golpeo un poco su rostro, no importando que el mismo ardiera un poco y dejara una marca roja después. Tenía que hacer todo lo posible por sacar a Akane de su mente.
Y de su corazón si fuera posible.
Una vez más, giro un poco su cabeza para mirarla. Ella tenía la culpa de lo que le estaba pasando. Ella y ese estúpido traje de bruja que muchos admiraban, pero que a él solo le había traído problemas desde el día anterior.
Esa tonta bruja le lanzo un hechizo, lo sabía muy bien. No era tan inocente como todos decían que era. Era mucho más astuta. Todos sus malvados planes se escondían detrás de aquella sonrisa. Lo peor de todo es que fue el único que despertó de aquel hechizo.
¿Por qué decía aquello?
Porque era imposible dejar de pensar lo que había pasado la noche anterior.
Una vez más, sus mejillas se calentaron, aunque si podía ser sincero, no solo era eso su principal problema con el que ahora tenía que lidiar, era una maldita desgracia que los baños con agua fría no hacían efecto en él. Poso su mentón en su mano y desvió la mirada mientras se recargaba en su pierna.
Algo tenía que hacer. Con algo se tenía que vengar.
Le haría pagar con creces lo que le hizo.
Una sonrisa mucho más grande se asomó en su rostro ante aquel malvado plan que ya se le estaba ocurriendo. Sin poder evitarlo, empezó a soltar grandes carcajadas como todo un verdadero villano de las películas. No importando que las personas de abajo miraran el cielo de una forma extraña que hasta habían tomado a sus hijos entre sus brazos y salido corriendo para evitar que fueran atrapados por lo que se encontraba ahí cerca. Quizá un loco se había escapado del hospital y estaba en búsqueda de venganza.
Esta vez, era momento de que un verdadero monstruo de pesadilla le enseñara una valiosa lección.
-Si juegas con fuego, te quemaras
Akane que se quedó escuchando aquellas carcajadas, solo suspiro mientras negaba. Kasumi, en ese momento se asomó un tanto curiosa.
-¿Qué está sucediendo? -Pregunto la mayor.
-Probablemente es Ranma tratando de hacer algo malo -Respondió Akane una vez que aquellas carcajadas cesaron.- ¿Puedo tomarme un descanso? Ya me dio un poco de frio
-Claro -Sonrió la mayor mientras tomaba el gran recipiente de dulces.- Adentro hay un poco de chocolate caliente, ¿Puedes pedirle al tío Genma que me ayude? Estoy segura que a todos estos niños les gustaría ver a un verdadero panda
Akane entro a casa en ese momento. Con una sonrisa en su rostro y dando algunos pequeños brinquitos por la espera de ese chocolate caliente que le ayudaría a entrar en calor. No podía evitar la sonrisa en su rostro, se sentía demasiado bonita en aquel traje que realmente le había alegrado que todos esos pequeños niños le dijeran que era una bruja bastante linda a pesar de que estas pueden llegar a dar un poco de miedo.
Sentía que nada podía arruinar ese momento que estaba teniendo. Pero, para desgracia suya, pensó antes de tiempo. Porque los problemas, empezarían cuando menos se lo espera.
Oh, dulce y tierna bruja.
Que vas caminando sin preocupación alguna.
Sería una pena.
-¿Ranma? -Pregunto la chica cuando sintió que había algo extraño a su alrededor.- ¿Hay alguien ahí?
Que de esta…
No te libraras tan fácil.
Un gran grito se escuchó en ese momento.
Los que se encontraban adentro de la casa Tendo, no pudieron evitar brincar asustados mientras las palomitas salían disparadas por el aire. Pues al principio no habían creído que esa película les iba a dar miedo, ahora se encontraban aterrorizados con aquel grito que escucharon de afuera y con las escenas que estaban mirando, realmente no ayudaban para calmar su muy acelerado corazón que tuvieron que correr y salir lo más pronto de aquel lugar que ahí asustaban.
