T2 - Capítulo 42 – Los libros prohibidos

En un oscuro pasillo de la biblioteca del Imperio de Cristal, cuatro unicornios habían entrado furtivamente para buscar distintos libros. Y ahora, los cuatro se encontraban atrapados dentro de la misma biblioteca, debido a una barrera mágica que algo o ALGUIEN había colocado sobre la biblioteca para evitar que huyeran.

Los oídos de Dusk Shine, Sunset Shimmer, Shadow Lock y Sugar Belle se levantaron en alerta al escuchar a lo lejos ruidos de pasos, lo que hizo que los cuatro unicornios se miraran entre sí fijamente, llegando a un acuerdo tan solo con la mirada. Si no querían ser descubiertos, no debían de hacer ruido alguno, y más importante aún, debían dejar de lado cualquier duda o discusión previa y trabajar juntos.

"Son solo seis guardias y la biblioteca es muy grande, así que demorarán bastante en encontrarnos." Susurró Shadow Lock, mirando a todos seriamente.

"Solo cuatro guardias. Noqueé a dos guardias antes de entrar." Susurró Sunset con una pizca de orgullo. Algo que sorprendió a Dusk, ya que, siendo la alumna de Cadance, pensó que esa yegua sería menos propensa a la violencia.

"¡Quizás podríamos ofrecerles algunos muffins y hablarles sobre el espíritu de la igualdad!" Susurró Sugar Belle emocionada.

"Eso definitivamente queda descartado." Dijo Dusk, mirando seriamente a Sugar Belle. "Tampoco sería bueno enfrentarnos a ellos. Aunque antes hayan logrado noquear a dos guardias, quien sea que haya creado esta barrera, no será igual de fácil de derrotar. Además, lo mejor es evitar problemas con la AEE."

"Concuerdo. Definitivamente ÉL no es alguien a quién podamos derrotar fácilmente." Susurró Shadow Lock, entrecerrando sus ojos y desviando ligeramente la mirada. Un gesto que no pasó desapercibido para Dusk.

"Este potro sabe algo más que no quiere decirnos. Además, lleva en su capa el emblema de la AEE." Pensó Dusk, mirando con recelo a Shadow Lock. "Tengo muchas preguntas, pero por ahora, debemos cooperar."

Tras reflexionar, los cuatro ponies se dieron cuenta que solo tenían dos opciones, pelear o ser atrapados. Sin embargo, había algo en lo que sí tenían una elección. Lo verdaderamente importante era ver el contenido de esos libros, y era algo que debían hacer ya mismo, antes que el tiempo se les agotara.

"Alcancé a teletransportar cuatro libros junto a mí. Cada uno podría leer uno." Dijo Dusk, sosteniendo los cuatro libros que había alcanzado a teletransportar junto a él. En ese instante, Dusk soltó un suspiro de frustración al ver que uno de los libros que había teletransportado, había sido el libro que traía al gusano comelibros, por lo que de inmediato lo alejó de los demás libros. "Corrección, solo tres libros. Una horrible bestia hizo uno de los mayores sacrilegios del mundo y destruyó una valiosísima antigüedad." Agregó Dusk lleno de frustración, abriendo el libro para mostrar al gusano dentro del libro titulado 'La estrella maldita'.

Al ver al gusano comelibros, tanto Sugar Belle como Sunset dieron un paso atrás con una mirada de desagrado. Sin embargo, Shadow Lock se mantuvo inmóvil, viéndolo con indiferencia.

"Lo mejor será alejar a ese gusano de los demás libros." Dijo Shadow Lock tranquilamente, usando su magia para levitar a aquel gusano, depositándolo en un pequeño bolso que ocultaba bajo su capa. "Sobre los otros tres libros, conozco un método para que todos podamos entender el tema principal de los tres libros al mismo tiempo. No podremos saber detalles exactos, pero con ese método todos podremos saber el contenido de todos los libros y no solo el de uno cada uno." Agregó Shadow Lock, mirando con desconfianza a los ponies a su alrededor.

"¡Ese es el espíritu! ¡Igualdad para todos!" Agregó Sugar Belle con una gran sonrisa.

Dusk y Sunset se miraron entre sí y finalmente aceptaron confiar en Shadow Lock, después de todo, tal como decía él, de esa forma podrían saber el contenido de los tres libros en vez de solo uno. Y principalmente, debían de aprovechar el tiempo al máximo, así que debían de ver el contenido de aquellos libros lo antes posible, y no había tiempo que desperdiciar discutiendo.

Cada unicornio comenzó a usar su magia para comenzar la tarea de leer esos libros. Primero, Dusk usó un hechizo de insonorización. Al mismo tiempo, Shadow Lock usaba su magia sobre los tres libros, usando un hechizo que era desconocido para los otros tres unicornios. En tanto que Sunset Shimmer usó su magia para crear una ilusión frente a ellos, para que, si algún guardia los veía desde lejos, solo viera la pared de la biblioteca, algo que les daría más tiempo. Por su parte, Sugar Belle se quedó mirando asombrada con una gran sonrisa cómo los tres unicornios trabajaban juntos con precisión, como si se hubieran conocido de toda una vida.

"¿No vas a ayudar en nada?" Preguntó Sunset, mirando de reojo a Sugar Belle.

"Lo siento, no soy tan hábil como ustedes, ¡Solo soy una repostera!" Respondió sonriendo Sugar Belle, levitando un muffin y dándole un mordisco. "Por cierto, no importa que me quitaras mi capa. ¡Te la regalo! La puedes usar sin problemas." Agregó Sugar Belle con una gran sonrisa, levitando otro muffin para ofrecérselo a Sunset. Por su parte, Sunset puso una mirada incómoda y rechazó el muffin. Desconfiando de la excesiva amabilidad de aquella yegua.

Finalmente, Shadow Lock terminó su hechizo y todo estaba listo. Uno de los libros comenzó a brillar con un brillo rojizo en el suelo y se abrió de golpe, moviendo velozmente sus páginas desde la primera hasta la última página, como si una repentina ráfaga de viento lo hubiera golpeado. Mientras eso sucedía, el libro brilló aún más y generó unos rayos mágicos sobre el mismo, generando letras en movimiento que sobresalieron y brillaron frente a los ojos de todos, escribiendo en el aire: 'Artefactos fantásticos y dónde encontrarlos', luego, en letras más pequeñas apareció: 'Primera edición. Autor: Newt Stallionder'.

"Conozco ese libro, pero nunca había visto una primera edición." Dijo Dusk abriendo sus ojos lleno de emoción. "¡Ese libro debe tener más de dos mil años!"

Antes que alguien pudiera decir algo más, el libro expulsó decenas de luces más, pero esta vez, en vez de materializar palabras en el aire, materializó distintos artefactos, como cascos, piedras, gemas, espadas, decenas de objetos que fueron girando en el aire frente a los ojos de los cuatro ponies. Entonces, bajo cada objeto, apareció el nombre de dicho objeto mágico y una muy breve descripción del efecto mágico de aquel objeto.

Los ojos de Sunset, Dusk y Sugar Belle se maravillaron tanto por la información como por lo magnífico del hechizo de Shadow Lock. En efecto, aquello era mucho más visual y fácil que estar leyendo el libro página por página. Como bien había dicho Shadow Lock, los detalles específicos no se mostraban, pero ahora bien podían hacerse una idea del contenido más importante que había en el libro.

"¿Cuál es la mayor diferencia que existe entre esta primera versión del libro de Stallionder y las versiones más nuevas que conocemos nosotros?" Preguntó Sunset, mirando de reojo a Shadow Lock.

Como si el propio libro quisiera responder lo que Sunset acababa de preguntar, las imágenes proyectadas cambiaron, desapareciendo las descripciones de los artefactos, y en su lugar, mostrando mapas al lado de algunos artefactos.

Los cuatro ponies quedaron atónitos ante lo que vieron, pues efectivamente, si esas localizaciones eran reales, podían fácilmente encontrar artefactos mágicos que habían desaparecido hacía cientos de años atrás. Sin embargo, aquella emoción se diluyó rápidamente, ya que entendieron que aquellos mapas eran de más de dos mil años de antigüedad, y era muy probable que los artefactos ya no estuviesen en esos lugares.

Repentinamente, empezaron a aparecer nuevas letras proyectadas, escribiendo en el aire algunos párrafos textuales del libro:

'El poder de los artefactos mágicos, proviene de su antigüedad. Mientras más antiguo es el artefacto, su capacidad de acumular distintos tipos de magia genera… La absorción fue un proceso largo y doloroso que… Aumentar, doblar e incluso romper las reglas de la magia establecida.'

Los cuatro ponies se quedaron con miradas confusas al ver que habían ciertos vacíos en los párrafos proyectados. Entonces Sunset se acercó al libro y lo levantó del suelo, causando que todas las proyecciones de luz desaparecieran. Tras hojear un par de páginas, Sunset les mostró el libro a los demás.

"Como dijo Dusk, estos libros tienen cientos, quizás miles de años. Hay hojas rotas y partes en que la tinta se ha borrado, por eso el libro no puede proyectar los párrafos completos." Dijo Sunset mirando a los demás y luego volviendo a concentrarse en el libro que sostenía.

"Muchos de los artefactos que muestra el libro están en museos, pero también hay objetos mágicos que nunca había visto." Pensó Sunset, comenzando a revisar velozmente página por página de aquel libro. "¡Esto es precisamente lo que venía a buscar aquí! Debe haber algo… ¡Debe haber algo aquí que pueda ayudarme a romper la maldición de Discord! ¡Así Dusk podrá volver a recordarme! ¡Así ya no tendré que esconderle más mi rostro!" Pensó Sunset con cierta desesperación, comenzando a revisar más y más rápido el libro.

Repentinamente, Sunset se detuvo al instante en una página específica del libro, y mientras veía aquella página, su vista se movió lentamente hacia su izquierda, notando que alguien la estaba mirando muy atentamente desde atrás.

"¿Se te perdió algo?" Preguntó Sunset Shimmer molesta, viendo que Sugar Belle se le había acercado para también intentar ver el libro.

"¡Oh! Lo siento. Solo quería ver qué era lo que te interesaba tanto buscar." Dijo Sugar Belle con una sonrisa nerviosa. "¿Quizás encontraste alguna receta de algún nuevo postre? ¡Eso sí sería interesante!" Agregó Sugar Belle con una gran sonrisa.

Sunset se la quedó mirando por unos segundos, y luego, sin dudarlo, le pasó el libro a Sugar Belle.

"Ten. Puedes buscarlo tú misma." Dijo Sunset con una amable sonrisa.

