Capítulo XXXIII
Un par de horas más tarde, los Luthor se despidieron de Bruce. Y en esa ocasión, Clark no se sintió tan triste, pues convivió con ellos, gracias a la buena voluntad del Wane, por eso se lo hizo saber.
–Muchas gracias, Bruce.
El mencionado palmeó el hombro del menor.
–Es hora de ser un hombre, Clark. Es hora de dejar atrás todo y luchar por los que más te importan, aún sobre tus cercanos.
Clark no respondió, pero no era necesario. Wane caminó de nuevo al sillón e instó al reportero para que hiciera sus preguntas.
–Olliver te mencionó algo sobre mi, y me pregunto, ¿si no hubo algo que mencionara sobre Lionel y como este se acercó a mi familia cuando mi padre estuvo en coma?
–Exactamente sobre eso, no. Más, Olliver nunca fue fan de los Luthor y no le agradaba que Lionel fuera parte de tu círculo cercano.
–No quiero parecer vanidoso, pero creo que Olliver desea dirigir mi vida y convertirme en su arma justiciera, por eso se gana a mis amigos y si no puede hacerlo, los aleja.
–¿Y en el caso de que tuvieras razón, Lionel se opondría?
Clark asintió.–Mi padre biológico lo convirtió en su mensajero y en mi defensor. Al mismo tiempo, no querría que me exhibiera como lo hace Olliver y su grupo.
–A lo mejor estamos sacando todo de contexto, más creo que Lionel trató de alejar a Queen de ti y ambos sabemos que, para ser hiriente Lionel era el mejor. Y si cotejamos los tiempos, lo de Lionel fue cuando LexCorp comenzó a despuntar en Europa. Me atrevo a pensar que Lionel usó el éxito de Lex contra Queen y al mismo tiempo lo quiso alejar de ti, y de ese modo Olliver llegaría a su límite.
–Y sin Lex para frenar a su padre…
–Lex sabe guiar a sus enemigos a dónde los requiere y a sus cercanos mantenerlos fuera de peligro. Así lo hizo con Arthur Curry. Lo busqué por curiosidad y no fue difícil hacer que me presumiera su hazaña de destruir el aparato marítimo que creó LuthorCorp.
–Oh si, lo recuerdo.
–¿Viste en acción el aparato?
–No. Arthur nos contó sobre él, y como afectaba a los animales marinos.
–Una clara provocación de Lex.
–Eso no lo había pensado, pero lo ayudé a destruir ese aparato.
Bruce negó moviendo la cabeza. –Lex creó el sonar, pero la parte interesante es, que el modelo que ustedes vieron, fue un señuelo. Lo descubrí cuando investigué lo que me dijo… Arthur o Aquaman.
––¿Un señuelo?
–Lex siguió de cerca a tus amigos, primero con sus propios recursos y luego… con ayuda de tu "padre".
Clark abrió la boca y la iluminación le fue llegando, por eso sonrió al asegurar:
–Siempre va tres pasos antes que los demás.
Bruce carraspeó.–Digamos que soy el único que ha podido entender los entresijos que Lex crea.–Clark frunció el ceño y el de Ghotam se rió.–No pienses mal, somos dos buenos jugadores de ajedrez, empresarios por naturaleza y herencia. Nada de índole romántico.
Clark asintió aliviado. Y retomó la conversación.–Lo que descubriste, ¿Se lo dijiste a Arthur?
Bruce se encogió de hombros.
–Traté, pero no escuchó o eso creía hasta hace poco, porque al ver que no estuvo en el equipo que nos atacó, podría ser que no quiso enfrentarse a Lex o a mí.
–O no estaba interesado, él no parece muy leal a los ideales de Olliver.
–Eso ya lo coloca, por sobre los otros que siguen a Queen. Aunque a Barry y a Víctor no los culpo, son jóvenes.
Clark se encogió de hombros.–Mi padre asegura que desde niños podemos diferenciar entre lo que está bien y lo que está mal.
