Capítulo 2.

Naoki seguía pensando a cerca de lo sucedido en la escuela ¿en verdad se iba a prestar a ese ridículo juego?, él no era mucho de leer o ver películas románticas, pero sabía por sentido común que ese tipo de apuestas nunca salían bien, unas de las dos personas resultaban muy lastimadas. Sin embargo, en este caso, era probable que fuera Kotoko, él no se permitiría encariñarse con alguien tan estúpido como ella, quien creería palabras bonitas y acciones falsas solo para lograr una cosa: sexo.

No es que no sintiera deseos sexuales, simplemente los consideraba innecesarios, para él era una mera forma de procrear y traer más humanos al mundo, nunca había visto una película o revista para adultos pues, tenía otras cosas más importantes que hacer.

Definitivamente, después de terminar todo esto cortaría la relación con Watanabe, no quería que un día llegara con la idea de tener orgías o algún tipo de juego sexual, su amigo insistiría hasta hartarlo.

En este caso, no sabía exactamente por qué había accedido, tal vez, Watanabe tuviera un poco de razón, posiblemente sería vergonzoso llegar a la universidad sin tener experiencias previas en el campo sexual, él conocería chicas, tal vez en el futuro le apeteciera tener novia y, naturalmente, tener algún tipo de experiencia. No significaba que era un crimen ser virgen hasta los veinticinco años, simplemente, una mujer siempre esperaba que el hombre tuviera conocimientos.

Se recostó en el sillón de su escritorio, apretó el puente de su nariz y suspiró. Realmente era una molestia tener un amigo así de descarado. Todo el mundo sabía de sus artimañas, sin embargo, muchas chicas le creían sus mentiras y terminaban con el corazón roto. Hasta ese momento, su reputación no había sido manchada por los actos de su amigo, pues, era común que etiquetaran a las personas de la misma manera conforme las acciones de sus amistades.

—Onii chan baja a cenar — Su madre le dijo abriendo la puerta de su cuarto.

—Ahorita bajo mamá — respondió de inmediato.

Dejó lo que estaba haciendo en su escritorio y bajó hasta el comedor, su madre se veía más animada de lo habitual.

—Onii chan, tenemos una invitación para el cumpleaños de Kotoko chan — dijo su madre sonriendo, Kotoko le agradaba mucho a su madre, siempre que tenía la posibilidad, la adulaba. Para ella que siempre quiso tener niñas, tener a Kotoko cerca de vez en cuando, le compensaba ese deseo materno.

—Ah… — contestó con indiferencia.

—No seas tan apático onii chan, ella es una linda niña. Es más, si por mí fuera, los casaba — dijo su madre juntando sus manos y llevándolas a su rostro en una pose soñadora — sería perfecto onii chan, ella es tan dulce que desde que la conocimos, he pensado que, si tengo una nuera, debería ser como Kotoko chan.

—No deberías decidir eso por ti misma madre, ella y yo ni amigos somos. No entiendo cómo podríamos si quiera pensar en casarnos — dijo Naoki mientras se sentaba en su lugar habitual.

—Quizá ahora ya no, pero recuerdo que de niños ustedes jugaban mucho y eran tan unidos que siempre creí que te habías enamorado de ella — Naoki se tensó — soñaba con verlos juntos Onii chan, por eso pienso que sería perfecta como mi nuera. — su madre lo miró como escudriñando su rostro.

—Tal vez así haya sido en el pasado mamá, pero ahora ambos tienen caminos diferentes — dijo su padre — de todas formas, esa es decisión de Naoki.

—Solo digo que sería una estupenda nuera — su madre no quitaba el dedo del renglón, si ella supiera que su hijo tiene la encomienda de llevarla a la cama. — mejor comamos que la cena se va a enfriar, ah y, por cierto — añadió — mañana después de la escuela arréglense todos muy bien que vamos al restaurante Aihara a festejar con Kotoko chan

—¡mamá no quiero ir! Siempre que vamos es muy aburrido y esa chica es muy idiota — Yuuki exclamó con desánimo.

—Ni hablar, mañana asistimos a su fiesta de cumpleaños y eso es todo. — Como siempre, su madre tenía la última palabra.

Naoki ignoró las aseveraciones de su madre, antes efectivamente, eran buenos amigos pero conforme fueron creciendo, algo había cambiado y ahora, él solo la consideraba una molestia. Sinceramente no tenía intenciones de hacer nada con Kotoko, pero sabía que Watanabe no aceptaría un no como respuesta. Al fin y al cabo, tendría que aprovechar la oportunidad que se le estaba presentando para hacer su primer movimiento.