Sugar Belle tomó el libro que Sunset le ofrecía y lo levitó delante de ella. Entonces, Sugar Belle pasó rápidamente por las páginas con su magia, mientras lo miraba atentamente. Por su parte, Sunset simplemente se quedó inmóvil, con una cara de póker, mirando atentamente cada gesto de Sugar Belle. Finalmente, Sugar Belle puso una cara de decepción y soltó un gran suspiro.

"Huff… Tenían razón. Parece que el libro solo habla de artefactos mágicos." Dijo Sugar Belle con una triste sonrisa. Devolviéndole el libro a Sunset. "Sinceramente, no es algo que me interese. Nunca he sido muy buena en la magia."

Cuando Sugar Belle le devolvió el libro a Sunset, la yegua amarilla se sorprendió. Por un segundo, ella pensó que Sugar Belle solo estaba fingiendo y que intentaría robarse ese libro. Después de todo, era un libro valiosísimo que aún podía tener pistas importantes sobre artefactos mágicos perdidos. Sin embargo, Sugar Belle apenas si había hojeado el libro unos pocos segundos. Muy poco tiempo para intentar memorizar los mapas o siquiera los nombres de todos los artefactos.

"Sabes… Hace algún tiempo conocí a otra yegua de pelaje lila y ojos azules." Dijo Sunset con una mirada pensativa, mientras tomaba el libro que Sugar Belle le ofrecía. "Pero esta yegua era muy hábil en la magia, y también, estaba muy interesada por obtener un artefacto mágico antiguo que tenía en mi poder…" Agregó Sunset, mirando fijamente a Sugar Belle.

"Hmm… Una unicornio que también tiene el pelaje lila y ojos azules… ¡Quizás te refieres a Starlight!" Dijo Sugar Belle sonriendo, luego de pensar un rato. "Ella es la unicornio más poderosa que he conocido, ¡Ella es la líder de Nuestra Aldea! De hecho, ella fue la que nos dio este símbolo." Agregó Sugar Belle, apuntando a su flanco, para que Sunset viera las dos líneas de igualdad que estaban dibujadas sobre su flanco. "Ella no quiso venir a la ciudad, así que nos está esperando en la estación de trenes."

Ante las palabras de Sugar Belle, Sunset se inclinó un segundo y entrecerró sus ojos al ver la cutie mark de Sugar Belle. Algo a lo que no le había puesto atención hasta ese momento.

"¿Dices que ella creó ese símbolo…?" Dijo Sunset, mirando con sospecha el símbolo de igualdad que tenía Sugar Belle.

"¡Oh! Es cierto. Ella era la yegua que se quedó en la estación." Dijo repentinamente Dusk, recordando lo que había sucedido allí. "Parece que ella era bastante tímida. En cuanto me vio, salió huyendo."

Tras las palabras de Dusk, Sunset puso una mirada de sorpresa y puso un casco en su boca con una mirada muy pensativa.

Repentinamente, los cuatro ponies se distrajeron cuando el segundo libro comenzó a brillar, ante ellos se volvieron a proyectar nuevas letras, esta vez, describiendo el título del segundo libro: 'El origen de las familias nobles. Autor: Star Swirl El Barbado'.

"¿¡Un libro inédito de Star Swirl!?" Dijo Sunset Shimmer sorprendida. Quien conocía toda la bibliografía del gran mago de antaño.

"No sabía que Star Swirl había estudiado los linajes familiares de los ponies. Hasta donde sabía, él no era de noble cuna." Murmuró Shadow Lock también sorprendido. Mucho más interesado en el contenido de este libro que en el del libro anterior.

El libro proyectó una luz en el centro con una forma amorfa y borrosa, la cuál parecía estar arrojando chispas, como si se tratara de una llama o algo similar. De aquella forma amorfa y borrosa, salieron otras seis luces, las cuales formaron las siluetas de seis unicornios, uno negro, otro blanco, uno azul, uno amarillo, uno rojo y uno verde. Sobre dicha formación, el libro empezó a arrojar letras y se formaron los principales párrafos del libro, que resumían parte del libro:

'Cada familia noble se había especializado en desarrollar la magia en su propio estilo. Unos reunían maná del cielo nocturno para canalizar su magia. Otros… el sol para canalizar… La tierra, el flujo del agua y el aire también eran otros medios únicos de canalizar maná mágico... Uno de los clanes comprendió el poder de las palabras y cómo al recitarlas y memorizarlas, se podían generar los primeros 'hechizos'. Sin embargo, no fue hasta que los seis clanes originales se unieron y compartieron sus distintas visiones de la magia, que… la chispa de la magia, tal como la conocemos hoy en día.'

Era evidente que aquel libro también tenía muchos vacíos debido a su antigüedad, sin embargo, todos entendieron perfectamente que aquel libro comenzaba a hablar sobre el origen de la magia unicornio. Tras leer aquel primer párrafo, de inmediato nació una duda en todos los presentes, pues algo no cuadraba.

"¿Seis? ¿No se supone que son más clanes nobles? No son solo seis." Dijo Sunset confundida.

"Quizás con los años, esas familias nobles fueron menos egoístas que los actuales nobles, y con el tiempo, aceptaron que otras familias también se autoproclamaran nobles." Murmuró Dusk, también intentando buscar una explicación a esa incongruencia histórica, ya que a todos los unicornios se les enseñaba que todas las familias nobles habían sido los descendientes de los primeros unicornios y que habían sido los primeros en dominar la magia. "Pero según este libro, ¿Cuáles son las seis familias originales?"

Nuevamente, como si el propio libro hubiera escuchado la pregunta, el hechizo de Shadow Lock actuó por su cuenta y volvió a escribir nuevas frases en el aire:

'La familia Shimmer aprendió a obtener la chispa de la magia del sol. La familia Glimmer aprendió a manejar la chispa mágica gracias a la luz de las estrellas. La familia Bluemoon aprendió a obtener su chispa mágica gracias a la luna. La familia Warlock aprendió a plasmar su chispa mágica con las palabras, creando los hechizos. La familia Windancer comprendió que su chispa mágica se fortalecía al canalizar el mana del flujo de la tierra. La familia Songbird hizo explotar la chispa de la imaginación, para crear magia que no dependía de ningún mana…'

Con cada familia nombrada, una de las seis siluetas brillaba más que las demás. Además, cada vez que terminaban de leer el párrafo de una familia, la pequeña nube amorfa en el centro se movía aún más y lanzaba algunas chispas. Por su parte, al escuchar los nombres de los clanes familiares originales, los cuatro ponies mantuvieron caras de póker para no mostrar sus verdaderas emociones. De una forma u otra, ellos estaban relacionados con aquella importantísima información sobre los clanes originales, y por lo mismo, decidieron no demostrarlo, para que los demás no lo notaran. Mientras tanto, el libro siguió escribiendo párrafos en el aire:

'Dentro de ellos, había una chispa que los acompañó desde la creación de la magia, y fue esa chispa la que cientos de años después, moldearon hasta crear la magia en esas seis familias… La magia ya no solo se limitaba a controlar el mana cercano. Ahora, las chispas de los ponies de tierra, aire, agua, fuego, luz y oscuridad se juntaron para crear una chispa aún más grande, una que podía crear, y que también podía destruir... El siguiente paso de las grandes familias, fue aprender a controlar aquel mana que llamaron magia…'

"¿Por qué repite tanto la palabra 'chispa'? ¿Tan mal escritor era Star Swirl?" Interrumpió repentinamente Shadow Lock, sintiendo que el libro ya había dicho lo más importante que contenía.

"Chispa… Sparkle… No es una coincidencia. Deliberadamente Star Swirl repitió mucho esa palabra en este libro. ¿Estaba tratando de dejar algún mensaje oculto?" Murmuró Dusk pensando en voz alta. Tan concentrado que ni cuenta se dio que estaba hablando en voz alta. Sintiendo que se acercaba un poco más a resolver el misterio de su familia, pero que la respuesta aún estaba muy lejana. "¿Por qué siento que he escuchado esto en alguna otra parte…?"

Repentinamente los ojos de Dusk se abrieron con asombro al recordarlo.

'Con los cinco presentes, una chispa brillará y hará que el sexto se revele.'

Hacía más de un año, Dusk Shine había leído aquel párrafo en uno de los momentos más importantes de su vida. Esa frase estaba escrita en piedra, en el pedestal que contenía a los antiguos elementos de la armonía.

"No puede significar lo mismo. El pedestal hablaba de cinco elementos y una chispa, pero este libro habla de seis clanes y una chispa." Pensó Dusk, sintiendo doler su cabeza mientras intentaba atar cabos sueltos para obtener respuestas. "Son cosas distintas… ¿¡Pero por qué todo está relacionado con la palabra chispa… 'sparkle'!?"

"Quizás te recuerda al cuento de los elementales." Dijo repentinamente Sugar Belle, al lado de Dusk.

"¿Huh? ¿Qué?" Preguntó Dusk confundido, sin entender a qué se refería la yegua, ya que había estado perdido en sus propios pensamientos.

"Dijiste que lo que decía el libro, sentías haberlo leído en alguna otra parte." Repitió Sugar Belle, encogiéndose de hombros. "Esa parte que habla sobre los ponies de luz, oscuridad, fuego, tierra, viento y agua, se parece al relato que enseñan a los potrillos cuando están aprendiendo magia elemental."

"¡Es verdad!" Dijo Shadow Lock, recordando también aquel cuento. "Ese cuento trata de un unicornio que se encuentra con una llama, una roca, una nube, una gota, una sombra y una luz, y de cómo se hace amigo de ellos para aprender a usar su magia."

"Pero esta versión del cuento no dice nada de seres elementales." Dijo Sunset confundida, apuntando a las siluetas de los seis ponies de colores. "Según esta historia de Star Swirl, no son seis seres elementales, sino seis ponies que…" Repentinamente Sunset Shimmer se calló y miró atentamente a aquellas siluetas. "¿Es idea mía, o las primeras siluetas que proyectó el libro eran unicornios?" Preguntó Sunset insegura, apuntando a las siluetas y mirando a los otros tres ponies presentes.

Todos abrieron con sorpresa sus ojos y miraron atentamente las siluetas de los seis ponies. Tal como dijese Sunset, todos hubieran jurado que el libro había proyectado las siluetas de seis unicornios al hablar de las familias nobles, pero ahora, que hablaban de magia elemental, las siluetas habían perdido sus cuernos y mostraban las siluetas de lo que parecían ser seis simples ponies, sin cuernos ni alas ni otro rasgo que los diferenciase. ¿Acaso todos se habían equivocado?