Los pequeños salían asustados de las calles para abrazar las piernas de sus padres. Los adultos se sorprendieron tanto que no pudieron evitar bromear y carcajear un poco porque ahora en aquella casa tan ruidosa se habían esmerado tanto en un susto sorpresa. Claro, eso era lo que ellos creían a pesar de la mirada confundida de la hija mayor de Tendo que solo había volteado a la calle en cuanto vio a su padre y a su tío salir corriendo de ahí. Par de valientes que eran esos dos.
Lo que no sabían. Es que aquel fuerte grito que se escuchó, fue por Akane que había sido llevada hacia algún lugar de la casa, a pesar de que se había defendido contra aquel sujeto, era demasiado odioso saber que este pudo detener cada uno de sus golpes. Aquello significaba que la conocía muy bien a pesar de la oscuridad que se encontraba a su alrededor. Resopló molesta, al momento que su espalda chocó con la pared y el cuerpo de aquella persona la tenía aprisionada. Llegados a este punto, ya se podía imaginar quien era el culpable que se encontraba detrás de todo esto.
No podía ser Kunou, mucho menos Ryouga, ellos atacarían directamente a Ranma. Incluso estuvo pensando en la venganza de Shampoo por haberse comido la mayoría de chocolates el día de ayer. O alguna de las otras chicas, pero sabía muy bien que no. Aquel secuestro, aquella venganza, se podía notar que tenía firma de alguien más. Soltó un pesado suspiro.
-Déjame ir Ranma -Exigió la chica. No escucho respuesta de la persona frente a ella.- Ya sé que eres tú, así que es mejor que me sueltes antes de que empiece a gritar
-¿Ahora la bruja me exige que la suelte? No creas que será tan fácil hacerlo -Al fin Ranma hablo. Con una voz de la que no pudo evitar sentirse nerviosa, sentir como un gran escalofrió recorrió su espalda y con un aroma tan sutil que conocía a la perfección había llegado a ella en cuanto sus rostros se acercaron. Entre la poca luz de luna que entraba en aquel lugar, se pudo apreciar al joven de cabellos negros y mirada tranquila. Una capa negra cubría su cuerpo, reconoció aquel disfraz a la perfección, era el mismo que el día anterior y el que pudo ver a la distancia cuando se sentía observada por el mismo. Quizá, fue por aquella misma capa que cubría su cuerpo entero, que no se percató que la había seguido para atraparla en el momento menos esperado.- No sé porque me pides tanto si fuiste tú quien no me soltaba ayer -Carcajeo.- ¿O ya olvidaste por todos los problemas que me hiciste pasar? Fuiste tú quien empezó con todo esto querida bruja
Aquello era imposible de olvidar, estaba muy bien grabado en su memoria, era tan visible en sus ojos que Akane inmediatamente se sonrojo. Quiso desviar su mirada de aquellos ojos que la veían con burla, pero la mano que sostuvo su mentón, no se lo permitió. Quiso golpearlo, pero aquella otra mano fue más que suficiente para tomar sus muñecas y posarlas por arriba de su cabeza.
-¿Acaso volviste a comer uno de esos chocolates que Shampoo te dio? -Pregunto molesta. Se sentía tan incomoda como avergonzada en aquella posición que estaba más segura que en cuanto la soltara, le haría pagar muy caro.- Suéltame -Ordenó pero aquel no le hizo caso.
-¿Y que si me comí otro chocolate? -Volvió a sonreír el chico. Con cierta tranquilidad, sus labios fueron recorriendo aquel cuello que se encontraba descubierto, depositando pequeños besos, rozando su nariz y provocando que Akane se retorciera un poco en aquellos escalofríos.- Ayer tampoco te detuviste por más que te lo pedía
Akane cerro con un poco de fuerza sus ojos. ¿Por qué tenía que pensar en lo que paso ayer?
Aunque ayer no se encontraba en sus cinco sentidos, jamás le diría que podía recordar todo lo que le hizo. En parte, quería burlarse un poco de él, quería hacerlo probar un poco de la desesperación que a veces le toca sufrir cuando lo ve rodeado de tantas chicas tontas. Quizá, también quería tentar su suerte y que tenga lo que tenga que pasar. Pero, que ahora se encuentra en aquella incómoda posición, recordando lo que paso el día anterior, realmente empezaba arrepentirse de lo que le hizo ayer.