Al día siguiente, acudió a la escuela como todos los días. Caminaba hacia la entrada de su edificio cuando sintió un empujón en su espalda, no iba a caerse, pero le dolió un poco el golpe. Miró hacia atrás para ver quien osaba tropezarse con él, entonces, vio que quien había chocado con él, había sido el sujeto de sus pensamientos.

—Lo siento… — dijo Kotoko mientras recogía sus cosas — discúlpeme, sinceramente estaba distraída y… — se sorprendió al ver a la persona que estaba frente a ella — ¡Irie kun!, qué pena de verdad…

—No te preocupes Aihara san, ten cuidado a la próxima — realmente su torpeza le irritaba

—Lo haré.

Ella le sonrió y, pudo notar que en sus mejillas aparecía un color rosa que hacía que sus ojos se vieran más bonitos de lo que eran. Naoki se sorprendió al pensar de aquella forma, pero, tenía que aceptar que era muy bonita y necesitaba comenzar a buscar uno que otro aspecto que le gustase para poder tener intimidad con ella.

Llegó a su salón de clases. Vio que Watanabe le esperaba frente a su escritorio. Naoki solo rodó los ojos, ya se imaginaba que le preguntaría a cerca de ese estúpido plan.

—Cuéntame Naoki ¿ya pensaste en algunas de tus estrategias para conquistar a la señorita ingenua? — preguntó más animado de lo normal.

—Creo que todo lo haré conforme a la marcha, hoy es su cumpleaños y tengo que ir con mis padres al restaurante de su papá para festejar — dijo irritado — odio tener que asistir a ese tipo de reuniones.

—Es el momento perfecto de hacer tu primer movimiento… deberías llevarle un regalo — sugirió Watanabe — podría ser cualquier baratija que encuentres por ahí, aunque te cueste solo un yen, estoy seguro de que Kotoko lo atesorará como si fuera oro puro. Ya sabes, te lo puse fácil Naoki así que deberías agradecerme que no te retara a que conquistaras a una de tus opositoras.

—Ya te dije que eso realmente no me interesa, y sigo pensando en el por qué acepté ayer esa estúpida idea — Naoki sinceramente no quería ser obligado estar con alguien, si no se lo permitía a su madre, menos a un compañero de clases — sabes que, no me pagues nada, no quiero hacerlo.

—Oh ya veo, entonces tienes miedo de que no puedas con el reto… digo, al fin y al cabo tarde o temprano tendrás que hacerlo… — se acercó a él para mantener más en secreto su conversación — pensé que eras un hombre Naoki, pero tal parece, eres solo un niño…

—Piensa lo que quieras de mi Watanabe, no me interesa — respondió con indiferencia.

—De verdad me decepcionas, todo hombre quiere vivir estas experiencias, pero como dije, eres solo un niño… quizá y no te funciona plenamente y tienes miedo de decepcionar a Aihara por no complacerla cuando el momento llegue — a Naoki tembló el ojo derecho al oír estas palabras, Watanabe lo estaba retando realmente.

—Creo que te estás pasando de la raya… — el orgullo viril de Naoki había sido puesto en duda — está bien, solo para que me dejes en paz continuaré con esta farsa.

—Quiero que me cuentes salto y seña de todo.

—Si me apetece, lo haré.

Después de la discusión, el día pasó con normalidad, las clases transcurrieron y la hora de salida había llegado al fin.

Al salir de la escuela, recordó las palabras de Watanabe, si iba a seguir con esa apuesta, tenía que comenzar con algo así que, recordó que en su camino había una tienda de baratijas con joyería de fantasía. Era económica, no tenía por qué gastar mucho dinero en alguien que solo iba a utilizar.

Compró el primer collar que vio, era una cadena sencilla con un colgante de un sol y una luna unidos. Algo romántico para comenzar a crearle falsas ilusiones a Aihara. Pidió que lo envolvieran y lo metió en su mochila. Si su mamá lo descubriera quizá se haría una idea equivocada y todo lo echaría a perder.

Al llegar a su casa, todos estaban arreglándose para ir al festejo. Él sin prestarles mucha atención a los demás subió a bañarse y cambiarse.