Sunset Shimmer se agachó para tomar el libro entre sus cascos y comenzó a leerlo velozmente por su cuenta. Al hacerlo, las proyecciones generadas por el libro desaparecieron al instante. Tras unos pocos segundos, Sunset terminó de revisar el libro y miró a los demás.

"Es extraño, busqué la palabra 'unicornio' con un hechizo, pero se menciona solo un par de veces en todo el libro." Dijo Sunset, con una mirada confundida. "¿Star Swirl intencionalmente repitió la palabra 'chispa' (sparkle) e intentó omitir la palabra 'unicornio' en un libro que habla del origen de la magia unicornio? No tiene sentido."

Los cuatro unicornios se quedaron con una mirada pensativa, intentando buscar alguna explicación a aquella extraña casualidad. Star Swirl era conocido por ser un muy buen escritor, ¿Era realmente una casualidad o era un mensaje oculto?

Repentinamente los cuatro unicornios salieron de sus pensamientos cuando el tercer y último libro comenzó a brillar. Aquel libro parecía ser el más antiguo de todos, tanto que con el solo hecho de temblar por la magia imbuida por Shadow Lock, algunas páginas se trizaron por lo viejas que eran. Finalmente, el libro proyectó nuevas letras en el aire y los ponies pudieron leer el título del libro: 'El Gran Tabú. Autor: Desconocido'.

"¿El Gran Tabú? ¿Acaso es un libro filosófico?" Exclamó Shadow Lock decepcionado. Expresando lo que sintieron por un instante todos los presentes al leer el título del libro.

Todos ellos conocían sobre el Gran Tabú, aunque la verdad muy pocos lo llamaban así. Era una de esas frases que se pasaba de boca en boca, algo que todos sabían pero que nadie estaba seguro de haberlo aprendido de alguien realmente, ya que era algo tan obvio de pensar, como el simple hecho de respirar. El Gran Tabú simplemente era: No matar.

Los ponies eran criaturas pacíficas por naturaleza, así que nadie realmente creía que aquello fuese algo que se debía de enseñar, ya que nadie creía que pudiera haber seres que DESEARAN matar a alguien más. Aquello era algo tan fundamental que no solo se extendía a los ponies, sino que la mayoría, quizás todas, de razas inteligentes de aquel mundo sabían que matar era malo, y por lo mismo, ese deseo no existía en ellos. Después de todo, alguien podía ser egoísta, malvado, crear dolor, pero matar… Era algo que por naturaleza nadie deseaba. O al menos, eso era lo que la mayoría de los seres de aquel brillante mundo creían.

"Matar es malo, ese es el gran tabú. ¿Qué tiene eso de relevante? Eso no es magia." Dijo Dusk, alzando una ceja confundido.

Nuevamente, como si el libro hubiera escuchado lo dicho por Dusk, el hechizo de Shadow Lock actuó en el libro, y nuevas letras fueron formándose en el aire, hasta crear nuevas frases flotantes, siempre con vacíos en las oraciones que creaba, debido a lo viejo y dañado de aquel libro:

'Matar es malo, y todos los seres de este mundo lo saben. Un acto tan horrible que… incluso, parece que la misma alma parece rechazar tal aberrante idea. Pero, ¿Qué tal si aquel rechazo no es algo natural? ¿Qué tal si es algo creado? La teoría de la barrera mágica es solo una hipótesis… Aquel concepto de la barrera lo he dividido en dos factores: repulsión y repercusión.'

"¿La teoría de la barrera mágica? Jamás había escuchado de algo así…" Dijo Sunset confundida. Aunque en este punto, por alguna razón, sentía más un escalofrío de miedo que de confusión. Tal como sentían en ese mismo instante los otros tres ponies allí presentes.

El libro aún no explicaba mucho sobre su tema central, solo que no era un hecho real, sino solo una simple teoría creada por alguien. Sin embargo, ya todos sentían saber hacia dónde se dirigía aquel tema, e inconscientemente, se sintieron incómodos. Quedando todos en un perturbador silencio.

'El mundo era recorrido por seres oscuros, poderosos y ancestrales, hasta que en algún punto, debió crearse la gran barrera, también llamada, el Gran Tabú. Una muy poderosa magia, algo inmensamente fuerte e inmensamente sutil… Imposible de detectar para… Causando que en todos los seres vivos nacidos desde ese punto, concibieran como algo repulsivo el hecho de matar a otro ser vivo… Grabado en sus mentes para crear la paz.'

"Esto… Esto es ridículo." Dijo Sunset, con una mirada asustada. "¿Está diciendo que todos estamos hechizados desde el momento que nacemos? ¿Qué a todos nos lavan el cerebro? ¡Es una locura!"

"Es… Es solo una teoría, el mismo autor lo escribió." Dijo Dusk, sintiendo un escalofrío, pues también se sentía incómodo al pensar que una magia podía llegar a alterar la forma de pensar de un pony desde su concepción. "Nosotros no matamos no porque estemos hechizados. Nosotros no matamos porque sabemos reconocer entre el bien y el mal, es… es solo eso."

"Bueno, se puede demostrar fácilmente si es real o no." Dijo Sugar Belle, bajando su mirada. Causando que Dusk no pudiera verle el rostro.

Dusk sintió un escalofrío al entender a lo que Sugar Belle se refería. Ella tenía razón, había una forma muy fácil de demostrar que aquella teoría era falsa.

"Alguien podría intentar matar a alguien…" Murmuró Dusk, causando que su estómago se apretara y sintiera ganas de vomitar con tan solo pensar que se había atrevido a decir aquello en voz alta. Por un segundo, los cuatro ponies se quedaron en un aterrador silencio.

"¿¡Qué!? ¡No! ¡No me refería a eso! ¡Cielos! ¡Qué mentalidad tan oscura tienes!" Dijo repentinamente Sugar Belle, con una gran sonrisa. "Me refería a que es fácil de comprobar que es falso, porque de lo contrario, no hubieran habido asesinatos ni muertes en la historia de Equestria y del resto del mundo, y claro que los hay. Pocos, pero los hay."

"También estaba pensando en eso. Se sabe que los dragones son criaturas malvadas que han comido ponies, y seguirían haciéndolo si tuvieran la oportunidad." Dijo Shadow Lock, con una mirada pensativa. Un comentario que dejó a Dusk con una mirada incómoda, al recordar a Spike y al resto de dragones que había conocido recientemente. "Si realmente existiera una barrera mágica que impide asesinar, eso no podría pasar."

"Quizás es distinto asesinar por placer que matar para comer." Dijo Sunset, igual de pensativa, queriendo sumarse a ese interesante debate. Sin embargo, antes de continuar, ella miró de reojo a Dusk, notando inmediatamente su incomodidad. "Sin embargo, te equivocas en algo. Los dragones no son para nada violentos. Dusk mismo puede decirlo, porque ha vivido toda su vida junto a uno." Agregó Sunset, con una pequeña sonrisa. Levantando inconscientemente su mirada para mirar mejor a Dusk, causando que Dusk alcanzara a ver los ojos de Sunset bajo su capucha. "Estoy segura que Spike nunca dañaría a nadie."

Ante el comentario de Sunset, Dusk se la quedó mirando fijamente con sorpresa.

"¿Ella conoce a Spike?" Pensó Dusk confundido, sintiendo por alguna razón una picazón en su mente. "Espera, ella es la alumna de Cadance, es natural que ella conozca a Spike, ya que Cadance también cuidó de Spike cuando era mi niñera."

Por un instante, apareció un borroso recuerdo en la mente de Dusk, en donde él era solo un potrillo en la casa de sus padres. Junto a él, estaba el pequeño Spike y… alguien más. Una yegua… Una yegua de pelaje… ¿amarillo? Una yegua que…

Dusk bajó repentinamente su cabeza al sentir un fuerte dolor de cabeza. Al notarlo, Sunset se preocupó y dio un paso adelante para acercarse. Sin embargo, en el último segundo, ella se arrepintió, volvió a retroceder y, en vez de ayudar a Dusk, ocultó aún más su rostro bajo su capucha.

"Eso fue peligroso… Yo… No puedo dejar que me vea. No aún." Pensó Sunset, con una preocupada y triste mirada.

"Q-Quizás la teoría puede seguir siendo real, a pesar que los dragones comieran ponies en la antigüedad." Murmuró Dusk abriendo lentamente un ojo, luego que aquel fugaz dolor de cabeza desapareciera, al igual que aquel extraño recuerdo. "Escuché de la Princesa Celestia que los dragones antiguos eran muy distintos a los actuales dragones, más grandes, más violentos, y mucho, mucho más antiguos. Quizás ellos podían matar, porque nacieron antes que aquella barrera mágica se creara. Claro, suponiendo que esta teoría del Gran Tabú fuese cierta."

Repentinamente, Sunset Shimmer abrió grande sus ojos y se quedó pálida. Sin darse cuenta, el razonamiento que tuvo Dusk Shine la llevó a otra revelación, a otra MUY peligrosa revelación, algo que la llenó de profundo terror. Ella abrió su boca para hablar, pero se quedó sin habla, y entonces, en vez de decir lo que pensaba en ese instante, ella cerró su temblorosa boca y guardó silencio. Ella no estaba segura de si lo que acababa de descubrir podía ser real o no, pero si lo era, mientras menos ponies lo supiesen, mejor… En ese instante, uno de los ponies presentes se dio cuenta de la reacción de Sunset y la miró con una oscura mirada.

Por su parte, al recordar a la princesa Celestia, Dusk Shine también tuvo su propio flujo de ideas, recordando cosas que por mucho tiempo había pasado por alto.

"Princesa del Sol, el alba y el ocaso… Guardiana de la armonía y de la magia antigua…" Murmuró Dusk, pensando en voz alta. "Esos son algunos de los antiguos títulos que posee la Princesa Celestia… 'Guardiana de la magia antigua'… ¿Eso significaría que ella protege esa barrera?" Repentinamente Dusk alzó su vista al darse cuenta de algo importante y miró a los demás. "¡Nightmare Moon y Chrysalis intentaron asesinar! ¡Incluso el Rey Sombra lo intentó! Pero todos ellos nacieron años después del nacimiento de Celestia. Según el libro, el Gran Tabú nació varios miles de años atrás, eso es antes que Equestria existiera, ¡Antes que las princesas mismas nacieran!"

"¡Es verdad! Si tal barrera mágica existiera, esos oscuros seres no podrían haber intentado asesinar a nadie." Dijo Shadow Lock, abriendo sus ojos con sorpresa. "Significa que la teoría que postula este libro está mal. Ya ha sido descartada."