–Yo he aprendido que no todo es negro o blanco, hay matices grises en todas las situaciones. En Gótica hay personas que han crecido en las calles y puede que hayan cometido algun pequeño crímen para poder sobrevivir, pero eso no los convierte en malas personas. No quiero llevarle la contraria a tu padre, más hay que revisar todo el contexto de las situaciones y personas, además de ver sus actuales acciones, antes de juzgarlos.
Clark miró al de Gótica por un par de minutos y finalmente, dijo:
–No vemos los errores de las enseñanzas de nuestros padres, hasta que crecemos o también llegamos a ser padres. Y por eso quiero estar enojado y alejarme de los que lastimaron a mi familia. Esta vez no quiero justificar a mis amigos y decirles "Esta bien, no fue tu culpa. No te preocupes si lastimaste a mi hijo o a Lex, no sabías".
Bruce notó la amargura en las palabras de Clark y preguntó:
–¿Han sido muchas veces?
–Siempre. Me decían mentiroso, celoso o paranoico y cuando veían que tenía razón se disculpaban, pero olvidaban de nuevo. Era siempre pensar en los sentimientos de los demás y nunca en los míos. Y, ¿Sabes Bruce? No más.
–¿Qué deseas realmente Clark?
–Oh…, poder ser parte de la vida de mi hijo y que Lex me dé otra oportunidad.
–O sea que, ¿Todavía sientes algo por él?
–¿Como no hacerlo? Si fue al único que le importó lo que yo pensaba y sentía. Él que me escuchó y aconsejó. Es quién me amó y amé sinceramente sin espejismos de por medio. Tuvieron que pasar años para que lo reconociera y pudiera sentir el dolor de ya no tenerlo conmigo y comprender que todavía lo amo, que nunca dejé de hacerlo.
Bruce miró detenidamente al reportero y se dijo que este aún podía recuperar lo perdido, sin embargo, no sería fácil.
–Como dije antes y lo has visto, te apoyaré, siempre y cuando no afecte a Lex o a Conner.
–Sé que no es fácil, pero no me daré por vencido. Y agradezco mucho tu ayuda.
–En fin, continuemos.
–¿Irás al juicio de Olliver?
–Lo haré. No fui al anterior porque creí que duraría más y aparecer en público, después de lo reciente que fue mi herida, sería algo contraproducente.
–Entiendo.
Clark hizo algunas preguntas más y poco después, se retiró.
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Lex subió al auto, luego de que Conner lo hiciera. El niño seguía hablando de lo divertido que estuvo en esa visita y como los dos amigos de Lex, fueron muy amables con él.
–¿Volveremos a visitarlos, papi?
Lex no pudo evitar ver la mirada esperanzada de su hijo y asintió.
–Si, en algún momento.
–¡Me alegro!
Lex se resignó, después de todo no quería imponer sus ideas a su hijo, no deseaba parecerse a Lionel. Conner tenía que ver y conocer el mundo por si mismo, claro que lo guiaría, pero nunca cargando a su hijo con rencores que no eran suyos.
Llegaron al penthouse ya oscureciendo. Conner y Tobey se perdieron en su habitación, en lo que llegaba la hora de la cena y Lex aprovechó para revisar sus pendientes. Hubo algunas buenas noticias de St. Andrews y se dijo que en cuanto lo de Olliver estuviera resuelto, sería hora de regresar a Escocia.
Metrópolis había sido su hogar durante la mitad de su vida, más ese pueblo en Escocia se convirtió en su refugio y donde se sentía protegido y totalmente aceptado. Y lo principal, Conner tenía derecho a crecer como un niño normal y no como el heredero millonario que sería vigilado y criticado por muchos.
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Clark no tardó en llegar al Planeta y luego de redactar su artículo, se retiró a la granja. Al llegar se le hizo muy extraño que sus padres se encontraran ahí y que lo estuvieran esperando. Clark saludó y fue a la cocina para servirse la cena. Los Kent lo acompañaron, conversando de cosas simples.
Al terminar, Jonathan llevó a su hijo a la sala y con calma le explicó lo que Martha había hecho. Clark se quedó unos minutos en silencio y luego respondió…
–No confío ya en nadie de ellos y por eso se lo aclaré a Olliver. Le advertí que no permitiría otra jugarreta contra mi hijo o Lex y él unió los puntos.