El cumpleaños de Aihara era lo que menos le importaba, si no tuviera una razón oculta para ir, inventaría cualquier excusa para quedarse en casa. Sin embargo, esta ocasión era diferente. Estaba prácticamente obligado — por su decisión — a estar con ella.

Trató de vestirse bien, sabía que era guapo, pero quería impresionar de verdad a Kotoko, así que sacó una camisa azul de cuadros, una chaqueta color beige con el cuello y mangas negras, un pantalón negro, unos zapatos del mismo color y comenzó a vestirse. Se puso una colonia Dolce&Gabana, y bajó hacia el vestíbulo para esperar a los demás.

Su madre quedó impresionada por cómo se veía su hijo mayor, algo intuyó pues, era raro que se esmerara en acudir al festejo de la persona que no soportaba, o al menos, eso creía él. Noriko sonrió para sí misma pero no dijo nada más, se propuso a solo observar los sucesos de la noche.

Llegaron al local, todo estaba lleno de globos y un letrero que decía "¡Felices dieciocho Kotoko!", ella era mayor que él por meses. Algo sexy si lo ponemos en perspectiva que se iba a acostar con alguien más grande.

Todo el mundo se quedó callado al ver a Irie Naoki entrar por la puerta, un chico con un peinado extravagante, no muy atractivo, gritó su nombre como si nadie lo conociera. Su acento era peculiar, probablemente era de la región de Kanzai, por eso su dialecto era algo brusco.

—Bienvenidos, tomen asiento — Aihara Shigeo les indicó — en un momento les sirvo de comer, Kotoko, ven… — le llamó

—¿Qué haces aquí Irie? — preguntó el tipo extraño de boca grande.

—Fui invitado, creo que tu limitada inteligencia no te deja pensar un poco — lo miró con desdén — no te haría daño usar tu cerebro de vez en cuando — le sonrió con arrogancia

El chico molesto estaba a punto de replicarle algo, cuando la voz de Kotoko se oyó a lo lejos…

—Déjalo en paz Kin chan, sus padres son amigos de mi papá, así que por eso está aquí. — le miró Kotoko y se dio cuenta que había quedado impresionada por su aspecto, saludó dando una reverencia, entonces pudo notar que un color rosa se teñía en sus mejillas al mirarlo de reojo.

—Felicidades Kotoko chan — su madre se acercó a ella para abrazarla.

—Gracias obaa sama — le correspondió — estoy feliz que pudieran venir.

—Es un placer estar en esta fecha especial ¿no es así onii chan? — le preguntó a Naoki.

—Así es — respondió cortante, entonces su primera táctica fue sonreírle de manera amable a Kotoko, él desde hace mucho tiempo, no le había dedicado ningún gesto, siempre había sido serio y frío con ella en las pocas veces que había coincidido desde que dejaron de ser amigos. Entonces ella volvió a sonrojarse y le devolvió una sonrisa.

Era tan bonita…

—Bueno, hay que sentarnos a comer y después partiremos el pastel… — anunció Aihara san.

La velada transcurría con normalidad, comieron los platillos que había cocinado Shigeo.

Naoki se limitaba a responder una que otra pregunta que le hacían los demás asistentes, cuando él le hablaba a Kotoko, trataba de conversar con mayor amabilidad, platicando en un tono dulce para ella y así comenzar a hacerle creer que había algo especial en ese momento entre ellos.

Kotoko, se levantó de su lugar y le dijo a su padre que iba a salir un momento por unos dulces, era de noche y algo peligroso salir a esa hora, más si era mujer. Antes que el chico de la boca grande se ofreciera, para sorpresa de todos los asistentes, sobre todo de su madre, Naoki se levantó y caminó con Kotoko hacia la puerta ofreciéndose a acompañarla. Era el momento perfecto para comenzar con su plan.

—No era necesario que me acompañaras Irie kun — dijo avergonzada Kotoko

—Si lo era Aihara san, es peligroso para una chica andar a altas horas de la noche. — se sentía estúpido Naoki al hablar de aquella manera.

—La tienda de conveniencia no está tan lejos, por eso decía…

—Deja que te acompañe, Kotoko — ella se sorprendió al escuchar que usaba su nombre en lugar de su apellido — solo por esta noche, déjame acompañarte.