Pese al alivio que sintieron Dusk y Shadow Lock, al encontrar evidencia finalmente para comprobar que nada ni nadie los había lobotomizado mágicamente al nacer, Sunset se quedó en silencio, desviando la mirada. En tanto que Sugar Belle simplemente inclinó la cabeza confundida, dando la apariencia de no entender nada de lo que hablaban los demás.

"Espera un segundo. El libro dijo que la teoría de la barrera del Gran Tabú se basaba en dos conceptos: repulsión y repercusión." Pensó Dusk, recordando los párrafos proyectados del libro. "La repulsión es el rechazo que supuestamente crea esa barrera mágica en los seres vivos para matar. Pero, ¿A qué se refiere con 'repercusión'?"

Repentinamente todos se distrajeron al escuchar un fuerte '¡PLOP!', como si una enorme burbuja se hubiera reventado. Tan concentrado había estado Dusk en sus pensamientos, que tardó en darse cuenta a qué se debía aquel sonido. Alguien había roto su hechizo de insonorización.

Al voltearse junto a los otros tres ponies, todos vieron que no solo el hechizo de insonoridad había desaparecido, también, la ilusión creada por Sunset se había desvanecido. Tras ellos, ya no había una capa mágica reflejando una falsa pared, ahora, habían cuatro guardias de capa dorada mirándolos muy molestos. En medio de los cuatro guardias, había otro potro, uno que resaltaba por ser de contextura delgada, a diferencia de los guardias. De pelaje gris blanquecino y melena negra, vistiendo una túnica color vino, con una banda roja cruzando su pecho, desde la que colgaba un enorme amuleto dorado con el emblema de la AEE. Aquel potro, era el rector máximo de la Asociación Educativa de Equestria.

"Neighsay…" Murmuró Shadow Lock. Por alguna razón, apretando fuerte sus dientes y mirando con odio a aquel potro de túnica roja.

"¿Qué tenemos aquí…?" Dijo Neighsay, mirando con indiferencia a aquellos cuatro ponies.

Por un instante, pareció que Neighsay intentó mantener una mirada fría, pero al ver a aquellos cuatro unicornios atentamente, sus ojos no pudieron evitar mostrar su asombro. Parecía que con cada uno que miraba, su asombro crecía, hasta finalmente terminar su inspección final con Shadow Lock.

"Que grupo más interesante…" Terminó diciendo finalmente Neighsay, frunciendo el ceño, pero inmediatamente, cerrando sus ojos para calmarse y volver a poner su fría mirada para ocultar su impresión.

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"¿Qué fue eso? Él siempre mantiene una mirada indiferente ante todo. ¿Tanto le impresionó verme aquí?" Pensó Shadow Lock sorprendido. Quien captó a la perfección la sorpresa e incomodidad de Neighsay. "No… No fue solo a mí. Por alguna razón, le impresionó vernos a los cuatro de nosotros, más que a cualquier otro pony." Pensó Shadow Lock, mirando de reojo a los tres unicornios a su lado, preguntándose qué sabía Neighsay sobre ellos.

Luego de volver a su indiferente mirada, los ojos de Neighsay se enfocaron en algo aún más importante que ver reunidos a esos cuatro unicornios allí. Él rápidamente usó su magia y levitó los tres libros que estaban en el piso tras aquellos cuatro ponies, y los atrajo velozmente hacia él, atrapándolos con su casco. Aquel movimiento fue tan rápido y sorpresivo que los cuatro unicornios solo pudieron reaccionar cuando vieron que Neighsay ya tenía los libros. Todos ellos recordaban haber dicho que lo mejor era ocultarse y evitar una disputa con aquellos guardias de capa dorada, sin embargo, ahora que habían sido descubiertos, y sabiendo que aquellos preciados libros antiguos podían estar en peligro en los cascos de la AEE, fue que los cuatro unicornios iluminaron sus cuernos para recuperarlos.

"Es inútil." Fue lo único que dijo Neighsay, al tiempo que su cuerno ya cargado con magia tras usar la levitación, ahora hacía brillar el medallón dorado que colgaba en su pecho.

En una fracción de segundo, el medallón de Neighsay brilló con un fuerte resplandor anaranjado, que empujó a Dusk y los demás a su lado, haciendo que chocaran contra la pared, desarmándolos por completo.

"Este amuleto ha guardado por años magia de cientos de magos, archimagos y rectores de la AEE antes que yo." Dijo Neighsay, mirando con indiferencia a los cuatro unicornios frente a él, que intentaban recuperarse y levantarse tras aquel golpe contra la pared. "Por muy hábiles que sean, es inútil luchar contra sus superiores." Agregó Neighsay, volviendo a iluminar su cuerno y el medallón.

En un abrir y cerrar de ojos, la barrera que rodeaba la biblioteca desapareció, y con ella, todos los ponies presentes allí. Dusk y los demás abrieron con sorpresa sus ojos al ver que habían desaparecido y reaparecido afuera de la biblioteca, junto a Neighsay y los guardias.

"Váyanse ahora mismo de aquí, antes que los aprese por inmiscuirse en asuntos de la AEE." Dijo Neighsay, aun sosteniendo los libros. Mirando con desprecio a Dusk y los demás. Entonces, su mirada se fijó en Shadow Lock. "En cuanto a ti, no puedo dejarte ir tan fácilmente. Entraste a mi despacho sin autorización y falsificaste una carta con mi nombre." Agregó Neighsay, entrecerrando molesto sus ojos. "¿Cuándo fue que volviste a Canterlot?"

"Volví justo cuando a la escolta dorada se le ordenó venir aquí." Respondió Shadow Lock, dando un paso al frente para mirar muy enojado a Neighsay. "Tú mismo les diste la orden, ¿No es así, tío Neighsay? Vi la lista de libros prohibidos en tu escritorio. Por eso viniste hasta aquí, para ocultar el conocimiento de los ponies comunes y corrientes. Para mantenerlos a todos en las tinieblas."

Por un momento, la mirada de Neighsay pareció suavizarse al mirar la fiera mirada de Shadow Lock, pero rápidamente cerró sus ojos, y al abrirlos, su mirada seguía siendo tan fría como antes.

"La misión de la AEE es la de iluminar y expandir el conocimiento de los ponies, pero no arriesgando todo por lo que hemos luchado." Dijo Neighsay, entrecerrando sus ojos. "Ante todo, nuestra misión es proteger la paz del reino. No sé qué tanto alcanzaron a ver de estos libros, pero hay libros que contienen magia oscura, hechizos peligrosos, información que el común de los ponies no debe saber, por su propio bienestar."

"¿Y eso incluyen ocultar a la familia Sparkle?" Preguntó Dusk Shine, mirando seriamente al rector de la AEE. Por su parte, Neighsay abrió con sorpresa sus ojos y luego puso una mirada muy molesta.

"Como dije, hay cosas que han de mantenerse en las sombras, en pos de la paz." Respondió Neighsay, mirando con cierto desprecio a Dusk. "De hecho, es esa delicada paz que protegemos la que también ha protegido a tu familia sin que ustedes mismos lo sepan."

"¿Nos protegen? ¿De quién?" Preguntó Dusk sorprendido y confundido. Sin embargo, Neighsay solo guardó silencio y desvió la mirada, dando por terminada aquella charla.

Al lado de Dusk, Shadow Lock puso una mirada más furiosa al ver que su tío seguía ocultando los secretos que sabía y había heredado. Aquello hizo que Shadow Lock levantara su casco y se tocara la cicatriz que tenía sobre su nariz. Un buen recordatorio de lo que podía provocar hacer demasiadas preguntas.

"Los nobles solo revelan sus secretos a uno de sus descendientes por generación." Dijo Shadow Lock, girándose para hablar con Dusk, pero mirando de reojo a Neighsay. "Ellos hacen un juramento que-"

"¡Suficiente!" Dijo Neighsay molesto. Entonces él dio un par de pasos hacia adelante para quedar frente a frente de aquel grupo de unicornios, encabezados por Dusk Shine. "He cambiado de opinión. Ustedes son un peligro para la seguridad de este reino. Por eso, con la autoridad que me entrega la AEE, lo encarcelaré ahora mismo." Agregó Neighsay, mirando furioso a los cuatro unicornios ante él, uno por uno.

Neighsay tenía la fuerza de su lado gracias al medallón de la AEE, sin embargo, debido a su ira, había cometido un error. Al acercarse, Neighsay tuvo menos campo de visión para poder ver a los cuatro intrusos, por lo que, al girarse para ver a los demás, no alcanzó a ver a tiempo la veloz reacción de Dusk Shine ante su anuncio.

Tal como hiciese cuando huyeron de la escolta dorada por primera vez, Dusk activó velozmente su magia y realizó un perfecto hechizo de teletransportación. Al instante, Sunset, Sugar Belle y Shadow Lock desaparecieron de allí, teletransportados lejos, gracias a la magia de Dusk. Al ver aquello, Neighsay retrocedió y abrió con sorpresa sus ojos, siendo totalmente tomado por sorpresa por aquel veloz hechizo. Sin embargo, lo que más lo sorprendió, fue ver que quién realizó aquel hechizo, no lo uso en él mismo.

"¿Por qué los ayudaste a escapar? Y más importante aún, ¿Por qué no huiste también?" Preguntó Neighsay, mirando fijamente a Dusk frente a él.

"Me sentía un poco responsable, porque debido a mis gritos fue que los guardias nos descubrieron en primer lugar." Dijo Dusk, con una pequeña sonrisa. "Además, si también me teletransportaba, existía la posibilidad que siguieras mi rastro mágico." Agregó Dusk, mirando de reojo al medallón dorado que cargaba Neighsay.

"¡Oh, sí! El querido alumno de la Princesa Celestia. Siempre tan noble y sacrificado." Dijo Neighsay, con un tono de burla en su voz. Entonces él movió su casco para que Dusk viera más claramente los libros que había estado cargando. "O quizás, sea por algo más egoísta… Creo que no quisiste irte, sin antes llevarte estos libros contigo." Agregó Neighsay con una pequeña sonrisa siniestra.

"No es así." Pensó Dusk, poniendo una mirada firme, pero luego, una más pensativa. "Aunque quizás una parte de mí sí lo pensó inconscientemente." Pensó Dusk, teniendo que admitir que quería obtener aquellos libros, fuese como fuese.

"¡Dusk!" Gritó desde lejos una voz que Dusk reconoció al instante.

"¡Shining!" Dijo Dusk con alivio. Girándose y viendo que hacia allí venían Shining Armor, Amethyst Maresbury y los guardias del Imperio de Cristal.

