Capítulo 12.
Naoki deseaba con toda su alma que Kotoko volviera a dirigirle la palabra, era inaudito que en una semana ella ni siquiera se dirigiera a él para desearle buenos días. Entendió que tal vez su orgullo había rebasado su sentido común al no hablarle hasta que ella lo hiciera. Era un tonto, él fue quien le había hecho daño ¿por qué carajos ella se disculparía con él? ¿Por tener buenos amigos que la cuidaban? ¿Por ser novia de un idiota vestido de genio?, era suficiente su pesadumbre en el tema, no quería perderla, sería algo devastador para él, porque simple y sencillamente, estaba perdidamente enamorado.
Si tenía que humillarse para conseguir su perdón lo haría, por un momento el tema de la apuesta y el latente peligro que representaba Watanabe pasó a segundo lugar. En ese momento Naoki solo quería que ella volviera a ser la misma con él. Su indiferencia le cayó como un balde de agua fría, todos en la casa se daban cuenta que ellos tenían problemas, es más su madre le preguntó entre lágrimas si ellos ya no se querían y si su esperanza de tener nietos estaba perdida.
Así que esa noche, tenía que convencer a Kotoko que no le dejara.
Su madre los llamó para que bajaran a cenar, Naoki sabía que ese era el momento perfecto para interceptar a Kotoko y hablar al fin con ella, y así lo hizo.
En cuanto escuchó que la puerta de Kotoko se abría, el salió de inmediato de su habitación, dando pasos largos para llegar rápido, quien distraídamente abrió sin percatarse que Naoki estaba para frente a ella, solo sintió como la empujaba hacia dentro de nuevo, cerrando tras él la puerta con seguro.
—Antes que digas cualquier cosa, por favor déjame hablar — dijo en un intento desesperado porque ella no lo ignorara.
—No tenemos nada que hablar Naoki, sal de mi cuarto por favor.
Sintió como un nudo se le formaba en su garganta, sabía que había echado todo a perder por sus estúpidos celos e impulsos que no podía controlar. Se odiaba asimismo por lo que había hecho, todos en la escuela sabían de la escena que había montado y en lugar que a él lo señalaran como el patán que maltrató a su novia, era a ella de quien se burlaban. No la merecía, era un cobarde por no hacer algo para que los cotilleos cesaran. Aun así, tenía la esperanza que lo perdonara.
—Sé que fui un patán, no merezco ser tu novio…
—Tú y yo ya no somos novios — lo interrumpió.
—Kotoko, yo te amo — escuchar esas palabras lo rompieron por dentro — no me digas que ya no somos nada, yo sé que hice mal, no fue correcto, simplemente me dejé llevar por mis impulsos, porque, aunque siempre intento mantenerlos a raya, cuando se trata de ti no puedo contenerme. Sentí tantos celos al ver como ese amigo tuyo te abrazaba que no pensé ni siquiera en analizar la situación, me molesté tanto con él que me desquité contigo.
—Arruinaste ese día Naoki,— le interrumpió — estaba tan feliz de por fin ver mi nombre en el mismo tablón que tú, sentía tanta felicidad de que te sintieras orgulloso de mí — kotoko trataba que las lágrimas no se le escapaban, más su voz la traicionó demostrando lo triste que estaba — No puedo creer que solo por un abrazo, por algo inocente, tú hicieras todo un drama simplemente porque no puedes con la idea que yo tengo amigos que me estiman y me quieren, ¿en qué momento te di motivos para desconfiar de mí?
—Soy un idiota Kotoko
—¡Eres un idiota! Toda esta semana ha sido un infierno, porque al final, haga lo que haga, siempre seré la estúpida estudiante de la case F que se enamoró de alguien imposible.
Naoki se quedó frío. Jamás Kotoko le había hablado con tanta frialdad, elocuencia y sobretodo, nunca había hecho algo que le hiriese. Ella tenía razón en todo, excepto en que se había enamorado de un imposible, porque si eso era verdad, entonces era imposible no porque fuera él, sino simplemente a causa que ella era demasiado para él. No la merecía, pero la amaba.
—Kotoko, perdóname, dame otra oportunidad — la tomó de sus manos mientras se arrodillaba, ella lo miró sorprendida — dejaré de ser un idiota y te prometo que jamás volveré a hacer algo que te lastime. Eres lo mejor que me ha pasado y no te quiero perder, no dejes de amarme, por favor.
Ella lo miró con dulzura, sabía que perdonarlo así de fácil era tal vez un error, pero igual estaba harta de ignorarlo, cansada de pelear consigo misma para no mirarlo, y él se veía sumamente arrepentido, así que con mucho amor se arrodilló junto con él y le dio un beso.
—Te amo, no sé si hago bien el perdonarte, pero está bien — ella le sonrió — intentemos que esto funcione.
Acariciándole el cabello, él se acercó a ella para besarla, sus labios se encontraron y se fundieron en un beso hambriento, apasionado, con sentimientos encontrados. Estaban a punto de pasar a otro punto, cuando escucharon que alguien tocaba a la puerta.
—¿kotoko estás bien? — preguntó el padre de Kotoko
Se miraron con complicidad, sabían que Shigeo Aihara solo estaba tratando de interrumplir cualquier cosa que sucediera entre ellos estando solos en la habitación. Naoki le dio un beso en la mejilla ayudándola a levantarse para bajar juntos a cenar.
—Si papá, ya bajo. — contestó Kotoko
Los dos bajaron de la mano, haciendo notar que su pelea había llegado a su fin. Aunque, la conversación continuaría más tarde, cuando todos durmieran y ella pudiera disfrutar de los besos y caricias que le debía Naoki como disculpa.
HOLAAAA!
Me alegra tanto volver a subir algo de esta historia, realmente tenía un pequeño bloqueo que poco a poco he ido solucionando. Lamento que el capítulo sea corto, jeje aun así, lo escribí con mucho amor para ustedes.
Perdonen la tardanza, he estado muy ocupada con muchas cosas y pues, no quería dejar pasar otro día sin actualizar esta historia. No prometo actualizar seguido pero si en cuanto pueda.
Muchas gracias por su apoyo y también por la espera. Espero juntos podamos llegar al momento cumbre de la historia, jajaja
Su opinión es muy importante para mí, así que no olviden dejarme un review y explayarse con todas sus inquietudes, anhelos, dudas, traumas, preguntas existenciales jaja ok no.
Nos vemos hasta el próximo capítulo, besitos!
Melina Tolentino.