—Está bien Irie Kun…

Kotoko sentía mariposas en su estómago, era increíble lo amable que estaba siendo Irie con ella, a pesar de haber sido amigos en el pasado y él hubiera cortado todo contacto con ella, añadiendo su rechazo ante sus sentimientos; comenzaba a creer que tal vez, solo tal vez, él había cambiado de opinión. Ella no había dejado de quererle y esto la hacía sentir en las nubes. Pero, entonces un poco de realidad la sacó de sus ensoñaciones, ¿por qué de repente era tan cortés con ella cuando en el pasado solo había tenido indiferencia y frialdad? Era muy extraño su comportamiento esta noche…

—Irie kun — habló Kotoko rompiendo el silencio — ¿por qué eres tan amable hoy? Desde que crecimos, nunca te habías comportado de esta manera conmigo.

Ella lo miró curiosa, Naoki se tensó un momento, sin embargo, tenía que darle una respuesta rápido para que ella no sospechara. Descubrió que no era tan tonta como había creído.

—¿Qué no puedo ser amable contigo de vez en cuando? — preguntó

—Claro que puedes, solo pienso…

Él la agarró de la muñeca y la llevó atrás de un muro para poder tener un poco de intimidad. Si iba a seguir con esto, tenía que implementar alguno de sus métodos.

—Estoy siendo amable contigo porque es tu cumpleaños, aparte porque creo que cometí un error al rechazarte de esa manera tan cruel…

—¿En serio? — Los ojos de Aihara se iluminaron. ¡bingo!

—Si Kotoko — continuó Naoki — fui un tonto al haberlo hecho de aquella forma, no debí tratarte así. Mira — le mostró un paquetito. — te compré algo, es un regalo de disculpas.

—¿Puedo abrirlo? — Kotoko lo recibió emocionada.

—Adelante, es tuyo.

Kotoko quitó el envoltorio y abrió la caja, al ver el collar, un destello de felicidad inundó su cara. Ni en mil años se hubiera imaginado que aquel chico que le gustaba desde siempre y, quien la había rechazado, le regalaría algo tan hermoso como eso.

Naoki, aprovechó la emoción de Kotoko, le quitó la cadena de sus manos, se inclinó hacia ella y le colocó el collar en su cuello. Ella agachó su mirada para ver el dije que colgaba de la cadena. Era realmente bonito, una luna y un sol unidos. Si lo veía de esa forma, tal vez el sol representaba a Naoki y la luna a ella. Una atmósfera romántica había nacido entre ellos, al menos, para Kotoko así era.

—Es muy hermoso, gracias Irie…

No pudo terminar su frase cuando sintió los labios de él sobre los suyos.

Naoki por su parte, había decidido a último instante que besarla iba a ser un buen comienzo para poder convencerle que él había considerado sus sentimientos. Aunque esto fuera una mentira.

Tanto para Naoki como para Kotoko, ése era su primer beso. Y mientras para Kotoko, era un sueño hecho realidad, para Naoki, era el primer paso para lograr su cometido. Quería acabar con esa tontería de una vez por todas.

Sin embargo, a veces las cosas no salen como uno lo planea y un mar de emociones comenzaron a surgir en el alma de Naoki, un calor comenzó a calentar su frío corazón. Probablemente, era el éxtasis del momento o la novedad de besar a alguien lo que provocaba esa reacción. Para Naoki, solo era un fastidio tener que hacer eso, al menos, eso pensaba en ese momento.


HOLAAAA! ESPERO LES GUSTE ESTE CAPÍTULO, REALMENTE QUERÍA ACTUALIZAR DESDE HACE ALGÚN TIEMPO PERO MI COMPU SE ROMPIÓ :( JEJE PERO NO SE APUREN, TRATERÉ DE HACERLO EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE.

¿QUÉ LES PARECE? NAOKI ES UN DESGRACIADO PERO NO SE PREOCUPEN, LLORARÁ SANGRE(?) AHAHAHAHA

GUEST: SIIII! JAJAJA LA VERDAD QUE SI LO QUIERO HACER SUFRIR, SE LO MERECE.

SAKURA: GRACIAS POR LEER MI CAPÍTULO ANTERIOR, ESPERO TE GUSTE ESTE :)

LOLITAPL: PUES JEJEJE ESO MISMO ESPERO, AUNQUE BUENO, MUCHAS COSAS VERGONZOSAS PASARÁN EN EL CAMINO.

GRACIAS POR LEER. NO OLVIDEN DEJAR SU REVIEW EJEJE ME ENCANTA LEERLES.

UN BESO. MELINA TOLENTINO