"Cuando vi que pusieron una barrera mágica sobre la biblioteca, fui a llamar al Principe Shining por ayuda." Dijo la anciana Amethyst. Quien había sido expulsada de la biblioteca tras la llegada de Neighsay.

"¿Qué es lo que pasa aquí?" Preguntó Shining con una muy seria mirada. Acercándose para quedar al lado de Dusk, mirando molesto a Neighsay y a los guardias con capa dorada.

"No es nada que le competa a usted, capitán." Dijo Neighsay tranquilamente. Enfatizando la palabra 'capitán', para que Shining no olvidara su posición. "Esto es un asunto de la AEE, y por mucho que seas el príncipe consorte de la Princesa Cadenza, tu autoridad no sobrepasa a la AEE. Ahora, si me disculpas, estaba a punto de apresar a tu hermano." Agregó Neighsay con fingida indiferencia. Señalándole a los guardias de la escolta dorada que apresaran a Dusk.

Antes que los guardias pudieran acercarse a Dusk, Shining se paró frente a su hermano y se interpuso en el camino de los guardias.

"Dusk Shine tenía mi autorización para entrar en la biblioteca." Dijo Shining, mirando seriamente a Neighsay. "Además, este es el Imperio de Cristal, no es una biblioteca que-"

"Cloudsdale, Canterlot, Ponyville, incluso el Imperio de Cristal, ¡Da igual el lugar que sea!" Interrumpió Neighsay, con una risa burlona. "Todas las bibliotecas de Equestria están bajo la autoridad de la AEE, y en este momento, ¡YO soy el máximo representante de la AEE!"

"Mi esposa, la Princesa Cadance, tiene la autoridad para-" Dijo Shining molesto, hasta ser interrumpido nuevamente por Neighsay.

"Tu esposa, o la Princesa Luna, da igual. Ninguna tiene poder sobre las bibliotecas del reino." Dijo Neighsay, mirando a Shining con una mirada seria. "La única que tiene un puesto en el consejo de la AEE es la Princesa Celestia, aunque allí, ella solo cuenta como un voto más. Sin embargo, ella no se encuentra presente, así que como dije, mi autoridad es absoluta." Agregó Neighsay, no pudiendo evitar poner nuevamente una pequeña sonrisa burlona, pues lo tenía todo calculado, Shining no podía contrariarlo ni hacer nada en su contra.

Luego de ser interrumpido dos veces, Shining bajó su cabeza. Aquello hizo que Neighsay disfrutara internamente al verlo derrotado y sin más argumentos. Por lo mismo, Neighsay no pudo evitar sorprenderse al ver que, cuando Shining Armor levantó su cabeza, en vez de una mirada abatida, estaba sonriendo con cierta burla en su mirar.

"Rector Neighsay, usted está completamente en lo correcto." Dijo Shining tranquilamente, con una pequeña sonrisa. "Sin embargo, tengo algo que informarle." Agregó Shining Armor, haciendo un gesto hacia su izquierda, para que alguien atrás suyo se acercase.

Con la señal de Shining, una pony se acercó velozmente hacia el unicornio blanco, una pegaso que parecía estar muy agotada. Tan solo con ver a aquella pony, Dusk supo de dónde era. Aquel era el uniforme de los Wonderbolts, donde estaban los pegasos más veloces y hábiles del reino. Aquella pegaso le entregó un pergamino a Shining, quien lo tomó con su casco y se lo ofreció a Neighsay. El rector de la AEE miró con desconfianza aquel pergamino, pero finalmente lo abrió y comenzó a leerlo.

"Cadance sospechaba que con la larga ausencia de la Princesa Celestia, algunos nobles podían intentar aprovecharse de las circunstancias. Así que por eso, viajó a Canterlot, no solo para ayudar a Luna a levantar el sol." Dijo Shining Armor, mirando con una sonrisa a Dusk. Entonces él volvió a mirar a Neighsay, a quién se le había borrado su sonrisa al leer aquel pergamino. "Rector Neighsay, lamento informarle que el Imperio de Cristal es un reino independiente. Así lo ha sido antes, y así seguirá siéndolo. Como verá en esa ley que Luna y Cadance han aprobado justamente hoy, el Reino de Equestria reconoce la independencia del Imperio de Cristal, manteniendo una estrecha alianza, pero cada reino mantiene su soberanía independiente." Agregó Shining, siendo esta vez él quien casi no podía soportar ocultar una sonrisa burlona. "Estando Celestia presente o no, sacar leyes es algo que Luna y Cadance sí pueden hacer por su cuenta. Y como esta biblioteca y sus libros pertenecen al Imperio de Cristal, le ordeno que devuelva esos libros y que deje a mi hermano en paz. La AEE no tiene poder alguno en este reino."

Contrastando con la sonrisa de Shining, Neighsay tenía una mirada furiosa, viendo que ese detestable unicornio, hijo mayor de la familia Sparkle, se había burlado de él. Ahora era él quien no tenía argumentos contra los que rebatir, por más que lo pensó. Fue entonces que Neighsay soltó un suspiro y bajó su cabeza resignado.

Al ver aquel gesto, Dusk finalmente pudo soltar un suspiro de alivio, viendo que no iría a la cárcel, gracias a Cadance y su hermano. Sin embargo, aquella alegría duró solo un instante. Al momento que Shining se volteó para sonreírle a su hermano, Dusk alcanzó a ver de reojo que Neighsay le hizo un muy sutil gesto con la mirada a uno de los guardias con capa dorada. Entonces, aquel guardia usó su magia y le prendió fuego velozmente a los tres libros que había estado sosteniendo Neighsay.

Al sentir el fuego, Shining Armor se volteó rápidamente, mientras que Neighsay soltó los libros para no quemarse, y fingió intentar apagar el fuego, pisoteándolos fuertemente, para hacerlos añicos.

"¡NOOO!" Gritó Dusk Shine con horror. Lanzándose sobre los libros quemados y quitando de encima el casco de Neighsay.

"¡Vaya! ¡Qué susto! ¿Cómo se habrán prendido fuego aquellos libros?" Dijo Neighsay, fingiendo sorpresa. "Quién sabe. Supongo que eso puede pasar con el roce al ser libros tan antiguos." Agregó Neighsay, encogiéndose de hombros.

Mientras Neighsay hablaba, Dusk intentó tomar lo que quedaba de aquellos libros entre sus cascos, pero fue inútil, lo único que quedaba allí eran cenizas.

"Tú… ¿¡Qué tan lejos puedes llegar con tal de ocultar la verdad!?" Gritó Dusk Shine furioso. Poniéndose de pie y encarando a Neighsay. "Esos libros eran antigüedades, ¡Eran libros únicos! ¿¡Cómo pudiste destruirlos!?"

"No sé de qué estás hablando, Dusk Shine. Yo no hice nada." Respondió Neighsay, no pudiendo evitar poner una sonrisa burlona.

Dusk Shine se sintió furioso con Neighsay por haber destruido un preciado tesoro de la historia del mundo, por lo que Shining Armor tuvo que intervenir para calmar a Dusk. Por su parte, el guardia de capa dorada que había prendido fuego a los libros no tuvo problemas en admitir que había sido él quien lo hizo, por propia voluntad, y simplemente se entregó a los guardias del Imperio de Cristal, sin decir ni una sola palabra más al respecto. Aquello sorprendió a Dusk Shine, viendo lo lejos que estaban dispuestos a llegar los nobles y la AEE con tal de proteger sus secretos, con una convicción absoluta en sus ideales.

Luego que aquel guardia se entregara para ser apresado y aceptara toda la culpabilidad, no había forma de culpar a Neighsay por lo sucedido. Además, Shining Armor debía mantener la calma y evitar apresar a una alta autoridad de Equestria, y así evitar un posible conflicto mayor con el recién formado nuevo Imperio de Cristal. Así fue como solo uno de los guardias de la escolta dorada quedó apresado, mientras Neighsay y los demás guardias abandonaron la ciudad sin decir nada más. Todos ellos estaban dispuestos a sacrificarse por un bien mayor, y más importante aún, ya no tenían nada más que hacer en esa ciudad, ya habían cumplido su objetivo.

Tras darle las instrucciones a los guardias de cristal para que se llevaran al guardia de capa dorada para interrogarlo, Shining volvió hacia donde estaba Dusk Shine. Luego que su ira se disipara, Dusk simplemente había caído sentado frente a las cenizas de los libros quemados, e intentaba en vano buscar alguna página que hubiese quedado intacta. A su lado, también se quedó Amethyst Maresbury, consolando al joven Dusk, pues ella también, como bibliotecaria, compartía el dolor de ver un bello libro antiguo hecho cenizas.

"Tranquilo joven Dusk. No es el fin del mundo." Dijo Amethyst, secándose una lágrima e intentando sonreír para levantarle el ánimo a Dusk. "Eran solo… libros. Hay cosas más importantes en la vida. Lo importante es que tú estás bien."

'Los libros son solo libros.' Era lo que Dusk también recordaba que Dusty Pages le había dicho en Canterlot. Aquello sirvió para que Dusk pudiera calmarse un poco y finalmente pudiera levantarse. Era cierto que aquellos libros ya no existían, pero él había alcanzado a leerlos y la verdad que había obtenido de ellos seguía existiendo dentro de él. Y eso lo guiaría hasta encontrar la verdad que tanto buscaba. No todo había sido en vano.

"Dusk… Ven conmigo." Dijo Shining una vez llegó junto a su hermano. Haciendo un gesto con su cabeza para que lo siguiera.

Dusk Shine dio un largo suspiro para intentar recuperar su ánimo y obedientemente siguió a su hermano mayor por las calles de la ciudad, con una abatida mirada que aún no podía quitarse de encima. Mientras caminaban, Shining Armor simplemente se mantuvo en silencio, caminando tranquilamente, hasta que se alejaron bastante del centro de la ciudad, caminando por un callejón menos iluminado. Entonces, Shining se detuvo y se paró frente a Dusk. Poniendo un casco sobre su hombro y mirándolo fijamente.

"Tengo algo para ti." Dijo Shining con una mirada seria. Haciendo aparecer con su magia un libro frente a él.

"¿Eh?" Dijo Dusk sorprendido. Por un segundo, pensando que aquel era uno de los libros que se habían quemado y que Shining había logrado salvar. Sin embargo, pese a que ese libro también se veía muy viejo, su portada era distinta de las que Dusk había recordado ver en los libros que fueron quemados. Este libro tenía una portada azul, con un dibujo de dos remolinos y cinco estrellas. Una marca que, si Dusk no hubiera estado tan triste, hubiera reconocido al instante.