Los mayores se asombraron, más al mismo tiempo comprendieron las acciones de su hijo.
–Clark, hijo, no esperes que ellos comprendan de inmediato y que se retracten. Han sido años y experiencias las que me dieron el buen juicio de no juzgar tan a la ligera y dejar de lado el vano orgullo. Y eso, que yo no nací, ni crecí con dinero. Imagínate lo que debe suceder, para que alguien como Olliver Queen cambie.
–Lo sé, pero mi intención es dejar las cosas claras, no hacer que cualquiera de ellos cambie de opinión. Ya es justo que a quien amo y yo, seamos prioridad. Es hora de ser egoísta y no pensar en como se sienten ellos o lo que necesitan.
Martha y Jonathan intercambiaron miradas.
–Tu madre y yo, lamentamos haberte inculcado que debías ser un héroe que se tenía que sacrificar por el bien de otros.–dijo Jonathan.
–Así es hijo. No siempre debes anteponer los deseos y bienestar de otros por sobre los tuyos. Será difícil cambiar tu forma de pensar y no estamos diciendo que no ayudes, pero no a costa de tu felicidad.
–El hacerlo de ese modo, solo te ha traído tristeza y desilusión. –Clark no respondió, pero no había necesidad, pues lo que se veía no se juzgaba.–Si alguien necesita que seas un héroe reconocido para valorarte, esa persona no vale la pena. Y si no me equivoco, Lex se fijó en ti aunque eras solo un joven granjero.
–Le salvé la vida.
Martha sonrió al acotar:–Ay hijo, eso solo fue el primer paso para conocerse. Él te abrió las puertas de su casa y vida por tu forma de ser, no por tu heroicidad.
Clark vio con asombro a su padre y este, negó:–No se es demasiado viejo para aceptar errores y malos criterios de nuestro pasado.
Clark asintió y agregó.–Es mejor que esté listo por si, Olliver o Chloe intentan usar esa información a su favor.
Luego de esa conversación los Kent se fueron a descansar.
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Tess y Duncan llegaron para la hora de la cena y Lex aprovechó para informarles a los dos…
–Espero que lo de Olliver no dure mucho, porque Conner y yo, regresaremos a Saint Andrews después de eso.
–¿Por qué se van?–preguntó Tess
Lex la vio y le sonrió.
–No era mi intención regresar a instalarme en Metrópolis. Vine para poner a andar la sede de LexCorp.
–Pero esta es tu ciudad, dónde naciste y creciste.
–Si Tess, lo fue. Más mi nuevo hogar y el de mi hijo es en Escocia. Ahí tengo gente que nos quiere y espera.
–Yo…, también los quiero y por eso entiendo. Espero poder ir a visitarlos.
–Eres bienvenida, además Allenmeyer tiene casa allá.–explicó Lex.
Conner al escuchar a los mayores, comentó:
–Tía Tess, cuando vayas, te mostraré mi escuela y a mis amigos.
La mujer se resignó y aceptó que Lex y Conner tenían su vida hecha en otro sitio. Estaba triste de perderlos cuando apenas los había conocido, pero comprendía.
…
Fueron un par de días y el juicio por el asesinato de Lionel comenzó. En la primera audiencia se presentaron los cargos.
Clark estuvo presente, al igual que Bruce. Olliver giró a ver a las personas sentadas detrás y sus ojos se encontraron con los de Bruce. El de Gótica le sostuvo la mirada al rubio y este la retiró. Queen no vio a Clark, ya que sabía que el Kryptoniano no lo toleraba ya.
La audiencia no duró mucho y Clark salió veloz rumbo al Planeta. Tess y Duncan invitaron a comer a Bruce. Se dirigieron al estacionamiento y fue en el trayecto que Chloe los interceptó.
De hecho la rubia deseaba hablar con Tess y usó esa oportunidad.
–Buenas tardes. Yo quería hablar con usted, Tess.
La pelirroja la miró.
–No recuerdo que Perry me dijera que también te envió a ti a cubrir este juicio.
La rubia se sonrojó.
–No, no lo hizo. No vengo como reportera.
Chloe esperó a que Clark no fuera con Luthessa y como era así, decidió ir al punto.
…
