Capítulo 3

Irie Naoki aún no podía olvidar el beso que le había dado a Kotoko, tal vez, porque estaba haciendo algo tan ruin como ilusionar de esa forma a alguien, sea quien sea, no merecía que jugaran con sus sentimientos de esa manera. Sin embargo, por orgullo tenía que seguir con esa estupidez.

Quería besarla de nuevo, eran los primeros labios que él rozaba y de verdad le había gustado esa sensación de sentir su aliento, acariciar sus labios al principio de forma torpe, pero poco a poco, acoplándose a un ritmo íntimo… ¿Qué estaba pensando? Sacudió su cabeza y continuó desayunando para ir a la escuela.

Como era de esperarse, Watanabe lo estaba acechando para que le contara todo lo acontecido la noche anterior. En cuanto lo vio, rodó los ojos, sintiéndose exasperado por la insistente curiosidad de su amigo por las acciones que él hacía, sobretodo, en estos momentos en el cual, él había entrado en su juego.

—¿Cómo te fue con la señorita ingenua? — preguntó en cuanto llegó a su pupitre

—Qué te importa Watanabe — contestó irritado.

—Te dije que quería saber todo lo que sucedía… — insistió

Naoki cerró sus ojos un momento y suspiró, simplemente no podía seguir soportándolo, pero se había comprometido… Simplemente tenía que manipular tanto a Kotoko como a Watanabe para que eso se terminara, sin embargo, se recordó así mismo que un poco de diversión no estaba de más.

—Y yo te dije que si se me daba la gana te lo contaría — Naoki lo miró fijamente

—Anoche pasó algo ¿verdad? — Dijo divertido Watanabe — tal vez, ¿llegaste a segunda base? — dijo curioso

Naoki apretó el puente de su nariz para tranquilizar su enojo. A buena hora aceptó esa idea, pero ya era tarde para lamentarse.

—Le di un regalo — contestó cortante Naoki

—¿Y?...

—La besé — desvió su mirada hacia la ventana.

Watanabe se tapó la boca para ahogar una risa, Naoki podía imaginarse lo que estaba pensando, solo suspiró y puso los ojos en blanco al ver que tan pequeño acto, causaba una euforia en su compañero.

—Podrías decirse que ya no eres tan puro y casto — Watanabe soltó una carcajada.

—Deja de ser tan ridículo… Solo fue un beso para que ella creyera que yo estoy interesado en ella, nada más.

—Ya te entraron las ganas de que te den un poco de cariño ¿no? — Watanabe se lo estaba pasando en grande.

—Solo quiero terminar con todo esto. — dijo Naoki para dar por finalizada esa conversación.

Las clases comenzaron, Naoki no tomaba muchas notas, solo lo estrictamente necesario. Su memoria eidética no le permitía olvidar algo, a pesar que podía suprimir recuerdos inútiles, no lograba borrarlos para siempre.

La hora del almuerzo había llegado, él saco su o – bentō para poder comer lo que su mamá le había preparado. Sin embargo, antes de siquiera abrirlo, Watanabe se lo impidió.

—Ve al salón de Aihara y almuerza con ella — ordenó

Naoki lo vio con el ceño fruncido, ¿quién se creía como para darle órdenes?

—Si tanto te interesa que esa idiota no coma sola, puedes ir tú a acompañarle — le dijo con indiferencia apartando la mano de Watanabe.

—Naoki… Es la mejor manera de llevártela más rápido a la cama — prosiguió — si le demuestras interés y que te gusta estar cerca de ella, más fácilmente creerá que tú la quieres de verdad.

— ¿Algo te hizo ella para que te ensañes de esa forma? — Lo miró incrédulo — no tengo interés de comer a su lado.

Watanabe lo miró, entonces le arrebató su caja, Naoki estaba sorprendido ante esta acción de su compañero, era inaudita la manera en su proceder, lo miró con el ceño fruncido, estaba a punto de decirle algo cuando él le dejó su almuerzo encima de la mesa.

—No me ha hecho nada, pero tu obstinación hace que pierda la paciencia, es más, estoy realmente convencido que tienes miedo… Tal vez, vaya yo y comience a cortejarla para quitarle esa cara de mustia que tiene — dijo Watanabe con repulsión.

Era consiente que su amigo no era una buena persona con las chicas, tal vez tenía algún trauma o algo que le obligaba inconscientemente de ser un canalla. Pero Naoki pretendía ser diferente, sabía muy bien que ellos tenían un plan vil entre manos,y aun así, no iba a tolerar que él le hiciera daño como lo había hecho con sus relaciones anteriores. Tal vez el sentido de pertenencia le hizo pensar que, no iba a permitir que Watanabe se le acercara y, mucho menos, intentara algún movimiento con ella porque quien le gustaba a Kotoko era él.

—Olvídalo… iré yo.

Irie se levantó irritado de su asiento para caminar hacia el salón donde se encontraba Kotoko, miró a Watanabe y su rostro estaba adornado con una sonrisa alarmante. Era un chico con problemas serios y él tal vez un idiota por seguirle la corriente.