"Este es el Diario de Star Swirl El Barbado." Dijo Shining seriamente. Haciendo que Dusk abriera sus ojos con sorpresa y olvidara de inmediato toda su pena.

"¿¡QUÉ!?" Gritó Dusk en shock por el asombro. Haciendo que Shining rápidamente le tapara la boca, para que no llamara la atención de nadie alrededor.

"¡Shh! No grites. Mientras menos ponies sepan de esto, mejor." Susurró Shining preocupado, mirando hacia todos lados. "Ya comprobamos lo que algunos nobles están dispuestos a hacer con tal de ocultar sus secretos."

"Pensé que el Diario de Star Swirl estaba en poder de la Princesa Celestia." Dijo Dusk sorprendido. Tomando en sus cascos el libro que Shining había hecho aparecer.

"Así es. Pero parece ser que este es otro diario. Uno más antiguo. De antes de volverse maestro de las princesas. Quizás… Antes de la fundación de Equestria." Dijo Shining, mirando seriamente a Dusk. "Cuando recorrimos las habitaciones del castillo de cristal con Cadance, encontramos este libro. Pensé en un momento en entregarlo a la biblioteca. Pero con lo que vi hoy, creo que lo mejor sería que tú lo guardes. Contigo estará más seguro, y también… quizás tú logres leerlo."

Dusk se quedó confundido ante el último comentario de su hermano. Entonces él abrió el libro y entendió de inmediato a qué se refería. Aquel libro tenía escrito puros garabatos indescifrables, trazos que para nada parecían letras, sin embargo, al verlo más detalladamente, parecía que aquellos trazos seguían cierto patrón.

"Como ves, el libro parece estar escrito con alguna especie de código. Como soldado, estoy familiarizado con algunas claves, pero esos símbolos no son de ninguna clave que conozca." Dijo Shining, poniendo una mirada pensativa y luego mirando a Dusk con una sonrisa. "Por eso te lo encargo a ti. Si hay alguien capaz de descifrar este enigma, ese es mi pequeño hermano sabelotodo." Agregó Shining con una gran sonrisa.

Dusk sintió el peso de la responsabilidad que Shining estaba dejando sobre sus hombros. Le estaba entregando posiblemente uno de los libros más importantes de todo el reino, uno de los diarios privados del mago más famoso de la historia… En ese momento, Dusk se juró a sí mismo que protegería aquel diario y evitaría que sufriera el mismo destino que los libros que cayeron en los cascos de la AEE.

"No sabemos los secretos que puede contener ese libro. Por eso, solo te pido, que tengas mucho cuidado." Dijo Shining Armor, volviendo a posar un casco sobre Dusk, mirándolo con preocupación. "La magia desconocida puede ser peligrosa, incluso, si se intenta usar para el bien."

Al escuchar aquello, Dusk entendió que su hermano se estaba refiriendo a lo que había pasado hacía una semana atrás con el Rey Sombra y la maldición de Amore. Su hermano no quería que él usara magia extraña que pudiera contener ese libro, y que terminara igual que Sombra.

"Descuida. Yo… conozco mis límites." Dijo Dusk con una seria mirada. Sin siquiera imaginarse lo que le deparaba el futuro...


Casi una hora antes, cuando Neighsay había tomado la decisión de apresar a los cuatro intrusos que se habían escabullido en la biblioteca, Dusk Shine uso su magia y teletransportó lejos a Sunset, Sugar Belle y Shadow Lock para salvarlos, haciendo que reaparecieran a las afueras de la ciudad. En cuanto los tres unicornios reaparecieron allí, miraron en todas direcciones, intentando entender lo que había pasado.

"¿Qué pasó?" Preguntó Shadow Lock confundido. Dándose cuenta de donde estaba ahora. "¿Ese tal Dusk Shine volvió a teletransportarnos lejos? ¿Por qué no se teletransportó él también?"

"¡Se sacrificó para que Neighsay no nos siguiera!" Dijo Sunset preocupada. Entendiendo de inmediato lo que Dusk había hecho por ellos.

Rápidamente Sunset se teletransportó de vuelta a la entrada de la ciudad. Comenzando a correr de vuelta hacia la biblioteca, sin poder teletransportarse directo hacia allí, ya que ella había llegado a la ciudad desde otro lado y no conocía esas calles ni podía ver la biblioteca desde allí.

Luego que Sunset se alejara, Sugar Belle y Shadow Lock se miraron mutuamente. Tal parecía que ambos pensaban igual. Estaban agradecidos por que Dusk los salvara, pero no estaban dispuestos a volver y arriesgarse a ser encarcelados. Entonces, Sugar Belle repentinamente se distrajo y miró detrás de Shadow Lock, viendo a lo lejos dos figuras de ponies que también estaban fuera de la ciudad.

"Parece que mis compañeros me están esperando." Dijo Sugar Belle con una sonrisa. Entonces ella se volteó para irse. Sin embargo, en el último segundo, ella se volteó nuevamente y miró con interés a Shadow Lock, con una mirada distinta a la que el potro le había visto hasta ese momento. "Ten. Piensa en el poder de la igualdad y quizás, algún día nos volvamos a ver." Sonrió Sugar Belle, ofreciéndole un muffin a Shadow Lock, quien lo tomó de mala gana.

Sugar Belle puso una sonrisa menos inocente de las que había puesto hasta entonces, y tras activar su magia, desapareció de allí, dejando a Shadow Lock solo. Tras mirar hacia todos lados para asegurarse que nadie lo veía, Shadow Lock movió su capa y sacó el bolso que ocultaba en ella.

"Bien, creo que también es tiempo que nosotros nos vayamos." Dijo Shadow Lock, abriendo su bolso y sacando al gusano comelibros que había guardado allí luego que Dusk lo encontrara.

Estando lejos de la vista de todos, Shadow Lock puso al enorme gusano junto a su mejilla y lo acarició con una sonrisa. Un gesto de cariño que el enorme y tierno gusano agradeció sonriendo, causando que su piel verdosa brillara y se tornara más rosada.

Tras acariciar a su mascota, Shadow Lock vio que un fino hilo de seda colgaba desde el cuerpo del gusano hasta su bolso.

"Bien Papyrus, veamos qué conseguiste." Dijo Shadow Lock, buscando el final de aquel hilo de seda dentro de su bolso. Al encontrar lo que esperaba, Shadow Lock volvió a sacar su casco de su bolso, esta vez, sacando varias hojas de libros, páginas que brillaban como si estuviesen recién hechas.

"Todos los amantes de los libros le temen a los gusanos comelibros porque se comen el papel de los libros. Pero muy pocos saben que se pueden entrenar para hacer que su seda replique las hojas que se comen." Pensó Shadow Lock, hojeando las páginas que su gusano había creado con papel de seda, comprobando que las letras con los tintes creados por la tinta comida por el gusano, también se hubiera secado. "Así que el último libro que comió Papyrus se llama 'La estrella maldita'… Pasarán semanas hasta que Papyrus pueda replicar todo el libro que se comió, pero la ventaja es que no tendré que compartir lo que lea en este libro con nadie."

Guardando nuevamente las hojas de seda en su bolso, Shadow Lock recordó la reacción horrorizada de Dusk al mencionar el libro que se había comido su mascota. Luego, tomó con cariño a su gusano mascota y lo guardó con cuidado en su bolso, recordando lo mucho que su mascota lo había ayudado cuando él era solo un potrillo, cuando por primera vez descubrió la habilidad de su mascota… Shadow Lock tomaba los libros de la biblioteca de Canterlot para dárselos de comer a su mascota, quien fue entrenada por el mismo Shadow Lock para copiar con su seda tal cual las hojas de los libros que se comía, creando así copias relucientes de viejos libros, lo que lo llevó a ganarse el título del mejor usuario de libros de la biblioteca. Aunque claro, él nunca quiso que su fotografía apareciera en la biblioteca, pese a la insistencia de la anciana bibliotecaria de Canterlot.

"Hora de continuar nuestro camino." Dijo Shadow Lock luego de recordar el pasado. Volviendo a mover su capa para sacar algo más que ocultaba tras esta. Algo que había estado ocultando muy cuidadosamente y que, por un segundo, pensó que aquella entrometida Sunset Shimmer había logrado descubrir... Un medallón triangular dorado, con dos pequeños agujeros en él. "Bien, Lord Scorpan. ¿A dónde me guiarás esta vez?" Preguntó Shadow Lock, mirando fijamente al medallón, esperando por una respuesta…


Tras haberse separado de Sugar Belle y Shadow Lock, Sunset Shimmer corrió a toda velocidad por las calles del Imperio de Cristal, hasta que finalmente, vio a lo lejos la biblioteca. Una vez llegó allí, se sorprendió de ver que allí ya no estaban solamente Dusk Shine, Neighsay y la así llamada 'escolta dorada', también habían llegado Shining Armor y varios guardias de la ciudad, quienes estaban tomando en custodia a uno de los guardias de capa dorada, que, para sorpresa de Sunset, se entregó sin oponer resistencia.

Viendo que Shining Armor estaba allí, Sunset dudó si sería buena idea acercarse, ya que, hasta donde Cadance sabía, ella no debía de estar allí. Tras ver cuidadosamente lo que ocurría desde lejos, Sunset puso una sorprendida y triste mirada al ver las cenizas y restos de libros quemados que Dusk tocaba en el suelo, entendiendo lo que debió de haber pasado con aquellos importantes y antiguos libros que habían descubierto. Aún así, al ver que Neighsay se alejaba con su escolta, hizo que Sunset suspirara con alivio, viendo que Dusk estaría a salvo.

"Pensaba tener que enfrentarme a Neighsay de ser necesario, pero hubiera sido complicado mientras él tuviera el medallón de la AEE. Así que es un alivio que simplemente se vaya." Pensó Sunset suspirando. Dándose la vuelta y volviendo a ajustarse su capucha, pensando que por mucho que quisiera permanecer allí, lo mejor era irse antes que Dusk la viera. "Ahora que sé que Dusk está a salvo, hay otro asunto al que debo darle prioridad." Pensó Sunset con una mirada seria, usando su teletransportación para desaparecer y reaparecer en la entrada de la ciudad.

Sunset Shimmer corrió a toda velocidad por el camino que llevaba hacia la estación de trenes. Una vez allí, miró atenta hacia todas partes. El tren aún no había llegado de vuelta hasta allí, por lo que la estación estaba vacía, a excepción de una pony. Una yegua con capucha de viaje idéntica a la que Sunset llevaba en ese momento, quien estaba sentada justamente al final de aquella estación.

"¡Te tengo!" Pensó Sunset Shimmer con una sonrisa de triunfo. Corriendo a toda velocidad y usando su magia para teletransportarse luego de ganar velocidad.