-Eres un idiota
Al escuchar aquellas palabras, Ranma alzo la mirada. Ese tierno puchero en sus labios color carmín, las lágrimas que amenazaban con mojar sus mejillas. Con cierta dulzura, es que el chico subió su mano para quitar aquel rastro al mismo tiempo que le otorgaba tiernas caricias a su rostro. Creo que era suficiente castigo el que ella estaba recibiendo en ese momento y aunque quería hacerla sufrir un poquito más, su tonto corazón era demasiado débil a ella y a las amargas lágrimas que podía llegar a soltar. Porque a pesar de que había comido un chocolate, de aquellos que el día anterior Shampoo le había dado de manera misteriosa, no estaba tan ebrio por el alcohol de su interior como se lo hacía creer, apenas y había comido el ultimo que le dejaron cuando decidió poner en marcha su malvado plan. Pero eso solo sería parte de su pequeño secreto.
Sin querer arruinar el bonito maquillaje que tanto le costó ponerse, poso con suavidad sus labios contra los de ella para hacerle olvidar aquel mal momento. Porque lo que más quería, era probar aquellos dulces labios de los que ayer se quedó con tantas ganas y que ahora, nadie llegaría a interrumpirlos porque al fin se encontraban solos.
Un beso que la tomo por sorpresa. Que hasta sus ojos se abrieron como platos.
Quiso alejarse en ese momento para no caer, pero todas sus fuerzas se desvanecieron en cuanto los movimientos suaves aparecieron. Mando su cerebro hasta China sin posibilidad de que este regrese cuando paso sus brazos por detrás del cuello de Ranma, sentir como era tomada de la cintura de manera segura.
-Creo que me equivoque -Se separaron con las respiraciones aceleradas. Con los ojos fijos en el otro. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Ranma.- Las brujas si son bonitas al final en cuentas
-Cállate y bésame -Sonrió Akane con cierta travesura.
Hasta este punto, sentía que ya nada iba a detenerlos. Que ya nada iba a sorprenderlos. Encerrados en aquella burbuja, lo único que querían escuchar eran aquellos suspiros que sentían enloquecer.
Pero como lo dijimos última vez. Deseo antes de tiempo.
Y se le olvido algo muy importante.
Se olvido que aquella, no era una familia normal. Que no tenía amigos o "rivales" normales. Y de alguna manera, estos siempre llegaban en el momento menos esperado. Como si fueran perros y fueran capaces de presentir que ellos dos se encontraban en ese lugar.
-¿Akane? -Preguntaba Kasumi al abrir la puerta de aquel cuarto. En medio de la habitación iluminada por la luna, solo se encontraba Akane tratando de recuperar el aire. Sus mejillas calientes y la sonrisa nerviosa era demasiado visibles que ni siquiera se dio cuenta que su traje se encontraba mal acomodado.- ¿Te encuentras bien? Creí que habías sido tú la que grito -Suspiro la mayor.- Menos mal que aquí estas
Sin embargo, antes de poder hablar y pedirle que se fuera. Todo el mundo empezó a llegar para darle otro momento vergonzoso.
Tanto Kunou como Ryouga aparecieron para atacar a todo aquel que provoco que Akane gritara. Soun como Genma, aquellos padres tan valientes, se encontraban escondidos detrás de los mismos mientras hablaban sobre los fantasmas que habían visto en la película, sentían que aquella escena ya la habían visto.
Al encender las luces, no solo se sorprendieron al ver aquellas marcas de "mosquito" en el cuello de Akane Tendo como el labial corrido. Lo que los dejo totalmente en blancos, fue ver a Ranma Saotome intentando salir de aquel lugar por la ventana, como si de un ladrón se tratase. En el momento que el chico de cabellos negros fue atrapado en el acto, solo supo voltear a donde todos ellos se encontraban y sonreír de manera nerviosa. No solo su cabello, también su ropa se encontraba desordenada. Así como en sus labios se encontraba el mismo tono de labial que aquella adorable bruja estaba usando esa misma noche. Soun y Genma se desmayaron en cuanto entendieron a qué iba toda esa situación. Estaban más que felices de que aquellos dos al fin se acercaran, aunque sea de esa manera, lo que realmente les sorprendía, es que era la segunda vez que los encontraban de esa manera que no podían evitar congelarse. Tal vez, aun no se encontraban tan bien como para dejar a sus hijos irse del nido.