Caminó hacia el salón de Kotoko, repitiéndose así mismo que un poco de diversión no le caería mal, aunque hubiera preferido no haber hecho aquel trato con Watanabe, era frustrante que tener que fingir interés con ella, algo le incomodó en su interior al pensar que tal vez, si ella en algún punto se enteraba de cómo había comenzado las cosas, ella saldría muy lastimada. Pensar en eso extrañamente no le gustó.

Llegó a la puerta del salón "3F", antes de asomarse, respiró hondo, se acercó al umbral para buscar a Kotoko con la mirada. No le costó más de cinco segundos localizarla, estaba charlando con las mismas personas que se encontraban en su fiesta de cumpleaños.

Al parecer el chico de la boca grande era un pretendiente pues, andaba a su alrededor como una mosca… Naoki hizo un gesto de desagrado al verlo revolotear alrededor de Kotoko, se puso erguido y con ese aire prepotente que le caracterizaba, le llamó.

—Aihara san — dijo Naoki en voz fuerte, todos en el salón lo voltearon a ver sorprendidos.

—¿Ah que viniste Irie? — Se acercó Ikesawa, preguntando desafiante. Naoki lo miró petulante e ignoró su pregunta.

—¿Si? — contestó Kotoko levantándose de su lugar.

—Trae tu bolso y acompáñame — ordenó

Kotoko guardó su almuerzo y obedeció a Naoki, caminó atrás de él siguiéndolo por el pasillo hasta llegar a la terraza, Naoki localizó una banca debajo de un árbol, era el lugar perfecto para almorzar con una chica soñadora como Kotoko.

—Siéntate — le invitó Naoki, aunque más que un ofrecimiento había sonado como una orden.

—Oh, claro — Kotoko se sentó a su lado — am… no entiendo por qué…

—Ah, claro discúlpame, sinceramente no estoy acostumbrado a hacer estas cosas pero, quería comer contigo — el corazón de Kotoko se aceleró y sus ojos se abrieron de la sorpresa al escuchar las palabras de Naoki — Claro, si te molesta puedes irte.

—No, no, ¿Cómo crees? — dijo Kotoko nerviosa — Es que, no es muy habitual que te comportes de esta manera conmigo, siempre me ignorabas o me hablabas de manera fría y cortante…

—Eso cambiará Kotoko — se acercó más a ella — recuerda que ya nos hemos besado

Si las sonrisas fueran armas, en ese momento ya hubiera matado a Kotoko. Un rubor color rosa comenzó a aparecer en sus mejillas, agachó la mirada pues, de la vergüenza, no podía verlo directamente los ojos.

Naoki sacó su o – bentō y comenzó a comer de él.

—Come Kotoko, no falta mucho para que se reanuden las clases.

Ella asintió y sacó su refrigerio. Ambos disfrutaban de sus alimentos en silencio. Naoki estaba sorprendido de lo amena que podía ser la compañía de ella, se mantenía callada y a pesar que sabía de lo ruidosa que podía ser, tal vez, por estar junto a él, su habitual forma de comportarse era apaciguada por la vergüenza de hacer algo estúpido frente a él.

A pesar de todo, a él le fastidiaba tener que fingir empatía o atracción hacia alguien tan ingenuo como ella. Cualquiera podía darse cuenta que algo raro estaba sucediendo, sin embargo, ella no. Kotoko solo se limitaba a creer sus palabras sin cuestionar o analizar todo lo que estaba ocurriendo. Era muy molesta.

Terminaron de comer y guardaron sus cajas de almuerzo en sus mochilas. Naoki la miró a la cara y puso los ojos en blanco al ver que en la comisura de los labios Kotoko tenía un poco de alga. Ella le sonrió tímida mientras él acercaba su mano para quitarle las migajas que tenía en el rostro.

Ese pequeño toque de su mano con la faz de ella, hizo que sintiera un calor en su interior que desconocía, un sentimiento extraño comenzó a surgir en él y pensó que realmente quería volver a besarla así que sin meditar mucho en ello, se acercó y le dio un beso tímido en los labios. Cuando reaccionó se alejó de inmediato de ella viendo a una Kotoko roja y sorprendida por el contacto. Tragó saliva y tratando de ocultar su nerviosismo, le dijo a ella que regresaran a sus salones. Una vez que tomaron caminos separados, Naoki trataba de comprender por qué la había besado de esa manera tan espontánea. ¿Acaso realmente le gustaba?, de seguro estaba volviéndose loco.


¡Hola! ¿Cómo están? me da mucho gusto volver a estar con ustedes el día de hoy, sinceramente me da coraje este Naoki tan odioso... jajajajajajajajajaja ¡Pero no saben lo que le espera! Muchas gracias por activar las alertas cuando actualice, espero les guste esta historia.

DaCa: Muchas gracias, que bien que te hayan gustado mis demás historias, realmente es algo que me gusta hacer y trato de realizarlo con mucho cariño. Hablando de este fanfic, la neta si, es tan inmaduro, tan prepotente, se cree tan inalcanzable que pretende hacerle algo tan feo a Kotoko :(, pero como dicen, entre más altura, más fuerte es la caída.

Softpear1822: thank you so much, i hope this chapter you like.

De verdad muchas gracias por leerme. Espero les guste este capítulo, no se olviden dejarme un review que me encanta leerles. Hagan sus apuestas, a ver de que forma tan cruel cae este pelmazo llamado Naoki jajajaja.

Besos. Melina Tolentino.