En la estación de trenes, la yegua encapuchada se había percatado de la presencia de Sunset solo un segundo antes de verla desaparecer. Entonces, en un instante, Sunset reapareció frente a ella, haciéndola caer contra el suelo debido al impulso de su carrera.

"¿¡Q-Qué es esto!? ¿Qué es lo que haces?" Preguntó asustada la yegua encapuchada, de espaldas al suelo, mientras Sunset estaba sobre ella, impidiéndole levantarse.

"¿Qué pasa? ¿Pensaste que solo te dejaría escapar luego de lo que pasó en Hope Hollow? Tenemos un duelo pendiente." Dijo Sunset Shimmer, mirando con una emocionada y fiera mirada a la yegua que estaba debajo de ella.

La emoción de Sunset se fue desvaneciendo rápidamente al ver que su rival, en vez de oponerse o usar su magia como había esperado, solo se mantenía sonriendo, temblando ligeramente, como si tuviera miedo de su mirada. Al percatarse de eso, Sunset Shimmer se apresuró a quitarle la capucha a aquella yegua.

"Tú… ¿Tú eres Starlight?" Preguntó Sunset confundida. Mirando el color de pelaje de aquella yegua y su rostro, viendo que su pelaje no era lila como le habían dicho, sino que era rosa.

"¡Ups! Creo que nos descubriste." Dijo aquella yegua con una nerviosa sonrisa. Pensando que Sunset era uno de los ponies que vivían en aquella ciudad de cristal. "¿Les gustaron los muffins que cociné para ustedes? Sé que pueden parecer algo desabridos, pero ese es el sabor de la igualdad, ¡Se acostumbrarán con el tiempo!"

Ante aquella respuesta, Sunset dio un par de pasos hacia atrás con una mirada pasmada. Su mente se dio cuenta rápidamente de su error, pero su orgullo le impidió aceptarlo, dejándola sin poder reaccionar.

"¡Oh! Sugar Belle, allí estás." Dijo repentinamente otro pony que llegó a la estación.

Al voltearse, Sunset Shimmer vio que llegaron dos ponies, un pony de tierra de pelaje blanco y una pegaso de pelaje azul oscuro. Ambos con los mismos peinados anticuados y las mismas marcas de 'igualdad' reemplazando sus cutie marks, misma que también tenía la 'Sugar Belle' que conoció en la biblioteca.

"¿Estás bien, Sugar Belle? ¿Quién es ella?" Preguntó la pegaso de pelaje azul, acercándose preocupada hacia su amiga tirada en el suelo. Viendo con miedo a Sunset.

"Oh, no es nada. Supongo que ella descubrió el juego de Starlight. Incluso tiene su capa, así que debe ser su amiga." Respondió Sugar Belle, poniéndose de pie. Sonriendo para calmar a su amiga.

"¿Eh?" Tartamudeó Sunset, aún pasmada mientras su mente luchaba por aceptar la verdad.

"Su capa. ¿Lo ves? S.G." Dijo la yegua rosa, tomando el borde de la capa que llevaba Sunset, donde estaban bordadas las letras 'S' y 'G'. "Son sus iniciales. Starlight Glimmer."

"¿Glimmer?" Preguntó Sunset, mirando con una mirada pasmada a Sugar Belle. Lentamente recuperándose del shock de la verdad que estaba ante ella. "Un juego… ¡Mencionaste un juego! ¿¡Q-Qué juego están jugando!?" Agregó Sunset, comenzando lentamente a recuperar su fiero temperamento.

"Cuando llegamos a la estación y Starlight vio a ese potro lavanda acercándosenos, me pidió que me escondiera. Dijo que le haría una pequeña broma a los ponies de la ciudad." Respondió Sugar Belle, siempre sonriendo.

"Sí, en el camino a la ciudad, nos dijo que se haría pasar por Sugar Belle y que usaría su nombre." Agregó el pony de pelaje blanco. "Supongo que quería jugarle una broma a ese tal Dusk Shine. Quizás-"

"¡ESA MALDITA ME ENGAÑÓ EN MI CARA!" Gritó Sunset furiosa. Aceptando finalmente la verdad. Ella había tenido en todo momento ante sus ojos a la yegua que la había desafiado y le había robado el Amuleto del Alicornio. Ella se había burlado en su cara y ella había estado tan pendiente de ocultarse de Dusk y de encontrar lo que necesitaba en los libros antiguos, que cayó por completo en la actuación de aquella yegua que tanto deseaba volver a desafiar.

Con el grito de Sunset, los tres ponies con la marca de la igualdad se taparon sus oídos y retrocedieron unos pasos asustados. Entonces, ellos miraron preocupados a Sunset por unos segundos, hasta que los tres quedaron completamente asustados al ver que luego de gritar, aquella yegua amarilla repentinamente empezó a reírse como una maniaca.

"¡Jajaja! Bien jugado. Pero está será la última vez que me engañas." Dijo Sunset, pensando en voz alta. Riendo y poniendo una mirada llena de determinación. "Cometiste un error, Starlight GLIMMER. Ahora conozco tu juego."

"Es curioso como el destino entrelaza el pasado y el futuro…" Pensó Sunset con una mirada pensativa. Usando su magia para hacer aparecer una hoja de libro rota ante ella.

Aquella hoja era una página arrancada de uno de los libros que había visto con Dusk y los demás. No por nada ella había tomado entre sus cascos el libro de 'Artefactos fantásticos y dónde encontrarlos', y sin que nadie se diera cuenta, arrancó una página donde se detallaban los efectos de cierto artefacto mágico.

"'La Piedra de la Memoria'… Supongo que si puede borrar cualquier recuerdo, podría servir para alterar la maldición de Discord." Murmuró Sunset, viendo el dibujo que estaba en aquella página. "Y para bien o para mal, creo que sé dónde encontrarla…" Murmuró Sunset, desviando la mirada. Dándose cuenta que debería volver a un lugar al que deseaba nunca volver…

Lejos de donde estaba Sunset, la yegua que Dusk y Sunset conocieron como 'Sugar Belle' caminaba tranquilamente hacia una pequeña colina, donde la esperaban dos yeguas que ella bien conocía: Trixie Lulamoon y Moondancer. Al llegar junto a ellas, la amable sonrisa de la falsa Sugar Belle desapareció por completo, convirtiéndose en una arrogante sonrisa llena de orgullo. Con su magia, la yegua lila ordenó su melena para quitarse aquel anticuado peinado que tenía.

"¿Y bien, Starlight? ¿Resultó todo como planeaste?" Preguntó Moondancer, mirando a su compañera recién llegada.

"Resultó aún mejor de lo que esperaba." Respondió Starlight, con una arrogante sonrisa. "Los ponies de 'Nuestra Aldea' hicieron bien su trabajo, difundiendo la palabra de la igualdad entre los ponies de esta ciudad. Pronto, el espíritu de la igualdad ira recorriendo todos los poblados de Equestria, desde el pueblo más pequeño hasta la ciudad más grande." Agregó Starlight sonriendo.

Tras aquellas palabras, Starlight levitó el canasto con muffins que le había quitado a la verdadera Sugar Belle, levitó uno de los muffins y botó al suelo aquel desabrido panquecito, quedándose solo con la envoltura de papel. Al estirar aquella envoltura, Starlight sonrió al ver que su mensaje estaba intacto. Todas las envolturas que cubrían la base de los muffins en realidad eran panfletos, en los que destacaba el símbolo de la igualdad y se explicaba la nueva ideología que Starlight estaba creando.

Starlight concentró la magia en su cuerno mientras levitaba aquel panfleto, y en un instante, el panfleto se duplicó decenas y cientos de veces en el aire. Entonces, Starlight los arrojó con su magia al cielo, haciendo que el viento los hiciera volar y los llevara desde aquella colina hasta la enorme ciudad de cristal.

"Quién pensaría que el hechizo que creé para duplicar ese panfleto, me serviría también para otro gran propósito…" Sonrió Starlight, nuevamente concentrando magia en su cuerno.

A diferencia del panfleto duplicado, esta vez lo que la magia de Starlight generó fueron cientos de hojas que se fueron amontonando una sobre otra, hojas trizadas y algunas con palabras borrosas y mal escritas… Eran copias de los libros que Dusk y los demás habían visto en la biblioteca y que habían sido posteriormente quemados por Neighsay y sus secuaces.

"Esa miserable de Sunset intentó dejarme en evidencia cuando me entregó el libro de artefactos mágicos para que lo viera. Ella sabía que estaba interesada en artefactos mágicos antiguos, pero lo que no sabía, es que con este hechizo, solo necesito darle un vistazo rápido a un libro, para copiarlo letra por letra, ¡Jeje!" Se rio Starlight triunfante. Satisfecha de sí misma al ver que había logrado engañar a la astuta Sunset Shimmer por segunda vez. "No solo Sunset, también Dusk Shine y Shadow Lock. ¡Muchas gracias! Sin ustedes, hubiera demorado siglos en encontrar estos valiosos libros, ¡Jajaja!" Se burló Starlight, imitando el tono de voz amable y tonto que había mantenido durante todo ese día para engañar a los tres unicornios.

"¿¡Qué!? ¿¡Dusk Shine y Sunset también estaban en esa ciudad!?" Preguntó Trixie sorprendida y preocupada.

"¿Ellos te reconocieron?" Preguntó Moondancer. Poniendo la misma expresión preocupada que Trixie.

"No se percataron nunca de mi verdadera identidad. Y aunque lo descubran ahora, ya no importa." Dijo Starlight, encogiéndose de hombros y poniendo una sonrisa más malvada. "Ya es hora de salir de las sombras y comenzar con nuestro plan."


Tras despedirse de Shining, Dusk abandonó el Imperio de Cristal y se dirigió hacia la estación de trenes. Afortunadamente, el tren parecía haber llegado recientemente y aún faltaban algunos minutos ante que partiera.

En la estación, Dusk vio que en el extremo opuesto de donde él había llegado, estaban reunidos los ponies con la autoproclamada 'marca de la igualdad', Double Diamond, Night Glider y la yegua que había huido de él al verlo la primera vez. A Dusk le tomó unos segundos recordar hasta que finalmente recordó que Sugar Belle había mencionado que esa yegua se llamaba Starlight. Fue entonces que a Dusk le llamó algo más la atención, Sugar Belle no parecía estar reunida con su grupo.