Akane pensaría que fue en ese momento que a Ranma se le bajo los efectos del alcohol, pero para él, trataba de no entrar en pánico y cometer una locura en el acto.
-Verán -Ranma trataba de pensar en una buena excusa. Maldita sea el momento en que su cerebro dejo de funcionar.- Esto no es lo que piensan, aunque tal vez se ve como algo mucho peor -Carraspeo un poco. La idea era convencerlos, no que cometieran un crimen.- Lo que quiero decir es que… -Para su desgracia, las palabras decidieron no salir y su cuerpo empezó a moverse.- ¡Corre Akane!
Corriendo hacia dirección de Akane, tomo a la chica entre brazos, no sin antes tapar a la misma con su capa y empezar a brincar los ataques que les dirigían como la noche anterior. Y por si no fuera poco, mala suerte la que tenían aquellos dos al ver no solo a Shampoo, también a Kodachi y Ukyo. Aquellas tres chicas que no entendían muy bien lo que sucedía dentro de aquella casa, pero al ver la ropa desarreglada, Akane tratando de cubrir su rostro llena de vergüenza y el labial en los labios de Ranma, solo pudieron pensar en una cosa.
Que esa noche se convertiría en una verdadera caza de brujas.
-¿Esto no puede ser peor? -Lloriqueo Akane mientras se aferraba al cuerpo de Ranma.- ¿Por qué nos pasa todo esto?
-¡Solo déjenos en paz! -Gritaba Ranma, abrazando a la chica de sus brazos con un poquito más de fuerza.- ¿Acaso no podemos tener una noche tranquila sin que ustedes nos interrumpan?
-¡Nunca!
-¡No mientras viva!
Escucharon gritar a todo ese ejercito que los seguía a lo lejos.
¿Alguna vez creyeron ver dos espectáculos seguidos?
Pues los pequeños niños aun no podían creer lo que había pasado la noche anterior con aquel "Santa de Halloween" que hizo que los dulces cayeran del cielo. Aunque sus padres decían que aquello no pudo ser cierto, aun había algunos que creían y otros que creen que lo soñaron. Lo que ahora estaban viendo, no sabían si era un producto de su imaginación o de todos aquellos dulces que comieron en el camino, pues que un vampiro había raptado a la linda bruja que les había dado dulces unas calles antes y un ejército de monstruos los seguían, no era algo que se veía todos los días.
Aunque aquellos niños gritaban emocionados de que al fin le darían su merecido a ese mal vampiro por estar haciendo travesuras y querer arruinar su Halloween, era imposible borrar la sonrisa que aquel chico tenía en su rostro, la linda bruja en sus brazos le animaba a seguir escapando de los mismos. Así es como ganaba más fuerza y energía para huir de aquellos. Lo único que querían, era tener el tiempo a solas que realmente merecían.
¿Creen que las cosas terminarían de esta manera?
Yo tampoco lo creo. Porque conociendo a Ranma Saotome y Akane Tendo, todo puede pasar. Desde lo más serio, hasta lo más tonto o absurdo. Lo que, si se sabe, es que bueno, teniendo a personas como esas a su lado, tendrían que olvidarse de los momentos a solas. Porque nunca los tendrían, deberían acostumbrarse a huir, aunque para ello, ambos son expertos.
Así que, buenos días, buenas tardes y buenas noches.
Feliz día de brujas. Feliz día de muertos. Feliz Halloween.
¡Muchas gracias por leer!
¡Y así es como esta historia termina! Pero, aunque haya dicho eso, sé que las risas y la diversión no terminaran, al menos no por ahora. Porque la historia de ellos dos continua y nosotros como espectadores de la misma, avanzaremos con ellos. ¡Muchas gracias por invitarme! Realmente les agradezco a Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma ( MundoFanficsInuyashayRanma) por invitarme a esta maravillosa dinámica. Aquí siempre tendrán a una escritora y lectora que siempre estará con ustedes.
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¡Nos vemos a la próxima!
Atte.: AnZuZu Dragneel
Fecha: Martes 22 de Octubre de 2024