Notando que Dusk se los quedó viendo, Night Glider les hizo un gesto a sus compañeros y rápidamente entraron en el tren, como si quisieran evitar juntarse con Dusk. Algo que sorprendió a Dusk, sin saber que aquella fue una reacción natural de aquellos tres ponies, luego de ver cómo una desconocida yegua amarilla atacó a Sugar Belle, gritando y riendo antes de irse de allí sin disculparse ni nada. Por lo que el grupo de ponies decidió evitar juntarse con más ponies de aquella ciudad, pensando que era una pena que no fueran ponies normales que aceptaran la igualdad en sus corazones, como ellos lo hacían.

Viendo que los ponies entraban al tren, Dusk también entró y comenzó a avanzar por los vagones. Pensando que sería buena idea hablar con ese grupo para ver si Sugar Belle estaba bien, luego de haberla teletransportado lejos de la ciudad. Además, había otra cosa que Dusk quería preguntar a eso ponies, y era si ellos estaban relacionados con la lluvia de panfletos que hablaban sobre la igualdad y que misteriosamente comenzaron a caer sobre la ciudad poco antes que él saliera de allí.

Repentinamente, Dusk detuvo su caminar entre los vagones cuando su mirada captó algo de reojo. El tren estaba casi vacío, ya que no muchos ponies se aventuraban aún a llegar tan al norte a visitar el nuevo Imperio de Cristal. Por lo mismo, no pudo evitar notar a una pegaso blanca y melena rubia que estaba sentada allí. Una pegaso que Dusk reconoció de inmediato.

"¿Golden Feather?" Preguntó Dusk sorprendido. Viendo a la yegua que había conocido en la feria de comics de Ponyville y con la cuál había entablado una rápida e intensa amistad.

Pese a que Dusk la llamó, la pegaso no reaccionó. Ella simplemente se mantuvo con su cabeza apoyada en la ventana y una mirada apagada. Como si su mente estuviera muy, muy lejos de allí.

"¿Golden? ¿Estás bien?" Preguntó Dusk. Acercándose preocupado a la yegua blanca, tocándola gentilmente en su hombro. "¿Me recuerdas? Soy Dusk Shine, de Ponyville."

"¿Eh?" Dijo finalmente Golden Feather. Reaccionando lenta y torpemente cuando Dusk la tocó. Al voltearse, los ojos de la pegaso se abrieron levemente más, pero su mirada permanecía apagada. "¿Dusk? ¿Qué haces aquí…? ¿Cómo me encontraste?"

"¿Encontrarte? No, yo solo te vi de casualidad." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa. Entonces miró con un poco de preocupación a su amiga "Acaso… ¿Te sucede algo malo?" Agregó Dusk preocupado, notando la mirada triste y perdida que tenía la yegua.

"No lo sé… Creo que… solo estoy intentando huir." Respondió Golden, con una débil voz.

"¿Huir de quién?" Preguntó Dusk muy preocupado.

"Quizás… de mí misma…" Respondió Golden con una triste mirada. Volviendo a desviar la mirada para apoyar su cabeza de nuevo contra la ventana. "No sé cuánto he estado aquí. Simplemente me subí en un tren y he estado aquí desde entonces…"

Golden Feather era el alter ego de Celestia, una identidad que ni siquiera Dusk conocía. Un disfraz que ella usaba algunas veces cuando sentía la necesidad de un descanso y no quería que nadie la reconociera. Y aunque ahora no usaba su disfraz para descansar, sí lo usaba para no ser reconocida, pues sabía que si permanecía escondida como ella misma en un solo sitio, tarde o temprano alguien la encontraría y la reconocería. Aquel disfraz era uno de los disfraces mágicos más perfectos del mundo, un efecto logrado no solo con magia alicornio, sino también con magia cambiante, que había sido impregnada en el collar de la antigua alumna de Celestia, en el momento de caer en el pozo de magia oscura en el que había sido engendrada Chrysalis. Mismo collar que ahora Dusk observaba con mucha atención.

Dusk Shine por poco olvida que Golden Feather siempre vestía aquel collar dorado, pero ahora, parecía que aquel collar estaba a punto de romperse. Estaba totalmente doblado y había perdido su forma casi por completo.

"Ese collar… Creo que lo he visto en alguna otra parte…" Pensó Dusk. Sin recordar en ese momento que aquel collar fue el mismo que Chrysalis transformó en daga para apuñalar a Shining y luego, tratar de apuñalarlo a él.

Viendo el triste estado de ánimo de a quien recordaba como una vibrante y alegre yegua, Dusk se sentó a su lado y simplemente se quedó acompañándola en silencio hasta que el tren comenzó a moverse. Dusk quería preguntar el por qué del estado de ánimo de su amiga, pero por su mirada, entendía que era algo que le dolía mucho, y por lo mismo, decidió esperar a que ella se sintiera lista. Después de todo, era un largo viaje, y si ella lo necesitaba, él estaría allí.

Viendo que el silencio se mantenía por largo tiempo, Dusk vio los ojos tristes y perdidos de Golden Feather y sintió su dolor. Él sabía lo que era tener una emoción dolorosa carcomiéndote por dentro, y por lo mismo, sabía que guardarlo por más tiempo haría mucho peor a su amiga.

"Lamento lo de tu collar." Dijo finalmente Dusk, rompiendo el silencio. Decidiendo que quizás debía empezar con una conversación banal para que Golden se relajara. "¿Cómo fue que quedó en ese estado?"

Golden reaccionó lentamente, bajó su cabeza y miró su collar. Entonces, un fugaz brillo iluminó los ojos de Golden, pero tan fugaz como vino, desapareció.

"Alguien lo aplastó e hizo algo horrible con él…" Respondió Golden con una triste mirada. "Pensé en deshacerme de él. No solo porque estuviera roto, sino también porque me traía malos recuerdos… Pero… Me di cuenta, que el collar también me traía buenos recuerdos de alguien muy querido." Agregó Golden, poniendo una pequeña sonrisa. Entonces ella levantó su cabeza y miró directo a Dusk a los ojos. "Es como el amor. Por mucho que la pérdida de alguien amado te cause dolor, no puedes simplemente olvidarlo. Porque de lo contrario, condenarías al olvido todos los bellos momentos que pasaste con ese ser amado…" En ese momento, la mirada de Golden Feather pareció ensombrecerse más aún. "O eso era lo que pensaba… Quizás… Lo mejor sea nunca amar… Así… nunca sufrirás…"

Tras decir aquello, Golden cerró sus ojos y los apretó ligeramente, como si quisiera llorar. Sin embargo, parecía que ya había llorado lo suficiente, y ninguna lágrima cayó por sus ojos. Por su parte, Dusk comprendió que aquella pegaso estaba sufriendo la pérdida de un ser amado y también cerró sus ojos, entendiendo el dolor de su amiga.

Por varios segundos, Dusk se mantuvo en silencio, pensando en cómo sería la mejor forma de consolar a alguien en esa situación. Sin embargo, no podía encontrar una respuesta adecuada. Él mismo había sufrido la pérdida de un amor al sentir que su amor con Pinkie había terminado. Si ni siquiera él podía seguir adelante tras un rompimiento, ¿Cómo era posible que él diera consejos a alguien sobre la pérdida de un ser querido? Aquello era mucho peor que solo terminar una relación.

Dusk Shine puso lentamente un casco sobre su corazón, para escuchar su propio palpitar. Entonces, Dusk recordó unas sabías palabras que había escuchado siendo un potrillo. Unas que alguien le había dado como consejo pero que él nunca entendió en ese momento. Sin embargo, ahora, él finalmente las entendía.

"El amor y la amistad son sentimientos tan valiosos, que los guardamos muy dentro de nuestro corazón. Por eso es que duele tanto cuando alguien nos los quita." Dijo Dusk, levantando su mirada con emoción y luego mirando a Golden Feather, a quién en ese preciso momento, se le reflejaba la luz del sol sobre su rostro, iluminando sus ojos. "Por eso nos puede dar miedo querer hacer amigos, o querer abrir nuestro corazón a otros, pero si queremos hacer florecer ese hermoso sentimiento, debemos arriesgarnos y dar un salto de fe. ¡Por eso la amistad y el amor son para valientes!"

Ante aquellas palabras, Golden Feather abrió grande sus ojos mientras estos finalmente recuperaban su brillo. Ella recordaba esas palabras. Eran las palabras que ella misma, como maestra de Dusk, le había dicho a su pequeño alumno aquel día que él llegó llorando tras perder a su querida amiga Sunset.

Darse cuenta que Dusk recordaba aquella frase, y que la había guardado justo para aquel momento en que ella misma más lo necesitaba, hizo que Celestia finalmente volviera a sentir calor en su pecho. Ella había llorado por días hasta quedar sin lágrimas, se había escondido para hundirse en su miseria y ahora ya casi no podía sentir nada. Pero sus propias palabras, dichas por su querido alumno, que finalmente entendía el sentido de ellas, hizo que Celestia finalmente pudiera volver a sentir en su corazón.

Por un segundo, Celestia cerró sus ojos y recordó la imagen de su amado Sombra sonriéndole. Aquello hizo que Celestia pudiera sonreír mientras una lágrima caía por su mejilla. Entonces, ella abrió sus ojos y miró a Dusk.

"Dusk… ¿Podría-?" Preguntó Golden Feather, hasta que fue interrumpida por el abrazo de Dusk. Algo que la dejó completamente sorprendida.

Aquello era precisamente lo que Celestia había querido pedirle a Dusk, sin embargo, Dusk supo antes que ella lo que su amiga necesitaba. Con aquel abrazo, Celestia sintió finalmente que alguien la apoyaba y la reconfortaba. Ya no necesitaba llorar en soledad.

Los ojos de Golden Feather se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar sin parar. En tanto, Dusk se mantuvo en todo momento en silencio. Simplemente abrazándola, estando junto a ella y dándole su apoyo…

Tras un largo y silencioso viaje, el tren finalmente llegó a Canterlot al anochecer. Fue solo en ese momento que Dusk Shine y Golden Feather se dejaron de abrazar. Finalmente, Golden ya no lloraba, pero no era como hacía días atrás, en que a pesar de lo mucho que lloró, no se sintió mejor. Esta vez, ella pudo parar de llorar y volver a sonreír, con un renovado calor en su corazón.

"Esta es mi parada. Creo… que ya es hora de volver a casa." Dijo Golden Feather sonriendo. Poniéndose de pie y acercándose a la puerta de salida. Entonces ella se volteó y miró nuevamente a Dusk. "Tú, ¿Qué es lo que harás?"

Por unos segundos, Dusk se mantuvo en silencio con una mirada pensativa. Entonces él tocó su pecho, sintiendo también un renovado calor dentro de él. Su luto también había terminado.

"Sí… Creo que yo también volveré a casa."

# Fin del capítulo 42